CRÍA DE ÑANDÚES EN CAUTIVERIO

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Serie: Documentos de Trabajo – N° 22
CRÍA DE ÑANDÚES EN CAUTIVERIO
Proyecto PROBIDES – José Pienica
Valentín Leites
Javier Vitancurt
Programa de Conservación de la Biodiversidad y
Desarrollo Sustentable en los Humedales del Este
CRÍA DE ÑANDÚES EN CAUTIVERIO
Proyecto PROBIDES – José Pienica
Rocha, marzo del 2000
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CATALOGACIÓN EN PUBLICACIÓN (CIP)
Leites, Valentín.
Cría de ñandúes en cautiverio : Proyecto PROBIDES – José Pienica / Valentín Leites, Javier Vitancurt.- Rocha,
UY : PROBIDES, 2000.
24 p.: ilus. (Documentos de Trabajo; 22)
Incluye bibliografía y anexos.
3
TABLA DE CONTENIDOS
Introducción ....................................................................................................................... 5
PRIMERA PARTE: LA CRÍA DE ÑANDÚES EN EL URUGUAY
1.
2.
3.
4.
Antecedentes .................................................................................................................
Situación actual ............................................................................................................
Reglamentación vigente ................................................................................................
La especie......................................................................................................................
7
8
8
9
SEGUNDA PARTE: EVOLUCIÓN DEL PROYECTO
1. Objetivos .......................................................................................................................11
2. Justificación ..................................................................................................................11
3. Instalación del criadero .................................................................................................12
3.1.Elección del terreno y diseño de la infraestructura ...........................................12
4. Formación de planteles iniciales ...................................................................................13
4.1.Captura y adaptación .........................................................................................14
4.2.Formación de harenes........................................................................................15
5. Desarrollo del embrión..................................................................................................15
5.1 La incubación ....................................................................................................15
5.2 El nacimiento.....................................................................................................16
6. La cría............................................................................................................................17
6.1 Los primeros tres días de vida ...........................................................................17
6.2 Primer mes de vida ............................................................................................17
6.3 Segundo a cuarto mes de vida ..........................................................................18
6.4 Cuarto mes al año de vida .................................................................................19
6.5 A partir del año de vida .....................................................................................19
7. Dieta ..............................................................................................................................19
8. Aspectos sanitarios........................................................................................................20
9. Identificación.................................................................................................................22
10. Consideraciones finales.................................................................................................22
Bibliografía..........................................................................................................................24
ANEXO 1. FIGURAS
ANEXO 2. NORMATIVA
4
INTRODUCCIÓN
Asistimos en las últimas décadas a un crecimiento importante, en diferentes regiones de
América Latina y el Caribe, de experiencias de explotación de los recursos naturales renovables
para beneficio socioeconómico de las poblaciones rurales.
De acuerdo con las sugerencias de la Red Latinoamericana de Cooperación Técnica en
Parques Nacionales, otras Áreas Protegidas, Flora y Fauna Silvestre, especies como el caimán, la
iguana, la vicuña, el carpincho, la nutria, el guanaco, entre otras, son de gran importancia para un
desarrollo sostenido de las comunidades rurales.
En Uruguay, algunas especies han tenido un uso tradicional, como el carpincho, la nutria
y el ñandú, pero en la mayoría de los casos se ha limitado a una actividad puramente extractiva
que termina amenazando seriamente la sostenibilidad del recurso.
Es interés de PROBIDES fomentar un uso racional y económicamente válido de los
recursos naturales, de tal forma que se transforme en una herramienta útil para la conservación, y
que al mismo tiempo, evite la extensión de actividades que puedan comprometer o deteriorar las
unidades ambientales existentes.
En enero de 1998, PROBIDES y el Sr. José Pienica, productor agropecuario del
departamento de Rocha, iniciaron una experiencia de cría intensiva de ñandúes. Se pretende
explotar comercialmente sus subproductos (carne, cuero y plumas), al tiempo que profundizar los
conocimientos biológicos sobre la especie.
De acuerdo con el desarrollo de la experiencia, se busca incidir principalmente en aquellas
etapas que son críticas para la especie en condiciones naturales, como la incubación y los
primeros tres meses de vida. El resto del ciclo biológico se cumple en condiciones similares a las
del ambiente natural, aunque se mantienen los controles sobre los animales.
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PRIMERA PARTE:
LA CRÍA DE ÑANDÚES EN EL URUGUAY
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1. ANTECEDENTES
Una especie de nuestra fauna, de acuerdo con Vaz Ferreira (1979), puede presentar
valores positivos y negativos en una misma área, considerando como positivo lo científico,
estético, cultural, recreacional y rendimientos de productos de consumo, y como negativo, la
competencia con el hombre, destrucción de cultivos, transmisión de enfermedades, etc. Muchas
de estas características coinciden con lo que el ñandú (Rhea americana) ha significado para el
hombre a través del tiempo.
Su utilización como alimento, así como otros modos de aprovechamiento de algunos
subproductos, forman parte de la historia de nuestro país, donde ya los indígenas lo capturaban
para utilizar plumas y cueros.
En la época colonial se realizaban boleadas donde lucían sus habilidades los gauchos,
actividad en que caía el tendal de ñandúes a los cuales se les extraían las plumas, cueros, buche,
etc.; y en el período reproductivo se realizaba la colecta de huevos. En el Martín Fierro se citan
trueques de plumas y cueros por otros insumos.
Posteriormente las capturas se organizaron bajo la forma de verdaderas empresas llamadas
“mangas”, que contrataban jinetes para realizar anualmente zafras de desplume, en los meses de
julio y agosto dado el mejor estado de las plumas. Esta actividad fue muy común en el litoral
norte de nuestro país.
El sistema de captura consistía en construir corrales de redes con forma de embudos a
donde se los arriaba a caballo. Una vez ingresados a los mismos se los inmovilizaba
manualmente y extraían las plumas, básicamente rémiges (hilera de plumas grandes del ala), otras
plumas largas y plumones del pecho. Los individuos que escapaban a las redes eran perseguidos
y capturados con boleadoras mediante el tiro al cuello, donde el animal al correr pisaba las
boleadoras y rodaba.
Esta forma de captura resultaba muy traumática y pocos ejemplares sobrevivían luego de
tales cacerías. Esto determinó un retroceso en las poblaciones silvestres, y por consiguiente, llevó
a la decisión oficial de prohibir dicha forma de explotación.
En países limítrofes, las capturas se realizaban con fines no sólo de extraer plumas sino
también cueros. Datos publicados para la Argentina (Godoy et al. 1963) citan producciones de
10-12.000 kg de plumas para Buenos Aires, 6-7.000 para la Pampa, 12-14.000 para Entre Ríos y
Norte Argentino.
Datos oficiales de ese mismo país, indican una exportación para el quinquenio 1956/60 de
6.247 cueros sin curtir, significando un ingreso de U$S 6.037, y en plumas 22.295 kg
representando un ingreso de U$S 115.662. Estados Unidos e Inglaterra fueron los destinatarios de
la mayor parte de lo producido en el decenio 51/60. Datos posteriores indican que entre los años
1976 y 1984, fueron exportados 204.322 cueros y 7.745 kg de plumas (Cajal 1986).
