ASPECTOS PROBLEMATICOS DE LA TEORfA DE LOS OBJETOS

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ASPECTOS
OBJETOS
PROBLEMATICOS
EN LA OBRA
DE LA TEORfA
DE MELANIE
WI'LJJY BARANG BR
DE LOS
KLEIN
(MONTEVIDEO)
Si bien el concepto de objeto ha sido formulado por Freud, primerocomo objeto del impulso instintivo, y, después del descubrimiento del
proceso de introyección por Ferenczi, complementado por los estudios
de Freud sobre el duelo y la melancolía, como objeto introyectado , si
bien Freud atribuye, sobre todo desde 1923, una importancia creciente
al objeto introyectadoen funciones tan capitales como la formación del
carácter o la estructuración del superyo, nadie puede negar que la obra
de Melanie Klein Ihaya aportado una profundización considerable de tal
tema, Por lo tanto, al resolver gran número de problemas teóricos legados por Freud, mediante su nueva teoría de los objetos, Melanie Klein
abre una nueva problemática que nos lega a nosotros como trabajo por
hacer. El propósito de esta comunicación es intentar la formulación de
ciertos aspectos de esta problemática, es decir el señalamiento de algunas
líneas posibles de investigación.
El primer problema que nos lega ,Melanie Klein es el de la naturaleza
de los objetos. Nuestra experiencia más directa de ellos se halla en la
situación analítica. Melanie Klein nos da muchas indicaciones sobre el
punto: el analista es vivido según las características de un objeto interno, y, contratransferencialmente, el paciente para el analista. En cada
momento del proceso, la relación analítica es estructurada por una fantasía inconsciente en la cual el analista es depositario, o corolario objetal,
de una parte de la situación interna del paciente. En nuestra experiencia, aunque Klein no lo formule en estos mismos términos, el objeto es;
inmediatamente, un factor estructurante del campo bipersonal de la situación analítica. Se diferencia de la fantasía inconsciente porque, sin
alterar su estructura y sus características fundamentales, interviene en
múltiples fantasías relacionadas con impulsos instintivos diversos. Presenta por 10 tanto un grado de estructuración y de permanencia mayor
que la fantasía. Un objeto se puede devorar, despedazar, llenar de heces
o de orina, preservar, reparar, controlar, etc., según las fantasías emergentes en el momento, pero sin dejar de ser, a través de todas estas vivencias, el mismo objeto. Sin embargo un objeto determinado aparece en
forma recurrente ligado a las mismas fantasías en la situación analítica.
Por esto sería equivocado establecer una separación radical entre la
fantasía como fenómeno móvil y transitorio y el objeto como factor estable. La estructura del objeto no es independiente de las fantasías in-
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conscientes en las cuales interviene y que contribuyen a su constitución.
La diferenciación mencionada tiene sólo alcance relativo.
Pero quizá hemos procedido erróneamente al plantear primero este
problema, ya que otros aportes kleinianos pueden ayudarnos a solucionarlo. Por ejemplo las descripciones de los diversos estatutos de los objetos en relación con las instancias psíquicas. Freud había descrito ¡a
intervención de los objetos en 'la estructuración del Yo y del Super-Yo.
Melanie Klein les agrega una nueva dimensión al postular la existencia
de objetos internalizados que no pertenecen ni a una estructura ni a la
otra, y, por lo tanto, tienen que entenderse como nódulos reprimidos
del Ello. Aún más: sus descripciones dejan entender que, enestados regresivos, los objetos integrados en el Yo o en el Super-Yo pueden perder
este estado de integración, independizarse y actuar aún en contra de estas instancias. Correlativamente, los objetos pueden fusionarse entre sí
y con las instancias organizadas,en el movimiento normal de la progresión. Buen ejemplo de ello sería el pasaje defensivo-regresivo de una
situación depresiva a una- situación esquizo-paranoide, o la elaboración
de una situación esquizo-paranoide dando lugar a la aparición de los
objetos más integrados de la situación depresiva. Pese a su nombre, los
objetos no tienen el estatuto unívoco de seres físicos; al contrario están
sumidos en un movimiento continuo de progreso y regresión, estructuración y destrueturaeión, que afecta· profundamente a su misma naturaleza. Su relativa permanencia no se disuelve en ese movimiento, porque
el objeto no se integra o desintegra al azar, sino según ciertas líneas
evolutivas, algunas de las 'cuales propias de cada persona. El objeto no
se cliva en cualquier forma, sino según líneas de menor resistencia, que
ceden frente a una situación de stress suficientemente intensa para exigir una regresión. Lo mismo, si existen procesos evolutivos de modificación y distribución de los objetos (el niño pasa normalmente de la relación con un objeto único y parcial a la relación con un objeto total y
objetos sustitutivos o simbólicos, a la relación triangular, etc.), sería del
mayor interés el poder describir las modalidades y los determinismos de
este proceso.
