1 RÉGIMEN GUATEMALTECO DE PROTECCION DE LOS

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RÉGIMEN
GUATEMALTECO
DE
PROTECCION
DE
LOS
DERECHOS
FUNDAMENTALES.
PRIMERA PARTE: A. Generalidades: 1. El Constitucionalismo de
Estado y el Constitucionalismo Humanista. 2. La Corte de
Constitucionalidad y el Constitucionalismo Humanista. 3.
Derechos
Humanos,
Derechos
Fundamentales,
Derechos
Individuales y Derechos Constitucionales. 4. Un concepto de
Derechos Fundamentales: Su doble dimensión. 5. Positivación
de los Derechos Humanos; la tesis iustanuralista, la tesis
positivista y el criterio realista. 6.Esencia y limitaciones de los
Derechos Fundamentales.
A. GENERALIDADES:
1. CONSTITUCIONALISMO DE ESTADO Y CONSTITUCIONALISMO HUMANISTA
En reciente visita al Tribunal Constitucional guatemalteco, el doctor
Rodolfo Vigo destacaba el tránsito de un Constitucionalismo de Estado
a un Derecho Constitucional centrado en la persona y en sus derechos
inherentes e inalienables. De las incontables diferencias existentes entre
estas dos visiones conviene evocar que, en el Constitucionalismo del
Estado, encontramos por núcleo a los órganos estatales, mientras que
en el Constitucionalismo Humanista dicho núcleo radica en la persona
humana; otra diferencia entre ambos se refiere a su contenido básico;
en el caso del Constitucionalismo de Estado es la organización y
funcionamiento del poder, mientras que en el segundo es la
Constitución plena; el sustento jurídico del primero es el positivismo,
mientras que en el caso del segundo es el axiologismo.
1
“El constitucionalismo de estado invocaba supremacía
formal sobre las normas estatales, mientras el
humanista se atribuye supremacía formal y material
sobre
todas
las
conductas.
constitucionalismo
kelseniana
y para
de
La fuente
Estado
el
es
la
humanista el
para el
jerarquía
bloque
de
constitucionalidad; para el tema específico de los
derechos fundamentales, la diferencia entre estas dos
visiones radica en que el Constitucionalismo de
Estado
aboga
por
el
respeto
a
los
derechos
fundamentales y el constitucionalismo humanista,
promueve, ciertamente, el respeto a los mismos, pero
también su promoción.”
1
Esto porque el constitucionalismo moderno considera la democracia
como un estilo completo de convivencia y
no solamente un
mecanismo organizativo de los gobiernos, resumido en actitudes
omisivas, de pasividad o abstinencia en relación al respeto de los
derechos fundamentales; como ha sido asentado, ese respeto debe
traducirse en una efectiva defensa y promoción sobre la base de un
orden de principios y valores.
2. LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD Y EL CONSTITUCIONALISMO
HUMANISTA
La ubicación del Constitucionalismo guatemalteco en la corriente
humanista resulta incuestionable:
El artículo 268 del Magno Texto
prescribe que la función esencial de esta Corte es la defensa del
orden constitucional y dicho orden se sustenta –como lo declara el
preámbulo de la Constitución Política- en:
1
Fernández González, Miguel Angel. Los Derechos Fundamentales en 25 años de jurisprudencia del
Tribunal Constitucional, Cuadernos del Tribunal Constitucional, número 33. Tribunal Constitucional de
Chile, 2006. p. 13
2
“…la primacía de la persona humana como sujeto y fin
del orden social, reconocimiento a la familia como
génesis
primaria
y
fundamental
de
los
valores
espirituales y morales de la sociedad y al Estado como
responsable de la promoción del bien común, de la
consolidación del régimen de legalidad, seguridad,
justicia, igualdad, libertad y paz...”.
Precisamente para preservar los valores espirituales y morales que
deben ser el sustrato de toda sociedad organizada, para guardar ese
orden constitucional del que se ha hecho mención, la constitución
regula en el Titulo VI, Capitulo I, las Garantías Constitucionales: la
Exhibición Personal (artículo 263), el Amparo (artículo 265); y en el
capítulo II regula la Inconstitucionalidad de las leyes. Además, en el
capitulo IV se incluyen, dentro de otras funciones del Tribunal
Constitucional:
“Emitir opinión sobre la constitucionalidad, de los
tratados, convenios y proyectos de ley, a solicitud de
cualquiera de los organismos del Estado” (artículo 272,
literal e); “emitir opinión sobre la inconstitucionalidad de
las
leyes
vetadas
por
el
Ejecutivo
alegando
inconstitucionalidad”, (artículo 272, literal h) y en
términos de generalidad y de total amplitud, “Actuar,
opinar, dictaminar o conocer de aquellos asuntos de su
competencia establecidos en la Constitución de la
República.” (artículo 272 literal i).
Para concretar tan amplias y especiales competencias, el juez
constitucional no puede ser reducido a ser la boca que pronuncia las
palabras de la ley como afirmaba el Constitucionalismo de Estado, que
haciendo suyo el postulado la Escuela de la Exégesis defendía que :
3
“…un texto nada vale por sí mismo, sino únicamente
por
la
intención
que
se
supone
expresar
el
legislador…”
Hoy día, al juez constitucional le corresponde, con fundamento en la
interpretación y aplicación directa de la Constitución, defender y
promover los derechos fundamentales, evaluando permanentemente,
el apego de las decisiones estatales y de los particulares a ese fin
esencial, sin que dicha tarea sea concebida como una potestad
omnímoda, que implicaría un retorno al llamado “gobierno de los
jueces”. Cabe aclarar que carece de veracidad, en lo absoluto, la
afirmación
que
imputa
al
Tribunal
Constitucional
guatemalteco
retorcimiento de los asuntos que conoce, en base a una interpretación
que no respeta los cánones gramaticales, atribuyéndole inmiscuirse en
“cualquier asunto”-; Desconoce esta crítica que el Tribunal actúa de
conformidad a los postulados del Constitucionalismo Humanista, dentro
de los cuales figura el de otorgar al Tribunal Constitucional primacía
final en la interpretación, la cual, como lo determina la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y Constitucionalidad:
“…será siempre extensiva, a manera de procurar la
adecuada protección de los derechos humanos y el
funcionamiento eficaz de las garantías y defensas
del orden constitucional.”
Y es que en dicha función interpretativa se ubica la esencia del tribunal
constitucional, pues en ella se concentra su función esencial que es la
defensa del orden constitucional. Ciertamente esa defensa compete a
todos los órganos del Estado, pero en relación a la Corte de
Constitucionalidad, se constituye en su función esencial… en su única
razón de ser y de existir.
4
3. DERECHOS
HUMANOS,
DERECHOS
FUNDAMENTALES,
DERECHOS
INDIVIDUALES Y DERECHOS CONSTITUCIONALES
Es muy frecuente asignar sinonimia a los vocablos citados, sobre todo
porque la propia Constitución Política de nuestro país pareciera
homologarlos: En el
preámbulo de la misma se lee que
los
representantes del pueblo de Guatemala.
