Sexualidad y diabetes mellitus

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Sexualidad y diabetes mellitus
Dr. Arturo Hernández Yero
La sexualidad en las personas con diabetes es un tema que reviste especial
atención, ya que por una parte existen mitos y falsas creencias sobre la
enfermedad y su plenitud sexual, pero es indiscutible que se puede
comprometer un buen desempeño en las relaciones de pareja por algunas de
las complicaciones crónicas propias de la diabetes como son la neuropatía del
aparato genitourinario o las lesiones vasculares, pero también factores
psicológicos y socioculturales pueden causar limitaciones y desempeños
inadecuados. Los propios trastornos orgánicos pueden empeorarse por
temores y escasos conocimientos sobre la sexualidad.
Trastornos de la función sexual masculina en la diabetes
Con relativa frecuencia nos llegan a la consulta hombres con diabetes tipo 2
que refieren disfunción sexual eréctil
o disminución de la líbido, en
coincidencia con descontrol glucémico importante, lo cual puede estar
provocado por el propio descontrol, con la debilidad física y muscular que
acompaña a éste, principalmente por la hipopotasemia transitoria que se
recupera después de varios días de lograr un buen control glucémico, no
obstante la dificultad para alcanzar un coito satisfactorio se mantiene, en
ocasiones por más tiempo, debido al temor al desempeño y a experimentar otro
fracaso, lo que establece un freno psicológico difícil de romper.
El temor a no lograr una erección adecuada y un coito satisfactorio provoca
una cuadro de ansiedad que puede derivar en una disfunción sexual de
etiología psicógena y que ocurre posiblemente con más frecuencia que la real
disfunción sexual de causa orgánica de origen neuropático o por insuficiencia
arterial. En la medida que aumenta la edad en el hombre con diabetes, es
también mayor la posibilidad de que la disfunción sexual sea de causa
orgánica. Una historia de pérdida gradual de la erección en individuos que no
presentan erecciones matinales y erecciones nocturnas, aunque mantengan el
deseo sexual conservado indica un posible origen orgánico. En esta situación
es importante derivar al paciente a una consulta especializada de andrología y
sexología que permita realizar los estudios neurofisiológicos y hemodinámicos
correspondientes para una adecuada precisión diagnóstica y terapéutica.
Otra de las situaciones que puede enfrentar un paciente con diabetes mellitus
de largo tiempo de evolución es la eyaculación retrógrada por un origen
neuropático, que aunque no acompaña a la disfunción sexual eréctil puede
representar una importante causa de infertilidad. La disminución en el volumen
del eyaculado o la aneyaculación se han encontrado en grupos de hombres
con diabetes, no así la eyaculación precoz, que no guarda relación con la
enfermedad. La declinación en la función testicular y el hipogonadismo no son
en realidad tan frecuentes en ningún tipo de diabetes y guardan más relación
con la edad avanzada que con la propia entidad.
También se debe tener presente que enfermos con diabetes tipo 1 o tipo 2 de
larga evolución pueden padecer complicaciones como la hipertensión arterial o
la cardiopatía coronaria isquémica y el empleo de medicamentos hipotensores,
diuréticos, bloqueadores beta, entre otros, pueden aumentar la disfunción
eréctil, aunque también puede mejorar y aliviar síntomas del paciente como la
angina y en ese sentido mejorar el estado anímico del paciente, así como su
deseo y desempeño sexual.
Existen hoy en día medicación oral efectiva como son los inhibidores de la
fosfodiesterasa para tratar la disfunción sexual, así como fármacos de empleo
intracavernoso, dispositivos mecánicos y aparatos de vacio e implantes de
prótesis quirúrgicas que pueden llegar a solucionar el trastorno masculino.
Trastornos de la función sexual femenina en la diabetes
En la práctica clínica se diagnostican con mucha menor frecuencia los
trastornos relacionados con la sexualidad en las mujeres con diabetes y los
estudios sobre estos problemas son en realidad escasos. Mujeres con
anorgasmia o disminución de la líbido no lo refieren por prejuicios o inhibiciones
y tampoco los clínicos interrogan con frecuencia sobre estos trastornos con la
excepción de los especialistas de las consultas de sexología.
