El Pensar, una aproximación desde Heidegger

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Sobre el Pensar
Carlos Piñeros
Sobre el Pensar
Primera parte. Semestre de Invierno de 1951 – 1952
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I
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Pensar.
Heidegger inicia su seminario indicándonos el campo problemático: Lo que es pensar
cuando pensamos nosotros mismos1.
Para lograr esto, es necesario aprender a pensar, cuando iniciamos este recorrido al pensar,
encontramos que todavía no somos capaces de pensar2.
Después de afirmar esta escandalosa sentencia, Heidegger analiza lo que ello implica:
En la definición de hombre propio de la tradición, esta implicada necesariamente la
racionalidad como característica básica (viviente racional), pero Heidegger nos señala que
es diferente la razón al pensamiento puesto que: la razón se desarrolla en el pensamiento3,
la razón entonces haría parte del pensamiento, dejando la posibilidad de que existan
pensamientos no racionales. El pensamiento y no la razón, es una de las características
fundamentales del hombre pero que el pensamiento sea característico de nosotros no
garantiza que efectivamente pensemos, es posible que el hombre quiera pensar y que no
pueda hacerlo. Para Heidegger el pensar no se da como parte de la decisión de alguien,
sino que es necesario cumplir unas condiciones para que se pueda pensar.
Para explicar lo anterior, Heidegger enlaza varios términos de la siguiente manera: (Pág.
15-16)
- El hombre puede pensar en tanto tiene la posibilidad de ello.
- La posibilidad de pensar no garantiza que el hombre sea capaz de ello.
- Sólo se es capaz de aquello que se apetece.
- Solo se apetece aquello que nos anhela a nosotros mismos y nos anhela en nuestra
esencia, en cuanto nos mantiene (manutención - protección) en ella.
- Lo que nos mantiene en nuestra esencia, sólo lo hace mientras lo retengamos
mediante nuestra memoria.
- La memoria es la congregación del pensamiento que apunta a lo que nos sostiene.
- ¿Y qué es eso que nos sostiene? Precisamente aquello que-merece-ser-pensado.
- Lo pensado es un regalo del recuerdo y en tanto tal es apetecido.
- Sólo si apetecemos lo que en-sí-merece-pensarse, somos capaces de pensamiento.
(Pág. 16)
Para lograr lo anterior es necesario aprender el pensamiento; ahora bien, ¿qué es para
Heidegger el pensamiento?: El hombre aprende en cuanto pone su hacer y omitir en
correspondencia con lo que de esencial se le adjudica en cada caso (Pág. 16), es
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Heidegger, M. ¿Qué significa pensar? Ed. Trotta. Madrid. Pág. 15.
Ibíd.
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importante anotar aquí que el aprender no es el mismo en los diferentes casos y ello debido
a que el hacer y el omitir cambian en la correspondencia que deben tener con las esencias
particulares de lo que se va a aprender, ello será fundamental para entender luego el
aprendizaje de la técnica y de la ciencia frente al pensar.
Volviendo al pensamiento, Heidegger señala que el aprender a pensar se logra cuando
atendemos lo que da qué pensar, aquello que por su misma esencia tiene la particularidad
de hacernos pensar. Este “algo” que nos hace pensar Heidegger lo llama lo más merecedor
de pensarse, dicho “algo” siempre ha estado en el horizonte del hombre, el autor nos
pregunta sobre cómo en nuestro tiempo se presenta esa relación del hombre con lo-másmerecedor-de-ser-pensado, y que ello es una labor de la filosofía. Dicha relación se
especifica en una frase: lo que más merece pensarse en nuestro tiempo es que nosotros
todavía no pensamos.
Este planteamiento de Heidegger apunta a que actualmente, se le exige más al hombre el
hecho de actuar con prontitud que detenerse a pensar, sin embargo el autor reconoce que
en el momento del seminario existe un auge por el estudio de la filosofía, reconoce además
que en el escenario de la filosofía está presente la problemática del pensamiento, sin
embargo esto no hace que hubiéramos pensado. El pensamiento no sería entonces un asunto
de moda o de interés transitorio de las personas por esos temas, es por ello que interesarse
por la filosofía no necesariamente es haber pensado.
