INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE MODIFICA LA FRACCIÓN X DEL ARTICULO 27 DE LA LEY GENERAL DE SALUD, A FIN DE GARANTIZAR A LOS MIGRANTES EL DERECHO A LA PROTECCIÓN DE LA SALUD. El suscrito Senador de la República en la LXI Legislatura, FRANCISCO HERRERA LEÓN, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 55, fracción II, del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a la consideración de esta H. Soberanía, la presente INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE MODIFICA LA FRACCIÓN X DEL ARTÍCULO 27 DE LA LEY GENERAL DE SALUD, a fin de garantizar a los migrantes el derecho a la protección de la salud, contemplados en el Sistema Nacional de Salud, de conformidad con la siguiente: EXPOSICIÓN DE MOTIVOS “La salud se mide por el shock que una persona pueda recibir sin comprometer su sistema de vida. Así, el sistema de vida se convierte en criterio de salud. Una persona sana es aquella que puede vivir sus sueños no confesados plenamente"... Moshe Feldenkrais. La salud debe ser considerada como un equivalente a bienestar y no solo como una ausencia de enfermedad, debe ser entendida como un activo social y como un bien deseable. Por ello, la promoción de la salud debe buscar contribuir a la creación de condiciones que sustenten el bienestar y que constituya un proceso de fortalecimiento de la capacidad de las instituciones para verificar, acrecentar y mejorar la salud del individuo. Por ello, la salud es un derecho social de todo ser humano. La Organización Mundial de la Salud define a la salud de la siguiente manera: “la salud es el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades; y el logro del grado más alto posible de salud es un objetivo social de la mayor importancia”. La salud también es inherente a los derechos humanos. En efecto, el artículo 22 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que: Artículo 22.“Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”. Con el proemio anterior tratamos de enfatizar el derecho a la salud que tiene todo ser humano. No solo a los individuos que por derecho de vinculo político en su calidad de gobernados tienen con cierto Estado, sino al derecho universal de toda persona, independientemente del Estado o región y de la situación legal en que se encuentren. Esto, por supuesto, incluye a todas aquellas personas que se encuentren migrando, regular o irregularmente, en el mundo. A este respecto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), describe que “Uno de los retos más grandes resultantes de la globalización es la gestión de la migración irregular, incluyendo la gestión de la salud de los individuos y de la salud pública global. Las leyes y disposiciones actuales en materia de inmigración, las cuales se han diseñado para desplazamientos migratorios ordenados, regulados y aceptados, son menos eficaces para tratar los desafíos de los patrones nuevos y emergentes de desplazamientos”. Continúa señalando la OIM que “A pesar de que las demandas de servicios de salud para migrantes irregulares, como poblaciones víctimas de la trata y solicitantes de asilo, están aumentando, la naturaleza irregular del proceso de migración implica el acceso a los servicios de salud y el acceso a un ambiente sano. Entre los puntos más importantes a considerar en la migración irregular con respecto a la salud, la OIM cuenta los siguientes: 1. Ser “indocumentado” significa que los migrantes con condición irregular como personas víctimas de la trata, personas pasadas en forma clandestina, migrantes económicos y ciertos subgrupos de trabajadores migrantes, migrantes de trabajo y solicitantes de asilo están más expuestos a varios riesgos de salud importantes. 2. Las condiciones comunes de salud encontradas en las poblaciones de migrantes irregulares incluyen: enfermedades infecciosas (tuberculosis, hepatitis.) infecciones sexualmente transmitidas. condiciones no infecciosas (cardiovasculares, gastrointestinales, orales / dentales). embarazo no deseado. enfermedad mental y psicosocial. lesiones debido a la violencia. abuso de sustancias. enfermedades ocupacionales. 