EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL Felicísimo Valbuena de la Fuente Catedrático Teoría General de la Información Facultad de Ciencias de la Información Universidad Complutense MADRID El Análisis Transaccional se ha convertido en un auténtico fenómeno mundial. No se puede decir, a estas alturas, que responde a una moda pasajera. Diversos campos de la actividad humana están recibiendo una interpretación desde el Análisis Transaccional que se está mostrando válida para el autoconocimiento y para resolver los problemas de relación. Quizá una de las razones fundamentales de este éxito se debe a que el Análisis Transaccional deja en manos de la persona con nivel cultural medio unas técnicas fácilmente aplicables al cambio de las acciones propias y ajenas, sin perder rigor científico. 1. EL CEREBRO HUMANO EN EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL. El Análisis Transaccional parte de los experimentos de un neurocirujano canadiense, el doctor Wilder Penfield; durante años realizó multitud de experimentos con personas que padecían epilepsia focal. Los experimentos consistían en estimular el córtex temporal del cerebro del paciente con una corriente eléctrica débil transmitida a través de una pequeña sonda galvánica. El paciente estaba sometido a anestesia local y, por tanto, podía hablar. Penfield iba registrando las reacciones de los pacientes. Lo que llamó la atención del doctor canadiense fue que, al estimular determinadas zonas, el paciente recordaba pronto cosas que tenía completamente olvidadas. Si estimulaba otras, surgían otros recuerdos. Si volvía a estimular nuevamente las mismas zonas, el paciente recordaba lo mismo que en la estimulación anterior. Pero... si Penfield no aplicaba el electrodo, aunque dijese a los pacientes que sí les estaba estimulando, no recordaban nada. Siguiendo con sus experimentos y registros de las impresiones de los pacientes, Penfield llegó a las mismas conclusiones: El electrodo hacía que el paciente evocase un recuerdo simple y no precisamente una mezcla de recuerdos o una generalización. Aquí puede comprobarse cómo actúa la atención. Por supuesto, la respuesta al estímulo del electrodo era involuntaria. Las personas tienen grabadas y almacenadas con todo detalle las experiencias vividas y los sentimientos que llevaron aparejados. Al recordar, no se pueden aislar hechos y sentimientos. Podemos grabar, recordar voluntariamente y revivir involuntariamente. Las experiencias quedan registradas, independientemente de si el sujeto se acuerda de ellas o no. La atención es la que otorga sentido de lo importante a los acontecimientos que quedan grabados. Por otra parte, las experiencias no están aisladas sino que guardan cierta continuidad, unas pautas que tienen un camino neuronal separado. La mente humana, consiguientemente, puede compararse a una librería con muchos volúmenes. Estas conclusiones teóricas de Penfield fueron desarrolladas por Eric Berne, fundador del Análisis Transaccional en varias de sus obras. 2.- EL CEREBRO, COMO MAGNETÓFONO DE ALTA CALIDAD. El cerebro humano es algo más que una cámara fotográfica. Su actividad puede compararse a la de un magnetófono estereofónico de alta fidelidad. Una banda contiene los sucesos y otra las emociones asociadas con tales sucesos. El magnetófono está continuamente en movimiento, desde nuestro nacimiento. Y en la lectura (magnetofónica) involuntaria, la banda de los sentimientos puede apoderarse de la de los hechos. Podemos revivir sin recordar. Las personas pueden estar en dos Estados al mismo tiempo. Se puede estar »en» la experiencia y »fuera de» ella, observándola. La función de la memoria no es sólo psicológica, sino biológica. 3.- EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL Y SU CONCEPCIÓN DEL SISTEMA PERSONAL. El mencionado doctor Berne invitaba a observar cómo en las actividades sociales espontáneas nos podemos dar cuenta de que la gente cambia verbal y no verbalmente en el curso de una misma actividad. A veces, estos cambios son rapidísimos. Llevan aparejados, también cambios en los sentimientos. Pero tales cambios no son azarosos sino que mantienen regularidades, muestran un conjunto de pautas observables. Este conjunto de pautas observables llevaron a Berne a formular su concepción sobre 4.