Las mujeres con diabetes mellitus tipo 1 en etapa reproductiva no manifiestan
mayor frecuencia de trastornos sexuales que las mujeres de igual edad no
diabéticas, en cambio, si se ha señalado una mayor proporción de trastornos
relacionados con la sexualidad en mujeres con diabetes tipo 2. Se han
informado una mayor frecuencia de pérdida o disminución del deseo sexual,
pérdida de la lubricación vaginal, dolor durante el coito y anorgasmia en las
pacientes con diabetes tipo 2 cuando se comparan con mujeres en edades
similares no diabéticas. La propia pérdida de la lubricación vaginal y la pérdida
de la elasticidad en los tejidos vaginales se relacionan con los cambios
menopáusicos y quizás estos cambios sean los que justifiquen la coitalgia que
se señalan en las mujeres con diabetes tipo 2, que es una enfermedad que se
inicia ya en la mujer madura próxima o posterior a la menopausia.
La falta de lubricación vaginal o una lubricación insuficiente ocurre con
frecuencia en la perimenopausia y se ha observado con relativa frecuencia en
las mujeres con diabetes tipo 2. Sin una lubricación adecuada que acompañe a
la fase de excitación y que facilite una mayor distensión vaginal no se alcanza
una relación sexual satisfactoria, ya que el coito puede ser irritante y doloroso
tanto para la mujer como para el hombre. Muchas parejas de edad mediana en
nuestro medio no están suficientemente informados del empleo de lubricantes
para facilitar la penetración y lograr un coito satisfactorio. En no pocas
ocasiones orientar el empleo de un lubricante hidrosoluble puede resultar
suficiente para resolver una coitalgia o una simple irritación vaginal. Es
recomendable el empleo de lubricantes en forma de gel o con base de agua, no
así los de base oleosa que no se recomiendan, ya que se mantienen más
tiempo sin absorverse y pueden facilitar la presencia de disbacteriosis e
infecciones. Los médicos que atienden a mujeres con diabetes de edad
mediana deben interrogar sobre estos aspectos para prevenir este trastorno en
la lubricación y en alcanzar un coito satisfactorio.
Otro de los aspectos a tener en cuenta son las infecciones vaginales, que se
acompañan habitualmente de leucorrea con olores desagradables y crea en las
mujeres gran desasosiego y preocupación. Las infecciones por hongos
levaduriformes o moniliasis son frecuentes en las mujeres con diabetes y
guardan una estrecha relación con el descontrol en los niveles glucémicos y la
hiperglucemia y a su vez establece un circulo vicioso con la sepsis vaginal y
hace más resistente su respuesta al tratamiento. El exceso de áseo de los
genitales con empleo de duchas vaginales es causa de afectación en la flora
nomal de la vagina y en crea el terreno propicio para las infecciones de tipo
moniliásicas. La mejor prevención de este tipo de sepsis vaginal se logra con
un buen control glucémico.
La pérdida o disminución en el deseo sexual está presente en las mujeres que
tienen descontrol glucémico, con incremento en la poliuria y pérdida de
electrolitos por vía urinaria, lo cual se acompaña de debilidad muscular y
cansancio fácil. Con una líbido disminuida es muy factible que se presente la
incapacidad de alcanzar un orgasmo satisfactorio, aunque también puede
verse pacientes con el deseo sexual conservado que no llegan a lograr un
orgasmo satisfactorio. Si no se comprueba un descontrol metabólico importante
o una sepsis urogenital se hace imprescindible la consulta con un terapeuta
sexual que pueda orientar a la pareja sobre las causales de la anorgasmia. La
diabetes per se no tiene porque ser una causa de incapacidad en alcanzar el
orgasmo. Una insuficiente estimulación previa en la fase de excitación puede
causar lubricación insuficiente y un coito irritante o doloroso que lleva a la
disminución de la respuesta orgásmica.
El componente de minusvalía que puede acompañar a una mujer en edad
mediana, próxima al climaterio y que padece diabetes mellitus, resulta con
relativa frecuencia en el principal factor desencadenante de una disminución en
el deseo sexual o incluso de una anorgasmia. Una adecuada orientación a la
mujer y a su pareja pueden ser de mucha ayuda y de orientación para
solucionar el trastorno.
Conclusiones: Los trastornos de la sexualidad en la diabetes mellitus pueden
ser de relativa frecuencia en hombres y mujeres con la enfermedad y aunque
se identifican situaciones y complicaciones que pueden influir negativamente
sobre el deseo y la relación sexual, existen mitos y componentes psicológicos
que deben identificarse por los facultativos para que puedan ayudar y orientar a
recuperar una sexualidad sana y satisfactoria para estas personas. En el caso
de causas orgánicas identificadas existen en la actualidad suficientes
alternativas terapéuticas para atenuar o solucionar esos trastornos.
Bibliografía
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