edificio paseo de recoletos, 8 - Consorcio de Compensación de

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EDIFICIO PASEO DE RECOLETOS, 8
Ficha técnica del edificio
SITUACIÓN
Nº DE PLANTAS
SUPERFICIE CONSTRUIDA
FECHA DE PROYECTO
FECHA DE TERMINACIÓN
AUTORES DEL PROYECTO
PROMOTOR
CONSTRUCTOR
ADQUISICIÓN CCS
Paseo de Recoletos, 8 (c/v a calle Salustiano Olózaga) MADRID
7 sobre rasante y 3 sótanos
5.460 m2
Año 1982
Año 1986
Ramón Andrada Pfeiffer y Ramón Andrada González-Parrado
Hemisferio L’Abeille S.A. (Groupe Victoire)
Ferrovial
Año 1996
EDIFICIO PASEO DE RECOLETOS, 8
Los autores
Ramón Andrada Pfeiffer
( 1923 -1992 )
Ramón Andrada González-Parrado
( 1956 )
El edifico del Paseo de Recoletos es significativo para sus autores en
cuanto que marca la transición entre dos generaciones de arquitectos. Por
un lado es la última gran obra construida de Ramón Andrada Pfeiffer, por
la que recibió el Premio de Arquitectura del Ayuntamiento de Madrid en
1986. Su sensibilidad y respeto hacia la tradición combinadas con el uso de
las nuevas tecnologías y las formas contemporáneas quedan una vez más
plasmadas, en esta obra de nueva planta; como tantas veces en las
numerosas obras de restauración que realizó lo largo de su trayectoria
profesional para el Patrimonio Nacional.
Para Ramón Andrada G.-Parrado, titulado en la Escuela de Arquitectura
de Madrid en 1981, este Premio supuso el comienzo de una brillante
carrera profesional. A lo largo de estos años ha trabajado en proyectos de
edificación de distinta índole: Viviendas, oficinas, colegios, pabellones
deportivos... muchos de ellos adjudicados por concurso público, como el
Polideportivo Municipal de Ermua (1993), un conjunto de viviendas en El
Querol (Madrid, EMV. 1995) ambos en colaboración con el arquitecto Juan
I. Mera, o el colegio público en la c/ Doctor Forquet en Lavapies (Madrid,
1996). Estos mismos trabajos han sido objeto de varias menciones en
diversas muestras y convocatorias de premios.
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El edificio
UN EJERCIO DE DISCRECIÓN
El edificio se ubica en un solar con un emplazamiento muy significativo, que
forma una esquina realzada urbanísticamente por el retranqueo del Palacio del
Marqués de Salamanca, situado en la manzana contigua. Esta circunstancia es
aprovechada magistralmente por Andrada, cuya formación en sus trabajos al
frente de Patrimonio Nacional le ha proporcionado sin duda un rico bagaje para
afrontar este tipo de proyectos.
" Andrada ha planteado el edificio como una construcción pétrea con huecos
tallados en el muro, con la precisión geométrica propia de un tablero de dibujo,
con la sencillez de la mejor arquitectura iluminista del siglo XVIII.
Para la esquina ha elegido la solución de chaflán, descartando la del cuerpo
cilíndrico por su mayor dificultad técnica. Este chaflán que absorbe la falta de
perpendicularidad del encuentro de las dos calles, marca el plano de orientación
del templete de coronación, la única concesión al ornamento, buscando la
significación urbana, la acentuación vertical del giro entre fachadas.
Andrada inserta su edificio en el tejido urbano con la discreción exquisita de un
dandy. El encuentro con las construcciones antiguas se realiza por medio de
piezas cuidadosamente diseñadas, especialmente la de la Calle Salustiano
Olózaga."
EDIFICIO PASEO DE RECOLETOS, 8
EDIFICIO PASEO DE RECOLETOS, 8
El edificio evita la singularidad para mimetizarse en su entorno. Todo lo que
Ramón Guerra apunta podemos descubrirlo sin duda en las palabras de los
autores extraidas de la memoria del proyecto: "...Proyectamos un edificio, sede
de las aseguradoras Grupo Victoire, con la pretensión de dar respuesta a los
problemas que en tan importante entorno y en una manzana muy consolidada
plantea la construcción de un moderno edificio de oficinas (dispuesto en
"planta paisaje").
El planeamiento vigente (Plan Especial Villa de Madrid) nos exigía completar la
manzana, ocultando medianeras e igualando alturas. Se han compuesto los
volúmenes y las fachadas con un lenguaje que estableciera diálogo con ese ya
señalado importante entorno, significando la esquina en chaflán con una planta
de torreones y un remate, equilibrando así los frentes de la manzana”.
