EL ARTISTA En las tenebrosas calles de Ludwig Street, se

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EL ARTISTA
En las tenebrosas calles de Ludwig Street, se encontraba un joven propio de la época de
1820, una época preciosa por cierto; este joven cuyo nombre es Sam, sólo se que vivía más
en otro lugar que en la propia tierra. Tenía algo especial su historia es la que ahora me dedico
a relatar.
Era el primer día de primavera, lucía un sol espléndido: pájaros cantando, niños
jugando, una escena digna de ver, mientras en el interior de una polvorienta oficina, se
encontraba redactando hermosas historias. Sam, como cada día, se despertaba en el mismo
sofá incómodo del desván, se tomaba un taza de té inglés y con sorprendente fluidez
comenzaba cada día escribiendo historias de personajes del día a día; transformados en
terribles pesadillas o en maravillosos seres de fantasía. Vivía solo desde que pudo separarse de
su atosigante familia se dedicaba además ,a la música, a la pintura, a cualquier tipo de arte,
digamos que si la tierra fuese su enrevesado plato de ideas, él viviría en el hemisferio
derecho. Acostumbrado a una horrible soledad y a que su imaginación le jugase las más
espantosas ilusiones, agotado de ideas y sin rumbo de vida más que despertarse cada día para
crear magia en lata. Con magia me refiero a su gran talento artístico. Decidió salir a la calle a
buscar lo que jamás ningún ser humano había conseguido nunca, encontrarse a sí mismo y
también a un poco más de su arte escondido.
-“Primer día de búsqueda de identidad, Sam, hace años que no salías para algo que no
fuese comprar suministros. No te irás muy lejos, en esta ciudad hay seres más perdidos
incluso que tú y yo, sólo debes saber encontrarlos, hacerte amigo de alguno, y si puede ser,
aprender de él o ella” - enunciaba la voz interior que años llevaba con Sam hablando de
cualquier banalidad como si se tratase de su mejor amigo imaginario.
Lo primero que este enrevesado caballero se dispuso a realizar al salir a la plaza que se
encuentra justo enfrente de su oficina, fue observar a todos y cada uno de los especímenes
que allí se encontraban: unos vendían joyas, otros telas de alta calidad, otros comida, muchos
de los puestos a la derecha eran los bohemios de la época dedicados a la venta de cualquier
detalle artístico que a Sam le interesase, además de un poco de droga para aquellos artistas
que no saben lo que es explotar su creatividad sin algo más que una ayuda indebida. Esta zona
la había visto miles de veces e incluso había mantenido conversación con algún que otro
mercader resumida en dos frases por su poca facilidad para tratar con personas. En esta
ocasión decidió no volver a su oficina sino que siguió en dirección a las calles góticas del lugar,
allí se encontraban gran variedad de personalidades, niños jugando a colgarse del arco de la
entrada a la calle a la que él se dirigía, olía a humedad, óleo, sonaba de fondo un violín
tocando una hermosa sinfonía irreconocible, mientras sus pensamientos se nublaban y sus
ilusiones se apoderaban de él, un niño un tanto parecido a Sam en sus épocas de chiquillo le
tiró de la gabardina.
-“Señor, ¿usted también ve esos demonios alados con garras afiladas, esos fénix de los
capiteles de las columnas de esta hermosa calle? ¿Ve usted como se derriten las calles en
alquitrán, o las mismas hadas que yo veo cada vez que el violín acaricia los sentidos? - Ante la
frase del pequeño, por primera vez Sam no se sintió sólo, sabía que el niño posiblemente
padecía la misma enfermedad mental que él creía tener, pero decidió conversar ya que éste
era su cometido original.
-“ Sí, pequeño, veo exactamente lo mismo, pero es algo sólo para nuestros ojos. Dime,
¿cómo te llamas?”
- “No lo sé señor, no lo recuerdo, llevo años sólo en la calle, me abandonaron y llevo
mucho tiempo buscando a alguien que vea el mismo hermoso mundo que nadie comprende y
nadie ve desde el mismo prisma. ¿Cómo se llama usted?”
Sam, no se asustó ante tal dato ya que él mismo sufrió la misma historia que este
joven, “Me llamo Sam y si no tienes hogar puedes venir conmigo, vivo sólo y soy artista, y
para serte sincero, he salido a las callejuelas en busca de fuentes llenas de historias que me
puedan inspirar a encontrar mi rumbo”
“Si no le importa ambos seremos Sam, ya que no sé mi nombre, y muy agradecido le
estoy señor llevo días sin comer ni hablar con nadie sin que me mencionen mi complicidad
para ver lo lógico de las cosas, pero yo, señor, yo sé que en el fondo soy muy lógico, sólo que
veo todo tan creativo como racional, veo más allá que aquellos que se limitan a ver lo que ya
existe, ellos no quieren utilizar todo lo que su caja de música propia les ofrece, sólo piensan en
economía, fama, política...me siento sólo como si hubiese nacido para ser un espectro de la
infame locura” - Después de esta enrevesada frase pronunciada por un niño tan pequeño
fueron juntos a la oficina, Sam estaba satisfecho de haber encontrado en seguida su nueva
fuente amistosa de creatividad.
El sol de media tarde empezaba a caer como cae la llama encendida de una cerilla
hasta apagarse. Como siempre muchas de las imágenes que día a día veía, muchos de los
paisajes que a cualquier otro personaje le resultaría mundano, a él le hacía borbotear miles de
millones de sentimientos y emociones contradictorias que a menudo eran acompañadas de
voces diciéndole que hiciese cosas contra su voluntad. Sobretodo si la vista le provocaba
recuerdos de ira, como cuando entraba por las casuchas de las oscuras calles de prostitutas
por las que debía pasar para llegar a las fueras y contemplaba muchas de las actitudes
machistas de aquellos bastardos hacia las damas. Imágenes así le ayudaron a empezar su vida
como artista.
Al entrar a la oficina el niño comenzó a quejarse de las mismas cosas que Sam había
estado pensando. - “ Como puede ser que haya seres tan inmundos en el mundo, de camino
aquí vi como un bastardo sujetaba con innecesaria fuerza el brazo de una dama”seguidamente empezó a relatar miles de historias exactamente iguales a las que él mismo
hacía de pequeño, enunciando poemas antiguos que en el presente eran sus favoritos, para
acabar toda la reivindicación que había dicho dijo algo que a Sam le había marcado la vida- “...
Y bueno yo seré artista, y también un loco. Como bien usted sabe los artistas y la locura están
unidos por un fino hilo de tela de araña. Seré usted y ahora sabe gracias al haberme
escuchado, que su creatividad está plena, que las cosas que ve y oye están unidas a su
creatividad...”- Sam estaba de espaldas escuchando todo lo que decía y al acabar se dió la
vuelta, pero el niño ya no estaba, había desaparecido, ahí es cuando su voz interior le dijo algo
que jamás había pensado: “Ya Sam, por fin te encontraste a ti mismo, ese niño eras tú
proyectado como una ilusión y ahora, ahora ha desaparecido Sam, eso significa que por fin
estás pleno, has madurado y has conseguido lo que nadie ha conseguido, ser adulto. Espero
que lo aceptes no muchos lo hacen y tú deberías, eres un gran loco y un gran artista”-. En ese
momento Sam empezó a marearse y a dejarse caer en los brazos de Morfeo, era el principio de
su vida, pero también el final de la vida de su niño interior, había sido la mejor y más horrible
vida que nadie pudo tener.
Nombre del colegio: Colegio María Auxiliadora
Curso y letra del aula: 4º A ESO
Nombre de la autora: Noelia Jiménez Malillo
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