un poco sobre arcos - Aula Virtual de Contrabajo

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UN POCO SOBRE ARCOS Gary Karr (traducción del artículo aparecido en la revista de la Sociedad Internacional de Contrabajistas, vol. XXII n. 1) Aunque no me considero ni remotamente un experto en arcos, es un tema que siempre me ha apasionado. He tenido unos cuarenta contrabajos a lo largo de mi carrera y al menos el doble de arcos, que me han enseñado cosas que quisiera compartir con vosotros. He de advertir en primer lugar que, como ocurre con mi forma de tocar el instrumento, mis ideas sobre el arco no son demasiado tradicionales. Para empezar, creo que todos los contrabajistas de orquesta deberían tener dos arcos, uno para la orquesta y otro para estudiar piezas de solo. Para esto último, recomiendo encarecidamente usar mucha menos resina de la que se necesita para satisfacer las demandas a veces estrafalarias de directores que he observado en ensayos. Las expectativas tradicionales de la sección de contrabajos requieren el uso de un montón de resina muy pegajosa que se adhiere a la cuerda para poder de alguna forma igualar la velocidad del paso del arco de los cellos. Para esta técnica de paso rápido del arco (con el punto de contacto más cerca del diapasón que del puente), recomiendo el uso de un arco más bien pesado (sobre 140 grs.) con un buen equilibrio de forma que la punta sea fácil de manejar y el arco rebote cómodamente para producir un buen spiccato. Aunque personalmente recomendaría un arco más corto de lo normal (63,5 -­‐ 68,5 cm.) por ser más cómodo, los otros dos requisitos, peso y equilibrio, pueden conseguirse fácilmente sin gastar un montón de dinero. De hecho, un arco decente de orquesta de madera de Pernambuco puede conseguirse por unos $300 -­‐ $600. Recientemente compré un arco fabuloso en Francia, hecho de fibra de carbono, por unos $600, que creo que es una buena inversión porque suena bien, es confortable, durará para siempre y vale tanto para orquesta como para solo. Debido a la gran abundancia de fabricantes que hay hoy en día, no hay necesidad de gastar más de $2.000 -­‐ $3.000 en un arco que nos sirva para todo de la mejor calidad. A no ser que tengas la mano muy pequeña, es más fácil controlar el peso de la punta, especialmente arco-­‐arriba, con una nuez (arco alemán) de tamaño "normal". He comprobado que con una punta más bien pesada (larga y/o ancha), se puede obtener un mejor equilibrio con una nuez grande que tenga más peso y permita hacer más palanca. Antes de seguir con las características deseables para un arco de solo o estudio, vamos a repasar los nombres de las partes del arco. Empezando por la nuez, el aro de metal (normalmente de plata u oro) próximo a las cerdas se llama virola o anillo. Justo detrás de él en la parte inferior del arco está la corredera o placa de nácar. Al encerdar el arco, se tira de las cerdas a través de la virola por debajo de la corredera (que se retira previamente) y se sujetan firmemente en su sitio con un tapón, que se pone en una muesca en un ángulo que si las cerdas intentasen tirar, tensarían el tapón contra el lado de la muesca. Una vez colocados las cerdas y el tapón en su posición, se recoloca la corredera. Para mantener las cerdas dispuestas uniformemente y en su sitio a través de la parte plana de la virola, ponemos una cuña a la que se ha dado forma muy bien a las cerdas. En los dos lados de la nuez, encontramos a menudo unas pequeñas incrustaciones circulares de plata (a veces con nácar en el interior) llamadas los ojos, o pastillas. Desde detrás de la corredera hasta el final de la nuez, algunos arqueros incrustan una lámina decorativa de plata. El largo tornillo (normalmente de madera negra en los arcos alemanes) que tensa o afloja las cerdas se llama botón. Algunas veces se encuentra al final del botón otro ojo incrustado. El botón encaja bien en el alcance, que está trabajado específicamente con este propósito en el extremo de la vara. Si quitásemos la nuez veríamos una tuerca que sobresale; el tornillo se enrosca en ella. Debajo de esta tuerca está la corredera de la