diario liberal de la mañana.

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Edidon d« Madrid.
p á s a l o s DE aUSCRXCIOH.
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^ O II.
LA IBERIA
DIARIO LIBERAL DE LA MAÑANA.
VRiRCiPAL. y en la» librerías de lUonier, calle de la Victoria,
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ecarloBcada so letras páralos susoritorus, y 4 pardosqie
lo sean.
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it dirigirá» A It RgDACClOH, PlaiueU da Gelaaqas, nim.
cuarto pifKoipai.
No seadmitecorrespondencia qoeaoTengafrtneideport*.
NU]»IEaO 207.
Sábado 17 de Febrero de 1855.
la concurrencia—permítasenos esta palabra,
profana en este caso,—que las sectas extracalólicas sostuviesen con el catolicismo, reEl artículo que cii su número de ante- dundarían, lo repetimos, en beneficio de
ayer nos dedica La Fé para tranquilizarnos este, por cuanto obligaría al clero á dediacerca del sentido de sus palabras: "[Vues- carse mas que hasta el dia al estudio y á la
tra suerte eshí ecliada, GonstUucio>iales,\'>
práctica de sólidas virtudes, y á mantenerse
Jnereee por mas de un concepto una contes- mas distante que hasta aquí de los negocios
tación; y nos apresuramos á dársela, con políticos.
tanto mayor placer, cuanto que el terreno
Por lo demás, estamos íntimamente conen qu« se ha eolocado nuestro vespertino vencidos de que las creencias, producto do la
cofrade, os por fortuna mas aceptable que deliberación y del conocimiento de causa de
el que comunmente e l i ^ la prensa absolu- un solo fiel, son mas aceptas al cielo que el
tista, siempre que se suscita la cuestión de celo ignorante y por lo tanto eventual é inla tolerancia religiosa.
transigente de cien fanáticos, que con el
Esfuérzase La Fé en querer probar que mismo calor que defienden tal causa religionuestra religión se pone en tela de juicio sa, defenderían tal otra si la casualidad les
desdo el momento en que aparece en con- hubiese colocado bajo la influencia de opuestacto con otras; y en corroboración de este tas sugestiones religiosas.
aserto, nos present^iCl ejemplo siguiente:
Tenga nuestro colega en mas aprecio la
«Supongamos dos hombres dotados de bondad de nuestra religión: dé mas valor
sentido común, que tienen nociones de las á nuestro dogma, y lejos de ver el peligro,
religiones y de los cultos sin profesar ningu- donde solo encontrará motivos de un nuevo
na: que pasan por una calle en donde ven triunfo, abra los brazos á la tolerancia.
una basílica católica entre un templo pro- Recuerde lo que está sucediendo en Inglatestante y una sinagoga de israelitas: ¿es- terra, donde la religión dominante es la
tos hombres no disentirán acerca de la protestante: y á pesar de estar protegida
mayor ó menor bondad de aquellas religio- por el Estado, los católicos van diariamente
nes de culto tan diferente? Aun cuando alcanzando nuevos y brillantes triunfos,
profesasen la católica, ¿no son dueños de que redundan en doble gloria del catolidiscutir acerca de sus dogmas y de sus ri- cismo.
tos? ¿Sí.n tan fáciles estas discusiones cuanDespués de haber colocado la cuestión en
do 1X0 hay objetos con quienes comparar?
tal alta esfera, apenas nos quedan palabras
Cuando se vé ú la divinidad adorada bajo
para ocuparnos de asuntos de otro género.
diferentes formas, ¿no habrá entre algunos
Aceptamos de buen grado las esplicaciones
tendencias á la duda? Fuesen habiendo dude La Fé: en la allcrnativadc suponerla vedas, es que la fé vacila, y la fé es oondicion
raz ó pérfida, no cabe en nuestra rectitud
precisa del catMico: sin ella viene á tierra
abrigar dudas acerca de sus intenciones.
la religión que profesamos. Haya pues disDeseamos sí que reprimiendo ciertos arrancusión pa:ra todo, menos para ella.»