“…electos libre y democráticamente, reunidos en
Asamblea Nacional Constituyente…”,
Se manifiestan
“…decididos a impulsar la plena vigencia de los
Derechos
Humanos
dentro
de
un
orden
institucional…”
Y en efecto, nuestro Texto Constitucional agrupa los derechos humanos
dentro del Titulo II, distinguiendo en el capitulo I, bajo el acápite de
Derechos individuales,
aquellos que la doctrina divide en civiles y
políticos, mientras que en el capítulo II, denominado Derechos Sociales,
se incluyen los derechos humanos conocidos como económicosociales-culturales. Aunque este no es propiamente el asunto, cabe
resaltar la ambigüedad de la expresión derechos humanos, la cual se
suscita por la pretendida evidencia que cada ser humano tiene de sus
propios derechos; en realidad la utilización de esta dicción produce
algún nivel de confusión, generada por la equivocidad del término:
Para algunos la concepción de los derechos humanos se remonta a las
instituciones y pensamiento del mundo clásico; otros sitúan su origen en
el
cristianismo;
una
tercera
posición
niega
el
influjo
cristiano,
asignándole, por el contrario, una aceptación conformista de la
esclavitud humana, contraria a los derechos humanos. Ciertos criterios
ubican su advenimiento en la lucha de los pueblos contra el régimen
feudal; existen, también, opiniones
que consideran a la ética
individualista, que posibilitó la libertad religiosa, como el verdadero
5
origen de los mismos. Realmente las controversias sobre el tópico no se
agotan y, aunque, a escala internacional proliferen documentos que
denotan amplio consenso sobre la fundamentación filosófica de los
mismos, esto no debe interpretarse como verdadera unanimidad:
“…Cuéntase -nos dice Jacques Maritain- que en una
de las reuniones de una Comisión nacional de la
UNESCO, en que se discutía acerca de los derechos
del hombre, alguien se admiraba de que se
mostraran de acuerdo sobre la formulación de una
lista de derechos, tales y tales paladines de
ideologías
frenéticamente
contrarias.
En
efecto,
dijeron ellos, estamos de acuerdo tocante a estos
derechos, pero con la condición de que no se nos
pregunte el porqué”.2
Realmente, el significado heterogéneo de los derechos humanos lo
ha convertido en un paradigma de equivocidad. Véase como existen,
por lo menos, tres tipos de definiciones de los derechos humanos:
a)
Las Tautológicas: Son aquellas que no aportan ningún elemento nuevo
que permita caracterizar tales derechos. Por ejemplo: “…los derechos
del hombre son los que le corresponden al hombre por el hecho de ser
hombre…” 3
b)
Las formales: Son las que no especifican el contenido de estos
derechos, limitándose a alguna indicación sobre su estatuto deseado
o propuesto. Ejemplo: Los derechos del hombre son aquellos que
pertenecen o deben pertenecer a todos los hombres y de los que
ningún hombre puede ser privado. 4
2
Pérez Luño, Antonio. Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución, Editorial Tecnos; Madrid
1984. p. 24.
3
Ibid. Op. Cit. p. 25.
4
Ibid. Op. Cit. p. 25.
6
c)
Teleológicas: En ellas se apela a ciertos valores últimos, susceptibles de
diversas interpretaciones.
Ejemplo: “Los derechos del hombre son
aquellos imprescindibles para el perfeccionamiento de la persona
humana, para el progreso social o para el desarrollo de la
civilización. 5
La expresión “derechos humanos” aparece generalmente relacionada
con otras denominaciones que designan realidades muy próximas,
entre las que pueden citarse, empleadas como sinónimos en nuestra
Constitución Política, la de derechos
fundamentales y derechos
individuales, a las que me referiré seguidamente, sin descartar que
también se le relaciona con la expresión: “derechos subjetivos”,
“derechos públicos subjetivos”, “libertades públicas”, etc.
En relación a los derechos fundamentales gran parte de la doctrina
entiende que son aquellos derechos humanos positivizados en las
constituciones estatales. Ese imperativo de estricta positividad asigna,
según la posición doctrinal comentada, ambivalencia a los derechos
fundamentales, ya que los convierte en la resultante de las exigencias
de la filosofía de los derechos humanos con su plasmación normativa
en el derecho positivo.
Respecto a la expresión “derechos individuales”,
muchos autores,
como Pablo Lucas Verdú, la consideran incorrecta, porque:
“…la sociabilidad es una dimensión intrínseca
del hombre, como es la racionalidad…”6
En efecto, este término se empleó como sinónimo de los derechos
humanos en el período en que estos se identificaron
con el
reconocimiento de determinadas libertades conectadas con la
autonomía de los individuos.
5
6
Pérez Lúño, Antonio. Op. Cit. p. 25.
Pérez Luño, Antonio. Op. Cit. p. 35
7
Para la ideología liberal el individuo es un fin en sí mismo y la sociedad
y el derecho no son sino medios puestos a su servicio para facilitarle el
logro de sus intereses. A este respecto debe recordarse el novelesco
personaje de Robinson Crusoe, que es la concreción del individualismo
en acción. Desde este punto de vista los derechos individuales son
considerados en sentido eminentemente negativo, es decir, como
garantía de no ingerencia estatal.
4.
UN CONCEPTO DE DERECHOS FUNDAMENTALES: SU DOBLE DIMENSION
El concepto de los derechos fundamentales
La definición más difundida de los derechos fundamentales es aquella
que los considera:
“…el conjunto de derechos y libertades que, por ser
inherentes al ser humano, se encuentran reconocidos
en el ordenamiento jurídico constitucional y positivo.
Son, así, los derechos humanos positivizados en la
Constitución”.7
La doctrina ha señalado que los Derechos Fundamentales son:
“…componentes estructurales básicos del conjunto
del orden jurídico objetivo, puesto que son la
expresión jurídica de un sistema de valores que por
decisión del constituyente informan todo el conjunto
de la organización política y jurídica”.8
Esta metafórica afirmación, estima que tales derechos son el
apuntalamiento de un armazón, por ello
los identifica como
componentes estructurales básicos, ya que lo básico está en la base y,
por consiguiente, sostiene la estructura; de conformidad con lo
7
8
Rubio Correa, Marcial; Eguiguren Praeli, Francisco; y Bernales Ballesteros, Enrique Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Primera Edición. Fondo Editorial.
Pontificia Universidad Católica del Perú. p. 19. Año 2010
Sentencia del Tribunal Constitucional del Perú, emitida el 6 de diciembre de 2002, expediente 1042-2002.
8
señalado, todo el sistema jurídico se basa en los derechos
fundamentales y se guía por ellos. Conviene enfatizar que ese
apuntalamiento se realiza en el orden jurídico objetivo, lo cual implica
que los derechos aludidos forman parte del orden jurídico y no
únicamente encarnan en las personas al ser invocados.
Esta
diferencia es muy importante, porque si los derechos fundamentales
fueran
solo
subjetivos,
se
concretarían
solo
en
tanto
fuesen
reclamados por los ciudadanos; pero en tanto son bases objetivas del
sistema
jurídico,
deben
ser
obedecidos
independientemente de su invocación individual.
por
todos,
Por ello son una
finalidad de la actuación del Estado.
Durante el período feudal, ni la libertad, ni la igualdad o la propiedad
eran valores relevantes para la sociedad, como lo son ahora.
