! '" ALONSO RtlENAtS SEOUIlA -~.~ .._--- Alcoholismo y psicosis alcohólicas E,ltudio para el Doctorado ----- --- --" _. -'.~._' BOGOTA Inlpronta. de ••L.a Luz" CARRERA ¡.a, NÚM. 1922 59( .. RepÚblica de Colo'1tbia-- Ulliversidad Nacional Facultad de Medicina y Cl'mcias lVaturales --_.-._e.- __ A1coholjtsm(~ y psicosis alcohólicas ---...•.~--Tesis para optar al títulc· de Doctor en Medicina y Cirugía~ presentada y sostenid3. por ALONSO RHENALS SEOURA Practican U eXUTnr ICor CJTSO de . , Inc J BOGOTA IU1.pren ta .. CARRERA -;» ;, ¡'.a, .La I.1uz" :-¡Ú'~l. 1022 59::> mXTOI~ DE:LA 1';~ClIL Tl\D Doctor Luis Felipe CalderÓn pr~E:SIDE:NTeD: TL""S Doctor Julio Apar¡cio Profesor de 11..:lología Doctor Juan David HelTci'll Profe..';or de l'lt~lcl[\CJ Leool Doctor Gabriel (arnero Profe~'iÓr <1eAnate'lnía (latol~lcil Doctor Pornr>llIo M:lrtíncz N. Profesor de Clínica q'JlrÚríllco SLcr~E:T7-"~IO DE: LA FAClIL T,",D Doctor José del Carmen ¡~cos~él BOflotá, cctllbre Señor Rector de la Facultad de Ci~nci.l'" Naturales II de 1922. y Medicina. B. Lo C. hi Sellor don Alonso Rhena/s S, alumno de esa Facultad, ha presentado como trabajo de ttsis 1.'1/ estudie tz'tulado ",AlcoholiSmo )' PsicoJ'/'s alcohólicas;, sob.-I' !lIt ual t~'If{Oel honor de rendir a usted el informe regla1'ullIario. El estudio del sellor Rhe1l'J,¡s versa soá1e un asunto de g1'ande importancia, cual es el ae la.; Psicosis e'e origen alcohólico, afecciones de las más fraue:l.'es entr'? los desgraciados pobladores de nuestros ma1zt"comios, JI estti l1e,:ho con criterio dentifico y t11 1m estilo sobrio y claro, El proMema de la lucha antialcohólica está muy bieu tstuc:z:-zdoy desde un punto de vista aproPiado ')1 por II nuestro medio, es c!I'Cir,~'inproyectos utópicos ende irrealizables: punto de ~ista ,!lle (?!Isulta nuestros problemas económicos y sociales ~v ql.e tiel/e (il cuenta los mil escollos y dificultades con que tr?pie~a toda la,~or encaminada a aquel humanitario fin. Las conside1'aciones anteriores '1U animaíl a proponer seJlor Rector se sirva dar el pase reglamentano sellor Alolls0 R/¡enals S. al a la Tesis del Con sentimientos de consideració;¡ soy dd "(ilor Redor mu')l atento, seguro servidor, ./lLIO Al'ARICIO UnÍ1/ersidad Nacional - Facull.1,d ,l.~ lIleditiíla y Ciendas Naturales-Bogotá, 2J de ?dubre de f922. Publiquese. F1 Rector, L'jIS FELU'E CALDERÓN Preámbulo Acerca del alcoholismo nes morbosas y sus n1IJltiples manifestacio- en la vida individual y social, hanse publi- cado entre nosotros, especialmenk en los últimos años, trabajos más o menos intcresantl~s, Empero, no se han descrito ni estudiado, a 10 menos ~ueyo ser'a, las psicosis que determina intox1caciÓn akohólica, psicosis cuya importancia salta a la vista con s(llo parar mientes en que ellas menoscaban, pervierten o destruyen, f.O pocas veces por modo definitivo e irreparable, lOS más elevados atributos de la personalidad; actlian ':om;) fll:tores primor- 1,: diales en la génesis de la de1incUlmcia, y proyectan, finalmente, su acción eminentcmentll deletéret sobre la descendencia, comoquiera que, en tl'c,tándose de afecciones nerviosas y psíquicas, la ley de 'a. transmisión hereditaria se cumple con rigor inexorab,e. Tales consideraciones moviénnme él escoger las perturbaciones mentales aludilhs como tem.t del presente trabajo, al cual sirven de base y "undamento varias observaciones clínicas recogicIa:5 en los mani:omios de esta capital, entre el crecido nÚmero de alíenados que allí vegetan por obra y gracia de la intemperancia alcohólica. Dicho se está que este estudia aoolec(} de notables deficiencias; pero, aun así, él alclClza a poner de resalto una vez más-y tal ha sido mi principal oajeto-la degeneración intensa y progresiva que está ·"brando el alcoholismo en todas nuestras clal¡CS social ~s, Corroboran este hecho plenamente los datos estadístic:os que en los citados establecimientos bon:1ad )samente me han suministrado, y de los cuales aparec(: que el deterioro nervio- -- 8- so y mental del sesenta por ciento de los individuos en ellos asilados, reconoce como causa directa el abuso de las bebidas embriagantes, así destiladas como fermentadas. Sin contar, por otra parte, con que forman legión los psicópatas alcohólicos que en todas las ciudades del país ambulan libremente por las calles, constituyendo a un tiempo mismo un baldón para la raza y un peligro inminente para la seguridad pública y privada. Por dicha, si así puedo expresarme, en el exceso del mal está el remedio; y los estragos causados por el alcohol entre nosotros han alcanzado proporciones tales, que han acabado por impresionar hondamente la conciencia nacional, y surgen yá por doquiera voces que claman con patriótica ansiedad porque se adopten enérgicas medidas que atajen los avances de esta terrible endemia social. Como resultado de tal clamor, los buenos ciudadanos y las entidades directivas de la Nación, desde el Congreso hasta los Ayuntamientos, han empezado a preocuparse seriamente por la solución de este tremendo problema, y es de esperarse que, inspirándose lealmente en el aforismo latino sa[us populi, suprema [ex, acabarán al fin por echar las bases legislativas de una verdadera campat1a antia1cohólica racional, metódica y fecunda. Así lo demandan con lágrimas en los ojos los millares de hogares a quienes el alcoholismo, impunido y triunfante, afrenta y martiriza; así lo reclaman con imperio los vitales y permanentes intereses de nuestra sociedad, infinitamente superiores y harto más respetables que los de los industriales que especulan con el vicio, los cuales hoy son y mañana no parecen; así 10 prescriben, en fin, las más triviales nociones de patriotismo, de filantropía o caridad cristiana, y el Congreso, especialmente. no cumpliría en verdad con los deberes que le impone su condición de representante del pueblo colombiano si no acudiese con los medios que tiene en la mano a la pronta represión del· mal en referencia. - 9 -- Cumplo un debcr al consignar lquí, COlf.O en efecto consigno, la expresión de mi reeouodmiento al distinguido profesor doctor Julio Aparicio, p')r haber aceptado la presidencia de esta Tcsis y por las señaladas muestras de benevolcncia quc·me ha dispen!lade>en el CJrso de mis estudios médicos. He dividido este trabajo así: I--N ociones etiológicas. U-Psicosis alcohólicas. III-Asociaciones IV -Anatomía y complicaciones. Patológica. V - Diagnóstico. VI-Terapéutica. Observaciones. I NOCIONES ETIOLOGICAS La ciencia psiquiátrica mentalmente el concepto moderna ha modificado fundaq.1e ll1tarl0 se tenía acerca de la índole de las enfermedades mentales y sus factores etiológicos. Sábese hoy. en efec ;0, que tales estados morbosos no SOI1,en la gran mayorí:t de los casos. sino la expresión sintomática de alteraciones anatÓnicas viscerales y especialmente nerviosas; que entre las 1umerosas causas que suelen determinarlos figuran en primera línea las intoxica.ciones así endógena~ como exÓgenas, y que, entre estas Últimas. desempeña el a~coho1ismo un papel preponderante. El alcohol posee. a la verdad, una afinidad especialí- sima por los elementos del sistema nervioso, de manera que una vez absorbido y puesto en circul<.ción por el medio sanguíneo. impregna tode el organismo. fijándose principalmente en los neurollas~l)rticales. los cuales trastorna notablemente en su quimismo. En un principio estos elementos reaccionan y t )rt1an a la normal. pero a medida que se suceden las intO}.icaciones vase formando en ellos un proceso degenerativ). y. vuln,~rada así la célula nerviosa, es natural y I(,gic:) que sus lesiones se traduzcan por desórdenes más o mImos graVE:Sen el dominio de la actividad psíquica. Desde el punto de vista. dE: la prodlcción de dichas perturbaciones, precisa ten'~r 1m cuenta-como por lo demás en todos los problemas dínicos-el factor indivi- - 12 - dual. Es de observación frecuente, efectivamente, que algunos alcoholizados conservan hasta el fin la integridad de sus facultades mentales, al paso que otros revelan, desde las primeras fases de la intoxicación alcohólica, una desorganización progresiva de sus funciones cerebrales. Tal hecho tiene explicación sencilla a la luz de los principios de patología general: pertenecen estos últimos individuos a la categoría de los constitucionalmente debilitados, ora por efecto de taras orgánicas congénitas o adquiridas, ora por fatigas, privaciones, choques morales, o por cualquiera otra causa de orden patológico. Otro factor no desdeñable es la calidad de la bebida. Es bien sabido que las bebidas embriagantes derivan su nocividad del alcohol etílico que contienen y en especial de la presencia en ellas de los llamados alcoholes superiores y otros productos tóxicos sobremanera. En este concepto, hay perfecto acuerdo en que el brandy, el whisky y, en general, todos o casi todos los licores de extranjera procedencia, que nos llegan grandemente adulterados por la adici6n de alcoholes metílieo, propílico, amílieo, ete., y otras impurezas, y las bebidas cargadas de aceites esenciales, que son venenos convulsivos, son deletéreos en grado eminente y más ocasionados, por tanto, a la producción de los trastornos en referencia. Puede decirse lo propio de la chicha, que, además de alcohol, contiene una ptomaína, a la cual cabe