el atraso económico y su medición

Jenaro Baquero. El Atraso Económico y su Medición.
Desarrollo Económico
EL ATRASO ECONÓMICO Y SU MEDICIÓN*
JENARO BAQUERO
INTRODUCCION
"Un Estudio de la Pobreza de las Naciones, tiene aún más urgencia
que un estudio de la Riqueza de las Naciones" (G. H. Meier y R. E.
Baldwin, Economic Development, New York, John Wiley and Sons,
1959, pág. 12). Se pueden dar numerosas razones como explicación
de la creciente importancia que ha tomado el tema del atraso
económico. Cualesquiera sean las razones, la verdad indiscutible es
que la mayoría de los economistas modernos se sienten impulsados a
incursionar en este terreno. El presente artículo es una muestra de
ello y versará principalmente sobre los siguientes interrogantes:
1) ¿Por qué se estudia el atraso económico?
2) ¿Qué significa el atraso económico?
3) ¿Cuáles son los criterios de medición usados por los historiadores, los economistas y los políticos al estimar el atraso económico?
4) ¿Cuáles son algunos de los méritos, imperfecciones y dificultades implícitos en estos "standards" de medición?
La inquietud acerca de las condiciones económicas de los países
atrasados es igualmente compartida en la actualidad, tanto por las
naciones "subdesarrolladas" como por las más "avanzadas". Este se
ha convertido en un tema de gran importancia práctica, motivada no
sólo por las grandes disparidades existentes entre los niveles de vida
que disfrutan los distintos países del mundo, sino también porque las
diferencias son cada vez mayores, principalmente como consecuencia
del gran crecimiento de la población que han experimentado los
países menos desarrollados en las últimas décadas. Así mientras que
Asia, Africa y Sudamérica, con más de los dos tercios de la población
mundial, reciben solamente menos de una sexta parte del ingreso
anual del mundo, las áreas restantes, más afortunadas, tienen más
*
Versión al castellano de Marta Ester Sanjurjo.
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de los cinco sextos del ingreso para sólo un tercio de la población
total (ver K. R. Rao, "Some reflections on the Comparability of Real
National Incomes of Industrialized and Underdeveloped Countries",
en Income and Wealth, series III, Milton Gilbert, ed., Cambridge,
Bowes and Bowes, 1953, pág. 179).
Además, la historia reciente ha demostrado que no podemos esperar que más de dos mil millones de personas que actualmente viven
al borde de la inanición, continúen sufriendo pacífica y
silenciosamente hambre, enfermedades y temores. El conocimiento
de mejores condiciones de vida en otros lugares genera tensiones
peligrosas, inquietudes y odios. De modo que ni aún los países más
adelantados del mundo pueden tratar de ignorar los problemas
relacionados con el atraso económico, a causa de los auges y las
depresiones sufridas por las economías capitalistas y de las
espectaculares tasas de crecimiento experimentadas por la Rusia
Soviética en el período de posguerra, además del interrogante
planteado sobre las posibilidades reales de coexistencia del
capitalismo, la democracia, la prosperidad y la libertad. De aquí que
la habilidad del mundo occidental para promover y mantener el
desarrollo económico y el bienestar material para todos, está en
escena en un momento verdaderamente crítico de la historia de la
humanidad.
Aunque debemos admitir que en muchos sectores respetables ha
habido serias dudas sobre la correlación entre el desarrollo económico
y material, por una parte, y el bienestar humano o la felicidad, por la
otra, "el hecho concreto es que no hay mucha gente en los países
pobres que se haya apartado del desarrollo, creyendo que niveles de
vida más altos fueran perjudiciales para sus pueblos" (G. M. Meier y
R. E. Baldwin, op. cit., pág. 12) .
En este trabajo veremos los métodos por medio de los cuales
puede ser medido el subdesarrollo económico. Si verdaderamente el
estudio del desarrollo económico es de alguna importancia, existirá
una necesidad práctica de cierto criterio para medir la realización
económica, máxime cuando deseamos hacer comparaciones entre las
condiciones económicas de diferentes países o entre las condiciones
de un mismo país en diferentes períodos de tiempo. La necesidad
práctica de standards objetivos en los cuales basar las
comparaciones, es aún mayor cuando se preparan planes de
cooperación económica internacional, ya que el problema acerca del
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monto que debe alcanzar la contribución financiera de cada una de
las partes se resuelve frecuentemente sobre la base de que cuanto
más rico es el país, tanto mayor será su contribución (Richard Stone
y Kur Hansen, "Inter-country Comparisons of the National Accounts
Research Unit of the Organization for European Economic
Cooperation", en Income avid Wealth, Serie III, op. cit., pág. 101) .
Además, el grado de atraso económico tiene que ser representado
de alguna manera si se quiere evaluar el éxito o el fracaso de las
políticas y de los programas emprendidos por un país para mejorar su
situación económica. No hay duda de que existen muchas razones
por las cuales un método de medición del atraso económico puede
ser muy útil para los historiadores, economistas y políticos; no hay
que maravillarse entonces de porqué han sido utilizados tantos
métodos y tan diferentes. La enorme cantidad que hay de ellos y las
numerosas diferencias entre los mismos indican las dificultades
inherentes al problema de su determinación. Con bastante frecuencia,
cuando distintas personas hablan de un país que está
económicamente atrasado, se refieren a muy diferentes cosas; las
parcialidades y los prejuicios del autor se deslizan muy fácilmente en
los standards de medición empleados y en las conclusiones que de
ellos se derivan. De aquí que siempre sea apropiada una palabra de
advertencia al comienzo de cualquier discusión o análisis de los
mismos.
I. — DEFINICION DEL ATRASO ECONOMICO
La medición del atraso económico necesita de una definición clara
y precisa del fenómeno que se va a medir; no se puede cuantificar
convenientemente lo que es indefinido. A su vez, la elaboración de
una definición nos impone un cierto grado de abstracción, debiendo
separarse lo que es relevante de lo que no lo es. Pero distintas personas pueden tener diferentes ideas respecto a lo que es relevante o
no, en una situación compleja determinada; de aquí, el porqué es un
asunto de honestidad intelectual, al tratar con temas como el
presente, comenzar por ofrecer una definición precisa del objeto de
nuestro análisis. Consideramos que tener cualquier definición
sistemática es menos confuso, por cierto, que no tener ninguna. En
consecuencia, cuando en este artículo nos refiramos a una economía
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atrasada, pensaremos en una condición estática (como opuesta a un
proceso dinámico) en un momento determinado, en el cual un país no
está organizando ni utilizando sus recursos, de forma tal que
proporcione a sus habitantes un nivel adecuado de bienestar
material, dentro del alcance de las posibilidades consideradas
factibles, para ese país, en ese momento.
Existen muchas otras formas de referirse a ideas similares. Por
ejemplo, algunas personas, al hablar de economías atrasadas, se
refieren a aquellas economías que han fracasado en el intento de
conseguir y sostener una tasa dada de crecimiento anual del ingreso
real "per cápita". Para nosotros, esto sería más bien estancamiento
que atraso, pero el significado de estos términos depende de la
opinión de quien los utiliza. Algunos autores emplean los términos
atraso y subdesarrollo como sinónimos, mientras que otros
establecen diferencias entre ellos. H. Myint, por ejemplo, usa el
término atraso (distinguiéndolo del de subdesarrollo) para referirse a
un "grupo de pueblos cuyas luchas económicas para conseguir un
nivel de vida adecuado han fracasado de una u otra forma", mientras
que al referirse al subdesarrollo el autor lo entiende como una
explotación insuficiente o ineficaz de los recursos. Para él, el
subdesarrollo es uno de 1os elementos del atraso económico (H.