El
movimiento liberal, ideología subversiva frente al orden establecido en
aquella época, los proclamó y en base a la preconización de sus
postulados se produjeron revoluciones que menoscabaron el antiguo
régimen. Hasta en las postrimerías del siglo XIX y durante el siglo XX la
sociedades occidentales estructuraron su base en los Derechos
Humanos, contribuyendo de manera significada al fortalecimiento de
esta idea social
la Declaración de los Derechos Humanos de las
Naciones Unidas, pues a partir de ella se produjo un importante
desarrollo de estos derechos en tratados internacionales y en las
Constituciones de los Estados. A tenor de lo expuesto por el Profesor
Pérez Lúño, los derechos humanos pueden ser entendidos:
“…como un conjunto de facultades e instituciones
que, en cada momento histórico, concretan las
exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad
jurídicos a nivel nacional e internacional…”.9
9
Pérez Luño, Antonio. Op.Cit. p. 48
9
5.
POSITIVACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
El tema de la positivación de los derechos humanos ha promovido,
doctrinariamente, un debate que ya es añejo entre iusnaturalistas y
positivistas; Battaglia, en representación de los primeros explica que:
“La
afirmación
de
que
existen
algunos
derechos esenciales del hombre en cuanto tal,
en su cualidad o esencia absolutamente
humana,
no
reconocimiento
se
puede
previo
y
separar
necesario
de
del
un
derecho natural; natural en cuanto distinto del
positivo y, a su vez, preliminar y fundamental
respecto a éste.”10
De conformidad con tal criterio, el vocablo Derecho no es equivalente
de Derecho positivo y por tal diferencia, es necesario aceptar la preexistencia de Derechos originarios e inalienables que precedieron al
mismo Estado, y es mas lo hicieron surgir.
Clarísimamente lo ha
expuesto Maritain al afirmar:
“…La existencia de derechos naturalmente
inherentes
al
ser
humano,
anteriores
y
superiores a las legislaciones escritas y a los
acuerdos entre gobiernos, derechos que no le
incumbe a la comunidad civil el otorgar, sino el
reconocer y sancionar…”11
Los positivistas consideran que la creencia en normas objetivamente
válidas anteriores al derecho objetivo, es tan solo una disquisición
metafísica e inaceptable. Bentham en su momento afirmó que en
10
Battagllia F. Declaraciones de Derechos, vol. Estudios de Teoría del Estado. Traducción de E. Díaz P.
de Vega. Publicaciones del Real Colegio de España en Bolonia. 1966. p. 175
11
Maritain, Jacques. Acerca de la filosofía de los derechos del hombre. Estudios y comentarios en torno
a la nueva Declaración universal reunidos por la UNESCO, Fondo de Cultura Económica, México,
Buenos Aires, 1949. p. 72.
10
donde no existen leyes positivistas ni Estado no hay ningún derecho. J.
Austin, citado por Pérez Luño, afirma sobre el tema que:
“…los derechos naturales no son sino un sector de
las reglas que en su teoría integran la moralidad
positiva: conjunto de normas sociales emanadas de
las opiniones y sentimientos colectivos que influyen
en el derecho, pero que no son derecho.
Tan sólo
cuando esas reglas sean promulgadas a través de
mandatos
que
impongan
deberes
e
impliquen
sanciones serán auténticos derechos…”12
Como la mayor parte de discusiones en la Enciclopedia Jurídica, de
manera conciliatoria, surgen las denominadas Tesis Realistas, que no
otorgan al proceso de positivación un carácter declarativo (tesis
iusnaturalistas),
ni
constitutivo
(tesis
positivistas);
conciben
la
positivación como una técnica para la protección de los derechos
fundamentales, que es –postrimeramente- lo que realmente importa.
Nuestra Constitución Política se adscribe al generalizado y reconocido
criterio de que los derechos fundamentales son, como ya se ha dicho,
los derechos humanos positivizados, evidenciando –en mi pareceralguna proclividad iustaturalista, la incorporación de tres principios
fundamentales del Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
para lograr eficacia en la protección de los derechos fundamentales:
1.
El primero, relativo a que el catálogo de derechos fundamentales
contenido e la Constitución Política, no es una enunciación numerus
clausus, pues el mismo no excluye otros de naturaleza análoga o que
se fundan en la dignidad del hombre. Así lo expone el artículo 44 del
Magno Texto al regular que:
“…Los
derechos
y
garantías
que
otorga
la
Constitución no excluyen otros, que aunque no
12
Pérez Lúño, Antonio. Op. Cit. p. 57.
11
figuren expresamente en ella, son inherentes a la
persona humana…”.
2.
El relativo a la preeminencia del Derecho Internacional convencional
vigente de los derechos humanos sobre el derecho interno,
reconocido en el polemizado artículo 46 Constitucional; y
3.
El reconocimiento de las reglas y principios del Derecho Internacional
general y del Derecho Internacional de los Derechos humanos.
LA DOBLE DIMENSIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL GUATEMALTECO
Como ya fue expuesto, los Derechos Fundamentales presentan una
dualidad en cuanto a su naturaleza: Son, a la vez, objetivos y subjetivos;
esto significa que representan los valores materiales de todo el sistema
jurídico nacional y, consecuentemente, son el sustrato de la legislación,
administración y jurisdicción del país y por otra parte, ya fue enunciada
su condición subjetiva, en tanto son invocados por los ciudadanos en
situaciones concretas. Un ejemplo de esta confluencia se advierte en
sentencia del 29 de agosto del año 2000, expediente 787-2000, Gaceta
número 57:
“…Las normas reglamentarias o disciplinarias de los
centros educativos cuando se apliquen a menores de
edad deberán guardar coherencia con los valores,
principios y normas del Estado Constitucional de
Derecho;
de
lo
contrario
se
causaría
agravio
susceptible de ser examinado en amparo… Por el
hecho
de
que
constitucional
y
legalmente
la
educación privada, onerosa o gratuita, concurre con
los fines del Estado, debe quedar encuadrada dentro
de
los
ideales
del
12
Estado
social
y,
consecuentemente, no puede tener un significado
distinto de la función generadora de cultura que le
corresponde en el proceso histórico de las naciones.
Así debe entenderse que los servicios educativos
privados tienen como finalidad propia realizar el
concepto “educación” sin discriminación alguna…si
bien la educación privada debe gozar del máximo de
discrecionalidad
posible,
lo
que
garantiza
el
pluralismo cultural, no debe descuidarse el dato de
que funciona dentro del Estado de derecho, y, como
consecuencia, que sus normas y disposiciones
internas deben guardar coherencia con la normativa
fundamental, entre ésta, la importancia del principio
de legalidad…”.
Así también la Corte de Constitucionalidad ha expuesto, sobre el
entendimiento del artículo 2º. de la Constitución Política lo siguiente:
“…al referirse a los deberes del Estado respecto a
los
habitantes
de
la República le
impone
la
obligación de garantizar no solo la libertad, sino
también otros valores, como son los de la justicia y el
desarrollo integral de la persona, para lo cual debe
adoptar
las
medidas
que
a
su
juicio
sean
convenientes según lo demanden las necesidades y
condiciones del momento, que pueden ser no solo
individuales sino también sociales…”13
13
Sentencia del 17 de septiembre de 1986, expediente 12-86, Gaceta número uno. p. 3.