ques cuya espresioii no es siempre conveHé aquí el argumento de nias fuerza que
niente, so abstenga de cstami)ar frases tan
ha encontrado La Fé, para demostrarnos
ocasionadas á inlerprelaciones desfavoraque la tolerancia religiosa ataca de un mobles, cual la que ha promovido nuestra rédo directo á ia religión de nuestros mayo •
plica, que no terminaríamos con satisfacres. Nosotros á nuestra vez vamos ú deción si no asegurásemos al diario absolutista
mostrar á nuestro adversario, que su teque al rechazar palabras que conceptuamos
mor carece de fundamento, y que susceptipoco meditadas, no nos p.ropusimos abusar
ble en demasía, se ha formado una idea
de nuestra posición de vencedores. Periodiserrónea acerca de la fé religiosa de los
tas, no conocemos otras victorias que las
españoles. Las creencias católicas, si son
que obtienen la justicia de la causa y Q1 deproducto de un razonado convencimiento,
coro de la forma; también nosotros quere si se apoyan en una bien entendida educamo3 la armonía con todos , sin escluir á
ción moral, no corren ni pueden correr el
La Fé.
menor peligro al ponerse en contacto con
las sectas disidentes, que profesen los esAl empezar la sesión de ayer, se lamen. tranjcros, puesto que nuestras creencias, encarnadas en nucstio ser, y enlazadas con los tó el señor Sánchez Silva de que los pesiempre santos recuerdos de la niaez y la riódicos habían insertado íntegro el discurfamilia, constituyen el consuelo de la exis- so pronunciado antes de ayer por el señor
tencia, dulcifican la amargura de los males Madoz, al paso que del de S. S. solo hainherentes á ella, y nos muestran mas allá bían publicado un ligero eslracto. El señor
del sepulcro, donde el impío encuentra úni - Sánchez Silva incurrió en una equivocacamente la corrupción y la nada, un mundo ción tanto mas lastimosa, cuanto mayor'
de esperanzas sublimes y de brillantes r e - era la tenacidad con que la apoyaba , resentido sin duda do que su discurso no había
compensas.
¿Sabe nuestro colega cuál sería el resul- salido íntegro en el estrado. ¡ Ciega tanto
tado inmediato del establecimiento de la to- el amor de padre! No hay mas que compalerancia á que líos referimos ? Nosotros va- rar el Diario de las Sesiones con lo que han
mos á record írselo, puesto que no le inferi- publicado los periódicos, para convencerse
mos el agravio de suponer que lo ignora; y de la ligereza con que el señor Sánchez
al hacerle este recuerdo, prescindiremos de Silva ha formulado semejante cargo contra
todo argumento relativo á ventajas mercan- los periódicos. Otros señores diputados, enliles ü industriales, para que no se nos ob- tre ellos el señor Gaminde, apoyaron las
jete que involucramos lo material con lo es- palabras del señor Sánchez Silva; y como
esto último, con el tino y delicadeza parlapiritual; lo terreno con lo divino.
Una vez establecida la tolerancia religio- mentaria que acostumbra, dijese que los
sa, sería preciso arraigar mas y mas en el diarios ministeriales insertaban íntegros los
corazón y en la mente de nuestro pueblo discursos de los individuos del gabinete,
los dogmas de nuestra religión; sería pre- mientras solo hacian un ligero estrado de
ciso inculcar mas y mas el sentimiento los que pronunciaban los diputados de la
religioso, alma y esencia de la religión, y oposición, el señor ministro de la Gobernasin el cual, como nuestro colega no puede ción se levantó á manifestar que el minisdesconocer, la religión no es «tra cosa que un terio lio tenia ningún periódico, y que acaso
Código sin espíritu, una coloeeion de prácli- seria el único gabinete que eii gobiernos
eas siu unción católica, un caUíIogo devanas representativos hubiera tomado esta resofórmulas. Para llegar á tan ventajosos re- lución. Esto es honrosísimo para el minissultados, sería ciertamente preciso que en terio presidido por el señor duque de la
ol clero resplandeciesen indisputables virtu- Victoria. Terminado este incidoiUc , el sedes, y una sabiduría á la altura de su subli- ñor Lujan esplicó algunas palabras que
me misión. Sea en buena hora lo que La Fé habia pfonunciado on la sesión del miércopretende demostrarnos ; sean mayores las les, y que el señor Ordax habia interpreprobabilidades de que, establecida la liber- tado mal según dijo; y concluido el despatad de conciencia, se susciten ciertas discu- cho ordinario, cspianó ol señor Arias Uría
siones : ¿perderla algo por ello la doctrina su interpolación sobro los úliinios sucesos
católica? No; antes bien ganaría mueho, por- dc'laCoruña, tributando Ins mayores eloque la ilustración (no frunza el gesto nues- gios al gobernador civil y empicados en
tro colega á está palabra), que el pueblo fiel aquellas oficina?; así coino al jnoz do prihubiese adquirido con la sabia enseñanza mera instancia, á los dipiilacios pro\inciadel sacerdote católico , wiida á la irrcpro- les, alcalde coiistilucioiial y comandante de
bable conduela de este, seria suficiente 'a Milicia Nacional, cuya cooperación ha
para destruir esas dudas que tanto alarman sido de tanta importancia en aquellos acon4 La Fé. El estímulo ha sido siempre en tecimientos. El señor ministro de la GoberU)das materias una fuente productora de nación contestó satisficloriamenle, haciendo
elevados iiensamicntos y dignos heciios; y una dolalladá reseña do las ocurrencias; y
SECCIÓN DOCTRINAL.