Myint, "An Interpretation of Economic Backwardness", en The
Economic of Underdevelopment, A. N. Agarwala y S. P. Singh, ed.,
Londres, Oxford University Press, 1958).
El profesor Kuznets hace una distinción entre paises "industriales"
y "preindustriales". En un lado estarían las economías en las cuales
predominan las empresas, empleando técnicas industriales adelantadas y en las que por lo común una gran proporción de su población está radicada en las grandes ciudades; en el otro estarían las
economías en que una considerable parte de la producción es llevada
a cabo dentro de los núcleos familiares y de las comunidades rurales,
en que el total de los recursos destinados a la producción industrial
adelantada es mucho menor y en las que sólo una pequeña parte de
su población vive en las grandes ciudades (S. Kuznets, "National
Income and Industrial Structure", Econometrica, Vol. 17, July 1949).
Por otra parte, distingue tres definiciones de subdesarrollo. La
primera de ellas, que está asociada a las potencialidades de
producción, de acuerdo con la tecnología existente, la rechaza
argumentando que, en este sentido, todos los países están
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subdesarrollados, ya que ninguno utiliza totalmente su potencial
productivo. La segunda definición de subdesarrollo se refiere al atraso
con respecto al nivel y carácter de lo realizado económicamente ,
comparado con el de otros países. En este sentido el atraso sería un
problema de gradación, y la mayoría de los países (salvo unos pocos
de los más avanzados) serían subdesarrollados. El tercer significado
de subdesarrollo (y el aceptado por él) es el fracaso en proporcionar
un nivel de vida aceptable a la mayoría de la población del país.
(United Nations, Proceedings of the World Population Conference,
1954, Papers, New York, United Nations).
Análogamente, Jacob Viner, entre otros autores, sugiere que una
definición del atraso económico tendría que tomar en cuenta, en
términos absolutos y relativos, el número de personas que viven en el
margen del nivel de subsistencia y aún por debajo de éste. Este
número, él. dice, "puede haber crecido en forma constante y ser, sin
embargo, consistente con un aumento del ingreso medio del total de,
la población" (Jacob Viner, International Trade and Economic
Development,. Oxford, The Clarendon Press, 1.953, pág. 100).
Otro criterio usado con frecuencia para distinguir una economía
atrasada de una adelantada, es el de tomar como indicador el
porcentaje de producción industrial dentro del producto total de la
economía o la cantidad de mano de obra ocupada en la industria, en
comparación con la ocupada en la agricultura. De la misma manera,
se presenta a menudo como el factor determinante, al porcentaje de
ingreso generado por las industrias terciarias (servicios, gobierno,
etc.), con respecto al total del ingreso nacional.
Creemos que la mayoría de estas definiciones y criterios se superponen con la que hemos adoptado en este artículo. Las diferencias y
similitudes se harán más evidentes cuando ampliemos nuestra
definición y la ilustremos con algunos aspectos históricos.
II. — INDICES DE ATRASO ECONOMICO
En primer término, haremos una reseña de algunos de los factores
que son ofrecidos comunmente como los relevantes para determinar
la condición de atraso económico de un país. Los mismos no serán
presentados en orden de importancia. El único criterio de ordenación
será nuestra intención de dejar para el final el análisis de los factores
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que consideramos más estrechamente relacionados con nuestra
definición del atraso económico. Ello se debe a que pensamos
afianzar algunos de ellos con pruebas cuantitativas tomadas de la
historia del Reino Unido, Francia, Alemania y Dinamarca.
No debemos olvidar nunca que el fenómeno que deseamos medir
es llevado a cabo por un sistema económico y no por un sistema
mecánico. Un sistema económico debe ser considerado como un
elemento componente de la matriz socio-cultural, de la cual es una
parte y no algo que pueda evaluarse aisladamente. Por to tanto, las
características socio-culturales, que operan en el entorno en el cual
se supone que el sistema económico es un sirviente (y no un amo) de
los intereses generales de la sociedad, deben ser consideradas muy
seriamente. Además, debemos recordar que cualesquiera sean las
funciones que atribuyamos al sistema económico, éste debe
prestarlas en interconexión con todos los otros sistemas y pautas, los
que, integrados, forman una unidad cultural.
Sería pedante tratar de abarcar todos los aspectos del esfuerzo
humano en un solo índice, particularmente cuando se pretende que
una medida de la eficiencia del sistema económico refleje y
cuantifique lo realizado por toda la sociedad. Si estamos
determinando el atraso económico, deberíamos limitarnos a las
dimensiones económicas y aceptar el hecho de que nuestras
conclusiones no pueden tener la pretensión de ser una medida de
toda una cultura, una época o una sociedad. Sin embargo, ello no
significa que deban ignorarse las realizaciones, los efectos y las
condiciones en los sectores no económicos de la vida humana. Por el
contrario, allí donde una cultura pueda ser considerada e integrada
en una unidad y donde sea posible mantener un ojo vigilante en
todos los aspectos del esfuerzo humano, se pueden ofrecer valiosas
sugerencias acerca del grado de avance económico. Aunque,
repetimos, es una pedantería por su excesiva simplicidad o su
excesiva complejidad el buscar todos los componentes del caso que
puedan servirnos para tener una evaluación completa de la totalidad
de los esfuerzos humanos en una determinada etapa de la historia.
No obstante ello, parece que fue una elegante moda intelectual hace
algunos años, y el atavismo es aún evidente en la literatura
económica moderna.
Existen muchos y diferentes índices de atraso en una economía.
Ésta puede ser atrasada porque no está creciendo, porque es reacia
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al crecimiento, porqué no puede crecer, o porque no ha crecido.
Trataremos cada uno de estos índices separadamente.
La tasa de crecimiento.
Varios autores llaman atrasada a una economía si fracasa en
alcanzar y sostener una determinada tasa de crecimiento por año o
por década. Miden el ritmo de crecimiento de distintas maneras.
Entre 1os indicadores elegidos, los más conocidos son: (1) La tasa de
crecimiento del producto (o del valor agregado) de bienes y servicios,
(2) la tasa del crecimiento anual medio del ingreso real "per cápita",
(3) .la tasa de incremento anual de la producción industrial y (4) la
tasa de acumulación de capital.
El mérito de esta forma de estimar el atraso económico, reside en
el énfasis que se pone sobre la vitalidad y el nivel de la actividad
innovadora que se desenvuelve dentro del sistema económico. La
tasa de cambio puede indicarnos el grado de juvenil dinamismo que
introduce en el sistema. Si tenemos en cuenta que la mayoría de las
economías están creciendo constantemente a cierta tasa, aún en el
caso de que se logre crecer, el mero fracaso en lograr alcanzar una
tasa tal que se pueda mantener al país en la misma velocidad que el
resto, puede indicarnos que se está retrocediendo en términos
relativos. Como lo señalan, casi dramáticamente, los sostenedores,
de las teorías del estancamiento económico, tan populares en la
década del 30, una economía que no pueda incrementarse a la
velocidad necesaria, tendrá por fuerza que retroceder. Aún en los
países adelantados, si la tasa de desarrollo no es to suficientemente
elevada, el país puede llegar a tener capacidad productiva no
utilizada, superproducción o desempleo.