13
Considero que sobre el tópico existe mucha claridad en la sentencia
aludida,
particularmente
en
los
párrafos
tercero
y
cuarto
del
Considerando II, denominado “Cuestiones de orden General”, en los
que se puntualiza lo siguiente:
“…Por lo anterior, esta Corte estima que, si bien en
su preámbulo la Constitución de la República pone
énfasis en la primacía de la persona humana, esto
no significa que esté inspirada en los principios del
individualismo y que, por consiguiente, tienda a
vedar la intervención estatal, en lo que considere que
protege a la comunidad social y desarrolle los
principios de seguridad y justicia a que se refiere el
mismo preámbulo”.
La sentencia invocada permite inferir dos aspectos:
a) Uno, que los derechos fundamentales se encarnan en cada uno de
los ciudadanos y, por esa razón, pueden defenderse como propios ya
que son parte del patrimonio de la humanidad;
b) Sin embargo, no se deduce del fallo comentado que los derechos
fundamentales
se
sustenten
en
una
posición
individualista
y,
consecuentemente, egoísta; por el contrario sirven como normas a ser
cumplidas por si mismas y como tales por el legislador y en términos
generales, por todos los que detentan poder en la sociedad.
6. ESENCIA Y LIMITACIONES DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
La esencia de un derecho fundamental la constituye aquello que la
doctrina considera como su contenido mínimo e irreductible; es decir
aquello de lo cual el legislador no puede disponer dictando leyes que lo
menoscaben y lo hagan impracticable, ya que su afectación supondría
que ese derecho pierda su naturaleza e identidad.
14
La irreductibilidad de los derechos fundamentales implica que no
pueden ser disminuidos por procedimientos normales constituidos, es
decir fundados en la Constitución existente.
“Solo
el
poder
constituyente
originario
puede
cambiar las reglas como poder político fundante de
la sociedad.”14
Respecto a los límites de los derechos fundamentales, los hay
intrínsecos, que son los contenidos en la propia definición del derecho,
puesto que no pueden ser
limitados por preceptos de inferior
categoría, salvo que, como una cuestión excepcional, la propia norma
de rango superior lo disponga. Un ejemplo de este tipo de valladares es
el artículo 30 de nuestra Constitución:
“Artículo 30. Publicidad de los actos administrativos.
Todo los actos de la administración son públicos. Los
interesados tienen derecho a obtener, en cualquier
tiempo,
informes,
copias,
reproducciones
y
certificaciones que soliciten y la exhibición de los
expedientes que desean consultar, salvo que se trate
de asuntos militares o diplomáticos de seguridad
nacional, o de datos suministrados por particulares
bajo garantía de confidencia.”
Los extrínsecos se producen cuando colisionan dos derechos, caso en
el cual habrá que obtener una solución armónica en la aplicación del
llamado núcleo duro de ambos derechos fundamentales, tratando que
uno no avasalle al otro. Un ejemplo de esta situación, se ha producido
con la interposición de numerosísimos amparos en los cuales comités de
vecinos disponen cerrar algunas calles de sus colonias, instalando
talanqueras y garitas, con la finalidad de protegerse de la delincuencia,
14
Rubio Correa, Marcial; Eguiguren Praeli, Francisco; y Bernales Ballesteros, Enrique. Op. Cit. p. 24
15
ante la imposibilidad que el Estado, en cumplimiento de sus fines, brinde
protección a los ciudadanos ante la violencia que ha alcanzado niveles
superlativos en nuestro país; sin embargo, muchos vecinos se han
opuesto al cierre de las calles argumentando que se viola su libertad de
locomoción; en efecto, la instalación de talanqueras genera control y
seguridad,
pero
también
impone
el
cumplimiento
de
ciertas
obligaciones, como el pago de una cuota mensual por mantenimiento
de instalaciones, lo cual es considerado por algunos vecinos como una
conducta arbitraria y abusiva. En esta situación es fácil advertir la
colisión de dos derechos: el de la seguridad y el de la libre locomoción,
la actual jurisprudencia de la Corte en estos casos, que como ya dije
son muy numerosos, reconoce el derecho a la seguridad, lo que
permite utilizar mecanismos para protección de la vida y de la
integridad física, sin que ello conlleve avasallar la libre locomoción,
debiendo el comité de vecinos entregar llaves o posibilitar el tránsito de
los vecinos opositores resguardando su derecho subjetivo. Apréciese la
connotación descrita en la parte resolutiva del expediente 1025-2009:
“La Corte de Constitucionalidad, con base en lo
considerado y leyes citadas, resuelve: I. SIN LUGAR
el recurso de apelación interpuesto por la Asociación
de Vecinos de Oakland. II: CONFIRMA en todos sus
puntos
la sentencia venida en
grado
con
la
modificación de que no se deben de liminar los
obstáculos de las garitas de control, sino dotar a los
amparistas
de
los
distintivos
correspondientes
que
les
instruyendo
adecuadamente
o
allanen
al
insignias
el
personal
paso,
de
seguridad contratado para dicho servicio para que
se abstengas de imponer limitaciones al ejercicio del
derecho tutelado en esta sentencia. III. Notifíquese y,
16
con certificación de lo resuelto devuélvanse, los
antecedentes.”
Tal situación resulta oportuno al aludir a las limitaciones, que el principio
interpretativo de los derechos fundamentales conlleva siempre un
entendimiento extensivo de los mismos siendo -siempre- restrictiva la
interpretación de sus limitaciones.
SEGUNDA PARTE:
1. Tutela
Constitucional
de
los
Derechos
Fundamentales
en
la
Constitución Política de Guatemala: Principios de interpretación
constitucional que privan en el conflicto entre dos derechos: Principio
pro
hominem,
Principio
de
proporcionalidad,
Principio
de
razonabilidad, principio de discriminación, principio de limitación
restrictiva de derechos.
2. Examen
de
algunos
pronunciamientos
de
la
Corte
de
Constitucionalidad de Guatemala.
1. Tutela
Constitucional
de
los
Derechos
Fundamentales
en
la
Constitución Política de Guatemala: Principios de interpretación
constitucional que privan en el conflicto entre dos derechos
De manera liminar, conviene evocar que Guatemala reconoce la
preeminencia de los tratados internacionales en materia de
derechos humanos sobre el derecho interno, por consiguiente el
Tribunal constitucional, encargado de la defensa del orden
constitucional, debe aplicar, indefectiblemente, las normas y
principios de derechos humanos establecidos en el sistema
internacional de protección y siendo que es el supremo interprete
de la Constitución Política, debe aplicar en este proceso de
intelección, dentro de otros, los siguientes principios:
17
a.
Principio pro hominem: Según el cual el juzgador debe asegurar la
protección mas amplia para los derechos de las personas, de tal
cuenta que ante dos posibles interpretaciones de un precepto,
debe aplicar la más garantista, lo cual también implica que los
Estados no pueden utilizar tratados a fin de disminuir la protección
que ofrecen otras normas nacionales o internacionales.
b.
Principio de proporcionalidad. El mismo impone una evaluación,
por parte del juzgador, acerca del efecto social que producen sus
decisiones; esto hace ineludible una valoración para determinar si
el beneficio que recibe la sociedad, como consecuencia del
pronunciamiento del Tribunal, es mayor que el costo de restringir o
limitar un derecho fundamental en conflicto.
c.
Principio de razonabilidad. El acatamiento de este principio
excluye la arbitrariedad, porque impone que toda decisión judicial
debe ser razonada. Según la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, existe arbitrariedad cuando las restricciones, aún legales,
resulten
incompatibles
con
el
respeto
a
los
derechos
fundamentales.
d.