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En Brasil la primera tentativa de cría en cautiverio data del año 1938 en el Estado de San
Pablo, realizada por el gobierno de dicho estado. En Argentina se citan experiencias de principio
de siglo en las provincias de Buenos Aires y Neuquén, aparentemente después abandonadas.
Para Uruguay, los primeros antecedentes en la cría de aves corredoras conocidos se sitúan
en el año 1895 en la III Exposición Rural. Un artículo alusivo a este evento, del historiador J.
Torres Wilson, comenta: "Junto con las mejoradas razas de ganado bovino y ovino, también los
avestruces se convirtieron, en el período de transformación de las estancias cimarronas en
empresas modernas, en un rubro de producción rentable, gracias a sus codiciadas plumas". Este
artículo se refería al avestruz africano, dadas las fotografías que se incluyen en ese documento.
Sin embargo, la cría de ñandúes en sistemas controlados, en nuestro país, es de data
reciente.
2. SITUACIÓN ACTUAL
Actualmente el ñandú resurge, por un lado, como una alternativa de explotación
agropecuaria de promisorio futuro, y por otro, como una especie que afecta negativamente a
productores rurales principalmente como consumidor de praderas implantadas.
En el año 1985 se facultó al Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) para
autorizar la instalación de criaderos. Desde ese momento, los esfuerzos se han orientado hacia el
manejo productivo y la profundización de los conocimientos biológicos sobre la especie en
sistemas de confinamiento.
En 1991 se instaló el primer criadero de ñandúes del país, en la Granja La Bat-iana, del
Establecimiento La Cuchilla, departamento de Salto. A partir de ese momento, y coincidiendo
con una crisis de las producciones tradicionales, la actividad ha sido encarada por productores
agropecuarios y/o empresarios, dispuestos a realizar una explotación intensiva con importantes
inversiones en instalaciones y costos de manejo.
En el momento actual existen en el país más de 20 criaderos habilitados por el MGAP,
distribuidos por todo el territorio y en diferentes etapas de desarrollo.
Pese a que existen referencias de criaderos y formas de explotación de la especie en otros
países, es escasa y fragmentada la información que ha quedado registrada. El mayor cúmulo de
información proviene de criaderos de Estados Unidos, pero de donde no surgen datos referidos a
sistemas de captura, transporte de ejemplares y adaptación de poblaciones salvajes, aspectos
relevantes para la etapa en que se encuentra la cría de la especie en el Uruguay.
3. REGLAMENTACIÓN VIGENTE
De acuerdo con el decreto del 10 de noviembre de 1999, se faculta al MGAP a autorizar la
instalación de criaderos de especies animales de la fauna silvestre, en régimen de cautividad. El
mismo define la cautividad como la separación estricta de los animales del criadero de las
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poblaciones salvajes. Este Ministerio también es el encargado de autorizar los permisos de
captura de ejemplares para inicio de planteles o renovación de sangre, determinando la cantidad y
categorías de los mismos (ver Anexo 2: Normativa).
En la práctica, los criaderos actuales cumplen con la separación de sus ejemplares de los
del medio silvestre, existiendo variaciones en la superficie y el número de los espacios que se
dedican al cautiverio durante el proceso de cría.
4. LA ESPECIE
Los ñandúes son las aves de mayor tamaño de América del Sur, con una altura que oscila
entre 1,30 y 1,50 metros. Son aves corredoras, con patas largas y fuertes, y con grandes alas que
les ayudan a mantener el equilibrio mientras corren.
Habitan en la parte central y este de Brasil, sur de Bolivia, y en las praderas de Argentina,
Paraguay y Uruguay.
En 1832, el naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882) manifestó su asombro por la
belleza del espectáculo que suponía ver correr a los ñandúes en grandes grupos por los campos
del Este uruguayo.
Actualmente no existen registros sobre el estatus del ñandú para nuestro territorio. Palerm
(1978), considera a la especie en franca regresión, restringiendo las mayores poblaciones al norte
del país.
Arruda Camargo (1991), considera que ha sido diezmada en Brasil y que la persecución
ha llevado a que la “Convention International Trade in Endangered Species” incluyera todas las
sub-especies de “emas” como animales amenazados de extinción, recomendando leyes de
protección y prohibición de su caza. Chebez (1994) cita únicamente la inclusión del ñandú petiso
(Pterocnemia pennata) como especie vulnerable.
Actualmente, en el litoral norte y el este del país es notoria la abundancia de ñandúes. Este
hecho coincide y, quizás en parte se deba, a un cambio en las culturas agrícolas, con un mayor
laboreo y mejora de las pasturas. En esas zonas el ñandú comienza a ser percibido como un
problema por parte de los productores, quienes le atribuyen un consumo de pasto similar al de un
rumiante pequeño. Su acción más negativa, según los productores, se verifica en praderas recién
implantadas, cuando comienza la germinación.
En el departamento de Rocha son numerosas las solicitudes de autorización para retirar
los ñandúes de sus campos, como así también los propietarios que permiten levantar los huevos
de los nidos como una forma de control de las poblaciones silvestres.
Sin embargo, Palerm (1978), aunque no cita volúmenes de consumo, plantea que el pasto
ingerido no lo coloca como competidor de vacas, ovejas y caballos, considerando además
positivo su papel como consumidor de insectos nocivos.
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SEGUNDA PARTE:
EJECUCIÓN DEL PROYECTO
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1. OBJETIVOS
PROBIDES tiene entre sus objetivos la conservación ambiental y el desarrollo sustentable
en la zona de Reserva de la Biosfera Bañados del Este1.
Con la cría de especies autóctonas en establecimientos privados se pretende demostrar que
la conservación y la producción pueden ser compatibles en una misma área, obteniendo
beneficios tanto para el ambiente como para los productores que las llevan adelante.
La cría en cautiverio de ñandúes se realiza con fines de explotar comercialmente sus
distintos subproductos: carne, cuero, plumas fundamentalmente. Al mismo tiempo, se busca
profundizar los conocimientos biológicos de la especie.
De esta forma también mejoraría la imagen negativa que actualmente tienen los
productores sobre el ñandú, pasando a ser visualizada como una especie a proteger por sus
potencialidades económicas futuras.
2. JUSTIFICACIÓN
Las experiencias iniciadas en otras partes del país, con generación de conocimientos en
aspectos productivos y de manejo, alentaron a PROBIDES y a un productor de la zona a encarar
este emprendimiento en forma conjunta.
La explotación tradicional de los recursos naturales y en especial de la fauna silvestre
muestra una subutilización de sus potencialidades. Se entiende que los sistemas de cría de
especies de fauna autóctona en condiciones controladas, reúnen algunas características
importantes:
ƒ
Constituyen laboratorios donde se pueden obtener conocimientos biológicos concretos sobre
la especie cultivada que contribuyen a su conservación.
ƒ
Permiten un aprovechamiento integral de la especie.
ƒ
Representan una reserva genética al manejar un stock importante de ejemplares y
metodologías de reproducción y mantenimiento.
