Ensayo sobre el Iusnaturalismo Moderno HUGO AUGUSTO INTRODUCCIÓN El Iusnaturalismo es un modelo teórico de la ciencia política que a partir del análisis de la naturaleza del hombre establece la necesidad de un contrato para formar la sociedad civil, entendida como el estado. De ahí que también se le conozca como contractualista. Esta corriente se aparta del modelo aristotélico y no hace un estudio histórico de la naturaleza del hombre, sino un juicio de valor. En la Grecia antigua y en la edad Media también había pactos, pero en este ensayo nos referiremos a quienes retoman esa premisa y la convierten en teoría, en el pensamiento moderno. El iniciador del Iusnaturalismo es Thomas Hobbes, a mediados del siglo XVII y termina dicha corriente con Immanuel Kant, a finales del XVIII. Además de referirnos a ambos autores, veremos también los postulados de otros grandes ponentes de dicho pensamiento: John Locke y Juan Jacobo Rousseau. Todos ellos se ubican en el renacimiento y en un periodo de cambio, del mundo de la edad Media a la modernidad, por lo cual rompen con la visión antigua y sustentan bases para la futura época moderna, en especial Rousseau y Locke. El Iusnaturalismo desaparece con la corriente del historicismo, encabezado por Hegel. El “modelo iusnaturalista” tiene tres momentos fundamentales: 1) el estado de naturaleza, 2) el contrato social y 3) la sociedad civil (o el estado). Los representantes del Iusnaturalismo parten de un juicio de valor (positivo o negativo) del estado de naturaleza del Hombre. En ese estado de naturaleza coinciden los autores en que prevalece el individualismo y que posteriormente conforman la sociedad civil o estado por medio de un contrato. A su vez, manifiestan sus preferencias en las formas de gobierno emanadas del contrato social, desde el absolutismo hasta la República. Norberto Bobbio dice que para conocer con mayor claridad los preceptos de una corriente teórica hay que analizar los planteamientos de la corriente que le precede. Así, para contrastar más las ideas del Iusnaturalismo con la edad Media, haremos primero un recorrido de los planteamientos de uno de los máximos ponentes del estado absolutista: Jean Bodino. 2 En Bodino encontramos a un seguidor del modelo aristotélico que consideraba la autoridad política como un hecho natural. Fue también uno de los teóricos del derecho público, junto con Hobbes en la formación del estado moderno, donde se separa el derecho público del privado. Bodino contribuyó con conceptos jurídico-políticos universales para la reorganización social, y es que con la disolución del estado antiguo y con la formación de las monarquías germánicas hubo profundas transformaciones en las relaciones políticas por lo que ya no bastaba la pura aplicación del derecho romano. Hubo dos categorías fundamentales del derecho público europeo, que habían derivado del derecho privado y de las cuales se sirvieron durante siglos los juristas para la construcción de una teoría jurídica del estado: el dominium (dominio), entendido como poder patrimonial del monarca sobre el territorio del estado, que se distingue del imperium (imperio), en que representa el poder de mandar a los súbditos; y el pactum (pacto), con todas sus especies, societatis (asociación), subiectionis (sumisión), unionis (unión), y que funge como principio de la legitimación del poder en toda la tradición contractual que va de Hobbes a Kant1. En este trabajo seguiremos los pasos de Bobbio al analizar la dicotomía de los postulados de cada ponente mencionado. Comenzaremos con el estudio de los planteamientos de Bodino, para lo cual nos remitiremos a su obra Los Seis Libros de la República.2 Enseguida, haremos una descripción general del modelo iusnaturalista. Posteriormente, describiremos las particularidades de cada uno de los autores de esa corriente a través de sus obras principales. Finalizaremos el ensayo con unas breves reflexiones a manera de conclusión. I. JEAN BODINO Y LA MONARQUÍA DIVINA Jean Bodino vivió en Francia de 1530 a 1596. A mediados de ese siglo XVI había una crisis profunda en Francia, por el movimiento de Reforma y que quebraba la unidad espiritual europea. Era además una crisis de la sociedad, pues sus estructuras tradicionales habían sido trastocadas desde siglos antes. También se vivía una crisis económica fuerte y una crisis política que comprometió el poder del rey a manos de partidos y facciones. Bodino fue un defensor del estado absolutista (divino), el cual se afirmaba frente a la descomposición del feudalismo. Bodino fue uno de los juristas defensores de la ideología absolutista. 