Zaynab bint Jahsh(1) - Comunidad Islámica en México

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Zaynab bint Jahsh
Zaynab bint Jahsh, que Allah esté complacido con ella, se casó con el Profeta
Muhammad, S.A.W.S., en el año 5 DH, cuando ella contaba treintaicinco años y el
Profeta cincuentaiocho, pero sólo cuando su matrimonio anterior, que había sido
arreglado por el mismo Profeta, hubo acabado en divorcio. Como todos los matrimonios
del Profeta Muhammad, S.A.W.S., hubo mucho que aprender de él para todos los
musulmanes.
Zaynab bint Jahsh era prima del Profeta Muhammad, ya que su madre Umayma
era la hija de 'Abd' ul-Muttalib, abuelo de Muhammad, quien, mientras vivió, había
garantizado seguridad a su nieto, gracias a su posición como uno de los líderes de los
Quraysh más respetados. Así Zaynab bint Jahsh venía de una de las más nobles familias
de los Quraysh y todo el mundo esperaba que finalmente se casara con un hombre de su
mismo alto estatus social.
El Profeta, S.A.W.S., tenía bien claro que la posición de una persona ante los ojos
de Allah es lo importante, más que su posición ante los ojos de la gente. Quería que ella
se casara con un joven llamado Zayd ibn Hatih, cuya educación era muy diferente de la
de Zaynab bint Jahsh.
Zayd había sido hecho prisionero mientras era un niño durante una de las guerras
intertribales que fueron comunes antes de la llegada del Islam. Había sido vendido como
esclavo a un sobrino de Jadiya, que Allah esté complacido con ella, que le entregó a Zayd
a ella como regalo. A cambio, Jadiya se lo entregó al Profeta Muhammad, S.A.W.S., en
los días anteriores al principio de la revelación del Qur'an y el Profeta, que Allah le
bendiga y conceda paz, le dio la libertad y lo adoptó como a su propio hijo, cuando tenía
ocho años.
El Profeta, S.A.W.S., vio a Zayd y Zaynab crecer y pensó que hacían una buena
pareja y que su matrimonio demostraría que no importaba quienes fueran sus ancestros,
sino su posición ante los ojos de Allah.
Cuando el Profeta, S.A.W.S., pidió la mano de ella de parte de Zayd, Zaynab y su
familia se sobresaltaron con la idea de que ella se casara con un hombre que a sus ojos
era sólo un esclavo libertado. Además, Zaynab quería casarse con el Profeta mismo,
S.A.W.S., y de hecho su familia ya le había preguntado si le gustaría o no casarse con
ella. Al principio tanto ella como su hemano rehusaron la oferta, pero entonces el
siguiente ayat fue revelado:
No corresponde a ningún creyente ni a ninguna creyente
elegir cuango Allah y Su Mensajero, han decidido algún asunto.
Quien desobedezca a Allah y Su Mensajero se habrá
extraviado en un extravío indudable.
(Qur'an: 33.36)
Cuando Zayd, que también recelaba de la proposición, y Zaynab se dieron cuenta
de que no había diferencia entre lo que el Profeta, S.A.W.S., quería y lo que Allah quería,
ambos aceptaron el matrimonio, y el Profeta suministró una hermosa dote para Zaynab de
parte de Zayd.
El matrimonio, sin embargo, no tuvo éxito. Aunque tanto Zayd como Zaynab eran
de la mejor gente, que amaba a Allah y a su Mensajero, S.A.W.S., eran muy diferentes y
al final no pudieron superar su incompatibilidad. Zayd pidió permiso al Profeta para
divorciar a Zaynab más de una vez y, aunque se le aconsejó permanecer con su esposa
por temor a Allah, finalmente el divorcio se llevó a cabo.
El Profeta, S.A.W.S., recibió entonces la orden de Allah de casarse con Zaynab
bint Jahsh, que Allah esté complacido con ella, lo que hizo en el año 5 DH, cuando tenía
cincuentaiocho años y ella treintaicinco. Haciendo esto demostraba más allá de ninguna
duda que en Islam un hijo adoptivo no es contemplado bajo la misma luz que un hijo
natural y que, aunque un padre nunca puede casarse con la mujer con quien su hijo
natural ha estado casado y más tarde divorciado, el padre de un hijo adoptivo sí puede
casarse con la mujer que una vez estuvo casada con su hijo adoptivo y ya no lo está.
Además, casándose con Zaynab, el Profeta, S.A.W.S., confirmaba también que es
permisible el matrimonio entre primos y, al mismo tiempo, a Zaynab se le cumplía el
deseo de su corazón de estar casada con el Mejor de la Creación.
El Mensajero de Allah, S.A.W.S., recibió el mandato de casarse con Zaynab
mientras estaba con ‘A’isha, que Allah esté complacido con ella. Tras recibir la
revelación, sonrio y dijo, "¿Quién irá a entregar a Zaynab buenas noticias?" y recitó el
ayat que acababa de recibir. Algunos cuentan que fue el mismo Zayd quien le llevó la
buena nueva. Cuando Zaynab oyó las noticias, dejó lo que estaba haciendo y rezó para
agradecer a Allah. Luego, a ella le agradaba señalar que su matrimonio había sido
arreglado por Allah.