Principio de prohibición de la discriminación: De conformidad con
el mismo los jueces, al resolver, no deben incorporar diferencias de
trato discriminatorio.
Es necesario comentar que de conformidad
con la Observación General No. 18, el Comité de Derechos
Humanos ha señalado que:
“…no toda diferenciación de trato constituirá
una discriminación, si los criterios para tal
diferenciación son razonables y objetivos y lo
que se persigue es lograr un propósito legítimo
en virtud del Pacto.”
18
e.
Principio de limitación restrictiva de derechos. En atención a este
principio es posible limitar el ejercicio de ciertos derechos, siempre
y cuando se cumplan los siguientes requisitos:
~ Que dicha limitación esté prevista en las leyes internas en sintonía
con las disposiciones del Derecho Internacional de Derechos
Humanos.
~ Que exista una necesidad social imperiosa, lo cual conlleva que
la limitación sea el resultado de un cuidadoso balance entre el
interés individual y el interés social.
~ Que la limitación responda a los fines legítimos establecidos en la
norma.
~ Que se observe los principios de proporcionalidad, razonabilidad
Y no discriminación.
2.
EXAMEN
DE
ALGUNOS
PRONUNCIAMIENTOS
DE
LA
CORTE
DE
CONSTITUCIONALIDAD DE GUATEMALA
La defensa del Principio de Supremacía Constitucional se conduce a
través de diferentes medios:
a.
Las
acciones
identificada
de
en
Inconstitucionalidad,
el
artículo
General
267
o
Abstracta,
constitucional,
como
Inconstitucionalidad en contra de Leyes, Reglamentos o Disposiciones
de
Carácter
General,
mecanismo
que
se
concreta
en
el
enjuiciamiento de un precepto que, sindicado de confrontar la
constitución,
es
sometido
a
examen
por
parte
del
Tribunal
Constitucional y en caso de comprobarse fricción entre la norma
ordinaria y la constitucional, el Tribunal expulsará, al dictar sentencia,
la norma infractora. El artículo 266 Constitucional reconoce el sistema
difuso con la denominación, Inconstitucionalidad en caso concreto.
19
b.
El proceso de Amparo es un instrumento que previene la vulneración
de
los
derechos
fundamentales
o
los
restaura
en
caso
de
conculcación. En nuestro país es, a no dudarlo, el mecanismo mas
empleado en la preservación de los Derechos Fundamentales.
c.
La Opinión Consultiva es un control preventivo a no dudarlo, pero no
es de naturaleza política, ni tampoco jurisdiccional, aún y cuando la
Corte de Constitucionalidad, quien la emite, es un tribunal de
jurisdicción privativa. La opinión consultiva es realmente un control de
constitucionalidad
sui
generis,
apriorístico,
ya
que
el
tribunal
constitucional no ejerce jurisdicción para solucionar ningún conflicto
de existencia real.
3.
SOBRE LA TUTELA DE LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA
Sobre la dignidad humana ha dicho el Profesor Cea Egaña:
“Antes y sobre los derechos públicos subjetivos
mencionados y otros más, en la Constitución
consta hoy proclamado el valor de la dignidad de
la persona humana, nada menos que en el
umbral, esto es, al comienzo de sus artículos.
La dignidad humana se erige así en el valor
sustentable de aquellos derechos inalienables en
la fuente o base de arranque de ellos y que debe
ser tan respetada y promovido como estos (…)
Trátase de otro concepto iusnaturalista. Significa
que toda persona humana, por ser tal y sin más
exigencias, nace y ha de convivir con la cualidad
de digno, o sea, de trascendente a la historia,
sujeto libre e igual al prójimo, cuyo destino es
realizar un proyecto de vida, con sello singular o
propio.
20
El hombre resulta ser así un depósito o cúmulo de
valores supremos, con los cuales nace y los
concreta durante la vida.
Entre éstos se hallan
los derechos públicos subjetivos o facultades que
el ordenamiento jurídico le reconoce con carácter
de inalienables, imprescriptibles e inviolables en
todo momento, lugar y circunstancia (…) Pues
bien, la dignidad es la fuente de esos atributos
naturales.”15
El artículo 4º. De nuestra Constitución Política determina que:
“En Guatemala todos los seres humanos son libres e
iguales en dignidad y derechos…” precisando dicha
norma que “…Ninguna persona puede ser sometida
a servidumbre ni a otra condición que menoscabe su
dignidad…”
Este tema fue abordado y resuelto en fallo de 19 de enero de 1,999,
dentro
del
expediente
248-98,
relativo
a
una
acción
de
inconstitucionalidad parcial del artículo 3º. del Decreto 100-96,
reformado por el Decreto 22-98, ambos del Congreso de la República,
normativo que regula el “Procedimiento para la Ejecución de la Pena
de Muerte”.
En este expediente se discutió la prevalencia de la
dignidad humana sobre el derecho a informar. El accionante
considero afrontada la libre emisión del pensamiento porque el
artículo tercero impugnado regula que no se podrán:
“…realizar transmisiones directas ni grabar por
cualquier medio para su reproducción diferida o
15
Cea Egaña, José Luis. “Derecho Constitucional Chileno”. Santiago, Ediciones Universidad Católica de
Chile. 200l. pp. 102 y 178.
21
fotografiar el acto del ingreso del reo al módulo de
ejecución y su estancia en el mismo…”.
La Corte formuló en su resolución los siguientes argumentos:
A)
Que el Artículo 35 constitucional que regula la libertad de
emisión del pensamiento no resulta menoscabado por la
disposición impugnada, porque no restringe
informar;
ciertamente
la
disposición
el derecho a
aludida
no
genera
impedimento para dar noticia del suceso; lo que sí impide es
que la ejecución adquiera connotación de espectáculo.
B)
Al confrontar el derecho a la intimidad de la persona
condenada a muerte con el derecho a informar, la Corte tuteló
el
primero,
a
expresamente,
pesar
aunque
de
si
no
estar
reconocido
constitucionalizado
en
el
artículo
44
constitucional que dispone:
“Los derechos y garantías que otorga la
Constitución no excluyen otros que, aunque
no
figuren
expresamente
en
ella,
son
inherentes a la persona humana.”.
La doctrina denomina a este tipo de derechos “implícitos”.
4.
TUTELA A LOS DERECHOS DE LA SALUD Y DE LA VIDA:
El Derecho a la vida es protegido por la Constitución y por todos los
tratados y convenciones sobre derechos humanos. La Declaración
Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 3, prescribe:
“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la
libertad y a la seguridad de su persona.”
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre,
en su artículo I, establece:
“Todo ser humano tiene derecho a la vida, a
la libertad y a la seguridad de su persona.”
22
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 6,
prescribe: El Derecho a la vida es inherente a la persona humana. Y
nuestra Constitución Política en el artículo 2º. Determina que:
“Es deber del Estado garantizarle a los habitantes
de la República la vida, la libertad, la justicia, la
seguridad, la paz y el desarrollo integra de la
persona.”