atribuír las manifestaciones peculiares del alcoholismo chíchico. ".Por lo que hace a las causas propiamente dichas del alcoholismo, especialmente entre nosotros, son numerosas y variadas. Aparte de la libre industria de bebidas dettiladas y fermentadas, que pone éstas al alcance de todo el mundú; del contagio por el ejemplo; d~ la falta de sanción social y aun legal para los sujetos que se entregan a este nefasto vicio; de la herencia, que créa en los descendientes de los alcoholizados crónicos una especie de alcoholomanía, o, dicho en otros términos, la propensión invencible tros climas; baratas gria, a la bebida; 13 -de la de la carencia aCCÍo)l1 que den a las clases po¡:ula-es conviene anotar Tocante a la primera, de orden la otra. Ú:partame éstas tienen facultad para arrendar" u explotarla directamente, cobrando o el tónico de la ale- es bien sLbido que a las entidades de nues- gratuitas dos causas importantes, fiscal, la una, y de indole econó'nic,l licores pertenece enervante de dist~acci(Jnes la renta ltales, de y que por administración derecho de patentes o en otra forma, Pues bien: sea '~ual fuere el sistema adoptado, el fin que persigue el DepartamEnto, el administrador o el arrendatario, es acrecentar haHta donde sea posible el consumo de las bebidas I~spirituosas, para obtener el mayor rendimiento en el l,roducto del impuesto. Consecuentes con cste propósito, 1lonen ;n práctica todos los medios imaginables. tales coro-) la multiplicación de los establecimientos de expenc.io, la colocaciÓn de éstos en los lugares más conspicuos y frecuentados, la adición al ron de sustancias aromáticas y colorante:; para hacerla más atractivo, el escogimientc dE empleados que mayor celo y acti vidad desplieguen en Ll difusión de la bebida, y, en fin, otros tantos procedi'nieltos por el estilo, inspirados y sugeridos por la codicia. A esta propaganda incalificable débese en buena parte ~l incremento inquietante que ha alcanzado el alco':'lOlismo, particularmente en algunas secciones del país. La otra causa, más aplicable al consumo de la chicha en las regiones de clima frío, como I3oya,~á y Cundinamarca, cs, clígase lo que se quier;l la miseria de las clases proletarias, cuyo exiguo salario 110 les permite procurarse una ración alimenticia sana)' suficiente, y se ven obligadas a buscar en la chicha un complemento o sustituto de alimentación, imbuidas en la errada creencia de que semejante brevaje es un restaurado,. de eners-ías de primera fuerza. - 14- Por otra parte, viviendo como viven las clases susodichas, por lo general, en habitaciones estrechas e inmundas, donde carecen de las comodidades más rudimen" tarias e indispensables, es natural que ejerzan sobre ellas atracci6n irresistible la chichería y la taberna, que les brindan, si bien con grave detrimento de su capital bio16gico, horas de esparcimiento y solaz, durante las cuales pueden sustraerse a la dura condici6n a que se hallan sometidas. ::-===:laaIIJEB====--===:':::EIlJieB==::::::- 11 PSICOSIS ALCOHOLlCAS En el estudio de las psicosis alcchólicas es preciso comenzar por la descripción de la intoxicaciónlg'uda o embriaguez, que no es, en rigor, sinolna locuré;, aunque de corta duración. Comienza ordinariamente por un periodc de excitación, en el cual la agitación muscular y la exaltación de todas las funciones revelan un :.entimiento de euforia así espiritual como física. Esta sensación de bienestar prodúcese en parte bajo el influjo d':lla aceleraciol1 del ritmo respiratorio y el cardíaco, cual lo demuestra la mayor energía y frecuencia del pulso. Tales fenómenos cardio-vasculares dan, además, por resultado una impresión de calor, acompañada de transpiración general y notorio aumento de la excreción urinaria. Al propio tiempo el bebedor se torna expansivo: present,l el rostro animado, muéstrase alegre, ingenioso, sabsfec:ho de sí mismo y de todo el mundo. Vuélvese comunicativo en demasía, bullicioso y parlanchín. En algunos sujetos la c:,citación de la actividad psíquica mejora las cUllidades intelectuales y da vivo colorido a las ideas. En los débiles, al contrario, la exaltación produce c:>ncepcioJes más a',)surdas que de ordinario. Exaltada su sensibilidad, el bebedor desborda de ternura, y laméntase, y llora, y confía a todos sus desdichas .. '. En su segundo período, la erabri aguez se manifiesta por una perturbación de la inteligencia. Sobreviene cier· - 16- ta confusión en las ideas, las cuales carecen de ilación móviles. ·A las perturbaciones psíquicas vienen a sumarse trastornos motores de orden atáxico, en virtud de los cuales los actos más sencillos se realizan con torpeza. El ebrio no puede vestirse correctamente; su marcha es oscilante, y no pocas veces tropieza y cae. La incoordinación se revela hasta en el lenguaje: las palabras salen mal articuladas, en forma más o menos explosiva. La sensibilidad cutánea está embotada o abolida. Las imágenes visuales se vuelven confusas, y obsérvanse a las v~ces ilusiones del gusto y de la sensibilidad general. En este período el bebedor presenta un aspecto distinto del que ofrecía en el primero. Tiene los ojos brillantes y extraviados; las náuseas 'J los vómitos son habituales; la boca está pastosa, la sed es viva. los latidos cardíacos y los movimientos respiratorios son irregulares. Los enfermos conservan todavía vislumbres de razón y la facultad de refrenarse, a lo menoS en cierta medida. Empero, al paso que unos son benévolos, afectuosos Y.. tiernos hasta el erotismo, otros se muestran celosos y_sumamente irascibles; se enojan por una futesa y pre-.~ sentan marcada tendencia a la comisión de actos violentos. En algunos casos, finalmente, vense la alegría, la cólera, la tristeza, el enternecimiento, mezclarse de un modo enteramente absurdo, bajo la influencia probable de perturbaciones psico-sensoriales diversas . ./'" En el tercer grado, que constituye el período comatoso, el ebrio cae en un sueño profundo, verdadera apoplejía comatosa. Yace inerte, aniquilado, con los miembros' en resolución, los reflejos totalmente perdidos, las pupilas dilatadas e inmóviles, y los esfínteres, relajados, permiten evacuaciones involuntarias. El enfermo se halla en un estado de absoluta incon~.ciencia. con la cara cianosada o lívida y la piel cubier.-.\ de sudor. _ La curación es la termi,ación ordinaria del acc.eso de embriaguez. Por lo común\ después de un tiempo varia- y son extremadamente , : \ ble, el sujeto se despierta general, 17 con un Hentim lento de laxitud la boca seca, sed intensa, gastro-intestinaks desaparece con l1IÚS (efak~ y desÓrdenes de variahle intErsidélc1. Este malestar 1) mctws rapidE~í.. La ÚltinM hsc dl' la emhriasuel puede, fin embargo, durar varios rlías. yaun termi1an,e por 1:1 muerte. En este caso, el coma persiste, g-an'l.nd:> cada \'tZ m¡'ls en intensid¡¡d, y cd pulso, pcquetio, desaparecer. Estos síntomas intoxicaciones s(.oreagudas frecw~nk, graves a<~'.ba al fin por se obsErvan r:onsecllivas, en las po - lo común, a la ingcsti('¡n (~nun tiempo mu:r hreve de cantidades con- siderables cll~ a.lc,_,hol. So les obscn,,- ig-ualm:lllte en individuos portadores do lesiones crgÚnicas de índole cardíaca, hepática y especialmente Entre las perturhaciones renal. que plwdcll scbrevenir ell el curso de la '~l1lbriag'ucz y determinar accid'~ntes graves o la muerte, figura. en 1Jrimer t6rmi10 la henorragia meníngea. Al lado de esta embriagm'z, en ~ erto mor:o simple, hay formas m¡ís se\'~,ras. Prodúcensc en ciertos casos verdaderos accesos de sonambulismo alcohólico con automatismo cerebral. Al despertar, no peni ste sinn un recuerdo confuso de lo que ha pasado hasta hay en ocasiones dl'I'ante la embriaguez, una amnesia y comple:a. En la embriaguez producida por licores cargados de esencias sobre todo, el cuadro ordinario s~ complica de ataques convulsivos, que recuerdal de todo punto el ciclo epiléptico, con convulsio'1cs tÓnicas y cI':micas, coma, estertor. mordeduras de la lengu.l, rdajamient) de los esfínteres y amnesia consccutiva. Existe, por Último, una varied;td d(~ e~11briagucz, llamada embriaguez patológica, que S'::lencuemra particularmente en los estados anormales congcnita]es y en el grupo de los desequilibrados. Esta variedad sude observarse también en los sujetos afectados ,i les y de enfermedades de traumatismos funcion ales y orgánicas craneadel siste- .! 