SE PUBLICA LOS UN FAROL MARTKS 2O Cent». POR MANCHÓN MADRID 11 DE AGOSTO DE 1914 l>b¡ «RE» TAURINA UN GRAN AFICIONADO E s eí tal (y mil años viva), un hombre sesentón, fornido aún dentro de su relativa vejez, francote como tocio aragonés sin trampa, y mii\ temeroso de Dios y muy amante y tío voto de la Filariea; pero por encima de todo eso, está su afición á los toros, tan acendrada, tan firme, tan á maeha martillo, que pocos mortales, acaso ninguno, se le mieda emparejar. ¿Su nombiv* No sólo no hace al cas*>. siao que con que lo sepa él es bastante El resto del muwío {empezando po-r !u i ierra aragonesa), lo ignora. Maneto es el apellido, y Míigiüión el pueblo donde vio \;i luz ¡íritnety. Y non es*o íe basta á m¡ hombre jwira su etmoceJicm, pues batía, duoir .l/íf»e;-o <?£ rff Magullón, y todo Zaragoza, y la afición taurina especialmente, b de quién se trata. LA LIDIA ¡K-jtr CÍ.II to> ü¡jíunli.'ñ y o a b r z u d j . s , v e n s e g u i d a á rci:<.^'t <•! ifilU-f.c ó \n>. billetes p a r a los l o r o s . Ki ios negocios iuin salió talciuile'fftmf'.n!»-, loniu e! tren en Gaílur; pero eso es tan de larde en t;u\le. que no se acuerda cuándo fue la última vez. Anunciada muy anticipadamente la definitiva despedida de i/aynrli}» (por quien Mañero (eníu m;inifiest.-i prcíUIeccióu) á pie emprendió el viaje á la Villa y ("tu te. Do Magallón salió con veintidós pesetas, y á Magallón volvió con diez céntimo.*. —¡Pero, lo vi por última vez!—dicer añadiendo: - -Lo cuál que así me se hubián roto las patas, porque como esgraeiai!. sí que estuvo esgracíau Híiec cuarenta años lo mtmos. llegó I MI' primera vez á la capital aragonesa el famoso 1Mañero, á punto y hora tic celebráis. las siempre renombradxs (-urruías del filar. Un día antes de abrirse la taquilla, junto á ella tomó aliento un mecetón. Pasó el día, tea rwe unió !a noehí\ y aquel hombre allí fijo, allí quieto, perenne allí, sin que fuerzas humanas ni divinas le hiciesen abandonar el sitio. Apenas abierto el despacho de billetes, el tal se puso en pie: y míenIras desliaba de su einiura hi morada faja, hasta dar con el < xtremo en que su escondían bw rfhtrras. encaróse con el expendedor y io dijo: —Dame usté un hilietieo pa cá una de las corrías. Que no sea mu caro ni valioiltp novillero THI«. rodeado tl« su fmnflfu, en o\ Hospital Civil, mu barato; pero que sea güeña. l M Una vez complacido, y una vezpag-ado el importe, pregunté: Con el natui-al alborozo se «up<> cu Zaragoza, qmr —?Son estos "los primeros que vende usté, güen Belmonte iba á torear en aquella plaza el 2.S de -I u hombre? niodel corriente año. l.e había contratarlo una Km —Los primeros. sí? señar. —Ea, Pus eso era lo que yo quería,. Ser el prime- presa particular, y los aragoneses verían por ve/. primera al titiiludó fenómeno, que jamás, ni do norico. Conque, que haiga su tú. *", $91 aficionado cachazudo y madrugador, no era villero, había actuado en el circo de la capital de tfí Manen) ef de Magallón. Aragón. • El primer día de venta de localidades, la cola era inmensa. A la cabe»* de la misma, ocupando el priDesde entonce*. Mnnero ha presenciado en Zara- mor puesto, estaba un hombre de blusa y cachirulo. ¡Mañero, el de Magallón! goza Guantas corridas grandes ó chicas se han cele—j¡Saben ustés quién soy yo? bra lo en aquella pUi&a de toros. Si á alguna faltó, —Sí, señor. De vista le conocemos. sería por causa gravísima imposible de arreglar; —i De vista ná uaásí Pus los otros billeter JS itif JMTO contmcm* mu am/aica^, según éí mismo maniconocen de visía, y de too. ¡Mañero, el do Magallón! fiowta orguliosamente. Ya no necesita madrugar, porque desde hace Conque, ¡hala! ¡Venga el bil ¡etico! muchos años se le guarda su localidad, que os un asiento de teudido á la derecha de la presidencia, Terminada ía corrida, hubo quien preguntó al eepa oir h que Vicen al presidente los toreros. lebérrimo y tozudo aficionado: Por cierto (manifiesta) que denguno ha prenun—¿Qué tal? ¿Te ha gustado Belmonte? cia© como el Mazzantini. ¡Rediez, y qué labia de tío! —Hombre .. Lo que se ice gústame, sí que rae ha ¡gustan. El mocico es valiente... ¡Pero aquel Lagar* * * lijo, esgraeiau y too!... ¡A empentones podía con Los viajes de Manera siempre son iguales. Llega- tóos estos!... do e! momento, agarra la merienda, s d e carretera Y la -verdad es que no decía ningún disparate el «delante y tras las detenciones obligadas pa echar bueno de Mañero, ú de M&gallóii. un tmgiáco, se detiene en Zaragoza. Lo primero, su -••-- * la virgen. Luego, á dar vueltas, hasta iromÁNGEL CAAMAÍ5O {El Barquero) AÑO I.