CAUSA: "Frente de Justicia y Liberación (FRE.JU.LI.) s/reconocimiento" (Expte. NE 3456/2001 CNE) SGO. DEL ESTERO FALLO Nº 2922/2001 ///nos Aires, 20 de setiembre de 2001.Y VISTOS: Los Liberación autos (FRE.JU.LI.) "Frente de s/reconocimiento" Justicia (Expte. y NE 3456/2001 CNE), venidos del juzgado federal electoral de Santiago del Estero, en virtud del recurso interpuesto y fundado a fs. 35/41 contra la resolución de fs. 30/31. A fs. 59/60 obra el dictamen del señor Fiscal actuante ante esta instancia, y CONSIDERANDO: 1º) Que contra la sentencia obrante a fs. 30/31 que, haciendo lugar a la oposición formulada por el "Frente Justicialista" -distrito Santiago del Estero- (cf. fs. 24/27), Liberación intima a la (FRE.JU.LI.)" alianza a que "Frente adopte de una Justicia y denominación diversa, el señor Washington I. Cardoso, en su carácter de apoderado de dicha alianza, deduce -a fs. 35/41- la apelación en examen.Se agravia de que no se haya merituado su defensa de falta de acción por prescripción, sustentada en el artículo 17 de la ley 23.298.En este sentido, explica que las alianzas electorales se extinguen una vez realizada la elección para la que fueron fundadas o constituidas y que la última oportunidad en que el Partido Justicialista constituyó el "Frente Justicialista de Liberación Nacional" fue en el año 1972. Afirma que ello debe tenerse por acreditado, atento que fue admitido por el impugnante al acompañar copia de la sentencia de reconocimiento del año indicado -que obra a fs. 21/23-. Agrega que ningún otro partido utilizó en comicio alguno ese nombre, o la sigla "FRE.JU.LI".Afirma aplicarse el plazo de que, por prescripción tal de motivo, ocho debe años -que establece la norma antes citada- para ejercer el derecho de oposición al uso del nombre de una alianza por parte de los partidos que la fundaron.Se agravia, también, de que el señor juez de primera instancia haya invocado el artículo 16 de la ley 23.298, en cuanto establece que "en caso de escisión, el grupo desprendido no tendrá derecho a emplear, total o parcialmente, el nombre originario del partido o agregarle aditamentos".En relación a ello sostiene que "el FREJULI de 1972 que el P.J. invoca como antecedente de su derecho, fue una alianza electoral fundada por el Partido Justicialista, el Partido Revolucionario Cristiano Intransigente [la cual] [y por el] su Partido naturaleza transitoria ... se extinguió con los comicios generales de 1973, a estar con los antecedentes documentales agregados por el propio Partido Justicialista impugnante". Expresa que "resulta inadmisible que a 29 años de haberse extinguido [esa coalición] ... [la agrupación que representa] sea considerada un grupo escindido de aquélla, de la cual no formó parte".Afirma, luego, que no existe posibilidad de confusión para el electorado, entre las denominaciones "Frente Justicialista" y "Frente de Justicia y Liberación". Sostiene que, por ello, su parte se encuentra habilitada a reclamar el uso exclusivo del nombre en virtud de lo dispuesto por el artículo 16 de la ley 23.298 y la contraria carece de legitimación activa.A fs. 52/53 vta. contesta agravios el señor Daniel Escobar Correa, en su carácter de apoderado del Frente Justicialista y del Partido Justicialista.Explica que el antecedente de 1972 fue citado como la fecha "FRE.JU.LI", pero posterioridad en de que, inicio además, reiteradas del esta uso fue oportunidades de la sigla utilizada por el con mismo frente.Añade que esa sigla "hace a la individualización del Partido Justicialista en su política electoral aliancista" que en forma sucesiva en elecciones provinciales y en su actuación electoral en el distrito, el Partido Justicialista siguió utilizándola. Cita, como ejemplo, las elecciones del año 1985.Alega, finalmente, que no resulta aplicable la prescripción prevista por el artículo 16 de la ley 23.298, pues está referida a causales específicas que no se adecuan al caso de autos.A fs. 59/60 emite su dictamen el señor fiscal electoral actuante en la instancia. Señala que la sentencia debe ser confirmada pues de otro modo -en virtud de los principios que rigen la materia (arts. 13 y ssgtes. y 38 de la ley 23.298)- se estaría posibilitando la confusión en el electorado, lo cual podría derivar en una distorsión de la auténtica voluntad del sufragante. En este sentido, señala que es público y notorio que la sigla "FRE.JU.LI." se vincula históricamente con el Partido Justicialista y con los frentes o alianzas que integró como fuerza política principal.2E) Que el art. 17 de la ley 23.298 no es aplicable a las alianzas, atento su carácter transitorio, frente a la naturaleza permanente de los partidos, a los cuales apunta la disposición legal señalada (cf. Fallo 700/89 CNE). En efecto, la constitución de los partidos tiene, por esencia, vocación de perdurabilidad, de allí que su caducidad o extinción sea una decisión extrema. Diferente es la situación de las alianzas transitorias, cuya naturaleza es por definición- corta en el tiempo y específica en los objetivos electorales. Por ello, no cabe aplicar análogamente lo dispuesto por aquella norma, ya que los mismos componentes de la primitiva alianza disuelta por el cumplimiento de su fin, podrían volver a constituirla transitoriamente para una nueva elección.Por lo tanto, el agravio sustentado en que no se meritó su defensa de falta de acción por prescripción no puede ser atendido.3E) Que el sistema adoptado por la ley orgánica de confusión los del partidos electorado políticos y la procura captación eliminar la indebida de adherentes mediante una restricción más intensa del principio de la libre elección del nombre (Fallos 319:1640). Sus previsiones sobre la materia tienden a la nítida identificación de los partidos, a fin de evitar aquella inaceptable vía de captación de adherentes (Fallos 311:2662).Es oportuno recordar aquí lo reiteradamente dicho por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el sentido de que es misión del intérprete indagar el verdadero sentido y alcance de la ley, mediante un examen atento y profundo de sus términos que consulte la realidad del precepto y la voluntad del legislador y que cualquiera sea la índole de la norma no hay método de interpretación mejor que el que tiene primordialmente en cuenta la finalidad de aquélla (cf. Fallos 265:256; 284:9; 321:2400; 322:752; 322:1090, entre muchos otros).En particular, lo requerido por el legislador es que el nombre de las agrupaciones políticas no provoque confusión material o ideológica, y se distinga razonablemente de la denominación de cualquier otro partido, asociación o entidad (Fallos 305:1262 y 311:2666).En ese contexto, expresó el alto tribunal que "lo perseguido por la norma es evitar confusiones por medio de las cuales una agrupación pretenda usufructuar el eventual éxito político de otra que la precede en el tiempo. De lo que se trata fundamentalmente, es de garantizar a los ciudadanos el derecho de asociación política ... y de reconocer la elección de su nombre y su uso como atributo exclusivo, sin que adquiera ribetes de monopolista derecho absoluto, cuando razonablemente no exista confusión con otro" (cf. Fallos cit.). Por otra parte, y respondiendo a la pregunta de cuál es la razón por la que la ley exige tan clara y razonable distinción entre los nombres de los partidos políticos, esta Cámara afirmó que "la motivación sólo puede ser una: la necesidad de preservar la genuina voluntad política del electorado y el caudal electoral de los partidos, evitando que los ciudadanos, confundidos por el nombre de un partido que no se distingue razonablemente de otro, vean, como consecuencia de ello, desviada la expresión de su auténtica doctrina o programa político" (cf. Fallo NE 506/87 CNE).4E) Que, tal como se ha expuesto en innumerable cantidad de casos, los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático (art. 38 de la Constitución Nacional). Revisten el carácter de organizaciones de derecho público no estatal, necesarias para el desenvolvimiento de la democracia representativa y, por tanto, instrumentos de gobierno. Su función consiste en actuar como intermediarios entre el gobierno y las fuerzas sociales; de ellos surgen los que gobiernan. Encarnan los intereses y opiniones que dividen a la comunidad (Fallos 310:819 y 315:380).Por ello, debe asegurarse, primordialmente, que la voluntad del elector que justifica su existencia, sea auténtica -es decir- libre de confusión que pueda desviar la expresión de su verdadera doctrina o programa político. Ello exige a las agrupaciones partidarias que la elección de la denominación que llevarán esté presidida por el principio general de la buena fé, que debe primar en todas las relaciones humanas.- La cuestión en examen consiste - entonces- en establecer si, atendidas las circunstancias del caso, el uso de la sigla "FRE.JU.LI" por parte del "Frente de Justicia y Liberación" será susceptible de provocar confusión al electorado del Santiago del Estero o, en cambio, si permite una distinción clara de las agrupaciones políticas que participarán en los comicios del 14 de octubre del corriente. La respuesta debe ser contraria a los intereses de la recurrente.En efecto, aquella sigla presupone para el elector la participación, en la alianza que la lleva, del Partido Justicialista. Ello así, pues -como ya se ha dicho en el Fallo NE 201/85 y acertadamente lo señala el señor fiscal actuante en la instancia- se trata de una denominación históricamente vinculada en forma predominante e inmediata con ese partido, que fue el principal integrante de la alianza que llevó ese nombre en las elecciones de 1973; circunstancia que luego se reiteró.A su vez, en lo que se refiere a la sigla "FRE.JU.LI.", es ilustrativo transcribir parcialmente el dictamen del señor Procurador General de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que ese tribunal da por reproducido en Fallos 305:1268. Se dijo allí que "debe verse que en el vocabulario político concreto, los nombres, muchas veces, resultan inseparables de las siglas y hasta terminan pasando a un plano secundario con relación a éstas" y, a modo de ejemplo invoca precisamente -entre otros- el caso del "FREJULI".Las argumentaciones vertidas por el recurrente presentan, entonces, una interpretación que no se condice con la "ratio legis" de la norma aplicable, pues, tal como quedó dicho, la pretensión del legislador es evitar que una agrupación pueda usufructuar el eventual éxito político de otra que lo precede en el tiempo y el apelante no logra acreditar la buena fé en la selección de la denominación.- 5º) Que, sólo a mayor abundamiento, cabe señalar que el agravio sustentado en la inexistencia de escisión tampoco es atendible. En efecto, los dichos del recurrente, consistentes en que "el FREJULI de 1972 ... fue una alianza fundada por el Partido Justicialista, el Partido Intransigente [y el] Partido Revolucionario Cristiano", no se hallan acreditados en estos autos. Por lo demás, la documental aportada por la contraria (cf. fs. 20/23) -a que hace referencia el apelante (cfr. fs. 38)-, correspondiente a la coalición reconocida en el orden provincial, da cuenta de una conformación diferente a la supra mencionada; uno de cuyos integrantes es -vale destacarlo- el Partido Laborista que también integra la que él representa.En mérito de lo expuesto, oído el señor Fiscal actuante ante esta instancia, la Cámara Nacional Electoral RESUELVE: confirmar la sentencia apelada.Regístrese, notifíquese y vuelvan los autos al Tribunal de origen. RODOLFO E. MUNNE - ALBERTO R. DALLA VIA - SANTIAGO H. CORCUERA - FELIPE GONZÁLEZ ROURA (Secretario).-