1 Norberto BOBBIO, Estado, gobierno y sociedad Por una teoría general de la política; Tr: José F. FERNÁNDEZ SANTILLÁN, México: FCE, Breviarios, primera edición en español, 1989, p. 26. 2 Fue publicada esta obra en 1576. Véase Jean, BODINO, Los Seis Libros de la República; 113 p. 3 Así como el gran Dios de la naturaleza, infinitamente sabio y justo, manda a los ángeles, así los ángeles, mandan a los hombres, los hombres a las bestias, el alma al cuerpo, el cielo a la tierra, la razón a los apetitos, a fin de que quien esté menos dotado para el mando sea dirigido y guiado por aquel que, como recompensa a su obediencia, le puede preservar y dar seguridad.3 Con su discurso, Bodino daba respuesta a las exigencias históricas y establecía principios universales del derecho público, de acuerdo con la razón natural y con la ley de Dios, pues para él la religión es el principal fundamento de la república y en ella se sustenta la autoridad del príncipe. “De lo que se trataba, pues, a juicio de Bodino, no era de restablecer la unidad estática del orden medieval, sino de recrear un nuevo orden que albergase en su seno las fuerzas sociales y espirituales liberadas por la historia”4. Sin embargo, la mayor importancia de la obra de Bodino no fue haber renovado al derecho divino, sino haber hecho un análisis de la soberanía. Él establece que la soberanía recae en el príncipe, o soberano quien puede dar leyes a todos en general sin obligarse a las mismas, pues sólo sigue los mandatos de Dios. Bodino concibe precisamente a la república como un “recto gobierno de varias familias, y de lo que les es común con poder soberano”.5 Estos son los tres elementos principales que componen a la república (en este caso entendido como monarquía): familia, soberanía y lo que les es común. Basta que haya tres familias (de cuando menos cinco personas) para componer una República, aunque no hace de lado la descripción de una república grande, la cual, a demás de contar los elementos anteriores, debe tener un territorio, tierra fértil, ganado abundante y un patrimonio público. La familia es una unidad natural que al unirse con otras forman un gobierno de familias que, al regirse por una autoridad soberana forman el estado. Bodino enfatiza que la soberanía se deposita en el príncipe y nunca puede ser limitada, dividida ni revocada. De lo contrario, serían simples depositarios. En ese sentido, el príncipe soberano no obedece las leyes de sus predecesores ni se somete a las suyas, sólo a las de Dios. Es la fuente del derecho, un poder supremo. Para Bodino la libertad natural es no depender de nadie, salvo de Dios. Pero ante esa libertad es necesario dar el mando a quien tenga la razón. En su exposición, el autor concluye que el ese mando debe estar en el pater familias (poder ante los hijos, la esposa, los esclavos y de pertenencia de la propiedad). El padre de familia manda en su casa, pero justo al momento de salir de la misma se convierte en “súbdito libre dependiente de la soberanía de otro”. Es decir, se convierte en ciudadano con deberes públicos, con lo que hace una clara distinción que la jurisdicción del estado concluye en la casa. 3 Ídem., p. 5. Ídem., p. XLVI, estudio preliminar de Pedro BRAVO GALA. 5 Ídem., p. 9. 