— NÚM. 16 El toreo y la historia I S C A ha habido tanto entusiasmo taurino como en exte momento, y jamás ha sudo mayor la pasión en pro y en contra. \ o creo f|ue. prrd >ran el pleito los antiflamenquislas: tiene esta afición hondas raíces en el alma de esta raza. Hay algo atávico que hace iinperdurable este arte de sangre, de sol, de hermosas mujeres y de bizarría. Tal vez, el Cid Ilodrígo de Virar fue el primer torero español y es interesante mirar hacia, atrás y ver la raigambre que esa pastú.i ha tenido en el espíritu de esta tierra. Eí toreo fue en la1 Kdad Media, á emulación de los caballeros árabes, uno de los ejercicios de destreza y de valora que se dieron los nobles con más ardimiento Isabel la Católica era mníitamifia, como Xoel, y ún pensó en prohibir las fiestas, y si no lo hizo, á pesar de :*u firme carácter y la confianza que tenía en el amor del pueblo, fue por no chocar contra la gran opinión de la gente principal, que las autorizaba y aplaudía. Ved un fragmento de la carta quten 149:! escribió desde Aragón á su confesor fray Hennndo de Tala-vera: «De los loros sentí loque vos decís, aunque, no íiícanré tanto: mas luegoíifli propime toda mi determinación de nunca verlos en toda mi vida, ni ser en que se corran, y no digo prohibir- Ñ los, porque eso no es jxfru mi <í -vías.* Los Reyes Católicos no fuem¡i jiartidario* de la fiesta, pero Carlos I, á pe&ir de no ser español, rompió tres lanzas picando el primero en la plaza construid;! en el Campo del Moro, para conmemorar la jura de su hijo* Felipe II. Francisco Pi/.arro. el con de ln qinstador del lVrt'i. era un rejoneador ' • " • ' " " " " valiente, así como el rey don Sol>aatiáii de l'niliifíal, i:ii>o fin se lut ignorado siempre, motivo que inspiró á Zorrilla una mejores obras (éntralos. Otro rejoneador de ¡sus fue íluti Diego Kamírez de Maro, célebre |K>ri|iie. sh.niipre <labn la lanzada de frente, sin vendar los ojos al caballo. Ka ios mayores acontecimientos nacionales nunca se olvidaban las fiestas de toros. Kn I0H» restauróse la Plaza Mayor por mandato de Fetijte III, y en ella se celebro ron las fiestas reales, tasándose lo» balcones en 12 ducados, pura verlos correr. En la Plaza Mayor se celebraron infinitas funciones reales de toros, y una de las más lucí las fue la que se verificó en 21 de Agosto de 1023. fn obsequio del príncipe de Gales. «De efecto se dispusieron diez cuadrilla* de á oebo caballeros cada una; la primera, quo fue la del Ayuntamiento, mandada por el caballero corregidor, y la* utras por don Duarte de líerganza, conde de Oropesa, por el marqués d • Villafranctt. por ei almirante de Castilla, por vi conde de Monterrey. i«»r Hr <ilj que de Cea, por el de Seswi, por e¡ niarqu^ '''- " l " O y la décima i>or el mismo don IVIipc U . lista >a coleada la P l L a Mayor con ricos n-post crwi. en los queae conocían m r los eacudus de urmas la clase de los due ocupaban loa balcones; se dirigu» l i reina, en silla de manos, y los infantes en carroza, al Palaciode la Panadería, donde comieron aquel día. Habiendo elegido el rey, con el príncipe y el infante la casa. LA LIDIA 11 Agosto 19H ele lar condesa de Miranda, para vestirse, se encaminó a l a calle de Relatores, en que vivía aquella señowMt por las tribunas que daban á la iglesia de la TnKdad, en donde se puso el Santísimo de manifiesto, se encomendó el rey á Dios, antes de montar á caballo. A las dos de la tarde entró el rey en la plaza, con el príncipe y el infante don Carlos, y luego que todos se colocaron en sus puestos comen- dores de á pie á los nobles don Jerónimo de Olaso. don Bemardmo Cañas y don Luis de 1 v Peña Terrones. Años después surgió Pedro Romero. qur> fue el primero que usó la muleta, aguardando ai bruto de frente, con calzón y esleto de ¡míe, correan ajustado y mangas entreteladas de (ana. Descollaron algunos más, entre ellos Lorn/'-iiln. <¡iu* i oreó en la plaza construida al final d« la calle de Atocha, junto á la del Tinte, que_ entonces se llamaba la del Toril. ' " Posteriormente se hizo una plaza completamente redonda en el soto-úe Luzón, y más larde otra, en 174Í), junto á ía Puerta de Alcalá. En ésta se dio á conocer como ran capeador el Lkre ciado de ¡ '«Aívarito de Cónloint», CB la |>laZa de las Arena*, el 'alces. domingo último roí.— Seguía teniendo una gran importancia la lidia á caballo, y como su Iraijaju, levantó v\ loro pinchándolo en el hocico recuerdo curioso citerc" a j famoso para entrar de nuevo, cobrando un pinchazo en hueJuanillón. que se hizo célebre en so bueno. Nuevamente volvió á levantar al buró, y H'uelva. picando, montado en un entrando despacio clava el estoque entero en lo alto hombre. ¡Si grande era la fuerza del morrillo, saliendo al mismo tiempo cogido por del piquero, también es de admirar Ja ingle dereetia, campanea'lo horriblemente, lanzala confianza del cuadrúpedo volun- do ai aire y 'uyendo en las astas de ia fiera, donde tario! queda enganchado por el pocho. (instantes han mío los diestros El toro cae muerto y el torero se fue valientefaimxos en la. plaza d;- .Madrid por mente hasta la baniTít, <U'iide le recogieron los los aíu»< dr t 7">(' ¡il T<>: entre tiidns eím.pañeros, que se íiprtsuraron á conducirle á la sobresaleni -IOM'- Cándido. Joaquín