FRONTERA NORTE PUBLICACIÓN SEMESTRAL DE EL COLEGIO DE LA FRONTERA NORTE vol. 8, núm. 15, enerojunio de 1996 ÍNDICE 5 Presentación 7 José Luis Molina Hernández, LOS MARCOS URBANO-REGIONALES DEL CAMPO RELIGIOSO EN MÉXICO 39 107 Mary I. O 'Connor, THE ROLE OF THE IGLESIA DE DIOS IN THE PROCESSES OF REUGIOUS AND SOCIAL CHANGE IN THE MAYO VALLEY, SONORA 57 Pablo Vila, CATOLICISMO Y MEXICANIDAD: UNA NARRATIVA DESDE LA FRONTERA NORTE 91 Manuel Cebollas Ramírez, IGLESIA CATÓLICA, ESTADO Y SOCIEDAD EN MÉXICO: TRES ETAPAS DE ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN Alberto Hernández Hernández, SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTAN-TES EN LA FRONTERA NORTE: ESTUDIO SOCIOGRÁFICO EN TRES LOCALIDADES URBANAS 133 Eduardo Barrera Herrera, MÁS SUBVIERTE EL DIABLO POR VIEJO: TRANSGRESIÓN SIMBÓLICA ENTRE LOS YAQUIS DE ARIZONA 147 Víctor Gabriel Muro, ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO EN CIUDAD JUÁREZ, CHIH., 1972-1987 NOTAS CRÍTICAS 173 Guillermina Valdés-Víllalva, "MOVIMIENTO CARISMÁTICO". EL CASO DE CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA, 1971-1986. APUNTES PARA EL ESTUDIO DE LOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS EN LA FRONTERA NORTE DE MÉXICO 193 Víctor Gabriel Muro, CARISMA Y EDUCACIÓN CÍVICA EN CIUDAD JUÁREZ: COMENTARIOS AL ESCRITO DE GUILLERMINA VALDÉS-VILLALVA, "MOVIMIENTO CARISMÁTICO" RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 199 205 Alejandro Canales Cerón, MÁS ALLÁ DE LA LÍNEA. PATRONES MIGRATO-RIOS ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS, DE JORGE DURAND Silvia López Estrada, THE REFORMATION OF MACHISMO. EVANGELICAN CONVERSIÓN AND GENDER IN COLOMBIA, DE ELIZABETH E. BRUSCO DIRECTOR: José Manuel Valenzuela Arce CONSEJO EDITORIAL: Jorge A. Bustamante, Manuel Ceballos, Víctor A. Espinazo Valle, Norma Ojeda, Cirila Quintero, Jorge Santibáñez COORDINADOR DE LA EDICIÓN: Alberto Hernández Hernández EDICIÓN: Departamento de Publicaciones y Comunicación ÍNDICES DE REVISTAS INTERNACIONALES EN LOS QUE APARECE FRONTERA NORTE: Índice de revistas científicas mexicanas; Library of Congres.';, E. U.; Online Computer Library Center, Inc., E.U. J.; Research Library Information Network, E.U.; Bibliographie Latinoamericaine d'Ar-ticles, Francia; Melvyl, Online Catalogs for all University of California (UC) Libraries; Index of Journals, a Guide to Latín Amerícan Serials (SALALM), E.U. La responsabilidad de los artículos y las reseñas es estrictamente de sus autores. Para la reproducción electrónica o impresa de materiales publicados en Frontera Norte se requiere la autorización expresa de su director. Las colaboraciones deben dirigirse al Dr. José Manuel Valenzuela Arce. Frontera Norte es una publicación semestral de El Colegio de la Frontera Norte. Suscripción anual, $80; números sueltos, $40; números atrasados, $50 (12 dólares); suscripción anual para Estados Unidos, 25 dólares; en otros países, 35 dólares. Número de reserva al título en derechos de autor 1405-89. Certificados de licitud de título y de contenido números 4075 y 3468, expedidos por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación, 29 de junio y 31 de agosto de 1989. REVISTA FRONTERA NORTE © EL COLEGIO DE LA FRONTERA NORTE Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 2925 Zona del Río, Tijuana, Baja California, C.P. 22320 IMPRESO EN MEXICO/PRINTED IN MEXICO FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Presentación En las últimas dos décadas la oferta religiosa en México no sólo se ha diversificado, como lo demuestra la presencia de más de un centenar de sociedades protestantes, sino que se ha ido extendiendo hacia otras confesiones religiosas ajenas a la cristiandad. En el país existen dos regiones en donde los procesos de cambio religioso han sido particularmente intensos; nos referimos, por supuesto, a las fronteras norte y sur. Uno se preguntará por qué en ambas regiones se ha producido un cambio acelerado en las preferencias religiosas de la población, especialmente si tomamos en cuenta los enormes contrastes económicos, sociales y culturales que entre ellas subsisten. A partir de la década de los setenta ambas regiones se vieron inmersas en un proceso acelerado de cambios económicos y sociales. Sin embargo, las consecuencias y efectos de dichos cambios fueron bastante desiguales. Mientras la frontera norte transitaba hacia un proceso de modernización acelerado, que benefició a amplios sectores de la población, en la frontera sur, por el contrario, los índices de pobreza y marginalidad crecieron de manera notable. Ha habido cambios importantes para cientos de comunidades, tanto urbanas como rurales, pero uno que particularmente llama la atención fue el que ocurrió en el campo religioso. La preferencia de ciertos sectores de la población por buscar otras ofertas religiosas, en un país mayoritariamente católico, dejó de ser una sorpresa. La entidad que más sufrió estos cambios fue Chiapas, que en una sola década se convirtió en el estado con menor proporción de católicos de todo el país. Algunos autores han visto en la "teoría de la conspiración" un instrumento de análisis para explicar la presencia y crecimiento de los protestantes en varias regiones del país. Este argumento ha sido utilizado durante muchos años por la Iglesia católica. Las limitaciones de este enfoque son varias, principalmente porque el cambio religioso sólo se suele explicar por la presencia de agentes externos, de los que se dice son el instrumento de una estrategia de penetración de parte de Estados Unidos. El análisis del cambio religioso no debe significar exclusivamente el estimar la pérdida real de adeptos que ha sufrido la Iglesia católica (lo cual ha tendido a favorecer el crecimiento de las llamadas Iglesias evangélicas), sino también considerar que el cambio religioso guarda una íntima relación con otras dimensiones de las transformaciones ocurridas en la vida social de cientos de comunidades. Las fronteras norte y sur del país son un escenario privilegiado para estudiar los cambios que han ocurrido en el campo 5 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 religioso de la República, primordialmente porque en ellas están presentes diversos actores religiosos que hoy juegan un papel muy activo en la vida social y política. En este número de Frontera Norte se recogen las experiencias de un amplio grupo de investigadores interesados en el tema, que desde distintos enfoques y perspectivas abordan la relación entre sociedad y religión. 6 FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Los marcos urbano-regionales del campo religioso en México* José Luis Molina Hernández** RESUMEN La transformación del campo religioso en México es un hecho evidente que llama poderosamente la atención de especialistas y profanos en el tema. Pese a ello, es aún poco lo que sabemos acerca de sus tendencias de transformación, de las configuraciones regionales que genera y de los factores que dan lugar a dichos cambios. En este ensayo se busca un primer acercamiento a esas tendencias articulándolas con la transformación del proceso de urbanización del país. Se parte de una base demográfica y de las entidades federativas como unidad de análisis para proceder a la detección de grandes regiones nacionales de transformación del campo religioso. La indagación revela, así sea de manera preliminar, que las configuraciones regionales resultantes de este proceso trascienden el conflicto religioso y se vinculan claramente a los fenómenos de hegemonía política y cultural que han marcado a la sociedad mexicana desde su origen y que han determinado el perfil territorial de las diversas regiones del país. ABSTRACT The transformation of the religious field in Mexico is an undeniable fact that attracts the attention of specialists and lay people alike. Yet, we still know very little about its transformation tendencies, the regional configurations it generates, and the elements that produce such changes. This essay seeks to establish a first approach to these tendencies and their appearance within the urban transformation process. The study is supported on a demographacic foundation in which federal entities are units to be analyzed in order to detect the largest national regions to be transformed in the religious field. On a preliminary basis, the investigation reveals that the resulting regional configurations transcend religious conflict and clearly link political and cultural hegemony issues that have shaped Mexican society since its origin and which have determined the territorial profile of the different regions of this country. * Este ensayo es una versión modificada del tercer capítulo de la tesis de maestría del mismo autor: "Desarrollo urbano y campo religioso, tres perspectivas de análisis", facultad de Arquitectura-Instituto de Investigaciones Sociales, UABC, Mexicali, 1993. En el desarrollo de ese capítulo en particular fueron fundamentales las observaciones de Agustín Sandez y Gabriela Estrella, así como las de Víctor Castillo en la versión inicial. A los tres se les agradecen sus valiosos comentarios y críticas. " Sociólogo, maestro en desarrollo urbano, profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional-Unidad Mexicali y estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de El Colef. E-mail durante doctorado: [email protected]. 7 FRONTERA NORTE., VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 y afirmar que dicho crecimiento se concen-tra 1. Introducción principalmente en los estados del su-reste, y en menor medida en los de la frontera norte. Ésta es una verdad a medias que, sin embargo, sirve para dar pie a las interpretaciones que explican la transfor-mación del campo religioso como parte de una estrategia de intervención imperialista en las "zonas más sensibles para la identi-dad nacional". De acuerdo con dicha visión esto ocu-rre porque, en el primer caso, se trata de comunidades indígenas atrasadas y aisla-das que son fácil presa del mensaje trans-culturizante de los grupos evangélicos; y en el segundo, debido a la cercanía geo-gráfica con Estados Una somera revisión a los censos de po-blación de Unidos y a la influencia cultural estadunidense que México en el presente siglo demuestra que existe por lo caracteriza al fronterizo, vale decir, su "pochismo" o menos una coincidencia en el tiempo entre el inicio del "agringamiento". En síntesis, el fenómeno obedece a un proceso que convirtió a México en un país estímulo externo (la conspi-ración imperialista), que predominantemente urbano, por una parte, y el principio tiene como apoyo la debilidad de la identidad nacional de la transformación del campo religioso global y del en las regiones afectadas, la cual, a su vez, se explica en subcampo protestante, por la otra, ubicándose ambos términos de atraso cultural y de contigüidad geográfica. alrededor de la década de los cincuenta. Por otro lado, Independientemente de que dicho pun-to de vista ha tanto la sociología urbana como la sociología de la sido cuestionado por diver-sos investigadores del religión y hasta la antropología dan cuenta de la fenómeno,2 hasta ahora no se ha emprendido un análisis transforma-ción de las prácticas e instituciones sociales cuantitativo que clarifique las tendencias de dicha en el ámbito urbano, configurando un tipo de práctica transformación, es decir, que ofrezca una base religiosa al que hemos deno-minado "religiosidad estadística a partir de la cual se puedan emprender urbana". generalizacio-nes más amplias.3 Sin embargo, y pese a que concep-tualmente se ha avanzado en el estudio de las implicaciones de la transformación de las prácticas e instituciones religiosas en la sociedad urbana, los límites del conocimiento empírico que se posee ac-tualmente sobre el campo religioso ha-cen difícil la comprensión cabal del fenómeno. De ahí que al hablar del cambio religio-so en México sea un lugar común referirse al crecimiento de las "sectas protestantes" 1.1 Cambio religioso y desarrollo ur-bano, elementos de un campo proble-mático 1 Un tratamiento mucho más detenido de las formas, orígenes e implicaciones de la religiosidad practicada en las sociedades urbanas lo hemos desarrollado en José Luis Molina Hernández, "La religiosidad urbana", en Civitas, núms. 8-9, enero-agosto de 1992, Mexicali, Centro de Estudios para el Desarrollo de la Administración Municipal, pp. 73-88. 2 Desde el campo de la investigación sociorreligiosa lo han hecho José Valderrey, Jean-Pierre Bastían, Gil-berto Giménez y Elio Masferrer, entre otros. Desde la perspectiva de la identidad fronteriza también se ha cuestionado esa percepción centralista de la identidad nacional. Véase Jorge A. Bustamante, "El mito de la desnacionalización cultural de la frontera", en Repensarla nación: fronteras, etnias y soberanía, Cuader-nos de la Casa Chata, núm. 174, México, CIESAS 1990. 3 Una oportuna llamada de atención sobre este espacio de convergencia entre religión y demografía es la realizada por Rodolfo Casillas y Alberto Hernández en "Demografía y religión en México: una relación poco explorada", Síntesis, núm. 10, Paraguay, 1990. Análisis propiamente dichos que se inscriben en este 8 JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES En general, los estudios sociales sobre religión en México descansan sobre ese marco estadístico escasamente desarro-llado, lo cual da lugar a varias deficien-cias: i) Las investigaciones carecen de datos estadísticos y procedimientos de análisis rigurosos que las avalen, de ahí que se queden más en el terreno de la especulaFrente a esta problemática —que requiere, por supuesto, ción que en el del análisis científico. de un esfuerzo mucho más amplio para su superación— ii) No analizan la totalidad del campo religioso, es , nos hemos propuesto realizar un ejercicio estadístico decir, no perciben la diná-mica específica de las que nos permita comprender de manera general las diferentes corrien-tes que lo componen, de las cuales tendencias del desarrollo urba-no y del cambio tres son cuantitativamente importantes: el ca-tolicismo, religioso, así como sus posibles interrelaciones. Más el protestantismo y la pobla-ción sin religión. que un aná-lisis sofisticado, lo que perseguimos es iii) No han establecido una diferencia-ción regional establecer las grandes tendencias regiona-les de estas del fenómeno, sino que aceptan a príori la idea de los variables y descomponer el territorio nacional mediante dos polos de crecimiento no católico. un mapeo que nos ilustre acerca de las estructuras del iv) No se han establecido los ritmos y las etapas de desarrollo y de la hegemonía religiosa. desarrollo de cada una de las corrientes a nivel Salvo el breve esbozo teórico con el que iniciamos, nacional y en cada una de las entidades. todo el ejercicio está desarrolla-do a partir de una base Como es obvio, tales deficiencias cons-tituyen una de datos demográ-fica: los censos generales de laguna importante a la hora de tratar de generar población y vivienda de 1960, 1970, 1980 y 1990. Pese explicaciones cualitativas en torno a la transformación a las limitaciones que ya se conocen de esta fuente de del campo religioso. información,4 resulta de suma utilidad cuando se trata de establecer las tendencias generales referentes a las características de la población. Este análisis consta de cuatro momentos centrales: en el primero se presentan algu-nas consideraciones con respecto al "modo 1.2 Ejercicio de regionalización: una opción analítica 4 5 campo, pero de carácter más bien elemental y circunscritos a dimensiones muy específicas, son los del mismo Casillas, "Emergencia protestante y disidencia religiosa en Chiapas", en Estudios Fronterizos, núm. 17, vol. VII, año VI, enero-diciembre de 1988, IIS-UABC, Mexicali; Gilberto Giménez, Sectas religiosas en el sureste: aspectos sociográficos y estadísticos. Cuadernos de la Casa Chata, núm. 161, Centro de Investigacio-nes y Estudios Superiores de Antropología Social (CIESAS) del Sureste, México, 1988; Martín de la Rosa, El impacto social del protestantismo. Cuadernos Docentes, Universidad Autónoma de Baja California, Mexi-cali, 1989, y Carlos Rodríguez Brandao, "Creencia e identidad. Campo religioso y cambio cultural", en Es-tudios sobre las Culturas Contemporáneas, vol. III, núm. 7, Universidad de Colima, 1989, pp. 65-71. Algunos ejemplos de esto son: Sergio Noriega Verdugo, "Limitaciones y deficiencias del X Censo General de Población y Vivienda 1980", en Cuadernos de Ciencias Sociales, serie 2, Cuaderno núm. 4, Instituto de Investigaciones Sociales, UABC, Mexicali, 1985, pp. 36-43; Sergio Camposortega Cruz, "Compatibilidad de las fuentes de datos demográficos nacionales 1980-1990", en Civilas, núms. 3-4, octubre-marzo de 1991, CEDAM, Mexicali, pp. 23-25. A nivel más general puede verse Carmen Arretx y J. Chackiel, "Algunos problemas relativos a la recolección de datos demográficos en los censos de la población de América Latina en la década del 80", en Los censos de población del 80. Taller de análisis y evaluación. Buenos Aires, INDEC/CELADE, 1985, pp. 245-263, y Mortimer Spriegel, introducción a la demografía México, Fondo de Cultura Económica, 1972, pp. 56-85. Sobre la utilidad de los censos en el análisis demográfico, puede verse Roland Pressat, El análisis demográfico, Cuba, Instituto del Libro, 1970, Edición Revolucionaria, pp. 15-25. 9 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 de vida urbano" y su correlato religioso, es decir, la 1.3 El marco social urbano y la religio-sidad urbana religiosidad urbana, a fin de ofrecer una visión muy La sociedad urbana, entendida no sólo con base en el general de las implicaciones teóricas de la relación en criterio de concentración pobla-cional, sino estudio. fundamentalmente por las prácticas sociales que en ella En un segundo momento buscamos es-tablecer la se generan, enmarca la aparición de nuevos fenóme-nos configuración regional del de-sarrollo urbano, culturales y, sobre todo, la transforma-ción y entendido éste en un sen-tido restringido, tal como se refuncionalización de las prácticas características de la define en ese apartado. Partiendo del modelo propuesto sociedad tradicional. Más allá de la simplificación que por Claudio Stern para el análisis regional, supone esta dicotomía, es claro que los estilos de vida construiremos un índice de desarrollo ur-bano que desarrollados en las ciudades tienen rasgos específicos servirá para establecer los nive-les de desarrollo urbano que son irradiados hacia la zona rural (por diversas vías, por entidad y para realizar un posterior análisis de como los medios de comunicación, la migración ru-ralcorrela-ción. urbana y los programas educativos na-cionales), El tercer momento está dedicado al análisis de la imponiéndose paulatinamente en el conjunto social. transformación del campo religioso en sus tres La ciudad, pues, en tanto eje de la vida moderna, corrientes principa-les (de acuerdo a las categorías produce lo que podríamos lla-mar un "modo de vida censales): urbano"6 que se constituye como un espacio social católicos, protestantes o evangélicos y la población sin diverso, dado que está construido con múltiples religión. El propósito es también construir un índice de fragmentos. Por ello, este modo de vida es un cambio religioso, para establecer la configura-ción mecanismo de transición por el cual los individuos se regional y para hacer el análisis de correlación en la adaptan a un medio altamen-te transformado y última parte de este trabajo. heterogéneo, en el que sucede una reconstrucción de los El análisis final nos permitirá observar las espacios sociales impulsada, entre otras cosas, por la relaciones entre el cambio religioso y el desarrollo anonimia típica de la vida moderna, por la alta urbano con base en la estruc-tura de los índices por movilidad —horizontal y vertical— de los individuos, entidad para cada década. El objetivo central de esta por la incorporación creciente de las mujeres a la correla-ción será delinear una configuración regio-nal estructura productiva (con sus efectos en la transforsusceptible de expresarse en mapas y gráficas. mación de la vida familiar), por el incre-mento en los Finalmente, es necesario enfatizar que este ejercicio niveles de escolaridad, y por el anonimato y el secreto no pretende mostrar relacio-nes de causalidad entre las urbano que tipifican a los habitantes. variables, sino más bien una relación de covarianza en En este contexto, surgen formas de re-ligiosidad la orientación seguida por lo urbano y lo religioso, distintas a la tradicional, la cual entendidos en los términos espe-cíficos en que aquí se plantean. Asumiendo las ambigüedades de este concepto y las polémicas que encierra su uso, nos aproxima a la idea de las prácticas sociales características de las ciudades. Véase Louis Wirth, El urbanisimo como mudo de vida, Buenos Aires, Ediciones 3 de Buenos Aires, 1958. 10 JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES se caracteriza por las tendencias a la ocupación expresión marginal, y en este sentido se fomenta la monolítica —por lo menos formalmente— del campo pluralidad. religioso, es decir, por la hegemonía casi absoluta de Ahora bien, frente al carácter abstracto de la una sola corriente, así como por una escasa tolerancia sociedad urbana y el anonimato que genera, la hacia la disidencia reli-giosa. conformación de la iden-tidad personal atraviesa por la Los efectos de la vida urbana sobre la práctica creación de subcomunidades —el neotribalismo de religiosa se han traducido en la crisis de la religiosidad Maffesoli— que dan sentido inmedia-to a la vida social. tradicional: ésta no sólo no ha logrado llenar los Es en esta instancia donde la religión recobra su espacios simbólicos "vacíos" de la ciudad, sino que ha función in-tegradora, pero ya no a través de las grandes retrocedido abriendo huecos en la dimensión religiosa instituciones, que repiten el gi-gantismo de la sociedad, de los individuos y generando nuevas demandas sino mediante la diversidad de los grupos, lo cual cosimbóli-coreligiosas y de estructuras culturales de rresponde también al carácter plural y heterogéneo de la referencia. vida social. De lo anterior se desprenden varias conclusiones. Sin embargo, cabe señalar que las afi-liaciones Una es que la ciudad es importante, no sólo porque en religiosas en la ciudad, como otras formas de ella se transforma la vida social, sino además porque asociación, presentan un carácter mucho más transitorio es difusora del modo de vida urbano, lo cual implica y mutable que en el área rural. que las formas de percepción y organización social que En este sentido, el modo de vida ur-bano tiene se desarrollan en ella son exportadas a las áreas diferentes efectos sobre el campo religioso. Uno de rurales, donde son reprocesa-das según los patrones ellos es el cam-bio en su composición, la cual adquiere sociales de la población. dos sentidos distintos, según el sustrato previo sobre el Otra conclusión es que la vida urbana se que se desarrolle: del carácter monorreligioso a la caracteriza, ante todo, por la concen-tración y la conversión arreligiosa (no necesariamente antirrelidiversidad, en donde las particularidades individuales giosa), y del carácter plurirreligioso a la fragmentación tienden a perderse. Estas características ofrecen la del campo religioso.7 posibilidad de una doble naturaleza para el habitante Otro efecto es el estímulo a la com-petencia entre de las urbes: por un lado, la ciudad genera una los grupos religiosos, la cual hace que éstos abandonen multiplicidad de con-tactos y relaciones sociales el ám-bito exclusivamente religioso para desa-rrollar superficiales, en las que el individuo se incrusta como acciones asistenciales, ofrecien-do así un atractivo un ciudadano común, homogéneo; por otro, la libertad mayor a los posibles adherentes. La competencia propiciada por el secreto urbano crea regiones morales conduce también a la mercantilización de la teo-logía y para la al uso de técnicas de mercado-tecnia para su "venta". Los campos religiosos con tradición monorreligiosa —como los de México y la mayor parte de Latinoamérica— observan un mayor desarrollo de las identidades no religiosas, en tanto que los de sustrato plura-lista, como el de Estados Unidos, tienden a una fragmentación religiosa mayor. Véase Albert J. Meneses, Religión al the Polis, Filadelfia, The Westminster Press, 1977. 11 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Una consecuencia más es que ciertas formas de 2. Estructura y transformación del religiosidad se expresan en pa-trones seculares que desarrollo urbano en México cumplen funciones análogas a las de la religiosidad tradicional. Adicionalmente, los centros religiosos tienden a servir como marcos de interacción social y comercial entre sus miembros, en particular en el caso de profesionistas y empresarios, lo cual le añade una función secular característica a la religiosidad ur-bana. La construcción de un índice de desarrollo urbano Finalmente, en el marco urbano hay una supone una concepción particular de lo urbano. El estratificación social que encuentra correspondencia en sentido que le damos aquí al concepto de desarrollo la afiliación religiosa a grupos específicos. Aunque esto urbano difiere de su uso corriente, que tiene una connono implica que se pueda establecer una re-lación uno-atación más técnica e identifica la urbani-zación con la uno entre ambos procesos, sí puede encontrarse que ciudad, y más específicamen-te con la concentración de variables como la clase social, el carácter de migrante o la población y la correspondiente dotación de servicios, nativo y aun la edad son factores funda-mentales en la lo cual ubica al desarrollo urbano más en el ámbito de la composición del campo religioso. planeación y la ingeniería urbanas que en el de las En todo caso, una última conclusión es que el ciencias sociales. El desafío de la expansión urbana, sin proceso de urbanización (con-cebido como un proceso embargo —como ha dicho Luis Unikel—, es también de organización racional de la sociedad) no implica la para los expertos en ciencias sociales. desaparición de la religión, sino su trans-formación, una Nuestro concepto de desarrollo urbano también es transformación diferen-ciada según los grados de distinto del índice de urbaniza-ción desarrollado por urbanización alcanzados por la sociedad. Unikel, debido a que lo construyó a partir de un solo criterio, el del grado de concentración de la pobla-ción; y cuando construye índices más am-plios, como el de desarrollo socioeconó-mico, desborda el marco demográfico incluyendo variables económicas.8 2.1 Consideraciones generales 8 Los índices de urbanización de Unikel fuern obtenidos mediante las siguientes fórmulas: 1) Iu " % depob. urbana x factor E "Este factor de estructura de la población da una idea de la distribución de tal población según distintos tamaños de ciudades. En este sentido, se identifica población urbana total con el grado de urbanización. Su expresión numérica es: Factor E= (0.2'5p+0.50p+0.75+p), en que p1, p2, p3 y p4 son los porcientos res-pecto a la población urbana de aquella población que vive en las ciudades de 15 000 a 19 000, 20 000 a 49 000, 50 000 a 99 000, y 100 000 y mas habitantes, respectivamente". 2) Iu= 1/4(U1/P+U2/P+U3/P+U4/P)*100 "en donde U1, U2, U3; y U4 son la población en localidades de 15 000 y más, 50 000 y más y 100 000 y más habitantes, respectivamente. P es la población total en cada región. Iu se da en por ciento". El índice de desarrollo económico comprende los siguientes indicadores: i) consumo de energía eléctri-ca por habitante; U) consumo de gasolina por habitante; iii) porcentaje de áreas de riego respecto a la su-perficie de labor; ir) índice de capitalización agrícola; v) participación del sector industrial en el producto brillo regional; vi) participación de la población económicamente activa (PEA) en sector industrial de la PEA total; vii) producto bruto por habitante; viií) porcentaje de la población escolar que sabe leer y escribir; ix) 12 JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES Nuestro índice se deriva de dos fuentes fundamentales: las características relevantes del modo de vida urbano y el modelo de análisis regional de Claudio Stern.9 De este último retomamos, en términos generales, el procedimiento y adoptamos algunas de sus categorías de análisis. Como ya hemos establecido, el índice de desarrollo urbano expresa, en promedio, el grado de posesión de las características o atributos reputados como típicamente urbanos que posee una entidad o una región. En este sentido, pretende reflejar en niveles concretos el proceso de urbanización — entendido como la evolución histórica de tales características— y los rasgos típicos y mensurables de la personalidad urbana. 