El 'campo de la relativa integración o desintegración de los objetos
entre sí y con las instancias psíquicas organizadas, de las líneas de elivaje de los objetos internos, y, por consiguiente, de las instancias en
cuya organización intervienen los objetos, es quizá uno de los más fecundos del legajo de M. Klein. Hu fecundidad no está en el futuro solamente, ya que Rosenfeld empezó a explotar esta veta en sus trabajos
sobre la estructura objetal en los estados confusionales. Esto no es más
que un comienzo: lo mismo que las líneas de clivaje de los objetos internos motivan la estructura de los estados confusionales, lo mismo intervienen en la estructura de todo estado patológico y de toda modalidad
caracterológica o vivencial, de toda situación psicológica. Desde luego,
cabe agregar para evitar la unilateralidad, que estas características estructurales del objeto no se pueden considerar aisladamente de las correspondientes funciones del Yo, en particular la función sintética y la función
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discrimina ti va. Pero a su vez, el desarrollo de estas funciones del Yo
depende de la estructura objetal, la función sintética y discriminativa
del Yo siendo evidentemente obstaculizada por la existencia de objetos
fuertemente clivados y dotados de características masivas y absolutas.
Clivaje objetal y función sintética y discriminativa del Yo son con toda
claridad factores correlativos, sin que se pueda atribuir el rol determinante en último análisis a cualquiera de los dos.
Dentro de este sector de investigación, encontramos un problema más
particular, y muy digno de reflexiones ulteriores: se trata de la adherencia mayor o menor de partes o aspectos del Yo a los objetos proyectados en el fenómeno de la identificación proyectiva.Se adopta generalmente la formulación que se pueden proyectar, al mismo tiempo que
objetos internos, "aspectos o partes del Yo 'adheridas o relacionadas"
con estos objetos. En los casos más nítidos de identificación proyectiva,
los aspectos proyectados del Yo o del "self" llegan a ser importantes
hasta el punto de notarse su ausencia como empobrecimiento masivo del
;Yo y de sus funciones. Ver el trabajo de M. Klein Sobre la identificación. En términos generales, uno puede desde luego entender el fenómeno en términos de una debilidad o estructuración insuficiente del Yo.
Éste se desparrama cuando necesita proyectar. Pero todo deja pensar
que hay más que esto, que la proyección de las partes del "seU" en el
objeto externo no depende tan sólo de la debilidad del Yo (que sería en
proporción directa de la intensidad de su estado de regresión) sino de
una especial "adherencia"
deciertas partes del Yo con ciertos objetos,
fenómeno que se puede encontrar en cierta medida en forma independiente del estado de regresión. Mi impresión es que a estados de regresión de profundidad o intensidad parecida,corresponden
fenómenos de
proyección con muchos o pocos aspectos del Yo proyectados al mismo
tiempo que el objeto. Mucho más queda por saber acerca de esta adherencia.
Encontramos el mismo problema en cuanto a los estados de integración mayor o menor de los objetos dentro de las estructuras psíquicas
organizadas (Yo y Super-Yo). Notemos desde ya que el problema se
plantea en forma muy distinta para el Yo y para el Super-Yo. M. Klein
atribuye la estructuración del Super-Yo a dos nódulos objetales introyectados, distintos ambos del Yo, y, al principio, radicalmente opuestos entre
sí: el pecho idealizado y el pecho perseguidor, con todas las modificaciones que pueden sufrir ulteriormente en el desarrollo psíquico. El
Super-Yo no se estructura realmente hasta que estos dos nódulos opuestos lleguen a modificarse en grado suficiente para alcanzar su mutua y
paulatina integración. Otra senda abierta por M. Klein y muy parcialmente explorada: esta dualidad y contradicción básica del Super-Yo
hace de Él una estructura psíquica especialmente propensa a los clivajes, tanto en el sentido horizontal (la organización de esta instancia deja
de lado nódulos aislados coexistentes en un mismo momento), como en
el sentido vertical (en la línea de la evolución, la integración mutua de
los dos nódulos básicos puede hacerse en un nivel bastante evoluciona-
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do, mientras sigue el ielivaje de base en un nivel anterior). M. Klein
ha mostrado que estas fallas en la integración del Super-Yo intervienen
en muchas condiciones psicopatológicas. El ejemplo más obvio es el de
las perversiones, donde (independientemente de las ideas de M. K1ein)
se puede ver el fenómeno paradójico de una severidad extrema del SuperYo hacia la actividad genital adulta, acompañando una especial tolerancia para la actividad perver:sa. Pero sólo los descubrimientos kleinianos
acerca de la estructuración del Super-Yo permiten dar cuenta en forma
satisfactoria de esta paradoja: un aspecto idealizado del Super-Yo ha
quedado inasimilado o parcialmente asimilado dentro de su estructura
global; sigue actuando en forma de objeto idealizado independiente, más
que como aspecto del Super-Yo, y justifica la actividad perversa en
virtud de este mismo carácter. La investigación de los clivajes horizontales y verticales del Super-Yo me parece prometer una cosecha de conocimientos del mayor interés en cada una de las condiciones psíquicas.