enfermería, falleciendo al ingresaren ella. El desH<i<ln'fíii* z. i 'íisliliarf^, banderille- graciado muchacho se dio inmediata tutónt», de ro (jii<* fue de Cándido, y el prime- la imi>ortaiicia del accidente. pne¿ al ser conducido ro que mató á volapié. Mucho adelantó el á la enfermería, no hacía má« que exclamar: arte José Delgado, l'epr-HUlu, llevándolo — Me muero. Me ha matado ese ladrón. ¡i un grado máximo Pedio Romero. Los tuédici s le ¡¡jiliearon algunas infeccione» Perú (ton Carlos III ;ij;uó la fie-sí ti c >n una p;ira recursos. y.vvn con vencidos de su iuutí ¡«•iigmátji a sanción en íl dr Noviembre de 1 7S5. lidad.acotar Ün «acoixJote le aplicó los SUMÍ o* (Heos. nbiendo los loros de muerte cu lodos los pucKl paite f.uultativo dice así: pro, os del Keino. «!£! diestro ('oreftaifa lia sufri4<> u a herida en la Mas á pesar dv lo .severo de la orden, la afición se sobrepuso á la regia voluntad, y lo curioso es que región precordial por el cuarto espacio intercoslos corregidores, alcaldes y demás justicias tenían tal, con fractura de la cuarta c stilla, penetrando la sangre tan torera como el último do los chispe- el asta en el corazón, y otra herida en la región inguinal derecha, penetrando el asta en la cavidad ros y ayudaban á éstos ¡i burlar ¡a ley. del abdomen; las dos mortales de necesidad, proCarlos ÍV perseveró en la hostilidad de su padre. fundísimas, con boquetes enorme.» Llegó á imponerla prohibición á las corridas de novillos y toros Mamados dr currña por ías calles, así Nuestras planas en color f El iníortliñudo matador de toros Fermín >lnñ«v/ «€«rchaíto», muerto por un toro en la corrida verificad JI ct domingo en ('urtagcna zó la corrida, en la que picaran y mataron loa caballeros, luciéndose en la suerte de rejoncillo. A la mitad de la corrida salió el rey y el infante <n coche. á vestirse para las cañáis. Magníficas fueron estas fiestas, pero al arte de torear lo suplía la destreza en la equitación. Noble* de alto abolengo fueron los primeros que daban jceglas para torear, pero hasta 1750 no hubo quien ías escribiese para el toreo á pie • ,En el reinado del hechizado Carlos IT, había una afición enorme, y uno de los r joneadores más notables fue el duque de Medina-Sidonia, que en las bo<las del monarca con Doña María de Borbón, celebradas en 1683, mató dos toros de dos rejonazos. Es curioso hacer notar que mientras las tiestas taurinas gozaban de gran predicamento, estaban pro hibidas las representaciones teatrales en todos Jos corrales del reino. Felipe V fue enemigo de las máscaras y de los toros y prohibió este ejercicio arriesgado'á la noblez • (le su corte, y lo que hasta entonces sólo había sido ejercido ecuestre y alarde bizarro, pasó á la calidad de arte con el toreo á pie, que antaño solamente se realizaba en el lance llamado empeño de ú pik. La plaza fue abierta á la plebe que mató con la espada y cuerpo á cuerpo, habiendo algunos tan hábiles, que acababan la suerte sin mover los pies ni abandonar el terreno. A ]iesar de la prohibición realf no se retiró del todo fa nobleza de este ejercicio, pues en la Cartilla ie torear que publicó en Madrid don Nicolás Rodrigo Novellien 1726, se citan como diestros y lidiaLos concejales presidentes tk' nuestra fiesta están reconocidísimos á su ex-compañero señor Martín l'indado. que al aí'ostumhrar ;il público matritense á conceder orejas, le lia dado un pretexto pura lljiiiuir ¡¡¡burro!!! á los dii d e día c o m o d<> in«.:h<- <'M\ d e A*rosU> d e !7!"i.,¡ ux r.utoj, I_<a invasión napoleónica fin- favorable á. ia aí¡I'" 1 -'- -'»ii las tardes en que un matador, al abrir*» eión, y -losé Konapart • autorizó las corridas, made ca|i¡i jifirn parar ío« ¡áes á un binó, no tire üi ñana y tar.Je, y no }*erdíó uuaduranie.su etii»ej:o •farola-zo á pretexto de latiguillo buscando palmas. reinado. Belmonte. el famoso trianero, da de vez en cuan Primero. s<» celebraban los días festivos, pero tanta era la pasión ¡>"¡" los toros, que tuvo que interve-:i do unos faroles, que por lo ceñidos nos hacen aganir la Iglesia para que se celebrasen en lunes. por- rrarnos al vecino de loeñrrMad (si ts vecina mejor). V ahí tienen ustedes á Manchón, que también se ha que los domingos no iba á misa ningún feligrés. mareado un farol al hacer esa tontería d;> dibujo Desde Fernando VII, que fue g n u protector de que publicamos en nueMra portada. la fiesta, el entusiasmo por las corridas ha ido en aumento, hasta nuestros días, en que una fiesta de COGIDA DE «MALL1T0» EN BARCELONA toros parece el eje de la vida nacional, lo único caMal año para los toreros está saliendo eí de 1914. paz de despertar ia pasión del pueblo. y por muy . atisfcehos deben darse los que al terminar Ja temporada se lotiren á sus casas sin haber fí. OARUERg. sido tropezados por un toro. De Ja cogida de Jos^liío ya nos hemos ocupado ¡OTRO HAS! extensamente en las pá-gina,?