3. El desplazamiento irregular de migrantes representa riesgos individuales y de salud pública y, como tal, tiene consecuencias médicas. Muy poco se sabe de los asuntos de salud y bienestar de los migrantes irregulares o indocumentados. Siendo “indocumentado o irregular”, es aún más difícil obtener más datos sobre estas poblaciones clandestinas u ocultas. En consecuencia de ello, es improbable que se detecten enfermedades infecciosas subagudas de larga incubación, secuelas de enfermedades infecciosas y condiciones no infecciosas de interés para la salud pública. Además, las condiciones del viaje mismo pueden aumentar los riesgos de salud y la morbosidad y mortalidad de estos migrantes. En este contexto, la tensión enfrentada por las personas víctimas de la trata y los migrantes irregulares que viven en un ambiente de abusos también afecta de manera significativa la salud mental. Estos migrantes normalmente viven en condiciones de violencia, amenaza y falta de control como si estuvieran detenidos. Muchas veces son privados de comida, sueño, espacio y seguridad y falta de acceso a asistencia médica, servicios sociales y apoyo. Las reacciones psicológicas a lo anterior son complejas, perjudiciales y a menudo permanentes. Hay que recordar que la salud tiene una obligada relación con el concepto comunitario, ya que la enfermedad de un individuo puede influir negativamente en cualquier grupo social. Los rezagos en materia de salud pública también están ligados a otros factores como la pobreza y el abandono institucional, e, históricamente, a la migración. Efectivamente, las grandes pandemias que han azotado al mundo han sido por causas de la migración de personas y por la ausencia de efectivos controles sanitarios, del oportuno actuar de los Estados afectados o de los rezagos médicos o científicos para combatirlos. La historia nos relata que entre 1347 y 1351 murieron 75 millones de personas en Europa a causa de la peste negra originada en China. La viruela se originó en Egipto hace 4 mil años y en Europa mató a más de 60 millones de personas y causó grandes estragos entre los indios americanos al ser importada por los colonizadores. Entre 20 y 100 millones de personas murieron en los años 20 del siglo pasado por la conocida gripe Española, una gripe de tipo A cuya transmisión del virus fue decisiva para terminar con cerca del 5% de la población mundial. Recientemente el mundo ha vivido con la amenaza del virus de la influenza AH1N1, la que se propagó rápidamente como consecuencia de los flujos migratorios y las grandes facilidades de traslado que prestan los medios de transporte globalizados. El pasado 15 de enero, la Organización Mundial de la Salud informó que el número de muertes a causa de la gripe A alcanzó los 13,550, de las que 7 mil ocurrieron en América, unas 2,800 en Europa y el resto en otras regiones. Basta recordar estas grandes pandemias de la historia para confirmar que es necesario desarrollar y fortalecer nuestras instituciones de salud, pero también proteger a nuestra población y a los flujos migratorios que transitan por nuestro país, no solo porque es un derecho humano y constitucional, sino también porque es obligación del Estado proteger a las personas mediante acciones legislativas y políticas públicas actualizadas. En este sentido, sabemos que nuestro país, por su posición geográfica estratégica, ha sido territorio de origen, tránsito y destino de miles de migrantes, quienes en busca de mejores niveles de vida, arriesgan su integridad y la de sus familias, así como su escaso patrimonio. Por este motivo, con la presente iniciativa se pretende ampliar la cobertura de los sistemas de salud en beneficio de los migrantes que transitan por nuestro país, ya que se constituyen como un grupo vulnerable al que hay que brindar protección y preservar sus derechos. De acuerdo con el Boletín mensual de estadísticas migratorias 2009, publicado por el Centro de Estudios Migratorios del Instituto Nacional de Migración el 30 de septiembre de 2009, durante ese mismo año habían sido devueltos a sus países de origen un total de 46,695 migrantes extranjeros, principalmente centroamericanos. A pesar de que estos flujos migratorios han decrecido en los últimos meses a consecuencia del reforzamiento de la frontera norte por parte de las autoridades norteamericanas y a la crisis económica mundial, esta cifra nos da una percepción de la magnitud del fenómeno migratorio y de que estos migrantes, además de ser víctimas potenciales de diversos delitos por parte de delincuentes y hasta de autoridades, no cuentan con el derecho legal de asistencia médica, a pesar que el derecho a la salud está consagrado en nuestra Constitución Política. Ciertamente, el artículo primero constitucional establece que: Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece. Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. Por su parte, el párrafo tercero del artículo cuarto de la Constitución señala que: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución”. Ahora bien, la Ley General de Salud, reglamentaria del artículo Cuarto Constitucional, prescribe en su artículo primero: Artículo 1o.