Poder Judicial de la Nación CIUDADANÍA,SOLICITUD DE CIUDADANÍA. RECHAZO APLICACIÓN DEL DOBLE PEDIDO CONVENIO DE DE NACIONALIDAD ENTRE LAS REPÚBLICAS DE ARGENTINA E ITALIA. LEY 20.588. ANÁLISIS DE LA NORMATIVA QUE RIGE EL CASO. CONVENIO DE NACIONALIDAD ENTRE AMBOS PAÍSES. LEY 20.588. ACTA DE LAS REUNIONES CELEBRADAS ENTRE LAS DELEGACIONES DE ITALIA Y ARGENTINA EN BUENOS AIRES. PROTOCOLO USO OFICIAL ADICIONAL DEL 16 DE AGOSTO DE 2005, MODIFICANDO EL CONVENIO DE NACIONALIDAD DEL 29 DE OCTUBRE DE 1971 APROBADO POR LEY 26.228. CANALIZACIÓN DEL PEDIDO ANTE LOS REGISTROS A QUE ALUDE EL ART. 2* DEL CONVENIO. La razón de ser de los Convenios fue la de evitar la pérdida de la nacionalidad de origen por parte de aquellos que adoptaban una nacionalidad extranjera, cuando todavía no se había instalado la idea de la existencia de más de una nacionalidad en relación a un mismo individuo. Derechos Humanos. Nueva situación jurídica del binacional. Fallo “Padilla” CSJN. Los ciudadanos que deseen acogerse a los beneficios del Convenio, hayan o no adquirido la nacionalidad argentina antes de su vigencia, deben expresar su voluntad de hacerlo ante las autoridades encargadas de los registros previstos en el artículo 2° del Convenio de 1971, de acuerdo con lo dispuesto por el citado artículo 5° de éste. Tal inscripción no puede ser suplida por ningún otro acto, sin que la modificación efectuada al Convenio por el Protocolo Adicional aprobado por ley 26.228, haya implicado la derogación de tal aspecto de esa normativa. Antes bien, ha reafirmado, por un lado, la vigencia de la legislación del país que otorga la nueva nacionalidad para los actos que sean susceptibles de producir efectos jurídicos en él y en lo que no sea incompatible la legislación de su país de origen, y por el otro, ha tratado -en particular- lo referente a la emisión de pasaportes por cualquiera de los dos países o ambos, y lo relativo al ejercicio de los derechos políticos que autoricen las respectivas legislaciones internas a los residentes en el exterior. En el marco de la legislación vigente, la normativa contenida en la aludida Acta de 2005, prevé en su punto 5° la situación del naturalizado argentino antes de 1971, disponiendo que puede solicitar la aplicación del Convenio para luego tramitar ante un consulado italiano la revocación de la declaración de acogerse al Convenio, quedando así comprendidos en las previsiones de la nueva Ley de ciudadanía italiana N° 91 del año 1992 y readquiriendo en consecuencia los derechos políticos. La peticionante de autos es italiana nativa y obtuvo la ciudadanía argentina, con renuncia de la de origen, en el Juzgado Federal habiendo prestado juramento en el año 1966, debe canalizar su pedido de aplicación del Convenio de nacionalidad Argentino Italiano ante los registros a los que alude el artículo 2° de dicha normativa. PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN //Plata, 12 de mayo de 2009. R. S.II T.182 f*.136 AUTOS Y VISTOS: este expte. N° 15.706/09, caratulado: “C. de B., M. s/ solicita doble ciudadanía ley 20.588), proveniente del Juzgado Federal de Primera Instancia N° 2 de La Plata. Y CONSIDERANDO: I- Que llegan estos autos al Tribunal en virtud del recurso de apelación deducido por la Sra. C. de B. (…) contra la decisión (…) por la que el a quo resolvió rechazar el pedido de aplicación del Convenio de nacionalidad entre la República Argentina y la República Italiana, aprobado por ley 20.588. El Juez de origen consideró que el Poder Judicial resultaba incompetente para entender en el caso y que la peticionante debía concurrir, a esos efectos, ante los registros aludidos por la normativa citada (arts. 2° y 5°). Por su parte, la recurrente -con el patrocinio del Sr. Defensor Oficial- sostuvo que resulta necesario que el magistrado que resolvió la cuestión atinente a la ciudadanía sea el mismo que deba entender sobre la opción que conlleva un verdadero derecho de la peticionante, a lo que agregó que los registros previstos por el artículo 2° de la ley 20.588 no han sido materialmente puestos en funcionamiento. También expresó la apelante que la ley 26.228, promulgada el 25/04/07, que aprobó el Protocolo Adicional entre la República Argentina y la República de Italia -modificatorio