Sin embargo, las deficiencias de este método de evaluación del
atraso económico son muy serias. Primero, debería tenerse en cuenta
que la potencialidad de crecimiento depende del nivel de desarrollo
ya alcanzado. Las economías, que han permanecido dormidas por
siglos y se incorporan tardíamente al camino del crecimiento, a veces
logran obtener durante los primeros períodos del proceso de "puesto
en marcha" tasas de desarrollo espectaculares, mientras que otros
países más adelantados ya pueden haber explotado (o agotado) sus
posibilidades de crecimiento de tal manera que hayan alcanzado su
máxima tasa de desarrollo.
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Además, no podemos decir propiamente que un país ha sido
alternativamente atrasado y adelantado porque ha tenido diferentes
tasas de crecimiento durante períodos alternados de su historia. Tampoco podemos decir que un país muy adelantado (por ejemplo Inglaterra) se ha vuelto repentinamente atrasado porque ha dejado de
crecer a una determinada tasa anual. No podemos negar que Inglaterra y Alemania eran países más adelantados a comienzos del siglo
XX que treinta años antes. Es más, si examinamos la tasa media de
crecimiento de esos países desde 1880 a 1909, fracasaríamos en el
intento de encontrar pruebas claras de la existencia de una tasa
acelerada de aumento de la producción nacional. Es más probable
hallarnos con que, a medida que aquellas economías obtenían niveles
más altos de producción "per cápita", su tasa de incremento tendía a
bajar. (Cuadro 1) .
Llegamos a la conclusión de que no es condición suficiente o necesaria para indicarnos una situación de atraso, la de que una economía
no nos muestre una determinada tasa de crecimiento de los índices
de producción total. Las economías atrasadas no lo son precisamente
porque no están creciendo, sino por muchas otras razones.
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La determinación de crecer.
El atraso económico puede ser interpretado como una actitud de
los habitantes de un país con respecto al mejoramiento de su
bienestar material. En este sentido, un país puede estar
económicamente atrasado porque sus habitantes son reacios al
desarrollo; o al menos fracasan en su esfuerzo hacia el crecimiento
económico.
Diferentes
valores,
costumbres,
instituciones
y
motivaciones toman parte en esta apatía con respecto a las
realizaciones económicas. Hay muchas otras cosas que los hombres
pueden valorar más que la riqueza material y un elevado nivel de
vida, como por ejemplo, el ocio, la seguridad, la amistad, el contacto
y los vehículos existentes en los grupos primarios de la familia, el
clan o la aldea, etc. S. Herbert Frankel, entre otros economistas,
historiadores y sociólogos, cree que "en última instancia son estos
factores históricos y tradicionales y no solamente el estado de la
técnica y de las organizaciones, la causa fundamental de las
diferencias en la naturaleza y forma del ingreso producido por éstas"
(S. Herbert Frankel, "Concepts of Income and Welfare -in advanced
aun underdevelóped societies- with special references to the
incomparability of National Income Aggregates", en Income and
Wealth, Serie III, op. cit., pág. 157).
Es verdad que en algunos países atrasados los factores culturales y
psicológicos ponen considerables obstáculos al desarrollo económico.
Aún la fijación de salarios más elevados puede no ser suficiente para
inducir a la población a participar en mayor número o más intensamente en el esfuerzo productivo, "y la presión de las instituciones y
de las actitudes inherentes a 1os sistemas de casta, al sistema
familiar y al de aldea, pueden ser las causas de la falta de movilidad
de la mano de obra" (W. E. Moore, Industrialization and Labour,
Ithaca, Cornell University Press, 1951, pág. 306). Pero aún existen
muchas dificultades para incluir este concepto en los índices utilizados
para evaluar el atraso económico. La principal de ellas radica en la
medición y comparabilidad de los mismos. Las valoraciones, las
actitudes y las motivaciones son muy difíciles de definir y ponderar.
Los límites entre lo que es consecuencia de las pautas
socio-culturales y aquello que lo es de las condiciones económicas a
veces no son muy claros. Más aún, las comparaciones son peligrosas
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desde el momento que los factores institucionales relevantes, no
pueden ser medidos con facilidad o expresados cuantitativamente. Lo
mejor que podemos hacer es ponderar en forma indirecta, a través
de su incidencia en la producción final, lograda por la economía, los
efectos que pueden tener estos factores en el sistema económico. De
esto nos ocuparemos nuevamente más adelante, cuando tratemos el
atraso desde el punto de vista de cómo está organizada la economía
para la producción y cuáles son los niveles de producto alcanzados.
La capacidad de crecimiento.
La capacidad de un país para lograr un cierto nivel de producción,
está fuertemente determinada por los incentivos ofrecidos por la
sociedad a lo que se compromete en las actividades productivas, ya
sea una cantidad y tipo de recursos naturales (incluyendo los
recursos humanos), el monto de capital que se ha acumulado o el
nivel de conocimientos y entrenamiento que su pueblo posee. La
influencia de estos factores en una economía determinada puede ser
descubierta en sus pautas socio-culturales, su estructura de mercado,
su nivel de producción y sus características demográficas. Estas
condiciones ofrecen una buena idea de la potencialidad productiva de
un país a corto plazo, si entendemos par esto a la capacidad de
producir bienes y servicios "per cápita". Esta potencialidad productiva
es considerada frecuentemente como el factor decisivo para
determinar si una economía es rica o pobre, adelantada o atrasada.
Por ejemplo, citando a H. Jeibenstein, la diferencia básica y
significativa entre los países atrasados y los desarrollados reside en
los diferentes grados de aprovechamiento de sus capacidades en la
producción de bienes y servicios "per cápita", ya sean bienes de
consumo o de capital, o una conjunción de ambos (Harvey
Leibenstein, Economic Backwardness and Economic Growth, New
York,Johp Wiley and Sons, 1957, pág. 10).
Es obvio que no podemos determinar las condiciones económicas
de un país dado, simplemente por media de un relevamiento de todos
los recursos (naturales y culturales) que el país tiene a su disposición,
El caso de muchos países latinoamericanos es suficiente para
sugerirnos que la capacidad potencial de un país puede ser
inapropiada como medida de atraso económico. La producción
económica es algo más que la suma de factores. Requiere que el
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esfuerzo de la mano de obra, la inteligencia y la inventiva de los
empresarios y la capacidad productiva del capital sean combinados
con las materias primas necesarias en el momento oportuno y en las
proporciones
adecuadas.
Esto
es
algo
que
no
ocurre
automáticamente. El conjunto necesario de actitudes e instituciones
tiene que desarrollarse dentro de un ambiente adecuado de
incentivos, de estabilidad y de orden, antes de que pueda tener lugar
el crecimiento económico.
Además, lo que es considerado hoy un recurso indispensable, puede no ser útil mañana. De esta manera no es factible clasificar a un
país como rico o pobre en recursos económicos en un sentido
absoluto. "El valor de un recurso depende de sus utilizaciones, y
éstas cambian constantemente en el tiempo a través de los cambios
en la técnica y en los gustos, o por nuevos descubrimientos". (W. A.
Lewis, The Theory of Economic Growth, Londres, Allen and Unwin
(1955), pág. 52).