4 4 Esa soberanía depositada en otro se refiere a la obediencia, fe, sumisión, ayuda y socorro que le deben al príncipe, a cambio de la seguridad que éste le proporcione a los súbditos, además de justicia emanada del mando con rectitud e integridad. Una de las restricciones del soberano es en cuanto a la propiedad privada, la cual pertenece a la familia. Ello se debe a que Bodino considera la propiedad privada un derecho natural.6 Otro impedimento es ante la ley de Dios, aunque ésta en realidad era la voluntad del soberano. La última limitante es la ley de la naturaleza, una ley moral, basada en la tradición. De lo anterior se desprende que el soberano tenía un poder absoluto salvo ante la sagrada propiedad. Por último, Bodino analizó otras formas de gobierno, como la aristocracia y la democracia. De su interpretación desprendió que ambas formas sólo conducían a la anarquía, por su composición como estado dividido (estado mixto). Consideraba que el único estado bien ordenado es la monarquía porque el poder de decisión recae en una sola persona, con una soberanía indivisible. Sin embargo, no pudo demostrar que era el mejor estado. Un siglo más tarde, Hobbes retomaría la teoría de la soberanía en términos de poder y, en busca de un fundamento ético y no solamente autoritario, al poder político, autores como Gocio y Locke revivieron el iusnaturalismo. “La distinción entre el estado y el gobierno será retomada dos siglos después por Rousseau en el Contrato Social, con la diferencia de que en Rousseau la soberanía reside exclusivamente en el pueblo, es decir, en el cuerpo colectivo que expresa la voluntad general, y por tanto para él no hay más que una sola forma de estado, el basado en la soberanía popular a la cual llama ‘república’...”7 II. FUNDAMENTOS DEL IUSNATURALISMO MODERNO El iusnaturalismo es una teoría del derecho natural (ius naturale) que sucede al derecho divino dentro del modelo aristotélico. El modelo iusnaturalista es dicotómico, porque concibe la constitución del estado desde una perspectiva del estado de naturaleza y un estado civil (sociedad civil). Esta corriente da inicio con Thomas Hobbes, por lo que también se le conoce como modelo hobbesiano. 6 Este derecho natural es similar al de Locke, sólo que el primero lo atribuye a la familia, mientras que el último lo hace al individuo. Véase George H. SABINE Historia de la teoría política, Tr: Vicente HERRERO, México: FCE, tercera edición en español, 1994, p. 316. 7 Norberto BOBBIO; La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político; tr: José F. FERNÁNDEZ SANTILLÁN, México: FCE, primera reimpresión a la primera edición, 1989, p. 88. 5 Esta teoría política parte del estado de naturaleza del hombre, el cual se convierte en estado de guerra, por lo cual es necesario cambiarlo a través de un contrato para crear la sociedad civil o estado, el cual es un artificio. El modelo se basa en la dicotomía estado de naturaleza – sociedad civil. Los elementos de esta dicotomía son: 1) el punto de partida es el estado de naturaleza, es decir, un estado no-político; 2) el estado de naturaleza está constituido por individuos no asociados, y 3) existe una relación de contraposición y exclusión recíprocas entre a) el estado de naturaleza en el que los individuos se encuentran independientemente de su voluntad; b) la sociedad civil (estado político) instituida con base en un proyecto racional de los hombres. El estado civil es una creación artificial. El paso de un estado a otro no sobreviene por una evolución natural (como sucede en el modelo aristotélico), sino por una convención, es decir, mediante una acción voluntaria manifestada en un contrato. Por eso se dice que el iusnaturalismo moderno es contractualista8. En la doctrina contractualista el pacto de asociación (pactum societatis) convierte una multitud en un pueblo, mientras que el pacto de sujeción (pactum subiectionis) forma el gobierno. Estos dos pactos representan dos momentos de la formación del cuerpo político: el primero crea el cuerpo social, el segundo produce el gobierno9. Según las premisas del iusnaturalismo, “los individuos tienen el interés de construir la sociedad política y proyectar racionalmente un estado capaz de protegerlos. Por consiguiente, en la perspectiva del modelo iusnaturalista el estado es creado por la voluntad racional de los hombres”10. Para los iusnaturalistas el contrato es un principio racional, pero algunos consideran que puede argumentarse históricamente, como Rousseau, y otros que sólo es una razón de valor, como Kant. El iusnaturalismo es una teoría racional del estado: sólo mediante un proyecto racional es posible el paso del estado de naturaleza a la sociedad es posible el paso del estado de naturaleza a la sociedad civil; el consenso racional de los hombres es expresado formalmente en el contrato social. El contrato social es el tercer elemento del modelo que permite la salida de la condición natural y el ingreso en la condición civil (o política) artificial. En suma, el pacto produce una realidad diferente de la natural11. 