la voz apacible y de..

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LA VOZ APACIBLE Y DELICADA
1Reyes 19:11-13
La expresión utilizada por Dios para mostrar su presencia que se escenifica en este pasaje es una
buena ilustración de la manera que obra el Espíritu Santo, no solo a través de los siglos, sino
también en la experiencia de cada corazón.
El profeta Elías estaba experimentanto el esplendor de su ministerio, donde Jehová lo utiliza para
manifestar su autoridad en uno de los puntos de la historia religiosa más significativa:
Demostración de poder mediante fuego en el Monte Carmelo. También Jehová Dios habia
manifestado su autoridad mediante el Profeta cuando se abrieron las ventanas de los cielo para
vertir sus aguas, luego de la seguía.
HISTORIA
Apesar de esta demostración de poder, fue intimidado por la influencia del miedo, por la
preservación de su vida haciendo caso a la amenaza destructiva. La reina Jezabel solamente
expreso una frase amenazadora y desafiante: “Así me hagan los dioses y aun me añadan, si
mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos” 1Reyes 19:2. El
profeta Elías se levantó y se fue huyendo hacia Beerseba, situada casi a las afuera del país.
Luego dejando a su criado atrás siguió en dirección al desierto. Se sentó en el terreno arenoso,
debajo de un enebro y dirijo desconsoladamente: “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues
no soy yo major que mis padres” 1Reyes 19:4.
El profeta Elías cae en un profundo sueño, luego Dios envia un angel para que le despertara y le
diera de comer, obtuvo fuerza y emprendio su camino al Monte Horeb.
Entró en una profunda reflexión:
•
Le pareció que su vida era un fracaso y sintió deseos de adquirir poder para llevar a cabo
las cosas para las cuales se sentía incapaz.
•
Se encontraba en el estado de animo en que lo que deseaba era ver que algo ocurriera.
•
Sentia que cualquier cosa era major que el silencio en que se encontraba.
1
Jehová Dios empezó hablarle por medio de la voz de la naturaleza al profeta.
•
Primero: Se produjo un fuerte temblor de tierra, que rompia los montes y deshaciía
las peñas y hacía sacudir el desierto como se mecen las olas del océano. Pero nada de
lo que ocurria había tocado su espíritu. Sintió que Dios no estaba en el terremoto.
•
Segundo: Vino un violento tornado, que llenó el aire de nueves de arena y el
ventarrón sopló violentamente entre las montañas, rompió los peñascos,
arrancandolos de sus bases y arrastró los bosques y los lanzó en los abismos, mientras
en el aire reverberaban los truenos y los rayos y relámpagos iluminaban el espacio.
Apesar de toda la demostración y el ruido atolondrador, el profeta no fue conmovido.
Nada de los visto y sentido le dijo algo a lo íntimo de su ser interior. Pero Dios no
estaba en el viento recio.
•
Tercero: Vino el fuego.
Tal vez eran incendios producidos por los rayos que
inflamaban los bosques y barrían las faldas de las montañas: o pudo haber sido algún
fuego sobrenatural que cayó del cielo y que se presentó ante los ojos de Elías como el
fuego que ardía en el monte Sinaí, siglos antes, cuando Moisés recibió las tables de la
ley. Sin embargo tampoco el profeta de conmovió: contempló todo eso con espíritu y
corazón desafiante.
•
Cuarto: Luego de este acontecimiento, vino algo así como el silencio que precede la
tempestad; como la pausa enfatica de ciertos momentos musicales; se produjo un
inquietante silencio que fue seguido de un “SILBO APACIBLE Y DELICADO” una
voz más suave que las campanas, más dulce que el canto de una madre a su hijo. Esa
voz llegó a lo más intimo del alma del profeta, esta demostración fue penetrante, el
cual hizo estremecer. Esa voz consiguió que su espíritu se quebrantase, que se
enterneciese y se sumiera en íntimo recogimiento. Su expresión ante la voz fue
postrárse a los pies de Dios, preparándose para escuchar el mensaje que quería darle.
El corazón impetuoso había sido al fin, subyugado; el poderoso profeta se había
rendido y había asumido la actitud de una criatura.
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El profeta Elías aprendió:
Que tenía que estar tranquilo y debía aprender que las fuerzas que deseaba tener no eran las más
potentes de las que Dios tenía a su disposición y que aun su propia naturaleza fuerte y tesonera
debía ser puesta en sumisión y debía aprender lo que es el poder más profundo de la ternura y el
amor.