Por supuesto que la cantidad y el tipo de los recursos de que
dispone un país, determina en gran medida la cantidad y el tipo de
bienes y servicios que el mismo puede producir. Pero debemos
admitir también que los hombres tienen una habilidad ilimitada para
hacerse de sustitutos cuando un elemento importante y necesario
para su bienestar no se encuentra en su medio ambiente. Por lo
tanto, se comete serio error al atribuirle demasiada importancia a los
recursos disponibles, como determinantes del atraso económico. "En
lugar de decir que los, países pobres son inexorablemente deficientes
en recursos naturales, es más razonable decir que ellos son pobres
porque no han tenido éxito en superar la escasez por medio de
cambios apropiados en la tecnología y en la organización
económico-social" (G. M. Meier y.R. E. Baldwin, op. cit., pág. 292).
La capacidad de desarrollo de una economía está influenciada
también por las pautas socio-culturales y la estructura de valores que
prevalecen en la misma. La ausencia de instituciones apropiadas
puede ser la responsable muchas veces del atraso económico de un
país. Una economía no puede desarrollarse en el vacío. Aún en
presencia de muchas condiciones favorables, puede, sin embargo, no
crecer debido a la falta de instituciones necesarias para integrar todas
esas condiciones en un proceso de crecimiento. El elemento
integrador debe ser proporcionado por las estructuras sociales a
institucionales de la sociedad. Por la simple suma de factores se
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puede crear un super-robot, al cual no obstante puede faltarle la
capacidad, para crecer, reproducirse y cambiar, es decir, falto de
vida. Es por eso que Adam Smith puso sumo énfasis en recalcar la
necesidad de contar con el conjunto institucional apropiado si una
economía quiere desarrollar toda su magnitud potencial. Cita el
crecimiento económico de Inglaterra durante el siglo pasado como
ejemplo de esta afirmación. La estructura institucional a ideológica
del capitalismo liberal, proveyó a la misma de los incentivos eficaces
para el empresario innovador, mientras que el gobierno contribuyó "a
través de la creación de una estructura acorde de derecho, orden y
libertad para los grupos comerciales e industriales en crecimiento".
(Ibid., pág. 203).
Muy vinculada con la anterior está otra de las determinantes de la
capacidad productiva de una economía: la estructura del mercado. En
muchas economías atrasadas la estructura del mercado tiende a
disminuir la eficiencia de la producción, originando el subempleo de
los factores y obstaculizando la debida asignación de los recursos. Las
características de una estructura de mercado que más influyen para
producir esos efectos nocivos son: la falta de especialización y de
división del trabajo, la inmovilidad de los factores y la falta de
conocimientos o la ignorancia.
Puede o no haber especialización y división del trabajo, porque la
producción se realiza por medios tradicionales, dentro del núcleo
familiar, la aldea o el feudo. La producción puede llevarse a cabo con
el fin de satisfacer solamente las necesidades de consumo inmediato,
y puede no existir el deseo de producir un excedente para
intercambiar o acumular. El mecanismo de intercambio puede ser
muy rudimentario e ineficiente. Además, los precarios medios de
comunicación pueden limitar la extensión del mercado, hasta el
extremo de desalentar la especialización y la división del trabajo.
Los factores necesarios para la producción tienen que converger en
el mercado en el momento y lugar oportunos y en las cantidades y
proporciones adecuadas. Las barreras que pueden obstaculizar esta
convergencia pueden reducir las potencialidades económicas de un
país. La eficiencia de la producción está estrechamente vinculada a la
movilidad de los factores. Cuanto mayor es la movilidad de los
factores mayor es el número de producciones alternativas que
pueden emprenderse y más amplias, por lo tanto, las posibilidades de
elección.
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Tanto obstáculos naturales como culturales pueden ser la causa de
la inmovilidad de los factores. Entre los naturales, los de mayor
importancia son las barreras geográficas. La mano de obra y las
materias primas no son fácilmente transportables donde el terreno es
accidentado y agotador, como en la parte occidental del continente
sudamericano, o donde inmensas distancias separan a1 hombre de
las riquezas naturales del país, como en Brasil y Venezuela. Aunque
estos impedimentos geográficos son muy serios, en muchos casos
consideramos que los principales obstáculos que ocasionan la
inmovilidad de los factores son más bien culturales que naturales,
como los sociales o políticos.
Los obstáculos artificiales incorporados por el hombre a la legislación, los sistemas impositivos e instituciones del país pueden
restringir la libre movilidad y la más eficiente utilización de los
recursos económicos disponibles.
La supresión de las restricciones a la libertad económica en el
sentido de libertad del individuo para cambiar su status social o su
ocupación, libertad para contratar la disposición de 1os recursos y
emplearlos en la producción, libertad para cambiar de lugar de trabajo y emprender o abandonar cualquier actividad productiva y libertad para ganar, acumular y gastar el .dinero, ha sido considerada
como una condición necesaria para el desarrollo económico. El crecimiento económico de Europa desde los tiempos feudales hasta el presente ha estado acompañado por un proceso de crecimiento, por supuesto no interrumpido, de la libertad económica.
La creciente libertad para trasladarse (por lo menos) acompañó al
rápido renacimiento económico de Francia y Alemania después de la
Edad Media. Las restricciones del sistema feudal fueron disminuyendo, se abrieron nuevas rutas y medios de comunicación y se
colonizaron nuevos territorios. Mientras tanto, las rígidas estructuras
sociales y de valor que habían predominado por siglos comenzaron a
deteriorarse. Las transformaciones que tuvieron lugar fueron tan
rápidas y profundas que todo el proceso ha sido certeramente
llamado de revoluciones.
Las potencialidades económicas de un país están afectadas
también por sus características demográficas. Algunas de ellas, tales
como el elevado índice de fertilidad y de mortalidad, la baja
esperanza de vida al nacer y la alta densidad de población por unidad
de área cultivada, son por lo general comunes a las economías
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subdesarrolladas. "Los pueblos atrasados tienen generalmente
elevados índices de natalidad, y en consecuencia la superpoblación y
el atraso tienden a agravarse mutuamente en otro de esos círculos
viciosos que son innatos a todo este problema". (H. Myint, op. cit.,
pág. 107) .
Los elevados índices de natalidad y la baja esperanza de vida al
nacer, producen una concentración de la población en los grupos de
corta edad. Este hecho crea una desproporción entre la población
productiva y la consumidora, que se refleja frecuentemente en un
consumo "per cápita" al nivel de subsistencia.
Por otra parte, las tasas de natalidad tienden a ser más altas en
las zonas rurales. De esta manera, la población tiende a crecer más
rápidamente en la agricultura, que es el sector de la economía donde
la productividad es generalmente más baja y la desocupación más
alta, mientras que el sector industrial puede estar obstaculizado en su
desarrollo por la falta de oferta de trabajo. Este hecho se agrava
considerablemente allí donde la movilidad del campo a las ciudades
está restringida por razones legales o tradicionales.
No estamos seguros de si la población se concentra en las áreas
rurales porque, debido al atraso de la economía, faltan oportunidades
de empleo en las ciudades, o si las industrias urbanas están
subdesarrolladas, a causa de la escasez de oferta de mano de obra
para trabajo fabril. Es muy probable que ambos hechos sean
mutuamente dependientes uno de otro. De cualquier modo, la
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característica común es que, no bien las condiciones económicas
mejoran, una gran parte de la población abandona las aldeas y se
dirige hacia las áreas urbanas. Un ejemplo de esta migración interna
es lo que ocurrió en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX.
(Cuadro N° 2). En cincuenta años el porcentaje del total de la
población que vivía en las zonas rurales disminuyó del 75,6 % a 57,9
%, mientras que la población urbana aumentó desde menos del 25 %
a más del 42 %.