8 José F. FERNÁNDEZ SANTILLÁN, Locke y Kant Ensayos de filosofía política, México: FCE, 1992, p. 17. Ídem., p. 34. 10 José F. FERNÁNDEZ SANTILLÁN, Hobbes y Rousseau Entre la autocracia y la democracia, México: FCE, 1988, p. 14. 11 Ídem. 9 6 III. PRINCIPALES PONENTES DEL IUSNATURALISMO MODERNO A. THOMAS HOBBES Thomas Hobbes nace en Inglaterra en el s. XVII y vive una época de radicalismos y de guerra civil, por una contienda entre el rey y el parlamento. A esta situación responde el autor al sostener que el estado de naturaleza del hombre es un estado de lucha de todos contra todos, en la que impera la ley del más fuerte. Éste es el punto de partida de Hobbes y en el cual existe un temor a perder la vida, pues todos, son capaces de causar la muerte. Es el miedo el que conlleva la necesidad de buscar la seguridad y ésta sólo se obtiene a través de un pacto entre los hombres para crear un hombre artificial, es decir, un estado, una república... un Leviatán. (...) gracias al arte se crea ese gran Leviatán que llamamos república o estado que no es sino un hombre artificial, aunque de mayor estatura y robustez que el natural para cuya protección y defensa fue instituido; y en el cual la soberanía es un alma artificial que da vida y movimiento al cuerpo entero...12. El miedo del estado natural conduce a la necesidad de dominarlo y en el estado artificial finca la esperanza de encontrar la paz. De ahí que el valor será: bueno lo que conduzca a la paz y malo que produzca inseguridad y miedo. Es el pacto algo que la naturaleza humana no rechaza sino que desea. El hombre es un dios para el hombre, y el hombre es un lobo para el hombre. El primer dicho se aplica a la conducta de los conciudadanos; el segundo, a la de los estados entre sí. En el primer caso, por la justicia, la caridad y las virtudes de la paz, se aproximaba a la semejanza con Dios; en el segundo, por la depravación de los malos, incluso los buenos tienen que recurrir, si quieren protegerse, a las virtudes de la guerra y al engaño, esto es, a la rapacidad animal. Y es el derecho natural que surge de la necesidad de la propia conservación el que impide que esa rapacidad sea un vicio13. Para Hobbes, la causa del miedo mutuo se debe a la igualdad del hombre en el estado de naturaleza, en la que hay voluntad de agredirse mutuamente, por lo que no se puede esperar seguridad de los otros. Entonces, en el derecho natural se funda el que el hombre proteja, en cuanto pueda, su vida y sus miembros. La desigualdad existe ahora por la introducción de la ley civil, pero como ha sido pactado voluntariamente, no debe considerársele injusto. Ahora existe quien vele por la seguridad y se vale legalmente de castigos. A este derecho Hobbes lo llama la espada de la justicia. A través del pacto, todos 12 Thomas HOBBES, Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, tr: Manuel SÁNCHEZ SARTO, México: FCE, 1987, p. 3. 13 Thomas HOBBES, “Carta al excelentísimo señor Guillermo Conde de Cevonshire”, El Ciudadano, p. 2. 7 los hombres -que por naturaleza son antisociales- transfieren el poder a un soberano y nadie puede renunciar al mismo. Ceden todos sus derechos, exceptuando el de la vida, a un tercero, en aras a la eficacia de brindar seguridad. Sólo un gobierno con fuerza necesaria puede mantener la paz. Así, el derecho natural de ejercer la fuerza por cuenta propia se traslada al soberano. En todo estado se dice que tiene el PODER SUPREMO o la POTESTAD SOBERANA o el DOMINIO, el hombre o la asamblea a cuya voluntad han sometido los demás la suya, como queda dicho. Este poder y derecho de mandar consiste en el hecho de que todos y cada uno de los ciudadano han transferido toda su fuerza y su poder a aquel hombre o asamblea. Y el haberlo hecho equivale a haber renunciado al derecho a oponerse. Todo ciudadano, así como