Condromalacia Rotuliana

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23• Jornadas 131-134, 2009
Condromalacia Rotuliana
DRA. N. GUERRAALMEIDA; DR. R. NAVARRO NAVARRO; DR. J.A. RUÍZ CABALLERO; DR. J. F. JIMÉNEZ DÍAZ; DRA. E. BRITO OJEDA
Se trata de un estado patológico del cartílago rotuliano cuyo significado es
exclusivamente morfológico "reblandecimiento del cartílago de la rótula ", y que
carece de traducción clínica concreta.
Se la considera como parte normal del proceso de envejecimiento o como una
reacción del cartílago articular frente a fuerzas anormales.
Esta alteración puede resultar totalmente asintomática; de hecho está presente
en el1 00% de los estudios postmortem de los > 40 años.
Por lo tanto; si no se dispone de una constancia anatomopatológica, artroscopia
o por la imagen, no debería emplearse este término en forma categó rica, sólo
como orientación diagnóstica, siendo entonces más adecuado referirse a un "síndrome de dolor fémoropatelar", impreciso pero que no conduce a error.
Condromalacia de la rótula,
o rodilla del corredor
asimetría entre las altura de las carillas articulares y la congruencia entre el
surco troclear y la creta medial de la rótula son factores que contribuyen a la
estabilidad de la rótula.
Fémur
Patella
Ligamento posterior
cruzado
Ligamento anterior
cruzado
Ligamento del menisco
b. La rótula
Epidemiología
El patrón de condromalacia rotuliana, en sentido estricto, que se recibe con más
frecuencia es un paciente joven, de sexo femenino, con dolor retrorotuliano que
aumenta tras sedestación prolongada y al bajar escaleras, sensación de crepitación
y ocasionalmente sensación de inestabilidad de la rodilla o claudicación.
La incidencia de lesiones del cartílago rotuliano aumenta con la edad, sobre
todo durante y a partir de la tercera década de la vida .
Se ve con mayor frecuencia en el atletismo y en los deportes que se desarrollan
sobre terrenos duros (balonmano, baloncesto .. .). Un grupo de alto riesgo lo constituyen los corredores de fondo.
Recuerdo Anatómico
1. Superficies articulares
La articulación fémoropatelar es una de las 2 articulaciones que componen la
articulación sinovial más grande del cuerpo: la articulación de la rodilla.
Si bien la rodilla viene a estar formada por 2 articulaciones: femorotibial (bicondílea) y fémoropatelar (trocleana)
Desde el punto de vista fisiológico no existe sino una única articulación.
a. La tróclea femoral
La porción articular del fémur anterior compuesta por un surco y 2 carillas
(medial y lateral). El surco se continúa hacia abajo con la escotadura intercondílea y las carillas, con los cóndilos femorales.
Ambas carillas son asimétricas (lateral es más saliente que la medial). Dicha
Hueso sesamoideo más grande del cuerpo humano. Incluido en el aparato
extensor de la rodilla. Posee una forma triangular: base proximal y vértice distal.
Existen dos carillas articulares asimétricas que forman un ángulo de 120 grados, lo que da mayor estabilidad a la rodilla. Ambas carillas permanecen
separadas por una cresta media.
Característico de la superficie posterior de la rótula, el cartílago hialino que la
cubre (más grueso y blando del cuerpo)
Base: en la mitad o en los 2/3 anteriores se inserta el tendón cuadricipital,
donde que incluida.
Vértice: se prolonga hacia abajo por el tendón rotuliano, que lo une a la tuberosidad tibial anterior.
2. Medios de contención articular
a. Cápsula articular
Elemento laxo que necesita otros refuerzos para mantener la estabilidad articular.
Estabilidad articular estática: se consigue mediante estructuras ligamentosas
incorporadas.
Estabilidad articular dinámica: la proporcionan tendones musculares que se
combinan con la cápsula .
b. Membrana sinovial
Reviste la cápsula por su cara interna
Produce líquido sinovial, el cual actúa como lubricante y nutriente.