- LOS ESTADOS DEL EGO. Un Estado del Ego es un sistema de sentimientos acompañado por un conjunto relacionado de pautas de conducta. Cada individuo parece tener disponible un repertorio limitado de tales Estados del Ego, que no son roles sino realidades psicológicas. Este repertorio puede clasificarse en las siguientes categorías: Estados del Ego que recuerdan las figuras paternas. Estados del Ego que son autónomamente dirigidos hacia la evaluación objetiva de la realidad. Los que representan reliquias arcaicas, Estados del Ego, todavía activos, que fueron fijados en la temprana niñez. Técnicamente son llamados, respectivamente, Estados del Ego exteropsíquicos, neopsíquicos y arqueopsíquicos. Coloquialmente, sus exhibiciones se llaman Padre, Adulto y Niño, y estos términos simples sirven para todas las discusiones excepto para las muy formales. Lo que Berne ha mostrado es que, en cualquier momento, cada individuo muestra un determinado Estado del Ego, ya sea éste, Padre, Adulto y Niño. Además, cada individuo tendrá unas características particulares que influirán en la rapidez o lentitud del cambio. Es decir, una persona pasará de sentir, hablar y actuar como Niño a mostrar, en cuestión de segundos, pautas de Padre o Adulto. Y viceversa. Otros, sin embargo, se mantendrán mucho más tiempo en un determinado Estado. Harris, siguiendo con el símil del cerebro como un magnetófono de alta fidelidad, dice: «El Estado es producido por la lectura de datos de sucesos registrados en el pasado, que envuelven a personas reales, tiempos reales, sitios reales, decisiones reales y sentimientos reales». Subir arriba 5.- DIAGRAMA ESTRUCTURAL DE LA PERSONALIDAD. Berne ofrece las siguientes visualizaciones de las realidades fenomenológicas: ESTADO PATERNO PADRE DEL EGO ESTADO ADULTO ADULTO DEL EGO ESTADO NFANTIL NIÑO DEL EGO La razón que aporta Berne para separar tan claramente dichos Estados es «porque son tan diferentes y tan inconsistentes entre sí». 6.- EL PADRE «El Padre está constituido por una enorme colección de grabaciones en el cerebro de sucesos externos indiscutidos o impuestos, percibidos por una persona en los primeros años de su vida, período que podemos fijar aproximadamente en los cinco primeros años de la vida. Este es el período anterior al nacimiento social del individuo, antes de que abandone el hogar e ingrese en la escuela, en respuesta a las exigencias de la sociedad.» Para comprender adecuadamente el Estado del Ego al que se designa como Padre, conviene tener presentes los siguientes puntos: Padre significa el padre o la madre reales o los que hicieron sus veces. Y este «hacer sus veces» puede ampliarse mucho, hasta abarcar entre otros, a la televisión... Porque lo que importa son las «cintas» que quedaron grabadas en el cerebro, con lo que se vio, oyó, entendió, etc., en forma de órdenes, ejemplos, consejos, prohibiciones, etcétera. Las grabaciones no son fieles; la razón está en que el niño no sabía codificar lingüísticamente sus experiencias. El Padre Crítico. El contenido de las grabaciones consiste en reglas sobre lo que debe hacerse y no debe hacerse, sobre lo permitido y prohibido, sobre lo aconsejable y lo que ha de evitarse. De la misma manera, las explicaciones causales de los acontecimientos. Finalmente, el Padre tiene grabadas las experiencias agradables del padre y de la madre con él. Independientemente del calificativo ético que puedan merecernos estas grabaciones en forma de consejos o reglas, lo que interesa resaltar es que el contenido de las «cintas» es «verdad» para el niño. Y además, no puede borrar dicho contenido, sino que el magnetófono puede «leer» en cualquier momento de la vida posterior cualquier experiencia. Otra cosa es qué puede hacer la persona activamente