toda persona civil subordinada se llama SÚBDITO del que tiene poder supremo14. En este caso, el soberano no tiene un origen divino (como con de Bodino). Hobbes quería defender la unidad del estado inglés (y universal) y separar lo religioso. A pesar de ello, Hobbes utiliza algunos argumentos religiosos para sostener sus tesis, como el que los hombres son malos, tal como aparece claramente en las Sagradas Escrituras -imputa el autor15. Para Hobbes, la iglesia es una asociación, cuya cabeza es el soberano. La religión está bajo las leyes del derecho y del gobierno. Yo fundo, en efecto, el derecho civil de los soberanos, y el deber y la libertad de los súbditos, sobre las inclinaciones manifiestas de la humanidad, y sobre los artículos de la ley de naturaleza, que no puede ignorar nadie que pretenda tener raciocinio bastante para gobernar su propia y peculiar familia. En cuanto al poder eclesiástico del mismo soberano lo fundo en aquellos textos que son evidentes por sí mismo y que están en armonía con intención de la Escritura entera16. Por otra parte, el filósofo de Malmesbury considera que la propiedad comenzó con el estado mismo y que es propio de cada uno en tanto lo permitan las leyes, porque el estado es un poder supremo.17 En este punto, Hobbes mantiene el estado de naturaleza en el que todo es de todos y no da lugar a la propiedad privada, sólo bajo su tutela. Al igual que Bodino, Hobbes identifica tres formas de gobierno: democracia, aristocracia y monarquía. Asimismo, se manifiesta partidario de la monarquía y tampoco demuestra por qué es mejor que las otras dos, sólo compara lo que a su juicio son inconvenientes y ventajas de cada gobierno mixto. Por ejemplo, se refiere a que la democracia y aristocracia tienen que deliberar y decretar. El monarca, en cambio, siempre puede ejercer el poder. Las primeras no aseguran la paz, el monarca sí. “El gobierno mixto es 14 Ídem., p. 55. También nos dice Hobbes que las leyes naturales “no son en sentido estricto leyes, porque proceden de la naturaleza. Pero al estar establecidas por dios en las Sagradas Escrituras (...) reciben el nombre de leyes con toda propiedad”. El Ciudadano, ob. cit., p. 42. 16 HOBBES, Leviatán..., ob. cit., p. 584. 17 Aquí podemos observar que ha perdido los límites que todavía tenía con la monarquía de Bodino. 15 8 comparado con algo monstruoso. En el reino del Espíritu, la unión de las tres personas genera la Trinidad, pero en el terrenal, la unión de las tres partes del estado da origen a monstruos”18. El monarca sustenta la soberanía, la cual debe ser indivisible e inalienable. El derecho es su voluntad, ningún derecho constitucional restringe su competencia. Su poder es ilimitado porque no existen otras autoridades, ni siquiera la de Dios ni aquellas que había establecido Jean Bodino. B. John Locke El inglés John Locke se desarrolla durante la segunda mitad del siglo XVII, basa su razonamiento del estado de naturaleza del hombre como el de la razón recta. En clara refutación a Hobbes, John Locke considera que el estado de naturaleza del hombre no es la guerra, es un estado donde reina la paz, porque el hombre está guiado por la recta razón. Y esta es la obvia diferencia entre el estado de naturaleza y el de guerra, los cuales, por más que los hubieren confundido algunos, son entre sí tan distantes como un estado de paz, bienquerencia, asistencia mutua y preservación lo sea de uno de enemistad, malicia, violencia y destrucción mutua. Los hombres que juntos viven, según la razón, sin común superior sobre la tierra que pueda juzgar entre ellos, se hallan propiamente en estado de naturaleza. Pero la fuerza, o el declarado propósito de fuerza sobre la persona de otro, cuando no hay común superior en el mundo a cuyo auxilio apelar, estado es de guerra...19. El estado de naturaleza al que se refiere Locke es casi perfecto, lo que hace falta es un juez imparcial que dirima el conflicto entre las partes. Entonces, como el hombre está amenazado se pasa a un estado belicoso, que es cuando deja su estado de naturaleza. Lo hace de manera libre y consensada. Por lo tanto, la gente decide constituir un estado político regido por el principio de la