CUADRO DESCRIPTIVO DE LOS DOS MINISTERIOS
Elias: vino como el invierno antes de la primavera, como el arado antes del sembrador, como la
tormenta antes de la lluvia. El ministerio de Elías fue de juicio y destrucción.
Eliseo: Pero el sol (luz) de la primavera es más fuerte que las tempestades del invierno y la
semilla que cae en tierra es más poderosa que el hierro del arado que abre los surcos o que la
dinamita que destroza los peñascos.
Fue así como el ministerio de Eliseo que siguió al de Elías fue más poderoso y más fructifero que
todos los milagros destructivos del Profeta Elías.
DEFINICIÓN DE LA NUEVA DISPENSACIÓN
Esta demostración es una profetica de una era más grandiose y de una transacción más
portentosa.
•
Elías y su ministerio fueron figures típicas de la ley y de Moisés en cambio;
•
Eliseo fue una figura típica del Señor Jesucristo y del Evangelio de su gracia.
•
La escena representada en Monte Horeb es una diferencia entre la Ley y la Gracia; entre
el Juicio y la Misericordia; entre la Antigua Dispensación y la Nueva. Dios había
probado cuán poco se consigue únicamente con la disciplina para perfeccionar el
carácter humano y para darle justicia duradera. Todo el sufrimiento y todo castigo
que se puede imponer para purificar a un pueblo se lo había impuesto al antiguo pueblo
de Israel. Isaías1:5-8.
•
Gracias a Dios que proporsionó un camino major. El evangelio de su gracia, la ternura de
su amor y el poder de su Espíritu Santo, han realizado no la ley del terror, sino el milagro
de la nueva vida, pacífica y fructífera. La voz callada y suave del amor de Jesús es
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mucho más poderosa que todos los truenos del Monte Sinaí o que los ejércitos asirios o
caldeos.
La ley no perfeccinó a nadie pero si lo hizo así la introducción de una mejor esperanza. El
terremoto,el viento huracanado y el fuego han desaparecido, pero la voz callada y suave del
calvario y de Pentecostés sigue hablando a los corazones de millones de almas y les conduce de
nuevo a Dios, a la Justicia y al Cielo.
CONTEXTUALIZACION
La experiencia individual que se escenifica en el Monte Horeb se repite muchas veces en nuestra
vida individual. Pasamos por el terremoto, por los vientos huracanados y por el fuego, buscando
a Dios, pero nuestra busqueda es en vano: pero al fin la encontramos en la forma de la voz
callada y suave, en lo profundo de nuestra alma. Nos covijaran las pruebas, el sufrimiento
interno o externo; posiblemente pruebas que nos desgarran el corazón y que nos aplastan el
espíritu. El corazón puede estar destrozado y sin embargo cada trozo de el, podrá seguir lleno de
orgullo, odio y soberbia.
El ser humano en lo profundo de su interior existe un afán por hallar a dios y disfrutar de su paz.
En muchas ocasiones nos da mejor resultado ser persuadido por la inutilidad de nuestros propios
esfuerzos y sintiendonos impotentes para cambiar la situación, nos quedamos quietos a los pies
de Cristo. Para poder escuchar la voz de Dios es necesario que podamos silenciar cualquier otro
sonido que hubiese.
Cuando nos sentimos nulo, es en ese preciso momento que comienza a manifestarse la presencia
de Dios que nos hace capaces de todo y como estamos dispuestos a descansar en nuestra
imposibilidad , confiando plenamente en la suficiencia de Dios, no transcurre mucho tiempo
antes que comencemos a oir la dulzura de esa voz y a reconocer su potencia.
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LA VOZ DE DIOS
La clave de estas manifestaciones es que en el terremoto, el viento y el fuego no tenia voz. Esta
voz cautivó la atención y despertaron todos los sentidos del profeta. La voz nos hace ver la
diferencia entre la naturaleza y la revelación, entre el lenguaje de la tierra y el del cielo, y el
lenguaje de la preciosa Palabra de Dios.
•
Dios ha hablado una vez con la voz de la creación, pero ese lenguaje es como el modo no
manifestado del terremoto, del viento y del fuego.
•
Dios ha hablado por segunda vez; con la voz de su Santa Palabra y su Hijo bendito y ese
es el mensaje que trae al hombre luz, vida y salvación.
•
La voz incluye a la persona que habla y las palabras vivas que nos dirige personalmente.
De ese modo nos habla Dios, nho solo en la Biblia, sino su propia voz personal. Juan
10:4-5.
