iV. 40 LAS VISPERAS DE UNA TRAGEDIA. Escritas por Mot-Soù^ Poeta Chino, ■ D i7 P c r » V A c ^ Y a n k i , E m p e r a d o r de la China. ^ Z a s c a n d i l , s u p r i m e r mandarín. ■ j Un C o ro n el de las tropas Chinas. •<-ün criado del emperador. E l teairn representa una m agnifica habitación d e l P a la c io tnipe^ r ia l de P eh in, adornada a l gusto Oriental. A un lado se ve itda me­ s a sobre la que están, esparcidos varios legajos de p a p eles, y ün gran libro enfo lio sobre ellos, A F a n k i y el criado. visa á Zascandil que aquí le aguardo. Criado» Y o y al p u n to , s e ñ o r , á obedeceros, vastv Y a n H , ¡Q u é ciímulo de exti'añas aventuras S e agolpan-sobre m í! ¡C u á n sin sosiego, • C uán agitado y pesaroso v iv o ! ¡P o s i b l e es que el venturoso tiempo E n que , cual D io s mirado de los Chino» E r a mi gusto ley de aqueste im perio . P a r a siem pre p asó! ¡ Que para siem pr« H e diB y jv ir á un código sujeto! ¡ Y o precisado íí o b edecer ius leyes Q ue dictado tí su antojo el mismo p u e b la Que antes al oir mi voz se e x t re m e c ia i ¡ P eno sa jsituacioo ! ¡ P o r qué los cieioa P a r a mí r.eservaron este y u g o Q ue nunca conocieron mis abu elo s! A h ! Cuan,do mis vasallos fervo ro so s Inundaban de flores todo el suelo P o r tlondo en .mi carroza yo pasnba, ^ P u d ie ra imaginar que en algún iie m p » : É s t e pueblo pífediente y tan sumiso M e im pusiera sus i c y e s ' y d e c re to s? ¿ D e dónde ^ha p rocedido esta mudanza, É s t e aspecto im ponente, este denuedo C o n que el C h in o se opone á mis c ap rich o s Y rae recu erd a el duro juramento ? P o r todas partes franca y libremente : Demuestifa su pesar y descontento A l m ira r.d e sus le y e s promulgadas i A l g u n a s infracciones qu«i se lian heclio., L a s pro vincias enteras se resisten Apres-tar obediencia «í mi gobierno; L a nación toda acusa ú mis ministros D e arbitrarios , de déspotas y fierosj ; Y en el mismo P e k in se manifiesta L a ^ x e c x ’acion en gritos altanelos. ¡ t e r r i b l e su jeció n ! ¡ cuánto me oprim e , ' D e aquestas circunstancias el r e c u e r d o ! V e o que me es difícil resignarm e A v iv ir en estado tan violento, Y q u e me espera una perpetua lucha . , C on h o m b res que conocen sus d e rech o s, Que han gustado el encanto de ser libres, Han a p rend ido »'í serlo , y son gu errero s. E s t a certeza causa mis pesares: M e asaltan sin cesar presentim iento*... Ideas de d o lo r... {E n tra Z a sc a n d il. ) Zascan dil mío. L l e g a íí ser com o s ie m p r e , m i consxielo. Z a sc a n d il. j E s p o s i b l e , S e ñ o r , que eternamentef S in que de nada sirvan -mis desvelos O s h e de v e r cubierto de tristeza, L l e n o de confu sion y abatim iento! ¡I n ü t il h a de ser cuanto os h e d ic h o P a r a tranquilizaros! ¿ H a y de nuevo A l g u n a cosa que afligiros pueda? ¿D u d á is de m i lealta d ? ¿D u d á is del celo C o n que activo trabajo en libertaros D e la opresion del insolente pueblo, Y h a c e r o s r e c o b r a r las p reem inen cias D e absoluto monarca de este im perio? ¿ J a m a s os harán fuerza las razones Gon que q u is e inil veces con vencero s D e que mientras y o mande , no h a y motivO D e tem er el mas leve contratiempo, Y que el plan de o prim ir á los reb elde# M a r ch a rá hasta llenar nuestros d e se o s? Y an h i. ¡ A y Zascandil I E n vano te fatigas E n calmar las angustias de m i p e c h o . A q n e s e mismo plan es el origen D e donde nacen todos mis tormentos* S