2.2 Análisis regional del desarrollo urbano.10 2.2.1 Unidades analíticas A diferencia de Stern, que rechaza el criterio de la división políticoadministrativa (porque era insuficiente para sus objetivos, que requieren de unidades más homogéneas), para nosotros la entidad federativa se presenta como una unidad necesaria, porque así se homogeneizó esta información con los datos disponibles sobre el campo religioso, y suficiente, porque el propósito era establecer una unidad analítica de mayor escala, como las regiones homogéneas nacionales. 2.2.2 Marco de análisis empírico La determinación de las variables e indicadores para el análisis estadístico fue producto de tres factores: las características del modo de vida urbano, las variables demográficas consideradas en el modelo de Stern y las características de la información disponible en los censos generales. Aunque el análisis general incluyó diversos índices e indicadores, finalmente el toco de atención lo constituyeron las seis variables básicas que veremos a continuación. 2.2.3 Índice compuesto de desarrollo urbano Los indicadores seleccionados fueron los siguientes: —población urbana (que habita localidades de 2 500 habitantes y más), —población económicamente activa dedicada a las actividades secundarias, —población económicamente activa dedicada a las actividades terciarias, —población económicamente activa femenina, consumo de azúcar por habitante; x) mortalidad infantil por cada mil habitantes; xi) porcentaje de viviendas con servicio ele agua potable; y xii) porcentaje de la población que usa zapatos. Véase Luis Unikel, El desarrollo urbano de México: Diagnóstico e implicaciones futuras, 2ª1 ed., México, El Colegio de México, 1970, pp. 33, 34 y 76). 9 CIaudio Stern, "Un análisis regional de México", en ¡Demografía y Economía, vol. 1, núm. 1, 1967, El Colegio de México, México, pp. 92-117. El índice Je Stern comprende los siguientes indicadores: población urbana (que habita localidades de 2 500 habitantes y más), población económicamente activa dedicada a las actividades secundarias, ¡población económicamente activa dedicada a las actividades terciarias y salario mensual promedio por trabajador ocupado. 10 Lo que aquí denominamos región es el conjunto DE estados que tienen características semejantes en cuanto determinadas variables , es decir, (que son relativamente homogéneos, aunque sea solamente en el sentido considerado Un análisis más profundo revela cómo el concepto de región. identificado con ciertos límites geográficos o político-administrativos. ha evolucionado hasta la noción de espacio regional, (que da idea de una configuración funcional más amplia - y compleja. Vease El pensamiento geográfico, Madird, Au, 1982 (en especial los siguientes apartados: Friedrich Ratzel "El territorio, la sociedad y el Estado", pp. 193-203; Paul Vidal Je la Blanche, "Las divisiones fundementales del territorio francés", pp. 243-251, v Pierre Dumolard,, "Region y regionalización: una aproximación sistematica", pp. 452-480). FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 CUADRO 1. Índice de desarrollo urbano 1960-1990. Cuadro síntesis. Entidad 1960 1970 1980 1990 Aguascalientes 24.5 27.0 30.5 39.7 Baja California Baja California Sur Campeche Coahuila Colima Chiapas Chihuahua Distrito Federal Durango Estado de México Guanajuato Guerrero Hidalgo Jalisco Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León Oaxaca Puebla Querétaro Quintana Roo San Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxcala Veracruz Yucatán Zacatecas 36.0 19.0 22.9 26.6 26.1 10.6 24.2 46.6 15.4 18.2 17.5 10.9 13.1 22.7 14.3 23.6 17.5 31.8 10.3 16.3 13.6 19.7 14.7 17.0 24.4 12.3 26.9 16.5 17.2 19.7 10.7 38.1 26.4 25.1 29.3 28.6 11.3 26.6 46.3 17.7 29.6 20.3 15.1 14.1 27.8 17.0 29.1 20.3 35.7 12.0 19.1 18.4 23.2 17.7 21.2 27.6 15.2 30.1 19.1 19,6 21.0 13.7 40.5 32.8 28.3 32,2 32,0 15.4 29.8 49.7 22.8 37.4 23.7 20.3 18.3 31.1 21.7 32.7 24.7 39.3 15.9 23.5 24.6 33.5 21.8 25.3 30.6 19.1 33.5 24.5 22.4 27.2 17,1 49.1 42.0 33,4 41.5 40.4 18.8 38.6 51.3 31.1 46.0 31.8 27.0 26.5 39.2 29.0 42.5 31.2 46.4 20.7 29.8 35.1 43.0 29.7 32.4 39.4 27.2 41.6 35.1 28.0 .34,2 24.9 NACIONAL 22.0 26.3 29.2 .36.6 FUENTE: Elaboración propia con base en los VIII, IX, X y XI Censos Nacionales de Población y Vivienda de 1960, 1970, 1980 y 1990. 14 JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES —población migrante (según entidad federativa de residencia y lugar de nacimiento), y —población de 6 años y más con estudios posprimarios. rrollo. Curiosamente, otros dos estados comprendidos en la región sureste: Yucatán y Campeche, se mantienen ligeramente abajo de la media nacional. En un análisis por regiones, llaman la atención varias cosas. Todos los estados de la frontera norte se ubican por encima de la media nacional. La región Como puede verse, el índice se construyó con los tres indicadores demográficos que incluye el índice de Stern (se eliminó el indicador económico, ya que el modelo se manejó con una base puramente demográfica), y se incorporaron tres indicadores adicionales; con esto, se intentó dar cuenta del grado de concentración poblacional, del crecimiento de los sectores productivos industrial, comercial y de servicios, de la incorporación de la mujer al mercado laboral, de la movilidad de la población y de sus niveles educativos. Los valores relativos de cada variable con respecto de la población total considerada en el caso correspondiente se promediaron por decada en cada entidad, obteniendo índices por estado para 1960, 1970, 1980, y 1990. En el cuadro 1 se resumen los resultados, observándose una doble característica: i) Hay un desequilibrio estructural en el desarrollo urbano nacional, cuya manifestación más evidente es la concentración del mismo, particularmente en el Distrito Federal, y en seguida en Baja California, Nuevo León, Estado de México y Quintana Roo, principalmente. A nivel de entidades llama la atención el caso de Jalisco, el cual, pese a contar con la segunda ciudad del país en cuanto a volumen de población, cae siempre por abajo de los siete primeros lugares. En el extremo inferior de la tabla encontramos en todo el periodo a Tabasco, Guerrero, Hidalgo, Zacatecas, Oaxaca y Chiapas, que manifiestan un acusado atraso en su desa sureste, en cambio, presenta una mayor heterogeneidad, constante para todo el periodo, excepto por el notable caso de Quintana Roo, que desde la posición número 14 asciende hasta el quinto lugar; este caso específico, sin embargo, contribuye a aumentar la heterogeneidad de la zona. ii) Ahora bien, aunque de manera diferenciada, pueden observarse dos rasgos interesantes: un incremento en el nivel del conjunto para cada década (esto es, que todos incrementan su nivel de desarrollo urbano) y la existencia de una tendencia descendente en este desequilibrio, lo cual nos sugiere que el conjunto de las entidades registran un proceso lento pero sostenido de homogeneización de sus niveles de desarrollo urbano." 2.2.4 Análisis de consistencia del índice de desarrollo urbano Una forma de probar el grado de consistencia del índice construido es contrastarlo con otros índices similares. Por tanto, procederemos a cotejar nuestro índice con los índices de desarrollo económico y de urbanización obtenidos en la investigación de Luis Unikel. La contrastación realizada se limita a las décadas de 1960 y 1970, espacio temporal que trabaja Unikel en su investigación, aunque nuestro índice cubre el periodo de 1960 a 1990. Procederemos al cotejo analizando la posición relativa de cada una de las enti- 11 Lo cual coincide plenamente con las conclusiones de Stern, cuando afirma que "...la heterogeneidad entre las regiones del país tenderá a ser menor a medida que el nivel general de desarrollo de! mismo sea mas elevado..." Claudio Stern, op. cit., p. 105. 15 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM, 15, ENERO-JUNIO DE 1996 CUADRO 2. México: índice de desarrollo socioeconómico de las entidades federativas y cambios en su posición relativa, 1960-1970. 1960 1970 Rango Entidades Índice Entiidades Índice 1 Distrito Federal 6.57 Distrito Federal 9.75 2 Baja California 4.69 Sonora 6.23 3 Nuevo León 4.45 Baja California 6.22 4 Sonora 3.71 Nuevo León 6.02 5 Coahuila 3.17 Coahuila 5.20 6 Chihuahua 2.09 Chihuahua 4.17 7 Tamaulipas 2.09 Tamaulipas 3.97 8 B. C. Sur 1.93 B. C. Sur 3.96 9 Aguascalientes 1 42 Aguascalientes 3.79 10 Sinaloa 0.64 Estado de México 3.55 11 Jalisco 0.49 Jalisco 2.79 12 Estado de México 0.41 Colima 2.31 13 Morelos 0.40 Sinaloa 2.19 14 Veracruz 0.31 Morelos 1.93 15 Colima 0.05 Veracruz 1.75 16 Durango -0.09 Querétaro 1.67 17 Campeche -0.21 Durango 1.54 18 Guanajuato -0.42 Guanajuato 1,49 19 Yucatán -0.68 Campeche 1.32 20 San Luis Potosí -0.95 Yucatán 1.13 21 Nayarit -1.01 Tabasco 0,97 22 Querétaro -1.09 San Luis Potosí 0,66 23 Michoacán -1.14 Puebla 0.63 24 Puebla -1.23 Hidalgo 0.54 25 Tabasco -1.39 Michoacán 0.50 26 Hidalgo -1.47 Tlaxcala 0.24 27 Zacatecas -1.54 Nayarit 0.12 28 Tlaxcala -1.55 Zacatecas -0,06 29 Quintana Roo -2.06 Quintana Roo -0.31 30 Chiapas -2.67 Guerrero -0.72 31 Guerrero -2.71 Chiapas -1.13 32 Oaxaca -3.04 Oaxaca -1.15 a FUENTE: Luis Unikel, El desarrollo urbano en México: Diagnóstico e implicaciones futuras, 2 ed., México, El Colegio de México, 1970, p. 362. 16 JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES CUADRO 3. México: índice de urbanización de las entidades federativas y cambios en su posición relativa, 1960-1970. 1960 1970 Entidades Rango Entidades Índice Índice 1 Distrito Federal 99.33 Distrito Federal 97.12 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 Baja California Nuevo León Aguascalienres Tamaulipas Coahuila Chihuahua Jalisco Yucatán Sonora Guanajuato Colima Morelos Campeche San Luis Potosí Durango Puebla Sinaloa Estado de México Veracruz B. C. Sur Querétaro Michoacán Nayarit Tabasco Hidalgo Chiapas Zacatecas Guerrero Oaxaca Tlaxcala 67.92 64.82 52.03 41.82 .38.66 38.30 ,35.76 28.68 25.82 23.58 20.01 19.51 19.33 18.05 17.68 17.49 17.29 15.80 15.23 14.86 14.59 10.98 10.40 8.37 6.39 4.70 4.57 3.58 3.55 1.1.3 Baja California Nuevo León Tamaulipas Aguascalientes Coahuila Chihuahua Jalisco Estado de México Sonoro Morelos Colima Guanajuato Yucatán Sinaloa Campeche Durango Querétaro Veracruz Puebla San Luis Potosí B. C.Sur Michoacán Nayarit Guerrero Tabasco Quintana Roo Chiapas Zacatecas Oaxaca Hidalgo 75.63 64.47 56,29 53.61 49.36 49.06 44.71 42.85 42.09 33.24 32.19 31.54 29.45 28.70 27.61 27.03 24.12 23.42 23.41 23.05 17.97 17.02 14.73 14.32 1.3.59 13.43 8.84 7.37 7.35 6.88 32 Quintana Roo — Tlaxcala 4.53 FUENTE: Luis Unikel, El desarrollo urbano en México: Diagnóstico e implicaciones futuras, ¿' ed., México, El Colegio de México, 1970, p. 363. 17 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 CUADRO 4. México: índice de desarrollo urbano de las entidades federativas y cambios en su posición relativa, 1960-1970. Rango 1960 Entidades Índice 7970 Entidades Índice 1 Distrito Federal 46.6 Distrito Federal 46.3 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 Baja California Nuevo León Tamaulipas Coahuila Colima Aguascalientes Sonora Chihuahua Morelos Campeche Jalisco Yucatán Quintana Roo B. C. Sur Estado de México Nayarit Guanajuato Veracruz Sinaloa Tlaxcala Puebla Durango San Luis Potosí Michoacán Querétaro Hidalgo Tabasco Guerrero Zacatecas Chiapas Oaxaca 36.0 31.8 26.9 26.6 26.1 24.5 24.4 24.2 23.6 22.9 22.7 19.7 19.7 19.0 18.2 17.5 17.5 17.2 17.0 16.5 16.3 15.4 14.7 14.3 13.6 13.1 12.3 10.9 10.7 10.6 10.3 Baja California Nuevo León Tamaulipas Estado de México Coahuila Morelos Colima Jalisco Sonora Aguascalientes Chihuahua B, C. Sur Campeche Quintana Roo Sinaloa Yucatán Guanajuato Nayarit Veracruz Puebla Tlaxcala Querétaro San Luis Potosí Durango Michoacán Tabasco Guerrero Hidalgo Zacatecas Oaxaca Chiapas 38.1 35.7 30.1 29.6 29.3 29.1 28.6 27.8 27.6 27.0 26.6 26.4 25.1 23.2 21.2 21.0 20.3 20.3 19.6 19.1 19.1 18.4 17.7 17.7 17.0 15.2 15.1 14.1 13.7 12.0 11.3 FUENTE: Elaboración propia con base en los Censos de Población de 1960 y 1970. 18 JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES CUADRO 5. Algunas entidades federativas según lugar ocupado en la jerarquía. Entidad federativa 1960 IDS 1970 1960 IU 1970 7960 IDU 1970 Distrito Federal 1 1 1 1 1 1 Baja California Nuevo León Coahuila Tamaulipas Jalisco Puebla Guanajuato Michoacán Estado de México Oaxaca Chiapas Guerrero Hidalgo 2 3 5 7 11 24 18 23 12 32 30 31 26 3 4 5 7 11 23 18 25 10 32 31 30 24 2 3 6 5 8 17 11 23 19 30 27 29 26 2 3 6 4 8 20 13 23 9 30 28 25 31 2 3 5 4 12 22 18 25 16 32 31 29 27 2 3 6 4 9 21 18 26 5 31 32 28 29 IDS: Índice de desarrollo socioeconómico (Unikel, 1970). IU: índice de urbanización (Unikel, 1970). IDU: Índice de desarrollo urbano (Molina, 199.3). (lacles según el rango de su índice para las décadas de 1960 y 1970. Los cuadros 2 y 3 muestran los índices de desarrollo socioeconómico y de urbanización de Unikel, en tanto que el cuadro 4 expone nuestros propios resultados. El cuadro 5 muestra algunos casos en los que se observan las coincidencias entre los tres cuadros anteriores, pese a estar construidos con criterios distintos. Desde luego que junto a estas coincidencias también encontramos diferencias importantes; sin embargo, cabe notar que también existen diferencias significativas entre los índices del propio Unikel. 2.2.5 Clasificación de las entidades en regiones homogéneas A partir del índice obtenido para cada una de las regiones, se jerarquizaron las entidades y se les agrupó en regiones homo géneas por su nivel de desarrollo urbano en cada década (tabla 1). La distribución geográfica que se observa a partir del índice de desarrollo urbano en 1990, y que en buena medida se mantiene constante en todo el periodo, revela varios hechos interesantes: a) que la frontera norte se mantiene por encima de los niveles de la mayor parte del país, a excepción de unas cuantas entidades, si bien hay diferencias intrarregionales muy claras: Nuevo León y Baja California alcanzan siempre los niveles más altos, seguidos de Coahuila y Tamaulipas; Sonora y Chihuahua son los de menor índice. En el resto del país también hay diferencias claras. Por ejemplo, los índices más altos son los del D. F., seguidos por los del Estado de México, Quintana Roo, Morelos, Baja California Sur y Colima; en el rango siguiente —nivel intermedio— 19 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 TABLA 1. Región 1 II III IV V VI VII Configuración regional del desarrollo urbano según índice compuesto, 1990. Entidades Nivel de DU Chiapas, Oaxaca, Zacatecas Hidalgo, Guerrero, Tabasco, Veracruz, Michoacán, San Luis Potosí, Puebla Durango, Nayarit, Guanajuato, Sinaloa, Campeche, Yucatán Querétaro, Tlaxcala, Chihuahua, Jalisco, Sonora, Aguascalientes Colima, Coahuila, Tamaulipas, Baja California Sur, Morelos, Quintana Roo Estado de México, Nuevo León, Baja California Distrito Federal se sitúan Aguascalientes, Jalisco, Querétaro y Tlaxcala. Enseguida están los de nivel bajo: Yucatán, Campeche, Sinaloa, Guanajuato, Nayarit y Durango. Puebla, San Luis Potosí, Michoacán, Veracruz, Tabasco, Guerrero e Hidalgo conforman, en orden descendente, el penúltimo rango; mientras que el de menor grado de desarrollo urbano de todo el conjunto está integrado por Zacatecas, Oaxaca y Chiapas. La evidencia que se desprende de este examen es que el desarrollo urbano aparece concentrado sobre todo en las regiones central, frontera norte y occidente, y un poco más atrás, en la península de Yucatán. El resto forma un continuum geográfico de bajo desarrollo claramente perceptible.12 muy bajo bajo medio bajo medio medio alto alto muy alto 3. Estructura y transformación del campo religioso mexicano 3.1 Consideraciones generales De acuerdo con lo establecido en la introducción, en este apartado nos proponemos un doble objetivo con relación al campo religioso: por una parte, analizar la evolución de cada uno de los tres componentes mencionados a partir de 1960, tomando como base los estados o entidades federativas, para establecer así los marcos regionales de transformación del campo religioso. Con esto queremos someter a prueba la idea ya asentada respecto a la concentración del cambio religioso en las zonas mencionadas. Por la otra, como en el apartado anterior, pretendemos obtener un índice de Aunque es una línea de análisis que aquí hemos dejado fuera, no está de más llamar la atención sobre las determinaciones históricas de la concentración del desarrollo urbano, pues, como puede verse, éste se localiza predominantemente en la región de Mesoamérica y su área circundante, en donde la hegemonía sociopolítica se dio desde la época prehispánica, durante la Colonia y a lo largo de toda la vida independiente. La otra región importante, la frontera norte, sólo ha adquirido relevancia en este siglo, ligada al desarrollo de Estados Unidos. 20 JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES cambio religioso que nos permita observar la yentes, es decir, lo que comúnmente se conoce configuración regional del campo religioso en cada como "ateos"; personas que son creyentes pero que no una de las decadas analizadas, y que nos servirá en la están adheridas a ningún grupo religioso; personas que correlación posterior. están adheridas a grupos que sociológicamente son Antes de emprender el análisis, resulta pertinente definidos como religiosos (y que incluso son percibidos aclarar que debido al carácter global de sus objetivos, así por el común de la gente), pero que rechazan con- los censos tienden a generalizar la información, en cebirse a sí mismos como tales, y los que militan o particular la referente a la religión, por lo que se hace simpatizan con más de un grupo religioso y que, por lo necesario puntualizar las variables que ahí se tanto, no se definen por ninguno en particular. manejan: i) En relación con la variable "Protestantes", estos incluyen una amplia gama de denominaciones cristianas no católicas que tienen muchas diferencias sociológicas, históricas y doctrinales entre sí, como es el caso de las siguientes: presbiteriana, metodista, bautista, pentecostés, sabatista, cuáquera, testigos de Jehová, adventista del séptimo día, anglicana, ciencia cristiana, luterana, calvinista y episcopal. Más allá de las duplicidades e imprecisiones de la lista anterior, lo cierto es que el agregado resulta útil para ver el movimiento y la presencia de la población cristiana no católica como un ente colectivo. ii) El rubro "Ninguna(o)" (censos de 1960, 1970 y 1990) o "No tiene religión" (censo de 1980) resulta aún más ambiguo, pues dentro de el callen las 3.2 Análisis regional del campo religioso 3.2.1 Unidades analíticas Al igual que en el caso del desarrollo urbano, se utilizó el criterio de la división político-administrativa, tomando a la entidad federativa como unidad analítica básica. 3.2.2 Marco de análisis empírico Las variables utilizadas en este caso se determinaron, en primer lugar, de acuerdo con las características de la información disponible en los censos, y en segundo, de acuerdo con el lugar ocupado por cada corriente en la estructura jerárquica del campo religioso en cuanto a su número de miembros, y con su evolución en el periodo considerado. Como ya se ha estableci- siguientes posibilidades:15 personas que no son cre 13 Secretaría de Programación y Presupueslo. X Censo General de Población y Vivienda, 1980 Resumen General Abreviado, México, INEGI. 1984. 14 La reletiva vaguedad de esta clasifiación, (que coincide con lo que la mayor parte de la gente entiende por "protestantes", esconde un aporte importante: agrupa en un solo conjunto a las corrientes religiosas de filiación cristiana que tienen como rasgo común el compartir una posición subalterna con respecto a la institución religiosa hegemónica;; son, más allá de sus diferencias, los "herejes , "las sectas" (nótese que no seJ concibe como tales a ios budistas o musulmanes). La aplicación de las tipologías de organización religiosa en México ha tendido a olvidar este hecho, y al segregar a una parte del movimiento (los testigos de Jehová y los mormones, principalmente, a los que se denomina, con imprecisión y hasta con cierta>- parcialidad como "paracristianos", lo cual merece1 un comentario aparte) se establece una división que no es justificable desde e! punto Je vista del mercado de bienes simbólicos, en el cual todas las organizaciones son unidades productoras en competencia. 15 Un análisis más detallado de los tres subcampos puede verse en "Composición tipologica de los subcampos religiosos segun las categorías censales", ensayo incluido como anexo en José Luis Molina H., Desarrollo ¡urbano Y campo religioso. ..,. op. al. pp. 225- 240. 16 Carlos Rodríguez Brandao, "Creencial e identidad ...", op. cit., p. 67. 21 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 do, las variables generales fueron tres: población católica, población protestante y población sin religión. 3.2.3 Análisis estadístico primario i) Desde una perspectiva general, es posible apreciar el movimiento de los diferentes componentes del campo a lo largo del tiempo, si bien hay una movilidad diferenciada según la variable que se considere. El declive (que no necesariamente decadencia) del catolicismo se hace evidente: su porcentaje a nivel nacional con respecto a la población total ha descendido del 98.2 registrado en 1950 hasta el 89.7 en 1990. Ese descenso ha sido constante aunque no monorrítmico: entre 1950 y 1960 bajó 2.3 puntos porcentuales, 0.3 en la siguiente década, 3.6 para 1980 y 2.9 para 1990. Es importante notar que a nivel de entidades este descenso ha sido sumamente heterogéneo: mientras que de 1950 a 1990 pierde 2.3 y 2.9 puntos en Aguascalientes y Jalisco, respectivamente, en ese mismo periodo descendió 10.7 puntos en Baja California, 12.4 en Oaxaca, 21 en Tabasco y 28.9 en Chiapas. Las regiones en las que el catolicismo ha perdido menos terreno tienen un nú CUADRO 6. cleo central que comprende los estados de Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro y Tlaxcala; una segunda región la integran cuatro entidades vecinas: Nayarit y Zacatecas, al norte, y Colima y Michoacán, al sur, y una tercera región compuesta por nueve estados que prácticamente envuelven por tres de sus flancos a las dos primeras, y que, con la excepción de Sinaloa, forman un continuo territorial. Retomaremos este punto al analizar en detalle el campo no católico. Otro ángulo de observación se logra mediante la construcción de un índice de crecimiento,17 con el cual es posible estimar con mayor precisión la diferente dinámica de las distintas corrientes religiosas, como se puede ver en el cuadro 6. Los datos confirman la tendencia: el índice de crecimiento del catolicismo es inferior a la unidad en casi todo el periodo, mientras que los otros grupos religiosos, en particular el protestantismo, rebasan con mucho la tasa media de crecimiento de la población total. Como se ha mencionado, son dos los grupos básicos que han crecido en los espacios perdidos por el catolicismo: los protestantes y la población sin religión (aunque el Índice de crecimiento de las principales corrientes religiosas en México, por década, 1960-1990. 1960 1970 1980 1990 Pob. católica 0.9 1.0 0.9 0.8 Pob. protestante 5.5 4.1 8.6 5.8 Pob. sin religión — 3.7 2.9 1.2 17 22 Las tasas de crecimiento de las distintas corrientes religiosas se encuentran afectadas por las lasas de crecimiento general de la población, de modo que la tasa de crecimiento del protestantismo en una entidad x sólo adquiere sentido si la dividimos entre la tasa de crecimiento de la población total —como es obvio, tasas iguales darán por resultado la unidad—, lo cual nos hablará de la variación neta de la corriente considerada. De esta manera construimos el índice de crecimiento. JOSK LUIS MOLINA/LOS MARCOS (1RBANOS-RRGIONALF.S rubro "Otros" tiene importancia en algunos casos, en general se mantiene en niveles más bajos que los anteriores). ü) Protestantismo: se observa una clara tendencia a la conformación de estratos diferenciados según el grado cié presencial8 de la población protestante o evangélica en cada entidad. En 1950 sólo dos de las cinco primeras entidades eran del sureste, mientras que tres eran de la frontera norte; en 1990 las cinco primeras eran del sureste, con una variación porcentual mínima de 6.6 y máxima de 14.2 para todo el periodo. El segundo estrato lo conforman dos entidades adyacentes al primero, Vera-cruz y Oaxaca, además de Morolos (que constituye un caso notable, pues es una entidad de alta presencia de población protestante o evangélica en medio de una zona de bajos porcentajes) y los estados de la frontera norte, con la notoria excepción de Sonora, que es el único estado de la región que se mantiene en estratos inferiores a la media nacional. Los rangos de variación se ubican entre 3.4 y 4.9 (Sonora varía 2.4). TABLA 2. Un tercer estrato, localizado a media tabla, es el integrado en su mayoría por entidades del centro que oscilan entre 3.5 y 2; y más abajo queda un último estrato, en el que cae la mayor parte de la región occidental, con rangos menores a 2 y cuyo valor más pequeño es de 0.7, en el caso de Aguascalientes. En la tabla 2 se delinean ya las características básicas de la configuración regional del protestantismo. Estos resultados matizan la visión simplista de los dos focos de expansión, pues se ve cómo, en el caso de la frontera norte, Sonora no responde a las patrones generales de su región, lo mismo que Morelos y Sinaloa en la suya; además, si bien la dinámica de la región sureste es singular, sus vecinos Oaxaca y Veracruz, e incluso Tamaulipas, presentan niveles cercanos, de tal manera que conforman una región aún más amplia. Llevando esto a sus últimas consecuencias, podríamos dividir al país en dos grandes bloques, obteniendo continuos territoriales prácticamente ininterrumpidos, que ocupan, en el caso de los de mayor presencia, las zonas norte, oriente y sureste del país, con Configuración regional del protestantismo, 1990. Región Entidades Nivel de presencia 1 Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Querétaro II Zacatecas, Michoacán, Colima, Nayarit, Sinaloa, Baja California Sur Distrito Federal, Tlaxcala, Durango, Estado de México, Sonora Guerrero, Puebla, San Luis Potosí, Hidalgo III IV V VI VII Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila Morelos, Oaxaca, Veracruz y Tamaulipas Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas muy baja baja media baja media media alta alta muy alta 18 Entendemos como "presencia" el porcentaje de población identificado con una de las variables con respecto de la población total. 