2 - 18- ma nervioso. Puede aparecer después de la ingestión de dosis de alcohol relativamente mínimas. En vez de la euforia de la embriaguez simple, sobrevienen perturbaciones psíquicas variadas: angustia, furor y marcada tendencia a las impulsiones y agresiones violentas. Nótanse también ideas de celos, de grandeza, a las veces verdaderos delirios que se acompañan de desorientación y amnesia consecutiva. f\lcot)olismo crónico Dase este nombre a la intoxicarión crónica de todo el organismo determinada por el abuso prolongado de las bebidas espirituosas; es una impregnación sistematizada de toda la economía, que se manifiesta por una decadencia prog-resiva de las funciones luégo por una alteración s.omáticas y psíquicas. definitiva de estas funciones, por lesiones anatómicas de las vísceras y del sistema nervioso, y, finalmente, por modificaciones de la sangre y de las excrcciones. Iníciase, desde el punto de vista dida de los sentimientos familiares, psíquico, por la pérpor un descenso del sentido moral, por el debilitamiento de la memoria y de la voluntad. Este descaecimiento se revela en la conducta del individuo por la carencia de toda delicadeza, de todo pudor y de toda dignidad en sus procedimientos. Se torna indiferente con su familia, descuida su persona y sus negocios y apela frecuentemente a los medios más vergonzosos para procurarse dinerCJ con qué poder satisfacer su inagotable sed de alcohol; vive, en una palabra, cometiendo a cada paso acciones vituperables, cual si padeciese de una verdadera anestesia del sentido moral. Conforme progresa la desorganización de SllS funcio'les cerebrales, compruébase la debilidad de su juicio y una extrema lentitud en su ideaci6n. AlIado de este estado mental, muy característico en sí mismo, existe toda un serie de síntomas físicos bien puestos de relieve por Maguus Hua y otros clínicos. - 19 -- La facies del alcoholizado cI'ónico puede presentar dos aspectos diferentes: el bebedor de bebidas fermentadas, como la chicha, tiene el rostro aboJ:é.gado, la mirada embrutecida, los ojos encarnizados, la nariz y lés mejillas de color violáceo por la presencia je :1Umerosa~; venillas dilatadas. El rostro p,Uido, flácido, desencajado, prematuramente envejecido, se observa má:; bien en el tomador de bebidas destiladas. Las funciones digestivas están siempre más o menos comprometidas: hay pituitas matu :inas, vértigos estomacales y otras perturÍJaciones gastrc,-·intestindcs .. Las vías respiratorias sufren también el contragolpe de la intoxicación. Las laringitis, las tráquea-bronquitis, las bronquitis crónicas son harto frecuE-nte:; en semdantes casos, sin hablar de la tuberculosis pulmonar, que se desarrolla muy fácilmente en los alcohólicos. La repercusiÓn del mal se manifiesta sobre el corazón por la debilidad de este órgano y la irregularidad de su .- funcionamiento. Los síntomas de orden nervioso son natu:'almente más numerosos y se traducen por an'Y'l1alías de la sensibilidad, hiperestesias, analgesias o anl~stesias, exageración o abolición de los reflejos; aminora:ytient0 visual, escotomas, apreciación defectuosa ambliopía y amaurosis; disminuci:Jn tiva (el enfermo ~ree oír soplos). Las perturbaciones un debilitamiento del sistema el<: la agudeza <lE los colores, de la agudeza muscular más o menos considerable dad y principalmente un temblor muy audi- consisten en de la motili- mlrcado en las manos en la actitud del juramEnto. de oscilaciones rápidas e irregulares, sobre las cuales parece que no ejercen influencia alguna las emociones; es siempre bilateral y más intenso por las mañanas,:uando el enf~rmo está en ayunas. Los labios, y sobre todo la lcng ua, He hallan agitados también por un temblor que tiene los mismos caracteres del de las manos: oscilaciones ráF idas, regulares, de pequeña amplitud. - 20- Generalmente el paciente duerme mal, porque su suefío es turbado por pesadillas profesionales, terroríficas, acompañadas de alucinaciones visuales zoópsicas. En este terreno, de tal modo abonado por la intoxicación alcohólica, pueden germinar, y germinan en efecto, ciertas formas mentales clasificadas aparte por los psiquiatras, a saber: el delirium tremens, ~l delirio de persecución, la melancolía alcohólica, el sindroma de Korsakoff y, por Último, el desquiciamiento definitivo e irreparable de todas las facultades psíquicas superiores: la demencia. Delirium tremel)S Extraordinarios excesos de bebida, la suspensión brusca y completa del excitante habitual, una enfermedad intercurrente, o bien un traumatismo físico o moral: tales son de ordinario las causas provocadoras de esta psicosis. Este delirio no es otra cosa que la exageración de la pesadilla habitual del alcoholizado. Gradualmente, en dos o tres días, el ensueño se extiende, pasando de nocturno a ser también diurno, y llena y señorea todo el espíritu del enfermo. Es el delirio de ensueño en toda su amplitud, con alucinaciones visuales predominantes, profesionales, o de animales variados, o de individuos peligrosos, siempre en movimiento, acompañado de ansiedad, de miedo o de terror. Las alucinaciones de los demás sentidos completan los dramas profesionales desagradables o terrificos en que se debate el paciente: puñaladas, mordeduras, olores repugnantes, injurias, amenazas, disparos. El enfermo reacciona con vehemencia contra estas alucinaciones por medio de palabras y actos; es actor en los dramas que se suceden; se adapta a las situaciones cambiantes, y manifiesta sus emociones y sentimientos por la fuga, el homicidio o el suicidio. Durante el delirio el enfermo pr~senta la cara congestionada, los ojos brillantes y el c.erpo agitado por un temblor violento. El pulso está acelerado, la elevación - de la temperatuf<\ 21 - es moderada la piel se cubre de un sudor abundante y viscoso; los rdlejos terdinosos y cut[meos se hallan frecuentemente exagerados, y no pocas veces hay albuminuria. Las alucinaciones pueden pro'locarse .Jor la sugestión. Por una interpelación brusca y sobre todo autorizada es posible hacer salir al enfer:no de su '~nsueño y obtcner de él respuestas confusión subyacente perfectamente muy marcada, razonables. salvo No hay en los casos graves. La desorientación en el tiempo y el espacio se debe al contenido del ensueño mismo y C'•. a ausencia de atención exterior. La duración de este delirio es variable. Unas veces comprende uno o varios días, lué~:() la curaeiÓn sobreviene bruscamente. La crisis está ccr:stituída por un sueño profundo, del cual sale el enfermo un poco alclado, per:l recobra su lucidez al cabo de algt: nas horas; queja de experimentar entonces se un fuerte cc.nsancio, cual si lo hu- biesen molido a palos. Otras te el día para continuarse 'veces el delirio cesa duran- por las noches, y luégo se des- vanece por completo. En ciertos casos este delirio simple se termina por un delirio tremens febril; esta forma ·~s la más grave y amenaza la existencia 5011 del enfermo; los caractens principales los mismos que en la varicda.l no febril; se observa, además, una fiebre intensa que pu~de alcam.ar 42 grados, y una perturbación más profunda de la c(,nciencia. En vez de un simple temblor, hay sacudidas y movimientos convulsivos, contracciones brusca:; de la ca··a. desviación de la cabeza, nistagmus. La marcha es sobreaguda; la muerte es determinada con frecuenGÍa por el agotamiento, y j;a precedida de una cé.ída de la temperatura o de convulsiones. - 22- D~lirio q~ persecu<:ió., (PARANOIA ALCOHÓLICA) Obsérvase este delirio así en las primeras como en las últimas fases del alcoholismo crónico, pero parece ser más frecuente en los estados avanzados de dicha intoxicación. De aquí que se encuentren en éste con mayor frecuencia que en el delirio agudo las perturbaciones de la motilidad y sobre todo de la sensibilidad, tan características del alcoholismo, y precisamente en estas últimas reposan las interpretaciones delirantes. El delirio de persecución alcohólico, como la paranoia ordinaria, se instala, por lo común, paulatinamente, por una inquietud indefinible, sin causa conocida, que intranquiliza sobre modo al paciente. Este busca al principio con indecisión la causa de su angustia; vacila, duda, recapacita y al fin la idea de persecución se bosqueja indefinida y confusa. Lo quieren mal, lo persiguen, no sabe quién. La desconfianza es extrema, Yo en su temor, todo lo interpreta como signo de enemistad y malevolencia. Poco a poco la idea se aclara y se confirma, y el perseguido se da a buscar la razón y los enemigos que lo acechan. El delirio se define, dejando más o menos intactas las demás facultades; los enemigos indeterminados se determinan en corporaciones: es la policía que lo espía en dondequiera que está; son los socialistfl.s o los francmasones quienes pretenden asesinarlo; es alguna comunidad religiosa la que lo quiere perder, o los médicos o los farmacéuticos quienes intentan envenenarlo. Entonces él se pone en guardia: traza con sangre fría el plan de su defensa; escr~be a las autoridades anunciando el peligro en que se encuentra y solicitando protección; hace analizar sus alimentos, usa vestidos aisladores para librarse de laj>cargas eléctricas que le tienden. A la postre, cansado de tomar precauciones y de sufrir, exasperado por las- alucinaciones que lo asedian de - 23- continno: ruidos (]('sagradab es, voces que lo insultan y baldcnan, olores nauseabundos, sabores extraños, etc., tO:lla la ofensiva, incliviclualizél la causa d(~su tormento, prepara su vcnganza trneca el1 agresor. con mildu Con harta frecuencia la idea persistente consiguiente, '{~Z, y de perseguido surgt: también se en el alcoholizado clc que su mujer le es inlel y que, por ella (; sus supue5tos amantt·s tratan de ha- cerlo encarcelar o de envenenarlo con el 11:1de desembarazarse de él. En estos casos, ore' inariam('r te es la mujer la víctima de los ataques hom:cidB del delirante. Esta creencia delirante en la i ,fideliJad de la esposa, q:'lc ('s cii.si típica, pucc1e ser refe~ida a menudo él perturhaciones ll1anifipstas de la cilC'rg-íl viril (fri ~idez) y a ilusiones del sentido genital; pero las m¡ís d(~as veces debe ser atribuída la cleg'eneración él moral y al debilitamiento intelectual