3. Inserciones musculoligamentosas rotulianas
a. Contención transversal
El sistema de contención transversal viene a estar representado por la acción
conjunta de retináculos y los ligamentos laterales, que, constituyendo un
refuerzo de la cápsula articular ayudan a asegurar la estabilidad lateral de la
rodilla en extensión y proporcionan estabilidad pasiva de la rótula en dirección mediolateral.
b. Contención longitudinal
El sistema de contención longitudinal viene a estar representado por los elementos componentes del aparato extensor de la rodilla, jugando el cuádri-
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Definición
ceps en dicha función un papel primordial. De los cuatro músculos que lo
componen, tres- vasto medial, vasto lateral, vasto intermedio- son monoarticulares, mientras que el cuarto -recto femoral- es biarticular, actuando tanto a
nivel de la rodilla como de la cadera. Estos cuatro músculos se unen distalmente en el tendón del cuádriceps, compuesto por tres capas. Las fibras más
superficiales del recto femoral corren a través de la rótula y se unen al tendón
rotuliano, mientras que las más profundas se insertan en la base de la rótula.
El vasto medial y lateral se unen para formar la capa media del tendón cuadricipital, que se insertan en la base de la rótula. Estos músculos además poseen
fibras que se unen a los respectivos retináculos. El vasto intermedio se inserta
en la base de la rótula a través de la tercera parte más profunda del tendón
cuadricipital.
La rodilla mantiene su estabilidad de manera completamente distinta según
se encuentre en flexión o en hiperextensión. En una posición de alineación
normal con flexión muy ligera, la función del cuádriceps resulta indispensable
para la bipedestación, ya que, si no funcionara este músculo, la flexión tendería a acentuarse por sí misma. Sin embargo, en una actitud de hiperextensión,
la rodilla queda bloqueada por los elementos cápsuloligamentosos posteriores y, sin necesidad de intervención del cuádriceps, es posible mantener la
bipedestación.
Con el fin de evitar una hiperextensión extrema existen una serie de elementos cápsuloligamentosos y musculares accesorios. Entre los primeros, se han
de mencionar los refuerzos fibrosos de la cápsula articular. Como elementos
musculares, los flexores de la rodilla actúan como factores activos de esta
limitación: los músculos de la pata de ganso, el bíceps y los gemelos.
Biomecánica de la Articulación
Fémoropatelar
1. Función del aparato extensor
El aparato extensor de la rodilla está constituido por un elemento motor, el músculo cuadriceps con sus cuatro elementos musculares y por un dispositivo de
transmisión y deslizamiento, centrado en la rótula y formado por el tendón cuadricipital, el tendón rotuliano y la articulación fémoropatelar, constituyendo el conjunto de todas estas estructuras anatómicas una única unidad funcional cuyo papel
resulta primordial a la hora de asegurar una buena estabilidad articular. La afectación de alguno de los elementos de esta unidad funcional, traerá consigo la disrupción del aparato extensor, y, con ello, la aparición de diversos procesos patológicos
tales como desalineación o síndromes de hiperpresión rotuliana
El vasto interno oblicuo, así llamado por la dirección oblicua de sus fibras musculares, es el mayor estabilizador dinámico de la rótula, encargándose de mantenerla centrada en el sulcus femoral mientras se realiza el movimiento de flexión,
actuando como estructura de resistencia al desplazamiento lateral.
La potenciación del cuádriceps es entendida como un elemento de protección
ante posibles lesiones de estructuras ligamentosas. Sin embargo, éste es más que
el simple motor de la extensión de la rodilla . Así, en el plano sagital, el cuádriceps
actúa realizando presión de contacto de la rótula contra el surco troclear, previniendo la flexión de la rodilla causada por acción del peso corporal y consiguiendo así
una mayor estabilidad articular.
2. Función de la rótula
La rótula, amarrada a la cara anterior de los cóndilos femorales por un sistema
cruciforme (tendón rotuliano distalm ente, alerón externo y fascia lata lateralmente,
alerón interno medialmente, tendón cuadricipital proximalmente) adquiere un
papel de suma importancia en la flexoextensión de la rodilla: refuerza el cuádriceps
en la extensión activa, favorece el desplazamiento del aparato extensor al atenuar
la fricción del tendón cuadricipital y sirve de guía para la contracción del cuádriceps al concentrar la fuerza divergente de sus cuatro grupos musculares.
No obstante, este amarre no es simétrico, y, por tanto, la dirección oblicua que
siguen las fibras del tendón cuadricipital, según les marca la diáfisis femoral, supone la existencia de un valgo femorotibial anatómico, lo que conlleva, de modo
implícito, la desalineación del aparato extensor de la rodilla.
El ángulo O, formado por una línea recta desde el tubérculo de la tibia hasta el
centro de la rótula y una segunda línea desde la espina iliaca anterosuperior al
mismo centro de la rótula, expresa y traduce dicha desalineación, considerándose
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como valores de normalidad un ángulo de 10°- W en hombres y W- 20° en mujeres.
