SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 33 Folio: 026 Tomo: 16 Santa Fe, 17 de Marzo de 2015.- Y VISTOS: Estos autos caratulados “CARRIZO, ALBERTO RAUL S/ CONCURSO PREVENTIVO” (Expte. Sala I N° 41 - Año 2013), venidos para resolver el recurso de apelación interpuesto por el concursado contra la providencia de fecha 18.12.2012 (ver fs. 80) dictada por el Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial Nro. 1 en lo Civil y Comercial de la Segunda Nominación, que tuvo por desistido a Alberto Raúl Carrizo de la solicitud de su concurso preventivo; y, CONSIDERANDO: 1. Que en fecha 2.8.2012, Alberto Raúl Carrizo -por apoderado- solicitó la apertura de su concurso preventivo (v. escrito que luce a fs. 36/38), lo que fue proveído favorablemente en fecha 4.9.2012, fijándose el día 5.9.2012 para el sorteo de síndico y el 31.10.2012 como “plazo dentro del cual los acreedores deber[ía]n presentar sus pedidos de verificación”, disponiéndose la publicación de edictos en el Boletin Oficial, “conforme lo establece el art. 89 de la L.C.Q.” (sic) (v. fs. 43/44). El día establecido se realizó el sorteo correspondiente, designándose como síndica a la C.P.N. María Victoria Galán, quien aceptó el cargo en 10.9.2012 (v. fs. 46). Luego, a pedido del concursado -quien también solicitó que se suspendan los términos, lo que no fue proveído por el A quo- formulado el 11.9.2012 (v. fs. 46 vta.) se dictó en 12.9.2012 auto aclaratorio de la resolución de apertura del concurso preventivo, consignándose correctamente el domicilio real denunciado por el deudor (v. fs. 47). El 18.9.2012, al adjuntar el apoderado de este último boleta de depósito por los gastos de correspondencia, indicó: “dejo a la firma los edictos” (v. fs. 49), proveyéndose al día siguiente “... como lo solicita” (v. fs. 50) [a este dato -y a los que repasaremos seguidamente- debe sumarse que a fs. 44 -al pie de la resolución de apertura del concurso preventivo- existe una constancia -sin rúbrica- que reza: “edictos 19/09/12 edictos (fechas) 10/10/12”]. Más adelante en el tiempo -específicamente el 9.10.2012- el concursado manifestó en diligencia: “... deja 6 oficios a la firma y edictos...” (v. fs. 52 vta.), a lo que -el día siguiente- se proveyó: “... suscríbase como se solicita”. Debajo de este último decreto hay una constancia -sin firma actuarial- que reza: “En fecha 16/10/2012 comparece el Dr. Baroni Anselmo y retira oficios firmados. Conste”. El 1.11.2012 el concursado acredita la publicación edictal, que tuvo lugar del 22 al 26 de octubre de 2012 (v. fs. 56 vta./59), frente a lo cual el órgano concursal solicitó que se lo tenga por desistido del concurso preventivo de conformidad con lo dispuesto en los artículos 27 y 30 de la ley 24.522 (v. escrito de fs. 75), proveyéndose sobre el punto: “... intímese a la concursada a acreditar la publicación de edictos (conforme constancia actuarial fs. 44) en el término de un día, bajo apercibimientos de tenerlo por desistido de la solicitud de apertura de su concurso preventivo” (v. fs. 79). En 12.12.2012 el apoderado del intimado manifestó en diligencia: “... en cuanto a la publicación de Edictos conforme la resolución de fojas 43 y 44 los mismos se encuentran debidamente acreditados en fojas 57, 58 y 59 de autos...” (v. fs. 79 vta.). Así las cosas, el magistrado de la anterior instancia decretó: “Advertido en este estado, atento las constancias de autos (v. publicación edictos fs. 57/59), lo solicitado por la Sindicatura a fs. 75, y lo dispuesto por el art. 27 2do. Párrafo de la L.C.Q.: Haciendo efectivos los apercibimientos contenidos en el art. 30 de la L.C.Q., téngase a ALBERTO RAUL CARRIZO por desistido de la solicitud de su concurso preventivo...” (v. fs. 80). No obstante ello, el 14.12.2012 la síndica presentó los informes individuales, de conformidad con lo normado en el artículo 35 de la ley falencial (v. fs. 81/87), dictándose resolución verificatoria (art. 36, L.C.Q.) el 26.12.2012 (v. fs. 90/91), lo que mereció un pedido de nulidad de la contadora Galán en razón de haberse declarado el desistimiento del proceso (v. fs. 92). El 27.12.2012 el apoderado del Sr. Carrizo retiró el legajo de copias de los autos, reintegrándolos el 6.2.2013 (cfm. lo informado a fs. 93 y a fs. 94). Por decreto del 13.2.2013 el A quo mandó que “Previamente, notifique la Sindicatura, el decreto de fecha 18/12/2012 (fs. 80) al concursado”, lo que es cumplimentado por ésta conforme cédula que corre a fs. 105, diligenciada el 21.2.2013. 