Ea'laRediecion, PLAZUELA DI CCLBHQÜB.KÚM. 1, eOAtTO
como tomase parte en esta cuestión el señor Ruiz Gómez, reclamando la protección
del gobierno en favor de la esportacion de
granos, el ministro se manifestó muy decidido á protegerla, asegurando á los propietarios el legítimo uso de lo que les pertenece.
El señor Gómez de la Mata, con un celo
laudabilísimo por la salud de los pobres,
interpeló dcspucrs al señor ministro de la
Gobernación acerca del estado lamentable
del Hospital de Madrid, y de" los establecimientos de Beneficencia en general;
y el señor ministro le respondió, que el
gobierno no perdía de vista un asunto
de tanta importancia. También el de Gracia y Justicia reconoció la importancia y
necesidad del arreglo parroquial que ofreció
impulsar, como ya lo habia hecho, en cuanto estuviese de su; parte, y acercado cuyo
particular fué interpelado por el señor Carreras.
El señor Caparros dirigió en seguida dos
preguntas al mismo ministro; la primera,
acerca de si estaba dispuesto á mandar que
los bienes de las capellanías colactivas volviesen á las familias á que pertenecían, y la
segunda, acerca de si continuarían admitiéndose religiosas en los conventos. Al primer particular respondió el señor Aguirre
que los tribunales harían ejecutar lo que la
ley en este punto dispone; y al segundo,
que interpretanüo rectamente el Concordato , no se conservarían mas conventos que
los pertenecientes á aquellos institutos consagrados á la Beneficencia ó instrucción pública.
Pasóse á la orden del dia, y el señor
Coello usó el primero de ¡a palabra contra
el voto parlionlar del señor Avecilla. El
discurso de S. S. fué f'icil, correcto, abundante on dalos, cu cuya apüeacion preciso
es confesar que no estuvo siempre oportuno
el señor Coello. Al paso ijuc roíonoció que
la revolución iio es la causa del mal estado
en que hoy se encuentra la Hacienda, citando muy oportuiiameirte el estado en que
se hallaba en los primeros meses del año
anterior, los coiiflictos del Banco, etc. etc.;
atribuyó en gran parte nuestra penuria actual á la supresión de la contribución de
consumos, como si los efectos de una reforma cualquiera hubiesen de sentirse instantáneamente. El señor Coello no tuvo
presente que los precios de todos los géneros se encuentran en la actualidad en alza,
y ciertamente no es fácil concebir cuál seria el precio que alcanzarían hoy, si esa
contribución no hubiese sido abolida. Siente el señor Coello que el ministro de Hacienda no se proponga nivelar el presupuesto de gastos con el de ingresos; el ora' dor cree también que sin contribuciones
onerosas, aplicando un derecho módico á
los vinos, aceites y aguardientes, haciendo
economía en los presupuestos, reformando
prudentemente los aranceles y no pasando
do doscientos millones de los seiscientos á
que llega la parte de la deuda flotante que
verdaderamente apremia , daría al gobierno 300 millones de billetes del Tesoro
amortizables á 6 y 12 meses con el interés
del 9 por 100, cuyos billetes serian admitidos como pago del 20 por 100 de propios,
y de la venta de bienes del Estado cuando
se verificase la desamorlizicion. El señor
Coello, al lado do ideas que no podemos admitir, enunció otras que son dignas de ser
tomadas en seria consideración, aunque no
del modo absoluto con que S. S. las presentó: tales como la de que no debieran abonarse las cantidades satisfechas por el empréstito forzoso impuesto por el ministerio
Sartorios á los que voluntariamente las satisfacicron, áfinde acostumbrar de esta manera á los pueblos á no pagar cantidad alguna que lio estuviese votada por las Asambleas. Nosotros creemos que debiera exigirse responsabilidad á los que no siendo
entonces empleados, conliibuycron y trabajaron eficazmente para llevar á cabo aquel
anticipo.