* de esta, revista, y hacer elogios df-J cuadro que publicamos en nuestra Cogida y muerte de 'Corchaito" doble plana, e* tonto, pues basta ver su factura, la El telégrafo nos anuncia que el modesto espada realidad de su colorido, e! soberbio dibujo, para sacordobés, el hombre que sin ruido ni charangas to- ber que ](i ffrma nuestro director artético. das las tardes se partía el pecho con los toros, torease, donde torease y fuesen los Unos que fuesen, había sido muerto en la plaza de Cartagena. VorQ/iatlo, á pesar de ser valiente, valentísimo, de poseer una voluntad y un buen deseo grande, no había tenido suerte desde que se doctoró, y no eran muchas las corridas que toreaba ei simpático Fermín. l>e novillero llegó á armar ruido, pero luego la Diosa Fortuna le volvió la espalda, y el infortunado muchacho, mientras sus compañeros de profesión descansaban y se dedicaban al entrenamiento, él marchah á America á seguir toH'iindo para poder así ¡r manteniendo la numerosa familia que sostenía con pu trabnjo. En Lima, e ¡ donde trabajó muchas temporadas, era muy querido y tenía un envidiable cartel. Descanse en paz el desgraciado torerito, y reciba su familia nuestro máw .sincero pésame M. Drt «líos de la cogida entrando ú matar «n la plaza de las Arenas, d<> Barcelona, el doiuiuso último FOT. Carluij,,,,, •). (ft noche.) Se han lidiado toros de don Félix (¡ómoz. Al segundo liieho. Ihnmido Distinguido., lo pasó CórchuíU» solo y valiente, arrancando á herir dere- El novillero Ariiunla, herido ifr»veiu<?nt« en Cádiz rí cho y cobrando media estocada. En su deseo de tW nctoa!, arompHñadu il«l «loetvr Traba, que se »« •» quedar bien, y no estando e! diestro sníisf eho de careado de su curación 1 LA LIDIA LA ACTUALIDAD TAURINA "Gallito", en Barcelona La cogida de José G& POR ADOLFO LA LIDIA DURA LA LIDIA sPastoret» en Carabimcltpl rot. Novillos en Madrid el 9 de Agosto Seis novillos de don Gregorio Campos, vecino de Sevilla, para Alé, Alcalareño y líe.mrín. Bueno, señores, yo me voy... Esto de la conflagración europea, el calor de 915 gradas á la sombra, las novilladas en ias que se pide la oreja para un novillero que entrando á matar tres veces sólo camela en una, me arroja de Madrid, aunque sin pagarme el billete, claro está.. , y me arroja á la costa cantábrica. ¡Parque hay que ver lo bien que se pasa en Gijóu una semanita. lejos del -mundanal ruido, viendo unas mujeres hasta allí, respiramio unos aires hasta alia, y comiéndose unas fabadas hasta acá. Bueno, y esto en Gijón, que si os en Aviles, donde tengo una familia que para sí quisieran más de eua tro, donde todos me quieren a rabiar, mo cuidan, me miman, y hasta se preocupan de qur Heve bien planchado el pantalón... ¡romo me trataran, que A los dos días de estar en aquella villa, engordo tremiólos, si las básculas asturianas no mienten! Y además de todo esto, y de haber en Gíjón y Avüe's en tigfce mes unas fiestas que descacharran, hay sus co reídas de toros, que siempre salen buenas, que yo te relataré, lectoi, y ya sabes que no miento, porque mis reseñas serán malas (de ello estoy seguro) y poco interesantes, también lo sé, pero hay en ellac, un respeto para ti muy grande, un deseo más gran* de todavía de quedar bien, y una voluntad firme para decir la verdad. Melance nos contará al mismo tiempo lo que sucede en San Sebastián, y esta firma no necesita eioBueno, y ahora á otra cosa. No crean ustedes que les voy á hablar de la guerra, ni hacer revelaciones interesantes de la diplomacia europea, ni comentar el calor, ni las noches del Retiro ¡quiá! aquí no SÍ' pierde más que dinero con las señoritas tiradoras. y lo otro es de una cursilería aplastante, y además muy fuera dé lugar en esta revista. ¡Ya diré a'gún día cuál ha sido el origen de todo este conflicto, y va ser cosa de tirarse al suelo. M<lo ha contado en secreto Prudencio Iglesias Hermida, ese estupendo escritor, fantástico de suyo y súm pático porque sí. que sale dentro de poco para Ber lín, con objeto de tener uno* conferencias resevardas con el cuerpo diplomático extranjero. Pues bien, yo no les voy á contar por ahora nada de esto. Voy á relatarles lo ocurrido en la novillada de ayer, que hubiera sido una de tantas, si Canana no hubiera aparecido por el ruedo, con un vestido del siglo xrv, una montera del Bazar X y un tipo jj jajay. Una monada. Y esto lué !o más 11 Agosto !9I4 saliente, porque Ale, aunque estovo alegre y bullicioso, no se lució lo debido con el primer novü'o, fardo, bonito y noble como un faldero (no siempre an de ser borregos). Con un toro así hay derecho á armar un escándalo. En el otro, pasadero nada más, y imal con el pincho. Hubo un bajonaxo que ya ya. Dirigiendo... Yo le aconsejo no salga más de primer espada. De veras. Alcalareño; Se adornó etilos quites y al torear de muleta, pero como tómalos toros desde Isxgo, ios animales no fijan y resultan pesada sus faenas. Al primero lo despachó de un