Resulta indubitable que toda persona humana tiene derecho a la
vida
y
que,
consecuentemente,
arbitrariamente.
no
puede
ser
muerto
Por supuesto, excepcionalmente, se acepta
jurídicamente que la muerte de una persona sea producida por otra,
verbigracia en los casos de legítima defensa ó bien en el caso de
aplicación de la pena de muerte. El propio Juan Pablo II reconoció
el carácter excepcional de esta pena al decir:
“De este modo la autoridad alcanza también el
objetivo de
preservar el orden público y la
seguridad de las personas, no sin ofrecer al
mismo reo un estímulo y una ayuda para
corregirse
y
precisamente
enmendarse.---Es
para
conseguir
evidente
que,
todas
estas
finalidades, la medida y la cantidad de la pena
deben ser valoradas y decididas atentamente,
sin que se deba llegar a la medida extrema de la
eliminación del reo salvo en casos de absoluta
necesidad…”16
En relación a la tutela de la vida, la Corte ha emitido una gran
cantidad de pronunciamientos relativos a la actitud reacia de las
autoridades para brindar asistencia a enfermos afectados por
16
Juan Pablo II, s/f pp. 55-56.
23
dolencias terminales, de esos innumerables casos, me permito citar
dos:
B.1. El expediente 2984-2007, que se refiere a una apelación de sentencia
de amparo, promovida por el Procurador de los Derechos Humanos
en contra de la Junta Directiva del Instituto Guatemalteco de
Seguridad Social. En la situación aludida, una persona afectada por
linfomas cancerosos, vio suspendido el tratamiento de quimioterapia
que se le practicaba, ya que de conformidad con lo expuesto por la
autoridad impugnada, la situación encuadraba en lo prescrito en el
artículo 20 del Acuerdo 466 de Junta Directiva que preceptúa:
“…En el caso de enfermedades que a juicio
médico
del
determinen
Instituto
un
sean
estado
irreversibles
de
y
incapacidad
permanente para el trabajo, la asistencia médica
se concederá por un término de cincuenta y dos
semanas”
Por lo que al considerarse concluido el tiempo fijado por la ley, se
determinó que el Instituto no se encontraba obligado a prestar
servicios médicos. La Corte de Constitucionalidad otorgó el amparo al
considerar que en materia de derechos humanos, cuando la
aplicación de un precepto normativo de grado inferior pueda estar
sujeto en cuanto a su interpretación a la preeminencia de una norma
de grado superior más garantista, la interpretación debe llevar
congruencia con el espíritu de la superior y, en el fallo examinado, se
ordenó que se mantuviese el tratamiento médico.
B.2. OTRO CASO DE LA MISMA NATURALEZA ES EL EXPEDIENTE 240-2008
En el cual un grupo de personas afectadas por el Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida, reclamó la decisión del Congreso de la
República que no incluyó dentro de la Ley del Presupuesto General
de Ingresos y Egresos del Estado para el Ejercicio Fiscal 2008, Decreto
24
número 70-2007, una asignación presupuestaria a favor de la
Fundación Marco Antonio de Enfermos Terminales del Sida. La Corte
reconoció que, en efecto, la autoridad impugnada, como lo
argumentó en su momento, actúo en ejercicio de una de las
atribuciones que tiene asignadas, ya que es una de sus potestades,
aprobar, modificar o improbar el proyecto de Presupuesto General de
Ingresos y Egresos del Estado; sin embargo, determinó que el
tratamiento y cuidados médicos prestados a los peticionantes no
debían interrumpirse y que debían ser prestados por el Ministerio de
Salud Pública y Asistencia Social, ya que de esa manera, al mismo
tiempo que se respetó la competencia de la autoridad impugnada,
se exigió el cuidado de los enfermos postulantes a otro ente
involucrado en el sistema de salud.
5.
TUTELA A LOS DERECHOS DEL NIÑO
A.
Dentro del expediente 1042-97, contentivo de apelación de sentencia
en amparo, la Corte se pronunció sobre el derecho a la niñez a
opinar; el expediente en alusión se refiere a lo dispuesto en la
Convención sobre los Derechos del Niño en donde se reconoce esta
circunstancia. La Corte conoció de esta conculcación en razón de la
alzada que de una sentencia de amparo promovió el padre de los
menores, quien como consecuencia de un fallo de la jurisdicción
ordinaria ejercía la guardia y custodia de sus hijos. En el amparo
comentado se dejó sin efecto lo resuelto en un juicio oral de guardia y
custodia, tramitado en un juzgado de familia, atendiendo el
argumento de que el parecer de los niños no había sido tomado en
cuenta para dictar el fallo comentado.
La Corte de Constitucionalidad consideró, que de acuerdo al interés
superior del niño, las decisiones judiciales que lo afecten deben tomar
25
en cuenta su voluntad y, como en el caso aludido, no se sustentó la
decisión jurisdiccional en lo preceptuado en la citada convención,
que es ley de la república, se otorgó la tutela requerida.
6.
TUTELA A LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
A.
En marzo de 1996 fue proferido un fallo dentro de la Acción de
Inconstitucionalidad general total de los artículos 232 al 235 del
Código Penal, preceptos que regulan el adulterio. Los accionantes
señalaron que los artículos señalados violaban el principio de
igualdad, reconocido en el artículo cuarto del Texto Constitucional,
ya que penalizaban en forma distinta al hombre y a la mujer que
incurrían en la conducta de infidelidad conyugal; en esos preceptos
se imponían penas más severas, en caso que el sujeto activo fuera
una mujer casada. La Corte declaró la inconstitucionalidad
al
advertir discriminación pues la norma impugnada, en condiciones
semejantes, no tipificaba el delito de adulterio en relación al varón
casado, pero si consideraba su existencia en caso de que la
conducta infiel fuese atribuible a una mujer casada.
B.
Recientemente, con fecha 01 de junio del 2010, en el expediente
794-2010, promovido por la Abogada María Eugenia Morales Aceña
de Sierra, en su calidad de Procuradora Adjunta I de la Institución de
Procurador
de
los
Derechos
Humanos,
se
declaró
la
inconstitucionalidad del numeral tres del artículo 89 del Código Civil,
Decreto Ley 106, en el cual se legislan los impedimentos impidientes
para contraer matrimonio; en dicho numeral se regulaba que las
mujeres al divorciarse debían esperar trescientos días para volver a
contraer matrimonio para evitar el suceso que en doctrina se
conoce como “turbatio sanguinis”, la Corte al advertir que en la
actualidad existen procedimientos para establecer el embarazo,
26
estimó dicha disposición como un anacronismo y expulsó del
ordenamiento jurídico el precepto señalado.
C.
En relación a este tema también puede citarse la declaratoria con
lugar de la inconstitucionalidad promovida en contra del artículo 25
de la Ley del Servicio Cívico y 30 de su reglamento, preceptos que
establecían como causal para dar por terminado dicho servicio
anticipadamente, encontrarse en estado de gravidez.
7.
TUTELA DEL PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN
La dignidad de la persona tiene, de conformidad con la doctrina, un
carácter relacional; es decir, su vulneración no se da en abstracto,
sino en la afectación concreta y concurrente de otro derecho
fundamental que es la igualdad. La igualdad es el elemento central
de la dignidad, por esa razón los artículos primero y cuarto de
nuestra Constitución Política, están indisolublemente vinculados; de
ellos se infiere el principio de solidaridad que determina que
cualquier forma de vida comunitaria, debe organizarse en relación a
fines compartidos. Como he dicho la solidaridad no es un derecho
fundamental establecido expresamente, pertenece a la categoría
de los implícitos e impone a los seres humanos, la conducta de
guardar una conducta fraternal entre sí.