primitivo, rasgos car¡,cterístico5, se hizo notar, dd alcohol izado cré r,Íen, como atrás El delirio de persecución alcor Mico rara vez conserva un carácter depresivo; muy a mell'Jdo se t¡'<lnsforma por la aparición de ideas ambiciosas (misiÓn divina, origen linajudo), La exaltación reli({iosa impulsa él los enfermos a cometer sacrilegios o actos de crueldad ideas religiosas nunca son ne naturaleza en el delirio religioso ordinario. ~elancofía La melancolía alcohólica bilitamiento moral extremo con momentos terrores las como j~lcof)ólica revela su orige n por un dey una panofobia que alterna de desesperaciÓn no son inaudita; dcvada, determinados y de lágrimas. por causa Aquellos alguna; esta desesperación desaparece sin dejar una im:'Jresión duradera. o bien el origen tóxico se tr¡tduce por una torpedad particular, el embotamiento de 105 sentimientos morales. la se:1sibkría, la ausencia de voluntad, el aminoramiento de la memoria y la dificultad de la :,eflex.ión Estas dos va!1edades, la primera aguda,la segunda tor- - 24- pe y crónica, pueden acompañarse de raptos y violencias dirigidas contra el enfermo mismo o contra las personas que lo rodean. Existe hiperestesia sensorial; son frecuentes las alucinaciones (fantasmas negros, visiones incandescentes, incendios, durante la noche). De modo transitorio aparecen fases de excitación, vértigos, debilidad muscular, escalofríos, temblor. En la segunda forma la marcha tiene tendencia a prolongarse, así como el debilitamiento psíquico. Sin embargo, puede sobrevenir la curación después de un tiempo muy largo y mediante la supresión del alcohol. Las reincidencias son frecuentes. Pskosis de Korsal\off Este sindroma, que no es peculiar del alcoholismo y puede observarse en diversas intoxicaciones así ex6genas como endógenas, se conoce con el nombre de polineuritis o psicosis de Korsakoff, quien la describió en los alcobolizados. Esta variedad de psicosis alcohólica suele ser consecutiva a las formas delirantes graves y sobreviene frecuentEmente después de una serie de crisis de epilepsia etílica. Descríbense en la psicosis polineurítica varias.•. modalidades: la forma delirante, la forma de confusión 'mental y la forma amnésica. Pero, según Régis, no hay, en realidad, en estas formas tres entidades diferentes, sino tres variedades de un mismo sindroma clínico: la confusi6n mental con predominio, según los casos, del elemento delirio, del elemento embotamiento intelectual y del elemento amnesia. En la forma de confusión mental hay obnubilación intelectual, retardo de las operaciones psíquicas, defectos de la asociación de ideas, perturbaciones de la percepción y de la conciencia personal, errores de tiempo y de lugar. El enfermo manifiesta las modificaciones de su estado cenestésico por el aspecto, ora maní~o, ora melancólico. La excitacit'Jll 25- psíquica se traduce por insomnio, lo- cuacidad. instabiliclad motora y agltación ; :r la depresión, por somnolencia. mutismo, apatía y estupc,r. Obsérvase, finalmente, la alternativa del tono ,~mocioml: ansiedad y excitación por la noche; rante el día. calma. hpatía e indiferencia En la forma delirante el enferrro qne presenta comúnmente du- es presa de un delirio los car.1Gteres dc un ensueño. Las ideas delirantes expresadas :son polinorfas, ya melancólicas, ya ,hipocondríacas, ora de negación o de persecución. Tales ideas son superficiales, y varían de un momento de poca duración a atTo)en cuanto a su intensidad. Al principio, y en las formas ligeré.~¡. se producen de y por la noche; en las formas radero y permanente, pero Acompáñase de alucinaciones suales, con frecuencia carácter hipnogógico. ideas delirantes. sugestiones el delirio es du- raré. vez es sistematizado. vagas, principalmente vi- tactiles. rans veces auditivas, de las cuales ,;ontribuy(m a crear las El delirio di versas. graves en la tar- cs. en suma. la resultante de aluci[)a.ciol1'~s y el1liUeños incohe- rentes, combinados con las lagunas de amnesia y los desórdenes de la confusión ment,d. Este deliro es de todo punto semejante ha disipado, al delirio oníricc de Régis. Cuando suele dejar en pos de sí ideas falsas. se prove- nientes de los ensueños o el delirio. las cuales persisten por algunos días o varias serr,anas a la manera de un sueño inconsciente. En tales Cé.SOS, estas creencias falsas pueden c.:mstituír la única perturbación ob:;~rvada y convertirse en el punto de partida dc~ una verdadera fabulaciÓn. Los enfermos dan sobre sí mismo; los informes más falsos y a la vez más sinCEros; deslIaturalizan los hechos y se contradicen. Refieren una serie de acontecimientos quim(~ricos. serios o sinmportancia, están convencidos ejemplo. de haber toma10 parte; que acaban de llegarll en los que aseguran. por asilo. y dan el empleo de su tiempo en los días precedentes. sien,:lo así que su entrada a dicho establecimientQd,~tél. de v:uias s.emanas_ .- 26- Finalmente, persisten en ellos a las veces ideas bastante tenaces, que realizan los diversos tipos de ideas fijas postoníricas de Régis, y que pueden ser la génesis de un delirio sistematizado secundario. En la forma amnésica la perturbación mental acaba por quedar reducida a la de la memoria. En un principio la amll~sia es uno de los elementos de la confusión mental; la sostiene y refuerza. Pero, en el hecho, la confusión mental existe a titulo primitivo y contribuye a exagerar la amnesia. Esta presenta caracteres particularisimos: es profunda, difusa, pero no global; las más veces lagunar, irregular y desigualmente repartida. Es esencialmente una amnesia anterógrada, de adquisición, actual o de fijación, y conti nua. El enfermo percibe bien los hechos presentes, pero éstos no hacen sino atravesar la conciencia sin detenerse en ella; las impresiones rozan, por decirlo así, el cerebro, sin dejar en él huellas aparentes de su paso; no son incorporadas a la personalidad, porque ésta no las asimila. Por tal manera el sujeto olvida los hechos a medida que se producen; ignora lo que há poco le dijeron, lo que acaba de pensar o de hacer. En casos más acentuados la amnesia versa también sobre los hechos anteriores y remonta más o menos hacia atrás (amnesia de evocación). En esta variedad se trata de la imposibilidad de reproducir recuerdos que en realidad no están destruidos; por lo tanto, el enfermo presenta pseudoreminiscencias de personas y cosas mezcladas con falsos recuerdos de acontecimientos puramente imaginarios, tomados como positivos y reales. El enfermo cuenta con detalles e íntima convicción hechos provenientes de fragmentos de ensueños incorporados en una memoria lagunar e indistinta, y que la mezcla con hechos .J:ealesimpone a su creencia. En la forma amnésica la lógica parece intacta; el razonamiento no parece alterado; la conciencia está lúcida y la atención bien conservada en apariencia; pero la perturbación del juicio, la ausencia de <:rítica, la falta de ob- 27 -servaciÓn se afirman en un contraste los relatos a menudo extraordinario):; impresionante por de escenas imagi- narias. así como por la explicación a.bsurda y ridícula de los hechos. La tendencia a la fabul idón y éL la inventiva guarda proporciÓn con los recursos intelectuales anteriores y con la actividad psíquica. Desde el punto de vista un estado de indiferencia, cierto grado de euforia. tabilidad notable afectivo) el enfermo pre$enta mezc:lad,) frecuen;emente Otras y debilidad Las perturbaciones con ',TCc(:~¡ se obse ~va una insemocional. nerviosas do mental est{lI1 caracterizadas que acompañan '?or sindromas el esta- de neuritis generalizadas, que indican el inte:"csamiento de los diferentes dominios de la sensibilidad, de la motilidad y hasta de la vida vcgetativa (nutTlció 1, circuladÓn). Obsér· van se dolores subjetivos y objctivo~,: hiperes';esias y anestesja~, parálisis periféricas en forma de pseudo-tabes, míotrofias, cdemas, cianosis, m:Jdiftcaciones :le la calorificación y trastornos tróficos cutát,eos. De :)rdinario los reflejos están profundamente modificados: exagerados. desiguales o abolidos. sas modalidades La evolución Pueden ob:¡ervarse de parálisis de esta ocul"res. fornn cosis alcohÓlica es variable; también diver- un poco e~pecial de psi- empero, pued(~ decirse que es regresilJle y curable, y que la cmación es la regla. Esta sobreviene al caho de un tiempo habitualmente largo. La convalecencia psíquica es oscilarte, irregr.lar, sembrada de recaídas. Por lo comÚn le. regresión s~: opera de tal modo, que primero mejora la f,.l.cultad de ob~iervaciól1, luégo retorna memoria la orientación logra retener en eL espacio, algunos y hechos finalmente, je la ocurrencia diaria. Si la poli neuritis cura generalmente, no obstante. en algunos casos puede dejar tras sí cierto déficit intelectual y hasta acarrear la demencia. Né tase esto sobre todo, a raíz de la forma confusional que puede prolongarse du- rante semanas, meses y años, y en alcohólicos crónicos debilitados por la edad o la enfermedad. Los excesos de bebida prolongados conducen al alcoholizado crónico, al cabo de un ticmpo que varía naturalmente, según el grado de resistencia individual y la cantidad y calidad de las bebidas ingeridas, a una de· cadencia intensa y progresiva de todas las funciones, así intelectuales y afectivas como somáticas. El