pinchazo, quedándose el bicho y media bien puesta. En el quinto, entró tres veces, dos de ellas sin querer llegar, y á la tercera, que entró muy bien, salió prendido por la chaquetilla y zarandeado, pero agarró un buen estoeonazo. El público pidió la oreja, ¡no tanto, señores, no tanto! porque donde habría que darle no la oreja, hasta el rabo en todo caso, sería en el colosal pa r de banderillas cortas que quebró al mismo toro. Aquí sí, esto fue sencillamente admirable. ¡Lo mejor de la tarde! Berrerín: No es por ahí, joven: aragonés. A ratos valiente, á ratos no; duda usted mucho los toros, y además hay sus ventajitas. ¡Y esto ahora que estamos empegando! ¡Hombre, no! Por lo menos valentía, ya que de arte no hay nada. Egto es lo que pasó el domingo en ia plaza, según mi modesta opinión, y ahora de verano, señores, á la costa cantábrica, y hasta el martes próximo, si es que Tengo. .—MULETILLA «Pastor II* el en Tetuán FOT. PÍO Pacorro. Dos tuertos le tocaron á este muchacho y no fue mucho lo que hizo con ellos; al segundo le muleteó valiente y lo mató de medía enfocada baja entrando mal; al quinto le torró regular y le despachó de dos pinchazo* y media estocada atravesada; en brega y quites fue el que - sttivo mejor, puso al quinto un par de palos colosal y dio á este mismo toro una larga cambiada de rodillas superior, escuchando una gran ovación. Migu«l Leria, ni con capote ni con muleta sibe «na palabra de estas menesteres y con estoque estuvo mal en el único toro que mató, en el que fue cogido, sin que afortunadamente sufriera más que una contusión en la nariz. De Los domas, mi-rcco sólo especial mención Chama.—A. DOBLADO Novillos en Tetuán «Pacorro* el domingo en Cnrabancbpt FOT Novillada en Carabanchel Se corrieron sois novillos de Olea que en general fueron bravos, sobresaliendo el tercero y el sexto. que fue un toro de bandera, bravo, duro y con poder, toraó en un palmo de terreno siete varas, dio siete caídas y dejó para el arrastre siete caballos. Los espadas.—-Pmsloret encontró al primero bravo y noble, le muleteo sin parar y le despachó de tres pinchazos, atacando mal y media buena entrando do mejor, descabelló á la primera y escuchó palma-* y pitos. Al cuarto, que est t>a bronco y con mucho poder, no le dio ni un muletaao y te despenó de dos pinchazos malo* y una estocada delantera, rceibien do un aviso. A' último, que mató en sustií uHón del debutante, le toreó de muleta regular y le mató de media estocada trasera ún atacar con rectitud; en brega y quites bien, y con los palos, con más Voluntad" que suerte: mal, muy mal como compañero, puro durante la lidia del último toro, no cesó de tirarle ventajas a Pacorro, y eso no es ni decente, Tr«s momentos de «Aiealareño* en la corrida del domingo: Perfilándose, para matar. Al g©r par de las cortas El ganado, de don Arturo Cobalcda, en general resultó manso, excepto el cuarto, que fue bravo con ios piqueros y llegó noble y manejable á la hora de la muerto. Los dos últimos fueron fogueados. iMatapozudos, que toreaba por primera vez después de la grave eogHa sufrida en esta plaza, lo hizo bastante distanciado de los toros. A su primero, después de un i faena desconfiada, lo despachó demedia estocada, y á su segsmdo, el único toro manejable que se corrió, tras de brindarlo á un espectador que ocupaba una barrera, lo deapaoho d© un pinchazo y media delantera y caída. Chico de Lmxipiéa. en su primero, con solo dos pases entra á matar y receta una contraria, descabellando al tercer intento. En su segundo muletea desconfiado, y desde lejos atiza media tendida y trasera y después otra media en su sitio, de la que el toro se echa. Pastor II dio la nota do valentía en la corrida. A su primero, tras unos pases ineficaces, siendo achuchado lo despenó de dos pinchazos, media bien puesta y cuatro intentos de descabello. En su segundo hizo una regular faena de muleta, y entrando bien, agarró una estocada baja de efecto instantáneoLa entrada, floja, y la tarde abochornanteDON BENITO Hay (pie prohibir a los peones que toreen á dos inanrts, pues el abuso ha llegado ya á s«r intolerable. Señores matadores: arrímense ustedes ú lodos los toros, pásenlos do maleta y obliguen á sus [K-om-itos á torear eon nna mano, con la izquierda pre,fere,m>menlt>, y poco, en vez de decirles ¡duro eon él! por ei quinto toro, y poniendo un superioríslttto (APCNTKS TOMAJ>OS DKI. NATURAL TOR K. MAR(ÍÍ) / / Agosto 1914 LA LIDIA el pasco en la torcera corrida ifa Vitoria rot. BRAVO Los dií-stros íiaHo, Umna. l'osada y Itrimoulp, al frente de sus rastrillas, les de tamaños, de tipos y de poder, que resultaron «*1 céwii no le dio ni un pase, le pegaron al de Sata» inansurroties v noblotes hasta la pared de enfrente, tres nunta-Bos los subalternos, sacudió el e$pá una. excepto el primero, que fue buei» . ¡Se dan pri- pescuecera cuarteando, descabelló á ta segunda inLA l'ÜIMKHA meros! Ent re todos tomaron dos refiloniixos, mi ma- tentona y escuchó ua aviso y algunos pitos. Y por Se celebró con mal» entrada, que le costó á la rronazo, y 2í( varas, vengándose mediante 15 costa- eso cobró ü.