Volviendo a su afirmación: Lo que más merece pensarse en nuestro tiempo problemático es
el hecho de que no pensamos (Pág. 17) el autor nos recuerda que lo que más merece
pensarse es aquello que nos hace pensar, algo que por su esencia hace que lo tengamos que
pensar. El lo-que-más-merece-pensarse no está determinado por la voluntad de los
humanos, es decir, no es algo que alguien quiera pensar que es lo que se debe pensar 4, sino
que ello siempre ha estado allí, pero sin embargo aún no hemos entrado en el ámbito en la
escena del pensar, ello no se debe a un descuido como civilización (descuido que podría
corregirse al percatarnos de la omisión), sino que aquello que-más-merece-pensarse se
escapa, se aparta del hombre, no es que ello se tuvo y se perdió en algún momento de
nuestra historia, sino que ello siempre ha estado alejado del hombre, su particularidad es
precisamente ser inefable para nosotros.
Sin embargo el hombre ha logrado situarse en el camino del pensar, pero no ha podido
llegar a lo-que-más-merece-pensarse, es por esto que se puede afirmar que el hombre no
piensa, porque no ha cumplido con llegar a lo-que-más-merece-pensarse, Heidegger nos
invita entonces a entrar al camino del pensar, pero no nos garantiza llegar a dicha meta.
La ciencia.
Lo anterior no hace referencia a la actividad en la ciencia, puesto que en la ciencia, el
pensar que se produce es un conocimiento acumulativo y continuo. Heidegger, cuando
habla del pensar indica que es necesario un salto, un salto que nos aleje de lo dicho. Es por
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Como por ejemplo, pensar en la producción sostenible y no contaminante, ello –aunque importante
actualmente- no es aquello que merece ser pensado, ya que este último es algo que trasciende los tiempos.
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ello que se recorren caminos diferentes (salto en el pensamiento y continuidad en la
ciencia) que el autor puede afirmar que la ciencia no solo no piensa, sino que además es
necesario que no lo haga para que pueda cumplir con las metas que se propone. Entre el
pensar y la ciencia no hay continuidad, no hay puentes, sólo abismo, por ello si se quiere
hacer ciencia hay que olvidarse del pensar y si lo que se quiere es pensar, entonces hay que
dar un salto, superar un abismo, pero al costo de abandonar a la ciencia.
La memoria.
Heidegger recapitula y nos recuerda que el propósito del seminario es aprender a pensar y
que el objeto de este aprendizaje es lo-que-más-merece-pensarse y que ello se aleja
eternamente del hombre, repitiendo incansablemente el evento de alejarse de nosotros, pero
señalando que este alejamiento nos afecta. Heidegger señala que nos hemos acostumbrado
a pensar que sólo la realidad es lo que nos puede afectar, pero advierte: Somos propensos a
tomar la afección de lo real por la realidad de lo que existe en nuestro mundo (Pág. 20)
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Pareciera que Heidegger diferencia entre lo real y la realidad, que dicho real va más allá de
la realidad, un real que no existiendo en nuestra realidad nos afecta en ella. Ello implica un
evento, un evento de ese real que se escabulle y que es lo-que-más-merece-pensarse en la
actualidad de la filosofía. La labor de la filosofía es colocarse en el camino hacia lo-quemás-merece-pensarse, ello es colocarnos en el camino de nuestra propia esencia. Nuestra
esencia es ser el indicador del camino que nos lleva a lo-que-más-merece-pensarse, ella es
nuestra esencia.
Heidegger encuentra en Hölderlin un verso que le permite fijar su pensamiento: Somos un
signo por interpretar (Pág. 21). En este esbozo de los himnos, el autor encuentra a la
titánide memoria (Mnemosine); en dichos poemas:
(Mnemosine) es la
palabra que dice, es la que hace aparecer, la que hace que algo se manifieste, aquello que la
memoria hace aparecer es el
(Mito), el cual es previo a la esencia humana y es a la
vez el requerimiento de ésta; el Mito es lo que permite que se pueda pensar en lo que se
apetece (Pág. 21) y hace que ello se haga presente, que sea presencia para nosotros.