ƒ
Contribuyen a disminuir la presión sobre las poblaciones salvajes a la vez de valorizar el
recurso y sus aplicaciones.
ƒ
Resuelven problemas tales como sobredensidades en algunas regiones.
ƒ
Constituyen modelos sobre los alcances de los recursos naturales.
1
Designada por el Programa MaB de la UNESCO en 1976.
11
3. INSTALACIÓN DEL CRIADERO
Al plantearse la explotación de ñandúes, el primer paso es definir el sistema de cría a
utilizar, ya que el mismo condicionará seguidamente el diseño y construcción de infraestructuras.
El sistema que actualmente se practica en Uruguay, comprende diferentes formas de
manejo según las etapas de la vida de los animales. Hasta los primeros tres meses de vida son
manejados en forma intensiva, en cautiverio estricto, con seguimiento individual y control de las
condiciones ambientales.
A medida que crece, el animal pasa a una etapa de menor control individual y
confinamiento, hasta llegar a la edad adulta en la que permanece a campo, aunque aislado de las
poblaciones silvestres, en una forma de manejo que se podría catalogar de semiextensiva. Por lo
tanto, las instalaciones se diseñan y construyen de acuerdo con esas exigencias de manejo.
En este caso en particular, las instalaciones tienen un diseño especial debido a que,
además de la cría propiamente dicha, se busca obtener datos técnicos sobre las diferentes etapas.
Para ello se construyeron bretes con subdivisiones y un tubo para manejo, y se instaló una
balanza. Todo ello facilita la toma de datos tanto de individuos como de pequeños grupos.
3.1. Elección del terreno y diseño de la infraestructura
Para la elección del terreno se tomaron en cuenta las distintas exigencias que presenta
cada etapa de la cría.
Para las categorías más pequeñas, es importante tener zonas relativamente resguardadas
de la intemperie, sobre todo de los vientos dominantes.
Para la construcción de los bretes son preferibles suelos con buen declive y adecuado
drenaje, ya que el pisoteo en suelos bajos destruye rápidamente el tapiz vegetal.
Los planteles reproductores necesitan áreas tranquilas, en lo posible potreros con
pastizales altos, ideales para la construcción de los nidos.
Suelos de buena calidad son necesarios si se prevé la implantación de praderas para
alimentación.
Para el diseño de la infraestructura se ha tenido en cuenta la experiencia del criadero de
Salto mencionado y el sistema de manejo planteado por Dani (1993), en el sentido de establecer
una marcada secuencia en las etapas del desarrollo.
En base a esto se diseñaron y realizaron instalaciones para incubación, nacimientos,
primeros tres días, primer mes, desarrollo hasta cuatro meses, hasta dos años y brete de
reproductores (ver Figura 1 en Anexo 1).
Caben muchas variantes particularmente en el tipo de materiales con que se hacen las
estructuras, dependiendo en parte, de la zona en la que se encuentre la granja, sus dimensiones y
número de animales. Pero siempre es válido que una granja con el número de bretes adecuados,
galpones con aislamiento térmico, estructuras fácilmente higienizables, redundará en menor
esfuerzo del personal y menor ocurrencia de enfermedades.
El diseño contempla la mayor comodidad posible para los ñandúes y para su manejo,
estableciéndose un sistema de corredores de trabajo que comunican todos los sectores del
criadero, lo que facilita los movimientos internos de animales con el mínimo de manipuleo.
Con el fin de realizar cierta rotación y/o descanso de los bretes, para mantener el tapiz en
buen estado y una buena oferta de verde, se construyeron bretes para pastoreo y de reserva.
Se incluyó también en el diseño una clara separación de los bretes que albergan a machos
y hembras lo que permite mayor comodidad para la toma de datos y seguridad en el manejo,
evitando la invasión de los animales de un sector a otro.
Para el aporte de agua se diseñó una instalación que permite el suministro en forma
automática a cada bebedero. Es importante contar con agua suficiente y de excelente calidad.
4. FORMACIÓN DE PLANTELES INICIALES
La implantación de un criadero comienza por la formación del plantel reproductivo.
Existen dos alternativas para lograr este objetivo: capturar animales del ambiente natural, u
obtener ejemplares en criaderos ya establecidos, zoológicos o de coleccionistas privados.
Ambas opciones tienen ventajas y desventajas. La extracción del ambiente natural ofrece
como ventaja el realizar una menor inversión económica al comienzo del emprendimiento. En
contrapartida, tiene como desventajas la dificultad de adaptación de los animales capturados al
confinamiento, y el largo período de tiempo que media entre el inicio del criadero y la
comercialización de sus productos, debido a las reglamentaciones vigentes.
La segunda opción presenta como desventaja el alto costo inicial por la compra de
ejemplares, pero tiene las ventajas de la fácil adaptación y gran docilidad de los animales
provenientes de cautiverio y la posibilidad de entrar rápidamente en el circuito comercial.
En definitiva, las dos opciones son válidas y cada criador se inclinará por una u otra de
acuerdo con sus posibilidades económicas y sus proyecciones futuras.
En este proyecto se planteó para el primer año, la formación de un plantel inicial a partir
del reclutamiento de animales salvajes.
Se destinaron aproximadamente 15 hectáreas para los adultos capturados y un brete para
charabones. Dado que el proyecto comenzó a partir de enero y transcurrieron dos meses para
construir los primeros bretes, las capturas se iniciaron en el mes de marzo.
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4.1. Captura y adaptación
Para el reclutamiento de animales del ambiente natural, existen dos alternativas: captura
de charabones o de individuos adultos.
En este caso, se hicieron recorridas exploratorias previamente a las capturas constatándose
cierta escasez de charabones, existiendo consenso entre los pobladores rurales de que el verano
lluvioso habría repercutido negativamente en la reproducción de los ñandúes, hecho que se repite
en forma similar en condiciones de cautiverio. A partir de marzo – abril el número de charabones
por padre resultó escaso siendo notorio que existe una alta mortalidad en los primeros meses en
estado natural.
Sin embargo, en un caso se observó un macho con un bando numeroso de charabones
(más de cincuenta), de diferentes tamaños y edades. Quizás esto sea una estrategia defensiva ante
el peligro, en la que más de un bando se une a un solo padre.
Se comenzó por hacer capturas selectivas de charabones, de unos cuatro meses de edad,
dado los antecedentes de la mayor docilidad y facilidad de adaptación al cautiverio de esta
categoría.
La captura selectiva sólo es posible en los primeros meses de vida de los charabones.
Luego del nacimiento el padre se traslada, desde los campos sucios con altas pasturas donde hace
el nido e incuba los huevos, hacia praderas cultivadas en busca de buen alimento para sus crías.
En este momento es fácil apuntar a una captura específica de charabones. A partir de agosto setiembre se unen las diferentes categorías y es muy difícil realizar capturas selectivas.
Las capturas se realizaron por la noche. En la tarde previa, se identificaron los bandos
silvestres y se los observó hasta la entrada del sol para determinar con precisión el lugar donde
dormían. Las mejores noches son aquellas sin luna y en horas de la madrugada, cuando los
animales generalmente están dormidos.
