Relación laboral entre los conductores de taxi, los propietarios y la

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Relación laboral
entre los conductores
de taxi, los
propietarios y
la afiliadora
Esteban Lagos González
Estudiante de quinto semestre de Derecho de la
Universidad del Norte. [email protected]
Entidad: Corte Suprema de Justicia
Sala: Casación Laboral
Radicación: 39259
Magistrado ponente: Carlos Ernesto Molina Monsalve
E
n el escenario nacional es frecuente encontrarse con personas que ejercen el oficio de
conductores de taxi sin ser propietarios de
los vehículos que utilizan como herramienta de trabajo; además es usual que los taxistas no
cuenten con las condiciones laborales adecuadas y
no les sean reconocidos los derechos propios de un
trabajador. La pregunta innegable, cuya respuesta
se dará con este texto, basándose en la jurisprudencia de la Corte Suprema, es si existe una relación laboral entre el conductor, el propietario y la
empresa que afilia el taxi.
La Corte Suprema de Justicia –sala de Casación
Laboral–, en sentencia del 17 de abril de 2013 ha
hecho un análisis jurisprudencial que permite dilucidar de una manera más clara la situación laboral
de los conductores de taxi. Situación entendida, según la Corte, en relación con los propietarios de los
vehículos y con las empresas afiliadoras.
La sentencia en cuestión es el resultado de la interposición de un recurso de Casación, por parte
del demandado, en el marco de un proceso laboral.
El proceso laboral originario fue instaurado por la
cónyuge sobreviviente de un conductor de taxi que
falleció en el ejercicio de su oficio contra el propietario del vehículo y de manera solidaria contra la
empresa afiliadora solicitando que se reconociera
la existencia de un contrato de trabajo. La cónyuge
supérstite solicitó además que se pagara la respectiva indemnización por el accidente de trabajo en
el que su pareja perdió la vida y se cancelaran todas las prestaciones sociales adeudadas, derivadas
del contrato de trabajo existente entre su pareja, el
propietario y la empresa afiliadora que debía responder solidariamente, de acuerdo con las pretensiones.
En su defensa, y como respuesta a la demanda
interpuesta por la cónyuge sobreviviente, el propietario del vehículo manifestó que no existía una
relación laboral, y por consiguiente, no existía un
contrato de trabajo, y adujo que la relación contractual existente entre ambas partes respondía a
un típico contrato de arrendamiento del vehículo,
con pago de canon diario y entrega del taxi durante 12 horas diarias en calidad de arrendamiento
(6:00 a.m. - 6:00 p.m.). Por su parte, la empresa
afiliadora manifestó –en aras de eximirse de la responsabilidad solidaria aducida por la actora– que
suscribió un contrato con el propietario del vehículo de “vinculación de vehículo taxi”, el cual fija
un límite de responsabilidad por parte de la empresa, al indicar que el propietario del automotor
respondería por las obligaciones económicas a las
que hubiere lugar.
El juez de primera instancia reconoció a la actora
(como cónyuge supérstite del fallecido conductor
de taxi) el pago de algunas deudas producto de
la relación laboral, como primas y cesantías; además ordenó que se otorgara la pensión vitalicia de
sobrevivientes a la supérstite, y negó la indemnización por lucro cesante, daño emergente y perjuicios morales reclamados por la actora con referencia al accidente laboral.
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U R Í D I C A
J
C T U A L I D A D
A
Impugnada la sentencia de primera instancia, el
juez de segunda instancia ratificó la decisión a quo.
En su providencia adujó la existencia de una prestación personal de servicio por parte del conductor, la remuneración en la modalidad de destajo
y la presunción de subordinación contenida en el
artículo 24 del Código Sustantivo del Trabajo y en
el artículo 15 de la Ley 15 de 1959.
