PALABRA QUE DA VIDA SÍ, SEÑOR, YO CREO… -Reflexionemos-

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PALABRA QUE DA VIDA
-Reflexionemos-
SÍ, SEÑOR, YO CREO…
TRES RAZONES: MARTA ES AMIGA DE JESÚS, ES UNA MUJER ACOGEDORA
Y ES UNA MUJER SINCERA… OJALÁ PODAMOS NOSOTROS DECIR COMO
ELLA: SÍ, SEÑOR, YO CREO…
LUNES 29 DE JULIO DE 2013
Del evangelio según san Juan 11,19-27
Muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por
su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor,
si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé
que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.» Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.» Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección
del último día.» Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree
en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá
para siempre. ¿Crees esto?» Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú
eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»
LECTURAS COMPLEMENTARIAS:
ÉXODO 32, 15-24. 30-34 - MI ÁNGEL IRÁ DELANTE DE TI; Y CUANDO LLEGUE EL
DÍA DE LA CUENTA, LES PEDIRÉ CUENTAS DE SU PECADO.
SALMO 105 - DEN GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO
SANTA MARTA – La memoria litúrgica de Santa Marta, la hermana de Lázaro y María, data del siglo XIII, cuando los francisca
nos, custodios de los santos lugares de tierra santa, la introdujeron
en el calendario de la iglesia, tal vez impresionados por las ruinas
de la basílica cristiana que se levantaba sobre el supuesto lugar de
residencia de esta familia de hermanos amigos de Jesús. Marta es
una mujer de especial protagonismo, dándonos lecciones de “servicio” y de “confianza en Jesús”, piezas importantes en la sencillez de
nuestra vida diaria.
EL MAESTRO NOS EXPLICA SOBRE LA VIDA Y LA
MUERTE – La vuelta a la vida de Lázaro acontece primero en Marta: ella descubre que en Jesús se encuentra la vida en plenitud, por
lo que esa resurrección que supone en tiempos finales sucederá
ahora mismo, cada día, en ella misma y no sólo en su hermano. La
vida plena desplaza a la muerte.
PARA REFLEXIONAR
EL CORAZÓN DE MARTA
La fé de Marta resplandece en la oscuridad de los tiempos.
Sumida su alma en la tristeza, no abdica en su confianza en el
Maestro porque tiene la certeza que por más profundo que
sea el dolor, por más inalterable que parezca la muerte...
si el Señor se hace presente, desaparecen los imposibles.
Pedro lo confesará abiertamente y sin ambages en Cesarea. María de Magdala será testigo de su Resurrección, y lo llamará Señor y Maestro, segura y emocionada. Tomás, testarudamente
fiel, exclamará ¡Señor mío y Dios mío!
Y Marta, en su enorme corazón, lo reconoce y declara de manera contundente: -Si, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo
de Dios, el que debía venir al mundoY nosotros, globalizados e impersonales seres del siglo XXI,
emulando al Bautista ¿somos dignos de desatar las sandalias de
Marta?...
El Señor siempre está viniendo para quedarse: habrá que evitar
contenerse, desatarse los nudos del absurdo y la mezquindad y
salir a encontrarlo. No hay dolor que prevalezca, ni la muerte
tiene la última palabra si Él está presente.
Entonces sí, brotará espontáneamente nuestra profesión
de fé, que será expresada en palabras pero mucho más
en el testimonio cotidiano: Jesús es nuestro Salvador.
No importan tantos cargos, funciones, rótulos, género ni jerarquías: ante todo, como Marta, lo importante y decisivo, la luz
que resplandece en las tinieblas del mundo es un corazón profundamente unido a Cristo en el sendero de la fé hecha Vida.
PARA ORAR
Padre de la vida buena y abundante,
te alabamos y te bendecimos…
Te damos gracias por Santa Marta,
tu amiga, tu discípula.
Queremos imitarla en su gran capacidad de servicio,
de fe y de amistad y fraternidad sinceras.
Permite que salgamos a tu encuentro cuando el dolor nos visite,
que sepamos escucharte y asimilar tus enseñanzas.
Que valoremos la vida que nos das y que sepamos confesarte
como nuestro Señor y Salvador. Amén.
PARA ACTUAR –
Entremos en diálogo con el Maestro de
Maestro, dejemos que nos enseñe, escuchemos… Hagamos el
proceso de Santa Marta que pasó de un Jesús sanador y taumaturgo a un Cristo dador de vida.
SÍ A LA VIDA
Siento dentro de mí, Señor, un profundo deseo de vivir.
A pesar de mis sufrimientos, de mis penas y fracasos,
a pesar de mis incertidumbres, dudas y oscuridades,
amo la vida que Tú me has dado, y digo un sí
del cual todavía no acierto a ver las consecuencias.
No me importa que me tomen por ingenuo optimista
mientras yo pueda decir que es tu ilusión en mí.
No me importa que me consideren siervo encadenado
mientras yo sienta y transmita deseos de vivir y dejar vivir.
Señor, renuevo hoy, una vez más, mi sí a la vida;
y asumo, ante Ti, el compromiso de darle cuerpo y espíritu
con todo lo que tengo y soy, con tu aliento,
en su riqueza y miseria, en su pequeñez y grandeza.
Y si alguna vez me desdigo
y estoy a punto de hacer el ridículo,
renueva, oh Señor, tu compromiso conmigo,
para que pueda vivir como hijo, de nuevo.
.
«Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús,
salió a su encuentro,
mientras María se quedaba en casa»
Somos los que hacemos de forma
repetida, la excelencia por tanto
no es un acto, sino un hábito.
Aristóteles
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