RÉGIMEN GUATEMALTECO DE PROTECCION DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. PRIMERA PARTE: A. Generalidades: 1. El Constitucionalismo de Estado y el Constitucionalismo Humanista. 2. La Corte de Constitucionalidad y el Constitucionalismo Humanista. 3. Derechos Humanos, Derechos Fundamentales, Derechos Individuales y Derechos Constitucionales. 4. Un concepto de Derechos Fundamentales: Su doble dimensión. 5. Positivación de los Derechos Humanos; la tesis iustanuralista, la tesis positivista y el criterio realista. 6.Esencia y limitaciones de los Derechos Fundamentales. A. GENERALIDADES: 1. CONSTITUCIONALISMO DE ESTADO Y CONSTITUCIONALISMO HUMANISTA En reciente visita al Tribunal Constitucional guatemalteco, el doctor Rodolfo Vigo destacaba el tránsito de un Constitucionalismo de Estado a un Derecho Constitucional centrado en la persona y en sus derechos inherentes e inalienables. De las incontables diferencias existentes entre estas dos visiones conviene evocar que, en el Constitucionalismo del Estado, encontramos por núcleo a los órganos estatales, mientras que en el Constitucionalismo Humanista dicho núcleo radica en la persona humana; otra diferencia entre ambos se refiere a su contenido básico; en el caso del Constitucionalismo de Estado es la organización y funcionamiento del poder, mientras que en el segundo es la Constitución plena; el sustento jurídico del primero es el positivismo, mientras que en el caso del segundo es el axiologismo. 1 “El constitucionalismo de estado invocaba supremacía formal sobre las normas estatales, mientras el humanista se atribuye supremacía formal y material sobre todas las conductas. constitucionalismo kelseniana y para de La fuente Estado el es la humanista el para el jerarquía bloque de constitucionalidad; para el tema específico de los derechos fundamentales, la diferencia entre estas dos visiones radica en que el Constitucionalismo de Estado aboga por el respeto a los derechos fundamentales y el constitucionalismo humanista, promueve, ciertamente, el respeto a los mismos, pero también su promoción.” 1 Esto porque el constitucionalismo moderno considera la democracia como un estilo completo de convivencia y no solamente un mecanismo organizativo de los gobiernos, resumido en actitudes omisivas, de pasividad o abstinencia en relación al respeto de los derechos fundamentales; como ha sido asentado, ese respeto debe traducirse en una efectiva defensa y promoción sobre la base de un orden de principios y valores. 2. LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD Y EL CONSTITUCIONALISMO HUMANISTA La ubicación del Constitucionalismo guatemalteco en la corriente humanista resulta incuestionable: El artículo 268 del Magno Texto prescribe que la función esencial de esta Corte es la defensa del orden constitucional y dicho orden se sustenta –como lo declara el preámbulo de la Constitución Política- en: 1 Fernández González, Miguel Angel. Los Derechos Fundamentales en 25 años de jurisprudencia del Tribunal Constitucional, Cuadernos del Tribunal Constitucional, número 33. Tribunal Constitucional de Chile, 2006. p. 13 2 “…la primacía de la persona humana como sujeto y fin del orden social, reconocimiento a la familia como génesis primaria y fundamental de los valores espirituales y morales de la sociedad y al Estado como responsable de la promoción del bien común, de la consolidación del régimen de legalidad, seguridad, justicia, igualdad, libertad y paz...”. Precisamente para preservar los valores espirituales y morales que deben ser el sustrato de toda sociedad organizada, para guardar ese orden constitucional del que se ha hecho mención, la constitución regula en el Titulo VI, Capitulo I, las Garantías Constitucionales: la Exhibición Personal (artículo 263), el Amparo (artículo 265); y en el capítulo II regula la Inconstitucionalidad de las leyes. Además, en el capitulo IV se incluyen, dentro de otras funciones del Tribunal Constitucional: “Emitir opinión sobre la constitucionalidad, de los tratados, convenios y proyectos de ley, a solicitud de cualquiera de los organismos del Estado” (artículo 272, literal e); “emitir opinión sobre la inconstitucionalidad de las leyes vetadas por el Ejecutivo alegando inconstitucionalidad”, (artículo 272, literal h) y en términos de generalidad y de total amplitud, “Actuar, opinar, dictaminar o conocer de aquellos asuntos de su competencia establecidos en la Constitución de la República.” (artículo 272 literal i). Para concretar tan amplias y especiales competencias, el juez constitucional no puede ser reducido a ser la boca que pronuncia las palabras de la ley como afirmaba el Constitucionalismo de Estado, que haciendo suyo el postulado la Escuela de la Exégesis defendía que : 3 “…un texto nada vale por sí mismo, sino únicamente por la intención que se supone expresar el legislador…” Hoy día, al juez constitucional le corresponde, con fundamento en la interpretación y aplicación directa de la Constitución, defender y promover los derechos fundamentales, evaluando permanentemente, el apego de las decisiones estatales y de los particulares a ese fin esencial, sin que dicha tarea sea concebida como una potestad omnímoda, que implicaría un retorno al llamado “gobierno de los jueces”. Cabe aclarar que carece de veracidad, en lo absoluto, la afirmación que imputa al Tribunal Constitucional guatemalteco retorcimiento de los asuntos que conoce, en base a una interpretación que no respeta los cánones gramaticales, atribuyéndole inmiscuirse en “cualquier asunto”-; Desconoce esta crítica que el Tribunal actúa de conformidad a los postulados del Constitucionalismo Humanista, dentro de los cuales figura el de otorgar al Tribunal Constitucional primacía final en la interpretación, la cual, como lo determina la Ley de Amparo, Exhibición Personal y Constitucionalidad: “…será siempre extensiva, a manera de procurar la adecuada protección de los derechos humanos y el funcionamiento eficaz de las garantías y defensas del orden constitucional.” Y es que en dicha función interpretativa se ubica la esencia del tribunal constitucional, pues en ella se concentra su función esencial que es la defensa del orden constitucional. Ciertamente esa defensa compete a todos los órganos del Estado, pero en relación a la Corte de Constitucionalidad, se constituye en su función esencial… en su única razón de ser y de existir. 