Las difíciles elecciones Conforme se acerca el 2 de julio, mi espíritu se llena de zozobra y una duda terrible se va adueñando de todo mi ser: ¿por quién voy a votar? No es una elección fácil, de hecho elegir no es fácil y siempre nos deja un asomo de duda y una nube de posibilidades incumplidas: ¿habré votado correctamente?, ¿qué hubiera pasado si hubiera votado de otro modo? N o estoy hablando de asuntos menores. Entiendo perfectamente a los que se cobijan en una ideología, en un catecismo de izquierda o de derecha y votan conforme a lo que su ideología y sus voceros les indican. Hacen lo que les ordenan y al hacerlo, aunque participan en una elección, previamente han renunciado al terrible pero fundamental derecho a elegir y han permitido que otros piensen por ellos y que otros decidan por ellos. Ya comprenderás, lectora lector querido, lo abrumado que me siento con todo esto. No es fácil seguir eligiendo si sabes que con cada decisión que tomes decides un porvenir que apenas puedes vislumbrar y renuncias a miles de futuros que se volverían posibles en el momento en que los eligieras. Todo esto se me viene encima mañana a mañana cuando tengo que tomar decisiones fundamentales del tipo de me levanto o no me levanto, me baño o no me baño, me rasuro o no me rasuro. Aparece Fita que es mi ama de llaves y pistolera y pregunta: ¿va a querer huevos?, ¡aaagggh!, acá su Hamlet jarocho se abisma en profunda crisis. Fita necesita una respuesta, pero yo no me siento preparado para darla. ¿Va a querer o no va a querer?, ¡no sé, Fita, no sé!. Es que si no me decide...¡Está bien!, sí voy a querer. ¿Revueltos, estrellados o tibios?. ¡AAAGGGH!, como quieras, Fita; no, como quiera usted; Fita no te insubordines, ni te me amotines... LAALACENA • Y así podríamos llegar hasta el mediodía y la noche. No sé si a todo mundo, pero a mí, elegir pone a prueba tanto mi sistema nervioso, como mi estabilidad emocional. Cada paso que he dado en la vida ha sido fruto de una laboriosísima elección; a veces mi elección ha sido atinada y fructífera y en otras ocasiones ha sido nefasta y catastrófica. No importa. Cualquier vida es una suma de errores y aciertos y suele ocurrir que aparezcan errores más útiles que cualquier acierto. Soy un sobreviviente de mis buenas y malas elecciones; muchas veces he perdido, pero jamás he perdido mi derecho a elegir. Por eso voy a participar en los próximos comicios; espero que tú lo hagas también. [email protected] (D.R.) • Acabo de decir que elegir es terrible. En verdad lo es. Para mí esta elección, pero también cualquier otra, es un inagotable generador de angustia. Olvidémonos por un momento de las urnas y pensemos en el acto de elegir. La elección es el ejercicio básico de la libertad individual. Si no puedo elegir, no soy libre; pero si elijo padezco enormemente porque algo me dice que la vida no debería ser esto o lo otro, sino esto y lo otro. Sin embargo, la vida no es como uno quisiera, la vida es como es, aunque nadie sepa muy bien cómo es la vida, porque la vida, aventuro, no "es", sino que "está siendo" y se está construyendo a base de los consensos que se van formando con cada una de las decisiones individuales. Así es que, manito, hay que escoger, hay que arriesgarse al error, porque si no ejercemos nuestro derecho a elegir, negaremos radicalmente nuestra libertad, ¿cómo la ves?. Los orientales, los que con firmeza y sigilo se preparan para invadir Occidente, tienen una larga paciencia y una concepción fatalista del fluir de la vida; poco puede hacer el individuo frente a lo que ya está decidido en la trama celestial; su tarea es esperar, estar preparado y aprender a leer los designios de las fuerzas superiores. Como diría Cri-Crí: nosotros no somos así; en Occidente, para bien o para mal, no esperamos a que la vida nos alcance, sino que salimos a buscar la vida; dicho muy gruesamente, el oriental es pasivo y el occidental es activo y para serlo se arriesga cada minuto a tomar decisiones grandes o pequeñas pero todas ellas significativas en la trama terrenal. Artículos sujetos a disponibilidad y existencia en nuestras sucursales. City Life • Junio Junio • City Life