El Yo parece a primera vista estar en mejores condiciones integrativas que el Super-Yo, ya que dispone por lo menos, al principio, de
un núcleo integrador capaz de manejar los primitivos mecanismos de
defensa. Pero M. Klein admite que el objeto bueno introyectado constituye el "cor,azón" del Yo. Además, aunque no participe de la misma
dualidad básica que la estructuración del Super-Yo, la estructuración
del Yo apela a mecanismos aun más complejos. Es decir, que la ~orma
y el grado de la asimilación de los objetos en el Yo dejan lugar a tantos procesos de clivaje como para el Super-Yo. Éstos están mejor conocidos, aunque no conozcamos con la precisión deseable las formas de integración de los objetos en el Yo. Los mismos clivajes horizontal y vertical pueden encontrarse aquí aunque muchas características de este
clivaje queden por observar, investigar y formular. Existe el elivaje
como mecanismo de defensa básico, pero también el clivaje (o disociación) del Yo en todo mecanismo de defensa. La descripción de estas
distintas formas del clivaje, y de los estados correspondientes de asimilación o desasimilación de los objetos en el Yo queda todavía por
hacerse en una forma sistemática. La línea vertical resulta aquí de particular importancia (por ejemplo: el Yo puede ser integrado y los objetos relativamente asimilados en un plano superficial, encontrándose muy
pronto el analista con un caos interno; o, al contrario, fenómenos de clivaje masivos y aparentes pueden encubrir un estado de integración del
Yo y de asimilación objetal bastante conseguido, a pesar de la síntomatología frondosa). Lo que nos enfrenta con el problema de la modalidad de la asimilación, probablemente más importante que su presencia
o ausencia en talo cual momento de la vida del sujeto.
Estas diferencias provienen de características funcionales de los objetos, aún imperfectamente conocidas. El mismo objeto puede funcionar en
forma muy diferente en dos niveles distintos. La modificación del objeto
en la historia individual confiere muy probablemente a éste ciertas características de modificabilidad. La naturaleza y el tipo de esta modifica-
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eión histórica parecen tener una importancia básica en el proceso analítico, ya que contribuyen a determinar la conducta del objeto en el análisis. Problema hasta cierto punto independiente del de la estructura del
Yo, ya que puede comportarse en una forma muy distinta hacia un objeto y hacia otro, en cada uno de sus niveles de actuación. Uno diria que
el objeto en sí, independientemente hasta cierto punto del funcionamiento del Yo, tiene sus propias maneras de funcionar.
Cada uno sabe por experiencia directa que hay objetos que pueden
modificarse en el análisis con relativa facilidad, y otros que oponen a la
labor interpretativa una resistencia férrea, motivando la aparición recurrente de las mismas situaciones y la dureza de los síntomas que corresponden a estas situaciones. Esta característica de dureza o labilidad
del objeto tiene una importancia determinante en el diagnóstico y en el
pronóstico analítico. Pero nuestro conocimiento no pasa mucho de este
nivel empírico, y nos falta la comprensión teórica adecuada de estas características formales del funcionamiento del objeto. Hacemos un paso hacia
esa comprensión cuando describimos los estados de encapsulamiento del
objeto. Esto, naturalmente, implica una correspondiente actitud del Yo, y
una dificultad especial en el análisis. Entre los dos polos opuestos de la asimilación y del encapsulamiento, encontramos todas las formas imaginables
de relación entre el Yo yel objeto. H1ayque ihacer su inventario.
Es indudable que muchas de estas características formales del objeto
dependen de la modalidad y del momento primitivo de su introyección.
