r EL SAHARA ESPAÑOL E L CUATERNARIO D E L SAHARA ESPAÑOL E l problema geológico del Pleistoceno del Sahara occidental. . N o obstante el impulso que en estos últimos años se viene dando a los estudios geológicos de nuestro territorio sahanano y las sucesivas expediciones que con esta finalidad se han realizado, quedan todavía muchos temas que tratar y problemas que resolver sobre las características geológicas de detalle y aun ciertas de las de conjunto de estas regiones africanas. Se está ahora en una fase de estudios sistemáticos, de la que ya se han obtenido resultados positivos, los cuales es lógico esperar se incrementen en fechas no muy lejanas. — :: . - : ' A s í sucede, por ejemplo, con los datos que poseemos actualmente respecto a las formaciones y fenómenos evolutivos acaecidos en este país durante los tiempos del Cuaternario. Solamente contamos a este respecto con una serie de observaciones obtenidas en nuestras expediciones, que precisan de posteriores comprobaciones si se quiere en definitiva llegar a establecer de las mismas una historia de detalle de estos últimos tiempos geológicos. Sin embargo, hemos conseguido relacionar estas observaciones parciales que ahora poseemos, de tal manera, que nos ha sido posible establecer el ensayo evolutivo de los tiempos cuaternarios en los territorios del Sahara español que a continuación exponemos. Los resultados a que hemos llegado pueden, por otra parte, referirse a las deducciones obtenidas por los geólogos }. BOUCART, D . JARANOFF y T H . MONOD, en sus estu- dios sobre el Cuaternario marroquí y del Sahara atlántico, como asimismo a los estudios efectuados por HERNÁNDEZ-PACHECO (EDUARDO y FRANCISCO) en el territorio de Ifm, desde 1 9 3 4 , y por el primero de estos geólogos en las Cananas orientales, de tipo subdesértico, especialmente en Lanzarote, en su estudio de 1 9 0 7 . La mayor parte de los datos utilizados por nosotros desde 1 9 4 1 se refieren a la zona costera, en donde los movimientos de la vertical acaecidos durante los últimos tiempos quedaron mejor patentizados por las correspondientes invasiones y retrocesos de las aguas oceánicas, movimientos que ciertamente no llegaron a alcanzar en ninguno de los casos una gran amplitud. Pueden así verse en estas zonas inmediatas al mar una serie de ni-