4 3. DERECHOS HUMANOS, DERECHOS FUNDAMENTALES, DERECHOS INDIVIDUALES Y DERECHOS CONSTITUCIONALES Es muy frecuente asignar sinonimia a los vocablos citados, sobre todo porque la propia Constitución Política de nuestro país pareciera homologarlos: En el preámbulo de la misma se lee que los representantes del pueblo de Guatemala. “…electos libre y democráticamente, reunidos en Asamblea Nacional Constituyente…”, Se manifiestan “…decididos a impulsar la plena vigencia de los Derechos Humanos dentro de un orden institucional…” Y en efecto, nuestro Texto Constitucional agrupa los derechos humanos dentro del Titulo II, distinguiendo en el capitulo I, bajo el acápite de Derechos individuales, aquellos que la doctrina divide en civiles y políticos, mientras que en el capítulo II, denominado Derechos Sociales, se incluyen los derechos humanos conocidos como económicosociales-culturales. Aunque este no es propiamente el asunto, cabe resaltar la ambigüedad de la expresión derechos humanos, la cual se suscita por la pretendida evidencia que cada ser humano tiene de sus propios derechos; en realidad la utilización de esta dicción produce algún nivel de confusión, generada por la equivocidad del término: Para algunos la concepción de los derechos humanos se remonta a las instituciones y pensamiento del mundo clásico; otros sitúan su origen en el cristianismo; una tercera posición niega el influjo cristiano, asignándole, por el contrario, una aceptación conformista de la esclavitud humana, contraria a los derechos humanos. Ciertos criterios ubican su advenimiento en la lucha de los pueblos contra el régimen feudal; existen, también, opiniones que consideran a la ética individualista, que posibilitó la libertad religiosa, como el verdadero 5 origen de los mismos. Realmente las controversias sobre el tópico no se agotan y, aunque, a escala internacional proliferen documentos que denotan amplio consenso sobre la fundamentación filosófica de los mismos, esto no debe interpretarse como verdadera unanimidad: “…Cuéntase -nos dice Jacques Maritain- que en una de las reuniones de una Comisión nacional de la UNESCO, en que se discutía acerca de los derechos del hombre, alguien se admiraba de que se mostraran de acuerdo sobre la formulación de una lista de derechos, tales y tales paladines de ideologías frenéticamente contrarias. En efecto, dijeron ellos, estamos de acuerdo tocante a estos derechos, pero con la condición de que no se nos pregunte el porqué”.2 Realmente, el significado heterogéneo de los derechos humanos lo ha convertido en un paradigma de equivocidad. Véase como existen, por lo menos, tres tipos de definiciones de los derechos humanos: a) Las Tautológicas: Son aquellas que no aportan ningún elemento nuevo que permita caracterizar tales derechos. Por ejemplo: “…los derechos del hombre son los que le corresponden al hombre por el hecho de ser hombre…” 3 b) Las formales: Son las que no especifican el contenido de estos derechos, limitándose a alguna indicación sobre su estatuto deseado o propuesto. Ejemplo: Los derechos del hombre son aquellos que pertenecen o deben pertenecer a todos los hombres y de los que ningún hombre puede ser privado. 4 2 Pérez Luño, Antonio. Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución, Editorial Tecnos; Madrid 1984. p. 24. 3 Ibid. Op. Cit. p. 25. 4 Ibid. Op. Cit. p. 25. 6 c) Teleológicas: En ellas se apela a ciertos valores últimos, susceptibles de diversas interpretaciones. Ejemplo: “Los derechos del hombre son aquellos imprescindibles para el perfeccionamiento de la persona humana, para el progreso social o para el desarrollo de la civilización. 5 La expresión “derechos humanos” aparece generalmente relacionada con otras denominaciones que designan realidades muy próximas, entre las que pueden citarse, empleadas como sinónimos en nuestra Constitución Política, la de derechos fundamentales y derechos individuales, a las que me referiré seguidamente, sin descartar que también se le relaciona con la expresión: “derechos subjetivos”, “derechos públicos subjetivos”, “libertades públicas”, etc. En relación a los derechos fundamentales gran parte de la doctrina entiende que son aquellos derechos humanos positivizados en las constituciones estatales. Ese imperativo de estricta positividad asigna, según la posición doctrinal comentada, ambivalencia a los derechos fundamentales, ya que los convierte en la resultante de las exigencias de la filosofía de los derechos humanos con su plasmación normativa en el derecho positivo. Respecto a la expresión “derechos individuales”, muchos autores, como Pablo Lucas Verdú, la consideran incorrecta, porque: “…la sociabilidad es una dimensión intrínseca del hombre, como es la racionalidad…”6 En efecto, este término se empleó como sinónimo de los derechos humanos en el período en que estos se identificaron con el reconocimiento de determinadas libertades conectadas con la autonomía de los individuos. 5 6 Pérez Lúño, Antonio. Op. Cit. p. 25. Pérez Luño, Antonio. Op. Cit. p. 35 7 Para la ideología liberal el individuo es un fin en sí mismo y la sociedad y el derecho no son sino medios puestos a su servicio para facilitarle el logro de sus intereses. A este respecto debe recordarse el novelesco personaje de Robinson Crusoe, que es la concreción del individualismo en acción. Desde este punto de vista los derechos individuales son considerados en sentido eminentemente negativo, es decir, como garantía de no ingerencia estatal. 4. UN CONCEPTO DE DERECHOS FUNDAMENTALES: SU DOBLE DIMENSION El concepto de los derechos fundamentales La definición más difundida de los derechos fundamentales es aquella que los considera: “…el conjunto de derechos y libertades que, por ser inherentes al ser humano, se encuentran reconocidos en el ordenamiento jurídico constitucional y positivo. Son, así, los derechos humanos positivizados en la Constitución”.7 La doctrina ha señalado que los Derechos Fundamentales son: “…componentes estructurales básicos del conjunto del orden jurídico objetivo, puesto que son la expresión jurídica de un sistema de valores que por decisión del constituyente informan todo el conjunto de la organización política y jurídica”.8 Esta metafórica afirmación, estima que tales derechos son el apuntalamiento de un armazón, por ello los identifica como componentes estructurales básicos, ya que lo básico está en la base y, por consiguiente, sostiene la estructura; de conformidad con lo 7 8 Rubio Correa, Marcial; Eguiguren Praeli, Francisco; y Bernales Ballesteros, Enrique Los Derechos Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Primera Edición. Fondo Editorial. Pontificia Universidad Católica del Perú. p. 19. Año 2010 Sentencia del Tribunal Constitucional del Perú, emitida el 6 de diciembre de 2002, expediente 1042-2002. 8 señalado, todo el sistema jurídico se basa en los derechos fundamentales y se guía por ellos. Conviene enfatizar que ese apuntalamiento se realiza en el orden jurídico objetivo, lo cual implica que los derechos aludidos forman parte del orden jurídico y no únicamente encarnan en las personas al ser invocados. Esta diferencia es muy importante, porque si los derechos fundamentales fueran solo subjetivos, se concretarían solo en tanto fuesen reclamados por los ciudadanos; pero en tanto son bases objetivas del sistema jurídico, deben ser obedecidos independientemente de su invocación individual. por todos, Por ello son una finalidad de la actuación del Estado. Durante el período feudal, ni la libertad, ni la igualdad o la propiedad eran valores relevantes para la sociedad, como lo son ahora. El movimiento liberal, ideología subversiva frente al orden establecido en aquella época, los proclamó y en base a la preconización de sus postulados se produjeron revoluciones que menoscabaron el antiguo régimen. Hasta en las postrimerías del siglo XIX y durante el siglo XX la sociedades occidentales estructuraron su base en los Derechos Humanos, contribuyendo de manera significada al fortalecimiento de esta idea social la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, pues a partir de ella se produjo un importante desarrollo de estos derechos en tratados internacionales y en las Constituciones de los