i y o , cual r e s o l v í , me sometiera A la l e y del destino , ni recelos, H i sinsabores ahora probaria. R espetado y querido e n el im perio, Y pasando una vida deliciosa, N o me acordara de que e sto y sujeto. P e r o . . . malos amigos me ÍRcitaron Y éntre ellos t ü , quizás de los primeros^ A entrar en esa senda de peligros. M e pintasteis tan fácil el p ro y ecto D e n acer nulo mi voto , que lograsteis K o h iciese oposicion á v u e s t ro intento. ^ C u á n t o me pesa y a ! ¡C u á n to h e s u f r id o y sufro p o r oir vuestros c o n se jo s! Z a sca n d il. P e r d o n a d , gran s e ñ o r : nunca c r e y e r a Que un te rro r infundado á tal extremo O s pudiera l l e v a r , que me acusaseis P o r bu scar vuestra dicha con empeño. • • ' ¿Q u é es lo que habéis p erd id o p o r prestaros ^ A l plan qrte o s.p r o p u sie ro n , vuestros s i e r v o s ? • ¿ N o babeis visto hasta a h ora que las leyea; E s a s severas leyes sin efecto Han quedado en la C h ina , y v u e stro gasto, E n fuerza de inl afan y mi desvelo H a sido como siem pre obedecido? ¿ N o se va p o r m om entos extendiendo V u e s t r o p o d e r , y no se a c e r c a el dia E d que se rom pa para sie m p re el f r e n o ? j M e pintáis una v ida deliciosa Q ue pudierais pasar en el so siego ! ¿ Q u é c e g u e d a d , s e ñ o r , os a rrebata? ¿ Q u é delicias pu diera is p ro m e te r o s , P r e c i s a d o á v i v i r siem p re ajustado A los cap rich o s del indócil p ueblo ? ¿ S i n acción para dar un solo paso S in consultar la ley h e c h a al efecto ? ¡Q u é desdicha ! j U n monarca poderoso. N a cid o para D io s de tantos re y n o s. T e n e r s e que b a ja r hum ildem ente A o bservar los mandatos d e l p l e b e y o ! N u n ca , señ o r , jamás : m i fiel cuidado O s librará de tanto v ilipen dio: Reflexionad el fío que m e p ro p o n go , Y no me acusareis p o r lo q u e he, h ech o . Yariki. E s c u c h a , Zascandil : y o mentiría S i quisiera decir que no deseo A m i arbitrio v iv ir : cual to do hombre» T e n g o pasiones, y saciarlas quiero. E s t o y acostumbrado desde niño > A v e r obedecido en el momento Cuanto mi fantasía meditaba, Y y a es p rec iso que m e cause tedio T o d a contradicción á mis c ap rich o s. Mas si ha querido sujetarm e el cielo A leyes p o p u l a r e s , si conozco Q ue es imposible d esh a cer lo hecho-, ¿ N o h e de acusarte de que iniítilmente M e haces mas infeliz con tus p ro y ec to # P riv á n d o m e del plácido reposo, Causándome temores y recelos, Y obligándome à estar continuamente E n guerra abierta con mi mismo, p u e b lo ? ¿ Q u é efectos hasta ahora han p ro d u cid o T u s planes todos ? Reina un descontento G en era l en la China : en todas partes S e maldice altamente mi gobierno: Irritado^ .ios ánimos, se aprestan A una explosión fatal para el imperio; M ira sobre esa mesa mil escritos Q ue demuestran las iras de los pueblos; E n Cantón , en Nankin y crtias pro vincias S e h a n -d e so h e d e c id 'f mis decretos, Y y a p o r donde q u ie ia se repite 4 . Q ue los Cliin os íí todo están dispuestos A n t e s que consentii' sigan mandando Z a s c a n d il y sus malos compañeros. Y o os amo : lo sabéis, y fí todo trance O s lie de conservar en vuestros puestos. P e r o aquesto demuestra tlacamente Q ue sujetarse al y u g o es lo mas cuerd o; Tí que segu ir tu plan es peligroso P u e s y a no es íaci{ engañar al pueblo. Z a sc a n d il, M e causara sorpresa el escucliaroa S i cada día con igual empeño N o me h