- La presente ley reglamenta el derecho a la protección de la salud que tiene toda persona en los términos del Artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general. Es de aplicación en toda la República y sus disposiciones son de orden público e interés social. A mayor abundancia, los artículos 25 y 27 de la misma norma jurídica establecen: Artículo 25.- Conforme a las prioridades del Sistema Nacional de Salud, se garantizará la extensión cuantitativa y cualitativa de los servicios de salud, preferentemente a los grupos vulnerables. Artículo 27. Para los efectos del derecho a la protección de la salud, se consideran servicios básicos de salud los referentes a: I. a IX. . . X. La asistencia social a los grupos más vulnerables y, de éstos, de manera especial, a los pertenecientes a las comunidades indígenas. Compañeros Senadores, Como sabemos, los migrantes se internan al país con el fin de transitar por nuestro territorio con el objetivo de buscar mejores condiciones de vida en los Estados Unidos de América. En virtud de ser migrantes económicos, en su inmensa mayoría carecen de recursos monetarios que les permitan cubrir apenas su alimentación, mucho menos tienen posibilidades de cubrir los costos por servicios médicos en caso de que lo requieran Es urgente adecuar las normas jurídicas al contexto histórico y a la dinámica actual de los flujos migratorios que demandan sean reconocidos plenamente sus derechos humanos, en este caso en cuanto a su derecho a la salud se refiere. En este mismo sentido se ha pronunciado la Comisión Nacional de Derechos Humanos en su documento “Bases para un marco legal migratorio con enfoque de derechos humanos”, publicado en octubre de 2009, en el que señala 10 propuestas para resolver los retos en torno a la problemática a la que se enfrentan los extranjeros y las personas más vulnerables durante su estancia en México, y en los que en primer término refiere a “Los preceptos que restringen el acceso a los servicios legales y sociales”. En abono a nuestra proposición, referimos que el pasado 4 de noviembre de 2009, el Senado de la República organizó el Foro de Análisis: “El Secuestro de Migrantes en México”, el que si bien tenía como propósito principal el procurar soluciones para abatir ese delito en contra de los migrantes, también recogió otras propuestas, como la de reformar los preceptos que restringen el acceso a los servicios legales y sociales de los extranjeros y las personas más vulnerables durante su estancia en México. Por estos motivos, la presente iniciativa tiene como fin el dar respuesta a las demandas realizadas por la sociedad civil y por las Comisiones de Derechos Humanos, nacional y estatales, pero también, y de manera primordial, proteger el derecho a la salud de toda persona, sin importar, como dice el artículo primero constitucional “su origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Con ello no solamente estaremos privilegiando el disfrute de un derecho humano y constitucional a los migrantes, sino que también estaremos protegiendo a la población mexicana de amenazas potenciales a la salud pública, derivadas por los constantes e inevitables flujos migratorios. Con base en lo anteriormente expuesto, se somete a la consideración de la Honorable Cámara de Senadores, la siguiente Iniciativa con: Proyecto de Decreto POR EL QUE SE MODIFICA LA FRACCIÓN X DEL ARTICULO 27 DE LA LEY GENERAL DE SALUD, A FIN DE GARANTIZAR A LOS MIGRANTES EL DERECHO A LA PROTECCIÓN DE LA SALUD. ARTÍCULO ÚNICO. Se modifica la fracción X del artículo 27 de la Ley General de Salud, en materia de protección de la salud a los migrantes, para quedar como sigue: Artículo 27. Para los efectos del derecho a la protección de la salud, se consideran servicios básicos de salud los referentes a: I… II… III... IV... V... VI... VII... VIII... IX... X. La asistencia social a los grupos más vulnerables y, de estos, de manera especial, a los pertenecientes a las comunidades indígenas y a los migrantes que lo requieran en su tránsito por el país. Transitorios PRIMERO.- El presente Decreto iniciará su vigencia el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. SEGUNDO.- Dentro de un plazo de sesenta días contados a partir de la vigencia de este Decreto, el Ejecutivo Federal publicará las modificaciones reglamentarias que correspondan. Suscribe, Sen. Francisco Herrera León Salón de Sesiones de la H. Cámara de Senadores, febrero 3 de 2010.