Aun cuando algún tiempo antes ya se habían desarrollado fusiles semiautomáticos, se considera el antepasado directo del fusil de asalto al Sturmgewehr 44 con que se dotó a los soldados alemanes en el frente de Rusia. El tipo de combate por parte de los rusos se basaba en la avalancha humana sobre las tropas alemanas armadas con fusiles de cerrojo, acabando por desbordarlas a costa de muy cuantiosas bajas. El empleo de las armas automáticas a distancias cortas contribuyó a equilibrar los combates. Combinaba la ligereza de la fusilería con el fuego automático de las ametralladoras y utilizaba un cartucho 7,92 x 33, una versión más corta que el 7,92 x 57 estándar de los fusiles lo que lo hacía más controlable al disparar a ráfagas. Al finalizar la II Guerra Mundial muchos ingenieros y científicos alemanes acabaron trabajando para los Estados Unidos, para Rusia y algunos pudieron llegar a nuestro país a través de Francia donde trabajaron previamente para la Direction des Etudes et Fabrication d'Armament (DEFA) que trasladó fábricas completas de Oberndorf a Mulhouse en Alsacia y luego estableció el Centre d'Etudes et d'Armament de Mulhouse (CEAM) que permitió a algunos alemanes contratarse en España El CETME, Centro de Estudios Técnico de Materiales Especiales creado por nuestro gobierno en esa época (1947 - 1949) se pudo aprovechar de su experiencia y conocimientos contratando a Ludwig Vorgrimler que venía del grupo Mauser y a Hartmut Menneking procedente de Rheinmetall En 1950 el Ejército de Tierra generó un pliego de especificaciones para desarrollar un fusil automático con un alcance eficaz de 1.000 metros, que pesase menos de cuatro kilos, midiese un metro de longitud y se alimentase con cargadores de 30 cartuchos. Se comenzó primero por desarrollar un cartucho adecuado sobre el que luego de diseñaría el fusil. Comenzaron las experiencias con el 7,92x40 semejante al 7,92x33 alemán y se probaron un buen número de diseños de proyectiles: núcleos de aluminio, de aluminio y plomo, total y parcialmente encamisados. Se eligió un proyectil mucho más largo de lo habitual con prestaciones aerodinámicas sobresalientes alcanzando los 1.000 metros con energía más que suficiente para perforar un casco metálico. El grupo de Hartmut Menneking trabajaba en un modelo con un sistema de acerrojamiento rígido y toma de gases, el CETME modelo 1 y el equipo de Ludwig Vorgrimler en un sistema de acerrojamiento semirrígido y retroceso de masas, el CETME modelo 2. Manuel Moraga Montejo Perito Judicial en Balística Forense Página 1 de 3 El secreto del acerrojamiento semirrígido eran dos rodillos bloqueados por la rampa de la cabeza del cierre que se introducían en unos alojamientos a la entrada de la recámara. La presión del disparo necesitaba un tiempo muy corto para vencer la resistencia de los rodillos a desplazarse fuera de sus alojamientos cargados además por el muelle recuperador. Pero este tiempo muy corto bastaba para que el proyectil abandonara el arma. No se necesitaba toma de gases como en todos los fusiles de asalto del momento, evitando la suciedad que esto produciría y se aumentaba la fiabilidad, y no se necesitaba que el cañón fuera móvil En julio de 1952 se seleccionó el modelo 2 pasando a ser el CETME A. En lo referente al proyectil se dieron dos hechos importantes: La OTAN y los Estados Unidos habían seleccionado como normalizado el cartucho 7,62x51 y se decía que el cartucho 7,92x40 CETME no cumplía con las leyes de la guerra al no tener una camisa metálica completa. Se desarrolló un cartucho 7,62x40 (CETME A 1B, siendo el 7,92x40 el CETME A 1A) ya que los prometedores resultados del acerrojamiento por rodillos interesaban a Alemania y Holanda y se trataba de un cartucho más controlable a ráfagas, pero al final se hubo de aceptar el 7,62x51 si bien se fabricaban 7,62x51 OTAN (CETME A 2B) y el 7,62x51 CETME (CETME A 2A) que incluía una carga de pólvora menor pretendiendo mejorar el control del arma en fuego automático. La serie A1 llevaba el selector de tiro al lado derecho, palanca de montar fija mientras que para la A2 la palanca de montar se podía abatir ocultándola e incluía asa de transporte para facilitar los avances por salto Con la colaboración en CETME de ingenieros alemanes de H&K nació en 1958 el modelo B recamarado para el 7,62x51 OTAN y CETME con una nueva bocacha apagallamas, que permitía lanzamiento de granadas de fusil, empuñadura anatómica y bípode integrado con guardamos de metal lo que era un sufrimiento para el tirador a temperaturas bajas. Aun llevaba el alza tradicional de los fusiles H&K empezó a fabricarlo bajo licencia con su propia marca. Manuel Moraga Montejo Perito Judicial en Balística Forense Página 2 de 3 En 1964 los tres Ejércitos de España adoptaron el modelo C con selector de fuego a la izquierda, guardamanos de madera, sin bípode ni asa de transporte y alza de librillo a 100 metros con mira abierta y a 200, 300 y 400 metros con diopter. La recámara iba acanalada para facilitar la extracción de la vaina aun usando munición de cualquier país de la OTAN. Uno de los fusiles de asalto más seguros y fiables de la historia. Sobre el cañón, bajo el engarce de la bayoneta llevaba un juego de herramientas de limpieza y algo de aceite. Llevaba también un carril soldado para montaje de equipos ópticos. CETME y la Empresa Nacional Santa Bárbara intentaron la exportación de un arma de tan alta calidad a otros países e incluso lanzaron un modelo para el mercado civil y el modelo E con algunos partes de plástico después de la popularidad alcanzada con las armas con polímeros como la Glock Cuando EEUU y la OTAN adoptaron el cartucho 5,56x45 se desarrolló el modelo L precisamente para ese calibre. Los prototipos dieron excelentes resultados pero la puesta en producción fue un completo fracaso, al parecer por la baja calidad de los materiales empleados intentando reducir los costes de producción de fábricas que se habían quedado anticuadas por falta de la pertinente re inversión. El modelo L incluía alguna mejoras menores como guardamonte agrandado para poder disparar con guantes, cargadores compatibles con los del M16, pistolete re diseñado, alza de librillo diopter a 100 y 200 metros. Pero estas mejoras “cosméticas” no pudieron compensar la falta de fiabilidad del arma. El fusil CETME desapareció de la historia A comienzo de los 2.000, parte de los materiales y utillaje de la Empresa Nacional Santa Bárbara fueron adquiridos a precio de saldo por una empresa americana que produjo una versión del CETME C semiautomática para uso civil en calibre 337 Winchester, similar al 7,62x51. Parte de estos fusiles llegaron a España dando al legendario CETME C un efímero renacimiento. 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