ÓOO pesetas, Posada estuvo infame. Bailó con capa y muleta, •^Kinjivcsa Popular» sus (MICHOS cuartos. Vitoria dio ladas y siete jacos arrastrados. torean Jóle á él sus tolos c interviniendo todo e! buen contingente, pero rio hubo d trastero*. ¡¿eonaje. Metió al segundo dos medias delanteras y Los (ic Martínez un descabello, v al quinto cuatro pinchazos peseueFueron terciadnos, finitos, igualitos, negritos ceros, descabellando ¡al décimo intento 1 No quiso v eornieort ¡tos, y el quinto demasiado brocho. entrar á matar otra vez y recibió los tres avisos, Los cuatro últimos, sin poder, cayéndose á cada muriendo el infeliz astado á manos de Ja cuadrilla paso, sosos siempre, blandos al principio y quedacuando iban á salir los mansos. do* al final. Pero demostraron voluntad. Fue aquello escandaloso. Alcantarilla salió de la KI secundo fue muy bueno, y el que rompió plaza enfermería, desobedeciendo al médico que le hab/a superioiístino <Ie tipo, bravura, dureza y nobleza. curado, para desde el callejón dar espadazos al toro, Untoro buen moao y Ue bandera. Quizás el mejor secundándole el puntillero y hasta el mozo de estoque ha dado la ganadería de ios Hijas de don Vi; ques. Hubo bronca.1 p;ro menos de la que debió •cente Martínez. haber. ¡Otro borrón . Parece que Poyada se asusta Se. llamaba e! animalito Cornudo, tenía el númecon demasiada fr<aueneia. ¿No le guxtan á usted ro .>4 y era negro lir,i<r?K>. Le metieron dos veces una masque becerretesí barbaridad de pulo. ¡\ pesar de lo cual tomó cinco A Bdmonte no le vimos en el fttedo apenas, y puyazos y Uió tres caídas, recargando con coraje. eonin no trabajó ni yustó en !as verónicas ni en los Acabó bravísimo, y wc U; ovacionó en el arrastre. quites, al p rder una vez el capote se le abroncó. Entro loKfeeis recibieron Kí rcfil< mny.au y 20 varas, Ai tercero, que m iba, trató de recogerlo con la por 10 tumbos V tres rabillos muerto*. muleta, sin c inseguirlo ni poder lucirse, utilizando Los coletas las dos niiutiK. Kntnuido bastante bien, y quitándole el eorm'ipetn la espada de Ifl mano, dejó una Lío horroroso: mal los banderilleros y peor los estocada entera <•' ida. intentó una vez infructuosapicadores. Únicamente se portaron bien, Riañüo mente (1 descabello y oyó algunas palmas. pareando y Zvi'ito en un par de puyazos, mereeien* El sexto estaba quedado, pero era un infeliz, y <Io aplausos que no se les otorgaron. Be)monte lo muleteó bien fon la derecha, por la El GaUo en 1» tercera vomita En cambio, el jiúblico y la preside .cia, estuvieren cara, le din tirones con la izquierda., toleró ayudas y excesivamente benévolos con ío-< espadas. Los... siniestros se arrimó, sobre todo al final. A (jaona y á sus picadores se les abroncó justamente por el destrozo hechii a! primer Loto, así cjili© La lidia fue un constante? barullo, y adernas se Tres pinchazos ]>erpendiculares, echándose fuera; luego ;"i! indio por muletear mu I al bravísimo Corsa- palitroqueo y se picó mal, salvo unos pares de Pin- el primer aviso, un metisaca pescuecero y bronco, a rio y liarle un pinchazo pescuecero y un ignominio- ttira$. Cuco, Alcantarillan li'amito, llegando á supe- Juanito. que ha cobrado en Vitoria la to .tería de so goMcia/.o. (írae-ífirt á que lo haj»ía veroniqueado riores los del último muchacho, y unos puyazos del T.íMH) pesetas por «(.rrida. movidísimo y á que dirigió pésima monte Rodolfo Arriero y Céntimo. El ten i o te alcalde don Gregorio Pena, presidendurante i oda la tardo. Banderilleando al tercero SaUwn salió cogido, sin co ¡secuencias, por el pri- te déla Comisiónele festej is, presidióla cor.ída quedó (¡aona superiormente en par y medio al quie- mero, y A ¡rantai'illa por el secundo, saciando una cor- muy mal, pues se precipitó lamentablemente en bro v dos cuarteando, siendo ovaciomulfcimo'. nada de ^cis ccnlínictros ci¡ la espalda. casi todos los toros. 8o sentaba á su la;lo el notable Pero abusó en banderillas y al muletear con ta Kl (íaiht. se limitó ¡i cumplir en las verónicas: aviador vitoriano Hera<:lio Alfaro, que fue* ovacioderecha, y el bicho no igualaba y tenía la cara por ¡>cro en la breara y en fo.s quites estuvo superior, es- nado al aparecer en eJ palco el suelo. Le entró rápidamente, soltó un bajonazo y cuchando continuas ovaciones. LA TERÍKKV ¡¡¡se le aplaudió!!! Al primero se lo encontró Rafael entero y con Fueron muy buenos la entrada y «i-tiempo, y se Al quinto lo toreó colosalmente el mejicano por lodo su poder, y le hizo una excelentísima faena, dio !a gran bronca á los coletas, al hacer el paseo. verónicas y de frente por detrás, ovacionándosele. variada, valiente, arrimándose, casi toda con la Don Dionisio Peláez nos sirvió ocho bichos desLe colgó tres buenos y