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Fray Gregorio Melero y Piña, el Insurgente Toluqueño. Por: Sergio Naime Fares. Nos referimos al sacerdote carmelita, que participó en la lucha por la Independencia, al lado de don Miguel Hidalgo, el Padre de la Patria, y que años más tarde, ya consumada la independencia, murió a la edad de 69 años en el Convento del Carmen de Toluca en 1843. El padre carmelita, fray Gregorio de la Concepción, no se sabe bien en que año nació, sin embargo, al parecer, fue en 1773; su nombre verdadero fue Gregorio Medero o Melero y Piña, ya que sus padres fueron: don Bernardo Melero y doña María Herrera, ambos toluqueños criollos. Melero y Piña, como se ha conocido, a este famoso sacerdote, participó en la lucha por la Independencia, al lado de don Miguel Hidalgo, el Padre de la Patria. En la ciudad de Toluca se encuentra, por cierto, la calle de Melero y Piña que atraviesa la avenida Isidro Fabela. Sin embargo, muy pocos habitantes de esta ciudad saben quien fue realmente, este importante personaje, de nombre fray Gregorio de la Concepción. En 1793, se formó como sacerdote en el convento de los Carmelitas de Puebla, a la edad de veinte años; en 1798 fue ordenado sacerdote por el arzobispo don Alfonso Nuñez de Haro y Peralta. Durante sus estudios para sacerdote, cursó filosofía y teología en los colegios de San Ángel y San Joaquín de la Ciudad de México y, el curso de moral, en el convento del Carmen, en Toluca, pues no había otros centros religiosos donde se enseñaban estos cursos. Al terminar sus estudios, a Fray Gregorio de la Concepción se le otorgó el permiso para confesar y predicar, por parte del padre provincial Fr. José de San Martín, el 25 de abril de 1804, en San Ángel. Más tarde, estuvo en el Convento de Oaxaca, hasta 1807. De esta ciudad, paso al convento del Santo Desierto de los Carmelitas de Tenancingo, donde estuvo poco tiempo, ya que lo pasó su provincial, al convento de San Luis Potosí, donde fue procurador, en su camino a esa ciudad, conoció a Ignacio Allende en San Miguel el Grande,( Hoy de Allende, Guanajuato) y a Miguel Hidalgo, en Dolores, hoy (Dolores Hidalgo), en el mismo estado. A darse el comienzo de la lucha por la independencia, el 16 de septiembre de 1810, iniciada por Hidalgo, fray Gregorio de la Concepción participó en la rebelión insurgente de San Luis Potosí del 10 de noviembre de 1810, junto con los juaninos Herrera y Villerías, así como también, en el encarcelamiento de religiosos españoles de ese convento donde residía. Un poco más tarde, se unió al ejército insurgente que mandaba, Mariano Jiménez, donde participó en el saqueo de la hacienda del Pozo, que era propiedad del convento de los carmelitas de San Luis, para cubrir las necesidades alimenticias de la tropa. Posteriormente marchó a Saltillo, Coahuila. Por otra parte, en su libro, “Memorias” de 1831, Fray Gregorio de Concepción detalla, de manera puntual, los hechos que se presentaron desde el levantamiento insurgente en San Luis Potosí, hasta la captura de él y de los demás generales insurgentes, en Acatita de Baján, en Coahuila. 1 Con la derrota en Puente de Calderón, cerca de Guadalajara, e Ignacio Allende le quitó el mando militar a Hidalgo y se apoderó de él en la Hacienda de Pabellón, que actualmente es Aguascalientes. Mas tarde, Miguel Hidalgo y los demás insurgentes marcharon a buscar ayuda a los Estados Unidos y en el camino, cerca de Saltillo, se encontró con Allende, quien había sido derrotado por el general Félix María Calleja en Guanajuato y con fray Gregorio de la Concepción. Se dice que desde ese día, hasta la traición y prisión en Acatita de Bajan, el fraile carmelita convivió con el cura Miguel Hidalgo, también se sabe que en Saltillo, el Padre de la Patria dio a Allende, el máximo grado militar. Dice Fray Gregorio, en sus Memorias, que el 15 de marzo de 1811, los insurgentes salieron de Saltillo y cinco días después, él salió por adelantado a Monclova y fue uno de los primeros en caer en la emboscada de Ignacio Elizondo que le tendió en la Acatita de Baján y el día 21 caerían en ella Hidalgo, Allende, Aldama, Abasolo, Jiménez y los demás insurgentes. Para el día 22 de marzo de 1811, de los cuarenta y ocho presos, a algunos de ellos como Hidalgo, Allende, Aldama, Jiménez, se les condujo a Chihuahua en donde se les fusilaría; al mismo tiempo, Melero y Piña fue conducido a Durango, junto con otros clérigos. En este lugar tuvo un proceso eclesiástico largo; en San Luis Potosí fue procesado por el delito de traición al rey y por ello estuvo prisionero en San Juan de Ulúa y desterrado a un convento carmelita en Cádiz, España. Ya consumada la Independencia en 1821, regresó a México donde vivió en su ciudad natal, y en la que murió a la edad de 69 años en el Convento del Carmen de Toluca el día 5 de abril de 1843; años antes se le reconoció el grado de coronel, sin embargo, no se le dio el sueldo correspondiente. 2 
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