La Colonia Genovesa en Adra

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La Colonia Genovesa en Adra
La presencia de genoveses en el Reino de Granada y en las Alpujarras es anterior al
inicio de la actividad de la caña de azúcar. Desde el siglo XIV se encuentran
comerciando en los municipios del interior controlados aún por el Reino Nazarí.
Estos mercaderes se sentían interesados en adquirir seda, azúcar, vino, pasas y
aceite, productos todos ellos muy apreciados en el resto de Europa.
Desde finales del siglo XVI, momento en que la Corona Española impulsa el cultivo
y la producción de azúcar como forma de desarrollar la población y renovarla tras la
Guerra de Las Alpujarras, los comerciantes genoveses inicien al camino para el
control de la producción y comercio del azúcar de caña abderitano.
Uno de sus primeros objetivos es emparentar con las familias más poderosas de
Adra y formar parte de los principales linajes abderitanos (Suarez, Correa, Medina,
Utrera, Segado), que procedían del estamento militar, al ser Adra un lugar de
frontera con el mundo musulmán y estar expuesta a continuos ataques de la
piratería turcoberberisca. Este es el caso de Antonio Calizano y Medrano, hijo del
genovés Marco Antonio Calizano y de la abderitana Juana de Medrano y Cabrera.
Otro genovés, Manuel Natoli está casado a principios del siglo XVII con Catalina
Rodríguez Peña y Velasco, perteneciente a una importante familia abderitana. La
oligarquía abderitana se va nutriendo poco a poco a través de los siglos XVI y XVII
de familias genovesas como los Calizano, Natoli, Iluminati. Todas ellas dedicadas al
negocio azucarero. Incluso los maestros que controlan el funcionamiento de los
ingenios proceden de esa región italiana. Como es el caso de Luis de Amaro,
maestro de azúcares, que murió el 30 de diciembre de 1647.
Los genoveses adoptan durante el siglo XVII varias fórmulas para controlar el
sector azucarero. Algunos fijan su residencia de manera discontinua y otros deciden
vivir en Adra todo el año.
Entre el primer grupo, la mayoría residían en Granada, donde tenían importantes
contactos e influencias en la Real Chancillería de Granada. Es el caso de Marcos
Monsa, residente en Granada, que era propietario del ingenio de Adra. O el de Juan
Oliver Beneroso, otro genovés vecino de Granada que sucede a Monsa en la
propiedad del ingenio. Como administrador de ambos figuraba Simón Requim,
genovés residente en Adra.
Rolando Levanto, genovés vecino de Granada compró en 1632 16 suertes de
población (tierras repartidas tras haber sido arrebatadas a sus propietarios
moriscos) al genovés Antonio Calizano Medrano.
Los genoveses que deciden vivir todo el año y asentarse en Adra, colaboran con los
que controlan la actividad azucarera desde Granada y realizan un control político
desde la población.
La familia Calizano estaba asentada en el Reino de Granada antes de la Guerra de
las Alpujarras (1568-1570). Los hermanos Marco Antonio y Bernardo Calizano
tienen un papel predominante en el repartimiento de Adra en 1572 recibiendo 45
suertes de población (casi la mitad de las tierras repartidas) por sus servicios
prestados en la defensa de Adra.
Recuperación del Patrimonio Cultural de Adra
© 2008 www.adracultural.es
El 12 de octubre de 1599 Marco Antonio Calizano compraba 16 suertes más de
población, incluido el ingenio de azúcar. Tras su matrimonio con la abderitana Ana
de Medrano y Cabrera recibió 21 suertes más de población. A comienzos del siglo
XVII los Calizano controlaban 100 suertes de población.
La familia Iluminatti residía entre Motril y Adra. El inicio de su relación con Adra
comienza con Juan Gerónimo Iluminatti, que contrae matrimonio con la abderitana
Inés Segado el 10 de septiembre de 1634. Con este matrimonio Iluminatti entra a
formar parte de la élite militar de la plaza.