2. Contra el decisorio del 18/12/2012 obrante a fs. 80, el 26.2.2013 el concursado por apoderado- interpuso recurso de apelación (v. fs. 96/97) que fue concedido en relación y con efecto suspensivo por providencia de fecha 4.3.2013 (v. fs. 98). 3. Corrido traslado al apelante (v. providencia de fecha 3.5.2013, obrante a fs. 213), éste lo contesta a fojas 215/216. Funda su pieza recursiva endilgando al A quo excesivo rigor formal en la interpretación de los artículos aplicables de la ley 24.522, e indica que la publicación edictal se realizó a los pocos días, que cumplió con los efectos publicitarios y que no se evidencia perjuicio alguno de los acreedores ni una actitud de abandono del concurso preventivo. Dice también que la sanción impuesta causa gravamen irreparable en razón de que lo pondría en situación de apremio y necesidad económica-patrimonial extrema. Afirma -intercalando razones con las que pretende basar la admisibilidad del recurso y otras que hacen a lo que es materia del agravio- que la regla de inapelabilidad contenida en el artículo 273, inciso 3 debe entenderse restrictivamente, y ha de ceder cuando se trate de una interpretación definitiva sobre los alcances del texto legal, o sobre aspectos graves en la esfera patrimonial de los protagonistas, o cuando de la posibilidad de error judicial resulte un perjuicio cierto irreparable y no se advierta que la concesión del recurso implique un entorpecimiento del trámite concursal, o cuando el decisorio impugnado es susceptible de afectar la inviolabilidad de la defensa en juicio o derechos concedidos por normas sustantivas que no pueden ser reparados por pronunciamientos ulteriores del proceso. Lo SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 33 Folio: 026 Tomo: 16 mismo para el caso de que pese a que los edictos se publiquen en forma tardía, ello sea por pocos días, la publicidad haya cumplido sus efectos y no se evidencie actitud del concursado de abandonar el proceso, por lo que debe atenderse a las circunstancias singulares de cada proceso. Agrega que si la resolución no hace a la vida del proceso sino a su extinción, la regla de la inapelabilidad no tiene en principio justificativo. Cita jurisprudencia en tal sentido. 4. Corrida vista a la sindicatura por providencia de fecha 16.5.2013 (v. fs. 217) ésta la contesta a fs. 218/220. 5. Ingresando al análisis legalmente impuesto, corresponde señalar que -sin perjuicio de otras razones formales que puedan invocarse- el recurso intentado es inadmisible por extemporáneo y por no haber sido precedido de recurso de reposición que, en los casos en que el objeto del reproche es una resolución dictada sin sustanciación, deviene ineludible para que pueda luego transitarse la vía de la apelación (cfr. art. 278 de la ley 24.522 y art. 347 del C.P.C. y C.). Veamos: 5.1. Según surge de las constancias de la causa -y quedó suficientemente ilustrado en el relato que precede- habiéndose resuelto el desistimiento del concurso preventivo en 18.12.2012 (v. fs. 80 -y fs. 74 del legajo de copias que se tiene a la vista-) en fecha 27 del mismo mes el apoderado del concursado retiró las copias del expediente y las tuvo en su poder hasta el día 6.2.2013 (v. fs. 93/94), esto es, durante cuarenta y un días, de los cuales cinco fueron hábiles judiciales. Operó de esta forma la notificación tácita de todas las actuaciones cumplidas hasta entonces en la causa, puesto que cabe presumir que si un curial retira las actuaciones, ello es con el fin de imponerse de su contenido, y si no lo hiciera, tal omisión es sólo atribuible a su falta de diligencia -salvo quizás alguna razón extraordinaria, que en el caso no ha sido invocada-. Luego, al haber interpuesto el recurso que nos convoca recién el día 26.2.2013 (transcurridos dieciséis días hábiles desde el retiro de los autos) lo hizo holgadamente fuera de los plazos previstos legalmente. Cabe recordar que (siendo éste un caso no regulado expresamente en nuestra ley ritual -a diferencia de lo que ocurre en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación que, en su artículo 134 reza: “Notificación tácita. El retiro del expediente, conforme al artículo 127, importará la notificación de todas las resoluciones. El retiro de las copias de escritos por la parte, o su apoderado, o su letrado o persona autorizada en el expediente, implica