El artículo 23 del Código Sustantivo del Trabajo ha
establecido los elementos esenciales requeridos
para que se entienda la existencia de un contrato
de trabajo: (1) La actividad personal del trabajador;
(2) la continuada subordinación o dependencia
del trabajador respecto del empleador y (3) salario como retribución al servicio. El artículo 24 del
mismo cuerpo normativo establece una presunción
simplemente legal, “se presume que toda relación
de trabajo personal está regida por un contrato de
trabajo”. De acuerdo con la jurisprudencia constante de la Corte Suprema de Justicia, para la operación de esta presunción solo resulta necesario
probar la existencia de la actividad personal o la
labor; en adición, indica la jurisprudencia, no resulta necesario probar (por parte del trabajador) la
existencia de una continua subordinación jurídica
(Sentencia de la Sala Laboral de 1° de julio de 2009,
Radicación 30437).
Respecto a la solicitud de casación para el caso
particular, la Sala laboral de la Corte Suprema de
Justicia concluyó la correcta procedencia del ad
quem en su providencia. Indicó la Corte que dicha
providencia es el producto del correcto análisis del
material probatorio y de la correcta interpretación
y aplicación de las normas jurídicas aplicables.
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Resulta especialmente destacable de la sentencia la
validez que otorga la CSJ Laboral a la aplicación de
la Presunción General establecida en el artículo 24
del CST, que permite aseverar la existencia de una
relación laboral. Es importante señalar también
del fallo la aprobación hecha por parte de la CSJ
de la interpretación dada por el juez de segunda
instancia, al considerar que la remuneración que
recibe el conductor de taxi responde al salario a
destajo, consagrado en la legislación en el artículo
132 del Código Sustantivo del Trabajo. Lo anterior
por cuanto el taxista guarda como propios los excedentes o ganancias de dinero diariamente después de haber entregado una suma de dinero al
propietario y haber cumplido con los demás requisitos pactados (combustible, lavada del automóvil).
En concordancia con lo estipulado por la Corte, a
la luz de la aplicación de los artículos 22, 23 y 24
del CST, bastará con la prueba de la actividad o
labor personal para que se presuma la existencia
del contrato de trabajo.
En cuanto a la Responsabilidad Solidaria por parte
del propietario y la empresa afiliadora, ha concordado la CSJ con el fallo del ad quem al considerar
que en el artículo 15 de la Ley 15 de 1959 constituye una presunción especial de la relación laboral
entre el conductor de servicio público, el propietario y la empresa afiliadora; además de generar
la responsabilidad solidaria de los dos últimos en
lo relacionado con las obligaciones laborales que
surgieren en el marco de la relación laboral.
En resumen, la CSJ Sala Laboral en la providencia
tratada ha establecido lineamientos claros que permiten la deducción de la existencia de un contrato
de trabajo para los conductores de taxi que, aun
siendo verbal o no existiendo propiamente, se presumirá ante la concurrencia de los elementos esenciales en el caso concreto.
•
Actividad personal: el conductor de taxi o
el trabajador deberá probar la ejecución
de la labor o la prestación personal del
servicio por parte de él.
•
Remuneración: La acostumbrada forma
de remuneración entre los taxistas y los
propietarios constituye lo que la legislación laboral colombiana llama salario a
destajo.
•
Subordinación: En el caso de los conductores de taxis, de acuerdo con la provi-
dencia, es aplicable la presunción de subordinación y corresponderá la carga de
la prueba al demandado para probar lo
contrario.
El alcance de esta sentencia de la CSJ Laboral está
sustentado en la enorme trascendencia social de
la decisión adoptada que, bajo criterio personal,
constituye un enorme avance en materia laboral en
la protección de los derechos de los conductores
de taxi como trabajadores y el reconocimiento de
los derechos laborales y prestaciones sociales que
devienen de la existencia de una relación laboral
generadora de obligaciones para el propietario del
vehículo como empleador y de manera solidaria a
la empresa afiliadora.
Finalmente, providencias como la analizada de la
CSJ Sala Laboral constituyen una valiosa pieza de
la jurisprudencia protectora de los derechos de
los trabajadores; además de ser desarrolladora del
principio constitucional de Primacía de la Realidad
(Art. 53 CPN) y contribuir a que no se camufle bajo
otras figuras contractuales la existencia de un contrato de trabajo en los términos de la legislación
laboral y las obligaciones que este genera para el
trabajador.
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