El discurso del señor Coello, pronunciado con buena entonación , fué escuchado
con el mayor interés, y el señor Madoz
al contestarle no pudo monos de darle las
gracias por la manera lieocvola con que le
habia tratado; y rebalicndo las ideas emitidas por el director do La Época, manifestó
que también aspiralja á oblcncr la nivelación del presupuesto, y que estaba seguro
que los diputados le suministrarian los recursos necesarios á llenar los gastos públicos siu apelar á operaciones de crédito; re-
produciendo después gran parte de las observaciones que emitió en la sesión anterior.
. El señor don Pablo Avecilla pronunció un
discurso sumamente difuso, y que no hizo
impresión alguna on la Asamblea, que por
el contrario se hallaba bastante distraída. Lejos de sostener su dictamen, su señoría atacó inoportunamente el de la comisión; manifestó que los bonos que él quería
so emitiesen habían do tener un curso forzado, y dirigió algún cargo al señor Madoz
porque en su discurso pronunciado en la sesión anterior daba poca importancia á las
oscilaciones de la Bolsa.
Fácil fué al señor Madoz refutar victorio •
sámente el discurso del señor Avecilla : el
ministro de Hacienda lo logró en pocas palabras, recordando la influencia que los
asignados tuvieron en la apurada situación
de la hacienda francesa, al empezar la revolución í'ifinesdel siglo pasado; con cuyas observaciones y después de algunas
palabras del señor Udaeta , individuo de la
junta directiva del Banco , que presentó la
satisfactoria situación de este establecimiento, se desechó por unanimidad el voto
del señor Avecilla, pues ni aun este señor
diputado se levantó para que se tomase en
consideración.
El señor ministro de Fomento habia leído
al principiar la sesión un proyecto de ley
acerca del ferro-carril de Langreo, y nos
olvidábamos decir que durante el despacho
ordinario se dio cuenta de una adición á las
bases de la Constitución, suscrita por los señores conde de las Navas y Figueras, en
<ino se pide se consigne que nuestras provincias ultramarinas se regirán por leyes
especiales , lo cual asi se establece en casi
todas nuestras Conitituciones.
Según indica un periiidico, la entrega de
fondos que se supone ha hecho el gobierno
á la empresa de la canalización del Ebro, se
funda en razones políticas no menos que en
otras de moralidad y justicia. Al hacerse la
concesión quedó estipulado que de los nueve millones que la empresa estaba obligada
á depositar como fianza en la caja de depósitos, se le devolverían las cantidades que
fuera acreditando haber empleado en obras,
y que á falta de dinero, el gobierno le entregarla libranzas contra las tesorerías de
las provincias que debe atravesar el canal.
Después de la revolución de julio se pasó
por el ministerio de Fomento al de Hacienda una comunicación, en laque aparecía que
la empresa de la canalización dol Ebro habia invertido ya hasta la sumado 5.400,000
reales, los que con arreglo á la concesión
debían serle entregados sacándolos del depósito. Esto pasaba en tiempo del señor Co •
Hado. No pudiendo entregarse á la empresa
la cantidad indicada, sobre las tesorerías do
Zaragoza, Teruel y Lérida, diéronse letras
sobre otras tesorerías, que por falta de fon dos fueron protestadas.
La empresa hizo en su consecuencia nuevas reclamaciones; pero todavía titubeaba
el señor Madoz entre los apuros del Tesoro
y la justicia que iududablemeulc asistía ;i
los reclamantes, cuando recibió el gobierno
avisos oficiales de que los emisarios del carlismo aguardaban solo á que por falta do
fondos tuviera la empresa de la canalización del Ebro que despedir á la mayor parte de los 4,000 y mas obreros que tiene hoy
empleados, para seducirlos y lanzarlos á la
insurrección. Ya no fué posible titubear, y
el señor Madoz dispuso que se entregaran
desde luego 20,000 duros á la empresa y
que se le facilitaran diariamente 5000 hasta
la estincion de su crédito de 5.400,000 reales: bien entendido que dichas cantidades
han de invertirse en continuar la obra nacional de la canalización, en dar pan á mas
de 4,000 desgraciados, y en alejar los te
mores de una guerra civil.
Según las noticias que hemos recibido
úlfimamonte do Córdoba, la pcrsoii'i mas
indicada para llenar la vacante que deja on
los diputados do aquella provincia el señor
Pacheco, es el joven y consecuente liberal
don Félix (jarcia Gómez de la Sarna, que
tan próximo estuvo á la diputación en las
elecciones generales. Conocedores de las relevantes prendas y acendrado patriotismo
de tan distinguido candidato, nos congratulamos desde luego por su elección, y aconsejamos á todos los buenos liberales do
aquella provincia, uo dejen de asistirle con
sus votos y sus influencias.
