EL SENTIDO DE LO SAGRADO Y LA ESPIRITUALIDAD EN LA VIDA DE LA JUVENTUD Y SU RELACION CON LA IGLESIA Abordar el tema de lo sagrado y la espiritualidad es interesante para los jóvenes no sólo por dar pie a la reflexión sino también por la experiencia de vida que estos temas implican. Los jóvenes no somos ajenos a lo sagrado y a la espiritualidad, forman parte de nuestra vida. Sin embargo no podemos negar que el joven piensa que lo primordial es poder llevar la comida a casa o estar lo más establemente económicamente posible, tener una carrera universitaria, poder salir a divertirse, hacer algún curso que aumente nuestro currículo laboral para poder así optar por un mejor salario… Todas está preocupaciones dan lugar a que lo espiritual sea relegado a segundo plano. Respecto a lo sagrado, puede decirse que, para los jóvenes, éste incluye un amplio abanico de posibilidades que va desde lo referente a la enseñanza católica de un Dios Trino hasta las novedades de otras corrientes religiosas, más aún hay una serie de falsas propuestas de espiritualidad que ciertamente son atrayentes pero no necesariamente verdaderas. Hoy se habla mucho al sentimiento y así somos enganchados en estas propuestas. Lo sagrado hoy más que estar fuera y lejano al joven es aquello que es tangible, la persona es sagrada, la naturaleza es sagrada, la juventud misma es sagrada. Respecto a la espiritualidad, dentro de los tantos criterios para entender y vivirla hay que contextualizarla; ésta tiene un fundamento antropológico, históricocultural o puramente doctrinal, además de el don de la fe. a. Injerencia de lo sagrado y la espiritualidad en los jóvenes Los jóvenes siempre están en búsqueda de lo que da sentido a su existencia, de una respuesta sobrenatural a su vida; dicha búsqueda de lo trascendente es continua. Hay un recta intención de acoger aquello que conciben como bueno, justo y verdadero, de dejándose guiar por los principios e ideales que dan valor a su existencia. Lo sagrado y la espiritualidad nos inspira varios sentimientos: temor, respeto, admiración, en el mejor de los casos, nos confiere identidad. El deseo de identificarnos con eso que valoramos como sagrado, los anhelos e ideales de la vida encuentran significado desde eso que aceptamos como sagrado. Son muchas las ofertas que hoy se presentan a la juventud para saciar esta inclinación a la vida espiritual; la elección no siempre es la mejor y menos aún la verdadera. La inclinación misma propicia que el joven sea manipulable, en parte debido a la falta de formación, en parte a las ofertas que deslumbran, pero que son superficiales. b. Protagonismo de los jóvenes en lo sagrado y la espiritualidad La vivencia espiritual es una dimensión propia de los jóvenes, forma parte de su ser y hacer. Hoy por hoy, ésta no está enmarcada por las instituciones religiosas sino que los jóvenes mismos han desarrollado su propio lenguaje para vivir una espiritualidad. Es a través de la cultura, la música, el baile –espacios netamente juveniles- que se crean nuevos códigos de lo sagrado y se expresa la espiritualidad; los jóvenes han creado incluso ritos propios muchas veces no aceptados. Otra forma como se expresa la vivencia de lo sagrado y la espiritualidad tiene que ver con los rostros humanos, especialmente a aquellos que viven en situaciones más precarias. Los jóvenes son sensibles para ver en el rosto de los pobres, de los niños, de sus pares, el rostro de Cristo. Los mueve un espíritu altruista que, vivido desde el Evangelio, es un compromiso de caridad evangélica. Igualmente son capaces de revalorar la naturaleza, la convierten en una casa universal, regalo de Dios, que hoy más que nunca debe cuidarse. Otra de las riquezas que ha permitido a los jóvenes vivir lo sagrado y lo espiritual es la religiosidad popular: las peregrinaciones, vigilias como espacios donde se manifiestan abiertamente, momentos de comunicación con Dios. c. Dinamismos y obstáculos que generan lo sagrado y la espiritualidad en la praxis de la Pastoral Juvenil Los obispos en Aparecida reconocen que los jóvenes representan “un enorme potencial para el presente y futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del Señor Jesús. Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo. Están llamados a ser “centinelas del mañana”, comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del Plan de Dios. No temen el sacrificio ni la entrega de la propia vida, pero sí una vida sin sentido” (DA 443). Precisamente en este potencial espiritual está la fortaleza que la Pastoral juvenil que debe encausar hacia la evangelización de la juventud. Sin embargo, nuestra época está marcada por tecnología y la ciencia, por un mundo globalizado, en el que para la mayoría de los jóvenes el futuro no existe y en donde llegamos a pensar que nuestros actos y decisiones no traerán consecuencias para el futuro. La inmediatez de la vida hace que el sentido de lo sagrado y lo religioso pierda sentido y significado. “El neo-paganismo y el proceso de secularización constituyen un gran desafío al mensaje evangélico. Pero al mismo tiempo, se presentan ―también en nuestros días― nuevas ocasiones para anunciar el Evangelio: se nota, por ejemplo, una creciente nostalgia de lo sagrado, de los valores auténticos, de la oración” (Juan Pablo II, Mensaje a los jóvenes para la IV Jornada Mundial de la Juventud). No hay duda que somos hijos de nuestro tiempo, donde lo sagrado no escapa a lo relativo. Yo puedo dar el valor de sagrado a alguien o a algo, igualmente ese valor puede pasar; lo sagrado ya no tiene fundamentos estables se ha vuelto relativo. De la misma manera es cierto que estamos en una época en que el sentido de lo sagrado está perdiendo significado y valor. Por otra parte, aparecen también aquellos que ofrecen doctrinas espirituales falsas o mediocres, contentándose con seguir sus propios gustos y opiniones. Serán falsas todas aquellas espiritualidades que no conducen a la perfecta santidad y al compromiso apostólico, produciendo jóvenes cómodos, soberbios muy intelectuales; pero poco comprometidos. Sin embargo, cuando los jóvenes descubren el valor de lo sagrado y optan por una espiritualidad cristo-céntrica, hallan el camino que les permite trashumar con más facilidad y seguridad, haciendo realidad sus proyectos de vida. Naturalmente hoy no es fácil seguir el proyecto de Jesucristo, las corrientes son más adversas pero no dejamos de experimentar cómo es Dios mismo el que nos va conduciendo. El sentido de lo sagrado no se ha perdido sino que se ha desviado la atención de los seres humanos hacia otros caminos que conducen a la banalidad de la vida. Ahora bien, los jóvenes no siempre posee el sentido de lo sagrado, de lo religioso y no siempre se interesan por vivir una espiritualidad profunda, es importante entonces que se faciliten espacios para vivir y crecer en torno a lo sagrado. Esto nos ayuda a comprender que todo nuestro actuar está impregnado de una vivencia espiritual que se convierta en algo vital. d. Protagonismo de la Pastoral Juvenil en lo sagrado y la espiritualidad juvenil La Pastoral Juvenil ha contribuido a tener una propuesta más veraz sobre lo sagrado y ha posibilitado una experiencia personal con Cristo resucitado, pero no siempre colma las expectativas de los jóvenes. En algunos casos hay que repensar la pedagogía. La espiritualidad de la pastoral juvenil lleva a poner un pié sobre la fe y el otro sobre la vida; esta experiencia conduce a comprometerse de manera personal y comunitaria para transformar la realidad de injusticia en justicia, nos hace profetas, con el ejemplo. Vivir esto es conectarse con el espíritu liberador que nos mueve a actuar reflexionadamente y reflexionar desde las acciones. Es educar con el ejemplo y ser profeta superando el miedo para derribar, arrancar, edificar y plantar. La pastoral juvenil ha apostado por la juventud, se ha preocupado por ayudar en la construcción de la “civilización del amor”, ha marcado un camino, un itinerario a seguir; ha ofrecido instrumentos concretos para construir un proyecto de vida. Todo esto es una valiosa ayuda que intensifica el sentido de la vida e impulsa a los jóvenes a ser evangelizadores de otros jóvenes, a ser “discípulos misioneros” de la juventud. Ciertamente la labor de la Pastoral Juvenil debe ser replanteada. Síntesis a partir de los textos, debates, historias de vida de los jóvenes. Elaborado por Pbro. Augusto Horacio Rios Rocha.