decaimiento psíquico, en el cual domina un tinte especial de embrutecimiento, sobreviene lenta y progresivamente, y se agrava a ojos vistas con ocasión de cada crisis de alcoholismo agudo. Como en todos los estados demenciales, hay disminución progresiva de las diversas facultades, principalmente de la memoria. Al principio ésta es perezosa, lagunar y después desaparece casi por completo. A causa de sus frecuentes olvidos el enfermo es jubilado de sus ocupaciones y pierde toda aptitud para los trabajos, tanto intelectuales como mecánicos: Más tarde sus sentimientos se embotan, especialmente sus facultades afectivas respecto de los suyos, y en su lugar se instala a menudo cierta sensiblería llorona, com<;> en los dementes seniles. En esta demencia surgen de vez en cuando ideas vagas y confusas de desconfianza y persecución en relación con la pérdida de los puestos que ocupaba el enfermo; de celos, cuyo origen debe buscarse ordinariamente en su propia insuficiencia genital; de hipocondría, en que entra por una parte el sentimiento de las perturbaciones orgánicas diversas desarrolladas en él. Persist{' también cierto grado de ensueño, algunas alucinaciones profesionales o zoópsicas y, a veces, delirio polimorfo.debido al resto de perturbaciones psico-sensoriales. Estos fenómenos mentales sufren la disminución ordinaria paralela y consecutiva al aniquilamiento de las facultades. un De degradaciÓn 29 -- en degradación, el alcoh)\izado nico lIeg'a a un estado de embrute:::miento acaba en el marasmo con la ruir:a completa ble de la inteligencia, donde sól·) quedan cró- cefinitivo, y (: irremedia- los instintos de la bebida. Estns enfermos pueden tambiénsucnmbil' repentinamente en un ataque de apopleja e ser arrebatados por una enfermedac') intercurrente aguda o cr,jnic<l, vinculada (~sta Última él la insuficiencia hcpát ea, cardí¡,ca el renal. En este período terminal, las alteraciones somáticas son muy marcadas. El demente alcohólico presenta el rostro hinchado y las mejillas flácidas :r caídas. Tiene la voz ronca, la lengua torpe. Hay debilidad sia general, vértigos y perturbacior.E's muscubr más (1 y anestemenos in- tensas de la vista y del oído. Lo:; ac::¡dentes gastro-intestinales y hepáticos se marcan por h pérdida del apetito que va hasta la repugnancia por hs alimentos y por la intolerancia gástrica total. El coraz()1l es irregular en sus latidos. El temblor hace las manos torpes, la marcha pesada, fatigada, incierta. Los refhjos tendinos(ls, finalmente, están disminuidos o abolidN .. --- ..,.... ...----- 111 ASOCIACIONES Y COMPLICACIONES El alcoholismo crÓnico se asocia frecuen temen te a otros sindromas mentales, especialmente a la parálisis general. No es raro encontrar alcoholizados crÓnicos, en los cuales, después de varios accesos sub-agudos, se observan modificaciones físicas notables y una rápida decadencia psíquica. Las facultades intelectuales han menguado, la memoria es infiel; el enfermo no tiene ya la misma aptitud para el trabajo; su carácter ha cambiado, se irrita sin motivo suficiente, permanece indiferente ante acontecimientos graves que afectan sus intereses grandemente, y comete a menudo actos indelicados. De vez en cuando la palabra vacila y hay desigualdad pupilar; se producen aturdimientos y aun ictus. Al influjo de la higiene del Asilo, el enfermo puede entrar en remisión y ser restituí .. do a su familia. Esta mejoría no es sino un alto en la marcha de la parálisis general, cuyos comienzos han sido disfrazados por las manifestaciones tóxicas. El envenenamiento alcohólico entra ciertamente en mucha parte en el desarrollo de la meningo-encefalitis y la forma que ésta reviste; empero, no hay fundamento para considerar al individuo como atacado de una parálisis general alcohólica y no de una parálisis general verdadera. Como en los paralíticos generales, el alcohol puede determinar en los dementes seniles un estado de excitación y, a dosis suficiente, provocar su delirio especial. Después de la desaparición de los fenómenos tóxico~, vénse con - 31 frecuencia persistir durante con ideas de persecución. - varios meses al ud naciones En los imbéciles, la acción nefastl de las hebidas alcoh,)licas es rÚpida y profunda. Ll emtriaguez en ellos puede acompaliarse de violentos accesos de cÚkr<c y furor, con actos impulsivos. Bajo la influencia de la intoxicación, estos enfermos mencia. se encaminan En los epilépticos, precipitadamenw a la de- el abuso d,~ lé bebidawnlenta el nÚmero de las crisis, y muchos de ellos deben al alcohol las manifestaciones primeras de una cnferrned ld que hahría podido permanecer latente cluI'antc mucho tiempo aÚn. En el epiléptico alcoholizado, :as impul,iones propias del mal comidal vienen a sumarse a las <r..lederivan de la intoxicación. Puede obsen'arse en (·1 la existencia de dos clases de delirio: uno que sigue al ataque epilép- tico y d,~1 cual no tiene conciencia r¡i recuerdo alguno, y el otro. distanciado de las crisis y d~ que se acuerda perfectamente. La epilepsia y el alcoholismo. a. unirse en híbrido consorcio, se influyen redprJcamente: la primera activa e intensifica la acción del veneno etílico, y éste hace más violento El alcoholismu el (lclirio que sigJe puede complicar.;e a los a:aques. <le dip.lOmanía. Al principio de esta asociación, sólo la~mbriagw~1. acompafía a los accesos y no deja huellils d,~ su pase,; pero más tarde, cuando éstos se aproximan, las alucilBciones y el delirio alcohúlico desarróllanse é. su 1.Unl<J . . - IV ANATOMIA PATOLOGICA Cuando la muerte ha sobrevenido durante un acceso de embriaguez, encuéntrase una intensa congestión vascular que, en ocasiones, llega hasta la hemorragia. Al abrir el cráneo, brota llna cantidad considerable de sangre o de serosidad sanguinolenta; los vasos de la dura y de la pía-madre están dilatados y como inyectados. En esta Última membrana y en la superficie del cerebro pueden hallarse sufusiones sanguíneas que presentan el aspecto de las equimosis traumáticas. Los ventrículos están más o menos dilatados y llenos de líquido. La sustancia gris se encuentra algunas veces de color más subido que normalmente, tirando al rojo hortensia. Nótase a veces un punteado rojo de dilatación vascular de la sustancia blanca y aun focos hemorrágicos en ciertos puntos. Las mismas alteraciones suelen hallarse en el delirio trcmms. También se ha notado en estos casos un ligero edema y el deslustramiento de la pía-madre. En las lesiones crónicas se observan, sobre todo, alteraciones vasculares y meníngeas. A trechos, y algunas veces en toda su extensión, los gruesos vasos están duros, resistentes. con alteraciones macroscópicas evidentes. Al microscopio, nótase la degeneración grasa de las fibras elásticas, la proliferación fibrosa y las infiltraciones calcáreas que se ven en las arteritis crónicas y el ateroma. Las lesiones de la sustancia nerviosa, con frecuencia enrarecida y esc1erosada, no son, en realidad, diferentes de las alteraciones contemporáneas de las esclerosis arteriales. - 33 -- Las meninges pueden estar en:{rosadas y adheridas entre sí y a la corteza. V ense, (~n l~fect(), Cl}.1 harta frecuencia en los viejos alcoholizados, lesiones ,le meningitis crónica. La p'a-madre llluéstra:;l) opaca ')arcialmente o en toda Sll extensi¡)n ; su adhHencia a la dura madre, espccialm(,nt:c cada que más apan'ntes a nivel rlc la hoz del cerebro, d,~ ordinario; y más los corpú,;culos abundall':es. bién presenta engrosamientos.os de capas fibrosas sucesivamente otras (paquimellin~itis encuentran hcmorragias es más mar- de Paccioni La dura-madre son tam- cuales están formados i'nbricadas unas sobre Iocalizaias', de variable Entre c:;tas capas se im¡lOrt;:nda, recien· tes y cn diversos períodos de evoluciÓn. La paquimeningit;s hemorrágica y la hemorrc.gia meningca son, en efecto, complicaciones frecuentes de' a]Co!1oli ,1lI0 crÓnico. Si todos los a.nolomo-patúl')go, están acordes por lo que respecta él estas alteracion'~s macroscÓricas y groseras, no acontece lo propio en lo tocante a [as lesiones propias de los elementos nervjl)So~ .. SO (~S dudoso que a un grado rresponda fusión pronunciado un substratum y grado de perturbaciones anal(imko cuya de reparabili:lad expliquen psíquicas naturaleza, codi- la persisten- cia, la extensión y el grado de cUl'é.bilidad de los fenómenos clínicos; pero tales alteraciones, que interesan la fina estructura del sistema nervios'), precisadas. H:tn si{lo estudiadas formas de psicosis polineuríticas po mismo a ncurÓlog-os n J han sido todavía bien particu18.rmente en las que intere,;an a un tiem- y psiquia:réls. Las investi~~acionC's emprendi,hs bajo la dirección de Ballet, principalmente por el método de l\"issl, han revelado alteraciolws cC'luJares. Esta:¡ se ven, ¡¡obre todo, en la capa de las grandes cÓlu]as pi"amiclale:; e interesan a la vez los ekmentos fundamentales de e:;ta capa y las células g'ig-antes <le Betz. N Ó1 ame en l'st~.S la tumefacciÚn clara y el estado vacuolar dd cuerpe. celular y sus prolongamientos, el inflamiento l traslaciÓn exc(~ntrica '- 34del núcleo, la cromatolisis perinuc1ear, del nuc1eolo y, por último, la desaparición modificaciones El método de Weigert-Pal pigmentarias. no siempre pone de resal- to lesiones muy marcadas de las fibras tangenciales. Estas, sin embargo, son asiento de modificaciones evidentes, y el método de Marchi habría mostrado nes de ciertas fibras de la red de Exner. lesiones en las fibras centro-oval juicio. Cabe manifestar respecto de histo-patológicas, que en mu :hos y hasta delirantes el examen no celular ninguna. alteracio- La existencia ares se halla en tela de estas comprobaciones casos de formas graves ha revelado alteración Además de estas lesiones, que podrían encontrarse los casos de psicosis alcohólicas sin neuritis, existen las formas polineuríticas algunas de alteraciones en en en relación con lesiones nerviosas periféricas, las que se producirían por el proceso de la degeneración ascendente y también por un proceso de repercusión a distancia en las células originales de los nervios. tar, según su intensidad, Tales alteraciones todos los grados, pueden afecdesde los que se han enumerado a propÓsito de las lesiones de la tercera capa cortical, hasta las fasos tardías de atrofia y desintegración celular. ---.