Los factores y las condiciones precedentes están asociados con la
capacidad de crecimiento de una economía dada. Sin embargo, medir
el atraso económico significa algo más que la simple evaluación de las
potencialidades de crecimiento del país, de la misma forma que no
pueden determinarse el peso y la altura de un niño por el simple
hecho de medir y pesar a sus padres. Tenemos que ir más lejos y ver
en que magnitud y qué potencialidades económicas ha desarrollado y
está desarrollando el país. Entonces tendremos una idea mejor y más
acabada con respecto a cuál es realmente el atraso de la economía
del mismo. De allí que éste será el próximo criterio de evaluación que
consideraremos en el presente artículo.
El desarrollo alcanzado.
De acuerdo a nuestra definición de atraso económico, éste es el
índice más importante de todos. Por este motivo, se tratará más
extensamente y con mayores detalles. El crecimiento económico
alcanzado por un país puede ser estimado analizando la cantidad de
bienes y servicios que se producen por habitante y la forma en que
está organizado el sistema económico. En primer término
analizaremos
la
organización
de
la
estructura
económica
considerándola como un índice del crecimiento económico alcanzado,
e inmediatamente después estudiaremos el nivel del producto.
Si intentáramos analizar detalladamente la organización y las
características estructurales de una economía, necesitaríamos una investigación y una extensión mayores de las que nos hemos propuesto
en el presente artículo. De esta manera, y para evitar que nos
desviemos demasiado lejos, muchos de los interrogantes pertinentes
serán sólo mencionados, dejándolos abiertos para una ulterior
investigación; muchos otras no serán analizados completamente, ya
que para un examen exhaustivo de los mismos se requeriría un
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Jenaro Baquero. El Atraso Económico y su Medición.
Desarrollo Económico
análisis sobre: la medida y tendencias del ingreso nacional;
composición de los diferentes rubros de la cuenta Ingreso; el
consumo, la inversión y los gastos del gobierno; la distribución del
ingreso; el ingreso generado por los diferentes sectores de la
economía; la cantidad y la composición de las importaciones y las
exportaciones; las tendencias del ahorro y de la inversión; los
movimientos de los precios relativos de los factores y de las
mercancías; el capital social básico; la distribución de la población
activa entre las industrias y la proporción de los recursos en los
sectores primarios, secundarios y terciarios; la circulación monetaria
y el crédito; la oferta de mano de obra y la desocupación, y muchos
otros tópicos. Sería imposible querer tratarlos todos en este artículo.
Pero prestaremos bastante atención a algunas características
estructurales que están generalmente asociadas con el atraso
económico.
Anteriormente hemos dicho que el atraso económico es una condición estática y no un proceso dinámico: Sin embargo, no ignoramos
que cualesquiera sean las actuales condiciones existentes, ellas son la
resultante de un proceso dinámico de cambio llevado a cabo en un
cierto período de tiempo y que, cualquiera sea el nivel presente del
producto, el mismo es el resultado final de ese proceso. Además,
debería señalarse que las condiciones económicas de un país no
pueden ser consideradas como "una cuestión de agregaciones
cuantitativas, sino simplemente como un problema de estructura
económica, y el punto más importante en este asunto es el de aclarar
cómo se ha producido tal crecimiento y a qué costo —o a expensas
de quiénes— y con qué beneficio —o para beneficio de quiénes—".
(Francois Perroux et al., "La Croissance Economique Fráncaise",
English Summary, en Income and Wealth, Serie III, op. cit., pág. 94).
La estructura de la producción en la mayoría de las economías
atrasadas está orientada principalmente hacia las materias primas y
los productos alimenticios. La preponderancia de la producción primaria está señalada por la concentración de la mano de obra en la agricultura y la minería, y la gran importancia relativa de la contribución
de estos sectores en el total de producto nacional. Esta tendencia es
comprensible, considerando que la abundancia relativa de mano de
obra no especializada tiende a favorecer a los sectores de la
producción que utilizan mano de obra en forma intensiva. Por la
misma razón, una gran parte de la producción industrial de las
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Jenaro Baquero. El Atraso Económico y su Medición.
Desarrollo Económico
economías atrasadas está constituida por industrias manuales,
manufacturas sencillas de textiles y la elaboración de productos
agrícolas.
La preponderancia de la agricultura como principal generadora del
ingreso nacional, es una de las características más universales de las
economías atrasadas. En la mayoría de los países subdesarrollados
encontramos que un elevado porcentaje de la población
(generalmente más del 70 %) obtiene sus medios de subsistencia de
la agricultura. Es muy común encontrar acompañando a esta
concentración de la mano de obra en este sector, una agricultura
caracterizada por: baja productividad; desocupación y subocupación
disfrazada; técnicas rudimentarias de cultivo; dedicación a uno o muy
pocos productos, y un rígido sistema de clases relacionado con la
propiedad de la tierra. Existen varias razones para que la
productividad de la mano de obra ocupada en la agricultura en los
países atrasados sea baja. Las más evidentes son: baja proporción de
tierra cultivada por trabajador; suelos de poca fertilidad o
erosionados; formas ineficientes de utilización de la tierra; baja
calidad de la mano de obra, debido principalmente a su falta de
entrenamiento y a la salud deficiente; métodos rudimentarios de
producción, seguidos generalmente por tradición; equipos escasos y
rudimentarios y unidad productiva de tierra de dimensión no
económica, demasiado grande o demasiado pequeña (M. Meier y R.
E. Baldwin, op. cit., pág. 279).
La importancia relativa de la agricultura tiende a disminuir a
medida que la economía crece y se expande. En Alemania, por ejemplo, mientras "en 1860 a la agricultura (excluyendo la silvicultura) le
correspondía una porción mayor en el ingreso nacional total que a la
industria (en una proporción de tres a dos), cinco años después sus
participaciones eran aproximadamente iguales, y de allí en adelante
la industria ocupó el primer lugar, siendo rápidamente su participación cada vez mayor, de manera que en 1913 el producto neto del
sector industrial (20 mil millones de marcos) era más del doble que el
de la agricultura (9 mil millones de marcos)" (Paul Jostock, op. cit.,
pág. 107). El cuadro N° 3, que se inserta a continuación, indica cómo
cambiaba la importancia relativa de la industria y la agricultura en
Alemania desde 1860 hasta 1909, a medida que la economía se desarrollaba.
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Desarrollo Económico
Análogamente, si examinamos las series del Ingreso Nacional del
Reino Unido, Francia y Dinamarca, encontramos que a medida que el
total del ingreso nacional aumenta, la parte que se origina en la
agricultura disminuye. Por todo ello nos sentimos tentados y justificados en aceptar como conclusión que el atraso económico está
generalmente asociado con una gran importancia relativa de la
agricultura, como generadora del ingreso nacional. Y que, a medida
que el ingreso nacional aumenta, la proporción de la mano de obra
activa ocupada en la agricultura, la minería y la silvicultura tiende a
disminuir, mientras que la proporción ocupada en la industria y los
servicios tiende a aumentar.