En las capturas los animales son encandilados con potentes faros. Luego de ser
inmovilizados en forma manual, se acondicionan en cajas para su traslado. En el caso de los
charabones el traslado puede ser en forma grupal; en cambio, para los adultos se deben usar cajas
individuales.
No es aconsejable para los adultos, la sujeción de los miembros inferiores con cuerdas. La
experiencia indica que si el traslado es largo, los problemas circulatorios son tan importantes que
muchos animales no vuelven a caminar. En otros casos, debido al roce entre las dos patas, se
producen importantes lesiones alcanzando a veces a la luxación con exposición de la articulación
tibiotarsometatarsiana.
Los charabones fueron colocados en un brete recubierto en todo su contorno con tela
plástica para que el animal no viera hacia afuera. Esto evita golpes y lesiones contra el tejido y
facilita su rápida adaptación. Desde el comienzo se les suministró ración, frutas y verduras
cortadas, y antiparasitarios en el agua.
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La adaptación al cautiverio de ejemplares con tres a cuatro meses de vida resultó un éxito,
pues se trata de animales que poseen rusticidad, producto de la selección natural. Para acelerar el
proceso de adaptación se consiguió un ejemplar adulto domesticado, el que ofició de padre
postizo resultando definitorio para la rápida adaptación de los ejemplares que ingresaban.
Los individuos adultos fueron alojados en un brete de 15 hectáreas con pasturas
mejoradas (predominio de lotus) que presentaba un relieve quebrado ofreciendo abrigo y
escondite para permitir una paulatina adaptación. A pesar de la buena oferta de alimento y
espacio, la adaptación de los adultos no fue tan exitosa como la de los juveniles, existiendo un
número importante de muertes. Un brete tan grande planteó problemas de manejo:
particularmente se vio retrasada la aceptación de ración y agua potable, y el suministro de
medicamentos. Quizás un brete de menores dimensiones contribuya a una adaptación más rápida.
Por lo tanto, la captura de adultos, de acuerdo con esta experiencia, no es tan recomendable como
la de charabones.
En resumen, tanto el reclutamiento de charabones como el de adultos, es viable, aunque se
plantean criterios de manejo diferentes. Los charabones se adaptan rápidamente a las condiciones
de encierro y en particular a la dieta con raciones. En el caso de los adultos, para obtener éxito, se
deben establecer secuencias de adaptación progresivas con mayores riesgos de mortalidad.
4.2. Formación de harenes
El ñandú presenta un sistema de reproducción llamado polígamo – poliándrico (Palerm
1978) donde cada macho se aparea con varias hembras, y a su vez, las hembras frecuentan varios
machos.
En sistemas de confinamiento se han manejado dos variantes. Una es la usada en Estados
Unidos para el ñandú y en Sudáfrica para el avestruz, y consiste en incluir en un brete pequeño un
macho con cuatro a seis hembras. La otra consiste en incluir en un brete de varias hectáreas un
número importante de animales en una relación de un macho cada tres hembras, y dejar que las
dominancias y los harenes se establezcan en forma espontánea.
Este último sistema, que fue el adoptado en este proyecto, se asemejaría más a las
condiciones naturales. A su vez, tiene la ventaja de que, dada la recolección diaria de huevos, los
machos dominantes continúan apareándose con las hembras en lugar de dedicarse a incubar como
aparentemente ocurre en la naturaleza.
5. DESARROLLO DEL EMBRIÓN
5.1. La incubación
Luego de la puesta, el huevo comienza su desarrollo embrionario a partir del momento en
que toda su masa alcanza la temperatura necesaria de incubación.
La incubación se puede realizar natural o artificialmente. Se ha optado por esta última
debido a sus ventajas en el control durante todo el desarrollo del embrión y la sincronización de
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los nacimientos. Sin embargo, este sistema exige mano de obra calificada y alta dedicación
horaria.
Para la incubación artificial, además de contar con incubadoras y nacedoras, la sala debe
ser cuidadosamente diseñada para hacerla de fácil desinfección, y de modo que todo lo que
ingrese a ella circule en un solo sentido, evitando el cruzamiento de materiales o elementos vivos
(ver Figura 2 del Anexo 1).
El proceso comienza con la colecta diaria de huevos. A partir de este momento, los
huevos deben ser tratados con mucho cuidado, evitando movimientos bruscos, golpes o cambios
térmicos, que puedan provocar la muerte embrionaria. Para ello, se recomienda el traslado directo
del nido a la sala de incubación, protegiéndolos de todo factor externo negativo como sol, lluvia,
frío, etc. Un polifón grueso con cavidades individuales para alojar cada huevo, es una solución
práctica y efectiva al problema.
Ya en la sala de incubación, los huevos se limpian y se desinfectan con productos como
formol al 4% y/o permanganato de potasio, se etiquetan y pesan. Posteriormente se colocan en la
incubadora, donde permanecen durante 35 días a una temperatura promedio de 36,5°C y una
humedad de 50% (esta última puede variar según las regiones). Cada tres horas, se realiza un
volteo de los huevos de 45°.
Las incubadoras son ventiladas dos veces al día, para lo cual se abren todas sus puertas
durante unos diez minutos. Esta operación es necesaria ya que el huevo fértil consume oxígeno y
libera anhídrido carbónico, que de otra manera, se acumularía en el interior de la incubadora,
siendo negativo para el embrión.
Entre los siete y diez días de incubación se realiza la primer ovoscopía (observación de los
huevos a través de una fuente luminosa) para verificar el normal desarrollo del embrión y
descartar los no viables. Dos o tres ovoscopías más se le practican al huevo mientras dura el
período de permanencia en la incubadora.
Durante todo el proceso se deben controlar la temperatura, humedad y ventilación de la
incubadora, factores decisivos en la fertilidad del embrión.
La higiene del personal dedicado a esta tarea, así como la higiene y permanente
desinfección de la sala de incubación, son fundamentales.
El ingreso a la sala, durante el período de incubación, debe ser permitido solo al personal
de planta, de lo contrario, se asumen riesgos innecesarios.
5.2. El nacimiento
Con 35 días de incubación los huevos pasan a otra máquina llamada nacedora. En este
momento, es recomendable realizar una ovoscopía para comprobar que el embrión esté vivo.
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Es conveniente que esta etapa ocurra en una pieza independiente a la de incubación ya
que es una etapa considerada sucia, en la que habrá cáscaras de huevos, membranas, sangre,
animales vivos y contaminación del ambiente en general.
La diferencia sustancial es que en esta etapa los huevos no necesitan volteo, pero sí más
espacio para que el animal pueda pararse cuando nazca. Aquí permanecen hasta el nacimiento y
es importante la vigilancia permanente ya que en algunos casos es necesario ayudarlos a nacer, si
bien lo mejor es el nacimiento natural.
Es importante mantener niveles altos de humedad en la nacedora (si es necesario con un
pulverizador) para evitar posibles adherencias de las membranas del huevo al charabón, lo que
dificulta el nacimiento y provoca muchas veces la muerte del embrión a término.
Los recién nacidos permanecen dos a tres horas en la nacedora hasta su completo secado.