con dichos contenidos. Pero eso ya lo veremos más adelante al tratar el Adulto. De momento, y uniendo con lo dicho en el punto anterior, es fácil reconocer los inconvenientes de esta función del Padre que se ejerce a través de prejuicios y nociones sin crítica. Si el niño está repleto de tales «cintas», su vida posterior tendrá una carga tal que le puede llevar a la pérdida del sentido de la realidad. Este es el fenómeno de la reificación: Tienen más realidad las palabras que las cosas a que se refieren. El Padre también educa en forma de cuidados y protecciones para que el niño no se dan. Este tipo de grabaciones son muy útiles para la supervivencia física y social del individuo. Sin los consejos del Padre, el niño moriría. En el Padre quedan grabadas todas las instrucciones, es decir, el «cómo hay que hacer» las cosas. También es fácil reconocer los inconvenientes de esta función del Padre si éste se vuelve excesivamente protector o asfixiante. El Padre se exhibe de dos maneras: directa e indirecta; como un Estado activo del Ego y como una influencia. Estado activo: la persona responde como su padre y su madre reales hubieran respondido realmente. Se convierte en uno de ellos. Influencia indirecta: responde de la forma en que a ellos les hubiera gustado que respondiese. Se adapta a sus requerimientos. En el Padre quedan también grabadas las inconsistencias entre lo que se piensa, se dice y se hace. El niño puede llegar a registrar el «quien no vive como piensa, acaba pensando como vive», que diría Paul Bourget. El niño observa que sus padres hablan una cosa en casa, dicen otra distinta fuera, y hacen otra diferente. Incluso, le aconsejan algo diverso. Por otra parte, en el Padre quedan también grabadas las transacciones entre el padre y la madre. Harris compara lo que venimos diciendo en este punto a: - Los sonidos concordantes o discordantes de los altavoces por los que nos llega la grabación de una cinta estereofónica. O hay armonía y belleza o discordancia y distorsión. El resultado es que el sonido pierde calidad, es decir, el Padre pierde fuerza. - La educación algebraica en la que «más por menos es menos». ¿Que el menos es pequeño?. ¿Que el menos es grande?. No importa. Las consecuencias en la vida posterior serán ambivalencia, discordia y desesperación. Claves no verbales del Padre. Véase la tabla 1. Claves verbales del Padre. Véase la tabla 1. En resumen, el Padre es un concepto «enseñado» de la vida, que puede activarse bajo ciertas circunstancias (funcionamiento exteropsíquico). Subir arriba 7.- EL NIÑO. Al mismo tiempo que el Padre -Harris se atreve a fijar en los cinco primeros años de la vida la formación del Padre y del Niño- se van registrando también en el cerebro de la persona una serie de datos que tienen estas características: Son sucesos internos; Son respuestas a los acontecimientos externos; Son sentimientos. Vamos a comprender al Niño, distinguiendo diferentes apartados, como hemos hecho con el Padre. De nuevo nos encontramos con que la persona tiene dificultad para codificar oralmente todo lo que lleva dentro. Entonces, se expresará por medio de sentimientos. Ahora bien, parece que predominan los sentimientos de frustración y terror en la «situación de niñez» ¿Debido a qué?. A la gran diferencia que había entre las personas mayores, que superaban al niño en estatura, en saber hacer las cosas bien, en fuerza física y económica para llevarlas a cabo... y la pequeñez, la dependencia que el niño sentía y tenía para cubrir sus necesidades físicas, psicológicas y sociales. Aparte de la situación de inferioridad, el niño sentía que sus padres no eran siempre predecibles, sino que le creaban gran incertidumbre cuando de pronto le acariciaban y, momenos después, le pegaban o abandonaban, sin ninguna explicación (aunque el Adulto puede darse cuenta de que el padre y la madre proyectan sobre el niño sus propios Estados psicológicos de alegría o depresión). Las grabaciones de frustración pueden ser revividas por la persona en cualquier momento