El hijo de ambos, Juan Jerónimo Iluminatti Segado, fue capitán de caballería de la
costa y casó con María Zabala León, perteneciente a otra importante familia
castrense. A su vez, el hijo de ambos, Pedro Iluminatti Zabala fue veedor de la
gente de guerra del partido de Adra y alcalde de la villa.
La vinculación limitar de las familias genovesas es lógica como forma de defender
sus propios intereses económicos de las amenazas pitaras. El más señalado, el
asalto turco del 14 de octubre de 1620, que asoló la villa y destruyó el ingenio de
azúcar.
Los Natoli son otra familia con un lugar destacado entre los cargos militares.
Francisco Natoli Fiesco, sargento de la gente de guerra y sus hijos, tras el
matrimonio con la abderitana Juana Lucía Guertas Costa. También fueron militares,
Manuel Natoli Fiesto (alférez) y Juan Natoli Fiesco Guertas, alcalde de la fortaleza
de Adra.
Otro importante hombre de negocios genovés afincado en Adra funda la familia
Espíndola. Se trata de Thomás de Espíndola, casado con la abderitana María
Gutierrez, en la década de los años 20 del siglo XVII.
En el siglo XVIII el predominio de las familias genovesas de Adra lo van a tomar los
integrantes del apellido Gnecco. Las principales ciudades de origen de los
genoveses que integran la colonia de Adra son Santa María de Camogli, Varrazi,
Nervi, Loano y la ciudad de Génova. Otros lugares de origen con Recco, San Pedro
el Quinto, San Francisco de Albaro y San Ciro. Todos estos lugares pertenecían a la
entonces República de Génova.
Los Gnecco llegan a Adra como una familia con fuertes lazos afectivos y de
parentesco, que no desean emparentar con otras familias, incluso genovesas
residentes en Adra, salvo los solteros de apellido Gnecco.
En el caso de los Gnecco, esta familia tenía una gran endogamia, siendo frecuente
que contrajesen matrimonio tíos y sobrinos. Parece que esta costumbre viene
explicada por el origen nobiliario del apellido.
En 1762 Bartolomé Gnecco Fábrega y Maria Teresa Gnecco Costa, viuda de Tomás
María Gnecco Fábrega (su tío) y cuñada y a la vez sobrina del anterior, entablaron
un pleito de hidalguía ante la Real Chancillería de Granada para que se les
reconociesen sus armas y distinción nobiliaria. Alegaban los Gnecco estar insertos
en el Libro de Oro de Génova. Al parecer eran parientes con Jerónimo Gnecco,
Conde del Sacro Imperio, con residencia en la villa de Nervi.
La familia Gnecco, de reconocida nobleza ligur se convierte en el sigilo XVIII en la
más poderosa de la villa de Adra, sobrepasando el poder de la oligarquía abderitana
y el de las familias genovesas instaladas en los siglos anteriores.
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Otras familias genovesas instaladas como los Gnecco durante el siglo XVIII con una
actividad comercial entorno al azúcar fueron los de apellido Peragalo. Próspero
Peragalo extendió su negocio a Málaga, falleciendo en febrero de 1751.
También hay que incluir a la familia Schiaffino, que tiene como mayor
representante a Juan Bautista Schiaffino, vicecónsul de la República de Génova en
Almería.
Los genoveses dejaron en Adra algo más que apellidos. Con el paso del tiempo su
estilo de vida se dejó sentir en el terreno social a través de sus majestuosas
residencias, algunas de las cuales existen todavía bajo el nombre de Las Casas
Barrocas.
En lo económico participaron en la expansión del regadío, factor decisivo para el
aumento del rendimiento de las tierras y de un avanzado capitalismo, potenciando
cultivos de fácil comercialización y alto precio, como el azúcar y la seda y
desarrollando una densa red comercial portuaria hacia América, Italia, Marsella y
Orán.
Este espíritu genovés será heredado más tarde por la cultura empresarial que
desarrollará en Adra la Revolución Industrial del Plomo del siglo XIX.
FUENTE: SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano. La Colonia Genovesa de Adra (S. XVI-XVIII).
18 páginas.
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