Estados. A tenor de lo expuesto por el Profesor Pérez Lúño, los derechos humanos pueden ser entendidos: “…como un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad jurídicos a nivel nacional e internacional…”.9 9 Pérez Luño, Antonio. Op.Cit. p. 48 9 5. POSITIVACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS El tema de la positivación de los derechos humanos ha promovido, doctrinariamente, un debate que ya es añejo entre iusnaturalistas y positivistas; Battaglia, en representación de los primeros explica que: “La afirmación de que existen algunos derechos esenciales del hombre en cuanto tal, en su cualidad o esencia absolutamente humana, no reconocimiento se puede previo y separar necesario de del un derecho natural; natural en cuanto distinto del positivo y, a su vez, preliminar y fundamental respecto a éste.”10 De conformidad con tal criterio, el vocablo Derecho no es equivalente de Derecho positivo y por tal diferencia, es necesario aceptar la preexistencia de Derechos originarios e inalienables que precedieron al mismo Estado, y es mas lo hicieron surgir. Clarísimamente lo ha expuesto Maritain al afirmar: “…La existencia de derechos naturalmente inherentes al ser humano, anteriores y superiores a las legislaciones escritas y a los acuerdos entre gobiernos, derechos que no le incumbe a la comunidad civil el otorgar, sino el reconocer y sancionar…”11 Los positivistas consideran que la creencia en normas objetivamente válidas anteriores al derecho objetivo, es tan solo una disquisición metafísica e inaceptable. Bentham en su momento afirmó que en 10 Battagllia F. Declaraciones de Derechos, vol. Estudios de Teoría del Estado. Traducción de E. Díaz P. de Vega. Publicaciones del Real Colegio de España en Bolonia. 1966. p. 175 11 Maritain, Jacques. Acerca de la filosofía de los derechos del hombre. Estudios y comentarios en torno a la nueva Declaración universal reunidos por la UNESCO, Fondo de Cultura Económica, México, Buenos Aires, 1949. p. 72. 10 donde no existen leyes positivistas ni Estado no hay ningún derecho. J. Austin, citado por Pérez Luño, afirma sobre el tema que: “…los derechos naturales no son sino un sector de las reglas que en su teoría integran la moralidad positiva: conjunto de normas sociales emanadas de las opiniones y sentimientos colectivos que influyen en el derecho, pero que no son derecho. Tan sólo cuando esas reglas sean promulgadas a través de mandatos que impongan deberes e impliquen sanciones serán auténticos derechos…”12 Como la mayor parte de discusiones en la Enciclopedia Jurídica, de manera conciliatoria, surgen las denominadas Tesis Realistas, que no otorgan al proceso de positivación un carácter declarativo (tesis iusnaturalistas), ni constitutivo (tesis positivistas); conciben la positivación como una técnica para la protección de los derechos fundamentales, que es –postrimeramente- lo que realmente importa. Nuestra Constitución Política se adscribe al generalizado y reconocido criterio de que los derechos fundamentales son, como ya se ha dicho, los derechos humanos positivizados, evidenciando –en mi pareceralguna proclividad iustaturalista, la incorporación de tres principios fundamentales del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, para lograr eficacia en la protección de los derechos fundamentales: 1. El primero, relativo a que el catálogo de derechos fundamentales contenido e la Constitución Política, no es una enunciación numerus clausus, pues el mismo no excluye otros de naturaleza análoga o que se fundan en la dignidad del hombre. Así lo expone el artículo 44 del Magno Texto al regular que: “…Los derechos y garantías que otorga la Constitución no excluyen otros, que aunque no 12 Pérez Lúño, Antonio. Op. Cit. p. 57. 11 figuren expresamente en ella, son inherentes a la persona humana…”. 2. El relativo a la preeminencia del Derecho Internacional convencional vigente de los derechos humanos sobre el derecho interno, reconocido en el polemizado artículo 46 Constitucional; y 3. El reconocimiento de las reglas y principios del Derecho Internacional general y del Derecho Internacional de los Derechos humanos. LA DOBLE DIMENSIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL GUATEMALTECO Como ya fue expuesto, los Derechos Fundamentales presentan una dualidad en cuanto a su naturaleza: Son, a la vez, objetivos y subjetivos; esto significa que representan los valores materiales de todo el sistema jurídico nacional y, consecuentemente, son el sustrato de la legislación, administración y jurisdicción del país y por otra parte, ya fue enunciada su condición subjetiva, en tanto son invocados por los ciudadanos en situaciones concretas. Un ejemplo de esta confluencia se advierte en sentencia del 29 de agosto del año 2000, expediente 787-2000, Gaceta número 57: “…Las normas reglamentarias o disciplinarias de los centros educativos cuando se apliquen a menores de edad deberán guardar coherencia con los valores, principios y normas del Estado Constitucional de Derecho; de lo contrario se causaría agravio susceptible de ser examinado en amparo… Por el hecho de que constitucional y legalmente la educación privada, onerosa o gratuita, concurre con los fines del Estado, debe quedar encuadrada dentro de los ideales del 12 Estado social y, consecuentemente, no puede tener un significado distinto de la función generadora de cultura que le corresponde en el proceso histórico de las naciones. Así debe entenderse que los servicios educativos privados tienen como finalidad propia realizar el concepto “educación” sin discriminación alguna…si bien la educación privada debe gozar del máximo de discrecionalidad posible, lo que garantiza el pluralismo cultural, no debe descuidarse el dato de que funciona dentro del Estado de derecho, y, como consecuencia, que sus normas y disposiciones internas deben guardar coherencia con la normativa fundamental, entre ésta, la importancia del principio de legalidad…”. Así también la Corte de Constitucionalidad ha expuesto, sobre el entendimiento del artículo 2º. de la Constitución Política lo siguiente: “…al referirse a los deberes del Estado respecto a los habitantes de la República le impone la obligación de garantizar no solo la libertad, sino también otros valores, como son los de la justicia y el desarrollo integral de la persona, para lo cual debe adoptar las medidas que a su juicio sean convenientes según lo demanden las necesidades y condiciones del momento, que pueden ser no solo individuales sino también sociales…”13 13 Sentencia del 17 de septiembre de 1986, expediente 12-86, Gaceta número uno. p. 3. 13 Considero que sobre el tópico existe mucha claridad en la sentencia aludida, particularmente en los párrafos tercero y cuarto del Considerando II, denominado “Cuestiones de orden General”, en los que se puntualiza lo siguiente: “…Por lo anterior, esta Corte estima que, si bien en su preámbulo la Constitución de la República pone énfasis en la primacía de la persona humana, esto no significa que esté inspirada en los principios del individualismo y que, por consiguiente, tienda a vedar la intervención estatal, en lo que considere que protege a la comunidad social y desarrolle los principios de seguridad y justicia a que se refiere el mismo preámbulo”. La sentencia invocada permite inferir dos aspectos: a) Uno, que los derechos fundamentales se encarnan en cada uno de los ciudadanos y, por esa razón, pueden defenderse como propios ya que son parte del patrimonio de la humanidad; b) Sin embargo, no se deduce del fallo comentado que los derechos fundamentales se sustenten en una posición individualista y, consecuentemente, egoísta; por el contrario sirven como normas a ser cumplidas por si mismas y como tales por el legislador y en términos generales, por todos los que detentan poder en la sociedad. 