de su vida mediante la atención dirigida al pasado. Sobre todo, cuando la persona se encuentra en una situación problemática, laberíntica o incluso trágica cuando está «entre el suelo y el estribo». Su actitud puede ser la de Niño, dejándose deprimir. Cuando el Niño tiene muchas «cintas» de sentimientos negativos, puede sufrir las consecuencias en su vida posterior, estando dominado por los deberes, las prohibiciones, el terror, la angustia, la agonía y el sentimiento de fracaso. Además, si a eso añadimos la ausencia de «cintas» con contenidos agradables, la persona no se sabrá divertir. Ni que decir tiene que esta continua tensión produce efectos destructivos para el sujeto. Porque, en el Niño, quedan grabadas también experiencias agradables teñidas de alegría, sorpresa, admiración, autodescubrimiento, descubrimiento de los demás y del mundo, espontaneidad, creatividad, deseo de conocer, de tocar, de experimentar, el encanto, el candor, la apertura, la disponibilidad, etc. El Niño sabe cómo pasarlo bien. Es la parte más recompensante de nuestra personalidad. Lo que ocurre muchas veces es que esos deseos se escalan y el Niño quiere lo mejor y «ahora». El orgullo, la vanidad y el rencor pueden surgir cuando el mundo no se ajusta a los deseos. El Niño se exhibe de dos maneras. El Niño natural y el Niño adaptado. En aquel, pueden encontrarse las grabaciones genéticas de todos nuestros estímulos biológicos primarios. También podemos hallar la creatividad, la intuición, la curiosidad y el estímulo para explorar, sentir, tocar, amar. Si queremos conocer dónde reside la rebeldía, también hemos de acudir al Niño natural. El Niño adaptado es, de acuerdo con Berne, «el que modifica su conducta bajo la influencia del Padre. Se porta como su padre (o madre) quisieran que se comportase: obedeciendo o mostrando precocidad. O se adapta apartándose o quejándose. A veces, puede existir perversidad, espíritu de venganza. Más que comunicar las ideas claramente, calcula cómo provocar una reacción». Claves no verbales del Niño. Véase la tabla 1. Claves verbales del Niño. Véase la tabla 1. El Niño como concepto sentido de la vida, consiste en reliquias fijadas desde el nacimiento hasta los cinco años y puede activarse en cualquier momento de la vida posterior bajo ciertas circunstancias (funcionamiento arqueopsíquico). 8.- EL ADULTO. Harris estima que, alrededor del décimo mes de vida, el niño puede moverse, manipular los objetos, los juguetes; los explora y explota. Se da cuenta de que él puede ser fuente de movimientos. Tiene diferentes alternativas y, por eso, está en posición de elegir la respuesta más adecuada. No está ya únicamente a merced del ambiente que le rodea, sino que puede empezar a controlarlo. La mejor imagen del Adulto es la de un computador, que procesa datos y decide si son aplicables al día de hoy las afirmaciones del Padre, o si son apropiados los sentimientos del Niño. Igual que hemos hecho con el Padre y el Niño, vamos a distinguir algunos puntos que nos ayudarán a tener un cuatro bastante completo del Adulto. No es que prescinda del Padre y del Niño. Más bien, comprueba si son aplicables. Y esto, sin introducir categorías éticas. Lleva a cabo la comprobación de dos maneras: Pone al día los datos. Hay muchos consejos o sentimientos que están grabados, pero que pueden cambiarse de banda, o dejarlos a un lado porque son inadecuados para el momento presente. Hay otros que son reconocidos como válidos. Estima probabilidades. Al principio, ejecuta esta función lentamente, pero luego puede adquirir la maestría que da el continuo ejercicio. En la estimación de probabilidades, llega a conocer la conveniencia de las afirmaciones automatizadas del Padre, porque de ellas depende su supervivencia. El tiempo libre que deja esta automatización, lo dedica a la creatividad, a «cómo hay que hacer las cosas». Tanto la puesta al día como la estimación de probabilidades le llevan a tomar decisiones. Y lo importante no es tanto la decisión misma, sino el proceso por el que