(Lógos) dice lo mismo que Mito, ellos originalmente no están opuestos, se
opusieron cuando se perdió su esencia, esta situación se inauguró con Platón, se pensó
entonces que el Lógos destruía al Mito. Heidegger recuerda que se ha pensado
modernamente que la ciencia supera a la religión y éste nos recuerda que Dios se sustrae a
la supuesta destrucción que realiza la lógica sobre el mito.5
Para los griegos Mnemosina es la madre de las musas (el arte, la literatura, poesía, etc.),
ello lo indica Heidegger para recordarnos que la Memoria no es simplemente la capacidad
de retener información como lo piensa la Psicología. La Memoria piensa lo pensado (Pág.
22), La memoria es la concentración del pensamiento dentro de las múltiples alternativas
que se tiene para pensar, es ella y no la lógica, la base del pensamiento6.
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¿Se sustrae al igual que lo-que-más-merece-pensarse?
Si esto es así, ¿entonces Piaget no estudio el pensamiento?
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En conclusión de la primera parte, ¿qué somos? Para Heidegger somos el hombre de hoy,
pero no de un “hoy” temporal, cronológico; sino un hoy que nos indica el momento del
hombre en cuanto signo por interpretar, esta es la base del tiempo actual y es por allí que
va el camino del pensar.
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Aprender.
Heidegger realiza una contextualización del tema entre las lecciones. Nos recuerda que
buscamos el aprendizaje del pensar, para llegar a él, es necesario dar un salto a un campo
sin continuidad con lo establecido.
Nos recuerda el peligro que existe en tomar como sinónimos al pensar y a la ciencia, y nos
propone indagar sobre la esencia de la ciencia y no simplemente descartarla por no ser
pensamiento.
Nos recuerda también que la esencia de la ciencia está ligada a la esencia de la técnica
moderna y que ambas esencias se relacionan en un punto que se hace nebuloso por su
cercanía con lo-que-más-merece-pensarse. Para el estudio de cada una de estas esencias es
necesaria una forma diferente de aprendizaje.
Para poder lograr el aprender, es necesario entrar en correspondencia con la esencia de lo
que se aprende. El ejemplo que nos propone Heidegger es el del aprendiz de carpintero:
además de conocer el uso de los instrumentos y de saber utilizarlos, para ser un carpintero
se necesita además poder relacionarse con las formas que se encuentran dormidas en la
madera, formas que sólo surgen de la relación con el hombre (El hombre aprende en cuanto
pone su hacer y omitir en correspondencia con lo que de esencial se le adjudica en cada
caso), el encuentro con esas formas dormidas es lo que corresponde de esencial en el caso
del carpintero. Ello no se encuentra en la relación que se presenta entre el carpintero
“industrial” y la madera, en dónde la madera es sólo instrumento, es solo material de
producción, esto hace que dichos productos sean vacíos en lo referente al encuentro
esencial dentro del aprendizaje.
Heidegger comenta que dentro del aprender surge la figura del maestro, ¿qué es un
maestro? Más que ser aquél que posee un saber (que es lo propio de las universidades) el
maestro es aquél que enseña a aprender, no se aprenden conocimientos, se aprende el
camino que conduce a la esencia de lo aprendido.
El aprender se parece a la construcción de un armario, ya que el armario es producto de la
mano de obra.
La mano-de-obra implica dos elementos, por una parte la Mano y por la otra la Obra.
Frente a la Mano, Heidegger nos señala que ella no es un simple órgano de prensión como
lo es en los animales, ella está ligada directamente a nuestro hablar y pensar, ella puede
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producir arte, es también por medio del cual damos y recibimos 7: Sólo un ser que habla, es
decir, piensa, puede tener manos y en su manejo producir mano-de-obra. (Pág. 78)
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La Obra, es el dejar estar de las cosas, es el producto de nuestra intervención en el mundo.