6. ESENCIA Y LIMITACIONES DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES La esencia de un derecho fundamental la constituye aquello que la doctrina considera como su contenido mínimo e irreductible; es decir aquello de lo cual el legislador no puede disponer dictando leyes que lo menoscaben y lo hagan impracticable, ya que su afectación supondría que ese derecho pierda su naturaleza e identidad. 14 La irreductibilidad de los derechos fundamentales implica que no pueden ser disminuidos por procedimientos normales constituidos, es decir fundados en la Constitución existente. “Solo el poder constituyente originario puede cambiar las reglas como poder político fundante de la sociedad.”14 Respecto a los límites de los derechos fundamentales, los hay intrínsecos, que son los contenidos en la propia definición del derecho, puesto que no pueden ser limitados por preceptos de inferior categoría, salvo que, como una cuestión excepcional, la propia norma de rango superior lo disponga. Un ejemplo de este tipo de valladares es el artículo 30 de nuestra Constitución: “Artículo 30. Publicidad de los actos administrativos. Todo los actos de la administración son públicos. Los interesados tienen derecho a obtener, en cualquier tiempo, informes, copias, reproducciones y certificaciones que soliciten y la exhibición de los expedientes que desean consultar, salvo que se trate de asuntos militares o diplomáticos de seguridad nacional, o de datos suministrados por particulares bajo garantía de confidencia.” Los extrínsecos se producen cuando colisionan dos derechos, caso en el cual habrá que obtener una solución armónica en la aplicación del llamado núcleo duro de ambos derechos fundamentales, tratando que uno no avasalle al otro. Un ejemplo de esta situación, se ha producido con la interposición de numerosísimos amparos en los cuales comités de vecinos disponen cerrar algunas calles de sus colonias, instalando talanqueras y garitas, con la finalidad de protegerse de la delincuencia, 14 Rubio Correa, Marcial; Eguiguren Praeli, Francisco; y Bernales Ballesteros, Enrique. Op. Cit. p. 24 15 ante la imposibilidad que el Estado, en cumplimiento de sus fines, brinde protección a los ciudadanos ante la violencia que ha alcanzado niveles superlativos en nuestro país; sin embargo, muchos vecinos se han opuesto al cierre de las calles argumentando que se viola su libertad de locomoción; en efecto, la instalación de talanqueras genera control y seguridad, pero también impone el cumplimiento de ciertas obligaciones, como el pago de una cuota mensual por mantenimiento de instalaciones, lo cual es considerado por algunos vecinos como una conducta arbitraria y abusiva. En esta situación es fácil advertir la colisión de dos derechos: el de la seguridad y el de la libre locomoción, la actual jurisprudencia de la Corte en estos casos, que como ya dije son muy numerosos, reconoce el derecho a la seguridad, lo que permite utilizar mecanismos para protección de la vida y de la integridad física, sin que ello conlleve avasallar la libre locomoción, debiendo el comité de vecinos entregar llaves o posibilitar el tránsito de los vecinos opositores resguardando su derecho subjetivo. Apréciese la connotación descrita en la parte resolutiva del expediente 1025-2009: “La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas, resuelve: I. SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto por la Asociación de Vecinos de Oakland. II: CONFIRMA en todos sus puntos la sentencia venida en grado con la modificación de que no se deben de liminar los obstáculos de las garitas de control, sino dotar a los amparistas de los distintivos correspondientes que les instruyendo adecuadamente o allanen al insignias el personal paso, de seguridad contratado para dicho servicio para que se abstengas de imponer limitaciones al ejercicio del derecho tutelado en esta sentencia. III. Notifíquese y, 16 con certificación de lo resuelto devuélvanse, los antecedentes.” Tal situación resulta oportuno al aludir a las limitaciones, que el principio interpretativo de los derechos fundamentales conlleva siempre un entendimiento extensivo de los mismos siendo -siempre- restrictiva la interpretación de sus limitaciones. SEGUNDA PARTE: 1. Tutela Constitucional de los Derechos Fundamentales en la Constitución Política de Guatemala: Principios de interpretación constitucional que privan en el conflicto entre dos derechos: Principio pro hominem, Principio de proporcionalidad, Principio de razonabilidad, principio de discriminación, principio de limitación restrictiva de derechos. 2. Examen de algunos pronunciamientos de la Corte de Constitucionalidad de Guatemala. 1. Tutela Constitucional de los Derechos Fundamentales en la Constitución Política de Guatemala: Principios de interpretación constitucional que privan en el conflicto entre dos derechos De manera liminar, conviene evocar que Guatemala reconoce la preeminencia de los tratados internacionales en materia de derechos humanos sobre el derecho interno, por consiguiente el Tribunal constitucional, encargado de la defensa del orden constitucional, debe aplicar, indefectiblemente, las normas y principios de derechos humanos establecidos en el sistema internacional de protección y siendo que es el supremo interprete de la Constitución Política, debe aplicar en este proceso de intelección, dentro de otros, los siguientes principios: 17 a. Principio pro hominem: Según el cual el juzgador debe asegurar la protección mas amplia para los derechos de las personas, de tal cuenta que ante dos posibles interpretaciones de un precepto, debe aplicar la más garantista, lo cual también implica que los Estados no pueden utilizar tratados a fin de disminuir la protección que ofrecen otras normas nacionales o internacionales. b. Principio de proporcionalidad. El mismo impone una evaluación, por parte del juzgador, acerca del efecto social que producen sus decisiones; esto hace ineludible una valoración para determinar si el beneficio que recibe la sociedad, como consecuencia del pronunciamiento del Tribunal, es mayor que el costo de restringir o limitar un derecho fundamental en conflicto. c. Principio de razonabilidad. El acatamiento de este principio excluye la arbitrariedad, porque impone que toda decisión judicial debe ser razonada. Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, existe arbitrariedad cuando las restricciones, aún legales, resulten incompatibles con el respeto a los derechos fundamentales. d. Principio de prohibición de la discriminación: De conformidad con el mismo los jueces, al resolver, no deben incorporar diferencias de trato discriminatorio. Es necesario comentar que de conformidad con la Observación General No. 18, el Comité de Derechos Humanos ha señalado que: “…no toda diferenciación de trato constituirá una discriminación, si los criterios para tal diferenciación son razonables y objetivos y lo que se persigue es lograr un propósito legítimo en virtud del Pacto.” 