se llega a la misma. El Adulto que sabe estimar probabilidades, sabe que al mismo fin se pueden llegar muchas veces por diversos caminos y que es muy simplista pensar que sólo hay «una» o «la» solución. En lugar de aceptar el dictado del Padre y la prisa del Niño, sabe crear diferentes respuestas, y media entre Padre y Niño. También sabe cómo estructurar la decisión elegida para llevarla a la práctica. Mientras las grabaciones del Padre y del Niño están sin refinar, las del Adulto tienen una fidelidad mucho mayor. El Adulto adquiere el sentido de lo importante. Las órdenes del Padre, útiles para la supervivencia, adquieren una nueva dimensión, porque las decisiones se toman sobre una gran variedad de probabilidades; por lo tanto, hay una labor de planificación, no sólo una resolución de problemas concretos. Mayor fidelidad de las grabaciones. El Adulto necesita «tiempo para pensar». No responde de manera inmediata a muchos estímulos del ambiente, sino que sabe tomar distancias entre los acontecimientos y su propia actitud y conducta. El Adulto es estoico, en el sentido de saber esperar y enfriar las reacciones inmediatas para recrear su propio ambiente. Necesita tiempo para pensar. Claves no verbales del Adulto. Véase la tabla 1. Claves verbales del Adulto. Véase la tabla 1. Aunque un Adulto cabal, no helado por las posiciones paternas, ni paralizado por los terrores del Niño, es muy apreciado por la sociedad, que a veces le considera un espécimen raro de supervivencia psicológica, las cosas pueden cambiar. Lo cual quiere decir que el Adulto no está dado de una vez por todas. Más adelante nos ocuparemos de las vulnerabilidades del Adulto. El Adulto, concepto pensado de la vida, procesa datos que le entrega al Padre, el Niño y la realidad. Esta misión mediadora, comparadora, verificadora puede activarse en cualquier momento de la vida. Es una función neopsíquica, voluntaria. La persona que consigue activar adecuadamente su Adulto se decide por una determinada posición en la vida, que examinaremos con más detenimiento en una posterior Unidad de Instrucción. Subir arriba 9.- EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL COMO MÉTODO. Ya hemos visto la concepción que tiene el Análisis Transaccional de la persona humana: Estados del Ego y posiciones vitales. Pero el Análisis Transaccional es, además, un método de observar, comprender y explicar las relaciones entre las personas. La unidad básica de observación, para el A.T., no es el individuo humano, sino la Transacción. Es decir, un concepto sintético, pues para Eric Berne, fundador del A.T., «cuando dos personas entran en contacto, existe un estímulo transaccional y una respuesta transaccional». Podemos decir que las transacciones son las cosas que las personas hacen y se dicen entre ellas, y que en toda transacción hay un estímulo y una respuesta. En una transacción, cada persona gana algo en el intercambio. Lo que den y lo que reciban las personas dependerá de cual sea el Estado del Ego más activo en cada persona, en ese momento, y de las clases de transacciones que tengan lugar entre ellas. El A.T. como método estriba en: - Sistematizar toda la información que provenga de analizar esa unidad de intercambio social. - Hacerlo de tal forma que las palabras tengan el mismo significado para las personas que empleen este método. - Facilitar el que las personas se pongan de acuerdo también en los aspectos a considerar. 10.- PROCEDIMIENTOS PARA ANALIZAR LA TRANSACCIÓN. Más en concreto, hay que dar los siguientes pasos: 1º Averiguar quién -Padre, Adulto, Niño- está dirigiendo el estímulo transaccional. 2º Averiguar qué Estado del Ego -Padre, Adulto, Niño- está activado en la respuesta transaccional. 3º Visualizar en diagramas, por medio de flechas, las relaciones que se establecen entre los dos sistemas actuantes. 