•
Esta voz es una expresión más profunda que una mera voz oible. La voz de Dios nos
satisface cuando se identifica con nosotros y nos hace saber que él es el Señor. Esa
palabra es como bálsamo sobre cualquier herida del alma.
•
Esas palabras que salen de los labios del que habla nos hace comprender que es mensaje
vivo directo a nuestro corazón. El salmista en el 85:8 nos muestra como esa palabra
penetra hasta esta henchidos de alegría y de gratitud.
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DETRAS DE LA MANIFESTACIÓN
1. El Poder de la Ternura – “El sonido de una suave quietud”, hace referencia a la
ternura de Dios. La ternura es un atributo de las naturalezas más elevadas. El
Apostol empleó ese concepto como el más poderoso de sus argumentos “Os
ruego por la mansedumbre y dulzura de Cristo” IICor. 10:1. Jesús refiriendose a
si mismo dijo “Soy manso y humilde de corazón” Mt. 11.29.
No hay un cuadro más conmovedor que el del Mesías sufriendo pacientemente los
asotes de pies ante el tribunal, o mientras pendía de la cruz, dejando a los
homicidas que hicieran su obra sin replicar ni una palabra.
En el Espíritu Santo se personifica la ternura. El no entrará a nuestros corazones a
la fuerza. El no quiere violentar el derecho que nos asiste del libre albedrío. El
no nos obligará a que hagamos lo que no deseamos, ni a que entreguemos lo que
no querramos dar de nuestra propia y libre voluntad. El apela a los más sanos
sentimientos de nuestro ser, a los que se encuentran en lo más intimo de nuestro
interior y solo acepta la obediencia que voluntariamente y alegremente prestemos.
2. El Poder de la Quietud – Era “un silbo apacible y delicado” ¿Habrá en todo el
salterio alguna palabra más elocuente que la palabra “Selah”? (pausa). ¿Hay algo
más impresionante que el silencio que precede a la tempestad?.
La más dulce bendición que nos trae el Salvador es cuando nos hace descansar el
alma. “La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento” Fil. 4:7. “Una quietud
y confianza” que es la fuente de toda fortaleza: una dulce paz que nada ofende, un
profundo descanso que “El mundo no puede dar, ni quitar”.
La mejor manera para ser manifestado su poder es “estad quietos y conoced que
yo soy Dios” Salmo 46:10.
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•
Vendran a tí la preocupación del mañana, los deberes y los afanes, más
Dios te dice “estad quietos”.
•
Viene enseguida las oraciones acerca de las cosas que el corazón inquieto
quiere exigir a Dios: Pero él te dice: “estad quietos”. Si escucho y aprendo
a obedecer, si cierro mis oídos a todos los demás sonidos, descubro al
poco tiempo que al cesar otras voces o cuando yo dejo de oirlas, hay una
voz callada y suave que comienza a hablar en lo íntimo de mi ser y ésta se
expresa con indescriptible ternura y me imparte poder y consuelo.
Cuando entras en la dimensión de la voz de Dios, no tienes que orar con
tanta insistencia, ni tendrás que hacer gran esfuerzo para poder confiar en
la “voz callada y suave” que es la del Espíritu Santo. La manifestación se
convierte en un dialogo entre tu y tu Dios y encontrarás respuestas a todas
tus interrogantes. Era la vida y la fortaleza que Dios le daba al profeta y
que llegaba a ser la sustancia de todos su conocimiento. De esta manera
es que se suple todas las necesidades de nuestro espiritu.
•
Asi aprendemos a conocer a Dios
•
Asi recibimos la alimentación y la nutrición espiritual, el Pan Vivo.
•
Así nuestro cuerpo recibe la salud
•
Así es que nuestro ser recibe la bendición de la vida dada por el
Cristo resucitado.
•
Así avanzamos a enfrentar los conflictos de la vida y a cumplir
nuestros deberes, como la flor que ha bebido bajho las sombras de
la noche las frescas y cristalinas gotas de rocio.
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Lo mejor de esta quietud es que ella deja que Dios obre. “El que ha entrado en su reposo,
también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas” Hebreos 4:10.
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Cuando cesamos nuestras obras, Dios obra en nosotros
•
Cuando cesamos de nuestros pensamientos, nos viene los pensamientos de Dios
•
Cuando nos serenamos de nuestra impaciente actividad, Dios obra en nosotros como el
quiere y como a él le place, a nosotros lo único que nos toca es hacer lo que él desea.
•
Adquiramos su quietud, moremos en el lugar secreto del Altisimo, entremos a disfrutar
de Dios y de su eterno reposo, si así lo hacemos oiremos su voz callada y suave.
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