18 e. Principio de limitación restrictiva de derechos. En atención a este principio es posible limitar el ejercicio de ciertos derechos, siempre y cuando se cumplan los siguientes requisitos: ~ Que dicha limitación esté prevista en las leyes internas en sintonía con las disposiciones del Derecho Internacional de Derechos Humanos. ~ Que exista una necesidad social imperiosa, lo cual conlleva que la limitación sea el resultado de un cuidadoso balance entre el interés individual y el interés social. ~ Que la limitación responda a los fines legítimos establecidos en la norma. ~ Que se observe los principios de proporcionalidad, razonabilidad Y no discriminación. 2. EXAMEN DE ALGUNOS PRONUNCIAMIENTOS DE LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD DE GUATEMALA La defensa del Principio de Supremacía Constitucional se conduce a través de diferentes medios: a. Las acciones identificada de en Inconstitucionalidad, el artículo General 267 o Abstracta, constitucional, como Inconstitucionalidad en contra de Leyes, Reglamentos o Disposiciones de Carácter General, mecanismo que se concreta en el enjuiciamiento de un precepto que, sindicado de confrontar la constitución, es sometido a examen por parte del Tribunal Constitucional y en caso de comprobarse fricción entre la norma ordinaria y la constitucional, el Tribunal expulsará, al dictar sentencia, la norma infractora. El artículo 266 Constitucional reconoce el sistema difuso con la denominación, Inconstitucionalidad en caso concreto. 19 b. El proceso de Amparo es un instrumento que previene la vulneración de los derechos fundamentales o los restaura en caso de conculcación. En nuestro país es, a no dudarlo, el mecanismo mas empleado en la preservación de los Derechos Fundamentales. c. La Opinión Consultiva es un control preventivo a no dudarlo, pero no es de naturaleza política, ni tampoco jurisdiccional, aún y cuando la Corte de Constitucionalidad, quien la emite, es un tribunal de jurisdicción privativa. La opinión consultiva es realmente un control de constitucionalidad sui generis, apriorístico, ya que el tribunal constitucional no ejerce jurisdicción para solucionar ningún conflicto de existencia real. 3. SOBRE LA TUTELA DE LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA Sobre la dignidad humana ha dicho el Profesor Cea Egaña: “Antes y sobre los derechos públicos subjetivos mencionados y otros más, en la Constitución consta hoy proclamado el valor de la dignidad de la persona humana, nada menos que en el umbral, esto es, al comienzo de sus artículos. La dignidad humana se erige así en el valor sustentable de aquellos derechos inalienables en la fuente o base de arranque de ellos y que debe ser tan respetada y promovido como estos (…) Trátase de otro concepto iusnaturalista. Significa que toda persona humana, por ser tal y sin más exigencias, nace y ha de convivir con la cualidad de digno, o sea, de trascendente a la historia, sujeto libre e igual al prójimo, cuyo destino es realizar un proyecto de vida, con sello singular o propio. 20 El hombre resulta ser así un depósito o cúmulo de valores supremos, con los cuales nace y los concreta durante la vida. Entre éstos se hallan los derechos públicos subjetivos o facultades que el ordenamiento jurídico le reconoce con carácter de inalienables, imprescriptibles e inviolables en todo momento, lugar y circunstancia (…) Pues bien, la dignidad es la fuente de esos atributos naturales.”15 El artículo 4º. De nuestra Constitución Política determina que: “En Guatemala todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos…” precisando dicha norma que “…Ninguna persona puede ser sometida a servidumbre ni a otra condición que menoscabe su dignidad…” Este tema fue abordado y resuelto en fallo de 19 de enero de 1,999, dentro del expediente 248-98, relativo a una acción de inconstitucionalidad parcial del artículo 3º. del Decreto 100-96, reformado por el Decreto 22-98, ambos del Congreso de la República, normativo que regula el “Procedimiento para la Ejecución de la Pena de Muerte”. En este expediente se discutió la prevalencia de la dignidad humana sobre el derecho a informar. El accionante considero afrontada la libre emisión del pensamiento porque el artículo tercero impugnado regula que no se podrán: “…realizar transmisiones directas ni grabar por cualquier medio para su reproducción diferida o 15 Cea Egaña, José Luis. “Derecho Constitucional Chileno”. Santiago, Ediciones Universidad Católica de Chile. 200l. pp. 102 y 178. 21 fotografiar el acto del ingreso del reo al módulo de ejecución y su estancia en el mismo…”. La Corte formuló en su resolución los siguientes argumentos: A) Que el Artículo 35 constitucional que regula la libertad de emisión del pensamiento no resulta menoscabado por la disposición impugnada, porque no restringe informar; ciertamente la disposición el derecho a aludida no genera impedimento para dar noticia del suceso; lo que sí impide es que la ejecución adquiera connotación de espectáculo. B) Al confrontar el derecho a la intimidad de la persona condenada a muerte con el derecho a informar, la Corte tuteló el primero, a expresamente, pesar aunque de si no estar reconocido constitucionalizado en el artículo 44 constitucional que dispone: “Los derechos y garantías que otorga la Constitución no excluyen otros que, aunque no figuren expresamente en ella, son inherentes a la persona humana.”. La doctrina denomina a este tipo de derechos “implícitos”. 4. TUTELA A LOS DERECHOS DE LA SALUD Y DE LA VIDA: El Derecho a la vida es protegido por la Constitución y por todos los tratados y convenciones sobre derechos humanos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 3, prescribe: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.” La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en su artículo I, establece: “Todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.” 22 El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 6, prescribe: El Derecho a la vida es inherente a la persona humana. Y nuestra Constitución Política en el artículo 2º. Determina que: “Es deber del Estado garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integra de la persona.” Resulta indubitable que toda persona humana tiene derecho a la vida y que, consecuentemente, arbitrariamente. no puede ser muerto Por supuesto, excepcionalmente, se acepta jurídicamente que la muerte de una persona sea producida por otra, verbigracia en los casos de legítima defensa ó bien en el caso de aplicación de la pena de muerte. El propio Juan Pablo II reconoció el carácter excepcional de esta pena al decir: “De este modo la autoridad alcanza también el objetivo de preservar el orden público y la seguridad de las personas, no sin ofrecer al mismo reo un estímulo y una ayuda para corregirse y precisamente enmendarse.---Es para conseguir evidente que, todas estas finalidades, la medida y la cantidad de la pena deben ser valoradas y decididas atentamente, sin que se deba llegar a la medida extrema de la eliminación del reo salvo en casos de absoluta necesidad…”16 En relación a la tutela de la vida, la Corte ha emitido una gran cantidad de pronunciamientos relativos a la actitud reacia de las autoridades para brindar asistencia a enfermos afectados por 16 Juan Pablo II, s/f pp. 55-56. 