4º Concretar en reglas el carácter de tales relaciones. En el siguiente diagrama podemos apreciar la representación gráfica que Eric Berne ideó para mostrar los nuevos vectores posibles que pueden darse entre dos sistemas. Cuando queramos analizar una determinada transacción entre dos sistemas humanos, hemos de tener presentes las claves no verbales y las expresiones verbales, y visualizar con diagramas y flechas el carácter de la transacción. Al fin y al cabo, lo que conocemos positivamente es el lenguaje que se emplea y las expresiones no verbales concomitantes. Con tales datos podemos empezar a trabajar. P Muy importante: El tono de voz y los gestos pueden hacer que las mismas palabras signifiquen transacciones diferentes 1 2 3 4 A 6 7 N 9 1 2 3 5 8 P 4 5 6 7 8 9 A N Las reglas en las que se concreta el carácter de tales relaciones son dos, y como puede comprobarse, muy fáciles de entender. «La primera regla de comunicación es que la comunicación procederá suavemente en tanto en cuanto las transacciones sean complementarias; y su corolario es que en tanto las transacciones sean complementarias, la comunicación puede, en principio, proceder indefinidamente». Un aspecto muy importante señalado por Berne es que la primera regla se refiere esencialmente a la dirección de los vectores, prescindiendo de la naturaleza y contenido de la relación. 12.- CLASES DE TRANSACCIONES 12.1.- Transacciones complementarias Volviendo a la visualización que Berne ha hecho de los nueve vectores, él especifica así el carácter de estas posibilidades: Existen transacciones complementarias entre «iguales psicológicos»: (1-1)2; (5-5)2; (9-9)2. También hay otras tres transacciones complementarias entre Estados del Ego diferentes: (2-4) (4-2); (3-7) (7-3) y (6-8) (8-6). Todas las demás transacciones son cruzadas, es decir, 72. Afortunadamente, sólo cuatro de ellas ocurren tan a menudo como para ser objeto importante de preocupación en el trabajo clínico o en la vida cotidiana. P A N P A N A pesar de la importancia de la dirección de los vectores, Berne también hace un diagnóstico aproximado sobre la naturaleza y el contenido, que viene a concretar de la siguiente forma: Las transacciones Padre-Padre suelen consistir en charla crítica. Las transacciones Adulto-Adulto están dirigidas a resolver problemas. Las transacciones Niño-Niño; Padre-Niño; Niño-Adulto y Adulto-Padre implican un carácter de juego. 11.2. Transacciones cruzadas Si una persona pide a otra información (A-A), y recibe una respuesta de Niño a Padre (NP), con lo cual las flechas se cruzan, nos encontramos ante una transacción quejumbrosa (o de transferencia). Es el tipo de transacción que provoca la mayoría de los problemas del mundo. Marido: «¿Dónde están mis gemelos?» Mujer: «¿Por qué siempre me echas la culpa de todo?» Si una persona pide a otra información (A-A) y ésta le responde de Padre a Niño, de forma protectora y pomposa, es una transacción arrogante (o de contratransferencia), y es la segunda de las causas de los problemas de este mundo. La transacción exasperante es cuando alguien quiere comprensión y, en vez de eso, recibe hechos: NP-AA. La transacción insolente o punzante se da cuando alguien que espera docilidad recibe en vez de eso una respuesta que consiste en una afirmación de hechos: PN-AA. 11.3. Transacciones Ulteriores Además, Berne ha distinguido otros tipos de transacciones, según el número de Estados del Ego que se activen. Se llaman transacciones ulteriores las que implican la actividad de más de dos Estados del Ego simultáneamente. Son la base para los juegos. Puede describirse un juego como «un conjunto de transacciones, frecuentemente repetitivas, superficialmente plausibles, con una motivación oculta. Cada juego es básicamente deshonesto y el resultado tiene una cualidad dramática, en cuanto distinta de la meramente excitante». (Berne) (Ver Valbuena de la Fuente, Felicísimo: Juegos y maniobras en el periodismo. En Cuadernos de Información y de Comunicación, 1, 1996: 13-40. Para distinguir bien las transacciones ulteriores, es importante tener en cuenta que el significado ostensible social o manifiesto es transmitido verbalmente, pero el significado psicológico se mueve en el plano no verbal o extraverbal. O dicho de otro modo, las predicciones a nivel social se hacen con palabras; las predicciones a nivel psicológico pueden transmitirse mediante gestos, entonación, etc. Dependerá mucho la adecuada captación de estas transacciones de la destreza que el individuo tenga para discernir y discriminar los estímulos. Puede, pues, darse el caso de que una persona crea haber captado el significado total de una situación porque ha atendido a lo obvio; sin embargo, habrá dejado una sobra de significado sin la cual no cabe una comprensión de lo que ocurre. 