23 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 TABLA 3. Región Configuración regional de la población sin religión, 1990. Entidades Nivel de presencia 1 Aguascalientes, Jalisco, Querétaro, Tlaxcala, Guanajuato muy baja baja II Zacatecas, Colima, Estado de México, Puebla, Hidalgo, media baja III San Luis Potosí y Michoacán Distrito Federal, Nuevo media IV León, Nayarit, Durango, Baja California Sur Yucatán, media alta Coahuila, Guerrero, Sonora, Tamaulipas, Chihuahua alta V Oaxaca, Baja California Veracruz, Quintana Roo, VI Sinaloa, Campeche, Tabasco, Chiapas las excepciones ya señaladas, y en el caso de los de zona que ocupa el último lugar en cuanto a menor rango, las zonas central y Pacífico occidental. protestantes. Hay, en suma, un comportamiento muy regular a nivel de regiones. ni) Población Geográficamente la distribución presenta también cierta regularidad, tal como se aprecia en la tabla 3. aquí También en este caso podríamos dividir al país en observamos un proceso de conformación de estratos sin religión. También dos conjuntos diferenciados, y observar otra vez, con diferenciados, si bien no tan acentuado como en el caso pocas excepciones, un continuo territorial. anterior, y con porcentajes menores en la mayoría de las entidades. Encontramos que cuatro estados del sureste se ubican en los cinco primeros lugares, acompañados por Sinaloa, que desde 1960 se ha mantenido en los tres primeros sitios. En este estrato queda incluido Veracruz, y sus rangos de variación van de 5.1 a 11.6 puntos. Más abajo, con rangos de incremento superiores a 2.5, encontramos a cuatro estados de la frontera norte, además de Guerrero y Morelos. En seguida, por debajo de la media nacional, está la mayor parte de la zona central, con porcentajes de entre 1.1 y 2.7; y finalmente, con porcentajes menores a 1, la misma 19 24 3.2.4 Índice religioso compuesto de cambio Dado que aquí no existía un precedente, se optó por una alternativa sencilla: sumar los porcentajes de disidencia con respecto a la corriente religiosa hegemónica. De esta manera situamos el análisis en el mismo nivel que en el caso del desarrollo urbano, y observamos a la vez, sintetizadas, las principales tendencias de transformación del campo religioso. Esto se hizo, por supuesto, para cada década. En el cuadro 7 se presentan los índices obtenidos por entidad en cada una de las cuatro décadas. Del análisis se desprende Cabe hacer notar que el índice de desarrollo urbano expresa un valor promedio, en tanto implica la conjugación de características no excluyentes (se puede ser a la vez urbano y migrante, por ejemplo); en cambio, el índice de cambio religioso expresa una sumatoria de dos características mutuamente excluyentes, pero identificadas entre sí como disidentes de la fuerza religiosa hegemónica. JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES CUADRO 7. Índice de cambio religioso por entidad federativa y década, 1960-1990. Cuadro síntesis. Entidad 1960 1970 1980 1990 Aguascalientes 0,8 0.8 1.4 1.8 Baja California Baja California Sur Campeche Coahuila Colima Chiapas Chihuahua Distrito Federal Durango Estado de México Guanajuato Guerrero Hidalgo Jalisco Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León Oaxaca Puebla Querétaro Quintana Roo San Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxcala Veracruz Yucatán Zacatecas 3,4 0.9 4.8 3.0 0.5 5.1 2.6 2.1 1.9 1.4 0.7 1.6 2.5 0,6 1.5 3.3 1.2 2.8 1.4 2.1 0.3 6.6 2.5 2.1 2.2 8.1 4.1 2,3 3.0 2.9 1.4 4.0 1.8 8.4 3.3 1.6 8.4 4.3 3.0 2.3 2.2 1.3 2.6 3.4 1.2 2.0 5.2 2,9 4.0 2.8 2.7 0.9 11.3 3.3 6.0 3.1 12.0 4.5 2.5 5.4 4.5 1.6 8.3 4.4 13.2 7.1 2.4 21.5 7.6 5.0 4.7 4.0 2.1 5.9 6.0 1.7 3.6 8.3 4.6 6.6 8.0 4.6 1.5 15.8 5.1 10.6 6.4 19.2 9.2 3.6 10.3 10.0 2.6 9.8 5.2 20.7 9.3 3.3 29.0 9.5 5.2 5.9 5.0 2.0 7.6 6.3 2.1 3.6 10.7 4.3 8.1 11.3 5.9 2.3 18.6 6.3 10.5 7.4 24.7 11.4 4.2 13.7 12.3 3.0 NACIONAL 2.2 3.4 6.4 8.1 que el campo religioso está orientado hacia una presada en una media general de 2.2, 3.4, 6.4. y 8.1 creciente pluralidad en dos sentidos: para cada una de las decadas, la estructura global se 1) Puede notarse cómo todas las entidades modifica en la medida en que las entidades aumentan incrementan 0sus porcentajes. Ex- sus índices y se integran en rangos mas altos. 25 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 TABLA 4. Configuración regional del cambio religioso según índice compuesto, 1990. Región Entidades Nivel de presencia 1 Aguascalientes, Guanajuato muy baja II jalisco, Querétaro, Zacatecas, Colima, Michoacán III Tlaxcala, Nayarit, Estado de México, B. C. Sur, Distrito Federal, Puebla, Durango IV San Luis Potosí, Hidalgo, Sonora, Guerrero V Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Baja California VI Sinaloa, Morelos, Oaxaca, Tamaulipas, Yucatán, Veracruz VII Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas Esto significa que desde el punto de vista de la composición cuantitativa la orientación es hacia el equilibrio, o hacia la reducción del desequilibrio, entre los distintos sectores del campo religioso. Y aún más, si baja media baja media media alta alta muy alta Ésta es la otra cara de la pluralidad: la diversidad regional producto de una diferenciación progresiva entre las regiones del campo religioso. lo viésemos ya no en el nivel de los miembros formales de una corriente, sino en el de los practicantes reales, la tendencia hacia el equilibrio aparece más nítida. 2) Pero por otra parte, y especialmente reflejando lo que sucede con el protestantismo, el índice de cambio religioso nos revela una disparidad regional creciente. Así podemos ver cómo, aunque en niveles más altos, la diferenciación por rangos se mantiene relativamente constante y la distancia entre los rangos se hace cada vez mayor: en el extremo inferior encontramos que la variación en puntos porcentuales fue de 1 para 3.2.5 Clasificación de las entidades en regiones homogéneas De nueva cuenta, a partir del índice obtenido para cada una de las entidades del país, se procedió a su jerarquización y se les agrupo en regiones homogéneas por su nivel de transformación del campo religioso. De esta manera pudimos sintetizar su configuración regional, como se expresa en la tabla 4. 20 4. Desarrollo urbano y campo religioso Aguascalientes, 1.3 para Guanajuato y 1.5 para Jalisco; Una vez que hemos analizado la evolución del campo en el nivel intermedio está Baja California con 6.4, y en religioso a partir de los índices correspondientes y la parte alta de la tabla están Tabasco con 16.6 y visto su configuración regional por década, sólo queda Chiapas con 23.9. por efectuar el análisis conjunto de ambas variables a fin de determinar si 20 Al igual que en el caso del índice de desarrollo urbano, éste también deja entrever un fundamento histórico: la zona en donde el catolicismo tiene mayor fuer/a, o donde su retroceso es mucho menor, es precisamente aquella en la que tuvo lugar la Cristiada, esto es, la región del occidente, seguida de la zona central. Los sustratos culturales, fruto v expresión de hegemonías socioeconómicas históricas, aparecen con claridad, validando los índices construidos. 26 JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES existe un nivel de asociación significativo entre ellas. 4.1 Rangos de variación por década Para esto utilizaremos tres procedimientos: i) En primer lugar analizaremos los rangos de variación de nuestros índices, considerando los valores extremos de la distribución porcentual para cada decada. De esta manera podremos observar sus tendencias generales en cuanto a amplitud o Este indicador considera la diferencia entre los valores mayor y menor en la estructura porcentual de cada índice en cada una de las décadas, y en este sentido es ilustrativo de las tendencias que sigue el conjunto en términos de homogeneización-heterogeneización, es estrechamiento de la distribución de los valores, y decir, nos muestra si las diferencias entre las entidades someter a una primera prueba nuestro supuesto gene- tienden a reducirse o a ampliarse. ral, esto es, que "a mayores niveles de desarrollo urbano corresponde una heterogeneidad mayor del campo religioso". Como puede observarse en la gráfica 1, las tendencias del desarrollo urbano y del cambio religioso, tal como las detectamos en el análisis previo, aparecen u) En un segundo momento examinaremos las encontradas, es decir, mientras que se registra un estructuras de ambos índices, consideradas a partir de proceso creciente de homogeneización de los niveles de los porcentajes correspondientes obtenidos para cada década. La idea es definir una regionalización por tipos y ver si los patrones encontrados en el análisis precedente —cuando construimos cada uno de los índices— se mantienen. iii) Por último, llevaremos la comparación al extremo, dividiendo los valores de los índices de cada desarrollo urbano entre las entidades —en el sentido de la disminución de sus diferencias—, en el campo religioso la tendencia es hacia la heterogeneizacion, hacia la diferenciación cada vez mayor.21 Si tenemos presente que el índice de desarrollo urbano registra incrementos en todas las décadas, esto es, que crece de manera sostenida, lo que vemos en pri- entidad según su posición —superior o inferior— con mera instancia es que mayores niveles de desarrollo respecto a la media nacional, tanto para el desarrollo urbano suponen una mayor homogeneidad entre las urbano como para el cambio religioso, y luego, mediante la sobreposicion de planos, llegaremos a la última regionalización producida por la correlación de nuestras variables. entidades y regiones, y en segundo lugar, se refuerza la idea de que mayores niveles de desarrollo urbano posibilitan aún más la fragmentación del campo religioso. En tanto que el incremento de estos niveles impli- 21 Ya hemos asentado que la progresiva homogeneización del desarrollo urbano detectada aquí coincide con los resultados del análisis de Stern (véase 1a nota 9) En cambio, la hipótesis de que este proceso es acompañado por una heterogeneización cada vez mayor del campo religioso parece contradecir la siguiente conclusión de este autor, cuando afirma que, coincidiendo " ...con hipótesis derivadas de otros estudios... [puede sostenerse que] la cultura tiende a homogeneizarse en función de la urbanización y la industrialización, conforme se asciende en el nivel de desarrollo". En realidad esta contradicción es sólo aparente. Ya en otro análisis hemos visto cómo la homogeneización cultural que vive la sociedad actual tiene su contraparte en la heterogeneización de los espacios simbólicos, generando nuevas identidades, esto es, que son dos procesos correlativos antes que contrapuestos. Sobre el punto puede verse José Luis Molina H., "Minorías religiosas en Baja California", en Minorías en Baja California, Serie Educación para la Democracia, núm. 5, Mexicali, Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, 1991, pp. 157-187, y Alain Woodrow, Las nuevas sectas, 1a ed., México, Fondo de Cultura Económica, 1979. 27 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 ca mayor concentración, diversidad y complejidad de la Antes de analizar esta tabla, es necesario hacer una población, niveles de competencia más altos que entre observación previa. Los datos que se presentan podrían los productores de bienes y servicios del área rural, dar lugar a un error de tipificación si se conceptualizan mayores posibilidades de elección en el consumo de las posibilidades de los cuadrantes en términos de bienes materiales y simbólicos para los individuos, y "alto/bajo'', una mayor separación de los ámbitos público y privado dando a la distribución total de los datos una forma de —y por tanto mayor autonomía de la vida secular con I!, con un hipotético tipo "Alto desarrollo urbano-Alto respecto a la vida religiosa—, las posibilidades de que cambio religioso" en el cuadrante II-A. Las gráficas 2 la oferta religiosa se diversifique son mayores. a 5 nos muestran que dicho tipo (Alto desarrollo "desarrollo urbano/cambio religioso", En resumen, lo que nos indica este parámetro es que urbano-Alto cambio religioso) no existe, pues en conforme el desarrollo urbano avanza integrando las ningún caso se combinan niveles altos de las dos varia- regiones, el tipo de mercado que lo caracteriza (un bles: los de alto cambio religioso tienen niveles bajos mercado en el que predomina la competencia) tiende a (y excepcionalmente medios, en el caso de (Quintana marcar la pauta de funcionamiento de los mercados de Roo) de desarrollo urbano, mientras que los de alto bienes simbólicos, en particular la del de los bienes desarrollo urbano registran niveles de cambio religioso simbólicos de salvación. bajos y medios (muy próximos a la media nacional). Por ello, resulta más propio hablar de niveles 4.2 Regionalización basada en la estructura de las variables Para este análisis hemos dividido el plano cartesiano en cuadrantes a partir de la media nacional de las variables (gráficas 2 a 5), lo que nos da cuatro tipos, tal como se ilustra en la tabla 5. 28 las gráficas resultantes de esta consistencia en cuanto a las entidades que integran cada uno de los cuadrantes: I-A: Chiapas, Tabasco, Yucatán, Veracruz. y Desarrollo urbano y cambio religioso. Relación según ¡posición con respecto a la media nacional. \ B Analizando clasificación, lo primero que salta ala vista es la Sinaloa se ubican aquí en las cuatro TABLA 5. A superiores o inferiores a la media nacional. \\ Desarrollo urbano inferior a la media Desarrollo urbano superior a la media Cambio religioso superior a la media Cambio religioso superior a la media Desarrollo urbano interior a la media Desarrollo urbano superior a la media Cambio religioso inferior a la media Cambio religioso inferior a la media JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES décadas; Campeche tres de cuatro veces (la única nacional de cambio religioso en 1990); tres de cuatro ocasión en que se sitúa fuera —1960—, lo hace en la veces cae aquí Coahuila, con la sola excepción de 1970, frontera del cuadrante); Oaxaca del cuadrante I-B cuando queda una décima por debajo de la media (1960 y 1970) pasa en las dos decadas siguientes al I- nacional. A (se incrementa su cambio religioso y sin aumentar Por lo demás, puede verse que, aun cuando las su desarrollo urbano). Quintana Roo, en cambio, se entidades se desplazan en su posición, tienden a desplaza del I-A (1960 y 1970) al II-A (1980 y 1990), conservar su rango con respecto de ambas variables: no lo que indica que incrementa su desarrollo urbano y hay desplazamientos bruscos ni comportamientos que mantiene sus niveles de cambio religioso (si bien erráticos, e incluso, la evolución de algunas entidades en esto sigue una tendencia general entre los de —por ejemplo, Quintana Roo, el Estado de México y mayor desarrollo urbano, baja paulatinamente su Oaxaca— de un cuadrante a otro sigue una trayectoria rango en el cambio religioso de la posición 2 en 1960 lógica. y 1970, a la 3 en 1980 y a la 4 en 1990).22 I-B: son constantes en él Guerrero, Michoacán, A nivel regional, observamos también un comportamiento consistente: Nayarit, Guanajuato, Querétaro, Zacatecas, Durango El cuadrante I-A es ocupado por los estados de la y Puebla; aparecen tres de cuatro veces Hidalgo, San región sureste, con la adición de Veracruz — Luis Potosí y Tlaxcala (sólo en 1960 caen en el geográficamente contiguo a ellos— y Sinaloa (que es la cuadrante I-A, pero en la colindancia con el I-B). excepción, hablando espacialmente), y el desplaza- II-B: permanentes en este cuadrante son el miento progresivo de Quintana Roo.33 Distrito Federal, Jalisco, Aguascalientes, Colima y En el I-B se concentran los estados de la Huasteca Sonora (aunque este último cae exactamente en la (exceptuando a Veracruz), parte de los del Bajío y los línea divisoria de los cuadrantes II-A y II-B en 1960 de la costa occidental. y 1980: es igual a la media nacional de cambio En el II-B están ubicados los subsistemas Colima- religioso en ambos casos); con excepción de 1960, Jalisco-Aguascalientes y Distrito Federal-Estado de en que queda en el I-B, el Estado de México se México. ubica en este cuadrante en las tres décadas siguientes. Finalmente, en el II-A se localizan la mayor parte de los estados de la frontera norte. II-A: aquí se ubican en todo el periodo Baja Una visión mas precisa de las regiones homogéneas California, Chihuahua, Tamaulipas, Morelos y se logra uniendo con rectas los puntos correspondientes Nuevo León (aunque este último se coloca a las entidades del sureste, por un lado, y a las de la exactamente en la media frontera norte, por el otro. Los resultados no podían ser más reveladores. El polígono de la región sureste cubre un área muy amplia, de forma romboidal 22 Sobre la relación entre la transformación del contexto socioeconómico y e! cambio religioso en el caso particular de Quintana Roo, pueden verse Cuauhtémoc Cardiel Coronel, "Cancún: turismo, subdesarrollo social y expansión sectario-religiosa", y Martha H. Villalobos Gonzáles, "Una comunidad adventista en e! sur de Quintana Roo", ambos en Gilberto Giménez (coord.), Religión y sociedad en el sureste de México, vol, VI, I1 ed., Cuadernos de la Casa Chata, México, CIESAS del Sureste, 1989. 23 El análisis detenido de la transformación del perfil religioso y el contexto social de la región sureste puede verse en la serie de investigaciones dirigidas por Gilberto Giménez, Religión y sociedad en el sureste de México, op. cit., vols. II al VII. 29 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 en las primeras dos décadas, más alta que ancha, lo que dos, más que a la heterogeneización de las propias habla de la heterogeneidad religiosa que la caracteriza. entidades federativas. En las dos siguientes décadas, por el desplazamiento de Quintana Roo —en particular debido a la ampliación del sector terciario y al incremento de los flujos migratorios—, el polígono adquiere una forma alargada, semejante a una flecha, lo cual indica que también los niveles de desarrollo urbano se hacen relativamente diversos en la zona. En contraste, el polígono trazado por la frontera norte ocupa en las cuatro décadas un área relativamente reducida, y muy próxima a la media nacional del cambio religioso; esto habla de niveles muy homogéneos de desarrollo urbano y de cambio religioso. Llaman la atención, además, dos hechos: las distintas regiones, y en particular estas dos, se presentan en un solo cuadrante —con pocas variantes—, lo que significa que están muy bien definidas en términos de ambas variables; asimismo, dentro de las áreas trazadas para la región sureste y la frontera norte no aparecen, sino por excepción, otras entidades ajenas a dichas regiones. Es el caso de Sinaloa, que en 1970 aparece dentro del polígono de la región sureste, y de Morelos, que en 1980 y 1990 se sitúa dentro del área ocupada por la frontera norte. En el resto, el patrón es consistente y nos habla, sin lugar a dudas, de regiones homogéneas. En general, lo que nos indica este análisis es que, si bien a medida que avanza el desarrollo urbano se heterogeniza el campo religioso, esto no sucede de manera unívoca, sino que los patrones de transformación obedecen a determinaciones regionales, es decir, que el campo religioso se transforma por regiones, y que la creciente pluralidad del campo religioso mexicano está orientada hacia la constitución de perfiles religiosos regionales diferencia 4.3 Regionalización extrema del desarrollo urbano y el cambio religioso El análisis por sobreposición de planos permite observar espacialmente los resultados del análisis precedente. Para realizar el ejercicio —que se limitará a la última década, ya que sólo se pretende ilustrarlos resultados de la correlación a nivel espacial—, seguiremos la lógica del apartado anterior; considerando la estructura porcentual de cada uno de los índices en 1990, dividiremos al país en dos secciones, a partir de la media nacional, para obtener las mismas categorías establecidas en la tabla 5. Los resultados de esta división ya han sido perfilados con la elaboración de los índices correspondientes y con el análisis de estructura previo. Lo que ahora procede es establecer la correspondencia espacial entre esas dos regionalizaciones, de manera que tengamos sobre el plano los cuatro tipos básicos que sintetizan regionalmente el análisis precedente, y que ilustramos en los mapas 1, 2 y 3, y en la tabla 6. Desde esta perspectiva más general podemos visualizar territorialmente los patrones de agrupación de las entidades, y por ello resulta útil como síntesis final de la correlación entre desarrollo urbano y cambio religioso. Estos patrones de agrupación correspondientes a 1990 son la regla y no la excepción en el periodo; es decir, el comportamiento de las regiones es relativamente constante. La configuración regional es claramente identificable: En el centro del país el sistema Distrito FederalEstado de México, y al accidente, con niveles menores, el sistema Colima- Aguascalientes-Jalisco, hegemonizan el desarrollo urbano. Ambos sistemas se en- 30 JOSÉ LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES TABLA 6. Configuración regional según relación entre desarrollo urbano y cambio religioso, 1990. Regiones Entidades I-A I-B II-A Sinaloa, Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche Yucatán Nayarit, II-B Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Michoacán, Guerrero Baja California, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Morelos, Quintana Roo Distrito Federal, Estado de México, Colima, Aguascalientes, Jalisco, Nuevo León, Sonora, Baja California Sur cuentran rodeados por una zona de bajo desarrollo de los mismos datos muestra cómo este macrosistema urbano (con la excepción ya mencionada de centro-occidente marca las pautas en lo urbano y en lo Morelos). Otras tres entidades que aparecen en el religioso en toda esa zona, en tanto que la frontera mismo caso (región II-B) son Nuevo León, Baja norte alcanzó paulatinamente los niveles más altos de California Sur y Sonora, pero caen fuera del sistema desarrollo urbano a la vez que se distanciaba en lo anterior ya que sus niveles de desarrollo urbano son religioso. Por su parte, el sureste, lejos de los niveles de semejantes a los de esas zonas, y su grado de desarrollo urbano de las regiones II-A y II-B, pero disidencia religiosa es mayor. fuera también del binterland {I-B), radicalizó su En el caso del macrosistema centro-occidente se ruptura religiosa con el centro. combinan la concentración del desarrollo urbano con bajos niveles de cambio religioso (encabezado 5. Conclusiones por el sistema Aguascalientes-Jalisco-GuanajuatoQueré- taro), situación que expresa una estructura asimétrica de poder y que sugiere una hegemonía simbólico-religiosa de esos centros sobre su binterland (la región I-B). Esto quiere decir que el predominio regional en términos de desarrollo urbano se expresa también en un predominio religioso. No se requeriría demasiado esfuerzo para fundamentar históricamente este fenómeno.24 De 5. I Particulares El análisis del desarrollo urbano y del cambio religioso, entendidos en el sentido restringido y con el marco empírico con que los hemos manejado, revelan algunas tendencias interesantes desde el punto de vista de la regionalización. Los estados de la frontera norte, por su articulación con la economía estadunidense, han logrado niveles de desarrollo urbano superiores a la media nacional, hecho hecho, el análisis diacrónico 24 Una reflexión oportuna e interesante sobre esta problemática, importante para dimensionar las tendencias establecidas aquí a nivel general, puede verse en Felipe Cuamea-Velázquez, "Religión y comportamiento político en México; en busca de tendencias regionales", en Revista Mexicana de Sociología, núm. 3, 1995, pp. 107-130. 31 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 que les ha dado una relativa autonomía política, económica y cultural con respecto al resto del país, y particularmente con respecto al centro hegemónico.25 Por otra parte, esta región entra en el área de influencia del mercado de bienes simbólico-religiosos del sur de Estados Unidos. La vecindad con este país ha resultado fundamental para explicar la evolución de la zona en ambos aspectos, así como para entender el relativo equilibrio intrarregional en el que las entidades crecen sin establecer relaciones de parasitismo o subordinación entre ellas (aunque esto también ha generado una falta de articulación regional). Es comprensible, entonces, el distanciamiento de la frontera norte respecto del perfil religioso del macrosistema centrooccidente, pero también la relativa moderación de ese distanciamiento (patrón que tiende a repetirse, según hemos visto, en las entidades de reciente desarrollo urbano y fuerte cambio religioso, como es el caso de Quintana Roo). La región sureste, en cambio, que —con la excepción de Quintana Roo— comparte con el hinterland del macrosistema centro-occidente los mayores niveles de atraso, es una zona de franca rebelión religiosa. La persistencia de las etnias prehispánicas en esta región, sus menores grados de integración urbano-regional y cultural con respecto al centro del país, las estructuras de poder cerradas y basadas en la explotación inten 25 siva de la fuerza de trabajo y en niveles de vida inferiores a los de la media nacional, son factores que han diferenciado tanto en lo urbano como en lo religioso a la región sureste del macrosistema hegemónico, Una muestra, y un mecanismo de la rebelión en lo religioso, la tenemos en las conversiones masivas a las religiones no católicas.26 5.2 Generales En el fondo, lo que parece estar en cuestión es una lucha por la hegemonía en una estructura centralista, que cada vez corresponde menos a la nueva realidad urbana y religiosa del país. Ciertamente, no existe una relación de causalidad inequívoca entre desarrollo urbano y cambio religioso, de tal manera que no es posible afirmar que la expansión de la disidencia religiosa sea producto del desarrollo urbano o de su ausencia. No obstante, la transformación del campo religioso de cada entidad sí aparece directamente ligada a la posición ocupada en la estructura de poder delineada previamente. Podemos decir, entonces, que lo que el nivel de desarrollo urbano determina, conformado en una estructura de poder tal, no es la presencia o no de disidencia religiosa, sino el grado y las modalidades en que ésta se da. Los extremos casi siempre pertenecen a los grupos hegemónicos y a los La bibliografía es abundante al respecto, por ello nos limitamos a mencionar aquí dos trabajos que hacen mención de este hecho: Alejandra Salas-Porras, Nuestra frontera norte, México, Editorial Nuestro Tiempo, 1989, pp. 7-42, y Elíseo Mendoza Berrueto, "Algunos aspectos socioeconómicos de la frontera norte de la República Mexicana", en Roque González (comp.), La frontera del norte. Integración y desarrollo, México: El Colegio de México, 1981, pp. 46-67. 26 El análisis realizado hasta aquí se ubica en el nivel del estado y movimiento de la población, por lo cual expresa uvas bien al conjunto de la sociedad civil (o secular, en su caso), y desatiende el aspecto de las instituciones, sus mecanismos de adaptación al mercado y sus implicaciones políticas. Esto no significa soslayar el papel jugado por algunos agentes político-religiosos que, como el Instituto Lingüístico de Verano, han sido factores fundamentales en la expansión del protestantismo en el sureste. Antes bien, lo que nos ha interesado en este apartado es analizar los movimientos colectivos de la población en torno a determinados credos, esto es, verlos como movimientos masivos, como voluntad colectiva en acción. En este sentido, los fenómenos analizados expresan la dinámica de la sociedad civil y sus tendencias de cambio. 32 JOSÉ. LUIS MOLINA/LOS MARCOS URBANOS-REGIONALES grupos marginados, y regularmente los primeros tienen sectores importantes de los segundos bajo su influencia directa e indiscutida (en términos de intercambio comercial, político, cultural, migratorio, etcétera). Generalmente, los sectores subordinados son aquellos que por su proximidad espacial y funcional, y por compartir un sustrato histórico cultural con las regiones hegemónicas, no logran concebir siquiera la existencia de otras opciones. Si bien estamos generalizando en la medida en que planteamos la correlación en términos extremos, simplificando y reduciendo la gama de matices desarrollada anteriormente, ello nos permite llegar a una conclusión general, extrema, en el sentido de que existen tendencias afines entre la estructura socioeconómica y la conformación del mercado de bienes simbólicoreligiosos. Una expresión concreta de estas tendencias son las estructuras de poder político-económico y simbólico-religioso que, por una parte, van en cada decada hacia niveles mayores de desarrollo urbano y cambio religioso, pero por la otra tienden a definirse por regiones, mismas que manifiestan una relación de concentración muy clara, tanto del desarrollo urbano como de la ruptura religiosa. Hay, pues, una estructura de poder y una lucha por el mismo que se expresan en el fondo de la correlación. La existencia de zonas con un alto desarrollo que se articulan con zonas subdesarrolladas subordinadas a ellas v que, debido a su posición inferior en la relación de poder, contribuyen a su crecimiento, es una constante en la historia del desarrollo regional; unas y otras son correlativas, y la evidencia teórica y empírica de su existencia es tan clara que su demostración nos parece innecesaria. En todo caso, lo importante es que esa relación de hegemonía y subordinación se expresa, aún inconscientemente, en otros campos de la vida social, como el terreno de lo simbólicoreligioso. Hemos constatado, finalmente, que desde una base estadística se pueden establecer, por diversos procedimientos y con niveles de confiabilidad aceptables, algunas de las determinaciones estructurales del fenómeno religioso. 33 GRÁFICA 1. Desarrollo urbano y campo religioso. Rangos de variación según estructura porcentual de los índices por década, 1960-1990. 