El señor don Facundo Goñi se ha embarcado en Southampton para dirigirse á Guatemala, y negociar por parte del gobierno
español el reconocimiento de esta rcpúbli«a,
así como de la América eenlral.
Con objeto de evitar protestos á la maledicencia, y con otras miras fáciles de eoa*
cebirse se ha espedido una real orden con
fecha 12 del actual, para que los oficiales
de reemplazo no pernocten fuera de los
puntos que les están señalados, ni se trasladen á otros sin el consentimiento espresamentcdado por el gobernador militar do las
respectivas provincias.
Para hacer mas apremiante la situación
del Tesoro, no cesan de llegar pagarés protestados, de los que girados contra las provincias debieron ser salisl'ochos á fin de diciembre de 1854 y enero de 1855: lo devuelto se eleva á muchos millones.
Dice la Gaceta de ayer en su parte no
oficial:
"Estamos autorizados para decir que no
se ha manifestado por tiadie la pretensión
de convertir la deuda flotante en consolidada á bajo ni á subido tipo , y que por lo
tanto carece de fundamento lo que sobre
este punto indica La Nación en su número
de 14 del corriente al atribuir esa pretensión á un personage (y á algunos de sus
colegas), pues por el contrario aquel .ha
prestado estos días y continúa prestando
importantes servicios al Tesoro.»
—uEI periódico La Nación publica en su.
númeri) 2056 , del miércoles último 14 del
corrlevile , una correspondencia del Ferrol
en que se supone ser inexacto lo manifestado por el señor ministro de Marina en la
sesión del dia 31 del pasado mes de enero,
respecto á que nuestra armada cuenta coa
un navio de hélice: podemos asegurar desde luego que el señor Santa Cruz estuvo
muy en su lugar al emitir la csprcsada
idea, pues si bien el navio Francisco de
Asís, á que se referia en su discurso , no
tiene montada aun la máquina auxiliar de
350 caballos que so lo destina, esta se hallará terminada en todo el mes de mayo , y
el gobierno de S. M. ha resuelto que dicho buque lio salga á la mar antes de montarla.
«Si el Francisco de Asís no se preparó
desde un principio para recibir el mencionado aparato, consiste cu que el pensamiento de convertirlo en buque misto fué
posterior á la construcción de su casco, no
habiéndose emprendido hasta .la fecha las
obras que su popa exige para admitir la
hélice, tanto porque estas no pueden practicarse á flote , y hasta hace cuatro meses
han carecido nuestros arsenales de u|i dique capaz de contener su vaso , cuanto por
la imperiosa necesidad que ha existido de
dar paso á otras aleaciones de mayor urgencia y de mas inmediata aplicación.»
El señor ministro de Fomento leyó ayer
011 las Cortes el proyecto de ley sobre autorización de la sociedad anónima .denominada dol ferro-carril de fangreo en Asturias, cuyo articulado es el siguiente:
«Arliculo 1." Se autoriza la organización de
la sociedad anónima titulada del ferro-carril de
Langreo en Asturias, con ol objeto de que termine, conserve y espióle el camino de hierro
desde el puerlo de Gijon, Sama y Oviedo, arre^lándo.se á las condiciones de la concesión, y
las que hayan de imponerse para la conclusión
de las obras, cuando sea conocido su estado y
adelantos.
»Art. 2." Se aprueban los estatutos de la
citada compañía, según se hallan consignados
en escrilura pública do 7 de noriembre de 1854,
refirmada por la adicional de 3 de febrero
de 1855.
»Arl. 3." El gabietno declarará reorganizada la referida sociedad anónima, para los efectos presciilos en la ley de 28 de enero y reglamento de 17 de febrero de 1818.
«Madrid 15 de febrero de 1855.—Francisco
de Lujan.»
Ayer se presentó á la mesa del Congreso, con objeto de que pase á las secciones
para autorizar su lectura, el siguiente proyecto de ley:
<ITÍ:1 escesivo número defiestasy medias fiestas, que celebra la Iglesia y manda rigorosaiKciile observar á 1Ü.S fieles españoles, fuara de
los domingos; los graves perjuicios que d«
esta práctica resultan á la agricultura, comercio
c itiduslria, y especialmente alas clases obreras,
que al ca!jo del año se ven privadas de u«a infinidad de jornales y de lo» medios neoesario»
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