notificación personal del traslado que respecto del contenido de aquellos se hubiere conferido” [Artículo sustituido por art. 2° de la Ley N° 25.488 B.O. 22/11/2001]-) la Corte Suprema de Justicia de la Provincia ha tenido numerosas oportunidades de expedirse sobre el particular, fijando las pautas hermenéuticas que deben considerarse. Ya en el año 1984, en la causa “Beltrame”, en que la parte que recurría había retirado el expediente con sentencia definitiva y recién se dio por anoticiada de la misma varios días después, sin invocar siquiera alguna circunstancia que realmente hubiera impedido el efectivo conocimiento del fallo y que pudieren justificar el no haberlo leído, sentó el criterio según el cual, si bien “el Código Procesal Civil y Comercial contiene normas acerca de las notificaciones de las sentencias y actos principales del proceso, con las que se pretende lograr un cierto grado de certeza y seguridad de que el anoticiamiento de las partes se produzca real y fielmente, [...] decidir si tales normas autorizan a considerar fictamente notificada una sentencia, no significa 'contrariarlas' […] sino interpretar el régimen de notificaciones en ejercicio de las facultades propias de los Jueces de la causa”, agregando luego que “al efectuar esa labor interpretativa, los jueces no pueden desconocer el valor seguridad a que apuntan las normas del citado Código, directamente vinculado al derecho constitucional de defensa en juicio, por lo que sólo frente a situaciones que preserven adecuadamente aquel valor y este derecho, podrán tener por notificadas a las partes a través de medios supletorios. De allí que, no obstante tratarse de interpretación de normas procesales, [la] vía extraordinaria resultará admisible toda vez que se demuestre que la decisión adoptada no respete los límite referidos anteriormente”, pero remarcando que “tal demostración no se ha logrado en el caso, en que ni siquiera prima facie se advierte una efectiva violación al derecho de defensa” (C.S.J.P., sentencia del 17.4.1984 en autos “Beltrame, Juana I. M. de y otros c/ Pilacianskas, Antonio y otros -Indemnización de daños y perjuicios- s/ Queja por denegación del Recurso de Inconstitucionalidad”, A. y S. t. 53, págs. 255/7). En otro precedente, con cita de la causa “Beltrame” y existiendo un sustrato fáctico de similares características, remarcó que “El retiro del expediente, asentado en el Libro de Recibos, permite acorde con el espíritu y finalidad de la ley, tener por notificadas a las partes aun cuando se trate del conocimiento de un acto procesal por un medio que no es el que impone el Código para hacérselo conocer y por ende de un acto irregular de notificación, dado que la notificación no es nula cuando el defecto o inobservancia de las formas de transmisión no ha impedido conocer en tiempo el acto judicial, su objeto esencial y el juzgado de donde procede”, agregando que “en el caso surge claro que la parte recurrente ha podido tener conocimiento inequívoco de la resolución impugnada desde que procedió al retiro del expediente y debe presumirse que efectivamente la tuvo; y si ello no ha sido así, sólo es imputable a su propia negligencia, lo que, desde luego, no provoca violación al derecho de defensa” (C.S.J.P., sentencia del 1.4.1987 en autos “Mangiafico, SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 33 Folio: 026 Tomo: 16 Sebastián c/ Perretta, José María y otra -Demanda Ordinaria- s/ Queja por denegación del Recurso de Inconstitucionalidad”, A. y S., t. 65, págs. 6/9). Criterio que sostuvo en la sentencia del 28.12.1994 en autos “Degiorgio, Marchi Matilde de y otros c/ Bode, Alcides Indemnización de Daños y Perjuicios- s/ Recurso de Inconstitucionalidad”, A. y S. t. 113, págs. 387/91 y -más cerca en el tiempo- en la sentencia del 1.3.2007 en autos “Quilici, Audelia María Masino de c/ Fernández, Jorge Raúl Fernando y otra -Ejecución Hipotecaria- s/ Recurso de Inconstitucionalidad”, A. y S. t. 218, págs. 200/205. Vale la pena mencionar que no es aplicable a la especie la doctrina judicial que emana de las causas “Lanzillotta” (A. y S. t. 103, págs. 355/74) y “Montironi de Bradas” (A. y S., t. 221, págs. 166/172) de ese Alto Cuerpo, puesto que en el primero la Corte tuvo especialmente en consideración que el retiro del expediente se produjo por el patrocinante del apoderado del recurrente, no pudiendo entonces -según se explicita en la sentenciaentenderse que tal