6. LA CRÍA
6.1. Los primeros tres días de vida
Es esta una etapa crítica para la vida del charabón, en la que no bebe ni come y debe
mantenerse a una temperatura ambiente de 25 a 30°C y una humedad relativa entre 60 y 70%. En
ese período el animal reabsorbe su saco vitelino.
Para esta etapa se construyó una sala acondicionada con calefacción y jaulas pequeñas
(50cms por 20cms), con piso antideslizante, para grupos de cinco charabones. Aquí se vigilan en
forma permanente para detectar posibles problemas patológicos, y se les desinfecta la cicatriz
umbilical tres veces por día. Los primeros problemas sanitarios se presentarán en esta etapa, y es
fundamental estar atentos para diagnosticar su grado de importancia y actuar en consecuencia.
6.2. Primer mes de vida
En esta etapa se ejerce un control importante sobre los animales evitando factores
externos negativos como cambios climáticos y predadores, o internos, como hacinamiento,
enfermedades y estrés.
Pensando en estos requerimientos, se diseñó un galpón con una capacidad para alojar 500
ejemplares, que posee piso y paredes de material lavable y buena ventilación. Los corrales
interiores, para unos 15 animales cada uno, incluyen esquinas sin ángulos para evitar el síndrome
de los rincones en el que los animales se amontonan y algunos mueren aplastados o asfixiados.
Estos bretes se comunican con corrales exteriores, donde los charabones pasan la mayor parte del
día. Por la noche vuelven al galpón que es calefaccionado con lámparas de calor (ver Figuras 3 y
4 en Anexo 1).
Si bien los intensos calores del verano afectan el confort y el desarrollo de los charabones,
para esta zona, el viento y el frío nocturno son las variables a considerar en la construcción de los
17
bretes. Teniendo en cuenta que los charabones pasan a este galpón con solo tres días de vida, para
evitar el cambio brusco de ambiente, no tienen acceso al exterior hasta una semana después.
A los quince días de nacido, el animal recupera su peso de nacimiento y al mes
aproximadamente lo duplica.
La alimentación adecuada, la higiene diaria del local y los controles sanitarios
permanentes son fundamentales para esta etapa considerada la más delicada de todo el proceso.
Al final de esta etapa, los charabones alcanzan los 800 gramos de peso promedio. Ese
peso se logra en aproximadamente 17-20 días para los grupos nacidos en noviembre o comienzos
de diciembre. Posteriormente las altas temperaturas retardan el crecimiento, y los nacidos en
enero y febrero alcanzan este peso después del primer mes de vida.
La densidad en esta etapa es de cinco animales por metro cuadrado.
6.3. Segundo a cuarto mes de vida
Para esta etapa se construyeron bretes de 20 por 20 metros con un galpón cada uno. Los
bretes poseen cercos de alambre tejido que evita el paso de ejemplares de uno a otro. Si bien los
charabones ya son más independientes, necesitan de una vigilancia permanente y deben ser
encerrados en el galpón todas las noches o durante el día cada vez que llueva o esté muy frío,
manteniendo la temperatura adecuada con lámparas de calor.
Contiguo al encierro nocturno se diseñó un patio exterior también techado. Esto permite
que los días de mal tiempo los animales tengan acceso a tierra y pasto sin que se mojen.
Hasta este momento, la alimentación está basada en una ración balanceada con alto
contenido proteico para favorecer el rápido crecimiento de los animales, complementada con
aporte de trébol cortado. Si embargo, se debe evitar un excesivo consumo individual ya que
puede ocasionar un rápido crecimiento corporal con relación a los miembros inferiores,
provocando la torcedura de éstos.
Este problema se controla manteniendo grupos de animales de tamaños homogéneos y no
superando diariamente un suministro de 8% de ración con relación al peso vivo.
Hasta esta edad los charabones ingieren todo lo que tienen a su alcance siendo frecuentes
las muertes por ingestión de cuerpos extraños, por lo cual se debe extremar la limpieza de
galpones y bretes.
A partir del mes de vida en adelante, se comienzan a efectuar desparasitaciones
periódicas, que se dosifican según la época del año, la presencia de parásitos en las heces,
etcétera.
La densidad para esta edad es de un animal por 4 metros cuadrados.
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6.4. Cuarto mes al año de vida
A los cuatro meses, los charabones han superado la etapa más crítica de sus vidas y están
preparados para vivir completamente a la intemperie. Es conveniente, por razones de manejo,
separarlos por sexo e identificarlos en forma definitiva mediante caravanas o collares. El sexado
se realiza por inspección directa de la cloaca observándose claramente en los machos el órgano
copulatorio.
Se forman grupos del mismo sexo en bretes más amplios que los anteriores, de 20 por 40
metros, y sin galpones. El alambrado de tejido aún es necesario para evitar el pasaje de animales
de un brete a otro. En esta edad la densidad varía a medida que el animal crece; al comienzo es de
un animal por 16 metros cuadrados, al año la relación es de un animal por 50 metros cuadrados.
En esta etapa, se cambia la alimentación a una ración de recría y el aporte de pastura pasa
a ser más importante y decisivo en la reducción de los costos de producción.
6.5. A partir del año de vida
En esta etapa se realiza la selección de los animales que irán a integrar los planteles
reproductores y los que pasarán a la etapa de terminación para salir a la venta. Los bretes para
esta categoría y para los adultos, pueden ser cercados con alambre común de ley reforzado con
dos o tres hilos más en la zona media del alambrado.
Los ejemplares destinados a la reproducción se pueden mantener hasta la época
reproductiva alimentados a pastura. A partir del mes de junio es conveniente aportarles una
ración para ponedoras con un elevado contenido de calcio para la correcta formación del huevo.
Los individuos seleccionados para la venta reciben una ración de terminación, y llegado el
peso indicado (30 a 35 kg), se faenan.
Durante todo el proceso de cría es importante tener grupos testigos a los cuales se les
aplica un seguimiento específico como controles de ganancia de peso, consumo de alimento,
presencia de enfermedades, que permite tener un indicador indirecto del estado y evolución del
conjunto de los individuos y tomar las medidas correctivas necesarias a su debido tiempo.
7. DIETA
El ñandú es considerado una especie omnívora. Los adultos se alimentan de variedades de
pastos; Arruda Camargo (1991) refiere la apetencia por el trébol y la alfalfa, hecho corroborado
por observaciones de ejemplares tanto en libertad como en cautiverio.
En cautiverio el ñandú puede admitir una alimentación variada, incluyendo frutas,
verduras, huevos cocidos, pasto cortado y raciones balanceadas, entre otras. Esta dieta es
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utilizada en zoológicos o por coleccionistas privados que cuentan con escaso número de
ejemplares.
Sin embargo, en los sistemas con objetivos de explotación comercial la alimentación se
simplifica por razones de costo y manejo. Al igual que en la avicultura tradicional, se formulan
raciones balanceadas adecuadas a los requerimientos de cada etapa de la vida.
Existen actualmente cuatro tipos de raciones para ñandúes según las diferentes etapas del
ciclo biológico. Una ración de cría que va desde el nacimiento hasta los cuatro meses de vida, una
de recría hasta el año de edad, una de engorde hasta la faena y una para reproductores.
