Revista Noticias – Personajes – Roberto de la Mota

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PERSONAJES
ROBERTO DE LA MOTA (58)
“Hacer vino no es
soplar y hacer botellas”
Enólogo, consultor de bodegas insignia y académico internacional del
vino. Proyecto con la familia Sielecki, accidente casi fatal y revancha.
uestro vino creció desparejo de la
N
sociedad. Ver las plazas enjauladas
y pasar por Palermo con todos los
“
edificios graffitados me da una sensación de barbarie muy alejada al nivel de
refinamiento que muestra hoy nuestros
vinos”, analiza Roberto de la Mota.
Claro purista a la hora de hacer vinos de
calidad y mendocino de pura cepa,
digno heredero de Don Raúl, uno de los
próceres de la vitivinicultura nacional,
supo ganarse un nombre propio entre lo
mejor de la enología del país. Novísimo
académico del vino y eterno buscador de
terruños insospechados a la hora de
plantar vides, fue la estrella que estableció a Terrazas de los Andes como una
bodega de alta gama e iluminó el prestigio local del Malbec a través de la mítica
etiqueta Cheval des Andes. En el 2007,
un accidente automovilístico casi lo
mata. Pese a las limitaciones, nunca
dudó en seguir haciendo lo que más le
gusta. Desde hace años se dedica a
consultorías, y por primera vez, se
animó al vino propio con el proyecto
Mendel junto a Anabel Sielecki. De sus
entrañas nació Revancha, etiqueta que
creó con su hijo Rodrigo. Una celebración a la vida y la pasión por el buen
vino.
Noticias: ¿Cuándo sintió que el vino
era lo suyo?
Roberto de la Mota: Mi infancia y mi
adolescencia transcurrieron entre los
cajones y las barricas de la bodega Arizu
donde trabajaba mi padre. Era mi patio
de juegos. En época de vendimia me
subía a los camiones y terminaba en los
viñedos. El secundario lo hice en un
colegio agrario. Cuando terminé quería
hacer vino, pero era la crisis vitivinícola
de los ´80 y pensaban que estaba loco.
Seguí los consejos de Emile Penault, un
famosísimo enólogo francés amigo de
mi padre, y me metí a estudiar agronomía porque era la única manera de llegar
a Francia a hacer un postgrado sobre
vinos.
Noticias: Trabajó con su padre, Raúl de
la Mota, eminencia de la vitivinicul66
tura de nuestro país, y lanzó Revancha,
vino que desarrolló con su hijo Rodrigo.
¿Cómo fue trabajar con las dos generaciones?
De la Mota: Muy diferente. Con mi
padre estuve nueve años en cavas de
Weinert. Él ya estaba grande, siempre
fue un tipo estricto. Cuando me recibí,
en vez de pagarme las prácticas en el
laboratorio, me mandó a trabajar dos
temporadas como un operario más.
Decía que era la única forma de aprender de vinos y de cosechas. Limpié, lavé
vasijas y toneles e hice todas las tareas de
una bodega, desde la recepción de la uva
hasta cargar camiones con cajas de
vino… Me enojé, pero hoy se lo
agradezco porque aprendí desde la base.
A mi hijo trato de inculcarle lo mismo:
esta carrera comienza poniendo las
manos en la tierra.
Noticias: Bastante alejado de la imagen
de sofisticación de su profesión.
De la Mota: Mi viejo decía que los vinos
nacen en los viñedos, y tenía razón. A los
enólogos nos encanta hablar de la poesía
de la profesión, y está bueno ese costado
artístico, pero mi padre tenía un rigor
científico. Para él no había motivo que
justificara elaborar un vino de mala
calidad. Es menos glamoroso, obvio,
pero nuestra tarea es traducir la riqueza
de la uva y de un terruño. A veces todo lo
demás es muy lindo, mucho piripipi,
pero si no estudiás, podés transformar
esa riqueza en vino o la podés arruinar.
Noticias: Hizo un postgrado en enología en Francia. ¿Cómo fue esa experiencia en Montpellier?
De la Mota: Los franceses siempre me
trataron muy bien, pero me costó. Era gente
muy formada, pero cuando hablaban de
vinos te decían que existían vinos franceses y
“los de otro lado”. A la Argentina no la
conocía nadie. Les hablabas de Malbec y no
sabían qué era, y eso que era una cepa
originaria del sur de Francia.