del convenio de nacionalidad del 29/10/71-, tuvo por finalidad solucionar las situaciones que se han presentado en el tiempo para las personas que optan por gozar de la doble nacionalidad argentina e italiana al amparo de la ley vigente, como ocurre en el sub lite. Que, en el marco de lo previsto por el artículo 1° de esa ley, que establece que quienes se sometan a las disposiciones del Convenio quedarán sometidos a la jurisdicción y a la legislación del país que otorga la nueva nacionalidad para todos los actos que sean susceptibles de producir efectos Poder Judicial de la Nación jurídicos en él, considera la solicitante que la declaración de retención de la nacionalidad de origen compete al juez que otorgó la ciudadanía argentina. El Sr. Fiscal Federal contestó los agravios (…), sosteniendo que la legislación vigente aludida no es otra que la ley convenio 20.588 y el Acta celebrada en el mes de diciembre de 2002 en la ciudad de Buenos Aires. En ese sentido, sostuvo que de acuerdo al punto 5° del acta mencionada aquellos que se nacionalizaron argentinos antes de 1971 pueden solicitar la aplicación del Convenio para luego tramitar ante un consulado italiano la revocación de la declaración de acogerse al Convenio, quedando así comprendidos en las previsiones de la Ley italiana de nacionalidad n° 91 de1992, readquiriendo en consecuencia los derechos políticos. Cumplida la vista dispuesta por este Tribunal, obra (…)el USO OFICIAL dictamen emitido por el Sr. Fiscal General ante esta Cámara, a través del cual sostuvo que corresponde confirmar la resolución apelada, por cuanto para que un argentino de origen o un italiano de origen en las circunstancias que prevé el Convenio, pueda adquirir la nacionalidad italiana o argentina, según el caso, debe mediar su inscripción en los registros que menciona el artículo 2° . II- Sentado lo expuesto, corresponde en primer lugar examinar la normativa que rige el caso, esto es, el Convenio de nacionalidad entre la República Argentina y la República Italiana -aprobado por la Ley 20.588-, el Acta de las reuniones celebradas en el mes de diciembre de 2002 en Buenos Aires entre la delegación argentina e italiana, y la Ley 26.228 que aprobó el Protocolo Adicional entre la República Argentina y la República Italiana modificando el Convenio de nacionalidad del 29 de octubre de 1971. En ese contexto, el artículo 1° del Convenio mencionado establece que: “Los argentinos y los italianos nativos podrán adquirir la nacionalidad italiana y argentina, respectivamente, en las condiciones y en la forma prevista por la legislación en vigor en cada una de las partes contratantes, manteniendo su anterior nacionalidad con suspensión del ejercicio de los derechos inherentes a esta última. Las personas que se acojan a las disposiciones del presente convenio quedarán sometidas a la legislación del país que ha otorgado la nueva nacionalidad y, en ningún caso, a la legislación de ambas partes contratantes simultáneamente. La calidad de nacional a que se refiere el primer párrafo, se determinará con arreglo a las leyes del país de origen y se acreditará ante las autoridades competentes, mediante la documentación que será acordada por las partes por vía diplomática.” A su vez, el artículo 2° de la misma normativa dispone que: “Los argentinos que adquieran la nacionalidad italiana y los italianos que adquieran la nacionalidad argentina, deberán inscribirse en los registros que determine el país cuya nacionalidad hayan adquirido. A partir de la fecha de inscripción, gozarán de la condición de nacionales en la forma regulada por la ley de cada país. Dicha inscripción será comunicada a la otra parte contratante, por vía diplomática o consular, dentro del término de sesenta días de efectuada. La suspensión del ejercicio de los derechos inherentes a la nacionalidad anterior regirá a partir del momento en que se produzca la comunicación precedentemente aludida”. Y el artículo 5° del Convenio determina que: “Los argentinos y los italianos que con anterioridad a la vigencia de este Convenio hubiesen adquirido la nacionalidad italiana o argentina, respectivamente, podrán acogerse a sus beneficios y conservar su nacionalidad de origen, declarando que tal es su voluntad, ante las autoridades