icieseis las mismas reflexiones; Mas , de cuanto decís , nada me es n u e v o . ¿ E s p o s i b l e , s e ñ o r , que de este mòdo A sucum bir os demostréis dispuesto, Cuando ningún peligro os amenaza, Cuando os espera el triunfo mas co m p leto ? ¿ O s asustan las v o ce s impotentes D e una corta p o rcion de h o m bres inquietoá A quienes acallar es lo mas fácil? Yonki. I A ca lla r lo s !' y cómo ? Z a sc . P o r los medios, Y con ia fuerza q ue nos dan las leyes Que ellos mismos ju ra ro n otro tiempo. P o r é lla s', de nombrar vuestros m inistrot A vuestra- volu ntad ttineis derecli<». Sin que exista p o d e r que ct' esto se oponga A u n cuánd^o el que nom bréis fu ere un p erv ei’so. C astigar de un ministro los delitos T a n solo es dado á la A sa m b lea del P a e b lo j E s t a no est¿ reunida ; y no lo estando, N a d ie estií autorizado en el im perio A ju zgar nuestros h e c h o s ; esto solo H ace nuestra defensa en todo tiem po. He p ro cu ra d o cunda esta doctrina P o r diaristas c om p ia do s al efecto; V u e s t r o s amigos y los hom bres sanos C on incansable afan van repitiendo A l igriarante v u l g o que esos viies F a c c io s o s que se oponen al gobierno, T r a e n la patria en los labios , y anarquía, Gueijra y desolación dentro dél p ech o . Que 'es p reciso ayudar á los que mandan A sostener la l e y : q ue este es el m edio D e saivar la nación de los desastres « E n que quieren sumirla los p erv erso s. T am bién mañosamente hemos sabido E s | larcir el ru m or de que el p r o y e c t a D e ios ‘rebeldes es daros la muerte. E s t o s ardides han surtido efecto. L a irimensa m ayoría de la China Estif y a decidida tí sostenernos. <Qué p u e s , h a y que te m e r ? ¿ Q u é nos detiene? S e ó o r , el tiem po u rge ; sin p e rd e rlo , M í consejo tftthàd, y en el ínslanté Declorati enemigos á e l imperio, Reljeltles y traidores -á las leyes, A ios que no obedecen al gobierno E n Cantón y en Naiikin ; que m arche tropa A siijetarios ; sufran todo el pesoD e vuestra indiguncion , y de este modo Se r v in ín pai'a siempre de escarmiento. C o n seg u id o este triunfo . no JiabriC cesA Que se oponga después á nuestro intento; E l pueblo' callará atemorizado,' Y cual m erece lo gobernaremos. ( E n lra el criado. ) Criado. TJn Coronel S e ñ o r , pretende hablaros. Z a sca n d il. Y sabes para qué ? Cr. T r a e unos pliegos, Y viene de Nankin. Z a sca n d il. Dile que ahora E s t á el E m p e r a d o r bastante enfermo Y no se deja vex’ : que espere un pnco E n mi secí’etaría y hablaVemos.S in duda trae representaciones Y an ki) Q ue os han- de fastidiar con su contexto: C o n q u e bueno será que y o os liberte D e este rato penoso. Yanhi. IVo ; y o quiero' E l estado saber de esos países. Hazle entrar. ( V a s t e l cria d o .) Z . No creyera que mí celo O s disgustara... .y<7/?Aí. N o : de ningún modo; Alas estoy tan ansioso , tan inquieto C o n los nuevos su c e so s, que de todos S u s p orm enores informarme anhelo. Entra el Coronel con un escrito en la mano. H ace xma prafufida re­ verencia a l E m peraddr, y dice: L a cuidad íÍe Nankin y sn provincia Cansadas de su frir el duro peso D e la arbitrariedad de unos ministros Q ue mirando las leyes con desprecio , L a libertad de la- nación oprimen C on un descaro de que no b a y ejemplo, A deciros , señ o r, aq uí me en-pia Que' precÍJiadas á guardar sus fueros, Y habiendo prom etido para siempre A todos los tiranos odio eterno, l í o pueden sufrir mas á esa canalla Que quiere esclavizar