Los gestos de la mano están ligados al lenguaje, es inevitable “hablar” con las manos, y
más aún ellas “hablan” más cuando nos encontramos callados, el pensamiento está ligado al
hablar y no a la inversa como lo plantea la metafísica8. En cada obra, en cada gesto de la
mano, esta involucrado el pensar.
Nos recuerda que debemos aprender a pensar y que este aprendizaje se dirige a lo-que-másmerece-pensarse que se ha sustraído de nosotros motivo por el cual es que todavía no
pensamos, sin embargo, el situarse en el camino a ello que se sustrae, es colocarse en el
pensar, entonces allí se piensa (Pág. 79) así nunca se logre llegar a aquello que se hace
merecedor de ser pensado. Coloca como ejemplo a Sócrates y lo nombra como el pensador
más puro de occidente, por estar allí en el tiro del camino al pensar, de ahí que no escribió
nada. Heidegger crítica a los “escritores” en filosofía, ya que para este autor la escritura
funciona como un techo que protege del viento, de estar en el camino al pensar y comenta:
todos los pensadores de Occidente después de Sócrates, sin menoscabo de su grandeza,
tuvieron que ser fugitivos de este tipo. La filosofía se volvió escrita y desde allí, en un salto
surge por oposición la ciencia, salto que se realizó una vez y que ahora resulta imposible
realizarlo a la inversa sin perder la otra orilla del abismo. Estar en el camino es indicador,
indicador de algo que aún falta por interpretar, somos entonces el indicador de ello que falta
por interpretar9.
Es entonces válido pensar la relación que existiría entre el aprendizaje del pensar y las
palabras del poeta al situarnos como signo a interpretar, el cual para Heidegger funciona
como indicador del camino al pensar.
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Heidegger recuerda la relación entre el pensar y la poesía. Evoca que la relación entre
pensar y poesía no eran contrarias en el mundo griego, sino que se lograba pensar (estar en
camino) en presencia de la irradiación poética.
El tomar a Hölderlin no se hace como un simple recurso artístico para engalanar la
exposición, Heidegger nos comenta que la poesía está ligada a la verdad, en tanto ella está
ligada a la belleza y ésta es una dádiva de la esencia de la verdad y la verdad es la
desocultación de lo que está oculto y lo oculto que aparece en lo bello es lo eterno. En este
sentido, la poesía en tanto emparentada con la verdad, entra en la reflexión sobre el
pensamiento, pero cuidado, no son lo mismo, más bien –señala Heidegger- se equiparan en
tanto son opuestas: Lo dicho con vena poética y lo dicho con tono pensante nunca son lo
7
En el film “mi pie izquierdo”, se puede ver con claridad, como alguien que teniendo inmovilizada sus manos
biológicas, logra establecer en un pie una “mano”, la cual le permite entregar una flor a la mujer amada y
también la creación de obras.
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Esta fue una de las discusiones entre la posición de Piaget y la de Vygotsky.
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Y que no es interpretable.
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mismo; pero a veces son lo mismo, a saber, cuando se abre pura y decisivamente el abismo
entre poetizar y pensar (Pág. 25).
Más adelante, tomando nuevamente a Hölderlin se establece cierta relación entre el pensar
y el amar contenido en un poema:
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Quien lo más profundo ha pensado,
Ama lo más vivo,…
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Verso que es cambiado por Heidegger por Quien ha pensado lo más profundo, ama lo más
vivo (Pág. 25), se relaciona al pensamiento con el amor, es una forma de racionalismo muy
particular, pero sólo es posible comprender esta relación dentro de la poesía cuando se ha
pensado, entonces ¿qué significa pensar?