encargadas de los registros previstos en el artículo 2°. Las disposiciones del Convenio le serán aplicables desde la fecha de la inscripción, sin perjuicio de los derechos adquiridos según el régimen anterior.” Por su parte, el Acta celebrada con motivo de las reuniones que llevaron a cabo las delegaciones argentina e italiana en Buenos Aires durante el mes de diciembre de 2002 con el fin de examinar la aplicación del Convenio de nacionalidad de 1971, a la luz de las legislaciones en vigor en ambos estados, contiene disposiciones interpretativas acerca del punto en examen (Conf. Mario J.A. Oyarzábal, “La Nacionalidad Argentina –Su determinación-Prueba-Doble Nacionalidad-Doctrina y Legislación”, Ed. La Ley, 2003, págs. 87/89). Así, el punto 3 de dicha Acta establece: “La parte italiana declara que en base a la Constitución italiana, no se admite ningún tipo de discriminación entre nacionales en el goce de los derechos políticos. Por Poder Judicial de la Nación consiguiente, a partir de la puesta en vigencia de la nueva Ley de ciudadanía N° 91 de 1992, se impuso la necesidad de garantizar tales derechos también a las personas que se habían acogido al Convenio de 1971, sin por ello incidir en la vigencia del Convenio. De acuerdo al derecho italiano esta finalidad se realiza a través del derecho de revocación de la declaración de acogerse al Convenio presentada por los interesados. Por lo tanto los nacionales italianos que se naturalicen argentinos acogiéndose al Convenio y que posteriormente revoquen su declaración, gozan de la plena titularidad de los derechos políticos, incluido el derecho a votar y ser elegido, según lo previsto por el ordenamiento italiano. La parte argentina manifiesta que lo expuesto no debe incidir en la aplicación de las normas argentinas relativas a los derechos y deberes del USO OFICIAL naturalizado.” Y, en particular el punto 5° del Acta mencionada, sobre la cuestión dice: “La parte italiana observó que a partir de la entrada en vigor de la Ley de nacionalidad N° 91 de 1992, los italianos no tendrían en general interés en acogerse al Convenio, ya que dicha Ley admite la doble ciudadanía. Sin embargo indicó que existe una categoría de personas que aún pueden beneficiarse con el Convenio. Se trata de quienes habiéndose naturalizado argentinos antes de 1971 pueden solicitar ahora la aplicación del mismo para luego tramitar ante un consulado italiano la revocación de la declaración de acogerse al Convenio, quedando así comprendidos en las previsiones de la Ley N° 91 de nacionalidad y readquiriendo en consecuencia los derechos políticos.” En cuanto al Protocolo Adicional entre la República Argentina y la República Italiana del 16 de agosto de 2005 -aprobado por Ley 26.228concretado a los fines de adaptar el Convenio de 1971 a las nuevas situaciones producidas, establece que: “Los argentinos y los italianos que se hayan acogido o se acojan en lo sucesivo a las disposiciones del Convenio quedarán sometidos a la jurisdicción y a la legislación del país que otorga la nueva nacionalidad para todos los actos que sean susceptibles de producir efectos jurídicos en él. En todo lo que no sea incompatible con la presente disposición, se aplicará también a estas personas la legislación de su país de origen.” (art. 1°). Los artículos 2° y 3° del citado Protocolo expresan, respectivamente, que las personas beneficiadas por el Convenio tienen el derecho de obtener y renovar sus pasaportes y otros documentos de viaje en cualquiera de los dos países o en ambos al mismo tiempo, y que las personas que se hayan acogido o se acojan en lo sucesivo al Convenio podrán ejercer los derechos políticos que autoricen las respectivas legislaciones internas a los residentes en el exterior, sin que puedan ejercer cargos públicos y/o electivos en el territorio de ambas partes simultáneamente. III- Efectuada la reseña que antecede, fácil es advertir que la razón de ser de los Convenios fue la de evitar la pérdida de la nacionalidad de origen por parte de aquellos que adoptaban una nacionalidad extranjera, circunstancia que se producía cuando todavía no se había instalado la idea de la existencia de más de una nacionalidad en relación a un mismo individuo. Las nuevas concepciones en torno a