23 dolencias terminales, de esos innumerables casos, me permito citar dos: B.1. El expediente 2984-2007, que se refiere a una apelación de sentencia de amparo, promovida por el Procurador de los Derechos Humanos en contra de la Junta Directiva del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. En la situación aludida, una persona afectada por linfomas cancerosos, vio suspendido el tratamiento de quimioterapia que se le practicaba, ya que de conformidad con lo expuesto por la autoridad impugnada, la situación encuadraba en lo prescrito en el artículo 20 del Acuerdo 466 de Junta Directiva que preceptúa: “…En el caso de enfermedades que a juicio médico del determinen Instituto un sean estado irreversibles de y incapacidad permanente para el trabajo, la asistencia médica se concederá por un término de cincuenta y dos semanas” Por lo que al considerarse concluido el tiempo fijado por la ley, se determinó que el Instituto no se encontraba obligado a prestar servicios médicos. La Corte de Constitucionalidad otorgó el amparo al considerar que en materia de derechos humanos, cuando la aplicación de un precepto normativo de grado inferior pueda estar sujeto en cuanto a su interpretación a la preeminencia de una norma de grado superior más garantista, la interpretación debe llevar congruencia con el espíritu de la superior y, en el fallo examinado, se ordenó que se mantuviese el tratamiento médico. B.2. OTRO CASO DE LA MISMA NATURALEZA ES EL EXPEDIENTE 240-2008 En el cual un grupo de personas afectadas por el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, reclamó la decisión del Congreso de la República que no incluyó dentro de la Ley del Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el Ejercicio Fiscal 2008, Decreto 24 número 70-2007, una asignación presupuestaria a favor de la Fundación Marco Antonio de Enfermos Terminales del Sida. La Corte reconoció que, en efecto, la autoridad impugnada, como lo argumentó en su momento, actúo en ejercicio de una de las atribuciones que tiene asignadas, ya que es una de sus potestades, aprobar, modificar o improbar el proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado; sin embargo, determinó que el tratamiento y cuidados médicos prestados a los peticionantes no debían interrumpirse y que debían ser prestados por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, ya que de esa manera, al mismo tiempo que se respetó la competencia de la autoridad impugnada, se exigió el cuidado de los enfermos postulantes a otro ente involucrado en el sistema de salud. 5. TUTELA A LOS DERECHOS DEL NIÑO A. Dentro del expediente 1042-97, contentivo de apelación de sentencia en amparo, la Corte se pronunció sobre el derecho a la niñez a opinar; el expediente en alusión se refiere a lo dispuesto en la Convención sobre los Derechos del Niño en donde se reconoce esta circunstancia. La Corte conoció de esta conculcación en razón de la alzada que de una sentencia de amparo promovió el padre de los menores, quien como consecuencia de un fallo de la jurisdicción ordinaria ejercía la guardia y custodia de sus hijos. En el amparo comentado se dejó sin efecto lo resuelto en un juicio oral de guardia y custodia, tramitado en un juzgado de familia, atendiendo el argumento de que el parecer de los niños no había sido tomado en cuenta para dictar el fallo comentado. La Corte de Constitucionalidad consideró, que de acuerdo al interés superior del niño, las decisiones judiciales que lo afecten deben tomar 25 en cuenta su voluntad y, como en el caso aludido, no se sustentó la decisión jurisdiccional en lo preceptuado en la citada convención, que es ley de la república, se otorgó la tutela requerida. 6. TUTELA A LOS DERECHOS DE LAS MUJERES A. En marzo de 1996 fue proferido un fallo dentro de la Acción de Inconstitucionalidad general total de los artículos 232 al 235 del Código Penal, preceptos que regulan el adulterio. Los accionantes señalaron que los artículos señalados violaban el principio de igualdad, reconocido en el artículo cuarto del Texto Constitucional, ya que penalizaban en forma distinta al hombre y a la mujer que incurrían en la conducta de infidelidad conyugal; en esos preceptos se imponían penas más severas, en caso que el sujeto activo fuera una mujer casada. La Corte declaró la inconstitucionalidad al advertir discriminación pues la norma impugnada, en condiciones semejantes, no tipificaba el delito de adulterio en relación al varón casado, pero si consideraba su existencia en caso de que la conducta infiel fuese atribuible a una mujer casada. B. Recientemente, con fecha 01 de junio del 2010, en el expediente 794-2010, promovido por la Abogada María Eugenia Morales Aceña de Sierra, en su calidad de Procuradora Adjunta I de la Institución de Procurador de los Derechos Humanos, se declaró la inconstitucionalidad del numeral tres del artículo 89 del Código Civil, Decreto Ley 106, en el cual se legislan los impedimentos impidientes para contraer matrimonio; en dicho numeral se regulaba que las mujeres al divorciarse debían esperar trescientos días para volver a contraer matrimonio para evitar el suceso que en doctrina se conoce como “turbatio sanguinis”, la Corte al advertir que en la actualidad existen procedimientos para establecer el embarazo, 26 estimó dicha disposición como un anacronismo y expulsó del ordenamiento jurídico el precepto señalado. C. En relación a este tema también puede citarse la declaratoria con lugar de la inconstitucionalidad promovida en contra del artículo 25 de la Ley del Servicio Cívico y 30 de su reglamento, preceptos que establecían como causal para dar por terminado dicho servicio anticipadamente, encontrarse en estado de gravidez. 7. TUTELA DEL PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN La dignidad de la persona tiene, de conformidad con la doctrina, un carácter relacional; es decir, su vulneración no se da en abstracto, sino en la afectación concreta y concurrente de otro derecho fundamental que es la igualdad. La igualdad es el elemento central de la dignidad, por esa razón los artículos primero y cuarto de nuestra Constitución Política, están indisolublemente vinculados; de ellos se infiere el principio de solidaridad que determina que cualquier forma de vida comunitaria, debe organizarse en relación a fines compartidos. Como he dicho la solidaridad no es un derecho fundamental establecido expresamente, pertenece a la categoría de los implícitos e impone a los seres humanos, la conducta de guardar una conducta fraternal entre sí. El expediente 855-2003 es contentivo de una apelación de sentencia en amparo, promovida por una persona que, en compañía de tres amigos, pretendió ingresar a un restaurante en la ciudad de Quetzaltenango; no pudo ingresar en el mismo porque el personal de seguridad de ese establecimiento se lo impidió argumentando que lucía cabello largo. El postulante argumentó que dicho rasgo era una característica de identidad maya. Como el amparo fue denegado en primer grado, la Corte al conocerlo lo concedió con 27 fundamento en la protección a la dignidad de las personas, condenando todo acto de discriminación racial, con el objeto de promover la comprensión y tolerancia dentro de los habitantes de la república. La Corte también ordenó al propietario del restaurante eliminar toda disposición discriminatoria, invocando el convenio 169 de la OIT y la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación racial. 