El cuadro N° 4 nos indica cómo decreció en Dinamarca el porcentaje del total de la mano de obra ocupada en la agricultura, a medida
que la economía danesa se desarrolla entre los años 1870 y 1910. A
medida que la industria manufacturera se desarrolla y el sistema económico se torna más complejo, la población comienza a desplazarse
de las zonas rurales a las urbanas. Como resultado, las actividades
concernientes a los sectores de distribución y al sector gobierno se
expanden en magnitud a importancia. Tomaremos como ejemplo a
Francia, de la cual ya hemos indicado en el cuadro N° 2 cómo
aumentó su población urbana de 24,4 % en 1846 a 42,1 % en 1906.
Mientras tanto, el producto nacional originado en el sector servicios y
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Desarrollo Económico
en el sector gobierno aumentó rápidamente a medida que el producto
nacional alcanzaba niveles más altos desde 1835 a 1892. (Cuadro N°
5). En forma similar, en Alemania el porcentaje de personas
ocupadas en el comercio y el transporte aumenta de 9,6 % en 1882 a
15,8 % en 1939, y el de las ocupadas en los servicios privados y
públicos (excluyendo los servicios domésticos) de 5,1 % al 10,1 %.
(Paul Jostock, op. cit., pág. 88).
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Desarrollo Económico
De está manera, a medida que las economías del Reino Unido,
Francia, Alemania y Dinamarca se expandían durante la segunda
mitad del siglo pasado, la importancia relativa de las industrias
manufactureras aumentaba a una tasa aún mayor, No hemos dado
más énfasis a este punto ya que es un hecho unánimemente
aceptado. (Para pruebas históricas referentes a la creciente
participación de la manufactura ver Income arnd Wealth, serie V, op.
cit., págs. 27, 39, 103, 106, 125, 129, 130 y 146).
Estos cambios estructurales que acompañaron al proceso de crecimiento de las economías europeas, sugieren una estrecha relación
entre los rasgos estructurales y de organización de una economía y
su grado de desarrollo. El nivel de producción y las características
estructurales de la economía forman otra de las llamadas
inter-relaciones de causa y efecto impulsándose y desalentándose
recíprocamente. Desde que, cuanto más elevados son los niveles de
producto, se requiere por lo general una mayor producción de la
industria manufacturera y una creciente participación de los sectores
gobierno y servicios; el solo hecho de producirse un cambio en la
composición del producto nacional, puede traer una modificación de
la productividad total de la economía, ya que el producto bruto por
obrero es mucho mayor en algunas industrias con respecto a otras.
Esta nueva asignación puede influir sobre el producto total, aunque
cambie o no la productividad en las industrias tomadas
individualmente.
El último índice y el más decisivo del atraso económico es la
cantidad de bienes y servicios de toda clase que produce el país para
sus habitantes. Pero aún existen varias dificultades con respecto a
este tema. En primer lugar, ¿cómo sabemos si el nivel del producto
de un país es el que corresponde a una nación atrasada o
adelantada? En segundo término, existen diferentes formas de medir
la producción de bienes y servicios: a través del producto bruto
nacional, producto neto nacional, ingreso nacional, producto "per
cápita", producto por persona ocupada, producto por hora de trabajo,
consumo "per cápita", etc. ¿Cuál de ellas servirá mejor a nuestro
propósito? En tercer lugar, cualquiera sea el índice de producción
agregada que seleccionemos, ¿cómo salvaremos las muchas
dificultades que entraña la medida y ponderación de los datos
necesarios? Y, ¿sólo tendremos en cuenta las magnitudes absolutas.
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Jenaro Baquero. El Atraso Económico y su Medición.
Desarrollo Económico
o vamos a separarlas considerando su efecto final sobre el bienestar
total de la población?
Como puede apreciarse, las dificultades son muchas y las soluciones son sólo parcialmente adecuadas. Pero trataremos de dilucidarlas
eligiendo un camino y procedimiento a seguir. La posición más razonable, con respecto a estos problemas es la adoptada por el profesor
Harvey Laibexistein, cuando escribe: "El progreso no sólo en la
economía, sino también en otros campos, no se logra tratando de
solucionar cada problema conceptual antes de emprender el
siguiente. En determinado momento de nuestras investigaciones
nosotros establecemos que hemos agotado todo lo que podíamos
hacer, y si bien hasta cierto punto en forma arbitraria, decidimos
temporariamente lo que emprenderemos a continuación". (Harvey
Leibenstein, op. cit., pág. 6).
Por un momento abandonaremos el tema del bienestar, al que
consideraremos posteriormente. Sin embargo, el problema de qué es
lo que medimos así como cuáles son las conclusiones que se derivan
de estas mediciones, reservan nuestra inmediata atención.
Si consideramos nuestra definición de atraso económico (dada
anteriormente), el índice más conveniente para usar es el producto
real en bienes y servicios "per cápita", más bien que su cantidad total
absoluta. Lo llamaremos ingreso real "per cápita" simplemente, y
donde sea posible se obtendrá dividiendo el producto neto nacional
por el total de la población.
El ingreso real "per cápita" es la medida más generalmente aceptada del desarrollo económico de un país. Harvey Leibenstein, por
ejemplo, caracteriza a una economía atrasada como un "sistema en
equilibrio"; este equilibrio tendría un grado de "cuasi estabilidad" con
respecto al ingreso "per cápita". Leibenstein argumenta que en los
países pobres no sólo se tiene un bajo ingreso "per cápita", sino que
en los mismos están operando un conjunto de fuerzas que tienden a
perpetuar tal condición. Además opina que "la magnitud de esta
variable tiene gran influencia en la determinación de la medida y
dirección u otras variables que se relacionan con las potencialidades
económicas de la comunidad. Son las conectadas con el producto
total, el consumo "per capita", la tasa probable de inversión, la
posibilidad de que la comunidad logre alcanzar cierto nivel de vida, lo
mismo que cierto grado de nivel sanitario, educativo y de esperanza
de vida". (Ibid., pág. 9 et seq.) .
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Jenaro Baquero. El Atraso Económico y su Medición.
Desarrollo Económico
Si nosotros tomamos como un índice de atraso económico el bajo
ingreso real "per capita", debemos aclarar sobre qué estamos
hablando cuando mencionamos el ingreso "per cápita" y qué
tomamos como punto de referencia para considerarlo bajo. Ya que el
mismo es una relación, es muy importante entender qué es lo que
abarca el numerador y qué el denominador. Por ejemplo, el
numerador puede incluir o dejar de incluir muchos diferentes
conceptos en uno y otro estudio. Puede haberse considerado
solamente el producto que se comercializa en el mercado o haberse
agregado además el valor no imputado de la producción monetaria. El
denominador puede representar, ya sea el total de la población, la
mano de obra ocupada, las horas por hombre trabajadas, las
personas que trabajan por una remuneración, etc.
Por otra parte, es necesario emplear un cierto criterio para decidir
cuándo el grado de desarrollo es alto y cuándo bajo. El índice usado
es muy importante con respecto al significado que podemos atribuirle
al término bajo. Si por "atraso" entendemos qué estamos retrocediendo, deberíamos utilizar entonces niveles anteriores, como medida
de comparación. Por supuesto que éste no es el significado que tiene
"atraso", en este artículo; pero supongamos que así fuera. De esta
manera; un determinado país que estuviese logrando índices cada
vez mayores de ingreso real "per cápita" no estaría atrasado, no
importa cuál fuese el ingreso producido. No estamos de acuerdo con
este punto de vista, porque si bien un país puede tener un nivel de
ingreso cada vez más alto, puede ser que aún así se encuentre
todavía al borde del hambre. Si tomáramos como medida de
comparación el ingreso "per cápita" promedio producido en ese
momento por los países vecinos, deberíamos considerar además la
distribución relativa del ingreso entre los grupos sociales, así como
también la diferente capacidad de generación del mismo en las
distintas regiones, diferencia que puede tener su origen en los
recursos con que están dotadas. Debemos agregar, con respecto al
sentido económico del ingreso, que éste es sólo un medio para
satisfacer nuestros deseos, y por lo tanto deberíamos considerar las
diferencias de cantidad y calidad de estos deseos.