Actualmente existe consenso respecto a la función primordial de la rótula, consistiendo ésta en mejorar la eficacia del cuádriceps por el incremento del brazo de
palanca del aparato extensor.
Su función como polea de reflexión, varía en importancia en el curso del movimiento de extensión. Hay que tener en cuenta que la extensión completa de la rodilla se valora como 0°, y que a los 60° de flexión la rótula está alojada en el fondo de
la escotadura intercondílea, sin ejercer prácticamente ningún papel como polea de
reflexión. Dicha función se inicia a partir de los 60°, al extender la rodilla, de forma
que, con el desplazamiento de la rótula hacia delante, el momento de fuerza del
cuádriceps aumenta considerablemente hasta llegar a los 15° de flexión, momento
en el cual su función como polea queda nuevamente anulada.
Patogenia
Tanto la estática como la movilidad de la rótula se mantienen gracias a 4 factores:
1. Altura de los cóndilos femorales
2. Balance entre las fibras oblicuas y transversales de los vastos lateral y medial.
3. Soporte ligamentoso que brindan los retináculos interno y externo.
4. Acción de la cintilla ilitibial.
Etiología
• Desgaste por sobreuso (degeneración del cartílago)
• Traumatismos (accidentes de tráfico)
• Problemas de estática:
Rótula
Alta
· Subdesarrollada
· Prolusión
Ángulo O> 20°
Mala alineación del aparato extensor
Aumento de la pronación del pie
Aumento de la anteversión del cuello del fémur
Debilidad muscular del cuádriceps
Signos y Síntomas
Con frecuencia los pacientes se quejan de dolor en la cara anterior de la rodilla,
típicamente relacionado con la actividad física y que empeora con actividades
como bajar escaleras o correr por terrenos ondulados, pero también es más intenso tras una prolongada flexión de la rodilla (viaje largo en coche); en el segundo
caso se acompaña de sensación de rigidez y dificultad para extender la rodilla.
Durante los movimientos de flexoextensión de la rodilla se produce crepitación
(roces y chasquidos de la
rótula sobre el fémur)
Si existe derrame articulas,
suele ser moderado y transitorio
En el caso de antecedentes
personales de luxación o
subluxación recidivante de
rótula, los pacientes presentan con frecuencia inestabilidad rotuliana, que en ocasiones llegan a producir caídas.
Estadías según la erosión del
Cartílago
Grado 1: reblandecimiento del cartílago (sin rotura) en un área localizada
Grado 2: área de fibrilación o fisura.
Grado 3: las fisuras llegan al hueso subcortical (existe ulceración)
Grado 4: el cartílago desaparece y el hueso subcortical queda expuesto y erosionado (ya hay artrosis)
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Condromalacia Rotuliana
Ante la sospecha de síndrome doloroso rotuliano, debe realizarse una exploración clínica adecuada en la que se valoren los factores que afectan a la alineación y
a las fuerzas articulares y se localicen las estructuras articulares y blandas responsables del dolor.
El examen físico se realizará en bipedestación, durante la marcha, sentado y en
posición de supino y prono.
1. Exploración estática-alineación
En un primer momento, le pediremos al paciente que se coloque en bipedestación con los pies en posición neutra y enfrente de nosotros, con intención de valorar el morfotipo constitucional y la alineación de la extremidad inferior.
Del mismo modo, se realizará una valoración de las alteraciones rotacionales del
fémur y la tibia asi como la posición del pie.
Por último, debemos valorar el ángulo O. como ya hemos mencionado, éste se
mide trazando una primera línea imaginaria que conecta el centro de la rótula con
la espina ilíaca anterosuperior y una segunda que marque la dirección del tendón
rotuliano y que conecta el centro de la rótula con la tuberosidad tibial. La intersección de ambas líneas forma el ángulo O.
2. Posición de la rótula
Realizada la valoración en bipedestación, pediremos al paciente que se siente en
la mesa de exploraciones y procedemos a observar la posición e inclinación de la
rótula. En condiciones normales, la rótula se encuentra entre los cóndilos femorales cuando la rodilla está en 90° de flexión. En caso de que exista una rótula alta, su
superficie anterior apuntará al techo cuando la rodilla se encuentre a 90° de flexión,
mientras que si ésta es baja, no llegará a alcanzar los cóndilos.
La crepitación rotuliana se evalúa durante la extensión activa y se clasifica como
ausente, moderada o grave. Debe ser evaluada con el paciente sentado y se refuerza con la aplicación de resistencia manual sobre la parte inferior de la pierna.