Noticias: ¿Nunca lo tentó quedarse en
Europa?
De la Mota: ¡A quién no! Si hubiese sido
por mi esposa Beatriz nos hubiésemos
quedado allá. Pero yo trabajaba para
Bodegas Weinert junto a papá, y ellos me
habían bancado el viaje. Era una cuestión de
lealtades. Volví y estuve con ellos cinco años
más.
Noticias: En 1988 se fue a plantar vides
al Bolsón, ¿impulso hippie?
De la Mota: (Risas). Siempre me gustó
el rock y tuve una banda, pero ese
fue otro tipo de experimentación.
Cuando tenés esta vocación, tu meta es
hacer un vino diferente, probar co-
GENERACIONES.
Con su mujer
Beatriz y
sus cuatro
hijos en el
viñedo. Con su
padre, Raúl. Y
experimentando
con Rodrigo.
sas nuevas, y el clima se presentaba como
un desafío interesante. Agarré la camioneta con 200 macetas y con mi mujer
nos fuimos desde Mendoza hasta El
Bolsón por la ruta 40, que era de tierra.
Ahí plantamos. Después me fui a
Chubut y planté más. Salieron cosas
interesantes distintas. Se puede decir que
fui el pionero en llevar las vides al Sur.
Noticias: Pasó por bodegas importantes:
Chandon y la mítica Cheval des Andes.
De la Mota: Me llamaron de Chandon
para ocuparme del viñedo y de un
proyecto que no tenía ni marca. Se armó
un equipo increíble y terminamos
haciendo algo muy lindo, que fue Terrazas. Después tuve la suerte de hacer
Cheval des Andes, una experiencia
única. Ahí me pasó algo que demuestra
que siempre la vida te da revancha.
Cuando estudiaba en Montpellier fui a
visitar Cheval Blanc y fue horrible. No
me dejaron entrar ni me pude compara
una botella. Las vueltas de la vida me
llevaron de regreso. Ada vez que iba a
Francia dormía en el chateau principal
de la bodega y me trataban como a un
huésped de lujo.
Noticias: Con Mendel le llegó la posibilidad de hacer vinos propios…
De la Mota: En el 2002 Anabel Sielecki y sus hermanos adquirieron una
viña muy vieja en Luján de Cuyo, con
plantaciones de Malbec de 1928, y me
llamaron para que los asesorara. Dos años
después lanzamos nuestro primer vino.
Pensé salirme de Chandon porque aunque
me encantaba, estaba cansado de viajar y
pasar tres meses al año fuera de casa. A
veces tenía más de cuarenta horas de vuelo.
Me tocó un terremoto en Shangai, un
tifón en Taiwán. Quería dejar de trabajar
en una gran corporación, hacer vinos sin la
presión de los tiempos. Cuando me
incorporé al proyecto Mendel, sentí que
todo era diferente, comenzando por la
búsqueda del nombre…
Noticias: ¿Algo que ver con Gregor
Mendel, el famoso físico?
De la Mota: ¡Noooo! Aunque también lo
pensé cuando Anabel me lo propuso. Era
el nombre de su padre (el megaempresario
fundador de los laboratorios Phoenix,
Manuel “Mendel” –en yiddish– Sielecki).
Me honraba semejante compromiso.
Noticias: ¿Cuánto influyó en el negocio
tener una socia como Anabel que proviene
de una reconocida familia de empresarios y
que además es la esposa del canciller
Héctor Timerman?
De la Mota: Mi sociedad es con los
hermanos Sielecki, donde Anabel
es la cabeza; sus hermanos son más
degustadores y críticos. Es fantástico
Yo era muy deportista, me encantaba andar en moto, tenía grupos y amigos del deporte.
Todo eso se acabó. La barrera física me despertó la imaginación para no quedarme quieto.
8 de agosto del 2015/NOTICIAS
Fotos: Juan Ferrari, gentileza Roberto de la Mota y Twitter.