Pueden hacerse consideraciones análogas si tomamos como
standard de comparación un nivel que suponemos como ideal,
aceptable o mínimo. Un nivel de comparación así elegido está
generalmente Afectado por el medio, los prejuicios y las
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Jenaro Baquero. El Atraso Económico y su Medición.
Desarrollo Económico
peculiaridades o los fines de la persona o ente que hace la elección.
En forma similar, cualquiera sea el standard que se seleccione,
podríamos señalar varias razones y de distinta índole que lo harían
mucho menos que perfecto. Si ninguno es perfecto, ¿por qué
rechazar el nuestro? Decimos que una economía atrasada produce un
ingreso real "per cápita" bajo, considerando su capacidad potencial en
ese momento. Esa capacidad está determinada por la población, el
monto y calidad de los recursos, el nivel de educación y
entrenamiento de la población; las pautas sociales a institucionales
que prevalecen y la organización del mercado. Sin embargo,
consideramos que pueden intervenir muchas valoraciones subjetivas
en la determinación de esta capacidad potencial.
Los siguientes problemas a considerar son los relacionados con la
medición del ingreso "per capita", es decir, qué es lo que mediremos
y cómo determinaremos su valor y sus ponderaciones. En la actualidad, consecuencia del interés despertado por los países
subdesarrollados se ha puesto énfasis en los datos estadísticos
referentes a la producción total de la mayoría de los países del
mundo. Como un subproducto de este énfasis los métodos para la
compilación y elaboración de estos datos han sido muy
perfeccionados en las últimas dos décadas. Aunque muchas
deficiencias están todavía por resolverse, el estudio de las
condiciones de las economías atrasadas contemporáneas es auxiliado
por una cantidad mayor de datos y más fidedignos que los que se
tuvieron en períodos anteriores para el estudio de los países subdesarrollados. Debemos defender la veracidad de los datos de que disponemos y esperar que las desviaciones y errores implícitos en los
mismos no invaliden nuestras conclusiones.
Si la tarea de medir y ponderar las cifras actuales es difícil, mucho
más lo es la de medir y comparar niveles de producción de hace un
siglo. Algunas de las dificultades y defectos están relacionados con:
1--El problema de manejar y evaluar muchos bienes y servicios,
que si bien se producen y consumen dentro de la economía (principalmente en las pequeñas unidades agrícolas y dentro del núcleo
familiar), nunca alcanzan a comercializarse. Algunos de estos bienes
y servicios se imputan en los cálculos, pero muchos de ellos,
especialmente los quehaceres domésticos, son expresamente
excluídos por falta de datos. Sin embargo, cuando tratamos de
comparar las condiciones en las economías atrasadas y en las
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adelantadas, debemos tener en cuenta el hecho de que con "la
industrialización, comercialización y urbanización crecientes, un gran
número de procesos económicos, que anteriormente se llevaban a
cabo dentro de la familia o de la unidad familiar, son completamente
abandonados o reemplazados por procesos análogos organizados
sobre bases comerciales": de allí que se produzca un aumento de las
cifras del ingreso nacional. sin ser correspondido por un incremento
proporcional del monto de bienes y servicios disponibles para
consumo.(Simon Kuznets, "Long-Term Changes in the National
Income of the.United States of América since 1870", en Income and
Wealth, serie fI, Simon .Kuznets, ed., Cambridge,, Bowes and Bowes,
1952, pág. 41). Esta desviación está compensada en parte por la
exclusión de los servicios derivados de los bienes durables, ya que no
hay duda que la magnitud de los servicios derivados del uso de las
casas de familia, edificios públicos, caminos, parques y paseos públicos, mobiliario, etc., es mucho mayor en una economía adelantada;
sin embargo estos servicios no son tomados en cuenta.
2. - Además existe el interrogante de cuál, es la imperfección que
se introduce en las cifras del ingreso nacional, al .incluir ítems que
representan 1os costos de los bienes y servicios producidos, más
bien que los gastos necesarios para la satisfacción de las
necesidades. Dentro de esta categoría queda comprendido parte del
producto agregado por la educación, el transporte, los bancos y los
servicios comerciales, los pagos a las oficinas de empleo y a los
sindicatos y una parte sustancial de los bienes y servicios
proporcionados por el gobierno. La mayoría de estos ítems alcanza
mayores magnitudes con la creciente complejidad de la vida
económica.
3. - Las dificultades de mayor importancia entre las involucradas al
intentar hacer comparaciones de las condiciones económicas de los
países subdesarrollados y los desarrollados, son las limitaciones de la
contabilización y ponderación de los datos. La actividad económica en
la mayoria de los países atrasados "no puede ser expresada
adecuadamente por medio de conceptos de ingreso. individual
altamente abstractos volcados a términos contables y monetarios.
Intentar hacerlo es no tener en cuenta los principios que gobiernan la
organización y valoración social (prevalecientes) en ellos". .(S,
Herbert Frankel, op. cit., pág. 163). Además de la dificultad de valuar
los bienes y servicios producidos en una economía atrasada en un
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Desarrollo Económico
determinado standard monetario, están aún los problemas
adicionales que se presentan al tratar de ajustar los cambios de
precios. En la actualidad esto se resuelve, comúnmente mediante el
uso de índices de precios; pero no bien retrocedemos en el tiempo su
aplicabilidad comienza a destruirse debido a los cambios de los
precios relativos de los bienes y de la importancia relativa de las
necesidades humanas. (Ver Simon Kuznets, ibid., pág. 44).
Hacer comparaciones internacionales es todavía un problema muy
delicado y complejo. Se supone que las tasas de crecimiento nos proporcionan el instrumento de comparación. Sin embargo, el manejo de
datos de países y pueblos muy diferentes o correspondientes a
períodos históricos muy lejanos a nosotros, es arriesgado y encierra
muchas trampas. "Intentar imputar valores a los bienes y servicios de
una comunidad atrasada en base a supuestos de valores y mercados
existentes en otra más adelantada, a fin de hacer posibles
comparaciones más o menos artificiales sobre el ingreso de las
mismas, es un procedimiento muy cuestionable". (S. Herbert Frankel,
op. cit., pág. 166). El valor real de cualquier bien o servicio producido
por un grupo social está determinado por las circunstancias
socio-culturales con que se encuentran los individuos en el momento
y el lugar en que los bienes y servicios son producidos y consumidos.
Consecuentemente, las tasas de crecimiento no pueden ofrecernos un
instrumento perfecto para averiguar el valor de lo que se produce en
distintos lugares y en diferentes oportunidades, por pueblos
diferentes y con móviles también diferentes. Esto es aún más cierto
en el caso del valor real de los servicios, si tenemos en cuenta que
los precios relativos de los servicios finales varían enormemente entre
distintos países y épocas diferentes: "Una comparación exacta de
precios resulta difícil, no sólo porque la calidad de los servicios
considerados varía mucho, sino también porque existe un gran
número de ellos que son peculiares a cada país (y época), no
encontrándose su paralelo en otro. Y finalmente está la dificultad
puramente estadística, que es la disponibilidad de datos adecuados
con respecto a precios, ítems y ponderaciones referentes a cada
ítem". (V. K. R. V. Rao, op. cit., págs. 206-207.)