11.3.1. Transacciones angulares Las transacciones ulteriores son angulares cuando implican tres Estados del Ego, desarrollándose transacciones ostensibles en el nivel social y transacciones ulteriores en el nivel psicológico. Nivel social. «Este coche sería el más P P indicado para usted pero no puede comprarlo». Nivel psicológico «Claro, que su vecino no A A vacilaría en comprarlo». Nivel social «Tiene razón. No puedo comprarlo». N N Nivel psicológico «Me lo compro» Este ejemplo es el que Berne considera típico de las transacciones de los vendedores con los clientes. 11.3.2. Transacciones dobles Las transacciones ulteriores son dobles cuando se activan cuatro Estados del Ego. «La joven casada no quiere engañar a su marido; por otra parte, se siente halagada por las atenciones de que la rodea su amigo; le ve con agrado; no quiere pensar con demasiada claridad en las intenciones de éste. Un buen día, él le coge la mano lo que, evidentemente, manifiesta que él desea una entrega total, o, cuando menos, que quiere probar suerte. La mujer, que no quiere faltar, debería retirar su mano; pero no lo hace; trata de olvidar que tiene su mano entre las de su amigo; su conversación se hace bruscamente más «espiritual, más intelectual»; olvida que su mano está prisionera, o, al menos, prefiere no parar en ese «detalle»; contempla su propia mano como si no le perteneciese, como si fuera «una cosa», la «mano de otro». (Moeller, Charles, resumiendo un caso explicado por Sartre). Nivel social «¿Te gustaría que fuésemos al museo?. Nivel psicológico P P «Estoy loco por tí». Nivel social «Muy bien. Hace mucho nivel tiempo que no iba a un A ----------------> A museo y conviene culti- <--------------var la sensibilidad. social Nivel psicológico «Si no estuviese casada, nivel hoy mismo empezábamos N -----------------> N una nueva vida». <---------------psicológico El estudio de los diagramas muestra que hay 81 al cuadrado, o sea, 6.561 tipos de transacciones dobles posibles. Si restamos las simples y cruzadas, tenemos 6.480 tipos de conciliaciones dobles. Afortunadamente, sólo seis de éstas suelen tener importancia en la práctica clínica o en la vida cotidiana. AA.AA + NN.NN AA.AA + PP.PP AA.AA + PN.NP PP.PP + NN.NN AA.AA + NA.NA AA.AA + PA.PA Para verlas más claras, es mejor dibujar los diagramas transaccionales y luego traducirlos a situaciones de hecho. La aplicación del Análisis Transaccional a las relaciones interpersonales es uno de los avances más considerables que ha experimentado la Comunicación a partir de los años sesenta. Hay quien ha llegado a considerarlo como una panacea, pero el peligro mayor no consiste en elevar demasiado las expectativas sino el poder utilizarlo como procedimiento manipulador. Es decir, que una persona esté tan diestra en el Análisis Transaccional que llegue a sentir una omnipotencia de tipo mágico. En ese momento habrá roto uno de los componentes esenciales del Análisis Transaccional: la elaboración de un mundo de valores consistentes. Utilizar a las otras personas para los propios fines es una constante en cuantos buscan dominar bajo cualquiera de sus formas. Para impedir esto, lo mejor es divulgar las técnicas de este Análisis al mayor número de personas posibles. Así se impedirá el despotismo ilustrado de quienes poseen una información de la que carecen los demás. Ya hemos señalado que el Análisis Transaccional es un método mucho más accesible que otros para el hombre medio.