34 GRÁFICA 3. Desarrollo urbano y cambio religioso. Correlación de índices por entidad, 1970. FUENTE: Elaboración propia con base en el IX Censo Nacional de Población y Vivienda, 1970. GRÁFICA 4. Desarrollo urbano y cambio religioso. Correlación de índices por entidad, 1980. FUENTE: Elaboración propia con base en el X Censo Nacional de Población y Vivienda, 1980. GRÁFICA 5. Desarrollo urbano y cambio religioso. Correlación de índices por entidad, 1990. FUENTE; Elaboración propia con base en el XI Censo Nacional de Población y Vivienda, 1990. MAPA 1. Desarrollo urbano. Regiones según relación con la media nacional. FUENTE: Elaboración propia con base en el XI Censo Nacional de Población y Vivienda, 1990. 36 MAPA 2. Cambio religioso. Regiones según relación con la media nacional. FUENTE: Elaboración propia con base en el XI Censo Nacional de Población y Vivienda, 1990. MAPA 3. Desarrollo urbano y cambio religioso. Regiones según relación con la media nacional. FUENTE: Elaboración propia con base en el XI Censo Nacional de Población y Vivienda. 1990. FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 The Role of the Iglesia de Dios in the Processes of Religious and Social Change in the Mayo Valley, Sonora Mary I. 0'Connor* ABSTRACT The economic situation in México has for many years been a produce of the country's position on the periphery of the modern worid-system. Nowhere in this more obvius than in the Mayo Valley of Sonora. In the 1950s an economic development program brought about significant economic change in the valley, although growth vvas uneven and led lo in inequality. The policies of global financial entities imposed on Mexico since 1980 have erased most of the positive effects of economic growth in the valley. Within this larger context, the Iglesia de Dios, Evangelio Completo has been an instrument of social change. The church became a means of validating socioeconomic mobility in the 1950s and 1960s, and a means of keeping members in the middle class since then. Having cut lies to traditional sources of social support, church members come to privide such support to each other. The ethnic aspects of these economic and religious changes vary according to the ecology, history and ethnic makeup of the communities where these processes are taking place. RESUMEN La situación económica de México ha sido durante muchos años producto de la posición periférica del país dentro del sistema mundial moderno. En ningún lugar es esto tan patente como en el valle mayo de Sonora. En los años cincuenta un programa de desarrollo económico provocó un significativo cambio económico en el valle, aunque el crecimiento fue disparejo y a su vez provocó desigualdad. Las políticas de entidades financieras globales que se impusieron en México desde 1980 han borrado los electos positivos del crecimiento económico del valle. Dentro de este contexto más amplio, la Iglesia de Dios, Evangelio Completo, ha sido un instrumento de cambio social. La Iglesia se convirtió en un medio de validación de la movilidad socioeconómica de los años cincuenta y los sesenta, y un medio para continuar manteniendo a sus miembros dentro de la clase media. Al cortar lazos con las fuentes tradicionales de apoyo, los miembros de la Iglesia se proporcionan mutuamente el apoyo necesario. Los aspectos étnicos de estos cambios económicos y religiosos varían de acuerdo a la ecología, la historia y la composición étnica de las comunidades donde se llevan a cabo estos procesos. * Profesora e investigadora asistente del Community and Organization Research Institute de la University of California, Santa Barbara. E-mail: [email protected]. FRONTERA NORTE, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Introduction Latin America in general and Mexico in particular have for centuries been solidly Catholic. The efforts of Protestant missionaries for at least 100 years have until recently made few inroads into the ranks of the faithful (Deiros, 1991:146-147). In the last fifteen years, however, conversion to Protestantism has increased to such an extent as to be described as an "explosion" (Martin, 1990). The 1990 Mexican census shows that the percentage of Evangelical Protestants has increased from 2% to 5% of the general population (Coutigno 1995:12); although this is less of an increase than that reported by the Evangelicals themselves (Metz, 1994:61), it is nonetheless notable. The research which I am at present undertaking1 focuses on the processes of conversion in the Mayo River valley of southern Sonora, and addresses the interplay of social, ethnic, and religious change. As my research is still in progress, the results reported here are necessarily preliminary. By limiting my discussion to the Iglesia de Dios, however, I am reasonably sure of the validity and reliability of the material here presented, as it is based on the part of the project which is the most complete. Although there have been small populations of adherents of mainline, or historical Protestantism in Latin America since the early 19th century, the most prevalent form of Protestantism by far today is universally known as Evangelical Protestantism; in fact, the term Evangelicos is often used to refer to all Protestants. The belief systems of the disparate evangelical groups throughout the region all derive essentially from the Protestant movements of 18th-and 19th-century England and the United 1 40 States (Deiros 1991:149, 151). This complex of beliefs is remarkably stable across a wide range of denominational and national boundaries: Evangelical Protestants are characterized by their emphasis on the authority of the Bible in all matters of faith and practice; on personal conversion as a distinct experience of faith in Christ as Lord and Savior,...and on the practice of evangelization as the fundamental dimension of the Christian faith (Deiros 1991:150). A corollary to these elements is the ideal of an egalitarian relationship between leaders and followers, because all are seen as equally close to the Bible, and each person's faith is based on a personal relationship with Christ, rather than on the intercession of religious specialists (cf. Coleman et al., 1993:113). Evangelical groups, whose home congregations are usually smaller than 40 members, also emphasize the importance of frequent gatherings for prayers, singing, giving witness and other activities in the church or in the homes of church members; in addition, their evangelization activities are for the most part carried out in groups or pairs. The combination of shared religious beliefs, small group size and frequency of interaction establishes the basis of social predictability and the conditions of commitment demonstrated by Erasmus (1977: 43-71; 135-143) as essential to community life in any human context. Also characteristic among the Evangelicals is an emphasis on the active participation by members of the congregation during the services; these activities range from reciting prayers and singing hymns to miraculous healing, giving testimony and speaking in tongues (Deiros 1991:161). Furthermore, the mem- This research is funded by a Fulbright-Hays Faculty Training Grant and by the University of California Institute for Mexico-U.S. Studies (UC-MEXUS). MARY I. O'CONNOR/THE ROLE OF THE IGLEStA DE DIOS bers of Evangelical groups, be they in urban or rural settings, are generally from the lower classes (Deiros 1991:161; Stoll 1994:101). In their participatory nature, Protestant services are similar to the traditional folkCatholic rituals of the Mayo Indians of Sonora (see O'Connor 1989a:56-66). Like the Protestants, the Mayos2 are all from the lowest class; in fact, participation in the Mayo ritual system is an important indicator of both ethnicity and class. In contrast, the orthodox Catholic system is characterized by much less participation by the congregation in its ceremonies, and features hierarchical relationships between participants and religious leaders. This hierarchy is an extension of the socioeconomic class hierarchy to which orthodox Catholics generally adhere. In the Mayo area, participation in the orthodox system is an indicator of Mestizo ethnicity, but not any particular class status. I must point out, however, that affiliation with orthodox Catholicism in the Mayo region, as in most of Latin America, and particularly the rural areas, is characterized by a very low level of actual participation on a regular basis in religious activities. Most orthodox Catholics are baptized, married and buried in the church without attending any other ceremonies except the baptisms, weddings and funerals of relatives and fictive kin, and the annual fiesta of the community's patron saint. An understanding of Church doctrine, regular attendance at Mass, and participation in the other sacraments of the Church are limited to a small number of Catholics, most of them in urban areas. Thus, the bulk of the nominally orthodox Catholic population in the Mayo area, as in Latin America as a whole, does not participate in religious life even to the extent allowed by orthodox Catholicism. My previous work in the Mayo valley, from 1976 to 1979, dealt with ethnic identity as expressed in religious and other cultural terms. I focused on how the economic, social, and political changes brought about by a large-scale economic development project were affecting ethnic identity in the area. The ethnicity of most people was tied in large part to their participation in one of two religious traditions: the folk-Catholic system of the Mayo Indians, and the orthodox Catholic system embraced by the non-Indians or Mestizos. Even then, however, about 2% of the region's population was Protestant (O'Connor 1979:26). As in most of Latin America in the late 1970s (Martin 1990:95), these were for the most part Mestizos, having converted from the orthodox Catholic system or having been born into existing, stable populations of Protestants. In the predominantly Indian village of Buaysiacobe, however, people had been converting to Protestantism since the early 1950s, when major economic and political changes began in the valley. The three Protestant churches in Buaysiacobe were Evangelical, featuring rituals in which the members actively participated. Among the communities that I studied, Buaysiacobe had also experienced the greatest positive impact from the area-wide economic development program. The Mayo Protestants tended to credit their religious conversion for their comparative wealth. The case of Buaysiacobe intrigued me, because the economic experiences, ethnic behavior, and religious affiliation there differed so much from those of the other villages in the region. 2 Ethnic labeling in the Mayo area varies according to the point of view of the person doing the labeling (O'Connor 1989). For the sake of simplicity, I use here the least value-laden terms, Mayo and Mestizo. 41 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 The result of these policies has been, in many Socioeconomic Change in the Mayo Valley ways, a re-creation of the conditions that characterized Mexico a hundred years ago, and that In general, the development program, which began in the 1950s, led, at least at first, to major economic growth and upward social mobility in the region. In ethnic terms, this mobility translated into an opening up of the ethnic landscape and a move from two strictly defined ethnic groups to a cultural continuum from "most Mayo" to "most Mestizo," with situational factors contributing to the expression and interpretation of ethnicity (see O'Connor 1989a:66-67). The economic growth that led to these changes was, unfortunately, short-lived, due largely to the effects of Mexico's position as a periphery in the modern world-system. The economic growth and corresponding social changes that were affecting the Mayo valley in the 1970s have been eclipsed by the changes that have gripped all of Mexico in the intervening years. Since 1980, a series of economic crises has reversed the gains of the previous 30 years. The international debt crisis of 1982 took a heavy toll on all of the economies of Latin America and much of the Third World. The banking institutions of the core countries imposed strict conditions on the debtor nations of the periphery, Mexico, one of the most heavily debt-laden countries on Earth, accepted conditions designed to stop inflation, such as eliminating many social programs aimed at helping the poor, and also began privatizing some government-owned companies. After the inauguration of Carlos Salinas de Gortari as President of Mexico in 1988, many more government enterprises were privatized or eliminated. Foreign investment was once again welcomed in Mexico, where foreign ownership of productive capital had been outlawed since the Revolution. gave rise to the Revolution. The gap between the rich and poor is growing, as real wages have been reduced (Barkin 1990:102). The unemployment rate has increased since the imposition of austerity measures; officially listed as 23% in 1994, it is almost certainly higher (Los Angeles Times 1994). Despite the realities of the Mexican economy, President Salinas created, on paper, the image of a "Mexican Miracle," a country so changed by the introduction of free market forces that it was about to become a First World nation. The illusory nature of this image became clear when the new President, Ernesto Zedillo, found it necessary in January of 1995 to devalue the peso and let it float. The immediate result was that the peso lost about 30% of its value; by the end of the year it had lost more than half. As one observer ruefully commented, the peso, rather than "floating," is sinking, and the economy is undergoing "the worst of the economic crises of the modern era" (Castillo 1995:50). In February of 1996, the government announced that the country's Gross Domestic Product fell by 6.9% in 1995 (F.I Imparcial 1996). If the 1980s were the "lost decade" in Mexico, one wonders what name will be given to the 1990s, the first half of which has made the 1980s seem rosy by comparison. In the Mayo valley, the economic situation today is grim. In the once prosperous towns businesses are going under at a rapid rate, and "for sale" and "for rent" signs are found on an increasing number of stores in the downtown areas. Beggars and people scavenging in garbage cans, unheard of in the 1970s, are now common sights on the streets of Huatabampo. The end of government credit support of the ejido system has created a situation where 42 MARY I. O'CONNOR/THE ROLE OF THE IGLESIA DE DIOS lical congregations together because of the many traits all ejido land in the valley is rented out, and ejidatarios find themselves earning day wages as farm workers on their own parcels. The vaunted benefits of the free market in agricultural production have yet to materialize, and the economic reality for most of the residents of the valley is one of reduced income as well as reduced prospects for future economic growth. Such is the case for most of the people in Latin America today. Some writers (e.g. Gill 1993:186; Stoll 1993:5) link this economic disaster with the emergence of Protestantism as an important religious force, implying that the one explains the other. The relationship between economic and religious change is, of course, a subject that has been argued over since at least Weber's 1904 classic (Weber 1958). Indeed, there seems little doubt that there is a relationship, but its nature is the subject of contention. The fact that the growth of Protestantism and the economic decline in Latin America began at approximately the same time tends to encourage a search for a causal relationship between the two. Such an explanation would have to be contrary to Weber's view of the matter, of course. 1 am certainly willing to argue that the economic debacle is related to the growth of the number of Protestants in the Mayo valley, but I must point out that, in the case of the Iglesia de Dios at any rate, there does not seem to be a clear connection between the two processes. The increase in church membership began in the 1940s and has continued through both the period of greatest economic progress and the subsequent economic decline. The Iglesia de Dios, Evangelio Completo Existing literature on Protestants in Latin America has tended to group the Evange- they share. In addition to those cited above, all the Evangelical churches in the Mayo area also ban alcohol, tobacco, popular secular music and dancing, and going to movie theaters. These churches also have similar patterns to their services, which feature alternating prayers, hymns, and opportunities for individuals to request prayers for specific reasons or to report events in their lives for which they call on the congregations to give thanks to God. These services, which are all approximately two hours in length, also include at least one sermon by the Pastor of the congregation, or a visiting minister, or both. The members of the congregations all refer to each other and to the ministers as "brother" or "sister," thereby implying egalitarian, kin-like relationships among people who conceivably might be unequal in social or economic status. While acknowledging these similarities among the denominations, the members of each cite clear distinctions between themselves and other Evangelicals. Some of these are details of belief, practice and dress, some derive from the denominations' different histories in the area, and some are based at least in part on levels of relative wealth and poverty. Of course, poverty and wealth are themselves defined differently in different contexts; wealth in the rural communities of Sonora would be considered poverty by the elites of the cities. Still, there are easily discernible economic distinctions among the Evangelical congregations in the communities in my study, and I believe that these congregations are self-selecting on the basis of socioeconomic status. The Iglesia de Dios, Evangelio Completo is by far the oldest, largest, wealthiest and best-organized of all of the Evangelical churches in the Mayo valley. The initial inspiration for the church came from Mrs. FRONTERA NORTE, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Maria Atkinson, de Rivera, who was born in Alamos, Sonora, in 1879. She came from a wealthy family whose prosperity was based on silver mining. During the Revolution she moved to Douglas, Arizona, where she married Mark Atkinson, a U.S. citizen. She was converted to Protestantism in 1924, after experiencing what she believed to be a miraculous cure of her cancer. She originally attended the Assembly of God church in Douglas, and in 1926 returned to Mexico as a missionary. She established groups of converts in Nogales, Santa Ana, Hermosillo and Ciudad Obreg—n, Sonora. J.H. Ingram, a minister of the Church of God from the U.S., formalized the Obregon congregation as the first Church of God in Mexico in 1932. The Obregon church became a center for the Iglesia de Dios in Sonora. Mrs. Atkinson established the patterns for the services, the process of missionizing, and vocational training for ministers. She also stressed the importance of the respectability of church members: Much of her activity was... a socialization in middle-class standards of conduct, dress, personal care, and similar norms of general deportment (Elliott, 1971:107). She taught members to read, for reading of the Bible is an essential aspect of conversion and of church life. She insisted that all members be missionaries, and taught them the communication skills necessary to the evangelization process. She helped to establish a training institute for ministers in Obregon in 1948. Students traveled from Obregon to the Mayo villages of Chucarit and Etchojoa, their expenses being paid by church members in these communities. The school was eventually moved to Hermosillo, the capital of Sonora (Elliott 1971:105-109). Though the Iglesia de Dios is clearly the creation of Mexicans, and is 44 administratively independent of the Church of God, it is still affiliated with the U.S. church, whose members visit Mayo valley churches regularly. From its inception, the Iglesia de Dios stressed the importance of middle-class standards, and this emphasis continues today. The church is also tightly organized, with Pastors being assigned to congregations by central authorities. Pastors are frequently moved from one area to another, which helps to maintain allegiance to the hierarchy over allegiances to local congregations. The methods of recruitment of new members, the process of fissioning of growing congregations, and the organization of state-wide conferences are also determined by the church hierarchy. The Pastors live in church-owned houses and receive salaries. This level of organization, and the middleclass lifestyles encouraged for members, are made possible by the fact that members tithe— that is, they donate 10% of their income to the church. This practice allows for the support of Pastors and members of the hierarchy. It also selects for members who are already relatively wealthy; the very poor cannot afford to donate 10% of their incomes to support a church, and even if they could be persuaded to do so, 10% of very small incomes would not sustain the Iglesia de Dios in the style it enjoys in Sonora today. The tithe is strictly enforced, with accounts kept for the amount of money donated each week by each member. The responsibility for these accounts is delegated to church members, who urge the hermanos to give to God "what is His," i.e. the donations required to maintain an individual's membership in the church. Beyond paying for full-time Pastors, these funds make possible the building of new churches, purchases of Bibles to distribute to new recruits, and other expenses associated with missionary activity. MARY I. O'CONNOR/THE ROLE OF THE IGLESIA DE DIOS Like all the Evangelical churches in the valley, the Iglesia de Dios has grown since the beginning of the economic crises in 1980. However, it was already growing in the 1950s, when the region was undergoing economic growth as well. In fact, the church has grown steadily since 1940 (Elliott 1971:151). This would seem to cast doubt on the validity of economic decline as an explanation for the increase in numbers, at least of the membership of the Iglesia de Dios. In the communities in my study, members of the Iglesia de Dios are among the wealthier residents, even today. The emphasis on progress, which is at the foundation of the ideology of the church, is evident in every aspect of the lives of church members. In comparison to others in their rural communities, they dress well, they maintain their houses well, they look for ways to increase their well-being and that of their children, always within the limits of worldliness set by the church. The sermons at the church services encourage such behavior. In general, sermons contain instructions on how to maintain a close relationship with God and the church, and on the importance of living a life free of the sins that come from the world—e.g., dancing, drinking alcohol, and engaging in extra-marital affairs. The Pastors base all their sermons on the Bible, but they show a clear preference for Biblical texts that encourage individual members to live in the world while not being of it. A sermon at one service emphasized the importance of maintaining faith even when other people are hostile. The example was of a man who owns a company, and his employees make fun of him because he is an "aleluia." He ignores his employees because his faith is strong. It is fair to say that no one in the church that day owned a company, but the implication that they were in a church whose members might own companies placed them in a group apart from other residents of the community who would never even aspire to such a social status. In yet another sermon, the minister said that without faith in the true, invisible God, there is idolatry (a reference to the cult of the saints basic to Mayo folk-Catholicism); that without faith there is backwardness, while faith leads to progress. Idolatry is backwardness, while faith in God leads to progress. Equating participation in the folk-Catholic system with poverty helps to emphasize the economic distinctions between Iglesia de Dios members and others in their communities and in the region as a whole. The opposition between church members and Catholics frequently extends to people in the hermanos' families and fictive kin networks. Although in some cases converts maintain friendly relationships with kin and compadres, often the Catholics themselves reject the new hermanos by ridiculing them and ostracizing them. At the very least, Protestants are absent from the Catholic religious occasions where interactions with kin take place. Meanwhile, members of the Iglesia de Dios are urged to contribute labor to the church and to donate money because God will repay them with a mansion in heaven. Traditional sources of social support for the hermanos are thus replaced by their church hermanos. However, the potential support from the relatively wealthier church members is also transferred away from kin and community to other church members. The cutting of social ties to traditional sources of support such as kinship networks can be beneficial, at least for those members who are better off, in a context of differential economic growth as well as one of pervasive economic decline. Iglesia de Dios members, like many other Protestant groups in Latin America, use their new identities to create small social 45 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996) was fairly common. However, since the end of the islands or cocoons (Stoll 1993:14), within which they find mutual support, and outside of which their social commitments become limited by their very membership in the Iglesia. In the Mayo valley, these factors are combined with those of ecology, history and ethnicity to produce diversity within the Iglesia de Dios congregations from one community to another. 