parte de abajo , que es la chapita de metal que contacta perfectamente con la vara. El agujero rectangular de la vara en el que va la tuerca se llama muesca de la vara. Debajo de la punta de la vara se pone otra cuña para las cerdas. A su lado en la parte inferior de la punta encontramos la placa de cabeza, hecha normalmente de marfil, plata, hueso o mamut. La mayoría de varas buenas están hechas de pernambuco (Guilandina echinata o C'salpina echinata) o a veces madera de serpiente (Brosimum aubletii o Piratinera guianensis), pero no os recomiendo un arco de madera del Brasil (C'salpina ferrea). Con la madera del Brasil, los poros son mayores y tienen un poso blanco. Los poros del pernambuco son más pequeños y tienen un depósito negro. Si tienes dudas para distinguir entre las dos, coge un algodón humedecido y frótalo contra la muesca. Si el algodón coge un color púrpura-­‐rojizo, la madera es pernambuco. En realidad, el color de la rama de pernambuco varía desde un amarillo-­‐ocre a un marrón oscuro. Uno ve raramente el color natural del pernambuco debido a que tradicionalmente los contrabajistas han preferido arcos de color marrón oscuro. Para conseguir este color, los arqueros usan ácido nítrico, amonio y/o ozono. De hecho, debido a esta absurda preferencia por el marrón oscuro, he conseguido algunos excelentes arcos de color claro, de los cuales mi favorito era uno de color anaranjado rojizo. Tenía un sonido cálido y enorme! Los buenos arcos no deben tener barniz sintético. Además de tapar las vetas de la madera hace casi imposibles de realizar algunas reparaciones, como curvar la vara. El mejor acabado es de varias capas de aceite de linaza, que endurece la superficie al secar, seguidas de [french polishing]. Al examinar las vetas de la vara, asegúrate de hacerlo en la punta. La veta debe ser recta y no curvarse. He visto romperse tres puntas de arco en mis narices, y las tres tenían veta curvada hacia abajo hacia la placa de cabeza. Otra mala señal en un arco es la presencia de nudos hacia la punta. Sin embargo, no son preocupantes los nudos del tamaño de puntitos hacia la parte del talón. Estos pequeños nudos se forman a menudo en la parte exterior del árbol donde los anillos están muy juntos y donde la madera es muy fuerte debido a la tensión producida por la inclinación del árbol. Al comprar un arco caro, yo le haría un test de luz ultravioleta. Esto haría aparecer cualquier grieta o reparación que disminuiría considerablemente su precio. La nuez alemana, si no está bien hecha, tiene tendencia a doblarse debajo de la corredera, especialmente cuando queda poca madera en la curva de la nuez. Para este problema, una prolongación de la curva de la nuez no es una buena solución. En general, el arco francés moderno se ha estandarizado más que el alemán, que parece estar aún en proceso evolutivo. Mi única crítica personal hacia muchos arcos franceses es la punta innecesariamente grande, que añade peso no deseado y crea un desequilibrio. Parece haber una teoría de que más cerdas producen más sonido. En realidad, he descubierto que la verdad es al contrario! Sin embargo, admiro la excelente calidad de los arcos franceses antiguos, y tengo algunos grandes ejemplares en mi colección. Algunos los he transformado en arcos alemanes. Si la muesca no está demasiado cerca del alcance, es una operación sencilla que, debido a la gran calidad de los arcos franceses antiguos, produce óptimos resultados. Dos arcos, que uso regularmente para conciertos y grabaciones, son arcos franceses adaptados a alemanes. Otra característica del arco francés que lo distingue del alemán es el hilo de plata y/o guarnición de cuero. Además de su función ornamental, la guarnición sirve de protección frente al desgaste de la vara (técnica francesa). En los arcos alemanes no le veo ninguna utilidad a no ser la de añadir un poco de peso extra para el equilibrio, si es necesario, o para decorar. Personalmente prefiero una vara desnuda a otra ornamentada. Me gusta la forma en que vibra sin toda esa parafernalia. traducción: Antonio Portela 
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