todo el im perio; Y p o r este papel á suplicaros L le g a n que d e sp fje is dé sus em pleos A l triador Zascándil y sus colegas. Bien podéis c o n o c e r, S e ñ o r excelso, ■ • E n esto mismo , de les Nankinenses E l patrio anrop, al C ód igo él afecto. E l l o s detestan a' los infi'actorea D e las leyes q ué'os ligan con él pweblo; Y con una energía de ham bres libres Ju r a n no o b edecer á los pei’versos Q ue á la patria y á vos-buscan la muerte. • S e ñ o r , oíd s a voz tíual padre tíérnoí Lanzad de vuestro lailo á esos infames# ü sereis adorado en el imperio. Y anki, R e sp o n d e , Zascandil. Ttascandil. E s o s clamoi'ctf Q ue llamais de Nankin, solo son eco 3í e lin a infame gavilla de reb eldes H e n ch id o s de ambición , de v ic io s llenos» L o son de una facción que disfrazando C on el am or al bien su vil deseo, > So io aspira ¡l envo lver al pueblo C h in o > E n la anarquía. ¿D ó nde estcín los h e c h o s , ' Que puedan dem ostrar qjie los ministros f A ta c a n rf las le y e s ? E x p o n e d lo s. Coronel. ¡ Y con tal impudencia habéis osado H acerm e esa p re g unta?... T e n g o á menos C ontextaros lí ella. E l mundo todo EstiC informado de vuestros excesos^ Y vuestra iniquidad es conocida D e l último habitante de estos reinos.^ R e c o r r e d nuestra historia desde el dia E n que llegasteis á. tan alto puesto; L e e d las muchas representaciones Que las provincias al monarca han h e c h a : P o r do quiera hallareis consignados V u e stra maldad, el execrable empeño D e destruir las libertades patrias, Y a ai digno ciudadano persiguiendo, Y a premiando al tr aidor, y a decretando L a violacion de todos los d erech o s D e l pueblo soberano, sin que h a y a XJno que hayais tratado con respeto. E n fin: toda ia China y a os conoce P o r sus malvados opresores fieros; V e en vosotros sus viles enemigos, Y mira como oprobio obedeceros. E n vano repetís que es solamente H ijo de una facciorf este denuedoj Capitales, cuidades populosas, L a s m ayores pro vincias del imperio , T r o p a s , corporaciones respetahles, E l sexo femenil, en fin, el P u e b l o , , E x c e p tu a d o el relaja do Bonzo, E l que la liÉertad mira con ceño, Y el escritor venal y corro m p ido . T o d o s , todos levantan á los ciclos S u s manos, suplicando fervorosos, Caigan tales ministros al averno. V e d aquí la facción: L a nación China. P e r o . . . . no os acomoda conocerlo. Siem p re soni facción para vosotros T o d a contradicción íí vuestro intento. ¡ A h ! . . . ¡Cuándo al hom bre libre los tiranos N o hau llamado facciosol E n todo tiempo ?, t o s azotes del áó rilíJo e g o ísm o ' Han sido abo rrecid os del perverso. M as... os lo digo; aunque tan solo fttcta C orta fíVccion.la que con tal empeño R eclam a la observancia de las leyes Y del crim en y el v icio el escarmiento. D e esa facción h e r ó ic a las accio nes B endijeran los siglos ven id ero s, Y la eterna ju s t ic ia , Invariable, A p o y a r a sus nobles sentimientos. P e r d o n a d , gran se ñ o r , que á vuestra vista M u e s tr e m i indignación hKcia este fiero Do m éstico enem igo que pretende En volvero s- en males sin rem edio. Z a sc a n d il. S ie m p re pensaba y o que de ese modo S e expresara un reb elde ; con efecto. L a facció n destructora del Estad o O c u l t a su ambició n bajo ese velo. F i n g í s solo q u é r e r que los ministros A b a n d o n e n -su s sillas. jQ u é pretexto! P o r fortuna son y a bien conocidos V u e s t r o s malvados pérfidos p ro y ec