TEORÍA POLÍTICA DE LOCKE La teoría política de Locke no puede entenderse sino en relación con el desarrollo histórico que da lugar a la revolución inglesa y con las interpretaciones que al hilo de la confrontación entre los partidarios de la monarquía, los tories, y los partidarios del Parlamento, los whigs, se producen en la Inglaterra del siglo XVII. Hobbes y el contrato social Thomas Hobbes (1588-1679), defensor de Carlos 1, propone en su obra Leviatán (1651) la teoría del contrato social, según la cual el Estado y el poder político no proceden ni directa ni indirectamente de Dios, sino que son fruto de un pacto libre entre los miembros de una sociedad en el que se someten a la autoridad del Estado a cambio de su protección. La obra fue criticada por los parlamentaristas, a causa de su absolutismo, y por los monárquicos, al rechazar el origen divino del poder. Hobbes se refiere a un hipotético estado natural de los hombres. En este estado, cada hombre puede usar su poder incluso frente a otros para preservar su propia vida. Esto, que constituye un derecho natural, conduciría a una guerra de todos contra todos. En el estado de naturaleza, homo homini lupus, el hombre es un lobo para el hombre. Por eso es necesaria la creación de un Estado fuerte. Cada hombre renuncia a su derecho en la medida en que los demás también renuncien, y en pro de la paz y defensa de su propia vida, así como de la propiedad como el medio que permite preservarla. Este pacto es el origen del Estado o Leviatán. En él todos los hombres renuncian a todo su poder político, convirtiéndose el Estado en un poder absoluto e indivisible. La institución en la que recaiga la soberanía puede ser individual o colectiva, pero ha de expresar una voluntad única e indivisible. El contractualismo de Hobbes disuelve la voluntad del pueblo en la del soberano, ya que la única voluntad legítima es la del Estado. Por lo tanto, ni la tolerancia ni la desobediencia civil tienen sentido. Las prerrogativas del soberano anulan casi toda la libertad de los ciudadanos. El contractualismo liberal de Locke La visión contractualista de Hobbes y Locke se aleja de la concepción política de Aristóteles que considera el Estado como algo anterior al individuo. No habría desde su punto de vista un estado o situación de naturaleza en la que los hombres existieran para luego acordar la formación de un Estado. Según Aristóteles lo natural para el ser humano es la vida en la comunidad política. Sin embargo, aunque Locke comparte con Hobbes la teoría del pacto o contrato social como origen del Estado, no considera que este pacto pueda entenderse como la legitimación de un poder absoluto ni como la renuncia de los ciudadanos a sus derechos. De hecho los dos Tratados sobre el gobierno civil fueron escritos con el propósito de alentar la desobediencia civil y promover la rebelión, aun cuando por la fecha de su publicación, 1690, aparecieron como la justificación de la revolución ya acontecida en 1689. El estado de naturaleza En e! estado de naturaleza los hombres son libres e iguales, pero no es e! imperio de la ley de! más fuerte, como había sugerido Hobbes. La existencia de Dios garantiza los derechos naturales fundamentales. «El estado natural tiene una ley natural por la que se gobierna, y esa ley obliga a todos. La razón, que coincide con esa ley, enseña a cuantos seres humanos quieren consultarla que, siendo iguales e independientes, nadie debe dañar a otro en su vida, salud, libertad o posesiones; porque siendo los hombres todos la obra de un Hacedor omnipotente e infinitamente sabio son propiedad de ese Hacedor y Señor». La vida y la salud, la libertad y la propiedad privada son derechos inalienables, que pertenecen al ser humano por naturaleza. Si bien no deja de sorprender la aceptación que Locke hace de la esclavitud, dejando al esclavo como único modo de evitar las penalidades de su esclavitud la aceptación de su propia muerte. Para Locke la propiedad es un derecho natural y, por lo tanto, anterior a la sociedad civil, que no beneficia sólo al individuo: «Quien se apropia de una tierra mediante su trabajo no disminuye, sino que aumenta, los recursos del género humano». Nadie puede ser excluido del derecho a la propiedad privada, que debe ser limitado a una proporción muy moderada. Es la propia naturaleza la que «estableció convenientemente la medida de la propiedad según la magnitud del trabajo del hombre y las necesidades de la vida». En el estado de naturaleza es cada individuo quien habría de ocuparse de hacer cumplir la ley natural, de castigar a quien ha transgredido los derechos causándole un daño, lo que resulta difícil, bien por la falta de imparcialidad al tener que ser cada uno juez de su propia causa, bien por la falta de fuerza para imponer su razón. El pacto social Es esta limitación del estado de naturaleza la que origina el pacto por el que los hombres renuncian a su derecho natural a defenderse, a juzgar y a castigar las ofensas, constituyendo así una comunidad que garantiza la imparcialidad de las normas y la autoridad en la exigencia de su cumplimiento. Cuando los hombres delegan en una institución ese poder para juzgar y castigar, se constituye el Estado. Esta delegación es temporal y depende del cumplimiento de la función a la que responde. Los hombres pactan libremente la creación del Estado, otorgándole al soberano el poder que le permita garantizar esos derechos. Si el Estado dejase de cumplir esa función, el pacto quedaría anulado y el pueblo podría rebelarse contra el soberano. Ningún poder absoluto, ni personal ni institucional, puede imponerse contra la libertad del individuo, en cuyo ámbito privado no debe inmiscuirse e! Estado. La división de poderes Es una preocupación fundamental que el poder del Estado esté limitado al cumplimiento de esa función, evitándose el abuso de poder y su corrupción. Con este propósito, Locke considera necesario dividir los poderes del Estado: a)El poder legislativo o de elaborar las leyes es el poder supremo, «porque quien puede imponer leyes a otros ha de ser, por fuerza, superior». Del poder legislativo depende que las leyes sean iguales para todos y que respondan al bien común. A este poder deben rendir cuentas los otros poderes. b)Corresponde al poder ejecutivo aplicar las leyes y sancionar su incumplimiento. c)El poder federativo va unido al anterior y se ocupa de la seguridad y de los intereses públicos en el exterior. El poder legislativo radica en el Parlamento elegido por el pueblo, mientras que el ejecutivo y el federativo corresponden al monarca y a su gobierno. La tolerancia Como hemos observado Locke propone funciones muy concretas y limitadas para el Soberano, dejando al margen de cualquier intromisión por su parte la vida privada. Esta es la clave en la que se basa la idea de tolerancia en Locke, que además se extiende al ámbito de la religión. La tolerancia religiosa implica por un lado que el Estado no tiene derecho a legislar sobre las creencias religiosas, que forman parte de la privacidad del individuo, y por otro que el Estado debe cumplir su función al margen de cualquier influencia por parte de la religión. El totalitarismo del Leviatán propuesto por Hobbes, que anula la voluntad individual, se ha transformado en la defensa de la libertad de los ciudadanos y de la tolerancia.