Inversionistas en Urabá aprovecharon desplazamientos para robar

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Inversionistas en Urabá aprovecharon desplazamientos para robar
tierras
Paraeconomía - Lucha por la tierra
Fueron varios las formas de despojo a los campesinos del Urabá antioqueño. Esta es la historia de
Víctor Correa, quien lucha en los tribunales para lograr la restitución de una finca que perdió
desplazado por paramilitares.
Comisionistas e inversionistas
aprovecharon el desplazamiento forzado
provocado por paramilitares del Bloque
Bananero de las Autodefensas Unidas de
Colombia (Auc) en el Urabá antioqueño
para hacerse a las fincas abandonadas por
los campesinos.
Esta situación se reveló durante una
audiencia de restitución de tierras realizada
en Medellín, y solicitada por la Comisión
Labriegos del Urabá antioqueño luchan en los Colombiana de Juristas, organización
estrados judiciales para que les devuelvan sus jurídica que tiene la representación de
Víctor Manuel Correa Montalvo, una de
propiedades.
las víctimas del desplazamiento y el
despojo forzados, quien perdió un predio ubicado en la vereda Guacamayas, del municipio
de Turbo.
La pretensión de la Comisión Colombiana de Juristas es la restitución total del predio
reclamado por su defendido, situación que tiene que pasar por la cancelación de los
registros fraudulentos y la entrega saneada del bien, asunto que debe dirimir el Magistrado
de Justicia y Paz, Olimpo Castaño y que por asuntos jurídicos lleva ya más de dos años sin
que se tome decisión alguna.
La historia de este labriego es similar a la de cientos de campesinos del Urabá antioqueño
que tuvieron que abandonar sus predios y cuando regresaron se encontraron con la noticia
de que ya no eran propietarios.
Víctor Manuel Correa Montalvo heredó de su padre una finca de 126 hectáreas en 1980. Un
año después, fue dividida en tres predios: Campo Alegre, El Sencillo y Dejá pa’ ver. A
Correa Montalvo le tocó El Sencillo, de 68 hectáreas en las que cultivó coco y plátano.
Además, logró un acuerdo con ganaderos de la región para administrar 350 cabezas de
ganado en los potreros que tenía en su predio.
Con el paso de los años, la situación de inseguridad se fue complicando, dada la
confrontación que sostenían diversas estructuras armadas ilegales, tanto de la guerrilla de
las Farc, como del Epl y la naciente organización paramilitar, que comenzó a controlar
buena parte de esta subregión de Antioquia.
En 1996, Víctor Manuel no solo tuvo que enfrentarse al miedo que generaban los
paramilitares, sino al asesinato de su hijo perpetrado por varios integrantes de esa
organización armada. Los hechos ocurrieron en julio de ese año, cuando se agravaron las
amenazas contra aquellos campesinos que no querían abandonar sus tierras.
El labriego narró que un día llegaron a su casa alias ‘Camarrenga’ y otro grupo de hombres
armados que se identificaron como miembros de las Auc, y se llevaron a su hijo, un menor
de edad, para que les enseñara el camino hacia Belén de Bajirá. El niño nunca regresó a su
hogar. Versiones de vecinos precisaron que luego de ayudarles a los paramilitares, éstos lo
habían matado y tirado a un río.
Este suceso llevó al campesino a desplazarse con toda su familia de inmediato. Con sus
diez hijos y su esposa buscó refugio en Montería. Con él salieron otras familias que ya
estaban cansadas de vivir en medio de amenazas, muertes y desapariciones.
Después de pasar ocho meses en la capital cordobesa sin conseguir un trabajo que le
permitiera sostener a su familia, decidió volver a su finca en Turbo. Allí se encontró con la
sorpresa de que su predio había sido vendido por Daniel Rojas, un funcionario del ICA que
cada tres meses iba a vacunar el ganado que administraba.
Víctor Manuel reconoció que le había firmado muchos papeles a Daniel Rojas, incluso en
blanco, pero nunca le había dado un poder para que vendiera sus predios. Dijo además, que
lo que decían en Turbo es que Rojas le quitaba ganado a la gente para entregárselo a los
paramilitares, pero que a él no le constaba que fuera así.