En el presente proyecto, debido a que se inició con un número limitado de ejemplares, no
se formularon raciones específicas para el primer año, utilizando ración para conejos que tiene
características generales muy similares a las exigidas para ñandúes. Esta dieta aplicada para los
juveniles dio excelentes resultados. Se complementó con una buena oferta de verde con
predominio de trébol en la misma.
No es recomendable el aporte de raigrás u otras pasturas ya encañadas y largas. En
cautiverio el animal es obligado a ingerir el pasto entero, a diferencia de lo que sucede en la
naturaleza donde selecciona el pasto tierno y además lo corta con su pico en pequeños trozos. En
condiciones de cautiverio, las fibras largas obstruyen el estómago e intestino provocando serias
impactaciones en estos órganos, llevando incluso a la muerte de los animales. Por lo tanto, el
pasto para suministro debe ser cortado en pequeños trozos para evitar estos problemas.
En los bretes es conveniente mantener las pasturas bajas. Para ello, se puede cortar el
pasto periódicamente en forma mecánica o incluir ganado, lo que no afecta para nada a los
animales, excepto en época de reproducción donde no es aconsejable.
La oferta de praderas a los ñandúes constituye una alternativa viable significando un
ahorro sustancial en el mantenimiento, particularmente de aquellos planteles no destinados para
engorde.
De todas formas, en esta experiencia está planeado mantener dos muestras, una con ración
y otra basándose en pasturas, para determinar la influencia de ambos sistemas como alternativas
de manutención de los individuos.
8. ASPECTOS SANITARIOS
El ñandú es un animal rústico y si bien es susceptible de contraer cualquier enfermedad
que afecte a las aves en general, siempre que sea criado en condiciones lo más similares posibles
al medio natural, tendrá una baja incidencia de afecciones.
El concepto fundamental en sanidad es apuntar a la prevención y no a la curación, ya que
cuando aparecen las enfermedades es difícil combatirlas y generalmente abarcan gran número de
animales.
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La prevención comienza desde el inicio del criadero con el diseño de las instalaciones
que deben respetar criterios sanitarios. Fácil desinfección y ventilado, confort, adecuada
separación de cada categoría, espacio suficiente para mantener las densidades necesarias y bretes
para aislamiento sanitario, son algunos de los elementos básicos a tener en cuenta. En general se
debe evitar toda situación de estrés que coloque al animal en situación de desventaja para
responder positivamente a las enfermedades.
Asimismo, eliminar las aves domésticas en las proximidades evita el posible aporte de
enfermedades.
En general, la vigilancia permanente permitirá detectar tempranamente problemas
sanitarios y actuar en consecuencia. Somos partidarios de eliminar todo animal que en etapas
tempranas de su desarrollo presente problemas sanitarios irreversibles o de difícil tratamiento. De
lo contrario, esos animales pueden transformarse en una vía de entrada de afecciones al criadero.
A todo animal que muere es importante realizarle la necropsia; si el personal está debidamente
entrenado aparecerán datos orientadores de la causa de muerte.
Cuando se trabaja con animales capturados del ambiente natural, es importante tener en
cuenta que tienen altas cargas de parásitos gastrointestinales, ectoparásitos y potencialmente
pueden ser portadores de otro tipo de enfermedades. Por lo tanto, se aconseja realizar una
cuarentena manteniéndolos alejados del resto de los animales del establecimiento y aplicarle los
tratamientos sanitarios adecuados, antes de incorporarlos al criadero.
Para los ejemplares del criadero es conveniente tener un plan sanitario anual, que
contemple las diferentes sensibilidades de cada una de las categorías a las posibles patologías.
En los primeros meses de vida es importante contribuir al correcto mantenimiento de la
flora intestinal mediante el uso de probióticos o yogurth. El aporte de coccidiostáticos hasta los
cuatro meses de vida es importante por la incidencia de coccidiosis en esta edad. La buena
ventilación de los galpones, evitando atmósferas saturadas de gases nocivos proveniente de heces
y orina, evita problemas de mucosas y vías respiratorias. Los suelos de material no deslizante
contribuyen al correcto desarrollo del aparato locomotor evitando problemas en los miembros
inferiores.
El suministro de complejos vitamínicos también es importante en todas las etapas de la
vida. La correcta alimentación en cantidad y calidad son la base fundamental para evitar futuros
problemas sanitarios. Un exceso de alimento a pequeña edad, provocará deformaciones de las
patas. El alimento fibroso puede provocar impactación de estómago con muerte del animal. La
ración húmeda o en mal estado, puede ocasionar el desarrollo de hongos en estómago o diarreas.
La ingestión de cuerpos extraños es causa de muerte frecuente en pequeños de hasta cuatro meses
de edad
En general, con buenas normas de higiene y un manejo adecuado evitando el estrés y el
hacinamiento, se mantendrá al animal en inmejorable situación para responder favorablemente a
posibles enfermedades.
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9. IDENTIFICACIÓN
Si bien los requisitos establecidos por la Dirección de Recursos Naturales (del MGAP)
disponen la identificación con sistemas de microchips, para el manejo cotidiano es aconsejable la
búsqueda de un sistema visible y que permita no sólo diferenciar el sexo en las primeras etapas de
desarrollo donde el dimorfismo sexual es nulo, sino que también indique las generaciones.
Sistemas como el anillado y el collar no han dado buen resultado debido a que deben
controlarse continuamente durante el crecimiento del animal, pues al engrosar patas o cuello se
producen traumatismos de entidad. Otro contratiempo observado es la importante pérdida de
marcas. Los sistemas de marcaje en las patas poseen la desventaja adicional de que debe
capturarse el animal para observar el número, y con el barro y suciedades suele ocultarse la
marca.
Tomando como referencia granjas de avestruz africano, en este proyecto se aplicó un
sistema de identificación que consiste en una caravana de ganado prendida en el cuello. Primero
se aplicó en algunos ejemplares como forma de prueba, y al comprobarse su efectividad se utilizó
en la totalidad de los ejemplares.
Este sistema resulta seguro y práctico para identificar ejemplares juveniles y adultos. A su
vez, como hay variedad de colores, permite usar un color por generación lo que lo hace muy
práctico para conocer a distancia la edad de los ejemplares.
10. CONSIDERACIONES FINALES
El presente informe pretende documentar los pasos seguidos y la experiencia recogida en
la instalación de este criadero en particular. Los mismos pueden variar en la instalación de otros
criaderos, en otras partes del país y bajo otras condiciones u objetivos.
La cría del ñandú es algo muy reciente para nuestro país, y aún quedan muchos aspectos
productivos y de manejo por mejorar. Este documento busca ser un aporte más, que contribuya a
avanzar en el permanente perfeccionamiento de los sistemas de cría.
El sistema productivo actual aplicado en Uruguay, plantea una serie de aspectos que son
limitantes a la hora de decidirse a realizar inversiones.
En primer lugar, la infraestructura necesaria para iniciar un criadero es relativamente
costosa. Se deberá avanzar gradualmente hacia sistemas de manejo menos intensivos que
simplifiquen las instalaciones y faciliten el manejo de los animales.