~ ...•...'-~--- v DIAGNOSTICO Por lo comÚn el acceso de enbriagw_'z l:;e reconoce fácilmente l~n sus dos primcro:; períodos, I-,ero durante el coma terminal el diagnóstico es mucho mÚs delicado. El olor del aliento, al cual los clasic'):i atribuían una importancia decisiva, 110 ticnc, a la verdad, un v,LÍor absoluto, ya que un comicia] puede hé.ber sufrido ¡;J ataque des- pués de haber almorzado fucrtJ, y en un cs:ado sincopal pueden haber dado alcohol al enf'~rmo a tinto terapéutico. Otros comas. cl diabético, nicar al aliento por ejemplo. :JueJen comu- un olor parecido al del ald,~bido, y, por último, un individuo puede es:ar '~;Jrio. pero su coma depender de una hemorragia mcníngea. En tales casos, el examen gen(~ral, el de: sistema nervioso, la inspección atenta de :os (ljOS, el análisis de la orina, que, si fu.~re menester, podrá uno procurarse deando al enfermo, y la naturalezé. de los vé.¡r.itos, do los haya, permitirán establecer el diagnóstico. soncuan- El delirio agudo simple no difi'~I:e, en re,llidad, del delirio alcohólico; por lo tanto, el (!iagnóstico 110 puede formularse una parte, por otra. sino baÚndose en el origen del delirio, por y la comprobaciór de ..a intox ic:ación etílica, En las pirexias graves, en espl~cial la fiebre tifoidea, y singularmente en las formas ner.,¡osas de ~sta enfermedad, el diagnóstico se hará sohre todo por los signos abdominales, las manchas rosada.5, los fenóm ~nos gastrointestinales, ctc. El delirio de la neumonía es algunas veces difícil de diferenciar. Esta enfermedad es, por otra parte, la causa más frecuente del delirio tremens en los alcoholizados. La forma del delirio, las más de las veces violento y locuaz, la fiebre, la disnea, no son elementos de diagnóstico. Este sólo podrá establecerse por el examen regular del enfermo y el estudio de la expectoración. El delirio urémico ofrece cierta similitud con el delirium tremens, pero en aquél son más acentuados los vómitos y la tendencia al coma, y el elemento alucinatorio menos pronunciado. Las comprobaciones urológicas, finalmente, permitirán soltar la dificultad. En el envenenamiento por sustancias narcóticas, como la belladona, pueden observarse signos análogos a los de ciertos estados agudos del alcoholismo; pero las pupilas están de ordinario dilatadas y es mayor la tendencia al coma. Algunas afecciones orgánicas agudas del sistema nervioso como las meningitis, se diferenciarán por las contracturas, las parálisis, los signos 6culo-pupilares y con el auxilio de la punción lumbar. Ciercos casos de manía aguda seméjanse a la agitación alcohólica con confusión, pero en ellos el temblor es menos marcado y casi no hay alucinaciones. El delirio de persecución alcohólico puede confundirse con las locuras sistematizadas, especialmente con la paranoia ordinaria; pero en el primero existe las más de las veces la creencia delirante en la infidelidad de la mujer, y, además, la degradación moral, el debilitamiento intelectual y demás signos característicos del alcoholismo crónico. Los mismos datos servirán para diagnosticar la melancolía alcohólica. La asociación del sindroma polineurítico con el sindrama mental en el curso de la intoxicación akohólica impone el diagnóstico. Pero la ausencia o el carácter frustrado o latente de uno de los dos elementos. particularmente la neuritis, puede inducir a error respecto al ele- -- 27 __ o mento psíquico. El dignóstico es mayormente delicado cuando, en las intoxicaciones atlmuadas, d sindroma psiaislado, y (uando copático se presenta fatiga y un ligero atención estado febril La evolución, que puedan los conmemorati clínicas, mentales orientar ~os, el conjunto deberán de manera atenta y cuidadosa. La parálisis general es con la que ciones alcúhólicas de la ,J.~ la into 1{icación etíJica. hacia causas distintas de las manifestaciones ha)' fenómenos especial He¡- examinados las manifesta- ofr,~ccn mayores analogías, y el diagnóstico puede ser mu)" difícil en ausencia de datos suministrados por la punción lumbar. Como lo obsena Magnan, 110 sólo el a1cohc1ismo enclbre la parálisis cuando con ella se asocia, si no :¡ue a las veces simula de un modo perfecto la meningo-e 1cefalitis. Con frecuencia en los aJcoholizados crónicos sobrevienen aturdimientos, ligeros ictus apopléticos o epilep~iformes, que se acompañall, ya de una pereza muscula pasajer", ya de pesadez y dificultad de la palabra. Si en estas con :iiciones surgen algunas ideas ambiciosas o preocupaciones hipocondríacas, el diagnÓstico resulta hano dificil. Pero al cabo de cierto tiempo desaparecen los sínt~mas suc-ag'udos y queda el alcohólico crónico vulg:ir. En ausencia de pequeiios de datos eticlógicos brotes delirantes y de (onmemorativos Mlcesivos, la demencia al-. cohólica es con frecuencia difíci de diferenciar de la demencia paralítica. En el alcoh'>lico, no (,bstante un embrutecimiento habitualmente más pronUIl( iado que en el paralítico general, la ruina de la intelifcncia es menos profunda; quedan a menudo, por lo menos, los instintos de la bebida; hay frecuentenen:e ideas melancólicas, de persecución y de celos; persisten cicrta~ alucinaciones. Si el alcohólico presenta sílltonas físico~, éstos se parecen más a los observados en el Ill;cudo-tahes; el embarazo de la palabra es distinto ¿el de la parÚlisis general; el temblor es más rápido. Estos si~nos se parecen a los de las lesiones circunscritas. El estado puede permanecer es- -tacionario 38 - y aun mejorar, pero no hay aquí nada compa- rable a los periodos de remisión de la meningo-encefalitis. La pseudo-parálisis general sifilítica ha sido, en fin, confundida con la demencia alcohólica. La influencia a veces feliz del tratamiento específico precisará el diagnóstico. En la demencia del lenguaje, senil, la incoherencia de las ideas y las ideas confusas de persecución así como las crisis de cólera y la agitación y de robo, habitualmente nocturna. pueden recordar la demencia alcoh6lica, pero. fuéra de los signos propios de la vejez, la amnesia tiene un carácter esencialmente progresivo. El diagnóstico es a menudo muy dificil cuando excesos alcohólicos complican la demencia senil. \Vernicke ha descrito con el nombre de presbiofrenia un sindroma caracterizado por la edad avanzada del enfermo, un aspecto amable y a veces obsequioso, perturbaciones de la memoria, consistentes, sobre todo, en amnesia de fijación, fabulación, y, por último, alteraciones más o menos profundas del juicio. Esta psicosis. un poco especial, es a veces muy difícil de diferenciar de la enfermedad de Korsacoff. Fuéra de la etiología, minación, Kracpelin de la evolución y de la ter- indica entre los dos estados las dife- rencias siguientes: la perturbación amnésica, el empobrecimiento intelectual, los trastornos del juicio son mucho más profundos en los presbiofrénicos que en los alcohólicos de Korsakoft. Ordinariamente éstos son más indiferentes, más obtusos, al paso que en los presbiofrénicos dominan la agitación, la turbulencia y la locuacidad senil. El tono afectivo es diferente: aquí, el optimismo ligeramente humorístico del bebedor; allá, la alegría sin objeto y sin ideas del presbiofrénico. Las lesiones circunscritas, focos apopléticos, reblandecimientos. paquimeningitis y hemorragias meníngeas, se acompañan frecuentemente de ictus y de demencia. con irritabilidad, sensiblería, ideas confusas de persecución, agitación y hasta alucinaciones nocturnas. Fuéra de la circunstancia 39- de que el fondo alcch¿.J¡co no cst;'t siempre ~L1sel1tc, se ob3ervan ue ordi nal'io permanentes y dasia. En est('5 principio ha sido repentino, parÚ: i:;i s local izadas ('"sos, habitualmente el Cicrtl.1s casI's de demencia pr~coz qtl( suceden a un e:;cado m,'l:> o men(l;> ag-udo de conhsiÓ'l nwnut! y presentéd} al krn~: ti vas de agitad,Sn .Y e~tu por, dC5')rientación y a:elamiellt", han sido tomados per lI1t'jxic,ciÓn akohÓliea, El diagn()stico puede S0r dificil. sobre todo si hay t('mblc,r y éxag,"rar.:ión de lo!'; J'eflejos, y cuando el ncgativismo y los fenómenos tuados, Finalmente, mencia cat:cÓnic8s en ausencia lll) son :1e r::H1ll1cmol'ativo5, C'¡oi10ptica In sido confundida cohólica, principalmcnte cuando o de vérti¡:?',)s. El alcohólico muy acenla de- con l~, demencia éstl se acol1lpaiia