mayoría. El único derecho que tiene en el contrato es el de la impartición de la justicia. A diferencia de Hobbes, basado en un sistema dicotómico, Locke se basa en uno tricotómico: estado de naturaleza-estado de guerrasociedad civil. Hobbes ubica la paz sólo como el resultado del contrato. En cambio Locke la ubica en dos momentos: 1) en el del estado de naturaleza (espontánea) y 2) como en el producto del pacto (inducida). En el primero prevalece la libertad y la igualdad. La libertad consiste en no hallarse bajo más restricción que la impuesta por la naturaleza, la cual obliga a todos (a diferencia de Hobbes que era bajo la prudencia). Esta obligatoriedad se da por parte de los hombres, mas no en un tercero. 18 19 BOBBIO, La teoría de las formas..., ob. cit., p. 105. John LOCKE, Ensayo sobre el gobierno civil, Madrid: Aguilar, 1976, cap. III, párrafo 19, p. 12. 9 Locke es considerado un liberal y coincide con él Kant. Considera que la libertad es seguir cada cual sus inclinaciones, mientras no infrinja la ley de la naturaleza. También se distingue por ser un demócrata, por lo que se aparta de la monarquía y aristocracia y, en su lugar, se pronuncia por la democracia. Para él, el poder supremo reside en el conjunto de la comunidad y la ley nace del consentimiento (por la ley de la mayoría). Aprueba un gobierno mixto, sólo que compuesto por el ejecutivo, el legislativo y -en lugar del judicialel federativo, encargado éste de las políticas externas. Para Locke existe un derecho natural de propiedad, anterior al de la ley y que comprende vida, libertad y bienes. Es decir, en el estado de naturaleza ya existe el derecho de propiedad. En un principio era una propiedad común pero luego pasó a ser individual. Esto, gracias al trabajo invertido por el hombre, como al poner una cerca. Sin embargo, al acaparar productos perecederos y no usarlos, atentaba contra el derecho de los demás y su propiedad volvía a ser común, en tanto no pudiera aprovechar sus productos. Luego vino el intercambio a través de metales, los cuales, por no perecer sí podían acumularse. Así la acumulación de propiedad aumentó y se dieron disputas por los títulos. C. JUAN JACOBO ROUSSEAU El ginebrino Juan Jacobo Rousseau difiere de Hobbes en cuanto a la naturaleza del Hombre. Rousseau considera que el hombre es un ser bueno por naturaleza, es positivo y no está guiado por las pasiones, la cuales son parte de la sociedad. Sobre todo, no vayamos a concluir con Hobbes que por no tener ninguna idea de la bondad, el hombre es naturalmente malo, que es vicioso porque no conoce la virtud, que rehúsa a sus semejantes servicios que no cree deberles, ni tampoco que en virtud del derecho que se atribuye con razón respecto de aquellas cosas de las que tiene necesidad se imagine por ello neciamente el único propietario de todo el universo20. Al igual que Locke, Rousseau emplea un esquema tricotómico, es decir, estado de naturaleza-sociedad civil-república. El primero se trata de un estado casi perfecto que es degenerado por la civilización, donde hay vicios y conflictos, causantes de la desigualdad y opresión. Es importante observar que es en esos cambios sucesivos de la constitución humana donde es preciso buscar el primer origen de las diferencias que distinguen a los hombres, los cuales, según consentimiento común, son por naturaleza tan iguales entre sí como lo son los animales de cada especie21. 20 Juan Jacobo ROUSSEAU, Segundo discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres, p. 147. 21 Ídem., p. 111. 10 Es en la institucionalización de la sociedad civil cuando el hombre se corrompe. Más aún, en el proceso de civilización, cuando surge la división del trabajo y el reconocimiento de la propiedad privada, donde se origina la desigualdad entre propietarios y no propietarios. Para Rousseau la sociedad civil es una condición no-política. Hace énfasis en la igualdad, hasta oponerse a la esclavitud- y lo que se va perdiendo en la sociedad. Propone recuperar la condición de igualdad del hombre, por lo que su obra El Contrato Social22 establece la necesidad de un contrato para instituir la república. En ella, el yo común es la voluntad general. Para