los derechos humanos, y en particular, las dirigidas a entender a la nacionalidad como uno de éstos, dieron lugar a la celebración de Convenios de doble nacionalidad, y a considerar la no admisión de la renuncia de la nacionalidad de origen. En ese sentido, se ha sostenido que “…La nueva situación jurídica del binacional lo define como titular de la nacionalidad adquirida por nacionalización sin pérdida de su anterior nacionalidad de origen, con suspensión del ejercicio de los derechos inherentes a esta última, en virtud de la nacionalidad sustancial común que fundamenta la adquisición de una nueva y efectiva nacionalidad, y a la vez justifica el mantenimiento de aquella otra nacionalidad justicial antes efectiva, tornada ahora suspendida y latente mientras el domicilio no revierta al Estado de la nacionalidad justicial originaria…” (Conf.. Antonio Boggiano “La doble nacionalidad en Derecho Internacional Privado”, Ed. Depalma, 1973, págs. 67 y ss.). La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en referencia a la normativa argentina ha sostenido que la ley 23.059 que derogó la ley 21.795 y restituyó la vigencia de la ley 346 “…admitió que los argentinos nativos o naturalizados que en virtud de aquélla la hubieran perdido, la recuperan ipso jure aunque pueden, sin desmedro de ella, renunciar al ejercicio de su ciudadanía a fin de poder conservar cuando lo deseen -y sin perjuicio de retener la nacionalidad argentina- la nueva que hubiesen adquirido en el país Poder Judicial de la Nación de residencia. Se trata, en definitiva, de un conflicto positivo de leyes cuya causa principal es la discordancia entre las normas sustanciales de cada Estado por las cuales éstos determinan quienes son sus nacionales…”(v. CSJN, P.1571.XL, “Padilla, Miguel M. s/ presentación”, fallo del 10/04/07). En virtud de tales consideraciones y a la luz de la normativa descripta, los ciudadanos que deseen acogerse a los beneficios del Convenio, hayan o no adquirido la nacionalidad argentina antes de su vigencia, deben expresar su voluntad de hacerlo ante las autoridades encargadas de los registros previstos en el artículo 2° del Convenio de 1971, de acuerdo con lo dispuesto por el citado artículo 5° de éste. Cabe puntualizar que tal inscripción no puede ser suplida por ningún otro acto, sin que la modificación efectuada al Convenio por el USO OFICIAL Protocolo Adicional aprobado por ley 26.228, haya implicado la derogación de tal aspecto de esa normativa. Antes bien, ha reafirmado, por un lado, la vigencia de la legislación del país que otorga la nueva nacionalidad para los actos que sean susceptibles de producir efectos jurídicos en él y en lo que no sea incompatible la legislación de su país de origen, y por el otro, ha tratado -en particular- lo referente a la emisión de pasaportes por cualquiera de los dos países o ambos, y lo relativo al ejercicio de los derechos políticos que autoricen las respectivas legislaciones internas a los residentes en el exterior. En el marco de la legislación vigente, la normativa contenida en la aludida Acta de 2005, prevé en su punto 5° ya citado la situación del naturalizado argentino antes de 1971, disponiendo que puede solicitar la aplicación del Convenio para luego tramitar ante un consulado italiano la revocación de la declaración de acogerse al Convenio, quedando así comprendidos en las previsiones de la Ley N° 91 de nacionalidad y readquiriendo en consecuencia los derechos políticos. Por tales razones, la peticionante de autos –(…)- es italiana nativa y obtuvo la ciudadanía argentina, con renuncia de la de origen, en el Juzgado Federal N° 2 de La Plata, habiendo prestado juramento en el año 1.966, debe canalizar su pedido de aplicación del Convenio de nacionalidad Argentino Italiano ante los registros a los que alude el artículo 2° de dicha normativa. Ello es así, a los efectos previstos por el punto 5° del Acta firmada en Buenos Aires el 6 de diciembre de 2002 por las delegaciones argentina e italiana. Por ello, SE RESUELVE: Rechazar el recurso de apelación deducido (…) y confirmar la decisión apelada con el alcance que antecede. Regístrese, notifíquese y devuélvase.Firmado. Jueces Sala II Dres. : Gregorio Julio Fleicher. Leopoldo Héctor Schiffrin. César Álvarez.