En segundo lugar, se deben reducir los costos elevados por concepto de alimentación
basada en raciones concentradas. Parece que la solución está en la utilización de pasturas de
buena calidad como tréboles y fundamentalmente alfalfa como alimento base. De todas formas,
se deberá investigar en qué proporciones, según las finalidades buscadas (cría, engorde,
reproducción, mantenimiento), se puede sustituir la ración por las pasturas para lograr los
objetivos propuestos.
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Otra alternativa para viabilizar la producción, es incorporar a pequeños y medianos
productores en sistemas de integración vertical, en los cuales, a partir de una granja "madre",
granjas satélites cumplan algunas etapas del sistema de cría. Esta alternativa, a la vez que abarata
los costos, lograría un aumento en los volúmenes, condición necesaria para desarrollar esta
producción a gran escala.
Estas medidas permitirán disminuir los elevados costos de producción, lo que redundará
en mejores precios en los productos finales, ganando competitividad en el mercado interno y
externo.
Finalmente, se deberá dedicar tiempo y recursos a los aspectos comerciales, de
procesamiento y marketing de los subproductos. El cuero aparece como un subproducto de gran
potencial y para el cual se deberán realizar esfuerzos que mejoren las técnicas de curtido
apuntando a obtener un producto de excelente calidad, que a nuestro criterio, puede tener
importante demanda a escala internacional.
Queda aún por conocer el real potencial de otros subproductos con aparente demanda en
el mercado como aceite, plumas, huevos, entre otros.
En resumen, entendemos que, mejorados algunos de los aspectos anteriormente
mencionados, la cría del ñandú puede transformarse, a corto plazo, en una alternativa productiva
de importancia para nuestro país.
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BIBLIOGRAFÍA
Anderloni, G. 1998. La cría del avestruz. Mundi-Prensa, Madrid, España. 178 p.
Arruda Camargo, R. B. de. 1991. Criação de avestruzes no Brasil. Art Press, San Pablo, Brasil.
64 p. (Coleção Natureza; 11)
Chebez, J.C. 1994. Los que se van. Especies argentinas en peligro. Albatros, Buenos Aires,
Argentina. 604 p.
Dani, S. U. 1993. A ema (Rhea americana). Biologia, manejo e conservação. Bello Horizonte,
Minas Gerais, Brasil.
Godoy, J. C. et al. 1963. Fauna Silvestre. Evaluación de recursos naturales de la Argentina.
Buenos Aires, Argentina. (8) 1: 85 – 238.
Palerm, E. 1978. Un problema para resolver: la conservación del ñandú (Rhea americana) en
el Uruguay. Boletín del Museo de Historia Natural. Montevideo, Uruguay. (2) 22: 7-10
Real Escuela de Avicultura. 1997. Cría de avestruces, emúes y ñandúes. Barcelona, España.
Secretaría de Recursos Naturales de la Argentina. 1963. Situación de la fauna silvestre. Tomo 1
y 2. Buenos Aires, Argentina.
Torres Wilson, J. de. Jurando Avestruces. En: Montevideo era una fiesta. S/F.
Vaz-Ferreira, R. 1979. Las grandes obras hidráulicas en el desarrollo regional. Fauna
Silvestre. CIFCA – CTM Salto Grande 2.9.
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ANEXO 1. FIGURAS
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28
29
ANEXO 2. NORMATIVA
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DECRETO DE 10 DE NOVIMEBRE DE 1999
Se faculta a la Dirección General de Recursos Naturales Renovables del MGAP, a
autorizar la instalación de criaderos de especies animales de la fauna silvestre en
régimen de cautividad
Visto: la propuesta de la dirección General de Recursos Naturales Renovables, relativa a
la rehabilitación de criaderos de especies de la fauna silvestre;
Resultando:
I)
por la Ley N° 9.481, de 4 de julio de 1935, se dispuso que quedara bajo contralor y
reglamentación del Estado la conservación y explotación de todas las especies de la fauna
silvestre que se encuentran ene. Territorio nacional;
II)
el Decreto N° 164/996, de 2 de mayo de 1996, establece la prohibición de caza,
transporte, tenencia, comercialización e industrialización de las especies de la fauna silvestre, a
excepción de las declaradas plaga o provenientes de caza reglamentada;
Considerando:
I)
a vigencia del Decreto N° 801/985, de 18 de diciembre de 1985, que reglamenta la
instalación y funcionamiento de criaderos de la fauna silvestre, ha originado una casuística que
hace necesaria una revisión del mismo;
II)
necesario fomentar la cría en cautividad de especies silvestres como una de las
vías para la conservación de las mismas;
III)
que para asegurar el fin expuesto en el considerando anterior, al alivio de la
presión de caza generada por el desarrollo de los criaderos debe adicionarse la suelta de
ejemplares al medio silvestre, si ello es viable técnicamente;
IV)
que la cría en cautividad genera información sobre rasgos biológicos de las
especies que puede complementar los datos surgidos de la investigación de campo;
V)
que debe regularse particularmente la extracción de ejemplares del medio silvestre
con destino a pie de cría o renovación de sangre, para cada especie;
Atento: a lo precedentemente expuesto, a lo preceptuado por la Ley N° 9.481, de 4 de
julio de 1935, Ley N° 3.606, de 13 de abril de 1910 y sus decretos reglamentarios, Ley N°
16.320, de 1° de noviembre de 1992, Ley N° 16.736, de 5 de enero de 1996 y Decreto N°
164/996, de 2 mayo de 1996;
El presidente de la República decreta:
Artículo 1°. Facúltase a la Dirección General de Recursos Naturales Renovables del
Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, a autorizar la instalación de criaderos de especies
animales de la fauna silvestre en régimen de cautividad.
La Dirección General de Recursos Naturales Renovables, previo informe técnico,
establecerá las especies que podrán ser objeto de cría en cautividad.
Art. 2°. Autorízase la tenencia, comercialización, industrialización y transporte de los
animales y sus productos, provenientes de los criaderos habilitados al amparo del presente
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decreto, en las condiciones que establecerá el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca,
según los casos.
Art. 3°. A los efectos del presente decreto, entiéndese por criadero en régimen de
cautividad, aquellos establecimientos en cuyas instalaciones se lleven a cabo de la reproducción y
crianza de ejemplares de especies de la fauna silvestre nacional, en confinamiento y con estricta
separación de las poblaciones salvajes.
Art. 4°. Los interesados en establecer criaderos, sean personas físicas o jurídicas, de
derecho público o privado, deberán presentarse ante la Dirección General de Recursos Naturales
Renovables del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, a efectos de solicitar la
autorización para la instalación del criadero, proveyendo la siguiente información:
a) Nombre común y científico de la especie a criar.
b) En caso de ser solicitante:
1) Persona física: nombre completo, fotocopia del documento de identidad, dirección
urbana y/o rural, número de teléfono o telefax, donde deban practicarse las
notificaciones;
2) Persona jurídica: certificado notarial en el que conste el nombre o razón social,
naturaleza jurídica, nombre de sus integrantes y apoderados si fuere el caso.
c) Certificado notarial en el que conste a qué título se ocupa el predio donde se instalará el
criadero.
d) Número de inscripción en DICOSE, si correspondiere.
e) Ubicación del predio donde se instalará el criadero, con indicación de Departamento, paraje,
secciones judicial y policial, número del o de los padrones.
f) Croquis de acceso al predio, con indicación de ubicación y distancia a caminos públicos y
ruta nacional más cercana.
g) Plan de instalaciones.
h) Análisis de factibilidad económico-financiera.
i) Plan de manejo firmado por técnico responsable.