Supo también que su madre, que no se había querido desplazar con los otros campesinos, le
había vendido su tierra a Daniel Rojas quien a su vez, había hecho una promesa de
compraventa con Rubén Darío Pérez, representante legal de la Sociedad Las Guacamayas
Ltda., la misma empresa que figuraba como titular de su finca El Sencillo.
Cuando Víctor Manuel llegó a Turbo le dijeron que lo andaban buscando y, ese mismo día,
lo abordaron en una camioneta un grupo de hombres que le obligaron a firmar un papel en
blanco. Luego sufrió un atentado en el que lo hirieron, causándole una discapacidad
permanente en su mano derecha.
De acuerdo a las pruebas entregadas ante el magistrado Olimpo Castaño Quintero, Daniel
Rojas tenía un poder firmado el 2 de abril de 1998 por Víctor Manuel Correa Montalvo y su
madre en donde lo autorizaban a vender los predios El Sencillo y Campo Alegre. Según lo
declarado por Correa Montalvo ante la justicia, él nunca firmó un poder y mucho menos
recibió dinero por la venta de su tierra.
Pero no sólo el testimonio del labriego contradice lo sustentado por Rojas. Los documentos
que hacen parte de las pruebas a su favor tienen fechas que no coinciden con la realidad.
Por ejemplo, la promesa de compraventa con Rubén Darío Pérez fue realizada el 21 de
marzo de 1997 y la fecha de la venta que aparece en la investigación llevada a cabo por la
Fiscalía es de 7 días antes de la elaboración de la promesa de compraventa. Es decir, el
poder que le otorgó el derecho a Daniel Rojas para vender la tierra de Víctor Manuel fue
firmado un año después de que la venta se hubiera hecho efectiva. Además, la promesa de
compraventa fue realizada siete días después de la fecha en que, supuestamente, fue
realizada la venta.
Actualmente la tierra está en poder de un ciudadano identificado como Jaime Uribe, pero
en las escrituras aparece como dueña la empresa Inversiones Asa, una compañía que
absorbió a la Sociedad las Guacamayas Ltda.
En la audiencia de restitución estuvieron presentes los exjefes paramilitares Freddy Rendón
Herrera, alias ‘El Alemán’, Raúl Emilio Hasbún Mendoza, alias ‘Pedro Bonito’, y Elkin
Castañeda Naranjo, alias ‘Hermógenes Maza’, quienes integraron diversas estructuras de
las Auc en el Urabá antioqueño y chocoano. Según ellos, el Bloque Bananero no tuvo nada
que ver con el despojo de tierras y los hombres bajo su mando no fueron responsables de
esta situación.
Durante la audiencia, el abogado del campesino reclamante de tierras solicitó la
cancelación de los títulos de El Sencillo, Dejá pa’ ver y Campo Alegre. Asimismo, pidió
que los predios fueran entregados de manera provisional a sus antiguos dueños y que se les
brindara protección a las víctimas que representa.
Tras la valoración de la solicitud, el Magistrado Castaño aseveró que no era posible hacer
una entrega provisional de los predios, por cuanto primero se debe tener en cuenta el
derecho que tienen los actuales propietarios de la finca para luego determinar si actuaron de
mala o de buena fe, y así proceder a la resolución definitiva del caso.
Luego, resolvió llamar como testigo al exparamilitar Dalson López Simanca, alias ‘Mono
Pecoso’, pues según lo declarado por el excomandante Rendón Herrera, él era encargado de
la zona donde están ubicados los predios en discusión. Además, pidió vincular a los
representantes legales de Inversiones Asa y de Sociedad Las Guacamayas Ltda., en su
calidad de terceros poseedores.
La audiencia fue aplazada para el próximo 1 de diciembre. Se espera que para este día se
pueda resolver la situación con las nuevas pruebas solicitadas por la magistratura. Por su
parte, Víctor Manuel Correa Montalvo lo único que espera es poder recuperar su finca para
tratar de llevar la vida que llevaba antes.
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