Macondo, la construcción imaginaria de un pueblo

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Proyecto Iberoamericano de Divulgación Científica
Comunidad de Educadores Iberoamericanos para la Cultura Científica
MACONDO, LA CONSTRUCCIÓN IMAGINARIA DE UN PUEBLO
REFERENCIA: 5MMG190
El hábitat humano
!
LITERATURA
18/04/14
Homenaje
Macondo, la construcción imaginaria
de un pueblo
Cien Años de soledad, la novela de García Márquez, también tiene como protagonista a la aldea que
es escenario de las vivencias de la estirpe Buendía. La misma historia y los lectores la convirtieron
en un mito popular.
Por Cayetana Mercé - [email protected]
Si hay un pueblo de una historia que se aseguraría que existió o se desearia que haya existido, ese es
Macondo. El relato de Gabriel García Márquez en su libro Cien Años de Soledad lo hicieron tan real que a lo
largo del tiempo el imaginario popular lo reconstruyó a través de dibujos, pinturas, mapas, planos, además de
vincularlo directamente a Aracataca, el pueblo cerca del norte de la costa de Colombia donde nació García
Márquez. A tanto llegó esta necesidad de que Macondo se hiciera real, que en junio de 2006 el propio pueblo
hizo un referéndum para cambiar el nombre del pueblo a “Aracataca Macondo” y de esta forma fuera más fácil
identificarlo en los mapas, y aunque el
"sí" ganó, los votos no fueron suficientes
y el pueblo mantuvo su nombre original.
La casa natal de García Márquez, que
había sido demolida, se reconstruyó y
actualmente es un lugar visitado por
miles de turistas.
Pero García Márquez nunca motivó esa
búsqueda por darle materialidad a este
pueblo que en la historia fundó el
personaje de José Arcadio Buendía. "Por
fortuna, Macondo no es un lugar, sino un
estado de ánimo que le permite a uno ver
lo que quiere ver y verlo como quiere",
dijo alguna vez García Márquez. De
todas formas, la descripción de Macondo
corresponde a la de un pueblo caribeño,
típico de Colombia, de calles polvorientas
y cierta precariedad que fue creciendo
gracias a la visión de Buendía.
“José Arcadio Buendía, que era el
hombre más emprendedor que se vería
jamás en la aldea, había dispuesto de tal
modo la posición de las casas, que desde
todas podía llegarse al río y abastecerse
de agua, con igual esfuerzo, y trazó las calles con tan buen sentido que ninguna casa recibía más sol que otra
a la hora del calor. En pocos años, Macondo fue una aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las
conocidas hasta entonces por sus 300 habitantes. Era en verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de
treinta años y donde nadie había muerto. (…)
La primera vez que llegó la tribu de Melquíades vendiendo bolas de vidrio para el dolor de cabeza, todo el
mundo se sorprendió de que hubieran podido encontrar aquella aldea perdida en el sopor de la ciénaga, y los
gitanos confesaron que se habían orientado por el canto de los pájaros.
Aquel espíritu de iniciativa social desapareció en poco tiempo, arrastrado por la fiebre de los imanes, los
cálculos astronómicos, los sueños de transmutación y las ansias de conocer las maravillas del mundo. De
emprendedor y limpio, José Arcadio Buendía se convirtió en un hombre de aspecto holgazán, descuidado en el
vestir, con una barba salvaje que Úrsula lograba cuadrar a duras penas con un cuchillo de cocina. No faltó
quien lo considerara víctima de algún extraño sortilegio.
Pero hasta los más convencidos de su locura abandonaron trabajo y familias para seguirlo, cuando se echó al
hombro sus herramientas de desmontar y pidió el concurso de todos para abrir una trocha que pusiera a
Macondo en contacto con los grandes inventos”. Cien años de Soledad (Editorial Sudamericana,1964)
La inspiración sobre Macondo le llegó a García Márquez cuando a los 15 años volvió con su madre a
Aracataca para vender la casa de sus abuelos y ahí vivenció el contraste entre las imágenes idealizadas de su
infancia y la realidad de un pueblo que le resultó triste y quedado en el tiempo.
Macondo se convierte así en otro protagonista de la historia que a lo largo de sus páginas crece, decae, renace
y se trasforma junto a la estirpe Buendía. Uno de los gitanos de la historia, Melquíades, una noche creyó
encontrar una predicción sobre el futuro de Macondo que le vaticinaba convertirse en ciudad real y moderna.
“Sería una ciudad luminosa, con grandes casas de vidrio, donde no quedaba ningún rastro del la estirpe de los
Buendía”. Sin embargo, José Arcadio Buendía lo corrige y le dice, “No serán casas de vidrio sino de hielo,
como yo lo soñé y siempre habrá un Buendía por los siglos de los siglos”. Macondo, imaginaria y eterna.
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Ficha de catalogación
Título:
Macondo, la construcción imaginaria de un pueblo
Autor:
Cayetana Mercé
Fuente:
Clarín (Argentina)
Resumen:
Fecha de
publicación:
Formato
Contenedor:
Referencia:
Pocas aldeas reales han tenido tantos visitantes como Macondo, el
lugar al que regresa la estirpe de los Buendía cada vez que alguien
lee Cien años de soledad. Muchos quieren pensar que ese lugar
existe y se llama Aracataca, el pueblo colombiano en el que nació
Gabriel García Márquez. Seguramente es la singular arquitectura
literaria de Macondo la que hace parecer real un lugar en el que hasta
el urbanismo es mágico.