Para responder esto es necesario “zambullirse” en lo que implica el pensar, no se encontrará
el pensar en los tratados que sobre el tema hay, el camino no es el tomar al pensamiento
como un objeto de estudio. Uno de los caminos que se ha tomado para comprender al
pensamiento ha sido su estudio lógico, dichos estudios han tenido éxito en la medida en que
han servido para la construcción del mundo técnico, dichos estudios lógicos del
pensamiento son denominados Logística. Heidegger critica como dicha logística se va
transformando en la filosofía del futuro y de cómo ella establece puentes de comunicación
útiles con la sociología, la psicología y el psicoanálisis 10, dichas disciplinas tomarán para sí
el dominio de aquello que da que pensar y junto con la lógica cerrarían el camino para
pensar el pensar más allá de su uso técnico (
) e inclusive con la poesía en tanto ella
también da que pensar.
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Recapitulación de la lección I, se abordaron tres temas:
- La relación del pensamiento con la ciencia.
- La relación entre enseñar y aprender.
- El pensamiento como mano-de-obra.
Heidegger decide aclarar algunos puntos de su conferencia inicial, ya que ha recibido
algunas críticas por lo dicho.
No se está denigrando de la ciencia, cuando se la sitúa en relación con la esencia de la
técnica, antes se le dignifica. Esto debido a que la esencia de la técnica es fundamental para
conocer el movimiento mismo de lo humano, ya que la técnica ha acompañado la historia
humana como tal. La esencia de la técnica no es nada humano. Y sobretodo la esencia de
la técnica no es nada técnico.
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Lacan aún no se encontraba en la escena del psicoanálisis.
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Frente a la mano-de-obra se puede criticar que actualmente todo artesano tiene máquinas
para la producción, Heidegger recuerda que lo importante de la mano-de-obra, es la
relación con la esencia misma del trabajo frente a la madera no como simple objeto. (las
formas durmientes en la madera).
La técnica moderna se refleja en el vínculo que se establece ahora entre el hombre y la
máquina, la técnica no son las máquinas, la técnica moderna es lo que permite que dentro
de la producción se pueda concebir el uso de las máquinas.
Es importante el preguntar sobre la relación que existe entre la mano-de-obra en la industria
y la máquina en sí, de la relación que se establece entre el trabajador y la máquina y del
lugar que ocupa el hombre en su relación con la esencia de la técnica. Dicha relación no se
ha pensado aún, ello debido a que el hacer técnico ha imposibilitado tener claro suficiente
para poder pensar la esencia de la técnica. Aunque inmediatamente Heidegger acota que la
esencia de la técnica esta vinculada a lo-que-más-merece-pensarse y por ello se escapa de
poder ser pensada, en ello reside la dificultad de pensar lo esencial de la mano-de-obra
técnica.
Lo que sí es necesario es estudiar la mano-de-obra necesaria para el aprendizaje del pensar,
ya que en ella y no a través de ella se puede llegar a la relación con lo-que-más-merecepensarse.
Para poder llegar al aprendizaje del pensar, es necesario el aprender a escuchar con
exactitud, alejándonos de la posición que Heidegger denomina pensamiento de vía única,
ello es una forma de representar, se caracteriza por ser como las vías de un tren en tanto
producidos por la técnica, un pensamiento que va para un sólo lado y que sobretodo busca
claridad, pero es una claridad que no toma una escucha atenta, esto se desprende de la
crítica que hace Heidegger a sus oyentes, cuando algunos de ellos le cuestionaron la frase
sobre Sócrates e interpretaron allí que estaba despreciando la labor de los demás filósofos,
Heidegger comenta que dicho pensamiento de vía única no le permite a algunos escuchas
percatarse del reconocimiento que hace el autor a la grandeza de los filósofos después de
Sócrates.
Finalmente nos recuerda que al final de su conferencia mencionó que el camino que él
pretende recorrer está fuera de la mera reflexión sobre el pensar, se podría pensar que se
está contradiciendo, pero nos advierte inmediatamente, que su camino es el de reflexionar
sobre el caminar pensativo indicando lo-que-más-merece-pensarse.
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III
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Si se busca aprender lo que significa pensar, se corre el riesgo de caer en una reflexión
sobre el pensar, aquí nuevamente Heidegger hace diferencia entre el pensar y el
reflexionar, la luz que ilumina el aprendizaje del pensamiento proviene del pensar y no del
reflexionar, el cual esta ligado a la razón.