1970s it has been rare for anyone to prosper in these villages, so that divisions based on ethnicity have had a chance to jell. During my original field work in the area, ethnic allegiance was most clearly established by religious behavior in these riverine villages: Mayos participated in the folk-Catholic system that dates from the time of Spanish contact, while Mestizos for the most part adhered to the orthodox Catholic system. Protestants, few in number, were all The Ecology of the Mayo Valley The agricultural development of the Mayo valley created three distinct ecological sub-regions (O'Connor 1989a:69-77). The irrigation system introduced by the Mexican government in the 1950s made possible, and ultimately necessary, "green revolution" agriculture in what has become one of the most productive rural areas in the nation. The development program in general favored large private farms, but as a part of the agrarian reform program the government also established ejidos in many existing rural communities, as well as setting up new ejidos in formerly unpopulated areas, Along the Mayo River, the population is dense and most of the communities have long histories; some date from the 17th century. The modern history of many of these villages is one of ethnic conflict. Ethnicity is a heavily contested issue, and economic change has generally led to ethnic change. That is, people from the Mayo side of the cultural continuum who did well as a consequence of economic growth in the valley tended to become Mestizos. One of the most important methods of ethnic change was religious, and Mayos who wanted to be Mestizos openly rejected folk-Catholicism in favor of orthodox Catholicism (see O'Connor 1989b). During the first few decades of the development program, such ethnic change 46 Mestizos. My current field project includes La Loma del Etchoropo and Los Hu'vores, two communities in this area which have registered growing Evangelical populations. Because La Loma has no Iglesia de Dios church building, my present discussion is limited to Los Hu'vores. The communities to the north of the Mayo River were for the most part created by the advent of the irrigation system. Prior to 1950, the area was very sparsely settled because there was no resource base. With the development program, this region came under irrigation. Although much of the land was acquired by private farmers, ejidos were also established. Buaysiacobe, the Mayo ejido village with the high percentage of Protestants, is in this area. Most of the other villages here were originally populated by people from outside the valley, and these communities are overwhelmingly Mestizo. This is the case with Navolato, the other village where l am studying Protestantism in this area. Because of the relative newness and the ethnic homogeneity of the villages in this region, ethnicity has not generally been a factor in economic status or religious affiliation. The remaining ecological zone is to the south of the river, where the irrigation system did not reach. Here are to be found several comunidades indigenas, sparsely settled and in general very poor. In the Masiaca comunidad, in 1979, most people MARY I. O'CONNOR/THE ROLE OF THE IGLESIA DE DIOS spoke Mayo, lived in the rancher'a settlement pattern dating from the Spanish conquest, and adhered to the folk-Catholic religious system. In other words, they were Mayos. By contrast, Masiaca village, the largest community, was predominantly Mestizo. Its residents spoke only Spanish, were orthodox Catholics or Evangelical Protestants, and had contempt for the hamlet dwellers, whom they referred to with the derogatory term "indio." The incongruity of a Mestizo village in an Indian reserve was the basis of a great deal of contention, and ethnicity has been a major basis for conflict at the level of the comunidad as a whole. However, for the most part the Mayos and Mestizos have lived in self-segregated areas and have not interacted frequently. The Mayos had no economic opportunities that would lead to a prospect of ethnic change, remained marginalized in their rancher'as, and adhered closely to the cultural symbols which informed their identity. One exception to this pattern was Jopopaco, a hamlet with comparatively greater economic opportunities. In 1979, Jopopaco was already showing signs of economic and ethnic change not found in other Masiaca rancher'as. Proximity to the international highway, availability of some pasture land and even some marginal productive agricultural land made for relatively greater economic opportunities in Jopopaco. Simultaneously, the question of ethnicity was no longer as clear as in other hamlets, or as it had been even a few years earlier in Jopopaco. In fact, I predicted that Jopopaco would eventually become Mestizo, as the residents already were culturally more like Mestizos than Mayos (O'Connor 1989a: 109-110). Today, there is an Iglesia de Dios church building in Jopopaco. The other community where I am working in the Masiaca comunidad is Tea- chive, which in 1979 was a rancher'a populated entirely by people on the Mayo side of the cultural continuum. Most spoke Mayo, and indeed most speak Mayo today. There is now an Iglesia de Dios congregation in Teachive, which is currently building a new church in the hamlet. Thus, the interplay of social, ethnic and religious change varies considerably from one region of the Mayo to another. Within these regions, specific ecological, economic and historical factors have tended to influence ethnic and religious behavior. As I discovered on my return to the valley, the recent economic turmoil in the nation has not seriously changed these regional variations. Like all of Mexico, however, the valley as a whole has suffered economic setbacks; it has also gained a substantial number of Evangelical Protestant churches and a concomitant number of Protestants. Ethnicity and Religious Change In theory, there are three possible patterns of religious change in the Mayo valley as a whole. One is conversion from orthodox Catholicism to Protestantism; this does not involve ethnic change as orthodox Catholics are all Mestizos. Another conversion possibility is from Mayo folk-Catholicism to orthodox Catholicism. This involves ethnic change as well, and is usually accompanied by both cultural change and an increase in wealth. For a Mayo to become a Mestizo, it is not enough merely to stop participating in the traditional fiesta system. One must demonstrate a rise in social status as well (see O'Connor 1989b). This is the main pattern of change that took place during the economic boom of the 1950s and 1960s. The third possibility of social change is from Mayo folk-Catholicism to Protestantism. This is the most extreme form of change, for it includes 47 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 ethnic change as well as a fundamental rearrangement of religious beliefs and behavior that is much more difficult than the change from folk to orthodox Catholicism. On the other hand, the participatory nature of Evangelical Protestantism, the egalitarian relationships among hermanos, the mutual aid available to them, and the importance of healing and emotional support in the Evangelical services bears a remarkable resemblance to the traditional folk-Catholic system. In the Iglesia de Dios, however, the emphasis on middle-class values and the necessity of tithing would appear to eliminate for all practical purposes the possibility of remaining Mayo and joining the church. In addition, Mayo identity itself has, at least in most cases and until recently, been closely tied to the very idolatrous, alcohol-consuming behavior condemned as backward by the Iglesia de Dios. In theory, then, to become a member of the Iglesia de Dios implies remaining or becoming Mestizo. In practice, however, the implications of identity, bom religious and ethnic, are subject to local interpretation, and the outcome is diversity within the Iglesia de Dios congregations from one community to another. Variations by Community The communities where I am conducting research are small, with populations of 3000 or less. They are rural, with economies based on agriculture. Each has at least one Iglesia de Dios church. The congregations of these churches are also small: all have fewer than 40 official members, and most are much smaller. The towns of Huatabampo, Etchojoa and Navojoa have larger Evangelical congregations: they also have Mormon, Jehovah's Witnesses, and Seventh-Day Adventist churches. There are a few rural congregations of these chur 48 ches, but by far the bulk of the Protestant population in the outlying areas is Evangelical. Of the Evangelicals, the majority belong to the Iglesia de Dios. Just as the basic ecology of the valley has not changed significantly in the last 15 years, members of the communities in the different regions continue to mold the interpretation of behavior in distinct ways. The population of the small riverine village of Los Hu'vores is mostly on the Mestizo side of the cultural continuum. In this, it is quite different from the larger villages such as Joepare and Etchoropo, where the number of Mayos and Mestizos is about even, with a very small ebb in the direction of the Mestizo side. Ethnic divisions are so clear in these villages that they feature residential segregation according to ethnic category. The ethnic conflict seen in those villages is absent from Los Hu'vores. There is no Mayo folk-Catholic church around which to organize community fiestas, which reinforce Mayo ethnicity, and there are no other institutions in which ethnicity might become an issue. With a population of less than 500, the village is too small to be divided into residentially segregated areas as the larger villages are. At the same time, the surrounding area has a dense population of people on the Mayo side of the cultural continuum (INI 1994). Though the village itself provides few opportunities for the expression of inter-ethnic antagonism, the Mestizos of Los Hu'vores retain their sense of superiority over the Mayos in the surrounding communities. All of these factors, along with the presence of one of the oldest Iglesia de Dios churches, combine to create a community where Mestizo culture predominates. While some members of the Iglesia de Dios congregation, including the Pastor, claim to speak Mayo, in reality they know only a few words which can be brought out as MARY I. O'CONNOR/THE ROI.E OF THE IGLESIA DE DIOS evidence that they are descended from locals rather than from the outsiders whose descendants inhabit the large towns and the rural communities to the north of the river. Those ancestors, some of whom participated in an ethnic war in the early part of this century, were proud to be from the region, and spoke some Mayo, but would never actually declare themselves to be indios. The same is the ease with their descendants. Iglesia de Dios members, including the Pastor, pay lip service to the ideal of inclusivity within the brotherhood of the church. This inclusivity, however, operates only within the population able to tithe. In this region of the valley, such a limitation effectively excludes Mayos, who are by definition the poorest people in the community. Mestizo residents of other nearby communities also belong to the Los Hu'vores Iglesia de Dios, thereby providing the church with the economic base which would be absent if the congregation were made up exclusively by residents of Los Hu'vores. Thus, to be an hermano of the Iglesia de Dios in Los Hu'vores is to be Mestizo. This is also true for the most part of Navolato, a village in the area north of the river. This community, like most in that zone, came into existence as a result of the expansion of arable land brought about by the economic development program. Like Los Hu'vores, this is a small village with a population under 500; also as in Los Hu'vores the population is overwhelmingly Mestizo. Novolato differs from the riverine village in that it is not in a zone where ethnic conflict has a long history. In addition, most of the original residents of Navolato came from outside the valley, in response to the economic opportunities provided by the development program. No one in Navolato tries to appear "Mayo" in the way that Mestizos in Los Hu'vores employ situational ethnicity. Ethnicity is not an issue in Navolato. Most of the members of the Iglesia de Dios are residents of Navolato, and much of village life revolves around membership in the church. Of the daily religious services, five are held in private houses in the village. There are also study groups, children's indoctrination groups, and prayer meetings held regularly by members in their homes. This level of participation is decidedly higher than in other villages, perhaps because a large percentage of the villagers are church members. Such a high level of visibility makes for the rigorous maintenance of the middle-class values so important to the church's founder. Buaysiacobe, which is in the same region as Navolato, presents a much different religious and ethnic picture; it might almost be described as a mirror image of Navolato in these terms. Like Navolato, Buaysiacobe came into existence as a result of the extension of the irrigation system. It is also ethnically homogeneous; however, the predominant ethnic category in Buaysiacobe is Mayo. In 1979, Buaysiacobe had the highest income level of the five communities in my study. It also had the largest percentage of Evangelical Protestants. Taken together, in the context of the other communities in the valley as well as existing theories of ethnic change, these factors pointed toward an expectation that people in the village would soon lose their minority ethnic identity and take on the Mestizo ethnicity which their income dictated. Buaysiacobe continues to surprise, however. One expectation might be, for example, that people with relatively high incomes would elect to belong to the Evangelical church which most reinforces middle class lifestyles. Another logical prediction would be that Protestants would perforce give up Mayo identity, as this depends to a large extent on participation in the folk-Catholic 49 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 religious system, which includes a belief in the power of the images of the saints as well as the consumption of large quantities of alcohol. The Iglesia de Dios in Buaysiacobe, however, has the smallest congregation of all the communities under discussion here. Even these ten hermanos have split up, creating two congregations of five members each, in a village with a population of more than 2,000. By comparison, Los Hu'vores and Navolato each have memberships of over 30. The two other Protestant churches in Buaysiacobe, which do not require members to tithe and which have much stricter rules of behavior for members, also have much larger congregations than both the Iglesia de Dios congregations combined. Even more surprising than these unexpected outcomes is the fact that members of the Iglesia de Dios in Buaysiacobe, rather than exhibiting middle-class values, adhere to Mayo ethnic identity. They continue to speak Mayo, and even support what they see as Mayo culture. These Protestant Mayos make a distinction between the religious and alcohol-consumption aspects of the fiestas, and support the "cultural" elements such as the symbolic and economic exchange among fiesteros and the traditional dancing of pascolas, deer dancers and matachines. One member of Buaysiacobe's Iglesia de Dios went so far as to help and advise the council of the folk-Catholic Mayo church 50 in the village when the tiny minority of Mestizo orthodox Catholics tried to take over the church and prevent the fiesteros from conducting their folk ceremonies. Such Protestant support for what most hermanos refer to as idolatry is rare indeed, and possibly unique. Buaysiacobe, then, continues to inspire a wish that all economic development programs could have similar results: the villagers, though relatively poorer than they were 15 years ago, still enjoy a higher income than most Mayos, and they continue to exhibit Mayo ethnicity, even when this involves some very inventive strategies for the Protestants of the community. In the Masiaca comunidad, in the extreme south of the valley, the economic situation is in general more dire than it was in 1980. Still, there are two communities which are slightly better off than the rest. This economic advantage has not resulted in a maintenance of ethnicity such as is found in Buaysiacobe, however. Jopopaco.... Today, there are the beginnings of segregation by ethnic category such as found in the villages along the river. In this case, however, the religious change that has accompanied economic advancement has been from folk-Catholic to Protestant. At the heart of the predominantly Mestizo residential area is a Protestant church, while there is a new Catholic chapel on the Mayo side of the hamlet. MARY I. O'CONNOR/THE ROLF. OF THE IGLESIA DE DIOS BIBLIOGRAPHY Aberle, David F. 1982, The Peyote Religion among the Navaho, second edition. Chicago and London: University of Chicago Press. Albrecht, Stan L. and Marie Cornwall 1989, "Life Events and Religious Change", Review of Religious Research, vol. 31, no. 1, pp. 23-38. Alcocer, Jorge 1995, "La tragedia económica de Mexico". Proceso, no. 995, 27 de noviembre, pp. 42-44. Beckford, James A., ed. 1986, New Religious Movements and Rapid Change. Beverly Hills: Sage Publications. Burnett, Virginia Garrard 1992, "Protestantism in Latin America", Latin American Research Review, vol. 27, no. 1, pp. 218-230. 1993, "Is this Latin America's Reformation?", pp. 199-210, in Rethinking Protestantism in Latin America, ed. by Virginia Garrard Burnett and David Stoll. Philadelphia: Temple University Press. Castillo, Heberto 1995, "Las grietas del sistema", Proceso, no. 989, 16 de octubre, pp. 50-52. Anderson, Robert Mapes 1979, Vision of the Disinherited: The Making of Modern Pentecostalism. New York: Oxford University Press. Campos, Julieta 1996, "Sobre el filo de una navaja", Proceso, no. 1003, 22 de enero, pp. 38-43. Annis, Sheldon 1987, God and Production in a Guatemalan Town. Austin: University of Texas Press. Coutigno, Ana Claudia 1995, "Análisis de los Grupos Religiosos en Sonora y sus Municipios Fronterizos", El Colef, diciembre (mimeo). Baldwin, Deborah 1990, Protestants and the Mexican Revolution: Missionaries, Ministers, and Social Change. Urbana: University of Illinois Press. D'Antonio, William V. and Frederick B. Pike 1964, Religion, Revolution and Reform: New Forces for Change in Latin America. New York: Praeger Publishers. Bastian, Jean-Pierre 1984, Protestantismo y sociedad en Mexico. Mexico, D.F.: CUPSA. 1989, Los disidentes: sociedades protestantes y revolucion en Mexico. Mexico, D.F.: Fondo de Cultura Económica. 1993, "The Metamorphosis of Latin American Protestant Groups: A Sociohistorical Perspective", Latin American Research Review, vol. 28, no. 2, pp. 33-61. Davis, Merle 1940, The Economic Basis of the Evangelical Church in Mexico. London and New York: International Missionary Council. Deiros, Pablo A. 1986, Los evangélicos y el poder político en America Latina. Grand Rapids, Mich.: Eerdmans. 1991, "Protestant Fundamentalism in Latin America", pp. 142-196, in Fundamen- 51 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE. 1996 talisms Observed, vol. 1, ed. by Martin E. Mary and R. Scott Appleby. Chicago and London: University of Flora, Cornelia Butler 1973, "Social Dislocation and Pentecostalism: A Multivariate Analysis", Sociological Analysis, vol. Chicago Press. 34, no. 2, pp. 296-304. Delgado, Alvaro 1995, "Los evangélicos promueven un partido politico para participar en las elecciones de 1997", Froehle, Brian T. 1995, "Religious Competition in Contemporary Venezuela", pp. 125-152 in Organized Religion in Proceso, no. 995, 27 de noviembre, p. 39. the Political Transformation of Latin America, ed. by Satya R. Pattnayak. Lanham, Md. and London: Duke, James T. and Barry L. Johnson 1989, "Religious Transformations and Social Conditions: University of America Press. A Macrosociological Analysis", pp. 75-130 in Religious Politics in Global and Comparative Perspective, ed. by William H. Swatos, Jr. New York: Greenwood Press. Garcia Pérez., Ma. Hilda n.d., "El pentecostalismo en Nogales, Sonora". El Colegio de la Frontera Norte, Coordinación Nogales. n.d., "Presencia de las congregaciones religiosas no Catolicas en Nogales". El Colegio de la Frontera Elliott, William W. 1971, Sociocultural Change in a Pentecostal Group: A Case Study in Education and Culture of the Church of God in Sonora, Mexico. Ph.D. Dissertation, Education and Religion, University of Tennessee. Norte, Coordinación Nogales. Garrna Navarro, Carlos 1987, Protestantismo en una comunidad Totonaca de Puebla, Mexico. Mexico, D.F.: Instituto Nacional Indigenista. Emery, Gennet M. 1970, Protestantism in Guatemala: Its Influence on the Bicultural Situation with Reference to the Roman Gillespie, V. Bailey 1979, Religious Conversion and Personal Catholic Background. Sondeos, 65. Cuernavaca, Me- Identity: xico: CIDOC. Birmingham, Ala.: Religious Education Press. Erasmus, Charles J. 1977, In Search of the Common Good: Utopian Experiments Past and Future. New York: The How and Why People Change. Giménez, Gilberto 1978, Cultura popular y religion en el Anahuac. Mexico, D.F.: Centro de Estudios Económicos. Free Press. Goodman, Felicitas 1973, "Apostolics of Yucatán: A Case Study of a Escobar, J. Samuel 1994, "The Promise and Precariousness of Latin Religious Movement," pp. 178-217 in Religion, American Protestantism", pp. 3-35 in Coming of Age: Altered States of Consciousness, and Social Change, Protestantism in Contemporary Latin America, ed. my ed. by Erika Bourguignon. Columbus: University of Daniel R. Miller. Lantham, New York and London: Ohio Press. Calvin Center Series. 52 MARY I. O'CONNOR/THE ROLE. OF THE IGLESIA DE DIOS Hadaway, Christopher K. 1978, "Denominational Switching and Membership Growth: In Search of a Relationship", Sociological Analysis, vol. 39, no. 4, pp. 321-337. Imparcial, El (Hermosillo, Son.) 1996, "Registra PIB baja del 6.9% en 1995", 17 de enero, p. I/A. Martin, David 1990, Tongues of Fire: the Explosion of Protestantism in Latin America. Oxford: Basil Blackwell. 1992, "Evangelicals and Economic Culture in Latin America—An Interim Comment on Research in Progress", Social Compass, vol. 39, no. 1, pp. 9-14. Merle Davis, John 1940, The Economic Basis of the Evangelical Instituto Nacional Indigenista 1994, Sonora: Indicadores Socioeconómicos de los pueblos indígenas por Centro Coordinador Indigenista, Lengua principal y Localidades eminentement indígenas. Mexico, D.F., marzo. Church in Mexico. International Missionary Council, Dept. of Social and Economic Research and Counsel. Metz, Allan 1994, "Protestantism in Mexico—Contemporary Contextual Developments", Journal of Church and State, vol. 36, no. 1, pp. 57-78. Kirkpatrick, Dow 1988, Faith Born in the Struggle for Life: A Re-reading of Protestant Faith in Latin America Today. Grand Rapids, Mich.: Eerdmans. Lalive d'Epinay, Christian 1968, "Toward a Typology of Latin American Protestantism", The Review of Religious Research, vol. 10, pp.. 1, pp. 4-11. 1969, Haven of the Masses: A Study of the Pentecostal Movement in Chile. London: Lutterworth Press. Los Angeles Times 1994, "The Mexican Economy", Los Angeles Times, 20 August, 1994, p. A 18. Maldonado, J.E. 1993, "Building Fundamentalism from the Family in Latin America", pp. 214-239, in Fundamentalism and Society: Reclaiming the Sciences, the Family and Education, ed. by Martin E. Marty and R. Scott Appleby. Chicago and London: University of Chicago Press. Miller, Daniel R. 1994, "Introduction", pp. xiii-xix, in Coming of Age: Protestantism in Contemporary Latin America, ed. by Daniel R. Miller. Lantham, New York and London: Calvin Center Series. Muratorio, Blanca 1981, "Protestantism, Ethnicity, and Class in Chimborazo", pp. 506-534, in Cultural Transformations and Ethnicity in Modern Ecuador, ed. by Norman E. Whitten. Urbana: University of Illinois Press. Nida, Eugene A. 1958, "The Relationship of Social Structure to the Problems of Evangelism in Latin America", Practical Anthropology, vol. 5, no. 3, pp. 101-123. 1961, "The Indigenous Churches in Latin America", Practical Anthropology, vol. 8, no. 3, pp. 97-110. 53 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 19% O'Connor, Mary I. 1979, "Two Kinds of Religious Movements Among Sexton, James D. 1978, "Protestantism and Modernization in Two the Mayo Indians of Sonora, Mexico", Journal for the Guatemalan Towns", American Ethnologist, vol. 5, Scientific Study of Religion, vol. 18, no. 3, pp. 260-268. no. 2, pp. 280-302. 1989a, Descendants of Totolguoqui: Ethnicity and Economics in the Mayo Valley. Berkeley, Los Angeles and London: Stoll, David 1982, Fishers of Men or Founders of Empire? University of California Press. 1989b, "The Virgin of Guadalupe and the The Wycliffe Bible Translators in Latin America. Economies of Symbolic Behavior", Journal for the Survival. Scientific Study of Religion. vol. 28, no. 2. London: Zed Press; Cambridge, Mass.; Cultural 1990, Is Latin America Turning Protestant? — The Politics of Evangelical Growth. Berkeley: Rambo, Lewis R. 1993, Understanding Religious Conversion. New Haven: Yale University Press. University of California Press. 1993, "Introduction", pp. 1-19, in Rethinking Protestantism in Latin America, ed. by Virginia Garrard Burnett and David Stoll. Philadelphia: Roberts, Bryan 1968, "Protestant Groups and Coping with Urban Life in Guatemala City", American Journal of Sociology, vol. 73, pp. 753-767. Temple University Press. 1994, "Jesus is Lord of Guatemala: Evangelical Reform in a Death-Squad State", pp. 99-123, in Accounting for Fundamentalisms: The Dynamic Character of Movements, ed. by Martin P.. Marty Rosa, Martin de la 1989, El impacto social del protestantismo: metodologia para el estudio de las religiones. Mexicali, and R. Scott Appleby. Chicago and London: University of Chicago Press. B.C.: Universidad de Baja California, Cuadernos Docentes 9. Swanson, Tod D. 1994. "Refusing to Drink with the Mountains: ____ and Charles A. Reilly, eds. 1985, Religión y Traditional Andean Meanings in Evangelical política en Mexico. Mexico: Siglo XXI. Practice", pp. 79-98, in Accounting For Fundamentalisms: The Dynamic Character of Rostas, Susana and Andre Droogers, eds. Movements, ed. by Martin E. Marty and R. Scott 1993, The Popular Use of Popular Religion in Latin Appleby. Chicago and London: University of Chica- America. Amsterdam: Centre lor Latin American go Press. Research and Documentation. Santa Ana, ¿? Julio de 1970, Protestantismo. cultura y sociedad: Swatos, William H., Jr. 1994, "On Latin American Protestantism", Sociology of Religion, vol. 55, no. 2, pp. 197-205. problemas y perspectivas de la fé evangélica. Buenos Aires: Editorial La Aurora. Taylor, W. and C. Emilio Noe-ez 1989, Crisis in Latin America: An Evangelical Perspective. Chicago: Moody Press. 54 MARY I. O'CONNOR/THE ROLE . OF THE IGLESIA DE DIOS Turner, Frederick C. 1970, "Protestantism and Politics in Chi-le and Brazil", Comparative Studies in Society and History, vol. 12, pp. 63-89. Brazil and Chile. Nashville, Tenn.: Vanderbilt Wallerstein, Immanuel 1979, The Capitalist World-Economy. Cambridge: Cambridge University Press. California Press. Weber, Max 1958, The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism, tr. by Talcott Parsons. New York: Charles Scribner's Sons. University Press. Wilson, Bryan 1961, Sects and Society. Berkeley: University of 1982, Religion in Sociological Perspective. Oxford and New York: Oxford University Press. Wilson, Everett A. 1994, "'The Dynamics of Latin American Pentecostalism", pp. 89-116, in Coming of Age: Protestantism in Contemporary Latin America, ed. by Daniel R. Miller. Lanham, New York and London: Willems, Emilio 1967, Followers of the New Faith: Culture Change and the Rise of Protestantism in Calvin Center Series. 55 FRONTERA NORTE VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Catolicismo y mexicanidad: una narrativa desde la frontera norte* Pablo Vila** RESUMEN Este articulo busca desentrañar el intrincado proceso de construcción de las identidades sociaies en la frontera de Estados Unidos con México, Aquí se analiza la forma en que diversos sfmbolos de la práctica del catolicismo (considerados por muchos estudiosos como algunas de las principales caracteristicas culturales que comparten mexicanos y mexicoamericanos. junto con el lenguaje y la familia extendida) son empleados en el proceso de construcción identitaria por la población de origen mexicano de ambos lados de la frontera. El objetivo es probar que, si por un lado tales simbolos catolicos pueden funcionar como espacios posibles para la construcción de la similitud, por otro lado también pueden ser utilizados para la construcción discursiva del Otro. En el artículo se hace uso de una teoría identitaria que plantea que la identidad no es una "cosa" (que un individuo "tiene" de una vez y para siempre, sino, por el contrario, una construcción en eI tiempo (que constantemente experimenta cambios, dada la continua negociación con los Otros (que dicha construcción entraña. ABSTRACT This paper seeks to unfold the intricate process of construction of social identity in the Mexico- US border region. It analyzes the way in which different symbols of catholic practice (considered by many scholars as the main cultural characteristic shared by Mexicans and Mexican-Americans, in addition to language and extended family practices) are employed in the process of constructing identity lor the population of Mexican origin on both sides of the border. The object of this study is to prove whether on one hand such catholic symbols can function as potential spaces for building this similarity, or if, on the other hand, they can be utilized for the discurssive construction of the Other. The article is based on the identity theory that states that identity is not a "thing" that an individual "possesses" once and for all, but rather, a construction built through time which is constantly experimenting changes, due to the ongoing negotiation with Others that such construction entails. * Para la investigación que dio origen a este artículo contamos con la asistencia financiera de las siguientes instituciones, a las que agradezco el apoyo brindado: Seminario de Estudios de la Cultura (Conaculta), El Colegio de la Frontera Norte, Social Science Research Council. Population Research Center (University of Texas at Austin), The University Research Institute (UTEP), Liberal Arts Faculty Development Program (UTEP), Center for Inter-American and Border Studies (UTEP) y Sociology and Anthropology Department (UTEP). ** Profesor del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Texas en HI Paso. E-mail: [email protected]. 