El expediente 855-2003 es contentivo de una apelación de sentencia
en amparo, promovida por una persona que, en compañía de tres
amigos, pretendió ingresar a un restaurante en la ciudad de
Quetzaltenango; no pudo ingresar en el mismo porque el personal
de seguridad de ese establecimiento se lo impidió argumentando
que lucía cabello largo. El postulante argumentó que dicho rasgo
era una característica de identidad maya. Como el amparo fue
denegado en primer grado, la Corte al conocerlo lo concedió con
27
fundamento en la protección a la dignidad de las personas,
condenando todo acto de discriminación racial, con el objeto de
promover la comprensión y tolerancia dentro de los habitantes de la
república. La Corte también ordenó al propietario del restaurante
eliminar toda disposición discriminatoria, invocando el convenio 169
de la OIT y la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación racial.
8.
TUTELA A LOS DERECHOS SOCIALES:
CASO DE PROTECCIÓN A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN EL
TRANSPORTE PÚBLICO
Dentro del expediente 2866-2006 se conoció una apelación de
sentencia en amparo en el cual los postulantes señalaron como
violados los artículos 26 y 53 de nuestra Constitución Política, pues al
instalarse un servicio de transporte colectivo público, denominado
“Transmetro” no se instalaron accesos adecuados que permitieran a
las personas con discapacidad física utilizar este servicio de
transporte,
señalando
también
la
inexistencia
de
normas
reglamentarias en el servicio público de transporte que garantizara
este derecho de los accionantes.
La Corte otorgó el amparo y señaló a la Municipalidad de
Guatemala, plazos razonables para atender lo resuelto, ya que el
transporte público en Guatemala, en efecto no cuenta con
mecanismos que posibiliten su uso a las personas con discapacidad
y ordenó que la Corporación Municipal de la Capital adoptara las
medidas
necesarias
que
permitieran
subsanar
esta
falencia,
construyendo rampas y espacios reservados para las personas de
tercera
edad,
mujeres
embarazadas,
o
personas
con
discapacidades especiales y estableciendo que las concesiones que
28
se autoricen para el transporte colectivo deben ser otorgadas
preferentemente a los propietarios de vehículos que posibiliten el
servicio a personas con características descritas. También exhortó a
la Municipalidad a revisar sus regulaciones vigentes para incluir a las
mismas estos aspectos. Por cierto, conviene enfatizar en torno a las
sentencias exhortativas -cuya existencia ha sido puesta en duda por
algún sector del foro guatemalteco señalando que los órganos
jurisdiccionales, ordenan y no exhortan- que las mismas se formulan
teniendo en cuenta la naturaleza de los derechos sociales, que es
programática; es decir estos fallos se refieren a ciertas aspiraciones
que a derechos exigibles de manera inmediata o propiamente
dichos, porque su realización:
“…requiere de ciertas condiciones materiales y de
recursos que hagan posible su verificación y exigencia
progresiva;
por
consiguiente,
no
pueden
estar
inmediatamente disponibles para todos. Conviene tener
presente, no obstante, que esta “regla” no es mecánica,
pues existen diversos derechos sociales, de índole
laboral por ejemplo, como la huelga o la sindicalización,
cuya verificación puede ser inmediata y no requieren de
la existencia de condiciones materiales económicas
para su ejercicio y exigencia…”
9.
17
DEFENSA DE LAS ÁREAS PROTEGIDAS
En septiembre del año 2006 fue resuelto el expediente 941-2005
relativo a una acción de inconstitucionalidad parcial de los artículos
8, 9, 12 y 13 de la ley que declara como área protegida al
monumento natural Semuc-Champey. El accionante arguyó que los
17
Rubio Correa, Marcial; Eguiguren Praeli, Francisco; y Bernales Ballesteros, Enrique. Op. Cit. p. 33
29
artículos impugnados violaban la autonomía municipal, puesto que
la disposición aludida impugnada trasladó a la Secretaría Ejecutiva
del Comité Nacional de Áreas Protegidas -CONAP- la administración
de ese parque natural con lo cual -según expuso el interponente- se
afectaba
la
autonomía
constitucionalmente,
municipal,
impidiendo
la
que
es
obtención
reconocida
de
recursos
pecuniarios para la conservación de ese patrimonio natural.
La Corte rechazó el planteamiento, argumentando que el Decreto
25-2005 impugnado no modificó el dominio del inmueble en donde
se ubica el monumento natural citado, sino que únicamente designó
al ente encargado de la administración del mismo invocando para
ello una de las característica del derecho administrativo ambiental
que exige que los recursos naturales del sistema deban ser
preservados en un contexto de desarrollo sustentable, por lo que es
imperativo regular la explotación económica de tales recursos y el
límite al uso abusivo de los mismos, lo cual impone que una institución
especializada se encargue de su cuidado y preservación con los
fondos generados por el ingreso de turistas. Este fallo posibilitó la
confrontación entre el derecho de dominio de la municipalidad,
sustentado en el uso exclusivo del recurso natural comentado y el
derecho de todos los habitantes a disfrutar de ese monumento con
base en el llamado nuevo derecho administrativo del medio
ambiente.
10.
TUTELA AL DERECHO FUNDAMENTAL DEL DOMINIO
El artículo 39 constitucional establece:
“Se garantiza la propiedad privada como un
derecho inherente a la persona humana. Toda
persona puede disponer libremente de sus bienes
30
de acuerdo con la ley.
El Estado garantiza y
deberá crear las condiciones que faciliten al
propietario el uso
disfrute de sus bienes, de
manera que se alcance el progreso individual y el
desarrollo
nacional
en
beneficio
de
los
guatemaltecos”.
Dada la inseguridad prevaleciente en el país, la propiedad
inmobiliaria especialmente ha sido materia de acciones delictivas
que han generado traslaciones dominicales en base a la aparente
celebración de un contrato; aun y cuando dicho asunto tendría que
resolverse en el ámbito de la jurisdicción ordinaria, a través de un
juicio de conocimiento que propenda a la nulidad del negocio
jurídico o a la declaración de nulidad de un instrumento público, se
utiliza el amparo como vía para lograr la reivindicación dominical de
manera colérica y menos engorrosa que la prolongada y acuciante
ruta del juicio ordinario, el cual, aunque que concluyera con un
pronunciamiento favorable al afectado, implicaría no sólo un
farragoso trámite, sino la incertidumbre de que el bien adquirido por
ese delincuencial procedimiento ya haya sido transmitido a ulteriores
adquirentes, complicando su real restitución.
Se arguye que esta
posición de la Corte desatiende una condición de procedibilidad
básica, como es la definitividad, pues -repito- de conformidad con
este criterio, se debe agotar, antes de acudir a la justicia
constitucional, todos los procedimientos ordinarios; sin embargo, la
tutela constitucional procede, únicamente, en situaciones en las que
exista una contundente e inobjetable vulneración al Derecho de
Propiedad.
31
11.