El festín de bodas de Zaybnab fue también la ocasión para que descendiera otro
ayat de Qur'an. El Profeta, S.A.W.S., sacrificó una oveja y ordenó a su sirviente, Anas,
invitar a la gente a compartirla. Después que hubieron comido, dos hombres se quedaron
charlando allí tras la comida. El Mensajero de Allah salió y dio las buenas noches a sus
otras esposas, volviendo y hallando a los dos hombres todavía charlando. Fue muy duro
para el Profeta, a quien no le gustaba criticar a la gente directamente, y de esta manera
esperó pacientemente hasta que se marcharon. Entonces Allah hizo descender el siguiente
ayat, que es conocido como ‘el Ayat del Hijab’:
¡Vosotros que creeis! No entreis en las habitaciones del Profeta
a menos que os dé permiso y os invite a comer, pero no
esteis esperando la ocasión.
No obstante si sois invitados entrad, y una vez hayais comido
retiraos y no os quedeis hablando con familiaridad, realmente
esto importuna al Profeta pero le da vergüenza decíroslo.
Sin embargo Allah no se avergüenza de la verdad.
Y cuando les pidais a ellas algún menester, hacedlo desde
detrás de una cortina, esto es más puro para vuestros corazones
y para los suyos. No es propio de vosotros causar ningún
perjuicio al Mensajero de Allah.
Tanto si mostrais algo como si lo manteneis escondido…
Allah es Conocedor de todas las cosas.
No hay inconveniente para ellas en cuanto a sus padres,
hijos, hermanos, hijos de sus hermanos y de sus harmanas, las
mujeres que sean de las suyas y los esclavos que posean.
Y que teman a Allah, es cierto que Allah es Testigo de todas
las cosas.
Es verdad que Allah y sus ángeles hacen oración por el Profeta.
¡Vosotros que creeis! Haced oración por él y saludadlo con un
saludo de paz.
(Qur'an: 33.53-56)
Zaynab, que Allah esté complacido con ella, era una mujer que se sumergía
constantemente en la adoración de Allah. Fue relatado por Anas ibn Malik que una vez el
Profeta, S.A.W.S., entró en la mezquita y encontró una cuerda colgando entre dos pilares
y dijo, "¿Qué es esto?" Se le contestó, "Es para Zaynab. Ella reza y cuando pierde la
concentración o se siente cansada, se agarra a la cuerda". A esto el Profeta dijo,
"Desatadla. Rezad por tanto tiempo como os sintais frescos, pero cuando perdais la
concentración u os sintais cansados, debeis parar".
Zaynab bint Jashs, como Zaynab bint Juzayma antes que ella, era muy generosa
con los pobres, y en efecto el Profeta decía, cuando hablaba de ella a sus otras esposas,
"Ella es la más generosa de entre vosotras".
Zaynab bint Jashs, que Allah esté complacido con ella, estuvo con el Profeta,
S.A.W.S.,durante seis años y vivió otros nueve años después de la muerte de éste,
muriendo a la edad de cincuenta años, en el año 20 DH, cumpliéndose así la indicación
del Profeta de que sería la primera de sus esposas en morir después de él:
Fue relatado por ‘A’isha, que Allah esté complacido con ella, que el Profeta,
S.A.W.S., dijo una vez a sus esposas, "La que tiene las manos más largas de entre
vosotras se reunirá conmigo antes que ninguna."
‘A’isha añadió, "Solían medirse las manos entre ellas para ver quien las tenía más
largas y fueron las de Zaynab las que resultaron ser más largas, porque solía hacer
trabajos manuales y dar (lo que ganaba) como caridad".
El Mensajero de Allah, S.A.W.S., le decía a 'Umar, "Zaynab bint Jashs es una de
las que están llenas de oración". Un hombre dijo, "Mensajero de Allah, ¿Qué significa
eso?" Y él contestó, " Aquél que es humilde y formal en la oración".
‘A’isha también dijo de Zaynab, "Nunca ví una mujer tan pura como Zaynab, tan
temerosa de Dios, tan veraz, tan atenta con sus lazos familiares, tan generosa, tan
sacrificada cada día de su vida, tan caritativa y así tan cercana a Allah, el Exaltado".
Varios años después de la muerte del Profeta, S.A.W.S., cuando Sayyiduna 'Umar
era Kalifa, una gran riqueza llegó a los musulmanes como resultado de sus victorias sobre
los persas. Los tesoros de Chosroes, el emperador persa, cayó en sus manos y cuando
'Umar, que Allah esté complacido con él, envió a Zaynab un montón de oro como su
parte del tesoro, ella llamó a su criada y le pidió que llevara un puñado de éste a cierta
persona, refiriéndose a una de las personas pobres de Madina.
Uno tras otro, nombró a todos lo pobres que conocía, hasta que recibieron una
parte del tesoro. Entonces pidió a su sirvienta que viera lo que quedaba. Todo lo que
quedaba del gran montón de oro eran ocho dinares, y esto fue lo que ella, que Allah esté
complacido con ella, aceptó como su parte, dando gracias a Allah por ello; pero, como
creía que tanto dinero no era más que una tentación, le pidió a Allah no volver a ser
testigo de la distribución de tanta riqueza, de nuevo.
Había ya pasado un año, cuando 'Umar volvió a distribuir dinero entre aquellas
esposas del Profeta que todavía vivían, su oración había sido concedida, ya que ella ya
había muerto para entonces, que Allah esté complacido con ella.
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