El pensamiento piensa cuando corresponde a lo más merecedor de pensarse (Pág. 27) y lo
más merecedor de pensarse en este tiempo problemático es el hecho de que aún no
pensamos.
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Al analizar dicha frase, Heidegger señala dos elementos: uno que es una afirmación y
segundo la fuerza enunciativa que posee.
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Frente al primer elemento – que es una afirmación- se específica que lo que más se requiere
pensar en éste tiempo problemático es el hecho de que nosotros no pensamos todavía. Esto
que nos deja pensativos no tiene una connotación negativa (como pensar en una
enfermedad), no tiene entonces el tono oscuro que tenía para Heidegger cierta filosofía
nihilista contemporánea a la realización del seminario, no se busca un déficit del pensar.
En dicha filosofía del desastre, se piensa que el pensamiento occidental está en franco
deterioro, es un ir al desierto -siguiendo la idea de Nietzsche (“el desierto crece”)- no es
destrucción, ya que en ella aunque se llegue a la nada es posible la reconstrucción; en la
desertización hay algo que además de arrasar no permite el nuevo surgimiento, la
desertización es borrar la memoria. Esto último -borrar la memoria- es lo que señala que la
afirmación de Heidegger no puede situarse en la “filosofía del desastre” ya que antes había
señalado el vínculo entre dicha afirmación y la memoria.
Heidegger llama nuestra atención al indicarnos que en su afirmación de ninguna manera se
esta diciendo que el hombre tiene imposibilitado pensar, nos recuerda que en la afirmación
se lee todavía no, es decir, que el hombre si ha estado y esta en camino del pensamiento.
Lo que nos hace pensar -que es lo merecedor de pensarse- no necesariamente es malo o
negativo, lo bello, la felicidad también son dignas de ser pensadas y hacen pensar, el
problema es que lo anterior (felicidad, bien, etc.) normalmente no se piensan sino que se
cree que sólo es para disfrutarlas vivencialmente.
La afirmación de Heidegger no es pesimista, no va a lo peor del momento actual, pero
tampoco es optimista, ni de ninguna manera es indiferente ya que queda atrapado entre lo
optimista y lo pesimista. Lo optimista, lo pesimista y lo indiferente debe ser pensado en su
relación con una forma particular de relación con la historia, dicha relación debe ser
estudiada también ya que nos permite analizar el contexto de la afirmación.
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Recapitulando se han tomado tres temas fundamentales:
- La ciencia.
- La manera de aprender.
- La mano de obra.
De estos temas se retoma el hilo de la exposición tomando como camino el pensamiento de
vía única, aclara el autor que dicho pensamiento no es pensamiento unilateral, es más
importante el primero. En ambos casos (vía única y unilateral) se confunde el pensamiento
con el opinar, el opinar no es un elemento que se pueda despreciar de la investigación de
Heidegger, ya que el opinar es lo que guía normalmente nuestra vida cotidiana, e inclusive
para Heidegger la ciencia misma está en esta situación. ¿Cómo la ciencia puede ser
unilateral si posee una actitud investigadora que la obliga a estudiar los múltiples factores
que afectan su objeto de estudio? La ciencia se hace unilateral porque no es capaz de
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analizarse a sí misma con sus instrumentos de investigación, es decir, la física no puede
estudiarse físicamente a sí misma, y peor aún, la historia no puede analizarse
históricamente a sí misma sin caer en ello en un análisis del análisis del análisis de la
historia. Las ciencias mismas están vedadas para la investigación científica, la esencia de
las ciencias pertenece al campo del pensamiento, lo anterior nos indica a las claras el por
qué de la afirmación de Heidegger de que las ciencias no piensan. Las ciencias se mueven
en una sola cara, por ello son unilaterales. En el momento del seminario, Heidegger señala
que dicha unilateralidad esta logrando borrar la diferencia y creando un opinar uniforme en
donde pensamiento y ciencia se combinan como uno.