P. Heimann, en un trabajo bien conocido, plantea este problema: Ya que
la introyección puede producirse en el Yo o en el Super-Yo, ¿.cuáles son
los factores que determinan la ubicación de lo introyeetado ! Las indicaciones que P. Heimann proporciona son insuficientes, según la misma
autora. Mucho más si admitimos, como surge dé los trabajos de M. Klein,
que la introyección puede hacerse en el Ello. Aún podríamos admitir que
las introyecciones se producen a veces simultáneamente en el Yo y en
el Super-Yo, con procesos. de asimilación distintos.,
Esto complica nuestra tarea esencial: la descripción sistemática de
las categorías objetales. Cada uno de nosotros percibe la fisonomía de
un objeto cuando se nos enfrenta en la situación analítica. Esta percepción no ha sido nunca -que yo sepa- descripta en términos sistemáticos aunque la obra de M. Klein proporcione muchas indicaciones valiosa~ en dirección a este conocimiento.
El reconocimiento por M. Klein de los objetos internos idealizados
me parece uno de los descubrimientos capitales del psicoanálisis, lo mismo
que su estudio de los objetos perseguidores y de los objetos involucrados
en la patología de los procesos de duelo. Estas tres categorías objetales
correlativas, de tanta importancia teórica y técnica, exigen, para su
profundización Y descripción más exacta, una gran suma de trabajo clínico comparativo.
También nos queda mucho por conocer acerca de los otros tipos de objetos. Citando algunos: el objeto fobígeno, y su corolario el objeto acompa-
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ñante , el objeto muerto o moribundo de los estados depresivos o melancólicos, el objeto fragmentado o en estados distintos de reunión o integración de
los procesos esquiso-paranoides, y los objetos muy complejos que caracterizamos en forma superficial como "objeto bueno" u "objeto malo".
No cabe la menor duda de que el estudio de la situación objetal constituye la base de la psicopatologíaanalítica actual, más aún si se tiene
en cuenta que el problema de la estructura del Yo no se puede entender
sin la consideración correlativa de la estructura de los objetos y de la
disposición relativa de los objetos entre sí y con el Yo. La formulación
de los fenómenos psicopatológicos en términos de estructura y situación objetales tiene la evidente ventaja de proporcionar un enfoque mucho más matizado decada entidad nosográfica, y una ubicación más
precisa de 'cada caso particular dentro de los cuadros nosológicos.
El enfoque psicopatológico corresponde estrechamente al enfoque técnico. El centro de la técnica analítica está ubicado en el problema de la
modificación de los objetos mediante la interpretación. Pero no basta
reconocer que el campo de la situación transferencial-contratransferencial
está constituido en cada momento por una situación objetal determinada,
con sus líneas dinámicas, y que la interpretación modifica este campo
al agilitar los procesos introyectivos yproyectivos, y, con ellos, al permitir la paulatina modificación de los objetos. Aquí también estamos
frente a un camino medio abierto. Muchas cosas quedan por conocer
acerca del papel objetal específico del analista, de las particularidades
de la situación objetal contratransferencial, de sus relaciones con la
situación objetal transferencial, del modo en que' la interpretación produce una modificación de los objetos. Se observa que las modalidades estructurales de los objetos se manifiestan también en su conducta frente
a las interpretaciones, y que el conocimiento más exacto de éstas pueda
permitir un progreso en la administración de aquéllas.
Resumiendo esta enumeración de los problemas abiertos por la obra
de Melanie Klein : un primer trabajo por hacer se refiere a la metapsicolegia del objeto, a la descripción precisa de su estatuto como estrueturaendopsíquica, y de sus relaciones con las estructuras inferiores o
superiores en organización. Esto implica la investigación de los fenómenos de asimilación y encapsulamiento, de las líneas de clivaje de los
objetos, de su modo de integrarse entre sí y con las estructuras más organizadas, de su adherencia con tal o cual aspecto del yo o del superyo.
La descripción de las características funcionales del objeto de su dureza
o labilidad, de sus clivajes horizontales y verticales; el estudio de las
condiciones de su génesis en el momento de su introyección deben permitir una descripción concreta de los distintos tipos de objetos que encontramos en la clínica, y por ende, la elaboración de una psicopatología objetal con los adelantos técnicos involucrados en tal conocimiento.
Sé que este primer inventario es extremadamente incompleto. Recién
cuando vayamos cumpliendo este trabajo nos podremos dar cuenta de la
inmensidad del legajo de Melanie Klein.
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