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Desarrollo Económico
Muchas otras salvedades pueden ser hechas con respecto a la utilización de las estadísticas de producción total, como índices del
atraso económico. Sin embargo, los datos históricos disponibles
indican un alto grado de correlación entre los niveles de producción
media alcanzados por un país y el grado de adelanto que evidencia su
economía. Por ello, a pesar de las limitaciones mencionadas, no
vacilamos en aceptar el nivel de ingreso real "per cápita", según es
calculado por los estadígrafos modernos, como un índice significativo
del desarrollo económico de un país. Por ello, en el cuadro N° 6
intentamos señalar por medio de los cambios en el ingreso real "per
cápita", cómo fueron desapareciendo las condiciones de atraso
económico durante la última parte del siglo XIX, en países como Gran
Bretaña, Alemania y Dinamarca.
Atraso económico y bienestar.
Estamos ya al final de esta tesis; pero antes de terminar deseamos
volver sobre el problema de la relación entre el progreso material y el
bienestar humano. Este es un tema muy debatido y de puntos de
vista muy opuestos entre los economistas. Una mayor cantidad de
bienes y servicios para satisfacer las necesidades humanas, puede representar un aumento en el bienestar económico, pero no en el
bienestar social en general. Pero, desde que solamente el primero
puede medirse directa o indirectamente con alguna unidad (en este
caso el dinero), la controversia acerca de la verdadera relación entre
ambos puede resultar interminable y estéril. Como se indicó
anteriormente, si lo que estamos buscando es una medida del atraso
económico, la misma no estará mayormente perturbada por la falta
de correlación entre el bienestar económico y la felicidad humana.
Nuestras conclusiones no estarán equivocadas mientras no tratemos
de relacionar nuestra medición del desarrollo económico con cualquier
adelanto propio del complejo y variable dominio de la vida humana.
Si decimos que una economía está atrasada, deberíamos entender
sólo esto (esto es, que está produciendo una baja cantidad de bienes
y servicios "per cápita", teniendo en cuenta lo que es capaz de
producir en ese mismo momento); y nada más. No significa
necesariamente que los habitantes de los países atrasados no sean
felices o que el bienestar social sea bajo. Sabemos (y lo creemos
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Desarrollo Económico
firmemente) que puede ser justamente lo contrario; pero ello es un
asunto de convicción personal y no de valoración objetiva.
Cuando los economistas aceptan explícita o implícitamente la identificación del bienestar humano con la oferta de bienes y servicios disponibles, es porque desconocen o no pueden concebir el hecho de
que los dos puedan moverse en direcciones opuestas. El profesor
Pigou señala en su Economics and Welfare algunas áreas en donde el
bienestar "económico" y "social" pueden contraponerse. Cita
problemas tales como el del impacto de la urbanización sobre la vida
familiar, la influencia de la industrialización sobre el carácter del
trabajo y sobre el status y la dignidad de los trabajadores y la
relación entre el carácter del consumo y el desarrollo, o la frustración
de los talentos latentes y el agotamiento de los recursos naturales y
humanos. (Para un análisis más completo del tema, ver: Moses
Abramoviti, "The Welfare Interpretation of Secular Trends in National
Income and Product", en The Allocation of Economic Resources,
Stanford, 1959).
RESUMEN Y CONCLUSIONES
Definimos el atraso económico, como aquella condición en la cual
un país no explota suficientemente sus potencialidades económicas
para proporcionar un nivel adecuado de ingreso real "per cápita" a su
población. Esta condición de atraso. puede ser descubierta y
mensurada examinando en qué medida está creciendo la economía,
cuánto desea su pueblo que crezca y cuánto puede crecer y ha
crecido hasta ahora.
El primer índice tomado nos llevó al examen de la tasa de crecimiento como una medida de atraso económico. Puesto que definimos
el atraso económico como una condición estática y no como un
proceso dinámico, cuestionamos la validez de este indicé mostrando
como, a medida que mejoraron las condiciones económicas en
Alemania y en el Reino Unido, la tasa de crecimiento de la economía
tendió a disminuir.
Luego, tratamos el deseo de desarrollarse como un segundo índice
de atraso económico. Aquí consideramos cómo las pautas socio-culturales, los valores y las instituciones que prevalecen dentro de la
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Desarrollo Económico
sociedad en donde la economía está funcionando, pueden determinar
el grado de atraso que se atribuye a esa economía,
La capacidad de crecer fue considerada en este artículo como otro
índice. Según nuestra definición de atraso económico, esta potencialidad económica puede ser un elemento muy importante en nuestra
evaluación de la realización económica de un país. Sin embargo, no
debe tomarse como un factor absolutamente decisivo, puesto que las
potencialidades económicas de un país pueden no poder desarrollarse
nunca, debido a varias y distintas razones que deben tenerse en
cuenta.
Finalmente, consideramos los méritos, deméritos y las dificultades
relacionadas con el método de usar las estadísticas de producción
global como una medida del desarrollo económico alcanzado por un
país. Puntualizamos que existen muchas limitaciones en los métodos
empleados para medir y evaluar este tipo de datos. Sin embargo,
aceptamos al ingreso real "per cápita" como el principal indicador de
las condiciones económicas de un país dado en un momento
determinado. Y, presentamos datos cuantitativos de la historia
económica de varios países europeos para demostrar nuestra
confianza en el mismo.
Este artículo ha eludido muchos problemas importantes conectados
con la medición del atraso económico, debido a limitaciones de
tiempo, espacio, datos y conocimientos. Especialmente, los
problemas referentes a los métodos estadísticos empleados por los
economistas para medir las condiciones económicas de los países
atrasados contemporáneos y las diversas soluciones alternativas para
desarrollarse emprendidas por algunos de ellos, con diferentes grados
de atraso, así como también las fuentes y magnitud de los fondos
para inversión que sostuvieron los esfuerzos iniciales de crecimiento
económico en países otrora atrasados, ahora desarrollados, son
temas que han sido omitidos y que quedan como interrogantes de
interés, abiertos para una posterior investigación.
RESUMEN
El autor examina desde diversos ángulos el atraso económico,
definiéndolo básicamente como condición estática a insuficiente
aprovechamiento de posibilidades, en contraste con un eventual
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Desarrollo Económico
proceso dinámico. Considerando criterios inherentes a la condición de
atraso económico, analiza en particular: la tasa de crecimiento, la
voluntad y la capacidad para crecer, el desarrollo económico logrado
en términos del ingreso per cápita, como medida generalmente más
aceptada. La evolución de algunos países europeos desde mediados
del siglo pasado hasta principios del presente ilustra la variación de
los indicadores económicos con el desarrollo, señalándose las
dificultades para efectuar evaluaciones históricas.
SUMMARY
The author examines economic backwardness from various points
of view, defining it essentially as a static condition with existing
possibilities being insufficiently developed, contrasting with an
eventual dynamic process. Considering criteria inherent to the
condition of economic backwardness, he analyzes specially: the
growth rate, the will and capacity to grow, the economic development
reached in terms of per capita income, as the most generally
accepted measure. The evolution of several European countries from
the middle of the past century to the beginnings of the present one
exemplifies the change of conomic indicators with development, the
difficulties of historical evaluations being noted.
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