aristOteles y platOn

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TEMA INTEGRADOR COLOQUIO
“Alma, ética y virtudes según
Platón y Aristóteles”
Se ha determinado, a lo largo de los siglos, como axioma fundamental el
afirmar que las doctrinas de Platón y Aristóteles son opuestas entre sí.
Sin embargo, al analizar detalladamente sus posturas, observamos que existen
numerosas acepciones en común.
El tema que abarcaremos involucra diversos aspectos referidos al modo de vida
que el ser humano debe llevar a cabo. Aristóteles es quien intenta, dentro de lo
posible, delimitar las características principales de una disciplina como la ética,
que logra integrar en un mismo escenario las bases constituyentes para el buen
funcionamiento de una sociedad.
Platón, en cambio, jamás la mencionará ni definirá en sus obras. No obstante,
es de suma evidencia el carácter moral y ético que el filósofo imprime en todos
sus diálogos. En los textos “República” y “Fedro”, Platón pasa a relatar la
manera en que nuestra alma está conformada, las virtudes y vicios que derivan
de ella y las clases sociales que concuerdan con nuestro espíritu.
El alma está dividida en tres partes: la parte racional, la parte irascible y la
parte concupiscible. En “Fedro”, Platón representará cada una de ellas con un
carro alado, conducido por un auriga (razón), un caballo blanco (pasiones
nobles) y un caballo negro (pasiones bajas).
Dependiendo del grado de contemplación de las Ideas al momento de encarnar
en un cuerpo, el alma será dominada por alguna de sus partes. El caso de los
filósofos será el más supremo, ya que en ellos predomina la razón, mientras
que los tiranos serían de la índole más paupérrima, dado que se aferran en
demasía a la parte concupiscible.
Aquí podemos unir nuestra descripción junto a algunos elementos
complementarios de “República”. Cada una de las partes del alma se encuentra
en un lugar específico de nuestro cuerpo: la parte racional se ubica en la
cabeza; la irascible, en el corazón y la concupiscible, en el vientre. De las
mismas puede no sólo determinarse las virtudes y sus correspondientes vicios,
sino también los distintos estratos sociales en una ciudad.
La virtud propia de la parte racional es la sabiduría o la prudencia, mientras que
para la parte irascible es la valentía y para la concupiscible es la moderación o
templanza.
Sin embargo, cuando estas virtudes no son tomadas en cuenta, emergen los
vicios. De acuerdo a la sabiduría o prudencia, le corresponde la ignorancia del
Bien común; a la valentía, la audacia o cobardía y a la moderación, la
intemperancia.
En una polis, sólo quienes más saben pueden gobernar. Platón atribuye este
papel a los filósofos, mientras que en los guerreros o auxiliares debe dominar la
valentía y en los comerciantes, artesanos o productores deben destacarse las
pasiones bajas.
La justicia en la polis está determinada por las virtudes, dado que gracias a
ellas, se puede manifestar una relación equitativa entre las partes. Sin
embargo, cuando el ciudadano se sale de sus propios límites y permite el
predominio de los vicios, se potencia la injusticia.
Hacia el final de la obra, el autor narra el mito de Er, un soldado que retorna a
la vida pasados 12 días de su muerte, para dar a conocer qué vio en el más
allá. Cada alma elige un destino irrevocable, el cual poseerá dos características
imprescindibles:
a) una buena elección implica una buena vida (conforme a la virtud)
b) la divinidad no se responsabiliza por tal decisión.
El último punto que mencionaremos de “República” será el del paradigma de la
línea, donde Platón distingue los grados del ser y del conocer pero, a su vez,
puntualiza y diferencia al mundo sensible del inteligible.
Continuando con nuestro análisis, tomaremos el diálogo de “Fedón”, cuya
complejidad radica en que en él se indican tanto distinciones ontológicas como
gnoseológicas.
Refiriéndose a la naturaleza del alma, Platón indica que ésta es simple y se la
asocia al mundo inteligible, por lo que es afín a las Ideas. De acuerdo a cómo
se ha comportado el alma durante su vida en la Tierra, tendrá una sentencia
específica. Quienes hayan sido injustos, reencarnarán en lobos o hienas; los
que hayan practicado la glotonería y la lujuria, encarnarán en cerdos y asnos y,
quienes hayan sido justos, pero no se abocaron a la vida filosófica, retornarán
como abejas u hormigas. Hasta aquí podemos delinear las nociones
ontológicas.
En cuanto al mito cosmogónico/escatológico, podemos decir que se vislumbra
un tipo de justicia reparadora y distributiva. Esta clase de visión, muy usual en
Platón sobre la justicia, vuelve a reiterarse en “Gorgias”, cuyo mito sobre los
tiempos de Cronos y Zeus resalta una idea de equidad y sentido moral.
En el diálogo “Político”, el filósofo vuelve a insistir sobre la idea de un gobierno
en relación a la virtud y en cuanto a “Leyes”, sólo nos remitiremos a las
consideraciones que realiza Aristóteles respecto de la educación.