3. Exploración de la musculatura y tejidos blandos
Se realizará un balance muscular, buscando la existencia de debilidad muscular
y se apreciará si existen signos o no de de atrofia del cuádriceps. Para ello se procederá a la toma y comparación de la medida circunferencial del muslo a una distancia estándar del polo superior de la rótula (10 cm) de ambos miembros inferiores.
Dado que la patología fémororotuliana se asocia con frecuencia a déficit de flexibilidad del cuádriceps, los isquitibiales, el tríceps sural y el tracto iliotibial, la flexibilidad de los mismos debe ser evaluada de modo sistemático.
Respecto a los tejidos blandos peripatelares constituyen elementos de estabilidad rotuliana. Con el fin de valorar la existencia de retracciones a nivel de los retináculos, se valorará la movilidad medial y lateral de la rótula observando la traslación que se produce tras aplicar una presión firme.
La existencia de retracción a nivel de la aleta rotuliana se valora con la prueba
del volteo rotuliano. En una rodilla normal en extensión completa, la rótula puede
elevarse desde su vertiente lateral más allá del eje transepicóndilo, mientras que
en aquellas en las que existe retracción de la aleta rotuliana externa, ocurre lo contrario.
4. Maniobras de reproducción del dolor rotuliano
La fuente de origen del dolor debe ser identificada mediante las maniobras de
reproducción del dolor rotuliano. La palpación sistemática de los tejidos blandos
peripatelares comprende tanto a los estabilizadores pasivos como a las inserciones
tendinosas de cada porción del cuádriceps.
La valoración de los tejidos osteocartilaginosos como fuente de dolor anterior
de rodilla se realizará mediante la compresión de la rótula contra el surco femoral:
con la rodilla flexionada 30° se empuja la rótula hacia la línea media y hacia fuera y
se comprime dentro del surco femoral con la eminencia tenar, con cuidado de no
tocar estructuras blandas peripatelares.
Diferentes pruebas exploratorias se usan para evidenciar dolor con origen en el
cartílago rotuliano, entre ellos: el signo de placaje, la prueba de presión continúa
fémoropatelar, la de flexión mantenida y el signo del cepillo que a continuación
procedemos a explicar.
La maniobra de placaje o Zóhler se explora comprimiendo la rótula contra el
fémur con la rodilla en extensión mientras se contrae activamente el cuádriceps.
Resulta positivo cuando, ante esta exploración, el paciente aqueja dolor.
El signo del cepillo es una maniobra exploratoria característica de patologías
rotulianas. Su fundamento es la percepción de un defecto de deslizamiento. Se
explora en supino con el miembro inferior extendido y relajado y se imprime a la
rótula un movimiento de traslación frotándola contra la tróclea femoral, siguiendo
el eje del miembro. En condiciones normales, se aprecia una sensación suave de
deslizamiento, mientras que si existen alteraciones cartilaginosas, la sensación es
rugosa, y, en ocasiones despierta dolor.
5. Maniobras exploratorias de inestabilidad fémoropatelar
La inestabilidad lateral de la rótula es valorada mediante las pruebas de movilidad latero-medial.
La inestabilidad medial de la rótula, mucho menos frecuente que la lateral, se
evalúa mediante la prueba de la subluxación medial de la rótula de Fulkerson.
La prueba de aprehensión patelar o de Fairbanks provoca dolor y defensa con el
desplazamiento lateral de la rótula estando la rodilla a 20° ó 30° de flexión. Suele
ser positiva en los pacientes con inestabilidad rotuliana. No obstante, la detección
de dicho signo puede variar en función del estoicismo del paciente y de la sensibilidad del clínico que realice la exploración. De hecho, existen estudios sobre inestabilidad rotuliana en el que tan sólo el 39% de los pacientes presentaron el signo de
aprehensión.
Pruebas Complementarias
Radiografía simple
Antera-posterior y lateral: permite descartar lesiones asociadas como tumores, infecciones, fracturas ...
Axial: permite apreciar desalineación fémoropatelar y lateral que ya afectan al
hueso subcondral.
TACyRMN
- Son más sensibles pero su uso sólo está indicado cuando el tratamiento conservador ha fracasado
Artroscopia
Permite certificar, localizar y cuantificar la lesión.
Tratamiento
1. Conservador
Existe evidencia grado A de la eficacia de la realización de tratamiento conservador en el SDFP. Actualmente, la mayoría de los especialistas en el aparato locomotor lo consideran la opción más recomendable.
a. Médico
1. Uso de Al NEs orales, como complemento al resto de medidas terapéuticas.
2. Puede ser necesario un período de reposo deportivo, parcial o total.
3. Aplicación de vendajes funcionales para contener la rótula y disminuir el
dolor durante la realización de ejercicios. Las rodilleras ofrecen las mismas
oportunidades.
