RECENSIONES 18/7/06 09:28 Página 271 CRÍTICA DE LIBROS veto se puede convertir en la base de una ellos antes de adentrarse en la reflexión espe- aproximación institucional a la política compa- cífica sobre educación. rada». Si hay una virtud que, a mi modo de ver, destaVíctor LAPUENTE GINÉ ca por encima del resto en esta obra es la minuciosidad con que el autor ha buscado documentación y citas que sustentan la visión de cada uno de los autores sobre las cuestiones educativas. Sobre todo destacaría, en este sentido, el capítulo dedicado a Marx, en el que Guerrero Serón ha sido capaz de sistematizar Antonio Guerrero Serón un valioso material hasta ahora disperso. Fruto de esta puntillosidad es una bibliografía cuida- Enseñanza y sociedad. El conocimiento sociológico de la educación dosamente elaborada. Resulta enormemente innovador el último capítulo, en el que el autor propone un marco teó- (Madrid, Siglo XXI, 2003) rico para el conocimiento sociológico de la educación. He aquí un libro que sistematiza de modo por- Adentrarse en una aventura intelectual de tan menorizado las diferentes corrientes teóricas, colosales dimensiones como la que aquí se desde los orígenes hasta hoy, en sociología de acomete implica dar por supuesto tener que lu- la educación. Como el propio autor aclara en el char con dificultades prácticamente insalva- prólogo, se trata de una obra dirigida a estu- bles. La primera sería que resulta difícil decir diantes —más bien de doctorado—, a docen- nada singularmente novedoso de autores tan tes de sociología de la educación y a profesio- sumamente estudiados y desde tan distintas nales de la educación. Teniendo en cuenta la perspectivas como Durkheim, Weber o Marx. gran cantidad de traducciones de textos de Analistas como Lerena han dejado un listón esta materia, este libro se convierte en una es- exageradamente alto en estos respectos. No pecie de mapa o guía con la que poder orien- obstante, a diferencia de Lerena, la reflexión tarse en tan proceloso mare magnum. de Guerrero tiende a ser lo más aséptica y exhaustiva posible. Como hubiera dicho el poe- Dado que buena parte de los estudiantes de ta, su escrito brota de manantial sereno. sociología de la educación no proceden de la sociología, resulta inevitable, especialmente en La segunda dificultad es la que deriva de las el caso de los clásicos (Saint-Simon, Comte, fronteras cada vez más permeables entre la Durkheim, Marx, Weber), que el autor presente sociología y otras ciencias de la educación o, si el marco sociológico general de cada uno de se prefiere, entre sociólogos y otros científicos 271 RECENSIONES 18/7/06 09:28 Página 272 CRÍTICA DE LIBROS de la educación. ¿Es Apple, autor al que se de- la educación en España, o por lo menos a los dica un epígrafe, un autor sociológico? ¿Y por orígenes y difícil consolidación de esta discipli- qué no lo serían Henry Levin o Martin Carnoy, na en nuestro país. a los cuales no se dedica ningún epígrafe? Sin embargo, quizás sea en este difícil terreno El libro se estructura en tres grandes bloques. donde se encuentre lo más destacable de esta El primero se dedica al estudio de los autores obra. Por fin, el lector en castellano se encuen- clásicos: Saint-Simon y Comte —el nacimiento tra con un libro que se aventura a sistematizar de la sociología—, Marx —clases, reproducción aportaciones recientes como las del propio Ap- y cambio—, Durkheim —solidaridad, concien- ple, de Giroux, de Anyon, de Foucault o del cia común y socialización—, Weber —estratifi- postmodernismo. cación, dominación y racionalidad burocrática— y Mead —enfoque interactivo—. El segundo Quizás, y soy consciente de que con ello me bloque analiza a los autores neoclásicos: Ve- subo al cómodo carro del que echa en falta al- blen —clase ociosa, conocimiento y género—, gún elemento sin tener que esforzarse en ela- Gramsci —los profesores como intelectuales y borarlo, el autor podría haber ido incluso más la hegemonía—, Manheim —conocimiento y lejos y haber incluido una reflexión sobre las planificación democrática— y Parsons —análi- aportaciones de autores que, sin ser sociólo- sis funcional del aula—. Finalmente, la tercera gos, han entrado de lleno en temas abordados parte analiza el desarrollo de la teoría sociológi- por la sociología de la educación: las desigual- ca, centrándose en cuestiones como el análisis dades sociales que hay detrás de la agrupa- funcionalista de la educación, los efectos socia- ción por itinerarios (Oakes), por qué la escuela les de la educación, las teorías de la reproduc- beneficia a unos grupos sociales más que a ción social y cultural, la nueva sociología y los otros (Darling-Hammond) o la controvertida postismos. cuestión de la vuelta a una supuestamente abandonada enseñanza tradicional (el back to Estamos, en definitiva, en presencia de una ri- the basics de Hirsch). Se trata, en cualquiera gurosa obra cuya lectura, sin duda, facilitará la de estos casos, de autores cuyas obras han de otras como la colosal recopilación de textos dado lugar a amplias reflexiones y elaboradas Sociología de la Educación (Barcelona, Ariel, polémicas de marcado contenido sociológico. 1999), realizada por Mariano Fernández Enguita y Jesús M. Sánchez. Bienvenido sea, Seguramente, también se podría haber inclui- pues, un trabajo que viene a contribuir fir- do algún comentario sobre revistas científicas memente a la consolidación de la sociología de señeras en este campo como el British Journal la educación frente al acoso intrusista de las of Sociology of Education, Harvard Educational pedagogías sociales o la pedagogía disfrazada Review o la ya extinta Sociology of Education. de sociología. Sin lugar a dudas, la ausencia más clamorosa es la de un capítulo dedicado a la sociología de 272 Rafael FEITO ALONSO