Consecuentemente, pasamos a enumerar los conceptos fundamentales
brindados por Aristóteles en “Ética a Nicómaco”.
El alma humana se halla dividida en dos partes: una racional y otra irracional.
La primera involucra, a su vez, una parte científica (caracterizada por la
erudición) y una parte deliberativa (la cual implica un razonamiento práctico).
En cuanto a la segunda, decimos que también está compuesta por dos partes:
una desiderativa, que participa de la razón deliberativa, y una vegetativa, que
no participa de la razón.
En cuanto a las virtudes, Aristóteles las clasifica en dianoéticas y éticas. Las
primeras contienen a la sabiduría y a la inteligencia, pertenecientes a la parte
científica, y la prudencia, que se corresponde a la parte deliberativa. Respecto
de las éticas, el filósofo menciona a la moderación como otro elemento de la
parte deliberativa.
Cuando Aristóteles habla sobre las ciencias en el libro IV, ubica tanto a la ética
como a la política en la categoría de disciplinas teórico-prácticas, dado que
aplican la razón deliberativa y su objeto de estudio es particular y contingente.
En el libro II, el autor explica el segundo aspecto de tales ciencias: “practicando
la justicia, nos hacemos justos; practicando la moderación, moderados…” y
efectúa una relación de lo previamente dicho con la manera de gobernar una
polis: “…los legisladores hacen buenos a los ciudadanos haciéndoles adquirir
ciertos hábitos…”.
Ahora bien, una de las principales funciones de la ética es la de reconocer las
virtudes pero, ¿qué es una virtud? Aristóteles responde que la virtud es un
término medio entre dos extremos, uno por exceso y otro por defecto. Dicho
punto intermedio “no es uno ni el mismo para todos”, sino que depende de las
circunstancias. Por lo tanto, no es absoluto. Respecto a su naturaleza y
definición es un término medio, pero en relación al bien y la justicia, la virtud
ética es un extremo.
Como ya lo habíamos anticipado, Aristóteles retoma algunas nociones de su
maestro en cuanto a la educación de los jóvenes. Dice: “…debemos haber sido
educados en cierto modo desde jóvenes, como dice Platón [en “Leyes”], para
poder alegrar y dolernos como es debido, pues en esto radica la buena
educación”.
Luego de una extensión pormenorizada sobre las doctrinas platónica y
aristotélica, podemos comenzar a atestiguar las coincidencias entre las mismas.
Tanto Platón como Aristóteles dividen el alma en dos partes específicas: una
racional, que vislumbre la contemplación o reflexión, y otra irracional, que se
refiere al ámbito sensible. Las virtudes provienen del alma, pero mientras
Platón las observa en todas las partes que componen nuestro espíritu,
Aristóteles sólo las considera en el área racional.
De todos modos, ambos coinciden en las virtudes de la parte racional: sabiduría
y prudencia. Sólo ocurre que Aristóteles es más específico respecto de su
categorización.
Los pensadores también concuerdan en que quien debe gobernar la polis debe
ser virtuoso, y para alcanzar tal estado, debe ser educado desde temprana
edad.
La noción de “vivir bien conforme a la virtud” y el hecho que las ciencias estén
determinadas por las cualidades del alma, también se encuentra en ambos.
Tal vez, si continuásemos buscando concordancias en las doctrinas de Platón y
Aristóteles, no hallaríamos tantas como lo hemos hecho en esta temática en
particular.
Resta por aclarar que, aún cuando Platón desperdigase sus pensamientos
morales a lo largo de sus obras y Aristóteles los haya planteado más
sistemáticamente, la clave esencial para comprender el objetivo de una vida
ética (según ambos) es la virtud.
ARISTÓTELES
PLATÓN
 “Ética a Nicómaco”
 “Fedro”
Alma  partes
Virtudes en relación a las partes del alma.
Ciencias según partes del alma.
Virtud Ética.
Forma de gobernar una polis según
virtudes.
Educación [pág.44]
Alma tripartita. Analogía del carro alado.
Encarnaciones
según
grado
de
contemplación.
Virtudes y vicios según partes del alma.
Correlación con clases sociales de
“República”.
Justicia.
 “República”
Ubicación de las partes del alma en el
cuerpo.
Clases sociales según el alma.
Mito de Er  destino: elección irrevocable
del alma. Objetivos del destino.
Paradigma de la línea (distinción entre
grados del ser y grados del conocer –
distinción entre mundo sensible y mundo
inteligible).
 “Fedón”
4º argumento  naturaleza simple del
alma (mundo inteligible)
Alma sujeto de conocimiento, afín a las
Ideas (objeto de conocimiento).
Mito  destinos del alma según su apego
al cuerpo (injustos, glotones/lujuriosos y
justos sin filosofía)
Mito cosmogónico/escatológico  justicia
reparadora y distributiva.
 “Gorgias”
Mito  tiempos de Cronos y Zeus
Idea de equidad y sentido moral.
 “Político”
Gobierno en relación a la virtud
 “ Leyes”
Educación [Ética a Nicómaco, pág 44]
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