RESISTENCIA AL COLONIALISMO China: la Guerra del Opio. 1839-1942 La Guerra del Opio hace referencia al conflicto que mantuvieron China y Gran Bretaña entre los años 1839 y 1842. La causa del mismo fue la venta a China de opio cultivado en la India y comercializado por la compañia británica de las Indias Orientales, administradora de la India. Esta sustancia (una droga estupefaciente) constituía una importante fuente de ingresos para los británicos y servía para equilibrar su balanza de pagos con China al compensar el gasto de las ingentes cantidades de té chino que Gran Bretaña importaba. Palacio de la ciudad prohibida. Pekín El A la derecha, Lin Zexu comercio del opio fue rechazado por el gobierno chino y su comercio prohibido. La puesta en práctica de esta abolición recayó sobre el comisionado imperial Lin Zexu. Los emisarios enviados por los comerciantes británicos e indios quejándose por la lesión que tal prohibición causaba a sus intereses decidió a la Corona británica al envío de una flota de guerra que finalmente venció a la China Guerra del opio. Batalla naval. 1841 Como consecuencia de esta derrota el emperador chino hubo de firmar el Tratado de Nanking, por el que se resignaba al libre comercio -el del opio incluido- con Inglaterra a través de cinco puertos chinos (el más importante de ellos Cantón) y la cesión de la isla de Hong Kong durante 150 años. Este conflicto y su resolución a favor de la potencia imperialista británica facilitó la irrupción en el escenario de otras potencias como Estados Unidos, Francia y Rusia que forzaron a China a firmar diversos convenios que han recibido la denominación de “Tratados Desiguales”. Subsecuentemente, en 1860 China se vio apremiada a abrir otros once puertos al comercio exterior con el correspondiente menoscabo de su soberanía. La impotencia china para conservar su independencia respecto a las potencias imperialistas se acentuó aún más tras la derrota frente a Japón en 1894-1895 que le costó importantes pérdidas territoriales y tras la sublevación de los bóxers de 1900 China: la rebelión de los bóxers. 1900. La rebelión de los bóxers fue la expresión del descontento chino ante las ingerencias económicas y políticas de las potencias europeas, evidenciadas a través de las "guerras del opio" contra G. Bretaña (1839-1842 y 1856-1860) y contra Japón (18941895). Los bóxers (la traducción del término sería “boxeador”, “púgil”) constituían una sociedad secreta con connotaciones políticas y practicantes de rituales marciales. Su objetivo era expulsar a los extranjeros de China. Iniciaron una campaña de terror por el norte del país, inicialmente, contra los misioneros cristianos en 1899. En 1900 estalló la rebelión en Pekín contra los extranjeros y las legaciones internacionales, que fue atajada por la acción militar combinada de las potencias extranjeras: británica, francesa, japonesa, rusa, alemana y estadounidense. La Corona China, en manos de la emperatriz Ci Xi, alentó encubiertamente a los rebeldes; la consiguiente derrota puso en tela de juicio el papel de la dinastía manchú y precipitó su fin en 1911, año en que se proclamó la República China. India: la revuelta de los cipayos. 1857-1859 Los cipayos eran soldados indígenas encuadrados en el ejército británico de la India que en 1857 se rebelaron contra la metrópoli. El detonante de la revuelta contra la metrópoli se produjo por razones de índole religiosa: el uso de grasa de cerdo (animal considerado impuro por hindúes y musulmanes ) en la munición de un nuevo modelo de fusil del ejército. Sin embargo, tras esta causa subyacían otras como los abusos de la Compañía comercial de las Indias Orientales, los cambios administrativos y expropiaciones de tierras en el Norte de la India, etc. La revuelta fue sofocada, pero como consecuencia de la misma la Cía. de las Indias Orientales fue disuelta y el territorio indio pasó a ser administrado directamente por la Corona Británica, es decir, por la reina Victoria I. África Etiopía (Abisinia) En este territorio los pueblos autóctonos guiados por el emperador Menelik II inflingieron una dura derrota al ejército invasor italiano en Adua (1886). Etiopía consiguió de ese modo escapar del dominio extranjero. Más tarde, en 1912, Italia invadió Libia, territorio que controló con mayor o menor fortuna hasta 1945. Durante la década de los veinte las tribus beduinas unidas en torno al líder Omar el-Mukhtar le opusieron una fuerte resistencia La guerra zulú. 1879 Los zulúes constituyen una etnia asentada en el sur de África, especialmente en la región de Natal. El asentamiento de grupos de colonos europeos, primero de origen holandés (los bóers) y más tarde británico, provocó tensiones que desembocaron finalmente en la guerra con los británicos en 1879. Éstos fueron derrotados en varias ocasiones por el caudillo Cetshwayo y sus bien organizadas tropas, hasta que finalmente la superioridad técnica y material británica provocó el sometimiento de los aborígenes y la creación del protectorado de Zululandia América: los indios A lo largo del siglo XIX hubo disputas entre indios y los colonos que avanzaban desde el E. en busca de tierras para la agricultura, pastos para el ganado o yacimientos de metales preciosos. Pero estas pugnas se agudizaron en la década de los cuarenta en forma de guerras más o menos virulentas, fruto de las cuales los indígenas norteamericanos (apaches, navajos, arpajoes, cheyenes, sioux, etc.) perdieron sus tierras y fueron recluidos en reservas sin conexión con los lugares de donde procedían. Dos conocidos episodios de estas guerras se dieron respectivamente en 1875 y 1890. El primero de ellos fue protagonizado por sioux y cheyenes, quienes aliados y dirigidos por Toro Sentado aniquilaron al famoso VII Regimiento de Caballería capitaneado por el teniente coronel George Custer en la batalla de Little Big Horn. El segundo episodio tuvo lugar en Wounded Knee, cuando el ejército americano masacró a unos 200 miembros de la tribu sioux desarmados (entre ellos numerosas mujeres y niños).