“El problema de enlace, resuelto de manera directa en Recoletos, se resuelve
sin esfuerzo visual en la calle Salustiano Olózaga al repetir simétricamente la
fachada de Recoletos (simetría remarcada por las pilastras y el zócalo) lo que
permite crear un cuerpo intermedio de unión. Se consigue con esta simetría
además equilibrar la imagen propia del edificio.
Las fachadas se intentan valorar tanto por su composición (orden y proporción
de sus huecos en ritmo vertical) como por su construcción (piedra y cristal),
buscando un punto de equilibrio entre la exigencia exterior (entorno y
manzana) y la necesidad funcional interior (diafanidad de la planta paisaje). La
disposición en planta de la estructura y del núcleo vertical está condicionada
por la rampa del garaje que se desarrolla perimetralmente en el solar e intenta
además absorber su irregularidad.
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... Para resumir estos breves comentarios, cabe decir que el edificio se ha
concebido a partir del programa de necesidades, como expresión de una
situación urbana en un entorno cuya singularidad e importancia han ido
sugiriendo las formas, los materiales y su expresión.“
El edificio tiene siete plantas destinadas a oficinas y tres de sótanos para
aparcamiento, con una superficie construida de 561 m2 por planta (menos en la
de torreones en que aparecen dos amplias terrazas, una por fachada). La planta
baja, en su origen se destinaba a atención al público, tenía una configuración
especialmente simétrica, con un acceso por el chaflán independiente del resto
del edificio por deseo expreso de la propiedad. El acceso a las demás plantas y
al aparcamiento se realiza por la calle Salustiano Olózaga. En la actualidad la
entrada del chaflán no se utiliza aunque su configuración arquitectónica se ha
mantenido.
Constructivamente el edificio presenta una serie de singularidades dignas de
mención, especialmente en la organización de la fachada, cuyo diseño,
despieces, combinación de colores y encuentros ha sido fruto de un largo y
minucioso trabajo. La hoja exterior esta formada por un chapado de piedra (entre
5 y 10 cm de espesor) que descansa sobre cada forjado mediante hiladas de 20
cm de espesor y trasdosado con ladrillo hueco doble al que se grapa la piedra
con ganchos de acero inoxidable. Tras ésta, la cámara de aire con el aislamiento
y de nuevo ladrillo hueco, enlucido y revestido con paneles de madera que
aportan el acabado final interior.
La combinación de distintos tipos de granito (rosa Porriño en la fachada y rojo
sueco en las bandas horizontales) y piezas de distinto tamaño, permite conseguir
espesores aparentes de 10cm en esquinas y mochetas, aligerando el peso
donde no sea visible y eliminando la sensación del simple aplacado. Una vez
más la composición clásica se resuelve con el material tradicional y la tecnología
actual.
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Planta tipo
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La carpintería de las ventanas es doble, de aluminio anodizado y oculta al
exterior, lo que resulta decisivo en la estética del edificio y en el efecto de
relación directa piedra-cristal. Dados todos los requisitos que debía reunir esta
carpintería: necesidad de ser oculta (lo que impedía que fuera pivotante), el
deseo de la propiedad de incorporar persianilla interior y el tamaño de los
huecos (1,40 metros de ancho por 2 metros de alto), fue necesaria la
fabricación de una ventana especial para este caso concreto que
posteriormente comenzó a comercializarse, gracias a la casa “Folcra”.
La estructura del edificio es de hormigón armado con pilares circulares y
rectangulares dispuestos en fachada y en medianeras principalmente para
conseguir la mayor diafanidad en las plantas. Los pilares interiores, a
excepción de los del área de ascensores, están dispuestos con simetría
respecto a la diagonal. Los forjados están formados igualmente por una placa
de hormigón aligerado (de 35 cm de espesor) con nervaduras bidireccionales.
Los acabados se caracterizan por su sobriedad y gran austeridad cromática,
con alguna concesión a la combinación de mármoles coloreados y paneles de
madera en el acceso de la calle Salustiano Olózaga.
El inmueble fue adquirido por el Consorcio de Compensación de Seguros en
1996, mantiene su uso como oficinas y está alquilado. Para su ocupación se
realizó un proyecto de nueva distribución interior y de acondicionamiento
general de instalaciones, que no afectó a la configuración estructural ni a la
fachada, así como una adecuación del acceso a través de la calle Salustiano
Olózaga.
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