ovacionados pare < al cuar- /urda y mandando, siendo ovacionado. E*ero no iguales de tamaños, de tipos, ¡MU- ser unos de casta teo, y abusó del infeliz y medio inválido marlínez. cuadraba en fa suerte natural, y el (jallo no quería cogiéndole los eiiernecitos al muletear. En las tabla», nada con él en las tablas, por lo cual se prolongó de Kdltillo y otros de procedencia de I barra. Un general, anduvieron mal de poder y se mosy arqueando el brazo, le metió natía memw que seis mucho la faena y se fatigó ci artista. Cuatro pintraron noble» como bjrrieos Ideales para la torería. pinchazos delanteros, acertando á descabellar al se- chazos pescueceros, primer aviso, certero descabello Además, «e portaron bravamente, á pesar de la y muchísimas palmas, sin duda á la faena. gundo intento. infame lidia y de meterles los palcn bárbaramente El cuarto estaba manso y reparado déla vista, y la gente de á eab Ho. ¡I* bres auimaies! losada se portó bien en las verónicas y en los1 quite**, y mal al parear al segundo V íd sexto. Salvo algutui atrocidad de los reservas, se pico be movió má» de la cuanta al torear de muleta á bien, distinguién lose los Chanos, Arriero y Zurito. sus dos primero* e n e m a s , .siendo ademá.s casi toEl más pelmazo al eap.tear. el dichoso Niño de dos los pase, de phm, á i t 6 l l ( ¿R e n t . la Audiencia- Palitroqueando estuvieron todos bascho menos (ho un | > l l l c h a a , ) M a n t e r o al .segundo. tante mal. excepto Vejuila. mas ima estocada muy ida. Descabelló al segundo No mi! gustó el séptimo astado. Fero repito qae empujón y mereciendo pitos hubo ovación y vuel!os demás fueron bravos, sobresaliendo el (jue romta a ruedo. Asi da gusto. ¡QTMí p u b l i q u é » pió plaza, un toro colosal, de bandera llamado MaAl cuarto, y en tablas 1* endilgó una estocada ragalo, de pelo negro, bragao, nútn. 45. desprendía, alargando el brazo .y saliendo por la We le aplaudió en el arrastre, y tiitnbicn en diver«ara, ¡¡¡para oír una ovación, dar la vuelta aJ ruedo y cortar la oreja'!! sas ocasiones ni ganadero, que estaba on un palco con su colega don Kélix L'rcola También presenció En el sexto estuvo Posada breve y bien de verla fiesta. eJ tiuque de Tovar, nuevo propietario de la dad con la muleta y atizó media un'poco delanteganadería de Peláez. V había varios ganaderos más, ra, seguida de ovación, oreja y salida en hombros muchos aficionados conocidos y algunas empresasEl segundo cogió ñ Joscpe al darle un capotazo á Vimos una gran corrida, señores. Entre los ocho •dos manos, y jwsó á 'a enfermería eon una cornada (jureles tomaron sc¡« refiloiiazos y veintitrea varas, de diez centímetro* de profundidad en la jwirte supor once fgoipnzu» y n«eve jacos arrastrados. perior y posterior del muslo izquierdo. Y el picador Los *'H|iiulas Berrwja sufrió la fractura de uu dedo del pie. Brindaron lo» cuatro jejtw su últimu comúpeto á LA SíXHNDA los morenos El (•'alio cumplió al veroniquear, estu*ué ¡a entrada regular, lloviznó, hubo ovacionen vo superior on brega y quites, oyendo miichasovacio. l>asfel'lo, resultaron buenos los servicios y se pune-. y tuvo la suerte de paladear <fo« i><-ru¿ m (Hice. Al primero le prendió par. y medio malísimos al *16T>n p^ l a d < ' r , o s 1 » ^ el dulh y ! Sel monte. cuarteo, y ie hixo UR» magna faena de i»uteta comDon i?«Iip(i Salas nos mandó seis bu relea desiguaFosada, eutminio » matar Las corridas de Vitoria LA LIDIA 8 puesta del pase déla muerta, ayudados por bajo, varios con la zurda, un molinete, algunos de pecho, seis pasándose la muleta por la espalda y CUATRO NATURALES SEGUIDOS, que pasaron desapercibidos. ¡Una faenaza! Media pescuecera, una honda delantera y ovación al inmenso torero. Al quinto, otra faena estupenda, subióme. Cerquísima, valiente, artístico, eficaz, elegante y variado, ge hineó de rodillas, tocó la cara al de Peláez y el público deliró de entusiasmo, ovacionó estruendosamente al enorme artista y sonó la música en su honor. Luego, un pinchazo alto y una estocada buena y hasta la pelota, echándose fuera. Ovación clamorosa, vuelta á la pista y las dos orejas para ei cañí, que salió en hombros. Gaona toreó bien de capa, pero encerrado en las siendo toreada por su enemigo, para arrear una estocada desprendida y oír ovación, dar la vuelta al anillo y cortar la oreja. Al octavo le ejecutó buenos pases altos, ayudados y coa la derecha, arrimándose, más unos cuantos de pitón á pitón con la izquierda. >ÍIF. Tuvieron que intervenir los peones, y sacudió Terremoto más de media ida y perpendicular y cortero descabello, sonando pilmas. El joven y ya afamado aviador vitoriano Heraclio Alfaro, pasó varias veces tripulando et monoplano de su invención, siendo o vacio ñadí simo. CUARTA Y ULTIMA Con buena entrada y tiempo nublado echamos fuera la última do las de feria, ó sea la novillada. En wn intermedio se hizo una cuestación, por los peones, para el picador Berntga, herido