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y LA OPINIÓN CONSULTIVA
Por la vía de la Opinión Consultiva, que es una de las competencias
del Tribunal Constitucional Guatemalteco, consistente en un control
preventivo que realiza la Corte de Constitucionalidad a petición de
cualquiera de los tres organismos del Estado, sobre tratados,
convenios internacionales, proyectos de ley y otras situaciones que
generen
duda
de
constitucionalidad,
para
revisar
su
constitucionalidad antes de su entrada en vigencia y que, aunque
no tiene carácter vinculante, la publicidad de la opinión y la posible
declaratoria de inconstitucionalidad, en el caso que dicha ley o
situación se impugne como tal, ha logrado que esta sea,
generalmente
respetada.
Pues
bien,
por
esta
vía,
se
han
concretado tutela de derechos fundamentales en situaciones muy
especiales, que detallo a continuación:
a.
OPINIÓN CONSULTIVA SOBRE EL CONVENIO 169 DE LA OIT
El Congreso de la Republica sometió a consulta, antes de iniciar la
discusión por artículos del decreto que aprobaba el Convenio 169 de
la OIT, la constitucionalidad de dicho proyecto. Al pronunciarse
sobre la coincidencia de dicho convenio con el Magno Texto, la
Corte posibilitó que el derecho a la igualdad, reconocido en el
artículo 4º. constitucional, involucrara a los pueblos indígenas.
La
historia del país revela la falta de equidad el tratamiento a estos
pueblos y precisamente este pronunciamiento es un avance notable
en la promoción del respeto a la cultura, religión e identidad de los
pueblos indígenas.
b.
OPINIÓN
CONSULTIVA SOBRE EL ESTATUTO DE ROMA DE LA CORTE
PENAL INTERNACIONAL
El Presidente de la Republica formulo consulta sobre la aprobación y
ratificación del Estatuto en alusión, pidiendo a la Corte su
32
pronunciamiento sobre la constitucionalidad del mismo. La Corte
consideró que no existe disconformidad constitucional alguna y que
el hecho que el Estatuto
establezca que la Corte Internacional
ejercerá jurisdicción sobre personas individuales debe entenderse
como un paso en la evolución del Derecho Penal internacional, en el
cual los Estados facultan a dicho tribunal para juzgar aquellos casos
en los cuales se determine que su sistema judicial no esté dispuesto a
llevar a cabo la investigación o el enjuiciamiento o no pueda
concretarlo.
c.
OPINIÓN CONSULTIVA SOBRE EL ACUERDO DE CREACIÓN DE LA CICIG
El expediente 791-2007 contiene la solicitud de Opinión Consultiva
sobre la constitucionalidad del Acuerdo celebrado entre la
Organización de las Naciones Unidas y el Gobierno de Guatemala; el
planteamiento fue formulado por el Congreso de la República y se
constriñó a las siguientes tres interrogantes:
1. ¿Es constitucional el Acuerdo?
2. ¿Mantiene su independencia y autonomía el Ministerio Público?
3. ¿Es necesaria la mayoría de las dos terceras partes del número total
de diputados para su aprobación?
La Corte expuso que el Convenio coincide con nuestra Constitución
Política y con la Ley Orgánica del Ministerio Público y, de manera
prolija advirtió, para que fuesen suprimidas, aquellas partes de la
redacción
que
contenían
fricciones
con
el
Magno
Texto,
desvaneciendo la duda surgida en cuanto a la usurpación ilegal de
funciones que, en relación al Ministerio Público, se atribuía
infundadamente a la CICIG.
En efecto uno de los comentarios
adversos a la instauración de la comisión, en aquel momento, era
concerniente a una supuesta colisión entre las facultades del
Ministerio Público, y también del Organismo Judicial, con las que se
33
atribuían en el Tratado a la Comisión; la Corte esclareció tal punto
determinando que la Comisión puede promover la persecución
penal a través de la denuncia, convertirse en querellante adhesivo,
teniendo, también, legitimación para actuar como agraviada en
procesos de acción pública, asistiéndole la facultad de recabar,
evaluar
persona,
y
sistematizar
entidad
información
oficial
o
suministrada
privada,
por
cualquier
organizaciones
no
gubernamentales, organismos internacionales y autoridades de otros
Estados, debiendo observar con plenitud lo dispuesto en los artículos
24, 30 y 31 constitucionales. Fue materia de objeción y, por tanto
examinada por la Corte, el hecho de que la CICIG pudiese celebrar
acuerdos con otros Estados ú organizaciones internacionales, ya que
se argumentaba –negativamente- que ello implicaría comprometer
a nuestro país; el Tribunal Constitucional enfatizó en la aplicación del
principio Inter allias acta, el cual permite determinar la incertidumbre
de tal consideración, porque ello ocurriría, únicamente, cuando el
Estado guatemalteco intervenga como parte en esos acuerdos o los
convalide tácita o expresamente.
34
CONCLUSIONES
1.
Es generalizado asignar sinonimia a los vocablos Derechos
Humanos, Derechos Fundamentales, Derechos Individuales y
Derechos Constitucionales.
2.
La Constitución Política de la República de Guatemala,
pareciera homologarlos.
3.
La dicción
Derechos Humanos
resulta ambigua, por la
pretendida evidencia que cada persona humana tiene de sus
propios derechos.
4.
La equivocidad del término Derechos Humanos produce
confusión.
5.
La expresión Derechos Fundamentales es equiparada, en
cuanto a contenido a Derechos Humanos.
6.
En una apreciación sintética, se afirma que los Derechos
Fundamentales son los Derechos Humanos positivados en la
Constitución.
7.
Los Derechos Fundamentales presentan dualidad en cuanto a
su naturaleza: Son, a la vez, objetivos y subjetivos.
8.
El contenido esencial de un Derecho Fundamental está
constituido por aquel núcleo mínimo e irreductible que resulta
indisponible para el legislador.
9.
Los Derechos Fundamentales se interpretan extensivamente y
sus limitaciones restrictivamente.
10. Los límites intrínsecos de los Derechos Fundamentales están
constituidos
por las propias limitaciones expresadas en la
Constitución.
11. Los límites extrínsecos de los Derechos Fundamentales aparecen
cuando un derecho colisiona con otro derecho, caso en el cual
35
se debe buscar una solución armónica en la aplicación del
núcleo duro de ambos derechos.
12.
La Constitución Política de la República de Guatemala incluye
un
amplio
preservación
catálogo
puede
de
derechos
ser
instada
fundamentales
por
vía
y
de
su
la
Inconstitucionalidad de Leyes, a través del amparo y de la
Opinión Consultiva.
13. La Corte de Constitucionalidad de Guatemala, a lo largo de sus
veinticinco años de existencia ha aplicado en la mayor parte
de sus fallos los siguientes principios de interpretación:
-principio pro-hominem
-principio de proporcionalidad.
-principio de razonabilidad.
-prohibición de discriminación.
-Principio de limitación restrictiva de derechos.
14.
En relación a la preeminencia de los tratados internacionales
Derechos Humanos, la Corte limita el alcance del artículo 46
constitucional a un ámbito supralegal, pero infraconstitucional.
15. Un aspecto relevante de la actual Constitución Política de
Guatemala, en cuanto a la positivación de los derechos
humanos, es la incorporación a ella de los llamados derechos
humanos no explícitos, extremo que enuncia el artículo 44 del
Magno Texto.
36
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS
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en
25
años
de
jurisprudencia
del
Tribunal
Constitucional
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Justo. Red Interamericana de Gobernabilidad y Derechos
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37
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