to s. A s p ir á is á d ejar abandonado A vuestro em p erado r de sus afectos-, Y entregarlo á facciosos anarquistas Q ue vayan s ^ ’ p o d é r dism inuyendo, P a r a lograr al fin v o lc a r el trono Y entablar otra form a de gobierno. Coronel. ,- A tr o z acusación! R eso rte infame Q u e h abéis usado para envilecernos, Ptíi’o que , conocido , y a es inútil. N o es al monarca á quien detesta el pueblo. N o : ÍK)... jamas. S u s súbditos le aman, Y en prueba de su am or estíín resuelto« A librarlo de h arpías infernales Q ue quieren prepararle xiii fin funesto. ¡Variai^ el gobierna!. ¿D ó nde existe U na prueba siquiera de ese intento? Z a sc a n d il. E n ese libro se conservan todas. Coronel. ¡D e s p r e c ia b le invención! ¡ F a l s o misterio) E s e libro está en b la n c o , misei’able. S i en él están escritos tales h ech o s ^Poi* qué no lo mostráis , y de este modo A c a l l á is la inquietud de todo el pueblo? Mas ¿q u é habéis de mostrar? S i solamente L o habéis forjado para contenernos E im pedir que prosiga el entusiasmo C on qite los chinos quieren deponeros. Z a sc a n d il, E l puebio d^be... Coronel Siem p re sus deberos Tetteís presente , nunca sus derechos. E l p ueblo debe conservar sus leyes, Y no s u frir bajo ningún aspecto 0 A l feroz clespoflsmo , y a lo é je r t a ' j • • v - • Uno solo , ya siete , y a doscientos. Yanki. E sc u c h iic l, m uy mal puede combinarse Que c o rsei'v a r sus ,leyes quiera el p ueblo , Con esa resistencia á .obedecerlás, Con esa ,9posicioo d mis decretos. ^•Sabéis que de nombrai‘ á mis ministros T e n g o p o r esas leyes el dereclio? Coronel. P erd o n a d , gran .seüor , que libremente Me decida esta y.ez ú responderos. T a m b H *í dere'üho la nación tpnia . . D e deponeros efi divers<)s tiempos,,. Y h a c e r su em perador tí o,tro ,Qualquíera, Y p o r su rnisn^ü bien dejó de hacerlo. A p'ar de los derech os los deberes Caminar deben de común acuerdo. S i podéis e legir vuestros ministros, T a m b ién la ley» os nmuda que sugetos Que íí la naeion inspiren confianza, ; . ;; Nom bréis para destimos tan excelsos. Ninguna ley autorizaros p uede > A conservar ministros tan perversos. Z a sca n d il. Y a sois molesto;,nadie os ha pe,di¿o _ N o s Ueneis la cabqza-de cqnsejos. , , , M a r ch a d pueg y decid á los rebeldes Q ue el monarca re,pi;ueba ,^us expesqs, , . t Y que bien pro^ito tropas en ap oyo B e las sagradas leye.s t el in^peiip , ■ . Iríín ií refrenar su loco orgullo. : ^ Coronel. ¡E so decís! ¡Qif^ .cpg,ue4acÍ|'¡0 h clelosj .i ¡O h p a tria , cara patriji!, ¡^uíín,t‘os males . . i T e pi^epara.es^ ministerio!. S e ñ o r , abrid los ojos. D e m o s t i a o s Y ^ P a d r e dtj un puebío quc os adora ciegoj E v it a d los peligros que le ama¿au lílenando sus justísim os dese.ps, ) Yanki. S i h ubieren delinquido mjs ministros, ■ R ep resen tad ¡i la asamblea ,del ppeblo. Corone/, ¿ y entretanto que aquesta se reúne Q ue la patria perezca sufriremos? Yanki. H a c e r guardar las leyes he ju rado, Corone/. Y guardarlas también al mismo; tiem po. Z a sca n d . É a , m arch ad al punto. Cpr, ^y. j o n^ai’CUOj P e r o bien promto me vereis de nueyQ. Ac o m p a ñ a d o de los h o m bres libres • A destrozar los ominosos hierrosD e que al em perador habéis car^ad.o. Yanki. M archad pues, y tem ed mi justo ceño, Z a sca n d il. ¡O h p rín cip e invenciblel Coronel. ¡Oh desgraciado, víutima de tvaydores lisonjeros! ( Cae el te la n .) R E I M P R E S O E N V A L E N C I A P O R M IG U E L D O M IN G O . 1821.