4. El empleo de ortesis correctoras en caso de pie pronador
5. También se utiliza la toma de condroprotectores y la inyección intraarticular de ácido hialurónico; en ambos casos con resultados poco concluyentes.
b. Fisioterápico
Educar al paciente y convertirlo en parte activa de su patología es clave para
el tratamiento y evolución del SDFP. Conseguir que el paciente comprenda el
porqué de sus síntomas y lo que debe hacer para disminuirlos es necesario
para obtener una buena adherencia a las distintas fases del tratamiento que,
en condiciones normales, pueden durar varios meses.
El protocolo de tratamiento se diseñará en fases, permitiendo así establecer
unos objetivos y criterios específicos en cada una de ellas, de modo que, una
vez cumplidos, se puede continuar con el siguiente.
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Diagnóstico
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La existencia de diversas posibilidades quirúrgicas hace necesario la consideración de cada uno de los casos de modo aislado, prestando especial atención a:
Edad
Factores causales
Superficies articulares
Actividades físicas habituales del paciente
Cuando se torna preciso nos brinda diferentes posibilidades, entre las que podemos encontrar alguna de las siguientes:
Corrección de la desalineación
Abordaje de la condropatía
Desbridamiento:
Perfora el hueso subcondral para permitir el crecimiento de tejido fibroso
Esponjalización:
Evolución de la técnica anterior, con sección del alerón externo
Condroplastia por ablasión:
Mediante artroscopia
Hemiartroplastia
Avance tuberosidad tibia!
Patelectomía
Bibliografía
1.
2.
3.
4.
5.
2. Quirúrgico
La cirugía no se acompaña de resultados muy satisfactorios en el tratamiento
del dolor rotuliano, por ello siempre se recomienda continuar con el tratamiento
conservador todo el tiempo que sea posible.
Indicaciones:
Fracaso del tratamiento rehabilitador
- Riesgo elevado de luxación o daño intraarticular
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6.
7.
8.
9.
Influencia de las variables clínicas y radiológicas en la evolución de los pacientes con síndrome doloroso fémoropatelar. Tesis doctoral de la Universidad de
Granada. Enero de 2008
Manual SERMEF de RHB y medicina física. Editorial panamericana. Ed 2006
Reumatología en AP. 2' Edición
Tratamiento conservador de los síndromes dolorosos patelofemorales. Sports
Clinic. México DF. Junio del2000
Artrosis y lesiones del cartílago articular. lnstitut de Terápia Regenerativa
Tissular. Centro Médico Teknon.2005
Síndrome femoropatelar: clínica y tratamiento. S.-T. Green. 2005
Condropatía rotuliana. Javier Avendaño. Médico de la real Federación
Española de Atletismo.
Condromalacia rotuliana o síndrome de hiperpresión rotuliana. Gorka Jose
Artola Aguirre. www. efisioterapia.net.
Palliation of Patellofemoral Paijn: A Review of Treatment Techniques.
Medscape Family Medicine. 2009
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1. Primera fase
1. Objetivos
a. Aliviar el dolor y la inflamación
b. Retrasar el proceso de atrofia muscular
c. Mejorar la relación VMONL
d. Mejorar la flexibilidad
e. Restaurar la marcha normal
f. Disminuir la carga de la articulación fémoropatelar
2. Tratamiento
a. Crioterapia tras los ejercicios de fisioterapia
b. Modificar el nivel de actividad del paciente
c. Estimulación eléctrica transcutánea del VMO
d. Entrenamiento de la flexibilidad mediante estiramientos
2. Segunda fase
1. Objetivos
a. Mejorar el equilibrio de EEII
b. Aumentar la fuerza del cuádriceps
c. Restaurar la funcionalidad de la rodilla
2. Trata miento
a. Entrenamiento del equilibrio y la coordinación
b. Fortalecer el cuádriceps
b1. Ejercicios de Cadena cinética cerrada/abierta
b2. Ejercicios isométricos
b3. Ejercicios isocinéticos
c. Mejorar la función del cuádriceps
3. Última fase
1. Objetivos
a. Retorno a la actividad física
2. Tratamiento
a. Entrenamiento funcional con aumento gradual de la actividad que
provoca una carga de la rodilla
b. Ejercicios específicos de su actividad deportiva habitual con aumento
gradual de intensidad.
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