Hace un par de semanas, en medio de toda la vorágine de los exámenes de residencia, el estrés y todo eso que solo nosotros sabemos que pasamos, recibí un llamado donde me informaban que hoy ,tenía que estar acá, dando el discurso de fin de carrera. En ese momento no dude en decir que sí, pero al pasar los días me puse a pensar en lo difícil que es expresar todo lo que vivimos durante 6 años en unas pocas palabras. Sin dudas, después caí en la cuenta de que tenía que hablar delante de mucha gente , y los me conocen saben, que no suelo ser del tipo de persona que le gusta exponerse y hablar en público… asique, sin dudas ,es un desafío más para mi estar acá. Hace 6 años atrás, éramos un grupo de adolescentes llenos de expectativas, miedos, inseguridades, pero sobre todo, llenos de preguntas como…¿ esto será realmente lo mío? ¿ habré elegido bien?¿ llegaré a ser médico algún día?. Poco a poco fuimos conociéndonos, haciéndonos amigos, adaptándonos a las extensas horas de cursada, las miles de hojas del libro por leer , las noches cortas de sueño pero largas de estudio y a las eternas semanas de parciales y finales ,que se convertían en los días ,en los que las crisis existenciales nos hacían preguntar ¿por qué no me dedique a otra cosa? o ¿ Quién me mando a mí a elegir esto?. Sin embargo, hoy podemos mirar atrás y ver que todo esto valió la pena, finalmente, logramos ser Médicos. Pero si bien fue nuestro esfuerzo, muchas personas formaron parte de esta vorágine; es por eso que no puedo dejar de agradecer a cada uno de los profesionales de Cemic, que estuvieron en contacto con nosotros desde el primer día de la carrera hasta el último, tanto las autoridades, como profesores, médicos, residentes, enfermeros, quienes dedicaron su tiempo y energías en transmitirnos sus conocimientos .Gracias por brindarnos las herramientas necesarias para formarnos de la mejor manera. Sin dudas, excelentes profesionales, tanto desde lo académico como desde lo humano, porque siempre se caracterizaron por inculcarnos valores y enseñarnos, que la base de una buena medicina, es una buena relación con los pacientes. De cada uno de ellos que paso por nuestra carrera, pudimos aprender, sacar lo mejor y tomar aquello que nos gustaba e ir transformándonos, en quienes somos hoy en día. No puedo dejar de agradecer tampoco a nuestras familias, que nos dieron la posibilidad de estudiar y se esforzaron para que pudiéramos hacerlo; estuvieron siempre ahí, firmes, apoyándonos en cada momento, guiándonos en nuestras decisiones, aguantando nuestro mal humor antes de rendir, nuestros nervios, dándonos aliento cuando ya no queríamos saber más nada; simplemente gracias, porque dudo que lo hubiésemos logrado sin ustedes. Gracias a nuestros amigos por habernos apoyado, por intentar entendernos, aunque sé que no fue fácil y más de uno sigue preguntándose por qué seguimos estudiando; gracias por bancar nuestros meses de ausencia cuando rendíamos y recibirnos después sin reproches, Después de mirar para atrás y ver como logramos esto y quienes lo hicieron posible, yo me pregunto ¿Qué nos espera? Creo que es el comienzo de una nueva etapa, y como tal, viene acompañada de nuevos miedos, incertidumbre, ansiedad, y dudas. Asi como fue hace 6 años atrás, hoy volvemos a empezar pero con la diferencia de que ahora se nos presenta un desafío diferente, el de ser Médicos. Y esto no implica que tenemos la responsabilidad suprema de salvar vidas ni la de ser súper héroes, que logran cosas que otros no pueden, sino que a partir de ahora vamos a lidiar con el dolor ajeno, con el sufrimiento de otro, no solo desde lo físico, sino desde lo emocional, lo psicológico y desde la realidad que le está tocando vivir a quien estamos ayudando. ¿Y por qué digo que es un desafío? Porque para lograr esto no tenemos que olvidarnos que antes de ser Médicos, somos seres humanos, personas que tenemos virtudes y defectos, que el hecho de tener cierto conocimiento, no nos hace ser más que otros y que lo único que nos diferencia, es que nuestro conocimiento puede ayudar a alguien a salir de la situación en la que se encuentra. Por eso creo, que nuestro mayor desafío, es mantener nuestra humildad, sabernos humanos antes que todo, ponernos realmente en el lugar del otro y tratar como quisiéramos que nos traten. Siento que hoy vivimos una realidad donde esto se está perdiendo, tanto entre médicos y pacientes, como inclusive entre los integrantes del equipo de salud; por eso propongo, a quienes somos parte de la nueva generación de Médicos, a que intentemos cambiar esto , pongamos nuestros valores humanos y éticos antes que cualquier otra cosa. A partir de ahora cada uno tomara un camino diferente, pero indistintamente cual sea, intentemos hacer de lo que hay, algo mejor, esforcémonos y luchemos por lo que queremos, trabajemos con alegría, sencillez, humanidad, pero por sobre todas las cosas, amemos lo que hacemos. Nuestra profesión es cien por ciento vocación, por lo tanto, demos lo mejor de nosotros mismos en cada acto. Seamos agradecidos, porque seguramente al estar en contacto con el dolor ajeno, vamos a vivir situaciones que nos harán aprender mucho, no sobre la medicina, sino en cómo ser cada día mejores personas y valorar lo que tenemos. Y para quienes buscan el éxito, creo que la clave para lograrlo, es nunca perder la grandeza de sabernos humildes Por último, y no por eso menos importante, quiero darles las gracias a ustedes por estos hermosos 6 años , por cada risa, nervio, llanto, experiencia y momento compartido, que permitieron ,que de ser desconocidos, pasáramos a formar un GRAN grupo, no solo de compañeros sino de amigos. Fueron quienes hicieron que la carga tan pesada se hiciera más liviana y que el ir a cursar fuera mas placentero. Gracias por permitirme conocerlos, porque cada uno es diferente, pero todos tienen algo bueno que me llevo y de lo que aprendí. Me siento una privilegiada al poder decir que una de las mejores cosas que estos años me regalaron, fueron y son ustedes. Hoy nos toca despedirnos y cerrar este capítulo, pero al menos de mi parte, me despido con la satisfacción de saber que personas como ustedes, van a ser mis colegas. De corazón, espero que sean inmensamente felices y que puedan disfrutar de esta nueva profesión y forma de vida, que puedan ejercer con dedicación, sencillez, vocación y amor, el hermoso arte de ser médicos.