57 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Introducción Cerca del 70 por ciento de la población de El Paso es de origen mexicano, y una gran parte de la misma ha migrado a Estados Unidos en los últimos 20 años. Así, es fácil asumir que la población que habita en ambos lados de la frontera es una población "homogénea". Sin embargo, a pesar de su origen común, ni en Juárez ni en El Paso la gente piensa acerca de su identidad de esa manera. Para cualquier observador atento rápidamente queda claro que los mexicoamericanos se perciben a sí mismos como distintos de los mexicanos y que estos últimos tienen una percepción similar acerca de los primeros. Este hecho se hizo evidente cuando, en vísperas de la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre México y Estados Unidos—un tratado internacional que supuestamente se hacía para mejorar las relaciones entre ambos países— la Patrulla Fronteriza de El Paso (al mando de un nativo de la zona, Silvestre Reyes) implemento una nueva estrategia para detener el flujo de inmigrantes indocumentados. La nueva táctica, denominada ''Operación Bloqueo", concitó un casi unánime apoyo de parte de los paseños, tanto de los de origen anglosajón como de los de ascendencia mexicana (diversas encuestas indicaron que entre un 80 y un 90 por ciento de los habitantes de la ciudad apoyaron tal medida).1 Dado que casi es un dato del sentido común que los mexicoamericanos apoyarían la inmigración mexicana por motivos de lealtad étnica, y teniendo en cuenta que muchos de ellos mismos son inmigrantes, 1 58 mucha gente se sorprendió del apoyo logrado por la Operación Bloqueo. Sin embargo, la operación no sólo fue muy popular entre los paseños, sino que provocó la aparición pública de un profundo resentimiento entre mexicanos y mexicoamericanos, creando un espacio donde fue muy común que estos últimos acusaran a los primeros de ser la causa de casi todos los problemas sociales de El Paso: crimen, drogas, desempleo, fraudes en el sistema de asistencia social, etcétera, En este artículo buscamos desentrañar el intrincado proceso de construcción de las identidades sociales en la frontera entre Estados Unidos y México. Para ello presentaremos a la discusión algunos mecanismos narrativos que mucha gente utiliza para entender a los Otros y, al mismo tiempo, entenderse a sí misma. Nos concentraremos en analizar cómo alguna símbolos de la práctica del catolicismo (considerados por muchos estudiosos como algunas de las principales marcas culturales que comparten mexicanos y mexicoamericanos, junto con el lenguaje y la familia extendida) son empleados en el proceso de construcción identitaria por la población de origen mexicano en ambos lados de la frontera. Intentaré probar que, si por un lado tales símbolos católicos pueden funcionar como espacios posibles para la construcción de la similitud, por otro lado también pueden ser utilizados para la construcción discursiva del Otro. El análisis de los distintos discursos identitarios a que voy a hacer referencia en las páginas que siguen se basa en una extensa serie de entrevistas grupales reali- Una encuesta realizada por El Paso Times en octubre de 1994 mostró que el 85 por ciento de los paseños apoyaba el bloqueo de la frontera. Cuando la información era desglosada por etnicidad, los resultados mostraban que el 78 por ciento de los hispanos de la ciudad lo apoyaba, mientras que las otras etnias lo apoyaban en un 91 por ciento de los casos (El Paso Times, 30 de octubre de 1994). Este abrumador apoyo a la Patrulla Fronteriza no parece ser un episodio aislado. Una encuesta realizada por El Paso Times reveló que un 62 por ciento de la población paseña apoyaría un tipo de medida antiinmigratoria similar a la Proposición 187 de California (El Paso Times, 29 de abril de 1995). zadas entre .septiembre de 1991 y abril de 1996. En te entablaban una discusión grupal acerca de lo que dicho lapso he tenido la oportunidad de realizar 253 las fotos significaban para cada uno. En tales encuentros grupales, entrevistando a 927 personas en discusiones los entrevistados, por un lado, externaron ambos lados de la frontera. Dado que mi interés era imágenes verbalizadas, categoriales, disparadas como el mapear diferencias en el proceso de construcción respuesta a las fotos que les mostrábamos; identitaria, decidí entrevistar tanto a hombres como pero, por otro lado, también nos contaron historias que a mujeres de distintos grupos etarios, así como apoyaban los reclamos de identidad que estaban cubrir distintas nacionalidades, clases sociales, expresando en tales adscripciones categoriales. Las etnias y experiencias migratorias. Comencé entre- entrevistas fueron grabadas y luego transcritas para vistando grupos mediante las categorías clásicas de facilitar su análisis. la sociología que mencione más arriba, tratando de tener al menos 3 o /4 grupos en cada país donde cada una de dichas categorías tuvieran representación. Pero cuando el análisis del material mostraba que dichas categorías eran insuficientes para entender el proceso de construcción identitaria local, inmediatamente agregaba nuevas categorías al proyecto de investigación y expandía la muestra en tal dirección. Esto fue precisamente lo que aconteció con el tema de la religión, el cual, ausente al comienzo del trabajo de campo, no sólo "requirió" ser tenido en cuenta sino que también llegó a ocupar un lugar central en la investigación. Así, actualmente estoy entrevistando a mexicanos y mexicoamerianos que no profesan la fe católica, para tratar de entender el proceso de construcción identitaria de tales personas en una situación que parece establecer un paralelismo entre ser mexicano y ser católico. Las entrevistas estuvieron estructuradas alrededor de la discusión de fotografías de distintos aspectos de la vida cotidiana de juarenses y paseños. Uno de los paquetes mostrados versaba directamente sobre temas de familia y religión. Al mirar las fotografías los entrevistados usualmen Otredad, categorías y narrativas identitarias En Ciudad Juárez./El Paso, donde ya es un dato del sentido común que "toda la pobreza y los problemas sociales son mexicanos" (Vila, 1994), mucha gente trata de desentenderse de esta imagen tan negativa construyendo identidades sociales a través de las cuales intentan mostrar que tal imagen no les corresponde a ellos sino a los Otros. Distintas personas usan diferentes argumentos discursivos para establecer tal distinción. Los ciudadanos mexicanos que aceptan tal imagen hegemónica hacen uso de un muy elaborado sistema regional de clasificación para plantear que los "sureños''2 (en las narrativas de los fronterizos) o los "fronterizos" (en las narrativas de los sureños) son los "verdaderos" destinatarios de tan negativa imagen. Por otro lado, muchos mexicoamericanos usan la nacionalidad como línea divisoria, y de esta manera construyen al ciudadano mexicano como el Otro, a quien correspondería el estigma de pobre y problemático. Por último, los anglos (y aquellos otros que no siendo anglos usan un discurso similar, 2 En este artículo voy a usar el término "sureño" de la manera en que la mayoría de mis entrevistados juarenses lo usaron, es decir, para nombrar a todos aquellos inmigrantes que no provienen de los estados del norte de México. De ahí que, en las narrativas de los juarenses, "sureños" sean tanto los "chilangos" como los inmigrantes de Oaxaca. 59 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15. ENERO-JUNIO DE. 1996 incluyendo a muchos mexicoamericanos.), al usar los demás. Y esto es así dado (que para entendernos primordialmente un sistema clasificatorio étnico, como personas nuestras vidas tienen que ser algo incluyen tanto a los mexicoamericanos como a los mas que una serie ciudadanos mexicanos en su construcción del Otro aislada de eventos, y es aquí, precisamente, donde estigmatizado. En este artículo vamos a ver cómo intervienen las narrativas, al transformar eventos algunos símbolos del catolicismo son muchas veces aislados en episodios unidos por una trama. Asi, usados en este tipo de construcciones. narrar es mucho mas que describir eventos o Nuestra presunción teórica es que la identidad no es acciones. Narrar es también relatar tales eventos y una "cosa" que un individuo "tiene'' de una vez y para acciones, organizarlos en tramas o argumentos y siempre, sino que, por el contrario, es una construcción atribuirlos a un personaje en particular, En este a través del tiempo que constantemente experimenta sentido podemos afirmar que el personaje de una cambios, dada la continua negociación con los Otros narrativa es, en definitiva, concomitante con sus que la misma construcción entraña, de manera tal que experiencias, tal como son relatadas en la trama los contornos de la identidad son redefinidos en todo particular de una narrativa (Reagan, 1993). Es por momento. Así, "each individual is both located in, and eso que creemos que, en definitiva, es la narrativa la opts for a number of differing, and at times, conflictual, que construye la identidad del personaje al construir identities, depending on the social, political, economic el argumento de la historia. De tal forma, lo que and ideological aspects of their situation" (Bhavnani, produce la identidad del personaje es la identidad del 1994: 9). argumento, y no al revés (Ricoeur, 1992). Pero si la identidad social no es un "estado interno Por todas estas razones es que en este artículo esencial", tampoco es, a la Althusser, el producto propongo investigar el papel que juegan ciertas exclusivo de las interpelaciones que provienen de prácticas ligadas al catolicismo en la construcción de poderosos discursos externos. En su lugar, la identidad identidades regionales y étnicas, analizando la se construye en el interjuego de categorías, metáforas y compleja relación que existe entre las diversas cate- tramas narrativas que en todo momento desarrollamos gorías y narrativas identitarias que los actores para entendernos a nosotros mismos y a los Otros. En el fronterizos desarrollan para entenderse a sí mismos y caso particular del uso de narrativas identitarias en la a los Otros, Considero que las categorías sociales construcción de identidades sociales, creo que muchas juegan un papel muy importante en dichas veces la gente desarrolla su sentido de identidad construcciones identitarias, y que es en ellas donde pensándose como protagonista de diferentes historias las narrativas y las categorías se entrelazan. Así, por (Bhavnani y Haraway, 1994; Bruner, 1987; Burgos, un lado, siempre necesitamos narrativas para 1989; 1989; entender el carácter relacional y secuencial de Poikinghorne, 1988; Ricoeur, 1992; Rosenvvald, 1992; nuestras identidades, y por otro, la única manera que Rosenwald y Ochberg, 1992; Sarbin, 1986; Sewell, tenemos de contactarnos con nuestro pasado y con el 1992; Shotter, 1989; Sommers, 1992 y 1994, y Taylor, Otro es a través de descripciones culturales, esto es, 1989). En los textos de tales historias, lo que hacemos mediante aquellas categorías con las que definimos es narrar los episodios de nuestras vidas de manera tal tanto al pasado como al Otro y que forman parte Gergen y Gergen, 1983; Novitz, que sean inteligibles para nosotros mismos y para 60 insepa- PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD) rable de las narrativas que utilizamos para armar mentación de las múltiples narrativas acerca de nuestra identidad. Pero la íntima relación que existe nosotros mismos y los Otros que utilizamos para dar entre categorías y narrativas no termina aquí, sino que cuenta de la realidad que nos rodea. se extiende aún en otra dirección. De este modo, es Incluso, podríamos mencionar otra forma en que muy común que los actores sociales usen narrativas narrativas y categorías se entre-cruzan, traslape- que para apoyar la connotación de las categorías que creemos nos da muy buenas pistas para explicar el utilizan para describir la realidad, sobre todo cuando porque determinadas interpelaciones son aceptadas por se trata de aquellas interpelaciones que empleamos algunos actores sociales mientras otras son rechazadas para describir a los Otros en un contexto de lucha por los mismos. El punto que queremos mencionar simbólica por el sentido. Tal vez la gente no necesite aquí es que las categorías que utilizamos para describir de una historia para explicar por qué utiliza la la realidad, así como las interpelaciones que aceptamos categoría "mesa" para describir aquel pedazo de como validas para referirnos a nosotros mismos y a los madera apoyado en cuatro patas, pero no calle duda Otros, de alguna manera están sobredeterminadas por que es una gran ventaja tener una historia personal a las distintas historias que contamos y nos contamos. mano para alguien que plantea que los "fronterizos se Así, si por un laclo siempre encontramos al Otro a están americanizando", o que "los anglos son través de categorías, por otro lado las categorías e materialistas y sin ningún tipo de espiritualidad", o interpelaciones que utilizamos para describirlo están que "los mexicoamericanos están abandonando el íntimamente relacionadas con la peculiar narrativa que catolicismo usamos para retratarnos a nosotros mismos v a los para convertirse en masa al protestantismo" (para nombrar sólo algunas de las Otros. narrativas que encontré en mi investigación en la desarrollamos en nuestras narrativas de alguna manera En este sentido, el "personaje" (que frontera). De esta manera, para mostrar que los Otros sobredetermina no solo las categorías que vamos a tienen las propiedades negativas representadas por sus utilizar para describirnos a nosotros mismos y a los actitudes y conductas, o que "nosotros" somos mejo- Otros, sino también las connotaciones de tales res que "ellos" (reclamos que muy frecuentemente categorías e interpelaciones. Por lo tanto, aun las están en la base de toda construcción identitaria), la descripciones categoriales (no narrativizadas) acerca de gente prefiere apoyar tales reclamos con "evidencia". nosotros mismos y los Otros estarían, de alguna Y las historias que contamos acerca de nosotros manera, ligadas a narrativas. mismos y los Otros son presentadas justamente como Por supuesto, no queremos aquí plantear (que la "estableciendo los hechos" que apoyan nuestras gente todo el tiempo esta construyendo narrativas opiniones acerca de los Otros, ya que tales historias completas tal cual las entiende la teoría literaria. Por el reportan acontecimientos que la gente ha presenciado contrario, la mayoría del tiempo mis entrevistados o en los cuales ha participado personalmente. De ahí usaron narrativas truncas, sin terminar. Sin embargo, que podríamos avanzar la hipótesis de que una parte tales narrativas truncas presentan los elementos básicos importante de la connotación de las categorías que que conforman toda construcción narrativa. utilizamos para describir a actores sociales sería el producto de la sedi- 61 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 It is wrong, of course, to treat these ways of thinking about ourselves, these character sketches, as full- do en la Tarahumara, el padre fue únicamente blown narratives. They clearly are not. They do, dos veces. Y allí no había imágenes. Alguien however, express an integral part of narrative. They pegó una estampita en la pared de una virgen y are narrative structures, for they are the expression of el único santito que tenían, [dicen quel un día the organizational principles around which detailed entró alguien borracho y le dio una patada y lo narratives can be constructed . . . they are quebró. dispositions to select, relate, and think of the events Marcelino— que llevaba caca de vaca a la of one's life in specific ways (Novitz, 1989: 64). iglesia (risas). Decía que era oro y que se lo Entonces había un loco —don ofrecía a la virgen, ¡pero no había ni virgen En este sentido, si por un lado los testimonios que siquiera! No había bancas, las ventanas estaban voy a presentar en las páginas que siguen no pueden ser así, pelonas... Entonces, yo note que la gente no considerados como narrativas totalmente terminadas, tenía ese fervor (nada más en los viejos, alguna por otro lado los mismos presentan la mayoría de los vez que estuve presente en algunos funerales)... elementos que caracterizan a una estructura narrativa. nada más los grandes sabían rezar, las gentes ya Así, los personajes que mis entrevistados desarrollaron mayores, las gentes de mediana edad (hablamos para entenderse a sí mismos y a los Otros, así como el de gente de 30, 40 años) ya no sabían rezar, tema o punto nodal de su trama argumental (por mucho menos los niños. No había este beatismo ejemplo, aquel que establece que "los juarenses son me- que ves hacia el sur, ¿verdad? Y otra cosa que nos católicos que los sureños", o aquel otro que sostiene me llamó mucho la atención: la segunda vez que que "los mexicoamericanos abandonan a sus muertos"), fue el padre fue a casar a la enfermera, y a mí me siempre estuvieron presentes y guiaron el proceso de dieron una cámara para que tomara unas fotos. selección y pensamiento acerca de los acontecimientos Entonces me puse en la parte de enfrente del de su vida, que es parte constitutiva de toda relación altar (donde se supone que iba el altar, que no con lo real. Tal vez un ejemplo ayude a entender que había altar nada más que pared) a tomar las estoy proponiendo en este apartado. fotos. Pero yo oía un bullicio así, y empezando En una entrevista que conduje con un grupo de por la novia, yo decía: ¡no es posible lo que yo profesionistas en Juárez, la trama argumental que estoy viendo! Ella volteaba y me veía, y luego establece que "los sureños son más católicos que los me decía que le daba "hueva". Me hacía así, que fronterizos" ya, y que ¿a qué hora?, y que el padre estaba apareció prominentemente. En tal entrevista Grisel me contó la siguiente historia: loco (risas). O sea, ¡en su propia boda! ¡Yo no podía creer esto! Y el padre hable y hable y Un fenómeno que yo vi cuando viví en la Sierra nadie le prestaba atención... Lo que me dí cuenta Tarahumara... que yo observé y me causó mucha es que fue un punto de convergencia social, de curiosidad, fue esa irreverencia hacia la iglesia... que todos los que no se habían visto en estaba un poco grande la iglesia, pero lo más chistoso muchísimo tiempo (porque estaba gente de todos es que estaba vacía, y en el uño que yo estuve allí, los ranchos aledaños) estaban platicando. ¡Mira!, vivien las señoras haz de cuenta, el padre hable y hable, y éstas volteadas y dice y dice y no sé qué y no sé qué tanto... o sea, ¡todo mundo platicando! Fue algo que yo me quedé... dije "esto en el sur no se da, ¡no, jamás, jamás! Y tienen un sacerdote allí de rigor y de seguro tienen oro y buenos... 62 PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD ¡Pero allí en la Tarahumara no tienen nada! rrativa trabaja incluso en el caso de narrativas parciales Entonces, eso es muy diferente, y el tarahumara es o truncas, como aquellas que conforman la mayoría de por conveniencia, un poco por conveniencia, los testimonios que voy a presentar más adelante, en religioso, puesto que las monjas eran las que se donde mis entrevistados se refirieron a los Otros encargaban de educar a los tarahumaras, porque no básicamente en términos categoriales. Como bien había casi escuelas para tarahumaras... plantea Sommers, tal criterio evaluativo En este caso Grisel nos relató una narrativa en el ...enables us to make qualitative and lexical sentido estricto del termino; distinctions among the infinite variety oí events, es decir, una historia con un argumento bien experiences, characters, institutional promises, and establecido, distintos personajes bien delimitados, un social factors that impinge on our lives... in the face comienzo, desarrollo y final, y una posición moral of a potentially limitless array of social experiences acerca de lo que es relatado. En dicha narrativa deriving from social contact whit events, institutions, Grisel (quien se define como fronteriza no católica) and people, the evaluative capacity of Emplotment claramente se identifica con los tarahumaras (indios, demands and enables selective appropriation in pero norteños al fin de cuentas) y su falta de respeto constructing narratives... (Sommers, 1992, p. 602). hacia la religión católica, al mismo tiempo que critica fuertemente el fanatismo religioso que ella cree En este sentido, la trama argumental que Grisel uso identifica a los habitantes del centro y sur de México. para componer la historia que citamos más arriba Así, Grisel tiene una muy bien desarrollada trama también le sirvió para organizar sus otros comentarios argumental acerca de su identidad religiosa/mexi- acerca de la práctica del catolicismo y sus diferencias cana, bastante similar a la trama hegemónica que entre sureños y fronterizos. Así, cuando Grisel usó establece que "los sureños son más católicos que los argumentos no narrativos para hablar de las diferencias fronterizos" (aquí expresada en términos positivos), e que ella nota, separa la práctica del catolicismo en el ilustrada por la historia que nos cuenta más arriba. El centro y sur de la República de su práctica en el norte, punto teórico que quiero enfatizar aquí es que las tales discursos fueron elaborados desde el punto de descripciones no narrativizadas que Grisel nos vista hiciera acerca de ella misma y los Otros en dicha construyendo para sí misma durante el curso de la entrevista también están influenciadas por su narra- entrevista. tiva identitaria. En otras palabras, cuando Grisel nos estuvo platicando en términos puramente categoriales acerca de ella misma y los Otros, todavía lo estaba haciendo desde el punto de vista del personaje que su trama argumental le dictaba; en este caso, desde el punto de vista de un mexicano no católico que se identifica en términos regionales como fronterizo. Lo que quiero enfatizar aquí es que el criterio evaluativo que guía toda construcción na del personaje religioso que Grisel fue En Juárez hay menos imágenes y menos iglesias, es que el centro de la República es muy diferente... yo creo que también tiene que ver el hecho de nuestra situación geográfica... la influencia que hubo con el indio en lo que fue el centro, sobre todo el centro de nuestro país religiosamente, allí tuvo que ver muchísimo con eso. Porque el tarahumara se les escapó, el tarahumara se fue a vivir a la montaña, y ¡allí la vemos! Y sim- 63 FRONTERA NORTE, VOL, 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 plemente, en cualquier pueblito (al) que tú te vas de funcionan las interpelaciones en la vida real de actores Puebla (¡no, no se diga Puebla, que mi madre dice sociales concretos y por que algunas interpelaciones que allí mean agua bendita!)... (en) algunos pueblos (en este caso, las interpelaciones religiosas, étnicas, de aquí de nuestro estado no ves la influencia de las regionales y nacionales) "pegan'' y otras no. De allí iglesias, y allá en el centro el pueblo, por más que mi propuesta teórica para el estudio de las pobrecilo que este, más chiquitín, no le talla su identidades intenta avanzar en la búsqueda de iglesia llena de oro, y esa es la gran, gran diferencia soluciones a los problemas de la teoría interpelatoria en ese sentido... usando los desarrollos de la teoría narrativa. Y lo intenta a través de plantear algo que, a primera vista, De esta manera, para tratar de dar cuenta de esta es claramente una tautología: la gente parece aceptar compleja relación que existe entre categorías y una interpelación (es decir, una propuesta de sentido narrativas identitarias, yo creo que la teoría narrativa ligada a una particular posición social) cuando ésta tie- puede solucionar algunas de las limitaciones que ne sentido para su construcción identitaria. Esta aquejan a aquellas teorías que se apoyan únicamente en tautología, sin embargo, esconde un intrincado proceso categorías e interpelaciones para entender el proceso de de ida y vuelta entre interpelaciones y tramas construcción identitaria. Esto es así porque, no obstante argumentales lo sofisticado de su formulación, el problema que recíprocamente. Así, mi idea es que los eventos enfrenta la teoría neogramsciana/neoalthuseriana de la sociales son construidos como "experiencia", no sólo articulación y las interpelaciones es que muchas veces en relación a discursos que les confieren sentido, sino no puede dar cuenta de por que una interpelación es en particular al interior de tramas argumentales que los exitosa y es aceptada por los actores sociales mientras organizan coherentemente. De esta manera, es justa- que otras son descartadas por los mismos. Muchas mente la trama argumental de mi narrativa identitaria veces los autores que trabajan con este marco teórico la que dirige el proceso de selección de lo "real", que terminan recurriendo a algún tipo de homología es concomitante a toda construcción identitaria. Y en estructural (poco discursiva, por supuesto) o, peor aún, esta selección de lo "real'' también entra 1.1 relación a algún residuo cartesiano que todavía acecha en las que se establece entre mi trama argumental y las sombras para volver a "centrar" una identidad que se múltiples interpelaciones que la cultura en general y creía definitivamente descentrada. De manera similar, si los sistemas clasificatorios en particular me ofrecen bien se habla en la teoría de la articulación de la lucha para identificarme. Esto es así porque también las por el sentido y de cómo distintas interpelaciones interpelaciones son evaluadas en relación a la trama luchan por establecer una correlación entre realidad y argumental de nuestras narrativas, de manera tal que discurso, nunca queda claro por que una interpelación dicha evaluación da comienzo a un complejo proceso es recurriendo de negociación entre narrativa e interpelación, proceso teleológicamente a la idea de hegemonía, que era, en que puede culminar de maneras muy diversas, que van principio, lo que se quería explicar. desde la aceptación plena de la interpelación en mas exitosa que otra, salvo Es aquí donde la idea de narrativa (como forma particular de discurso) puede venir a ayudarnos a entender mejor cómo 64 en donde ambas se modifican cuestión, porque la misma se "ajusta" sin problemas a la trama argumental de mi identidad (esto ocurre, por ejemplo, cuando un expediente de "culpar" a los discursos hegemónicos de migrante sureño cuya trama argumental se desarrolla tal o cual trama argumental, todo esto dicho sin dejar de alrededor descubre del personaje cómo los "católico tradicional" tener en cuenta cuán importante son los condicionantes juarenses interpelan sociales y los discursos hegemónicos para entender la religiosamente a los sureños en general), hasta el preeminencia de determinadas tramas sobre otras. No rechazo completo de tal interpelación, dado que la obstante, creo que entender la relación entre identidad misma no tiene forma de encajar en la narrativa de social - sistemas clasificatorios - interpelaciones - mi identidad (éste es el caso, por ejemplo, de narrativas acerca de uno mismo y los Otros de la aquellos mexicoamericanos que son interpelados manera en que lo estoy planteando nos permite avanzar como "pochos" por aquellos juarenses que usan la un poco más en la compleja búsqueda por comprender trama argumental que establece que "los mexico- el proceso de construcción identitaria. Al menos, ahora americanos están abandonando la le católica para tenemos un lugar mucho más concreto en donde buscar convertirse al protestantismo"). Lo más probable, sin la compleja interrelación entre estructura y agencia: en embargo, es que la interpelación y la trama las tramas argumentales de diferentes actores sociales. argumental se modifiquen en el proceso de encuentro Y esto nos ofrece la oportunidad de concretizar mucho y evaluación, ajustándose mutuamente aquí y allá en más la búsqueda de los contenidos de sentido común el proceso de construir una versión más o menos que guían nuestras acciones cotidianas. coherente del yo. A lo largo de este artículo tendremos la oportunidad de ver cómo un par de temas argumentales funcionan The life narrative is opon-ended: future actions and como puntos nodales que "centran" ciertas narrativas en occurrences will have to be incorporated into the la frontera. Así, los discursos que plantean que "los present plot. One's past cannot be changed ... juarenses son menos católicos que los sureños" y que However, the interpretation and significance of the "los mexicoamericanos son menos católicos que los [events of our past] can change if a different plot is ciudadanos mexicanos" funcionan como tramas narra- used to configure them. Recent events may be such tivas alrededor de las cuales muchos habitantes that the person's plot line cannot be adapted to include fronterizos construyen sus identidades coherentemente. them. The lite plot must then itself be altered or La primacía de estas narrativas determina la forma en