18/04/14
Noticia
X Reportaje
Entrevista
Artículo de opinión
1. Los retos de la salud y la alimentación
2. Los desafíos ambientales
3. Las nuevas fronteras de la materia y la energía
4. La conquista del espacio
X 5. El hábitat humano
6. La sociedad digital
7. Otros temas de cultura científica
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Propuesta didáctica
Actividades para el alumnado
1. Señala cuáles de las siguientes afirmaciones son verdaderas y cuáles falsas teniendo en
cuenta lo que se dice en el texto sobre Macondo:
1. Gabriel García Márquez obtuvo el premio Nobel por su novela Macondo.
2. Muchos identifican Macondo con Aracataca.
3. Gabriel García Márquez ha querido siempre que Macondo se identificara con un lugar
concreto.
4. José Arcadio Buendía era en realidad el alcalde de Aracataca.
5. La descripción de Macondo es la de un pueblo caribeño.
6. José Arcadio Buendía fue el fundador de Macondo en la novela de García Márquez.
7. José Arcadio Buendía se encargó de que Macondo siempre fuera un lugar aislado.
8. García Márquez no había salido de Aracataca hasta los quince años.
9. García Márquez comenzó a escribir Cien años de soledad cuando tenía quince años.
10. Macondo sigue existiendo en la imaginación de los lectores.
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2. ¿Quién fue Gabriel García Márquez? Imagina que alguien que desconoce su obra y su figura
te hace esa pregunta. Y que tienes que responderle brevemente. Por ejemplo, en solo diez
líneas. O en solo diez palabras…
3. ¿Podrías hacer lo mismo con su novela Cien años de soledad?
4. ¿Y con Macondo? ¿Qué tal si en vez de palabras buscas imágenes o mapas imaginarios?
5. Repasa el último párrafo del reportaje. Melquiades o José Arcadio Buendía ¿Quién tenía
razón? Redacta un pequeño ensayo sobre ello.
6. Localiza a varias personas que no hayan leído Cien años de soledad y proponles hacerlo
para una fecha determinada. Organiza un encuentro ese día entre esos lectores para que
comenten sus impresiones sobre la novela. Pídeles que cada uno de ellos traiga también un
dibujo o un mapa que muestre cómo imagina que sería Macondo. En ese encuentro también se
podrían comentar esos mapas imaginarios y quizá exponerlos en algún lugar público.
7. ¿Te animas a hacer lo mismo con otras novelas en las que una ciudad o un pueblo
imaginario sean muy importantes en la historia? Quizá podría ser la base de una iniciativa
regular en la que podrían darse cita personas interesadas tanto por la literatura como por el
urbanismo. Y así pondrías a prueba tus dotes como dinamizador cultural. Tendrás que
empezar por una selección de novelas interesantes. ¿Qué tal si seleccionas diez?
8. De lector a autor. ¿Te animas a escribir un relato en/sobre una ciudad imaginaria? Podría
ser el escenario mágico de una historia o incluso su protagonista. A tus dotes literarias podrías
unir las de urbanista utópico.
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9. ¿Qué tal si redactas las bases de un concurso literario sobre ciudades imaginadas? Quizá
en tu centro educativo o en tu ciudad alguien se anime a dotarlo con algún premio. Incluso
podría ser la base para organizar unas jornadas (¿anuales?) e invitar a escritores y arquitectos
para que participen en ellas y formen parte del jurado.
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Propuesta didáctica
Sugerencias para el profesorado
- De entre las actividades propuestas conviene elegir cuáles se adaptan mejor al grupo y a sus
intereses. En todo caso, antes de proponer la realización de las actividades se recomienda una
lectura atenta del texto.
- La actividad 1 facilita el análisis del contenido del texto. Su revisión permitirá aclararlo y
resolver posibles dudas. Las actividades 2, 3 y 4 se centran en el autor, la obra y el lugar que
motivan este reportaje. En los tres casos se trata de que los alumnos sinteticen sus
aportaciones para hacerlas más significativas. La actividad 5 plantea sacar partido al sugerente
contenido del último párrafo del texto. Las actividades 6 y 7 podrían servir de base para la
generación de un club de lectura que podría comenzar por esa novela y luego continuar con
otras sobre ciudades literarias. La actividad 8 propone que los alumnos ensayen sus facultades
como creadores literarios sobre temas relacionados con lo urbanístico. Y precisamente esos
temas podrían ser el contenido de un concurso literario. La redacción de sus bases, que se
propone en la última actividad, podría servir de inicio a una iniciativa que quizá pudiera ser
consolidable y en el que tendría un papel protagónico el ámbito escolar.
- Aunque las actividades propuestas están redactadas para ser realizadas individualmente,
varias de ellas son especialmente propicias para ser desarrolladas de manera compartida. Tal
es el caso, obviamente, de las actividades 6 y 7.
- Iniciativas como las de las actividades 6 y 7, así como las propuestas de las actividades 8 y 9,
podrían tener un impacto significativo y contribuir a la dinamización cultural del entorno con
propuestas sencillas y poco costosas.
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