comentario crtico - Lengua castellana y Literatura 2º Bachillerato

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Realizado por: Ángela María Reyes Martínez, 2º Bachillerato C
COMENTARIO CRÍTICO
[Los girasoles ciegos]
— No bebas más, Ricardo, te estás matando.
— ¿Beber es lo que me está matando? No digas bobadas.
— Necesitamos estar lúcidos para...
— Para vivir como si no existiéramos, ¿es eso?
— No, para seguir juntos, para resistir todo el tiempo necesario. No me gusta que Lorenzo te vea
tan deshecho. Por favor...
Con un gesto rápido retiró la botella de la mesa y fue a la cocina a guardarla en la
fresquera. La casa estaba a oscuras y la tenue luz del pasillo sólo insinuaba los perfiles de las
cosas. Aun conociendo la casa como la palma de la mano, había momentos en los que tenía que
caminar a tientas. Cuando Elena regresó al comedor, la luz estaba encendida y su marido
asomado a la ventana abierta de par en par. Pese al frío, casi todas las ventanas estaban
abiertas para que el olor a manteca quemada y a coliflor revenida no impregnara su pobreza.
Serían las diez de la noche y Lorenzo hacía tiempo que dormía.
Como si quisiera protegerle de una lengua de fuego, se precipitó sobre Ricardo con tal
vehemencia que le hizo caer al suelo. Así permanecieron, arrebujándole con su cuerpo, hasta
que comprobaron que otras voces y otros silencios daban los hechos por no ocurridos. Nada
alteraba el frío.
Casi inmóviles, fueron desplazando suavemente con sus cuerpos el aire que mediaba
entre sus cuerpos, entrelazándose hasta guarecerse mutuamente de la noche y sus miradas.
Escondidos el uno en el otro hablaron del miedo, de Lorenzo y su entereza cómplice, de Elena
huida, de la necesidad de no caer en el desánimo.
— No es eso, Elena, es estupor. No por haber perdido una guerra que ya estaba perdida el día en
que empezó, es otra cosa.
— ¿El qué?
— Que alguien quiera matarme no por lo que he hecho, sino por lo que pienso... y, lo que es peor,
si quiero pensar lo que pienso, tendré que desear que mueran otros por lo que piensan ellos. Yo
no quiero que nuestros hijos tengan que matar o morir por lo que piensan.
Rompió en un lamento sofocado, gutural y sordo, que su mujer fue rebañando con los
labios, buscando con su lengua los ojos de su esposo y apretando sus labios contra el llanto.
Gota a gota, fue sorbiendo el dolor de su marido. Y también su rabia.
Realizado por: Ángela María Reyes Martínez, 2º Bachillerato C
El fragmento pertenece a la obra “Los girasoles ciegos” del autor Alberto
Méndez, que recoge cuatro intensos relatos unidos entre sí por un fino hilo
temático, que se observa en la relación que se crea entre los personajes y el
transcurso de la obra. El primer relato está relacionado con el tercero, ya que el
principal personaje de relato con que se inicia la obra, el Capitán Alegría,
aparece ( ya no como personaje principal ) posteriormente en el tercero; y los
personajes del segundo cuento aparecen también en el cuarto relato, en cuanto
al parentesco de los personajes de este último cuento.
En el texto se observa un diálogo entre Ricardo, personaje que vive escondido
en su propia casa por ser opositor y perseguido del régimen franquista, a
consecuencia de la victoria de este bando en la Guerra Civil. De otro lado ,
Elena, su esposa, intenta sobrellevar la situación y siempre en atención a su hijo,
Lorenzo.
Es destacable en este diálogo cómo se ve reflejado uno de los temas principales
del cuarto relato, la vida oculta y es que, como se observa en la pregunta que
hace Ricardo en la línea dos del fragmento: “¿Beber es lo que me está
matando?”. Deja al descubierto sus sentimientos de vacío por la vida que no le
queda más remedio que vivir, la vida oculta, escondido de todos y de todo.
Y es que, ¿consiste vivir en pasar tus días encerrado en un viejo armario
de tu propia casa? ¿es eso vida? Obviamente, eso más que vida es una
huida continua, huida del mundo en el que vives, de la gente que te
rodea, una continua huida de ti mismo.
Esta vida oculta desemboca en otro tema central de esta obra y en concreto de
este fragmento, y ese tema es el miedo. El miedo que produce vivir escondido, a
oscuras, el miedo a cometer un error que pueda ser la causa de la propia muerte,
el miedo que produce la restricción de la propia libertad. Así, se observa en el
texto en la línea 14ª y 15ª del mismo: “escondidos el uno en el otro hablaron de
miedo […], de la necesidad de no caer en el desánimo”.
Y esa vida oculta que intentaba sobrellevar Ricardo no hacía otra cosa
sino recordarle que era un vencido. Vencido por el vencedor por el que
también fue derrotado el Capitán Alegría en el primer relato, tan
vencido como Juan Senra en el tercer cuento de la obra.
Pero el sentimiento de derrota de Ricardo no equivale a sentirse simplemente
vencido por haber pertenecido al bando que había perdido la guerra, como se
observa en el texto en la línea 16º: “no por haber perdido una guerra que ya
estaba perdida el día en que empezó, es otra cosa”.
Y es que lo que a él le hacia sentirse un vencido era el miedo que le
causaba expresar sus ideas, pensar, sí, pensar es lo que no podía, no
Realizado por: Ángela María Reyes Martínez, 2º Bachillerato C
mientras que no pensara como el bando vencedor. La profunda represión de
libertad que sentía hace que se vea envuelto en un sistema del que reniega por
no poder pensar libremente y es cuando dice: “Es que alguien quiera matarme
no por lo que he hecho, sino por lo que pienso… y lo que es peor, si quiero
pensar lo que pienso, tendré que desear que mueran otros por lo que piensan
ellos” (línea18º y 19º del texto).
Así queda reflejado el tema clave de la obra y de los cuatro relatos, LA GUERRA
CIVIL DESDE LA DERROTA. Una derrota vista desde distintos ángulos,
distintos personajes, pero que terminaron en el mismo punto. Y es que, ¿acaso
se puede concebir una victoria a costa de tanto sufrimiento humano? ¿una
victoria conseguida utilizando la muerte como arma principal?
Lo peor de todo es que por mucho que luchen unos cuantos esto es lo que ha
pasado en el mundo real y lo que, desgraciadamente, pasa hoy y seguirá
pasando.
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