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PERSONAJES
trabajar con ella. Los vinos no tienen
sexo, pero lo que aporta una mujer, y
especialmente ella que es arquitecta, es
en la sensibilidad, la elegancia y el
sentido de la estética, de los vinos…
Exportamos casi el 90% de la producción. Esto tiene que ver con la elección
que se hace cuando los recursos son
escasos y hay que elegir el mercado a
atacar. Al tiempo de empezar, ella se fue
a vivir a Nueva York y fue el enlace
desde allá, pero en el mundo de las
bodegas no importa de quién es, sino
qué vino hace.
Noticias: En el 2007 sufrió un accidente automovilístico que lo dejó en una
silla de ruedas ¿En que modificó su vida
y su carrera?
De la Mota: En muchísimas cosas. Hay
cosas que no vas a poder hacer más. Yo
era un tipo muy deportista, me encantaba andar en moto, tenía grupos y amigos
del deporte. Todo eso se acabó. En el
hospital me devanaba los sesos pensando en cómo haría para recorrer los
viñedos. Se me ocurrió hacerlo en
cuatriciclo. La barrea física me despertó
la imaginación para no quedarme
quieto.
Noticias: ¿Qué lo ayudó a salir adelante?
De la Mota: Mi familia. Mi mujer y mis
cuatro hijos fueron el pilar y la motivación
constante para poner la cabeza en su
lugar. Además, estaba vivo, tenía otra
oportunidad… ¡cómo no aprovecharla!
Noticias: ¿Cambió su forma de crear?
De la Mota: Revancha nació de esa
oportunidad de seguir trabajando. Hice
este vino con mi hijo Rodrigo en 2009.
Lo de él no fue pasión enológica: quería
plata para cambiar la suspensión de su
bicicleta. Hicimos1.800 botellas de un
blend y quedaron en la bodega. Al año
siguiente lo probó un amigo, le encantó
y me propuso ponerle Revancha. Me
pareció agresivo, pero me gustó porque
sentí que la vida me había dado una
oportunidad.
Noticias: Es el primer enólogo argentino que invitaron a formar para de
L’Académie Internationale du Vin, uno
de los foros intelectuales del vino más
prestigiosos de Europa.
De la Mota: Fue algo inesperado.
Cuando me dieron la noticia de lo
primero que me acordé fue de mi
viejo (se emociona), que fue miembro de la Academia del vino de
Italia, y para él, eso tenía un valor
enorme… Debe estar muy contento.
Noticias: ¿Está de moda hacer vino?
VOCACIÓN.
En 1988
se fue a
plantar vides
al Bolsón y
a Chubut.
Partió desde
Mendoza y
atravesó un
largo camino
de tierra por
la ruta 40.
Se considera
el pionero
en llevar las
plantas al
Sur.
De la Mota: Está buenísimo que la gente
quiera hacer vino, pero no es soplar y hacer
botellas. Una bodega chica hay que remarla
mucho. Se van a mantener aquellas que
puedan hacer un vino singular con cualidades excepcionales. Van a quedar unos pocos.
Noticias: En su vida debe haber
probado muchos vinos, ¿alguno que
lo conmoviera especialmente?
De la Mota: Un Cabernet Sauvignon
1979 de Weinert que probé de tonel.
Los operarios, que saben más de vinos
que cualquiera, me dijeron que el tonel
200 era el mejor de la bodega. Era el
Malbec de Weinert de 1977 que hizo
historia en la Argentina.
Noticias: ¿Lo más caros son siempre
los mejores?
De la Mota: No es una condición,
pero hacer un buen vino tiene su
costo: un terruño especial, un viñedo
de producción limitada, la uva es cara
de producir.
Noticias: ¿La mejor hora del día para
catar?
De la Mota: El final de la mañana.
Hay que tener las papilas gustativas
bien despiertas. Eso se da cuando
tenes hambre y no hay contaminación
con el sabor de otros alimentos. ¡Así
que antes de cocinar el almuerzo, se
degusta mejor la copita de vino!
Noticias: Derrumbe el último mito:
¿el vino con soda es una herejía?
De la Mota: Cuando uno tiene sed
o hace mucho calor, es una de las
bebidas más refrescantes del planeta.
Depende del vino y la situación será
una bendición o un sacrilegio.
Gabriela Picasso
Los vinos no tiene sexo, pero lo que aporta una mujer como Anabel Sielecki es la
sensibilidad y elegancia... pero en las bodegas no importa de quién es, sino qué vino hace.
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Fotos: Juan Ferrari.
8 de agosto del 2015/NOTICIAS
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