replaced. The rewriting of one's story involves a major que distintos eventos sociales van a ser procesados, así life change -both in one's identity and in one's como los criterios que van a ser utilizados para priorizar interpretation of the world- and is usually undertaken acontecimientos y conferirles sentido. A lo largo de las with difficulties. Such a change is resisted, and people páginas que siguen veremos cómo estas particulares try lo maintain their past plots even if doing so tramas narrativas selectivamente darán cuenta de los requires distorting new evidence (Polkinghorne, 1988, diversos acontecimientos sociales, y los ordenarán para p.182). Por supuesto, aún queda por resolver el tema luego evaluar normativamente tales ordenamientos de por qué determinadas personas tienen determinadas (Sommers, 1992, p. 602). tramas argumentales y no otras, y resolverlo discursivamente, sin apelar a planteos homológicos o al fácil 65 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 contradictorio con su valoración de una identidad Narrativas identitarias y sistemas clasificatorios en Ciudad Juárez-El Paso "fronteriza", porque si por un lado consideran que su fácil acceso a Estados Unidos es un recurso muy ¿Qué es lo que conocemos sobre las identidades sociales en la región? Los resultados de nuestra investigación nos revelan que en Juárez son dos los discursos que aparecieron prominentemente para dar cuenta de uno mismo y de los Otros: uno que hace referencia a la región y otro que menciona a la nación como anclaje primordial de las identidades. Así, las muy repetidas frases "nosotros, los de la frontera", "nosotros, los de Juárez", "nosotros, los del norte", así como los rótulos "juarense", "fronterizo" y "norteño", son usados por los juarenses para dar cuenta de actitudes y comportamientos que los habitantes de la ciudad consideran rasgos peculiares de aquellos que viven en la región. En este particular sistema clasificatorio, los mexicanos son divididos por ciudad, estado y región y caracterizados concomitantemente. Empleando este sistema de clasificación regional, los juarenses realizan dos distinciones importantes: primero, entre "norteños" y "sureños", para distinguirse de los "chilangos" del Distrito Federal y de las poblaciones del centro y sur de México (muchas de las cuales supuestamente tienen mayor ascendencia indígena que los norteños); luego, diferencian a los "fronterizos" de aquellos otros norteños que no viven cerca de la frontera con Estados Unidos. Así, cuando un juarense encuentra a una persona de tez oscura que proviene de Veracruz, la categoría más importante para encuadrar dicho encuentro es el lugar de origen, no el color de la piel. Pero al mismo tiempo que los juarenses se reconocen en una identidad regional que los distingue del resto de los mexicanos, los habitantes de Juárez también se diferencian de los americanos que viven al otro lado de la frontera. Y esto no es 66 valorado, por otro lado esto no significa que necesariamente quieran vivir en Estados Unidos, o convertirse en "mexicoamericanos". Así, muchos de nuestros entrevistados enfatizaron las ventajas de lo que podría denominarse como un "estilo de vida mexicano" en relación con la frenética cultura consumista que pareciera caracterizar a los residentes estadunidenses. De esta manera, al constituir una particular identidad fronteriza, los juarenses defienden simbólicamente una forma de ser y de vivir que, si bien reconoce la influencia estadunidense, no deja de valorar su mexicanidad. En El Paso, los discursos más reiterados que encontramos hacen alusión a las identidades étnicas y nacionales, mientras que las identidades regionales no son tan preeminentes. Así, cuando un paseño encuentra a una persona de raza negra que nació y fue criado en Nueva York, la categoría más importante para encuadrar dicho encuentro es la racial, no la regional. En El Paso, como en otras áreas del país, el discurso étnico es muy importante. Sin embargo, al tratarse de una ciudad fronteriza, dicho discurso se combina con un discurso de corte nacional provocando una mezcla muy volátil que hace aparecer cualquier cosa que quiera ser estigmatizada como mexicana. No es casual que en El Paso el nombre de la pobreza se pronuncie siempre en español, en un lugar donde el español es sinónimo de mexicano. Así, los barrios pobres de la ciudad no son conocidos con los nombres que habitualmente circulan en el sentido común del resto de Estados Unidos (slums, ghettos o shanty towns), sino como "colonias", y esto sucede independientemente del idioma en que se hable o la etnicidad del que habla. De PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD manera similar, al Second Ward —uno de los barrios salvedad de que la versión en inglés exige el pago de la mexicanos más pobres y antiguos de El Paso— casi cuenta en forma inmediata, asumiendo que los anglos todo el mundo lo llama "Segundo Barrio", ya sea en que acuden al hospital sí pueden hacerlo, mientras la contextos públicos como privados, y el nombre versión en español anuncia a los clientes que pueden "Segundo Barrio" se ha convertido casi en un recibir sinónimo de pobreza en El Paso. En este contexto, el implícitamente asumiendo que los clientes mexicanos o uso del español para hacer referencia a la pobreza mexicoamericanos son los únicos que necesitarían este mata dos pájaros de un tiro, porque el español es, al tipo de ayuda. Además de discriminar en contra de los mismo tiempo, la lengua que se habla en México, y la anglos pobres que no entienden español y que de esa marca cultural de la comunidad mexicoamericana en manera no se enteran de que pueden recibir ayuda Estados Unidos. Así, el uso del español para nombrar económica, la factura del hospital Thomason refuerza la pobreza en El Paso es una parte importante del aún más algo que ya forma parte del sentido común de discurso hegemónico local, el cual invoca, al mismo la ciudad: todo aquello que tenga que ver con el idioma tiempo, los dos sistemas clasificatorios de más español y con México como país o como etnia es preeminencia en la ciudad, el étnico y el nacional. ¿Es sinónimo de pobreza en El Paso. ayuda financiera si así lo necesitan, sólo producto de la casualidad o de un error Y es justamente sobre este telón de fondo que los administrativo el que las facturas del hospital público habitantes de El Paso construyen su identidad social. de la zona sólo contengan una versión en español Demás está decir que en este contexto la constitución ofreciendo ayuda financiera para pagar las cuentas de una identidad valorada es mucho más fácil para los médicas?: anglos de clase media que para los mexicoamericanos.3 Los primeros (y todas aquellas personas de diversas Courtesy Reminder. Please remit full payment due etnicidades —incluidos los mexicoamericanos— que today. Contad the business office regarding your comparten con los anglos esta particular narrativa account. identitaria), usando un sistema de clasificación étnico, tienden a poner a los mexicanos y a los mexicoame- Si no le es posible hacer pagos en sus cuentas de servicios médicos posiblemente califique para recibir ayuda financiera. Por favor llame al 5345908 o 534-5918 (El Paso Times, 9 de marzo de 1993). ricanos en una misma categoría dado que ambos grupos pertenecerían al mismo grupo étnico. Los mexicoamericanos, por otro lado, parecen mezclar constantemente diversos sistemas clasificatorios para dar Así, la factura del hospital sí contiene un mensaje bilingüe, pero con la pequeña .3 Todavía no tuvimos la oportunidad de entrevistar a anglos pobres. Obviamente, el proceso de construcción identitaria de este grupo es, por lo menos, dificultoso, dado que deben dar cuenta de su pobrera en un contexto donde el discurso hegemónico establece que los anglos no son pobres. No obstante no haberlos entrevistado, podemos avanzar algunas ideas acerca de la narrativa que seguramente utilizan para armar su identidad. Muchas veces, para entramar su pobreza, estos anglos pobres plantean que ellos son pobres porque no pueden acceder a trabajos decentes dada la existencia de lo que en ingles se ha dado en llamar "reverse discrimination". En El Paso este tipo de discriminación muchas veces es asociado al requisito de ser bilingüe (algo que ellos no son) que muchos empleadores ponen para contratar personal en una ciudad que depende en cerca de un 50 por ciento de los consumidores mexicanos para sostener su comercio. 67 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 cuenta de sí mismos y los Otros. Así, suelen usar la idea nuestros entrevistados como una "vara" para medir el de nacionalidad para separarse de los ciudadanos grado de mexicanidad del Otro, y aquellos que eran mexicanos, definidos como "más" católicos automáticamente eran pero recurren a la etnicidad para diferenciarse de los anglos. La dificultad en el proceso evaluados como "más" mexicanos. de construcción identitaria es más aguda para aquellas Así, en el lado mexicano de la frontera, las personas que, por diversos motivos, han decidido no distintas maneras de practicar el catolicismo fueron usar están mencionadas muchas veces para establecer las disponibles en la zona: la que usa la metáfora del dos narrativas preestructuradas que diferencias que nuestros entrevistados creen separan a "melting pot" y que plantea la necesidad de que los los sureños de los fronterizos. De esta manera, los mexicanos abandonen su cultura originaria para sureños entrevistados plantearon que los fronterizos asimilarse a la sociedad estadunidense, y la narrativa son menos tradicionalmente católicos que ellos chicana, que puntualiza el carácter discriminador de la mismos, al mismo tiempo que argumentaron que, al cultura y sociedad de Estados Unidos. ser menos católicos por definición, también son menos tradicionalmente mexicanos que los sureños. Los Discursos y símbolos católicos entre mexicanos y mexicoamericanos La variedad de tramas narrativas que encontramos en nuestro trabajo de campo es tan grande, que es imposible presentar un inventario exhaustivo en este artículo. De ahí que me concentraré en una trama argumental que organizó las narrativas identitarias de muchos de nuestros entrevistados de ascendencia mexicana a ambos lados de la frontera. Y la selección de esta trama argumental (tanto por los entrevistados como por el investigador) no es hecha por casualidad, sino que adquiere relevancia dada su íntima conexión con uno de los aspectos centrales de toda construcción identitaria: su dimensión moral (Taylor, 1989). La referida trama argumental sostiene que mientras los mexicanos en general comparten la fe en la religión católica, por otro lado difieren en la forma concreta en que practican dicha fe; y esta diferencia, a su vez, es ligada a una evaluación acerca del grado de mexicanidad que tendrían los mexicanos viviendo en distintas regiones de la República y/o Estados Unidos. En este sentido, podríamos decir que la religión católica fue usada por muchos de 68 fronterizos, por otro lado, también usan el catolicismo, pero esta vez para diferenciarse tanto de lo sureños como de los estadunidenses en general (anglos y mexicoamericanos por igual). En el caso de estos últimos, sin embargo, la comparación ya no es entre distintas maneras de entender el culto católico, sino lisa y llanamente entre religión y no-religión, como si ser protestante y no católico significara no profesar religión alguna. Algunos de nuestros entrevistados en Juárez también plantearon que ellos sienten que los mexicoamericanos están en un proceso de abandono de la religión católica (y por ende, también estarían abandonando su mexicanidad), ya sea incorporando catolicismo o prácticas protestantes convirtiéndose en su directamente al protestantismo. En el lado estadunidense de la frontera los mexicoamericanos que son católicos también usan la religión para enfatizar sus diferencias respecto de los ciudadanos mexicanos, otros mexicoamericanos que se han convertido al protestantismo y en relación con los anglos. Muchos de ellos reconocen sin problemas que practican un tipo diferente de catolicismo que los ciu- dadanos mexicanos, sin embargo, orgullosamente argumentan que ellos aún son católicos (y, por lo tanto, que aún merecen ser llamados mexicanos). En este sentido, para este tipo de narrativa, los "verdaderamente" no católicos (y, por ende, no mexicanos) no serían ellos mismos, sino los anglos y los mexicoamericanos que han abandonado el catolicismo para abrazar cultos protestantes. El lado mexicano de la frontera, o cómo los sureños se consideran a sí mismos más católicos que los fronterizos y estos últimos se consideran más católicos que los mexicoamericanos En la mayoría de las entrevistas que sostuvimos en Juárez, la íntima relación que pareciera haber entre catolicismo y mexicanidad fue un tema prominente. Y esto fue así independientemente de las características socioeconómicas de nuestros entrevistados. El juego de entrevistas que realizamos en un sindicato es una buena ilustración de lo que estamos diciendo. Allí tuvimos la oportunidad de entrevistar a un grupo de jóvenes que trabajan para diversas maquiladoras instaladas en Juárez. Los participantes de dichas entrevistas fueron Aurora, quien migró desde Veracruz en 1991; Secundino, originario de San Luis Potosí, y Felipe y Jesús, juarenses nativos. De acuerdo con estos entrevistados, Juárez padecería de una cierta falta de "cultura mexicana" (una opinión muy extendida en todo el interior de México), fenómeno que tendría dos facetas interrelacionadas entre sí. Por un lado, nuestros entrevistados argumentaron que las costumbres mexicanas están más profundamente enraizadas en el centro y sur de México que en la frontera norte. Por otro lado, también plantearon que en Juárez las costumbres estaduniden PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD ses parecen haber remplazado a las mexicanas. En relación con el primer punto, estos entrevistados puntualizaron que ciertas tradiciones mexicanas que son muy importantes en el sur de México casi no se practican en Juárez. Lo interesante de hacer notar es que estos trabajadores casi siempre se refirieron a costumbres y celebraciones católicas como si fueran el epítome de la cultura mexicana, como si la primera fuera sinónimo de la segunda: FELIPE: Por ejemplo, ahora que fui a México... en cada vecindad... ¿qué había?... ¡pero señores, altares a la Virgen de Guadalupe! ÁNGELA: Y aquí en Juárez, ¿se ve eso? ¿Ustedes lo han visto? FELIPE: ¡Yo no lo he visto! AURORA; No... mira, ni las iglesias son iguales... allá son diferentes... allá las colonias se reúnen todas... — si son de escasos recursos— y ponen su altar así, específicamente para la Virgen de Guadalupe. ¡Pero muchas!... porque allá se acostumbra de que la época de cada santo... si es la Virgen de Guadalupe, se le lleva serenata a la Virgen. Se reúne todo el pueblo... se reúne y van, colonia por colonia, dándole serenata al altar. Y fuera de las casas se ponen veladoras, porque es la idea de que si se alumbra la casa, por allí pasa la imagen y te da bienestar y alegría a su casa. Y también... se pone en la casa el altar, uno le pone lo que les gusta a los muertos, por decir así, que les gusta en vida. Toda la comida... y se acostumbra que se reúna toda la familia después que se llevan las flores, se come toda la comida... y al altar se le ponen calaveras, con los nombres de los muertos, las velas, todo. Así, para alguno de nuestros entrevistados, la "falta de cultura en la frontera" en realidad refiere a la falta de costumbres 69 FRONTERA NORTE, VOL 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 mexicanas en Juárez, en donde dichas costumbres son me llamó la atención ese panteón... O sea, por esa entendidas mayormente como costumbres católicas. Y costumbre, entonces, digo: si estando aquí mismo, esta sinonimia es realmente poderosa, ya que cuestionar ¿por que no... [respetarla]? el catolicismo de los juarenses es cuestionar uno de los aspectos más importantes de una identidad compartida, Nosotros creemos que, al criticar la forma en que es decir, es cuestionar si los sureños realmente los juarenses se ocuparían de sus seres queridos ya comparten con los fronterizos un sistema de valores que fallecidos, Aurora y Secundino establecen una está más allá de las diferencias circunstanciales que diferencia entre ellos mismos y los juarenses en la separan una región de otra. manera en que estos últimos lidian con el tema de El cuidado de los muertos es una de las costumbres continuidad a través del tiempo. Al afirmar que los católicas más importantes que los sureños cuestionan juarenses abandonan a sus muertos, estos jóvenes acerca de los juarenses: migrantes sureños parecen argumentar metafóricamente que los fronterizos rompen toda SECUNDINO: También sobre lo que hemos estado relación con su propio pasado en particular y con la comentando de nuestras tradiciones, que tenemos tradición mexicana en general. Así, Secundino más arraigadas en el centro y sur... para aquellas directamente acusa a los juarenses de faltarle el partes tenemos un respeto muy grande por nuestros respeto no sólo al espacio que los muertos deberían difuntos, por los lugares en que reposan... Aquí, ocupar (sus tumbas y lápidas), sino también al espacio precisamente, observamos que ya no le importa a que el pasado debería ocupar en la vida de los mucha gente, de acuerdo a sus necesidades... va y le juarenses, como si no hubiera espacio para el pasado invade cualquier territorio que les indiquen. "Ahí se mexicano en la forma en que los fronterizos puede, ahí mero..." O sea, me tocó leer notas y ver construyen su presente y su futuro. De esta manera, de que destruyen las mismas tumbas para utilizar acuerdo con Secundino, los muertos (usados aquí material del que estaba ahí. como metáfora de las tradiciones mexicanas) deberían AURORA: ...yo conocía un panteón que esta por tener un espacio fijo y consagrado en la vida de los allá, por el parque Bermúdez. A mí me llamó la mexicanos, algo que los sureños cumplen, pero no así atención ese panteón, cuando lo vi... porque, como los juarenses. dice él, allá tenemos respeto hacia los muertos, les Adicionalmente, estos entrevistados relacionan el hacemos sus tumbas y esos territorios nos dan abandono de los muertos —es decir, el abandono del papeles... de que ese pedacito nadie lo tiene que pasado y de las tradiciones mexicanas— con la invadir, nosotros no lo permitimos. Entonces, aquí vi incorporación de costumbres estadunidenses de parte que nada más una planchita... una plaquita y todo, de los juarenses, costumbres tales como usar placas en entonces es la diferencia que he visto en Estados lugar de cruces y flores plásticas en lugar de naturales. Unidos... pues aquí están adoptando esa costumbre... Por supuesto, estos entrevistados lamentan que los Porque nosotros por allá se les acostumbra que se les juarenses lleve flores naturales, y aquí he visto que... o sea, conservar las costumbres mexicanas, permitiendo, de como Estados Unidos, ¿no?, nada más flores de esta manera, que las tradiciones estadunidenses plástico... y ya, por eso remplacen a las mexicanas: 70 supuestamente no hagan nada para Entonces, cuando llegué aquí, que no... PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD sus propias diferencias con los estadunidenses. De ahí que Santa Claus, que esto, que el otro, y decía yo: que no sea accidental que Aurora haya planteado: "Y yo "¿Pero por qué?"... Y yo siempre les he dicho: siempre les he dicho: `Pues vamos a ser mexicanos, si "Pues vamos a ser mexicanos, si somos de aquí... somos de aquí... ¡vamos a ser mexicanos!'" AURORA: ¡vamos a ser mexicanos!" Ahora nosotros mismos Por supuesto, algunos juarenses entrevistados no estamos... bueno, aquí mismo, están educando a tuvieron otra alternativa que reconocer que practican un sus hijos a costumbres de allá... los padres, tipo diferente de catolicismo del que se practica en el esteee... adoptan4 a los hijos a que tengan costum- sur y centro de México. Sin embargo, distintas personas bres de allá. hicieron este reconocimiento de manera diferente. Algunos entrevistados, por ejemplo, no tuvieron ningún De acuerdo con este tipo de narrativa, tanto el problema en aceptar que las costumbres en Juárez son ethos como la identidad mexicana son actualizados muy diferentes de las practicadas por los sureños y que a través de prácticas que también son esenciales dicha diferencia reside en la poderosa influencia que para el mantenimiento de la fe católica. Así, el no tiene la cultura estadunidense en la frontera. Esto fue lo practicar dichos rituales es parangonado con aban- que aconteció en un juego de entrevistas que donar la "verdadera" identidad mexicana. Pero a su mantuvimos con un grupo de estudiantes nativos de vez, de acuerdo con estos entrevistados, la ausencia Juárez de alrededor de 20 años, los cuales asisten a de rituales católicos no significaría la ausencia de clase en un instituto profesional (en búsqueda de un prácticas religiosas, sino que lisa y llanamente los título ritos católicos habrían sido remplazados por otras mecanógrafos, para convertirse en secretarias/os u prácticas que son ajenas tanto al catolicismo como, oficinistas especializados), viven en barrios de clase supuestamente, a las tradiciones mexicanas. Aquí, el media baja, trabajan medio tiempo o tiempo completo estigma de la "falta de cultura" que tiene la frontera en empleos de oficina no especializados, y cuyos padres norte en todo el resto de México se transforma en la son inmigrantes que arribaron a Juárez provenientes de también muy difundida imagen de "agringados" que otros estados del norte de México (Durango, Coahuila, los norteños tienen. De esta manera, el usar la etc.). Estos entrevistados trataron de "probarnos" por religión que todos los medios que los juarenses y los fronterizos son separarían a sureños de juarenses es una estrategia una especie muy particular de mexicanos —más narrativa más que poderosa. Esto es así ya que el modernos, liberales y con mayor amor al trabajo que los catolicismo no sólo ocupa un lugar central en el sureños—. Así, estos estudiantes no se sintieron proceso de construcción identitaria de los mexicanos avergonzados de la influencia religiosa que Estados en general, sino también porque la religión católica Unidos ejerce sobre para establecer las diferencias no oficial de ayudantes de oficina o es una de las marcas culturales más importantes que tienen los fronterizos para establecer 4 Éste es un error gramatical muy común en la frontera. Aurora utilizó el verbo "adoptar" en lugar de "adaptar", mezclando dos sentidos que, si bien son diferentes, no obsante están interrelacionados. Así, uno puede adoptar una costumbre extranjera y adaptar su comportamiento a tal costumbre. En la frase de Aurora, pareciera ser que los padres juarenses estarían adaptando las costumbres de sus hijos a las nuevas costumbres estadunidenses por ellos adoptadas. FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 la frontera, ni tampoco de que tal influencia haya lado mexicano de la frontera al estadunidense, como cambiado algunos rituales católicos en Juárez: veremos más adelante) parece estar caracterizado por un debilitamiento de las costumbres católicas JORGE: Por ejemplo, aquí tenemos una costumbre tradicionales, por otro lado también parece estar que... que es más bien una costumbre de Estados caracterizado por una privatización en la práctica de Unidos, que aquí le llamamos el Día de la Coneja, en la fe católica: Pascua. Aquí le hacen... lo que se hace aquí es estilo Estados Unidos, y para allá para el sur no, creo que... ÁNGEL.A: Muchas personas de El Paso nos queman un Judas y... muchas cosas así, y aquí no, decían que en Juárez la gente ¡ponía santas en los ¡aquí es muy diferente! Aquí se usa que... las porches, pero que en El Paso no... ¿Ustedes qué canastas, que... los huevos de dulce y eso... ¡y allá no, piensan de todo eso? allá se usa más comida! Comida... La fiesta... JESÚS: Bueno, de tener imágenes así, por fuera de la casa no, pero me imagino yo que por En las entrevistas que realizamos en el sindicato dentro sí, mencionado con anterioridad, los juarenses nativos que FELIPE: Bueno, yo sí he visto... pero sólo en participaron en las mismas también reconocieron que muy pocas casas... dos o tres, pero así como se ve ellos practican un tipo de catolicismo distinto, más allá en el sur, no... ¡Aquí no es pueblo! "moderno". Sin embargo, a diferencia de Jorge, algunos de ellos también se lamentaron de que en Juárez se hayan perdido algunas costumbres católicas tradicionales como se practican en el sur. Al mismo tiempo, estos entrevistados puntualizaron otra JESÚS: ...hay mucha gente que en las colonias sí hacen su altar y sus matachines, y todo eso... FELIPE: Pero estoy seguro que allá [en el sur] más... diferencia que ellos sienten los separan de los sureños, quedan permanentes... FELIPE: Bueno, como le digo... o sea, afuera diferencia que ocupó un lugar prominente en la mayoría de la casa, pues son contadas las casas... las que de nuestras entrevistas en ambos lados de la frontera. yo he visto. Pero sí... al entrar a una casa de Así, cuando nuestros entrevistados se refirieron a los inmediato vemos a un Cristo o a la Virgen de cambios Guadalupe... pero de que tengamos el altar afuera que ciertos ritos católicos estarían experimentando en la frontera (y, por lo tanto, a los AURORA: Allá de la casa, no. cambios que ciertas costumbres mexicanas estarían entre De este modo, nuestros entrevistados plantearon catolicismo y mexicanidad que antes mencionáramos), que ellos practican una versión más moderna de otro punto que frecuentemente apareció en las catolicismo ("¡Aquí no es pueblo!"), en la que no es entrevistas fue la diferencia entre el carácter público del necesario desplegar públicamente el carácter de la fe catolicismo en el sur y centro de México, contra su practicada. A su vez, estos trabajadores identificaron carácter más privado en la frontera con Estados Unidos. la forma "vieja" y menos moderna de practicar el De esta manera, si por un lado el movimiento catolicismo con el sur de México y con los geográfico que va del sur al norte de México (y del inmigrantes sureños arribados a Juárez atraídos por la experimentando, dada la interconexión industria maquiladora, ya que es un componente del sentido común de la ciudad el asumir que los residentes pobres que habitan las 72 PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD colonias de la periferia son básicamente sureños ticar el catolicismo sólo se preservaría en el sur de ("...hay mucha gente que en las colonias sí hacen su México, en el campo o entre la gente mayor que vive altar y sus matachines, y todo eso"). Es interesante en hacer notar que estos entrevistados están mezclando modernizados y "agringados", como ellos mismos, dos lógicas que, al menos analíticamente, podrían practicarían una versión más aggiornada de la fe considerarse como diferentes. Me estoy refiriendo a católica: Juárez. En cambio, los jóvenes juarenses la distinción entre moderno/tradicional por un lado y urbano/rural por el otro. Así, el comentario que SALVADOR: Felipe hace acerca de que Juárez no es pueblo parece serie de santos colgados en la pared del patio de una Bueno, esto luna foto mostrando una referirse a ambas dicotomías simultáneamente, y que casa humilde] es Juárez... Sin embargo, se me nuestro entrevistado hace un paralelismo entre mo- "afigura" que ésta es gente ya grande... dernización y urbanización. Pero el testimonio de PAULO: ¿Por que? SALVADOR: Este tipo Felipe (y muchos otros en la misma dirección que escuché introduce en innumerables otra dimensión entrevistas) a la también construcción moderno/urbano. Me estoy refiriendo a la dimensión de altares, los católicos nuevos ya no los hacen... CAROLINA O una casa vieja de rancho... porque está en un lugar muy transitado para mí... regional: "Pero estoy seguro que allá [en el sur] SALVADOR: Sí... ésta es una persona grande, más..." En este sentido, la lógica moderno/urbana se estamos hablando de una persona de 55 años a 60 complejiza aún más cuando es encuadrada en años. términos regionales, dado que tal catolicismo "tradicional" estilo sureño sería practicado, según nuestros entrevistados, también por aquellos que PAULO ¿Y por que piensa usted que no podrían ser personas jóvenes? SALVADOR: viven en la ciudad de México, ¡la ciudad más En la frontera... ¡híjole!, llevamos "urbanizada" y "moderna" del país! Se puede ver una vida más rápida, acostumbrados a lo práctico aquí, una vez más, cómo lo regional sobredetermina