acerca de los psicologos educativos

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ACERCA DE LOS PSICOLOGOS EDUCATIVOS
La promulgación de la Ley 29719 el 24 de Junio del año 2011, y la aprobación del
Decreto Supremo Nº 010-2012-ED, Reglamento de la Ley 29719, el 2 de Junio del 2012,
contiene un conjunto de artículos que resaltan el trabajo de los profesionales de la
psicología en las instituciones educativas que el gobierno parece desconocer y que
transgrede flagrantemente el derecho laboral y profesional de los psicólogos que
laboran en el Ministerio de Educación y sus instituciones educativas.
1. El artículo 3 de la Ley 29719 prescribe taxativamente la obligación de que cada
centro educativo cuente por lo menos con un psicólogo. “Declárese de
necesidad la designación de, por lo menos, un profesional de Psicología en
cada institución educativa, encargado de la prevención y el tratamiento de los
casos de acoso y de violencia entre los alumnos” Como se trata de una norma
que tiene carácter general, el ámbito de ella es tanto para los colegios públicos
como para los particulares, de suerte que todas las instituciones educativas
están obligadas a proveerse de psicólogos para el cabal cumplimiento del
mandato legal que aludimos.
2. Como es propio de toda norma legal, y con el ánimo de evitar colisiones con
otras disposiciones legales vigentes al momento de promulgarse la norma, la
Segunda Disposición Complementaria, sentencia que “Deróganse o déjanse sin
efecto las disposiciones que se opongan a la presente Ley”, lo que en buen
romance significa que la regulación legal vigente para el trabajo de los
psicólogos en el ámbito educativo es la que está prevista en su numeral 3, que
para mayor puntualidad describe las funciones a realizar, y que en modo
alguno tienen nada que ver con actividades docentes en el aula como las
autoridades educativas pretenden imponerle a los psicólogos.
3. El Reglamento de la Ley dedica el Capítulo VI al rol de los psicólogos en las
instituciones educativas (artículos 18 y 19), entre cuyas funciones destaca la de
integrarse al equipo responsable de la implementación de las acciones de la
Convivencia Democrática, concordante con el artículo 3 de la Ley 29719;
contribuir a la elaboración, implementación, ejecución y evaluación del Plan de
Convivencia Democrática, participar en la implementación de programas y
proyectos que el MINEDU en coordinación con los Gobiernos Regionales
promueva para fortalecer la Convivencia Democrática, y otras funciones más
que se asocian puntualmente a una labor profesional de naturaleza preventivopromocional, todo lo cual, una vez más, el Gobierno y el Ministerio de
Educación parecen ignorar o transgredir intencionalmente.
4. Como para que no queden dudas de cual es el espíritu de la Ley y su
Reglamento, la Primera Disposición Complementaria Final dice expresamente:
“Los profesionales de la Salud que se encuentren nombrados o contratados en
las instituciones educativas, contribuirán a la implementación de la
Convivencia Democrática en el marco del presente Reglamento”, es decir, al
amparo de lo previsto en los artículos 18 y 19 que señalamos en el numeral
anterior las tareas de los psicólogos está enmarcada en una labor profesional
sin relación a desempeños docentes.
5. Los psicólogos que laboran en el Ministerio de Educación lo hacen en precarias
condiciones profesionales de trabajo y con una asignación salarial humillante
que revela el desinterés de las autoridades en el importante trabajo que
despliegan diariamente. Las condiciones de trabajo de los psicólogos y
promotores educativos es, al parecer, calculadamente insensible tanto contra el
psicólogo como con los estudiantes, profesores y padres de familia que no
alcanzan a visualizar la importancia del trabajo asignado a los psicólogos por el
carácter itinerante de su labor: están obligados a visitar durante la semana
varios centros educativos, y así todo el año. Este tipo de labor desdibuja
completamente el enorme potencial del trabajo profesional de los psicólogos en
las instituciones educativos y los hace objeto de cuestionamientos que los
funcionarios burócratas utilizan para denostar contra su trabajo y minimizar su
valor profesional. Si como se sabe, no existe suficiente número de psicólogos
para asumir a plenitud el mandato del artículo 3 de la Ley 29719, lo menos que
deberían hacer las autoridades del gobierno central y del sector de educación,
es desplazar a este contingente de psicólogos al cumplimiento de las tareas
previstas en la Ley 29719 y su Reglamento y coordinar con los Gobiernos
Regionales para el cumplimiento de lo contemplado en el artículo 11 del
Reglamento y lo previsto en la tercera Disposición Complementaria Final que a
la letra dice: Los Gobiernos Regionales, conforme a lo dispuesto en el artículo
11 del presente Reglamento, establecerán en sus Presupuestos Institucionales
la asignación de recursos a las Direcciones Regionales de Educación o el
órgano que haga sus veces, y las Unidades de Gestión Educativa Local para la
contratación de profesionales de Psicología en las instituciones educativas
públicas”.
6. Sin embargo, nada de lo que aquí afirmamos parece interesarle al gobierno
central y a las autoridades del sector educación, ya que sabemos de muchos
psicólogos a quienes se les está despojando de sus derechos laborales y
profesionales en forma arbitraria, lo que nos recuerda la práctica anti-laboral
impuesta en la fatídica década de los noventa, donde el gobierno de entonces
hizo tabla rasa con los derechos laborales consagrados constitucionalmente. En
efecto, muchos psicólogos están siendo rebajados de su carga horaria de 40 a
24 horas y de su condición laboral de psicólogos a la de maestro de aula, lo que
atenta contra su ejercicio profesional especializado y se le afecta en su ya
precario salario que perciben. El Observatorio sobre la Violencia y Convivencia
en la Escuela deplora esta política torpe e irracional contra los psicólogos
educativos y contra la profesión de la psicología en general, demandando la
inmediata restitución de los derechos laborales y profesionales de los psicólogos
afectados y reclama la inmediata aplicación y respeto irrestricto de la Ley
29719 y su Reglamento.
Lima, Junio del 2013
Julio César Carozzo C.
Presidente
Luis Zapata Ponce
Secretario
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