El equilibrio personal de Fernando González Ignacio Fernández

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El equilibrio personal de Fernando González
Ignacio Fernández Director Magíster en Psicología de las Organizaciones Universidad Adolfo Ibáñez, Chile Como miles de chilenos la primera emoción al conocer el retiro de Fernando González es la gratitud por los momentos vivimos, por hacernos sentir orgullosos de ser chilenos y por dejar todo su esfuerzo y entrega en una cancha de tenis. Todos nos damos cuenta que González se erige como un ejemplo de comportamiento por su corrección, su lenguaje adecuado, su sonrisa permanente, su agradecimiento sistemático al público que le apoya, el jamás salirse de madre y aparecer en las noticias deportivas y no en las de farándula. Cuanta diferencia en esto con Ríos y Massú. Más allá de sus logros deportivos, de las inolvidables medallas de Atenas y Beijing, de los títulos mundiales de Düsseldorf o el tremendo Australian Open 2007 donde llegó a la final (para mí por lejos el mejor campeonato de su vida), y de las adulaciones a su físico y su belleza de miles de mujeres, me pregunto qué hizo y hace Fernando González para mantener un balance emocional de alto nivel, sin descentrarse, perderse con la fama, creerse más de lo que es, mostrarse arrogante ni transgredir límites por la fama efímera. Psicológicamente tiene el ego bajo control, es reflexivo, muestra predominio de emociones positivas por sobre las negativas, evidencia contacto emocional y control sobre sí mismo (como cuando anuncio su retiro con voz trémula y tranquila, sin quebrarse), tiene consciencia de la responsabilidad de su rol público y de los límites que ello supone, no se sale de su ámbito de acción, resguarda su privacidad y asume sin quejas las restricciones a su vida social que implica ser conocido y querido. El rol contenedor de la familia, el apoyo emocional irrestricto y el apoyo financiero cuando de adolescente la familia completa decidió jugarse por la posible carrera profesional de Fernando y pusieron todos sus recursos para irse a Miami y explotar su potencial tenístico, más alguna asesoría de psicólogos deportivos, han consolidado un equilibrio personal en González que es muy meritorio y digno de destacar en la hora del retiro. Lo que más sorprende es su centramiento emocional ante la fama, las cámaras, los gritos femeninos y la admiración de muchos de nosotros. Da cuenta de una sanidad psicológica de primer nivel y de una red de apoyo reflexivo y emocional fuerte y presente. Ante este retiro está cosechando lo que sembró. González enfrenta ahora una crisis existencial: hacer el duelo por una vida que no volverá, tener que reinventarse y buscar un nuevo proyecto vital que estructure sus motivaciones y sus tiempos. En una época marcada por la farándula, el morbo, los excesos y la amplificaciones de las conductas poco reflexivas y agresivas, es esperable que Fernando González sostenga su alto equilibrio personal y encuentre un proyecto generoso que lo haga feliz y ayude a otros. 5/3/12
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Gracias Feña por todo lo vivido y el mayor de los éxitos en los próximos pasos del camino. 5/3/12
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