Fernández Santillán esto significa: Participar activamente en las decisiones que competen al “yo común” y no ser sometidos a algún tipo de opresión, no caer en la posibilidad objetiva de ser dominados por la voluntad de cualquier otro23. Para Rousseau la soberanía reside en el pueblo, se trata de una soberanía popular, en un estado democrático. D. IMMANUEL KANT Immanuel Kant construye un sistema pensamiento que es casi un paradigma, en donde entran desde las ciencias de la naturaleza hasta las ciencias del espíritu. A la dicotomía estado de naturaleza-sociedad civil la interpreta dentro de la metafísica. Tiene que ver con la razón, la cual determina toda su formulación. Su concepto de razón no tiene nada que ver con Hobbes ni Locke. Kant sostiene que el fin del hombre es la felicidad en el estado de naturaleza. Se trata de un estado provisional y el estado civil es un estado jurídico perentorio, donde reina la vida privada. Para pasar al estado civil, que es jurídico, hay que obedecer un mandato de la razón práctica (un deber moral). El paso, una vez más se da mediante un contrato (contractus originarius), en el cual los individuos desean hacer el cambio, porque el estado de naturaleza es una situación de injusticia, por lo que es un deber jurídico pasar a la situación contraria, de justicia, en el estado civil. El contrato originario es el único que puede fundar una constitución civil. En el estado de naturaleza priva el derecho privado, mientras que el público se encuentra en el estado civil con los contratos, los derechos privados se hacen públicos. Se da un cambio de forma, no de fondo, pues el derecho se hace formalmente público. 22 Véase Juan Jacobo ROUSSEAU, El contrato social, México: ed. Porrúa; col. Sepan cuántos, núm. 113, 1987, 173 p. 23 José F. FERNÁNDEZ SANTILLÁN, Hobbes y Rousseau Entre la autocracia y la democracia, México: FCE, 1988, p. 86. 11 El derecho positivo (público) sólo existe cuando se constituye el estado; el derecho natural (privado) es anterior al estado. El derecho positivo emana de la voluntad de un legislador; el derecho natural se basa en principios a priori24. En el estado de naturaleza toda posesión es provisionalmente jurídica. Pero en el estado civil, es una posesión perentoria. Se trata de una condición política instituida por la voluntad racional de los hombres. Kant no busca anular el derecho natural, sino hacer posible su ejercicio mediante la coacción organizada. Para Kant, la soberanía es inescrutable. El poder común permite la regulación de las relaciones privadas, normadas por el derecho público (positivo), por lo que el estado civil está orientado a permanecer. Al igual que Hobbes, Kant se inclina por un estado absoluto. Sus límites, en este caso son las leyes imperfectas. Kant sólo distingue dos formas de gobierno: la república y el despotismo y, a pesar de que Kant es favorable a la separación de poderes, prefiere el poder absoluto. Por último. Kant admite la libertad de pensamiento y de expresión, por lo que se le considera un iluminista, además de liberal. IV. CONCLUSIONES Una de las coincidencias de los representantes del iusnaturalismo fue su idea de crear una verdadera ciencia moral. Trataron de descubrir las reglas universales de la conducta. Sin embargo, sufrieron la crítica de haber pretendido estudiar el mundo de la historia con los mismos instrumentos conceptuales de los físicos estudian la naturaleza, y por tanto, lo han “desnaturalizado”. A su vez, hicieron una gran sistematización a la materia jurídica. De acuerdo con el modelo dicotómico, el hombre no puede vivir en el estado de naturaleza y en la sociedad civil al mismo tiempo. A lo largo de dos siglos, nos dice Bobbio “el modelo hobbesiano sufre muchas variaciones que pueden reagrupadas entorno a tres temas fundamentales: el punto de partida -el estado de naturaleza-, el punto de llegada -el estado civil- y el medio a través del cual se da el paso de uno a otro -el contrato social. El contrato es un principio de legitimación del estado. “Las variaciones que se refieren a las características del estado de naturaleza se reúnen principalmente alrededor de estos tres problemas: 1) es el estado de naturaleza un estado histórico o solamente imaginario (una hipótesis racional, un estado ideal, etc.); 2) es pacífico o belicoso; 3) es un estado de aislamiento (en el sentido de que cada individuo 24 FERNÁNDEZ, Locke y Kant; ob. cit., p. 62. 