al- de ictus CJnSI~rVa, sin "mbargo, más actividad qLle el epiléptico. y este {¡ltimo est:, todavía más aklado q~le el ¡:lcohÚ!ico, en r¡llicl1 p,~rs¡st(: '111 ligero grado de agitaci¡'lr delirante. El epilf~pti('(.l demente carece, o poco menos, dl~ p:tlabra espontánea; SllS respuestas y SllS gest(;s la memoria son mllcho más Icn':os. en la demencia Las pcrt.lrbacioncs C'pilépdca se paecen más de a las de la demencia senil. El lado afectivo quiÚ está menos intcrciiado en h epilepsia, auwlue sus manifestaciones sean más lentas en producirse ... VI TERAPEUTICA El tratamiento de las formas alcohólicas psíquicas debe ser considerado desde un doble punto de vista, según que se enderece a los accidentes agudos o tenga por finalidad la preservaciÓn contra el envenenamiento alcohólico. En los estados agudos se impone el internado en la mayoría de los casos, a fin de proteger contra sí mismo al enfermo. que puede ser víctima de sus ilusiones y alucinaciones, y poner a las demás personas a cubierto de sus raptos temibles. El cambio de medio y el aislamiento son útiles, sobre todo cuando el alcoholismo ha tenido por punto de partida preocupaciones de familia o profesionales. Contra la agitación conviene el reposo en cama, el cual, al par que limita la agitación motora, obra como calmante e impide la desnutrición del paciente. Sin embargo, hay casos en que es preferible dejar a éste en libertad de andar, a efect0 de favorecer la eliminación del alcohol. Desde luégo es preciso suprimir el excitante habitual; esta supresión, salvo casos excepcionales, debe operarse bruscamente. Como importa restablecer un sueño sosegado que no alimente el delirio con ensueños, se administrará un poco de cloral; pero hay que ser siempre muy reservado respecto del empleo de los hipnóticas, porque no es prudente añadir una nueva intoxicación a la primera. El opio y sus derivados, que consti- - 4·: pan y retardan las secreciones es prefe rible susti tuírlos, en caso necesario, por una inyecciÓrl hipodérmica de bromihidrato de hioscina. mis fácil, por otra parte, de administrar en esta clasE' de enfcrm'JB. Debe facilitarsc ]a eJiminacjJn del veneno por baños tibios un poco prolongados, que tienen, ad~más, la ventaja de calmar la agitación; mediante purgantes salinos, tisanas diuréticas y sudoríficos, como la policarpina. Cuando se producen acci jen :es adinámicos, hay que luchar contra ellos con la digita], que fav(,rece al propio tiempo la excreción urinaria, lo 5 estimula ntes difusibles, como e] acetato de amoníaco rechazarse y el café. La. cstricnina en razÓn de sus propiedades debe convulsivas. En los casos de embriague2 comatosa. curar los vómitos para eliminar d alcohol importa pro- no absorbido todavía. Con tal fin se practica··it una inyección de apomorfina. Se darán al enfermo XX gotas eje amoníaco en agua azucarada y se ordenará una lavativ" purgante. Las fricciones y e] masaje serán útiles para hacer salir al paciente del coma en que se halla !;umergidc. 'Cna segunda fase del tratamiento, que pudiera ser llamada de ea] ma an tia]cohóli:a, debe durar de ci nco a seis meses y ser proporcionada en S\l prolongación al nÚmero de recaídas. Esta cura de los bebedor~s reincidentes consiste en su mayor parte en m,~(lios ps:quicos, en una especie de reeducación Hay que unir a]a moral. preservaci,'m del alcohol e] trata- miento de las manifestacion(~s fástricas, ligadas de ordinario a la intoxicación. A ~ste propósitJ, es bueno recomendar a ]05 enfermos p:~epaaciones ;mlargas no a]· coholizadas (genciana, y disminuyen toxicación somaníacas, cuasia), ]a apetencia alcohólica precisa )or que engai,an e] estómago ('] alcoho·. Cuando ]a in- se acompaña mantener de impulsivncs sometido dip- al enfermu tratamiento anti-psicasténico, y a los amargos. dicación de estos estados de debilidad nerviosa al La meexcita- - 42 - ble consiste también en la mezcla juiciosamente da de las preparaciones fosfatadas y bromurarlas. aplica- Por lo que hace a la profilaxia del alcoholismo, es indudable que para el higienista, el sociólogo y el buen ciudadano, que contemplan con ánimo doliente el espectáculo de las miserias de todo género engendradas por el alcohol, la medida eficaz por excelencia sería la expedición de una ley que prohibiera pura y simplemente la fabricación y expendio de toda bebida alcohólica, a fin de cegar de un sólo golpe esa malhadada fuente de degeneración y delincuencia. Mas ya que en el actual orden de cosas parece imposible alcanzar ese desidera- tum, porque a ello se oponen los poderosos intereses fiscales y económicos que se hallan vinculados al alcoholismo, sí es urgente e inaplazable adoptar un conjunto de disposiciones que vayan restringiéndolo gradual y progresivamente hasta llegar en no lejano día a su abolición absoluta, ideal éste realizado hoy en los Estados Unidos del Norte. Hé aquí, resumidas en unas cuantas proposiciones, las medidas que con tal fin debieran implantarse entre nosotros: Disponer que los establecimientos donde se expenden licores y bebidas fermentadas sólo deban abrirse entre las nueve de la mañana y siete de la noche; Estimular la fundación de cafés y restaurantes donde no se vendan bebidas alcohólicas de ninguna clase; Gravar fuertemente la introducción y la fabricación de bebidas espirituosas, como el brandy, el whisky, etc., y prohibir la importación y la venta del ajenjo y sus similares; Instituír en todos los establecimientos de enseñanza oficial la educación antialcúhólica, y excitar a los planteles particulares de enseñanza primaria que hagan lo propio, y a los maestros ligas escolares antialcohólicas; y secundaria para a que formen - 43-- Crear nuevas rentas con qué reemplalar las que hoy derivan los Departamentos del consumo del alcohol; Perseguir acti vamente el cortrahandc· qUE: permite el consumo de los licores a bajo pre:lo ; Est,Ólt'ccr ut' impuesto aoicional al que yá existe sobre el C')llSUl11()th: las bebidas LCO}¡/¡!ícas. a fin de fundar y S'j::;tencr con Ól asilos :ion:le tratar a los alcoholindos curables; 'Ejercer sanci<'m legal. severa individuos que SI' embriaguen tcntcs en cncarn:lamicnto e inexurahk. dos veces sobre los al mes, consis~ y pÓrdida de los J':fi.~chos civi- les y políticos; Excitar a lo;; Laccndados:-l ptc,pietario~ para que, a efecto de dismiuuÍr el consumc, de la chicha y el alcohol. mejoren cuant() :;e<1posible la alill1entc:ciÓn. el vestido y los salarios de sus obreros; y Fomentar. por modo práctico y eficaz. la construcción de habitaciones para obreros. de h"ralo arrendamiento, o de L'tcij ,I'Jquisici')11 por éstos ~nediante módicas condiciones, -------- .OBSER\? ACIOMES 1 N. N., de treinta y cinco años de edad, natural de Bogotá y mecánico de profesión. No hay antecedentes hereditarios. Cuanto a los personales, sólo se sabe que es bt:'bedor inveterado de toda clase de bebidas destiladas. Caracteres mmtales--Llama desde luégo la atención en este enfermo la inquietud que 10 agita y la expresión de su semblante, entre irónica 'Y medrosa. Interrogado acerca de sus antecedentes personales y circunstancias de su vida, comienza manifestando que él nunca ha sido bebedor; que naturalmente acostumbraba a echar una cana al aire los días de fiesta, tomándose unas copitas de brandy con los amigos. Que estuvo varios años trabajando en el Taller de Mecánica del Ferrocarril de la Sabana, y que sus compañeros, viendo que él era un hombre sumamente ilustrado, que sabía hablar bien todos los idiomas, habían pensado elegirlo de Representante al Congreso, pero que había cometido el disparate de casarse con una muchacha santandereana, con la cual tenía una hija, y que esa mujer había sido la causa de que se malograsen sus aspiraciones, pues un primo de ella, con las miras que él muy bien se sabe, intrigó para que lo metieran en el manicomio, so pretexto de que estaba loco, siendo así que no hay en el mundo hombre más cuerdo que él. El relajamiento demencial de este sujeto no tanto se trasluce en las ideas delirantes expresadas como en el desaseo y desgreño de toda su persona y en los actos inmorales que con gran descaro comete a cada paso en el Asi- - 45- lo, demostrativos de una verdadera ;l1estesia o:1elsentido moral, y tanto mis notables cuanto se trat¡; de un individuo de regular instrucción :r qle, según informes, antes de contraer el funesto vicio del alcohol, (~ra de conducta irreprochable. Alteracior/"s somáticas -Los refle os rotuli,wos exaltados; presenta un temblor mUY'11arcado tremidades digitaks cuando mantiene didos; las pupilas est{m dilatadas están en las ex- los brazos exten- y ~e contraen perezo- samente ba}) la influencia de la llz; padece de insomnios y pesadillas terroríficas y tiene pitui :as matinales. 