EL SONAR (Sound Navigation And Ranging, “navegación por sonido”) Es una técnica que usa la propagación del sonido bajo el agua (principalmente) para navegar, comunicarse o detectar objetos sumergidos. ¿Qué es un sonar? La navegación por sonido y rango, o sonar, es un término genérico para la tecnología y los métodos que usan el sonido para detectar objetos bajo el agua, más o menos del mismo modo que los murciélagos dependen del sonido para la captura de los alimentos en el aire. Los principios básicos sobre los que se apoya el sonar son que el sonido se mueve a una velocidad constante a través de un medio dado, como el aire o el agua, y que ciertos tipos de objetos producen ciertos tipos de sonidos. Con este conocimiento, los cálculos pueden determinar la distancia de un objeto e identificarlo con una certeza razonable. La Armada principalmente utiliza el sonar para detectar buques, torpedos y minas. Sus aplicaciones comerciales incluyen la navegación, la cartografía y la localización de peces. El sonar puede usarse como medio de localización acústica, funcionando de forma similar al radar, con la diferencia de que en lugar de emitir ondas electromagnéticas emplea impulsos sonoros. Sonar activo El sonar activo implica la transmisión y recepción de ondas de sonido. Un sistema de sonar activo envía un pulso de sonido y mide la longitud de tiempo para que se refleje de vuelta. Debido a que la velocidad a la que los sonidos se mueven es muy rápida y se mantiene constante, la distancia al objeto se puede calcular rápidamente. El sonar activo puede usar un pulso concentrado de sonido en una dirección específica, así que la información acerca de la dirección de un objeto también se puede conseguir a través de algunas de las aplicaciones de los sonares activos. Aunque algunos animales (como delfines y murciélagos) han usado el sonido para la detección de objetos durante millones de años, el uso por parte de humanos para la «ecolocalización» submarina parece haber sido impulsado por el desastre del Titanic en 1912. La primera patente del mundo sobre un dispositivo de este tipo fue concedida por la Oficina Británica de Patentes al meteorólogo inglés Lewis Richardson un mes después del hundimiento del Titanic , y el físico alemán Alexander Behm obtuvo otra por un resonador en 1913. El ingeniero canadiense Reginald Fessenden construyó un sistema experimental en 1914 que podía detectar un iceberg a dos millas de distancia, si bien era incapaz de determinar en qué dirección se hallaba. Durante la Primera Guerra Mundial, y debido a la necesidad de detectar submarinos, se realizaron más investigaciones sobre el uso del sonido. El físico francés Paul Langevin, junto con el ingeniero eléctrico ruso emigrado Constantin Chilowski, trabajó en el desarrollo de dispositivos activos de sonido para detectar submarinos en 1915. En 1916, bajo el patrocinio del Consejo Británico de Invenciones e Investigaciones, el físico canadiense Robert Boyle se encargó del proyecto del sonar activo, construyendo un prototipo para pruebas a mediados de 1917. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la Marina Real Británica tenía cinco equipos para diferentes clases de buques de superficie y otros para submarinos, incorporados en un sistema de ataque antisubmarino completo. La efectividad de los primeros sonares estaban limitados por el uso de las cargas de profundidad como arma antisubmarina. Esto exigía que el buque atacante pasase sobre el contacto sumergido antes de lanzar las cargas, lo que hacía perder el contacto sonar en los momentos previos al ataque. El ataque exigía, pues, disparar a ciegas, periodo en el que el comandante del submarino podía adoptar con éxito medidas evasivas. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial la tecnología británica de sonar fue transferida a los Estados Unidos. La investigación sobre el sonar y el sonido submarino se amplió enormemente, particularmente en este país. Se desarrollaron muchos nuevos tipos de sonar militar, entre ellos las sonoboyas, el sonar sumergible y el de detección de minas. Este trabajo formó la base de los desarrollos de posguerra destinados a contrarrestar los submarinos nucleares. El sonar siguió desarrollándose en muchos países para usos tanto militares como civiles. En los últimos años la mayoría de los desarrollos militares han estado centrados en los sistemas activos de baja frecuencia. Efectos negativos del sonar Una de las principales críticas hacia el sonar activo es su efecto sobre los mamíferos marinos, como los delfines y las ballenas, que también utilizan el sonar natural para su navegación. Las pruebas del sonar activo de muy baja frecuencia de la Marina de los Estados Unidos, causando daño a la capacidad de un animal para detectar el sonido, se han implicado al encallamiento de ballenas. En otros casos, se ha sugerido que sus pruebas de sonar han causado que las ballenas salgan a la superficie demasiado rápido, lo que las lleva a dolorosas y con frecuencias mortales enfermedades por descompresión. La Marina de Estados Unidos aceptó la responsabilidad por la muerte de siete ballenas encalladas en las Bahamas en el año 2000, encontradas con hemorragias inducidas acústicamente alrededor de las orejas y los ojos después de una prueba de sonar de baja frecuencia en la zona. 1. ¿Qué hechos impulsaron el desarrollo del SONAR? 2. ¿A qué distancia se encuentra se encuentra un submarino de un buque, si el SONAR del buque emite un pulso sonoro que se demora en volver 2 segundos? 3. ¿A qué distancia se encuentra se encuentra una persona del lugar de caída de un rayo si lo escucha 4 segundos después de que ve el destello? 4. ¿A qué distancia se encuentra se encuentra una persona de una montaña si el eco de su voz se demora en llegar 10 segundos? La Velocidad del sonido en el agua (a 25 °C) es de 1493 m/s La velocidad del sonido en el aire (a una temperatura de 20 °C) es de 343 m/s. 316 472 9837