situación importó notificación alguna, por carecer el patrocinante de personería procesal para ello; y en el segundo no hubo retiro de los autos, sino que lo que se valoró -decidiéndose por la negativa- es la eficacia que pudiera tener la mención de ciertas actuaciones de la causa para considerar operada una notificación ficta. Por esas razones, en el caso debe entenderse que la notificación del decreto recurrido operó el día del retiro de las copias por parte del letrado apoderado del concursado, con lo que el recurso de apelación fue interpuesto en forma extemporánea. Todo ello sella la suerte adversa del recurso bajo examen, pues aún cuando el juez de grado ordenó en fecha 13.2.2013 que se notificara al concursado el decreto en crisis (v. fs. 95), ello no enerva los efectos de la notificación cumplida. 5.2. Además, y como se adelantó, se advierte otro escollo para la admisibilidad del remedio, cual es la falta de interposición del recurso de revocatoria que, en el caso, resultaba ineludible para que pueda útilmente intentarse la apelación (cfm. inveterado criterio de esta Sala -ver, entre muchos otros: sentencia del 1.12.2014 en autos “Passet, Martiniano c/ TG Argentina S. A. s/ Apremio, Expte. 62/2013 – Recurso Directo” Expte. Sala I N° 116 – Año 2014, Resolución N°: 110, Folio: 373, Tomo: 15 y sentencia del 31.3.2014 en autos “Destefani, José Francisco s/ Quiebra, Expte. 920/2002 – Recurso Directo”, Expte. Sala I Nro. 122 – Año: 2013, Resolución N°: 41, Folio: 130, Tomo: 15-). En efecto, según reza el artículo 347 del C.P.C. y C. -que se torna operativo a partir de la remisión que consagra el artículo 278 de la ley falencial al régimen procesal local-, “Cuando el auto no hubiera sido sustanciado, sólo procederá el recurso de apelación si le precedió el de reposición, y la decisión de éste último causará ejecutoria si no se interpuso en término y antes de resuelto aquél el recurso de apelación”. Y en el presente la providencia por la que se tuvo por desistido al deudor de su pedido de concurso preventivo fue dictada a instancias de la sindicatura, sin que se hubiera dado intervención previamente al concursado mediante el pertinente traslado. En efecto, frente al pedido del órgano concursal, el magistrado de la anterior instancia solamente intimó al deudor para que acredite la publicación edictal (v. fs. 79), y éste -congruente con el requerimiento- se limitó a señalar que “los mismos se encuentran debidamente acreditados en fojas 57, 58 y 59 de autos” (v. diligencia de fs. 79 vta.), frente a lo cual el A quo resolvió lo que aquí se cuestiona con fundamento en la extemporaneidad de la publicación, lo solicitado por la sindicatura y lo dispuesto en los artículos 27 y 30 de la ley 24.522. Mal podría entonces pregonarse que dicha pieza es el resultado de una petición “sustanciada”, cuando no se dio -previo a su dictado- debida oportunidad de audiencia al ahora recurrente. Por ello también cabe desestimar el recurso deducido por el apoderado del Sr. Carrizo, puesto que –al no haberse intentado el necesario recurso de revocatoria contra la decisión de la anterior instancia– lo decidido por el A quo adquirió firmeza, habiendo precluido a su respecto la posibilidad de revisión por la vía de la apelación (art. 347 del CPCyC). En tal escenario, deviene ocioso el tratamiento de los agravios desarrollados por el quejoso, y cuanto corresponde es declarar mal concedido el recurso de apelación deducido por el Sr. Alberto Raúl Carrizo, con costas a su cargo a tenor de los normado en el art. 251 del CPCyC. Por ello, la SALA PRIMERA DE LA CAMARA DE APELACION EN LO CIVIL Y COMERCIAL DE SANTA FE, RESUELVE: 1) Declarar mal concedido el recurso de apelación deducido por el Sr. Alberto Raúl Carrizo, con costas a su cargo (arg. art. 251 CPCyC). 2) Los honorarios de Alzada se liquidarán en la proporción establecida en el artículo 19 de la ley 6.767, modificada por la Ley 12.851, oportunidad en que se correrá vista a la Caja Forense. Insértese, hágase saber, bajen. FABIANO VARGAS DE CÉSARIS (En abstención) PENNA (Secretaria) SALA CIVIL PRIMERA Resolución N°: 33 Folio: 026 Tomo: 16 ABSTENCION DE LA DRA. DE CÉSARIS: Habiendo tomado conocimiento de estos autos y existiendo votos totalmente concordantes de dos jueces, de conformidad al art. 26 de la Ley 10.160 y a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, me abstengo de emitir opinión. DE CÉSARIS PENNA (Secretaria)