11 N. N., de treinta y cnatro años d~ edad, soltero y natural de Antioquia, Antecedentes hereditarios: madre de temperamento excesivamente ne,,\Ticso; paJrt~ sano y de costumbres austeras; tiene varios h€rmanos te normales. Cuanto a sus antecedentes años comenz(, a entregarse tomaba whisky peoonalcs, a la hebida. p~rfectamenhace varios Al principio sólo de vez en cuando, pero a medida que el vicio se arraigaba en él, fue tomando con mayor frecuencia, de modo c¡ue últimamente bebía cotidianamente y toda clase de licores. Caractercs ?Ilclltales- Hará unos cuatro me ses empezó a mostrarse taciturno, dcsconfia10 ~r receloso Al sentarse a la mes" examinaba cuidadm.c.mente I(,s alimentos antes de ingl~rirlos, y muchas veces se lcvantj de ella sin comer, porque creía percibir en las viandas sabores extrailOS. Iba f:on frecuencia a la Ofi :na de Permanencia de ]a Policí~ );'ac:onal a quejar~,e d~ que alg ,mos individuos pretend~an atcntar contra su vida. Así las cosas, hallÚndose un día asomado a una de las vcntaras de su casa, vio pasar unos obreros y sÚbit¡:,mente comenzó a dar voces pidiendo auxilio, porque esos socialistas le estaban haciendo disparos de revólver y querían asesinarlo para apoderarse de los bienes que poseía. En vista de ese estado de agitación peligrosa, resolvió la familia enviarlo al Asilo. En este establecimiento permaneció algunas semanas, durante las cuales, a favor de ~la supresión del tóxico y un tratamiento adecuado, recobró su calma habitual y fue dado de alta. Tiene el rostro enrojecido a causa de la dilatación de los capilares sanguíneos; las conjuntivas encarnizadas; presenta un ligero temblor en las manos, y los reflejos están exagerados. Por lo demás, parece a primera vista un individuo perfectamente normal y viste correctamente. Teniendo en cuenta los antecedentes personales del enfermo y el cuadro clínico, bien característi~o por cierto, hemos diagnosticado un caso de paranoia de origen alcobólico. Fenómenos físicos- III Emiliano Rodrigue;~, natural de Facatativá y carpintero de profesión. Acerca de sus antecedentes personales sólo se sabe que ha sido toda su vida un bebedor consuetudinario. Ha estado yá dos veces en el Manicomio, con ocasión de varios acce~os de delirio tremens. Actualmente encuéntrase en un estado de embrutecimiento tal, que se halla totalmente desorientado en el espacio y en el tiempo: ignora dónde se encuentra y en qué fecha estamos. Al interrogarlo, abre los ojos desmesuradamente, con expresión de asombro, y al cabo de mucho esfuerzo mental, responde torpe y dif~cilmente, con frases incoherentes, que no guardan reláción alguna con el texto de las preguntas. el rostro flácido, arrugado, prematuramente envejecido. Las manos y los dedos presentan un temblor acentuado cuando las extiende en la actitud del juramento. Lo propio ocurre con la lengua al proyectarla fuéra de la boca. La marcha es torpe y vaAlteraciones somáticds-Tiene - 47 -. cilante; la voz estil enronquecida, pl'obabJen'ente a causa de una laringitis crónica. Los rEflejo:) eSL'1Odisminuidos. IV J. R., de Bog'otá, de treinta y do:; años de ('(lad, zapatero de oncio. llijo de padres alcoh]licos. Está perfectamente lÚcido y contesta con tino a b:. lJreguntJ.s que se le bacen. Cuenta qUl~ estuvo hasta hace POCi:' prestando el servicio militar, corno sargent,), el uno de los Regimientos del Ejército nacional y que :dlí había sufrido muchos castigos, !x'rque beber, y durante había los "ccesos épocas en qu,~ lC daba por dl~ embriaguez ¡:.crdia la ca- beza por complete, y buscaba riiías ~. pcndenc .as con todo el mundo. Que ¡_'Llede permanecer variJs Sl;manas sin proLar trago, pero cuando se siente "cometido de la necesidao de tomar no puede cont(:nerse y wm:l, a pesar de que sabc que el aguardiente le hace c]ar., que es un individuo sumamen un lhii) atroz. DenervicsJ y que por .¡. las noches le ('S imposible dormir, porque su sueño es perturLado cada rato por ensue¡-¡OS h')ITuros •.l<. Al examinarl". no hemos cnc:>I1tl'2.doen l-1 signo al¿uno de alcoholisn1C> crúnico. Cl.lIl ':odc,. pucde a:lrmarse que es un dips(i1nano. V J. del C. R., d.::,cuarenta C)uinquir:l. albañil. que se pasaba rracho aiío:; de (~dad. natural Este sujeto fue enviado la vida en las chicherías y suscitando pendencia:.; de Chi- al ..\silo por- cúlltin lamente bo- brutal izaba a su mujer y a sus hijos, y daba, en suma. muestras evidentes de ('star profundamente degenerado por la behida. A poco de conversar con él, éch.lse do vcr la profunda perturbación de su juicio: emite él cada pase, ideas delirantes, ora de grandezas, ora de celos. l(e::ién llegado al Establecimiento padeció de vari)s accesos de agitación psico-motora, con alucinaciom:s visuales zoópsicas, auditivas y tactiles e impulsiones \-iolentas. Mediante la supresión del alcohol ha mejorado mucho, y yá apenas se notan en él los signos característicos del alcoholismo chíchico. VI Emeterio Rodríguez, de seSf!nta años. Lo trajeron al Manicomio en un estado de violenta excitación, presa de alucinaciones visuales consistentes en la presencia imaginaria de bestias feroces que intentaban devorarlo, contra las cuales reaccionaba, poseído de un miedo cerval, tratando de huír. Cuando lo vimos por primera vez, hallábase acostado en su cama, empeñado en vehemente conversación consigo mismo, y en su rostro reflejábanse las modificaciones de su estado cenestésico: ya levantaba las manos temblorosas en actitud de súplica, ya ocultaba con ansiedad la cabeza debajo del cobertor, cual si quisiera sustraerse a la visión de un espectáculo macabro. Fenómenos somáticos-Rostro congestionado, ojos prominentes y brillantes, temblor intenso. Este acceso le duró cuatro días, al cabo de los cuales recobró el sosiego. VII María Elena Cuervo, soltera, natural de Samacá. Estuvo en el Buen Pastor, a causa de una riña que tuvo en una chichería, hallándose en estado de embriaguez. De allí fue trasladada al Asilo de Locas, por haber dado sefíales de enajenación menta!. Cuando llegámos al Manicomio, la hallámos arrodillada en el suelo, los brazos cruzados sobre el pecho, y en el semblante una expresión de abatimiento, de verdadera estupefacción dolorosa. Interrogada reiteradas veces sobre la causa de su dolor, lográmos al fin obtener de ella algunas respuestas, en medio de profundos sollozos. Declara que se siente agobiada por un inmenso pesar, porque ha cometido gravísimos pecados y necesita rezar mucho para que Dios se apiade de ella. Que por las noches no pue- - 49- de dormir, pues oy~ continuamenl(: voces que le aconsejan que se meta de Hcrnlana cc 1< Caridad. Según las enfermeras, desee qle llegÓ;:I Asilo se la pasa en esa postura, de la cua' tr<lt;¡11de saca,da, en vista d\~ que ticII!' ];\S rodillas (osc)riadas y el1!;<lngrentadas: pero \·anamente. Es una lllujl"r ellflaquecida, de los belwuores con la bcil:s i!ll!cterados característica de b"L¡Í(bs ft·rl1lellt<lua::;. VIII X., natural de Bf)g'f)tÚ, Es casada r tit·t¡c \'¡Lrios hijos normales. Colltra}) rlesde ¡,i'=Juc'ia el baJ.,itu de tnmar chicha, PUCI) ti,'m)l" hace CutnellZ') a la:l1"r b <lt(,l1ci('l!l por el ahalldo¡-¡¡) ':'otnpkto dé' S 15 ddwres dOI11¡':sticos, por el rel,.jallliclllu de sus sl:ntin'¡e:¡l<.·s 1a!l1i1i,¡res y por una ¡wrvl'rsit'lll del s('ntido m(ral \\~nJaderalllellte i¡¡audita, En virtud rle ud perversÍ/)1. es:uvc un día a ptlIlto de dar ll1uert~ violl'nt,L a uno de ~L1S hijos; otro día fuc a la ¡"olicia .\';¡CiOll,tJ ~l denunci,lr a ~;U propi(, marido como falsificador dl~ nwrlCd'l., y en OCaSil>ll IlIás reciente indis- puso a una hija qU(~ tiene (¡¡sada, con el ma~idu, dicil':ndoIt' a éste que aquélla le (-ra inli(·l. l~ctLlaln1l'nt" la presentación es bien característica: maníaca. puseída ,Jínica se n,\- uel ve en Sll celda j~lL¡\é1,vomitand,) injurias d(~ esta enferma d.~ una \'ioL~nta agitación corno una fiera en su y r.el1Ltstos cortra ¡as enfermeras y las Hermanas que dirigen imputÚndoles faltas que est(m lejos de haber el médico, el Asilo, cometido. Como se ve, el alcohol lo que principalmente Llllo en esta l1111jl'r es el lado ético, hacicndo e ha afecde ella un caso típic'J de b que los autores ingleses llaman moral que es el eSlado moral de los crirr inales. Por lo illsallity, demás, lleva impresos holismo chíchic-o. en Sll r'Jstro los estilrmas del alco4 - 5°- IX N. N. Hállase en un estado de embotamiento intelectual completo, del cual surgen de vez en cuando ideas delirantes y frases incoherentes. Hay desorientación absoluta en el espacio y en el tiempo. Padece rlesde hace algún tiempo de una diarrea profusa, que ha n.:sistido a todo tratamiento. Presen ea al teraciones pelagrosas en el dorso de las manos y de 10s pie3. Está muy enfl,iquecilLi y en un estad,) de profunda postración. x A. F., natural de Chiquinquirá. Padres alcohólicos. Es epiléptica. Cada vez que inrurría en excesos de b(~bida le daba el acceso comicia!. yal salir de éste cometia todo género de violencia,,;, por las cuales estuvo varias veces en el Buen Pastor. Actualmente su estado il1~ntal es deplorable: está completamente dC'soricntada; ríe y llora alternativamente, sin motivo alguno, y frecuentemente entra en períodos de excitación maníaca, durante los cuales ticn<.:lI que encerrarJa en una cclda para poner a cubicrt(} a las demás alienadas de sus raptos tcmibles . . Hay desigualdad pupilar, abolición de los reflejos tendinosos y dolores musculares a la presiÓn. ---...•..• - Biblio;Jrafía -Introducción a la Cliflica Psiquz'dtrica. CHASLIN-Eléments de Sémiologz'eet Clinique lJfentales. BAl LET - Traité de Patltologie jWentale. DERCUM-A Clinical ¡l1'anualo/ Mental Dz'seases. ScnuLE-Traité Clinique des lIfaladies Mentales. VALDIVIESO JULIo-Alcoholismo en Colombia.-Tesz's. 1918. MONTA~A ELISEo-Lucha a1ztia/cohólica. 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