Art. 5°. La Dirección General de Recursos Naturales Renovables pondrá en conocimiento a
la Dirección General de Servicios Ganaderos, las solicitudes de habilitación, a efectos que la
misma fije las condiciones que en materia de bioseguridad deben ser cumplidas.
En los casos que los criaderos cumplan con las exigencias legales, materiales y técnicas
requeridas para su instalación, la Dirección General de Recursos Naturales Renovables otorgará
la rehabilitación respectiva para su funcionamiento, especificando las condiciones y limitaciones.
Art. 6°. Facúltase a la Dirección General de Recursos Naturales Renovables a determinar
previo informe técnico, la cantidad y categoría de ejemplares a capturar del medio silvestre con
destino a pie de cría o renovación de sangre, pudiendo disponer la fiscalización técnica de la
captura.
Se entenderá por pie de cría el conjunto de ejemplares en que se inicia el plantel de un
criadero.
Según las especies de que se trate, el pie de cría podrá obtenerse del medio silvestre, de otros
criaderos, de zoológicos o colecciones públicas o privadas registradas, previa resolución de la
Dirección General de Recursos Naturales Renovables.
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No podrá realizarse reintegro o suelta de ejemplares al medio silvestre sin que medie
autorización expresa de la Dirección General de Recursos Naturales Renovables.
Art. 7°. La Dirección General de Recursos Naturales Renovables determinará y mantendrá
actualizados los procedimientos para la identificación oficial de los animales y productos del
criadero, para asegurar el origen legítimo de los mismos.
El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca fijará el precio a cobrar por el servicio de
identificación oficial.
En el caso de productos, el criador deberá presentar por escrito una solicitud de
identificación oficial de los mismos previo a transitarlos fuera del criadero.
Exceptúase de esta obligación los productos cárnicos destinados al abasto interno, los que se
regirán por las disposiciones de competencia de la división Industria Animal del Ministerio de
Ganadería, Agricultura y Pesca, del Instituto Nacional de Carnes y por las normas bromatológicas
municipales que correspondan.
Art. 8°. Es requisito indispensable para la habilitación de un criadero, la designación expresa
por parte del interesado, de un profesional Doctor en Medicina Veterinaria o Licenciado en
Ciencias Biológicas, en calidad de responsable técnico del criadero, quien deberá firmar el plan
de manejo del mismo mencionado en el artículo cuarto.
Los criaderos habilitados al amparo del presente decreto deberán brindar toda información y
asesoramiento sobre programas, desarrollo, evolución y resultados de las experiencias en su
funcionamiento.
Art. 9°. El transporte de ejemplares hacia y desde criaderos se realizará acompañado de
formularios de Permiso de Tránsito y Tenencia de Animales de Criadero de Fauna Silvestre,
provistos por la Dirección General de Recursos Naturales Renovables.
Art. 10°. El transporte de productos de los animales de criaderos se realizará acompañado de
formularios de Permiso de Tránsito de Productos de Criadero de Fauna Silvestre, provistos por la
Dirección General de Recursos Naturales Renovables.
Art. 11°. Los criaderos habilitados deberán llevar registros al día de las existencias y
movimientos de ejemplares y productos.
Facúltase a la Dirección General de Recursos Naturales Renovables a establecer en las
resoluciones de habilitación de criaderos, las formas de registro a emplearse, según la especie
objeto de cría y los requerimientos de fiscalización.
No podrá procederse a la destrucción de productos sin previa autorización de la Dirección
General de Recursos Naturales Renovables, quien podrá disponer la fiscalización del acto de
destrucción.
Art. 12°. Los titulares de los criaderos habilitados deberán comunicar a la Dirección General
de Recursos Naturales Renovables, en forma de Declaración Jurada, en formularios que se
proveerán a los interesados, las altas y bajas de animales y productos en períodos que determinará
dicha Dirección de acuerdo a la especie motivo de cría.
Art. 13°. Los criaderos interesados en proceder a la suelta de animales en el medio silvestre
deberán solicitar autorización a la Dirección General de Recursos Naturales Renovables la que,
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previo informe técnico, podrá conceder la misma y supervisará la operación, estableciendo época
y lugar apropiados.
Sin perjuicio de lo anterior, cuando la reproducción en el criadero supere el número de
animales capturados como pie de cría, la Dirección General de Recursos Naturales Renovables
dispondrá la suelta anual para devolución al medio silvestre de un número de animales que no
supere el veinte por ciento de la producción anual del criadero, hasta completar igual cantidad al
pie de cría capturado.
Los animales a liberar serán seleccionados por los servicio técnicos competentes de la
mencionada Dirección, estableciéndose época y lugar de suelta apropiados.
Art. 14°. Queda permitido el comercio de ejemplares de criadero en calidad de “mascotas” o
“animales de compañía”, de especies que determinará la reglamentación.
Los adquirentes quedarán eximidos de los requisitos establecidos en el presente decreto en lo
atinente a criaderos.
Sin perjuicio de lo precedentemente establecido, los adquirentes quedarán de oficio
registrados como tenedores de ejemplares de especies de la fauna silvestre producidos en
criadero, una vez recibido oficialmente el formulario guía que acompañó a los ejemplares desde
el criadero.
Facúltase a la Dirección General de Recursos Naturales Renovables, a reglamentar, sobre la
base de fundado informe técnico, el comercio de esta calidad de ejemplares, estableciendo, entre
otras cuestiones, el número máximo de ejemplares que puedan poseerse en calidad de
“mascotas”, según la especie.
Art. 15°. Cométese a la Dirección General de Recursos Naturales Renovables y Dirección
General de Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca el control de
cumplimiento de las disposiciones del presente decreto.
Las referidas Direcciones Generales podrán realizar inspecciones periódicas, estando
obligados los criaderos a prestar la colaboración que les sea requerida por los funcionarios
actuantes. En todos los casos deberá estar presente en el criadero una persona responsable de la
información.
En caso de comprobarse violaciones a las disposiciones del presente decreto, se dará cuenta a
la división Servicios Jurídicos del Ministerio, la que determinará, impondrá, ejecutará las
sanciones correspondientes, pudiendo llegarse al decomiso de los ejemplares y clausura del
criadero.
Art. 16°. Las infracciones a lo preceptuado por el presente decreto serán sancionadas
conforma al Art. 285 de la Ley N° 16.736, de 5 de enero de 1996.
Art. 17°. Derógase el Decreto N° 801/985, de 18 de diciembre de 1985 y las demás
disposiciones que se opongan al presente decreto.
Los criaderos habilitados al amparo del referido decreto pasarán automáticamente a regirse
por el presente.
Art. 18°. El presente decreto entrará en vigencia a partir de su publicación en dos (2) diarios
de la capital.
Art. 19°. Comuníquese, publíquese y cumplido archívese.
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