SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS He aquí el corazón que ha amado tanto a los hombres, y que no ha perdonado medio alguno de probarles su amor, hasta el extremo de agotarse y consumirse por ellos. Y en pago no recibo de la mayor parte sino ingratitud y menosprecio, lo que me amarga mucho más que todo cuanto he sufrido en mi pasión (Jesús a santa Margarita María) Hemos transcurrido hermosas fiestas que nos presenta el Calendario Litúrgico en este año 2008, como la Pascua, inmediatamente después la solemnidad de la divina misericordia, de Pentecostés, de la Santísima Trinidad, del Corpus Domini y ahora nos presenta finalmente la Solemnidad del Sagrado Corazón. Sabemos que el mes de junio ha sido dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Con respecto a esta hermosa solemnidad nuestro amado Santo Padre Benedicto XVI, nos hace una síntesis en el Angelus del 5 de junio del 2005, de lo que es el Corazón de Jesús, manifestación del amor de Dios. «En el lenguaje bíblico, el «corazón» indica el centro de la persona, la sede de sus sentimientos y de sus intenciones. En el corazón del Redentor adoramos al amor de Dios por la humanidad, su voluntad de salvación universal, su infinita misericordia. El culto al Sagrado Corazón de Cristo significa, por tanto, adorar a ese Corazón que, después de habernos amado hasta el final, fue traspasado por una lanza y desde lo alto de la Cruz derramó sangre y agua, manantial inagotable de vida nueva. La fiesta del Sagrado Corazón ha sido también la Jornada Mundial para la santificación de los sacerdotes, ocasión propicia para rezar para que los presbíteros no antepongan nada al amor de Cristo El corazón que más se asemeja al de Cristo es, sin duda, el corazón de María, su Madre Inmaculada, y precisamente por este motivo la liturgia la presenta a nuestra veneración. Respondiendo a la invitación dirigida por la Virgen en Fátima, encomendemos a su Corazón Inmaculado, al mundo entero para que experimente el amor misericordioso de Dios y experimente la auténtica paz». Para toda nuestra familia Inesiana, esta solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús gira en torno al amor de Cristo, es decir de su Corazón. La actitud habitual de Madre Inés era ésta: «Me entregaba confiada al corazón de Jesús Eucaristía». Tenía la experiencia de «la ternura de su Corazón divinamente maternal, más tierno y más amante que el de todas las madres juntas» Vivió siempre en sintonía con los amores de Cristo, por esta razón, su jaculatoria favorita que estaba habituada a decir a cada instante, ya sea en momentos de alegría, de incertidumbre, de prueba era: «Sagrado Corazón de Jesús en vos confío», «porque al decirla le manifiesto todo lo que quiero, todo lo que de Él espero y todo lo que en Él confío». Los invitamos como ha dicho el Papa Benedicto XVI en el ángelus del domingo 1.06.08: «invito a cada uno a renovar, en el mes de junio, la propia devoción al Corazón de Cristo, valorando también la tradicional oración de ofrenda de la jornada y teniendo presentes las intenciones que he propuesto a toda la Iglesia».