en Ja pri- 71 Agosto 1914 su abusona costumbre, capoteó sin cesar y á dos manos, enseñando á los novillos, que por si eran poco revoltosos, luego resultaban más, colándose mucho por los dos lados. ,JU>, Los cuatros navarritos primeros fueron muy bravos, no pasando de níediano el sexto. E-l quinto no era de la raza de Reriam, sino de la que también tiene don Cándido de laUlisuelta g nadería palentina de don Clemente Herrero, y resultó manso. Era más grande, de más poder que los otros, y basto y feo. Entre los seis tomaron 23 puyazos, por 10 caídas y nueve caballos muertos, de ellos seis arrastrados. La «Popular» se despidió espléndidamente, pues nos regaló dos bichos. Había anunciados cuatro y se jugaron seis. «Alé» y «Saleri H» Estuvieron valentísimos 'h>B dos chicos, sacando UNA O V A C I Ó N , PORV. Las caricaturas de fas piqueros son ya bastante conocidas; pero nosotros echarnos mano de esta tan saladísima que, nos remite el humorista íbúñez, por considerarla de palpitante actualidad, desde diez años á esta parte. Tús lector, que eres aficionado, que todos los dominjos y días que hj,y corrida, acudes presuroso al circo taurino, ¿no ves por lo menos una vez en cada fiesta el original de este cuadro? Sí, ya sé lo que dirás, Es Fulano; no, que se parece á ZuMno... No te canses, lector, son todos, y pueda ser gm uñad6 ^<^ naranjas que ha sorprendido como un proyectil el dibujante hayí sido arrojada por tí mismo al ver lafaeg^ de algunos piqueros. Su primero estaba reparado de la vista, por lo cual hubo de hacerle cuatro pasadas para cuartearle un par regularcejo, no pudiendo—por ese defecto del burel—hacerle nada con ia muleta, si no eternizarse con ella y permitir intromisiones. Dos mediaa caídas é idas, con el brazo suelto, y palmas. ¿A qué? También un poco pesado y sufriendo un desarme vimos á Gaona en su segundo, pero cerca y bien, para adornarse hincando una rodilla en tierra y agarrar los pitones. Después, dos pinchazos desprendidos arqueando el brazo, y una estocada idaf también con arqueo, habiendo nada menos que ovación, vuelta al ruedo y oreja. ¡Ko se quejarán los diestras del público de Vitoria! Posada veroniqueó mal y muleteó bien por altos á su primero, para soltarle media algo tendida, también con ovación, vuelta y oreja. En el otro huyó Curro con la muleta, atizó media ida volviendo la cara, descabelló al primer empujón y Ü¡oy° otra ovación!!! ¡Qué publiquito! Belmente veroniqueó á su primero con movímiento. (Silencio}. Perdió el capote al intentar lancear á sxi segundo. (Pitos). Y lo volvió á perder en un quíte. (Más pitos). Con suavidad dio Juamto á aquél pases movidos con la derecha, ayudados, de pecho y de molinete, mera corrida y que no pertenece á la «Asociación de Toreros. Los de Díaz Fueron los btireles navarros de don Cándido Díaz, unos utreriilos de poco respeto, pero finos y cornilargos. Resultaron bravos los animalitos y pelearon muy bien con los caballos, derribándolos en fuerza de coraje y nervio, ya que no de poder. El ser los astados nerviosos, de poco peso, celosos, ágiles, bravos y ligeros, les permitía—como á todos los de casta navarra—revolverse siempre y rápidamente; lo cual trajo de cabeza á la gente de á píe. "A esos bichos hay que mandarles mucho, despegárselos, cargar las suertes y enmendarse, ó torearlos sobre las piernas. Pero siempre estirando mucho los brazos, señores AU, Saleri y compañeros mártires. No me extraña lo ocurrido á estos muchachos, pues lo mismo les pasa y ha pasado á los mejores toreros, por la falta de costumbre de torear ese ganado y porque les resulta, difícil, inninteligible y peligroso. P«(Co ó nada se arrimaron peones y jinetes, acercándose únicamente Fabián y el Niño dé la Audiencia; pero éste para echarlo 4 perder, pues siguiendo AU un varetazo en laiiglederecha,ocasionado por el último buró, y Salerill un puntazo en el mismo sitio, al matar su primero, que le impidió continuar la lidia. Alé se arrimo, y trató de defenderse con capa y muleta, luciendo mucho en quites y oyendo continuadas ovaciones. Colgó t r e s superiores y ovacionadas pares al cuarteo. También fue ovacionado por su decisión al matar nada menos que cinco corníipetos, cortando cuatro orejas y saliendo cogido cuatro veces. El excelente torerito Saleri 11 veroniqueó eon movimiento, por lo reyoltosillo que era el bicho, y le clavó tres superiores y finísimos pare» cuarteando. Al muletear fue repetidamente a-chuchado por el de Díaz y toreado por él. Necesitó tos auxilios de sus peones. Entrando muy bien, agarró una estocada trasera, que mató sin puntilla, R i e n d o enganchado y herido. '^g, ^ Julián r oibió una ovación, eortó-la ©reja y pasó á la enfermería, «-*.*- «.-.,, Final ' * La «Empresa Popular» ha perdido más de cinco mil duros, lo cual lo siento de veras. RELANCE IMPRENTA Y FOTOGRABADO DÉ LA SOCIEDAD ANÓNIMA E D I T O R I A L N U E V O M U N D O , LARWA, 8, MADRID