12 vive por cuenta propia sin tener necesidad de los demás) o social (si bien de una sociedad elemental)”. Bobbio establece la combinatoria siguiente para las variables del pacto: 25 A) Según las características del estado de naturaleza: 1. histórico o imaginado; 2. pacífico o belicoso; 3. integrado por individuos aislados o por agrupaciones sociales. B) Según la forma y el contenido del propio pacto: 1. establecido por los individuos en beneficio de la colectividad o un tercero; 2. si al acuerdo de los individuos entre sí (pactum societatis) debe seguir o no otro entre el pueblo y el soberano (pactum subiectionis); 3. permanente o soluble; 4. con renuncia total o parcial a los derechos naturales; 5. el poder del soberano es absoluto o limitado. Hobbes tiene una concepción negativa del estado de naturaleza del hombre. A través del pacto se da una sumisión de voluntades al soberano. “El estado es un leviatán, pero ningún hombre ama o reverencia un leviatán. Queda reducido a un artificio útil, bueno para la función que desempeña, pero no es sino el servidor de la seguridad privada. En este argumento resumió Hobbes una concepción de la naturaleza humana que era resultado de dos siglos de decadencia de las instituciones económicas y sociales consuetudinarias. Además, captó el espíritu que había de animar el pensamiento social por lo menos durante dos siglos más, el espíritu del laissez.-faire”.26 “A través del debate sobre el fundamento del poder puesto en términos jurídicos nace la idea del contrato social y del contrato de sujeción, destinada a inspirar las doctrinas contractualistas que tanta parte tuvieron en el debate sobre el origen y fundamento del estado en la época moderna; doctrinas que el siglo XIX rechazó pero que hoy se han vuelto de nuevo de gran actualidad porque son útiles para explicar de los grandes conflictos sociales, propia del estado contemporáneo, más que las teorías orgánicas del estado en nombre de las cuales el contractualismo fue abandonado”27. De acuerdo con Fernández Santillán, podemos ver que los valores políticos de los autores que hemos revisado en el presente ensayo, son diversos: Hobbes da valor al orden, Rousseau, a la igualdad, en tanto que Locke y Kant lo hacen a la libertad individual (sólo que el primero en una perspectiva económica y el segundo en la moral). Asimismo, Fernández S. considera que las opciones políticas de cada autor son las siguientes: Joaquín RODRÍGUEZ FEO, en la introducción a “El Ciudadano”, ob. cit., p. XXVI. SABINE, Historia de la teoría política..., ob. cit., p. 362. 27 BOBBIO, Estado..., ob. cit., p. 97. 25 26 13 Hobbes, el estado orden; Rousseau, el estado pueblo; Locke, el estado liberal, y Kant, el estado constitucional28. Por otra parte, los partidarios de la indivisibilidad del poder soberano eran Hobbes y Rousseau y, mientras que los afines con la división de poderes eran Locke y Kant. A su vez, el autor, nos dice que Hobbes se mueve en binomio contradictorio anarquíaorden, mientras que Locke lo hace en la opresión-libertad. El primero subordina el estado natural al orden, mientras que el segundo lo hace a la libertad. Ya vimos que Hobbes utiliza la dicotomía estado natural-sociedad civil, lo cual se interpreta como afirmaciónnegación; mientras que Locke lo hace tricotómico; es decir, afirmación-negación-negación de la negación (nueva afirmación). Al respecto, Bobbio nos dice: El proceso histórico de acuerdo con Locke se puede reconstruir de la siguiente manera: 1) estado de naturaleza, en el que cual nacen los derechos fundamentales del hombre, como la libertad, la igualdad y [...] la propiedad (tesis); 2) estado de naturaleza real (que es equiparado como el estado despótico), en donde los derechos naturales no son garantizados (sólo al déspota) (antítesis); 3) estado civil en el que el estado de naturaleza no es cancelado, sino retomado (síntesis)29. 28 29 Véase FERNÁNDEZ; Locke y Kant, ob. cit., p. 13. Ídem., p. 25.