8. TUTELA A LOS DERECHOS SOCIALES: CASO DE PROTECCIÓN A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN EL TRANSPORTE PÚBLICO Dentro del expediente 2866-2006 se conoció una apelación de sentencia en amparo en el cual los postulantes señalaron como violados los artículos 26 y 53 de nuestra Constitución Política, pues al instalarse un servicio de transporte colectivo público, denominado “Transmetro” no se instalaron accesos adecuados que permitieran a las personas con discapacidad física utilizar este servicio de transporte, señalando también la inexistencia de normas reglamentarias en el servicio público de transporte que garantizara este derecho de los accionantes. La Corte otorgó el amparo y señaló a la Municipalidad de Guatemala, plazos razonables para atender lo resuelto, ya que el transporte público en Guatemala, en efecto no cuenta con mecanismos que posibiliten su uso a las personas con discapacidad y ordenó que la Corporación Municipal de la Capital adoptara las medidas necesarias que permitieran subsanar esta falencia, construyendo rampas y espacios reservados para las personas de tercera edad, mujeres embarazadas, o personas con discapacidades especiales y estableciendo que las concesiones que 28 se autoricen para el transporte colectivo deben ser otorgadas preferentemente a los propietarios de vehículos que posibiliten el servicio a personas con características descritas. También exhortó a la Municipalidad a revisar sus regulaciones vigentes para incluir a las mismas estos aspectos. Por cierto, conviene enfatizar en torno a las sentencias exhortativas -cuya existencia ha sido puesta en duda por algún sector del foro guatemalteco señalando que los órganos jurisdiccionales, ordenan y no exhortan- que las mismas se formulan teniendo en cuenta la naturaleza de los derechos sociales, que es programática; es decir estos fallos se refieren a ciertas aspiraciones que a derechos exigibles de manera inmediata o propiamente dichos, porque su realización: “…requiere de ciertas condiciones materiales y de recursos que hagan posible su verificación y exigencia progresiva; por consiguiente, no pueden estar inmediatamente disponibles para todos. Conviene tener presente, no obstante, que esta “regla” no es mecánica, pues existen diversos derechos sociales, de índole laboral por ejemplo, como la huelga o la sindicalización, cuya verificación puede ser inmediata y no requieren de la existencia de condiciones materiales económicas para su ejercicio y exigencia…” 9. 17 DEFENSA DE LAS ÁREAS PROTEGIDAS En septiembre del año 2006 fue resuelto el expediente 941-2005 relativo a una acción de inconstitucionalidad parcial de los artículos 8, 9, 12 y 13 de la ley que declara como área protegida al monumento natural Semuc-Champey. El accionante arguyó que los 17 Rubio Correa, Marcial; Eguiguren Praeli, Francisco; y Bernales Ballesteros, Enrique. Op. Cit. p. 33 29 artículos impugnados violaban la autonomía municipal, puesto que la disposición aludida impugnada trasladó a la Secretaría Ejecutiva del Comité Nacional de Áreas Protegidas -CONAP- la administración de ese parque natural con lo cual -según expuso el interponente- se afectaba la autonomía constitucionalmente, municipal, impidiendo la que es obtención reconocida de recursos pecuniarios para la conservación de ese patrimonio natural. La Corte rechazó el planteamiento, argumentando que el Decreto 25-2005 impugnado no modificó el dominio del inmueble en donde se ubica el monumento natural citado, sino que únicamente designó al ente encargado de la administración del mismo invocando para ello una de las característica del derecho administrativo ambiental que exige que los recursos naturales del sistema deban ser preservados en un contexto de desarrollo sustentable, por lo que es imperativo regular la explotación económica de tales recursos y el límite al uso abusivo de los mismos, lo cual impone que una institución especializada se encargue de su cuidado y preservación con los fondos generados por el ingreso de turistas. Este fallo posibilitó la confrontación entre el derecho de dominio de la municipalidad, sustentado en el uso exclusivo del recurso natural comentado y el derecho de todos los habitantes a disfrutar de ese monumento con base en el llamado nuevo derecho administrativo del medio ambiente. 10. TUTELA AL DERECHO FUNDAMENTAL DEL DOMINIO El artículo 39 constitucional establece: “Se garantiza la propiedad privada como un derecho inherente a la persona humana. Toda persona puede disponer libremente de sus bienes 30 de acuerdo con la ley. El Estado garantiza y deberá crear las condiciones que faciliten al propietario el uso disfrute de sus bienes, de manera que se alcance el progreso individual y el desarrollo nacional en beneficio de los guatemaltecos”. Dada la inseguridad prevaleciente en el país, la propiedad inmobiliaria especialmente ha sido materia de acciones delictivas que han generado traslaciones dominicales en base a la aparente celebración de un contrato; aun y cuando dicho asunto tendría que resolverse en el ámbito de la jurisdicción ordinaria, a través de un juicio de conocimiento que propenda a la nulidad del negocio jurídico o a la declaración de nulidad de un instrumento público, se utiliza el amparo como vía para lograr la reivindicación dominical de manera colérica y menos engorrosa que la prolongada y acuciante ruta del juicio ordinario, el cual, aunque que concluyera con un pronunciamiento favorable al afectado, implicaría no sólo un farragoso trámite, sino la incertidumbre de que el bien adquirido por ese delincuencial procedimiento ya haya sido transmitido a ulteriores adquirentes, complicando su real restitución. Se arguye que esta posición de la Corte desatiende una condición de procedibilidad básica, como es la definitividad, pues -repito- de conformidad con este criterio, se debe agotar, antes de acudir a la justicia constitucional, todos los procedimientos ordinarios; sin embargo, la tutela constitucional procede, únicamente, en situaciones en las que exista una contundente e inobjetable vulneración al Derecho de Propiedad. 31 11. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y LA OPINIÓN CONSULTIVA Por la vía de la Opinión Consultiva, que es una de las competencias del Tribunal Constitucional Guatemalteco, consistente en un control preventivo que realiza la Corte de Constitucionalidad a petición de cualquiera de los tres organismos del Estado, sobre tratados, convenios internacionales, proyectos de ley y otras situaciones que generen duda de constitucionalidad, para revisar su constitucionalidad antes de su entrada en vigencia y que, aunque no tiene carácter vinculante, la publicidad de la opinión y la posible declaratoria de inconstitucionalidad, en el caso que dicha ley o situación se impugne como tal, ha logrado que esta sea, generalmente respetada. Pues bien, por esta vía, se han concretado tutela de derechos fundamentales en situaciones muy especiales, que detallo a continuación: a. OPINIÓN CONSULTIVA SOBRE EL CONVENIO 169 DE LA OIT El Congreso de la Republica sometió a consulta, antes de iniciar la discusión por artículos del decreto que aprobaba el Convenio 169 de la OIT, la constitucionalidad de dicho proyecto. Al pronunciarse sobre la coincidencia de dicho convenio con el Magno Texto, la Corte posibilitó que el derecho a la igualdad, reconocido en el artículo 4º. constitucional, involucrara a los pueblos indígenas. La historia del país revela la falta de equidad el tratamiento a estos pueblos y precisamente este pronunciamiento es un avance notable en la promoción del respeto a la cultura, religión e identidad de los pueblos indígenas. b. OPINIÓN CONSULTIVA SOBRE EL ESTATUTO DE ROMA DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL El Presidente de la Republica formulo consulta sobre la aprobación y ratificación del Estatuto en alusión, pidiendo a la Corte su 32 pronunciamiento sobre la constitucionalidad del mismo. La Corte consideró que no existe disconformidad constitucional alguna y que el hecho que el Estatuto establezca que la Corte Internacional ejercerá jurisdicción sobre personas individuales debe entenderse como un paso en la evolución del Derecho Penal internacional, en el cual los Estados facultan a dicho tribunal para juzgar aquellos casos en los cuales se determine que su sistema judicial no esté dispuesto a llevar a cabo la investigación o el enjuiciamiento o no pueda concretarlo. c. OPINIÓN CONSULTIVA SOBRE EL ACUERDO DE CREACIÓN DE LA CICIG El expediente 791-2007 contiene la solicitud de Opinión Consultiva sobre la constitucionalidad del Acuerdo celebrado entre la Organización de las Naciones Unidas y el Gobierno de Guatemala; el planteamiento fue formulado por el Congreso de la República y se constriñó a las siguientes tres interrogantes: 1. ¿Es constitucional el Acuerdo? 2. ¿Mantiene su independencia y autonomía el Ministerio Público? 3. ¿Es necesaria la mayoría de las dos terceras partes del número total de diputados para su aprobación? La Corte expuso que el Convenio coincide con nuestra Constitución Política y con la Ley Orgánica del Ministerio Público y, de manera prolija advirtió, para que fuesen suprimidas, aquellas partes de la redacción que contenían fricciones con el Magno Texto, desvaneciendo la duda surgida en cuanto a la usurpación ilegal de funciones que, en relación al Ministerio Público, se atribuía infundadamente a la CICIG. En efecto uno de los comentarios adversos a la instauración de la comisión, en aquel momento, era concerniente a una supuesta colisión entre las facultades del Ministerio Público, y también del Organismo Judicial, con las que se 33 atribuían en el Tratado a la Comisión; la Corte esclareció tal punto determinando que la Comisión puede promover la persecución penal a través de la denuncia, convertirse en querellante adhesivo, teniendo, también, legitimación para actuar como agraviada en procesos de acción pública, asistiéndole la facultad de recabar, evaluar persona, y sistematizar entidad información oficial o suministrada privada, por cualquier organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales y autoridades de otros Estados, debiendo observar con plenitud lo dispuesto en los artículos 24, 30 y 31 constitucionales. Fue materia de objeción y, por tanto examinada por la Corte, el hecho de que la CICIG pudiese celebrar acuerdos con otros Estados ú organizaciones internacionales, ya que se argumentaba –negativamente- que ello implicaría comprometer a nuestro país; el Tribunal Constitucional enfatizó en la aplicación del principio Inter allias acta, el cual permite determinar la incertidumbre de tal consideración, porque ello ocurriría, únicamente, cuando el Estado guatemalteco intervenga como parte en esos acuerdos o los convalide tácita o expresamente. 34 CONCLUSIONES 1. Es generalizado asignar sinonimia a los vocablos Derechos Humanos, Derechos Fundamentales, Derechos Individuales y Derechos Constitucionales. 2. La Constitución Política de la República de Guatemala, pareciera homologarlos. 3. La dicción Derechos Humanos resulta ambigua, por la pretendida evidencia que cada persona humana tiene de sus propios derechos. 4. La equivocidad del término Derechos Humanos produce confusión. 5. La expresión Derechos Fundamentales es equiparada, en cuanto a contenido a Derechos Humanos. 6. En una apreciación sintética, se afirma que los Derechos Fundamentales son los Derechos Humanos positivados en la Constitución. 7. Los Derechos Fundamentales presentan dualidad en cuanto a su naturaleza: Son, a la vez, objetivos y subjetivos. 8. El contenido esencial de un Derecho Fundamental está constituido por aquel núcleo mínimo e irreductible que resulta indisponible para el legislador. 9. Los Derechos Fundamentales se interpretan extensivamente y sus limitaciones restrictivamente. 10. Los límites intrínsecos de los Derechos Fundamentales están constituidos por las propias limitaciones expresadas en la Constitución. 11. Los límites extrínsecos de los Derechos Fundamentales aparecen cuando un derecho colisiona con otro derecho, caso en el cual 35 se debe buscar una solución armónica en la aplicación del núcleo duro de ambos derechos. 12. La Constitución Política de la República de Guatemala incluye un amplio preservación catálogo puede de derechos ser instada fundamentales por vía y de su la Inconstitucionalidad de Leyes, a través del amparo y de la Opinión Consultiva. 13. La Corte de Constitucionalidad de Guatemala, a lo largo de sus veinticinco años de existencia ha aplicado en la mayor parte de sus fallos los siguientes principios de interpretación: -principio pro-hominem -principio de proporcionalidad. -principio de razonabilidad. -prohibición de discriminación. -Principio de limitación restrictiva de derechos. 14. En relación a la preeminencia de los tratados internacionales Derechos Humanos, la Corte limita el alcance del artículo 46 constitucional a un ámbito supralegal, pero infraconstitucional. 15. Un aspecto relevante de la actual Constitución Política de Guatemala, en cuanto a la positivación de los derechos humanos, es la incorporación a ella de los llamados derechos humanos no explícitos, extremo que enuncia el artículo 44 del Magno Texto. 36 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Fernández González, Miguel Ángel. Los Derechos Fundamentales en 25 años de jurisprudencia del Tribunal Constitucional Cuadernos del Tribunal Constitucional número 33 (año 2006). Primera Edición, Tribunal Constitucional de Chile. Pérez Lúño, Antonio Enrique. Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución, Primera Edición. Editorial Tecnos. Madrid, 1984. Rubio Correa, Marcial; Eguiguren Praeli Francisco; y Bernales Ballesteros Enrique. Los Derechos Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Primera Edición. Fondo Editorial. Pontificia Universidad Católica del Perú. 2010. Rodríguez Jorge Mario. Derechos Humanos: una aproximación ética. F&G Editores. Primera edición. Guatemala 2010. Sánchez, Camilo; Nash, Claudio, Salmón, Elizabeth; David, Valeska; y Del Campo, Agustina. Derechos Humanos y Juicio Justo. Red Interamericana de Gobernabilidad y Derechos Humanos. Claudio Nash Rojas e Ignacio Mujica Editores. ColamOrganización Interamericana Universitaria 2010. 37