J. Keats /// Al sentarme a leer King Lear otra vez ¡Oh, romance de dorada lengua con sereno laúd! ¡Sirena de hermosas plumas, reina de lo lejano! Deja de melodizar en este día invernal, cierra tus viejas páginas y enmudece. Adiós. Pues una vez más la feroz disputa entre la condena y la arcilla apasionada debo atravesar ardiendo; una vez más probar humildemente lo agridulce de este fruto shakesperiano. Poeta principal y vosotras, nubes de Albión, engendradoras de nuestro profundo tema eterno, cuando me haya ido por el viejo bosque de robles, no me dejéis vagar por un estéril sueño. Mas, cuando me haya consumido en el fuego dadme nuevas alas de Fénix para volar según deseo. Traducción: LAURA CERRATO Lerner, Laurence (ed.). SHAKESPEARE'S TRAGEDIES. Harmondsworth: Penguin, 1963.