El opinar uniforme se caracteriza por olvidar totalmente el pensar sobre la esencia y esta
actitud de pensamiento se esta extendiendo a todos los ámbitos del saber, se busca ahora un
saber unificado, excluyente porque es inequívoco, éste es el saber propio de lo técnico, es el
saber de las ciencias pero no el del pensamiento.
Volviendo a la afirmación de Heidegger, éste aclara el sentido de los términos de no pensar
todavía, ellos no son términos despectivos, sino que nos tratan de indicar que el pensar es
una tarea a realizar, es el pensar sobre aquello que de sí mismo hace pensar y ¿qué es lo que
más merece pensarse?: El hecho de que no pensamos todavía.
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IV
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Heidegger estudia el carácter enunciativo de su afirmación.
En un primer momento se piensa que es negativa, menospreciativa, ya había señalado que
esa no es la intención. También fue ligada a una filosofía del desastre, aunque ya se aclaró
que no pertenece a este ámbito si es de resaltar que dicha filosofía muestra la particular
forma como se piensa la civilización europea en la época del seminario.
Existen además otras formas de juicios que se suponen están regidos por los hechos y que
por ello pertenecen a la verdad, ello las hace ciertas. Cierta (recta) es la representación que
esta regido por el objeto. Y al existir concordancia entre la representación y los hechos, eso
hace que la afirmación sea cierta (recta) y además verdadera. Si esto es así Heidegger debe
poder demostrar que su afirmación toma como base representaciones rectas y por ende
ciertas y verdaderas.
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Pero, ¿qué es la representación? Todo el mundo tiene una noción de lo que es representar,
se toma como hacerse una idea de las cosas, ahora bien, la filosofía se ha preguntado si esas
representaciones que están en mi, corresponden de alguna forma con la realidad externa.
Las tres respuestas que se han dado son: que si que no o que el mundo es una
representación (Schopenhauer).
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Ante esta triple salida, se podría pensar en tomar el camino de la ciencia para encontrarle
una salida, se llamaría a la psicología, que aunque sus resultados son correctos, se
encuentran atrapados en el campo de la ciencia y es de este tipo de saber que Heidegger
pretende alejarse por las razones ya antes citadas. Entonces toca ir de un salto fuera del
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campo de la ciencia y percatarnos que ante la “representación” de un árbol, lo inicial es que
tanto el árbol como nosotros nos presentamos mutuamente: el árbol y nosotros somos en la
relación recíproca, puestos el uno ante el otro. (Pág. 35)…
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Heidegger nos comenta… hemos dado un salto, nos hemos alejado del campo de la ciencia
y de la filosofía para poder pensar que ante el árbol, nos hemos presentado como somos e
igualmente el árbol también, que ello es la base de toda representación, que el árbol se nos
presenta para poder ser representado que en ese momento ambos estamos en el mismo
suelo, es allí a ese suelo común a donde hemos llegado luego de saltar de la ciencia y la
filosofía. El estar allí presentado ante el árbol y él ante nosotros es algo que la ciencia no
puede capturar en su investigación, se puede realizar resonancias magnéticas para analizar
lo que sucede en el cerebro, como se activan zonas particulares de la corteza, pero siempre
se le escapará a la ciencia esa presentación mutua entre nosotros y el mundo, en donde
ambos estamos al mismo nivel.
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¿Dónde se encuentra la representación? ¿dónde queda el árbol mismo en esta situación?
¿Árbol es lo que nos representamos de él o esta allí presentándose a nosotros? Eso que
parece una obviedad no es tal, ya que no deja de ser preocupante que la ciencia y su
filosofía pretendan reducir esa relación de representación a unas líneas energéticas en el
cerebro. Más aún, la ciencia además se abroga el decidir qué es lo real o no del mundo, ya
que se considera la mirada del científico como verdadera y cierta, ¿de dónde viene esta
arrogancia? Es necesario entonces indagar por el Realismo nunca abandonado por los
fundadores del pensamiento occidental como lo fueron Platón, Aristóteles, Heráclito y
Parménides, en los cuales ni siquiera era necesario el pensar en un mundo exterior.
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