en El Paso, Texas... no tenemos toda la tranqui- otras posibles lógicas para dar cuenta de actitudes y lidad espiritual. Pero muchos ni eso... como mi comportamientos. esposa, no porque... la irresponsabilidad religiosa... El tema de los juarenses practicando una versión pero Dios está en todas partes. más moderna de catolicismo también fue prominente en una serie de entrevistas que mantuvimos con De esta manera, si por un lado Salvador reconoce algunos gerentes de maquiladoras. Algunos de los que él practica una participantes de estas entrevistas fueron Salvador y norteamericanizada de catolicismo, por otro laclo no Carolina, ambos de alrededor de 30 años de edad y plantea que tienen un título profesional en administración de completamente. Es por esto que Salvador termina su empresas que los habilita para trabajar como gerentes intervención acotando; "Pero muchos ni eso... como mi intermedios en una maquiladora estadunidense en esposa, no porque... la irresponsabilidad religiosa... Juárez. De acuerdo con estos entrevistados, la forma pero Dios está en todas partes". Y la defensa que hace tradicional de prac Salvador de su catolicismo no es algo sin importancia; que ha versión abandonado más moderna la fe y católica al contrario, es una muy bien desarrollada estrategia na- 73 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 rrativa para contrarrestar algo de lo que él está muy consciente, es decir, de las críticas sureñas al supuesto abandono de la fe católica por parte de los juarenses. Es interesante puntualizar que cuando los juarenses describen aquellas cosas que ellos sienten los separan de los mexicoamericanos, prácticamente utilizan los mismos argumentos narrativos que los sureños usan para negarles a ellos mismos su catolicismo/mexicanidad. Así, si por un lado muchos juarenses entrevistados reconocieron que ellos ya practican una versión diferente de catolicismo si se le compara con la forma en que profesan su fe los sureños, por otro lado ellos aún se consideran a sí mismos como muy cercanos a la tradición católica, algo que les niegan a los mexicoamericanos. Una vez más se hace evidente cómo una identidad regional (o en este caso nacional) se entrecruza con una identidad religiosa para trazar una línea imaginaria de lo que parece ser una de las batallas simbólicas más importantes de la frontera. Me estoy refiriendo a la lucha por la definición de qué es y quiénes son los mexicanos. Es en este contexto en el que muchos de nuestros entrevistados juarenses marcaron las diferencias que los separan de los mexicoamericanos citando la influencia de la cultura estadunidense sobre éstos, casi sin variantes respecto de la narrativa que, como ya hemos visto, los sureños desarrollan para establecer a los juarenses como los Otros. Así, estos entrevistados primero puntualizaron sus diferencias religiosas en relación con los estadunidenses en general, para luego establecer lo que distingue su catolicis mo del practicado por los mexicoamericanos. Aquí, como vimos que aconteció en el debate entre sureños y juarenses, el culto a los muertos parece ocupar un lugar central en la diferencia que separaría a los fronterizos de los norteamericanos: FELIPE: Y allá [en Estados Unidos] no hacen nada, ni siquiera existe un día de muertos especia], ¿verdad? AURORA; O sea, es el Hallowen el día y en la tradición mexicana es el 1 y el día 2 de muertos, o sea los Santos Difuntos. ROBUSTIANO: Abandonados, ¿verdad?... Panteones muy viejos... yo me imagino que ya ni familiares existen. MARGARITA: Pero también... porque acá los visitan más que allá. LOURDES: ¿Por qué aquí los visitan más que allá? MARGARITA: Sí, porque aquí (en una foto- grafía tomada en El Paso] ya ni les ponen sus florecitas... PABLO: ¿Y por qué piensan que existe esa diferencia? MARGARITA: Y aquí, en los panteones hay siempre gente, porque visitan aquí más. PAULO; ¿Y por qué pasa eso? MARGARITA: Porque allá son más olvidados de los seres queridos...5 De esta manera, el proceso de establecer las diferencias religiosas entre mexicanos y norteamericanos se desplegaría en dos direcciones. Por un lado, muchos de nuestros entrevistados puntualizaron que la gente en Juárez es mucho más familista que en Estados Unidos, porque 5 74 Robustiano y Margarita migraron a Juárez desde Parral, Chihuahua, hace mas de 20 años. Viven en una colonia muy pobre al poniente de la ciudad y ambos tienen trabajos por cuenta propia. Margarita, que no sabe leer ni escribir, atiende un pequeño negocio de comestibles y bebidas instalado en su casa. Robustiano, que solía pasarse de mojado y trabajar ilegalmente en Estados Unidos, cría gallinas en un lote muy cercano a su hogar. recuerdana sus seres queridos aun luego de fallecidos. PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD ROBUSTIANO: Vaya a ver usted a aquellos que Por otro lado, también plantearon que la gente en enterraron... ¡olvidados! Y toda la gente católica, Juárez es mucho más católica que en El Paso, dado oiga, ¡parece que está enfiestado todo el panteón! Y que los juarenses respetarían la tradición católica de aquellos otros se ven muy tristecitos porque ninguna recordar a sus muertos, algo que los paseños frutita, ninguna... ahora, digamos... los hermanos y supuestamente no harían, debido a la gran influencia todo no les ponen cruces ni nada... nomás se entierran del protestantismo estadunidense en sus prácticas y se olvidan... por eso es que están abandonados estos religiosas: panteones. MARGARITA: La razón es que allá están aban- Pero Robustiano no sólo se considera a sí mismo donados... Allá dicen "ya se murió, ya se acabó" y diferente de los estadunidenses que son protestantes, aquí ya muertos se recuerdan. sino también de los que son católicos, entre ellos los ROBUSTIANO: Es que también todo eso, mexicoa-mericanos. Y esto es así porque desde el punto ¿verdad?, todo eso de los panteones, todo eso va a de vista de Robustiano el catolicismo no se practica de lo de las religiones que existen allá. Allá sí se me la misma manera en ambos lados de la frontera. De esta figura ver que hay más religiones que aquí, aquí manera, Robustiano utiliza el mismo tipo de narrativa hay más catolismo [sic], por ejemplo, entonces, por crítica en relación con los mexi-coamericanos que los medio del catolismo llevamos la tradición de sureños utilizaron para criticar a los juarenses con arreglar los panteones y todo eso... y allá en anterioridad. Estados Unidos hay más hermandad y todo eso que... se muere aquella persona y ¡ya, ahí se ROBUSTIANO: Yo me imagino que es distinto el queda!... Y aquí, como hay muchos católicos y todo catolismo [sic] allá en Estados Unidos, porque en eso, hay una tradición en arreglar las tumbas. Estados Unidos ahí sí se trabaja, digamos ahí no hay tiempo de descansar ni nada de eso... Digamos, pues, Es interesante notar aquí cómo Robustiano plantea por medio de! trabajo, digamos que no tiene tiempo que en El Paso hay más religiones que en Juárez. A lo para predicar el catolismo, por ejemplo, porque sabe que hace referencia nuestro entrevistado es al hecho que allá se trabaja duro... y las mismas drogas de que la gente, desde el punto de vista religioso, es [deudas] los hacen trabajar y trabajar... porque yo más homogénea en Juárez que en El Paso, ya que en también anduve trabajando en Estados Unidos, y yo la primera ciudad casi todos son católicos, mientras no, yo hasta los viernes y, ¡vámonos!, ¡había gente que en el lado estadunidense de la frontera la gente que no descansaba ni los domingos!... profesa diferentes tipos de protestantismo ("hermandades", en la narrativa de Robustiano). El argumento desarrollado por Robustiano plantea Nosotros creemos que su argumento es una crítica que, dado que los estilos de vida de ambos lados de la velada a la manera en que los norteamericanos frontera son tan distintos, también son diferentes las establecen para formas en que la gente practica la religión católica. En Robustiano, el que un país o una región tenga más de su narrativa Robustiano parece sugerir que para ser un una religión no es un rasgo positivo, al contrario: católico "a la mexicana" se necesitaría disponer de su relación con Dios. Así, cierto tiempo libre, 75 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 algo de lo que los mexicoamericanos carecerían, dada Yo digo, a mí me han tocado muchos amigos que su tendencia a trabajar y consumir desenfrenadamente. se han ido para allá, católicos, digamos viciosos, Así, Robus-tiano argumenta, por un lado, que los y ya cuando se van de aquí para allá, digamos va norteamericanos los cuando vienen para acá ya vienen con otra fe, mexicanos, pero por otro lado también puntualiza que digamos en otras religiones. Pero digamos, yo me los católicos fronterizos serían más católicos que los pongo a platicar: mexicoameri-canos. Una vez mas se hace evidente "¿Y por qué te metiste a eso?" "No, pues sabes cómo la gradación de mayor a menor catolicismo que (que ya me anclaba llevando el1 carajo de hiciéramos notar está presente en la narrativa de sureños hambre; tuve que recurrir a otras religiones para y juarenses; se repite cuando el debate acerca de la mantener mi familia y comer yo; "religiosi-dad/mexicanidad" se establece entre me- entonces de allí para allá tuve que meterme a la xicanos y mexicoamericanos. hermandad en Estados Unidos". Y por eso yo me son menos religiosos que Es así como a través de todos estos procesos narrativos se establece una suerte de jerarquía en relación con identidades el catolicismo regionales y entre las nacionales imagino que por eso viene siendo esto, a eso recae. distintas que son Y aquí Robustiano no solamente está preeminentes en la frontera, jerarquía que sirve de describiendo cómo algunos mexicanos migrantes se metáfora para establecer grados de mexicanidad. Dentro convierten al protestantismo, sino también cuál es el de esta jerarquía los sureños supuestamente practicarían destino de muchos fronterizos del lado mexicano de un catolicismo más tradicional, los fronterizos una la frontera. Esto es así porque es muy común que versión más moderna y norteamericanizada del mismo, denominaciones protestantes estadunidenses vayan y los mexicoamericanos una vertiente totalmente a los barrios pobres de Juárez para distribuir ropa y norteamericanizada o, aun peor, directamente ya no lo comida, y así engrosar su feligresía. practicarían. Como parte de este tipo de narrativa se gente abandona ciertas prácticas católicas, otras Chícanos, inmigrantes mexicanos y catolicismo en Estados Unidos prácticas religiosas las remplazan, sobre todo aquellas Como vimos más arriba, cuando analizamos la promovidas por las distintas denominaciones pro- relación entre religión y diferenciación regional testantes. entre ciudadanos mexicanos, ciertas prácticas entiende, implícitamente, que al mismo tiempo que la PABLO ¿ Y por qué piensa usted que la población mexicana del otro lado ya ha dejado de ser católica? ROBUSTIANO: Sí, en Estados Unidos la mayoría que se va de aquí se va por pobreza; entonces, cuando, se va el mojado, que se va por pobreza, no encuentra trabajo, y es a donde va a recaer, digamos a los hermanos. Y todo eso para que los ayuden... católicas fueron utilizadas por muchos entrevistados para "medir" el grado de mexicanidad de los Otros (y, en consecuencia, de ellos mismos). Así, para algunas de las personas participantes en las entrevistas, los sureños tuvieron un mayor puntaje que los juarenses en el rubro catolicismo (y, por lo tanto, también en el rubro mexicanidad). Un mecanismo muy similar fue descrito cuando analizamos como algunos juarenses piensan que los chicanos son "menos" católicos que ellos mismos (y, de paso, menos mexicanos también). En esta sección vamos a 76 PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD analizar la misma trama narrativa pero desde el punto gusta a los difuntos, y mariachis y todo eso. Pero eso son cosas ya... MARTA: Son cosas secundarias, porque... HUMBERTO: ...que están fuera, fuera ya de lo común. de vista de los migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos, es decir, desde el punto de vista de aquellos que, en las narrativas de los juarenses, obtuvieron un puntaje muy bajo en las categorías Es interesante puntualizar aquí que tanto Marta catolicismo/mexicanidad. Humberto y Marta formaron parte de un grupo de como Humberto consideran que la forma "normal" o inmigrantes recientes que entrevistamos en El Paso. "común" de practicar el catolicismo es, no casualmente, Ambos viven en un barrio de clase media baja y la forma en que ellos mismos lo practican; esto es, la trabajan como empleados no calificados en empresas práctica de un catolicismo más moderno o menos de servicios. Su migración de Juárez a El Paso se tradicional que caracterizaría tanto a los fronterizos produjo hace menos de cinco años y ambos, por un como breve a los mexicoamericanos. Y para estos departamentos entrevistados el epítome de la manera "fuera de lo subvencionados que el gobierno estadunidense tiene común" en que los sureños practican la religión católica destinados para ayudar a la gente de bajos recursos. es justamente el culto a los muertos; Es interesante hacer notar cómo esta pareja desarrolla esto es, llevando comida y bebidas a las tumbas de sus sus narrativas como si aún estuviera viviendo en seres Juárez. Do ahí que no sea casual que se refieran a la alimentos que más les gustaban cuando estaban vivos. religión casi de la misma forma en que lo hicieron Debemos recordar aquí que justamente fue este tipo de nuestros entrevistados juarenses, es decir, contrastan- práctica católica la que los inmigrantes sureños que do la manera distinta en que sureños y fronterizos vivían en Juárez reclamaban que los juarenses estaban practican la religión católica. abandonando, y con ello, que estaban abandonando lapso, vivieron en los queridos para complacerlos con aquellos también su mexicanidad. MARTA: Yo digo que en culto todos los hispanos tenemos el mismo culto, ¿no? A diferencia de por MARTA: ¡No creo que crean que los muertos vayan allá del sur, de que las creencias de llevarle la a venir a comer! O vaya... para qué le lleva usted al comida que ellos comían, eso pues... eso es lo muerto... mejor eleve una oración por él. HUMBERTO: Le lleva uno sus flores y un más... (¿cómo se dice?) una... HUMBERTO: ...tradición. MARTA: Una tradición. ¡Pero rosario, unas oraciones. Allí con eso... es suficiente, que crea uno en creo yo, porque no tiene caso llevarles comida ni eso no es cierto!, porque el muerto no va a venir a bebida, ¡pues para qué! comer lo que comía en vida, no va a venir a MARTA: Pero pues, digo, respeta uno... porque tomar. "Dioquis" llevan las cosas que les gustan. eso es ya más bien, son como tradiciones del sur, ¿no? De que se van pasando de padres a hijos, y así ÁNGELA: ¿Usted cree que en las cuestiones de sucesivamente. costumbres son muy diferentes los del norte y los del sur de México? MARTA: Sí. HUMBERTO: De esta manera Marta quiere diferenciar entre una "tradición sureña" y una "tradición católica", separando Allá para el sur de México hay mucho... se usa mucho esa cosa para el día de los lo que nuestros entrevistados sureños intentaron juntar en muertos, de llevarles todo lo que les 77 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 muchos de los testimonios citados más arriba: es decir, ÁNGELA: Entonces... El señor dice que es el catolicismo per se de su práctica "a la sureña". Así, gente del sur. O sea, que realmente la gente del para Marta tanto los altares como el culto a los muertos sur de México es la que... "a la sureña" no son, por definición, la verdadera forma católica (y mexicana) de practicar la religión, tal como reclaman los sureños. Por el contrario, tales prácticas sólo serían una tradición "sureña", y no necesariamente una tradición "católica". Adicionalmente, este tipo de HUMBERTO: En México. En Juárez no creo yo que haya gente que tenga, ¿verdad? MARTA: Pues hay algunas casas que si tienen. HUMBERTO: Solamente hay gente práctica se les hace tan extraña a Marta y Humberto, vividora que dice: "¡Ah, yo tengo! Mira esta... que sospechan que los sureños realmente no creerían en esta imagen está llorando", y la ponen ahí y le tales prácticas ni ellos mismos. hacen su altarcito ahí. Y luego empieza la gente Un segundo tópico que estos migrantes recientes en y empiezan a correr la voz que en tal parte hay Estados Unidos miran desde un punto de vista juarense una imagen que... entonces ya empieza la gente y no desde un punto de vista paseño es, nuevamente, el a ir y a ir, ahí está la gente, le está pagando a tema del carácter público versus el carácter privado de ellos. la práctica del catolicismo. Y una vez más, tanto Marta como Humberto son sumamente críticos respecto del Para este tipo de narrativa, la gente que tiene despliegue público que hacen los sureños de su fe imágenes católicas afuera de sus casas no podrían católica, ser ni juarenses ni chicanos, sino sureños, o, aún algo que no harían ni juarenses ni peor, gente inescrupulosa que quiere hacer dinero mexicoamericanos. aprovechándose del fanatismo religioso de gente ÁNGELA: Para ustedes, esta fotografía donde están sin educación. En este sentido, si Marta y las imágenes afuera de la casa, ¿serían muy Humberto primero negaron que la forma sureña de comunes en México? practicar la religión católica fuera la "verdadera", HUMBERTO: Pues en Juárez no. Pero puede ser ahora plantean quero sólo es la forma incorrecta de que para el sur de México sí... es que eso no... no se practicar el catolicismo, sino que las personas que usa en Juárez. En México sí, porque hay gente practican la religión de tal manera no son en más... realidad verdaderos creyentes, sino "fanáticos". MARTA: ...bueno, pero es que también hay que En un juego de entrevistas que hicimos con un ver, hay mucha gente que usa las imágenes nomás grupo de mujeres en San Elizario (un suburbio para atraer incautos. Que yo, digamos... yo soy... pobre de El Paso), tuvimos la oportunidad de tengo la Virgen de Guadalupe y los pienso curar, escuchar la voz de aquellos inmigrantes mexicanos ¡aunque no crean!... Y la gente ignorante dice: "Ah, con varios años de residencia en El Paso. El análisis no, pos' ésta sí es muy católica". O si es cierto, eso de las narrativas de estas mujeres nos permitirá es mentira. adentrarnos en el complicado proceso de negociación que se produce cuando los inmigrantes ÁNGELA: O sea que confunden la religión... MARTA: Ujum... con el fanatismo, mucha gente. mexicanos comienzan a pensarse a sí mismos como mexicoamericanos. La primera cosa que estas mujeres reconocen es que los juarenses (ellas mismas en el pasado) tienen razón cuando recla- 78 man que hay un mayor grado de catolicismo en PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD cia (sic) en si de que, siendo mexicanos, hay más... Juárez que en El Paso. más, este, más fidelidad en cuanto a que... pues desde muchos tiempos atrás se iba a misa, incluso ROSALBA: ...allá, ...la gente tiene más arraigada la para hacer el catecismo, la confirmación. Es que hay religión católica... Es que la gente de aquí anda más, esteee... liberación en Estados Unidos que en corre y corre, ¡ni a misa va! Y si pone un santo en México, 'tons ya las creencias religiosas en ese la sala, no, pos' se ve feo en la sala, mejor lo pone aspecto tienden a ser, no seculares (sic) sino hasta uno allá en el cuarto... terciarias, verda'. Aquí hay que moverse pa' poder De este modo, Rosalba piensa que la razón por la cual los paseños han cambiado su manera de vivir... me refiero a que... influyen otras cosas que en cuestión de religión se van quedando atrás...6 practicar la religión católica respecto de los Como podemos observar, si por un lado Aníbal mexicanos es debido al ritmo de vida frenético de concuerda con Rosalba en que la religión no es tan los norteamericanos (ella misma en el presente). Sin importante en El Paso como lo es en Juárez, por otro embargo, ella no sostiene (como lo hacen muchos lado vuelve a poner en el centro de la escena algo que juarenses) que los inmigrantes mexicanos en El no figuraba en el comentario de Rosalba; esto es, la Paso se están convirtiendo al protestantismo, y ella influencia del "liberalismo" estadunidense en las prác- aún se considera católica, aunque practica un tipo ticas religiosas de los paseños. Y justamente esta diferente de catolicismo. ¿En qué sentido diferente? influencia sería, para Aníbal, la verdadera causa del Básicamente, en el sentido de que ella celebra su cambio de actitud en relación con el catolicismo que culto adaptándolo a las peculiaridades del estilo de parece ser tan prominente en el discurso de estos vida estadunidense. entrevistados. Este tipo de comentario fue reiterado en muchas Por otro lado, pareciera que la fuerte presencia de de nuestras entrevistas en El Paso. Tal es lo que cultos protestantes en El Paso estaría minando la te aconteció, por ejemplo, en una serie de entrevistas católica de los paseños aún de otra manera. Así, de que sostuvimos con un grupo de personas que acuerdo con lo relatado por algunos de nuestros vivían en unos departamentos subsidiados por el entrevistados, la práctica de la fe católica sería mucho gobierno estadunidense. más demandante del lado estadunidense que del lado YOLANDA; ...hasta un domingo, cuando viene uno de allá, y empieza con que a flojear... ¡Y allá en Juárez no, cada domingo va a misa! PABLO: ¿Y por qué ANÍBAL: Pues por se da eso? la influencia que tenemos mexicano, y tal demanda, a su vez, desalentaría a mucha gente que, de otra forma, habría continuado con su fe católica "estilo mexicano". Y la verdadera razón de la mayor exigencia que se les impone a los católicos en El Paso no sería otra que la competencia del mismo país que es nuestro, ¿verda'?, México, pues no sé si habrá alguna diferien- 6 Los participantes de este juego de entrevistas fueron Aníbal, Yolanda, Micaela, Agustina y Coquis. Todos ellos migraron a El Paso desde Juárez en los últimos 15 años y actualmente viven en uno de los departamentos subvencionados por el gobierno en EI Paso. Al momento de la entrevista, Aníbal estalla desempleado, Coquis trabajaba en una fabrica de plásticos y el resto de las entrevistadas eran amas de casa. 79 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 de los cultos protestantes por la misma feligresía. entrevistados notan separan a juarenses de paseños. En este caso en particular, dada la competencia de los MICAELA: Y mi hijo fue hasta antes de la cultos protestantes en El Paso ("...tanta religión que confirmación, muy a fuerzas verda', porque... ¡es que está saliendo..."), la jerarquía católica paseña parece son dos años!, y también eso cambió mucho. haber hecho más rigurosos los requerimientos para También por eso la gente ha perdido mucha fe y todo pasar los ritos católicos más importantes (bautismo, eso, porque ya cambiaron mucho las costumbres. comunión, confirmación, matrimonio, etc.). Esto, a su Porque antes no se usaba que platicaran en el bautizo, vez, desalentaría a mucha gente a ir a la iglesia o a que los confirmaban chiquitos y que practicaban que cumplir tales rituales. Como una de nuestras dos, tres años de la doctrina pa' la primera entrevistadas nos explicara, ella decidió no casarse por comunión... y dos, tres años para... la Iglesia católica debido a lo complicado que resulta AGUSTINA: Pero es para la conciencia misma... MICAELA: Pero no se crea, sí es para la hacerlo bajo las actuales directrices de la cúpula eclesiástica estadunidense. conciencia, pero ya como los jóvenes ya no quieren, póngale que no pierden mucho; AGUSTINA; pierden dos horas que les dan clases una vez por como aquí vivimos... ¡nos tienen que hacer pláticas! semana, pero ya ahorita no quieren... Ya después que vivimos siete años juntos, ¡todavía AGUSTINA: Menos aquí, ¡pero en Juárez créame que sí van! Yo me iba a casar por la Iglesia, pero debemos ir a hacer pláticas pa' casarnos! Ni movimos nada, de veras. Y en Juárez no es así...7 MICAELA: Sí, ¡pero en Juárez son seis meses las clases para la confirmación! ¡Y aquí son dos Pero en su testimonio inicial Rosalba también hizo años! Y también eso cuenta mucho para que los alusión a algo que ya había aparecido en nuestras muchachos se desmoralicen... entrevistas en Juárez, y que luego fuera muy notorio en nuestros encuentros en El Paso. Me estoy refiriendo PABLO: ¿ Y por qué son más estrictos aquí? YOLANDA: Por tanta religión que está saliendo, que hace que la al hecho de que, de acuerdo con muchos de nuestros entrevistados, el catolicismo sería practicado gente esté consciente de su religión, para que no haya públicamente por los Otros, pero de una manera equivocaciones. No, pus' como ha habido, verda', dicen; mucho más privatizada por ellos mismos: ("Y si pone "No, pus' yo no sabía lo que era", y ya se volvió de otra un santo en la sala, no, pos' se ve feo en la sala, mejor religión... lo pone uno allá en el cuarto"). Así, Rosalba usa la metáfora del santo que es desplazado del living (el De esta manera, el protestantismo aparece una vez más detrás de la diferencia en las prácticas del cuarto de la casa que la gente habitualmente comparte con amigos y conocidos, catolicismo que muchos 7 El procedimiento típico para poder casarse por 1.1 Iglesia católica en El Paso (que también se aplica .1 aquellas parejas que se han casado solamente por las leyes civiles o han vivido en concubinato por muchos anos) es tomar un curso de "preparación" de seis semanas (tres horas por semana). pasar un retiro espiritual un fin de semana y contestar un cuestionario de 165 preguntas. Pablo Luna, comunicación personal, 16 de junio de 1993. 80 PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD aquellos que no son parte del círculo íntimo familiar) también algo que muchos paseños de origen mexicano hacia el dormitorio (un cuarto mucho más privado quieren guardar para sí mismos y su círculo íntimo, tal que el living) como "evidencia" de la privatización de como lo hacen con el idioma español y con todos la práctica religiosa entre los inmigrantes mexicanos aquellos en El Paso. Y aquí pareciera ser que el proceso de etnicidad que se pueden mantener fuera del escrutinio privatización del catolicismo es aún más intenso en público (algo que, por ejemplo, no se puede hacer con El Paso que en Juárez, si recordamos que la metáfora el color de la piel). Esto es probablemente a lo que usada por los juarenses mencionaba a un santo apuntaba Rosalba con su idea de "vergüenza". símbolos culturales indicadores de su moviéndose del porche de la casa al living, mientras En el siguiente testimonio tomado de una de las que la usada por Rosalba mueve al santo del living al entrevistas que sostuvimos con Alex y Alicia vuelve a dormitorio. Buscando explicaciones a este proceso de hacer su aparición la imagen de los santos moviéndose privatización, Rosalba propone una hipótesis que de un lugar público a uno más privado de la casa.8 sostiene que, al parecer, cierta "vergüenza" de ser católicos evitaría la manifestación pública de su fe entre muchos inmigrantes mexicanos en Estados ALICIA: ¿Y cuántas casas... mira, como en la foto... que tienen santos todos... todos afuera? ALEX: ...santos así... Unidos. ROSALBA; Así, como si les daba vergüenza o o sé PABLO: ¿No ALICIA: Que qué el decir que era católico, ¿verdad? hay aquí en El Paso? ALEX: ¡¡No!! yo he visto, no. ALEX: ...hay algunas, pero... I mean, ¡¡adentro, pero no afuera!! PABLO; ¿Y por qué les daría PILAR: Pues no sé, es que vergüenza? aquí como que la gente es... se vuelve la gente más... ROSALBA: ...como que la gente no tiene más Nora: Más indiferente. ROSALBA: Yo le voy a decir una cosa, yo siento que aquí uno vive mejor, materialmente, pero hay más unión en México, más amistad, más amor por En lugares como El Paso, donde para muchas de lo cual se quieren distanciar (Vila, 1994), el entrelazamiento con ALICIA: Pero es muy difícil que aquí miren [a] los santos así... ALEX: Pero... hay... sí hay, ¡pero nomás como uno!... pero no como quien tiene... tres... cinco... ALEX: ...tiene... uno... uno, dos... ¡tiene seis! ... personas "lo mexicano" es sinónimo de todo aquello su dificultades para pronunciar la palabra en español] ALICIA: ...cuatro, el prójimo; aquí vive uno a la carrera, muy... dado por qué sería esa diferencia? ALEX: Lo hacen para prote,.. [Alex tiene pro-te-ger la... la casa, ¡me imagino! sentimientos, se vuelve uno más... catolicismo, PABLO: ¿ Y la y no... PAULO: Son demasiados santos, aquí habría menos [risas]. mexicanidad, es 8 Alex, de 26 años de edad, es nativo de El Paso y pertenece a la tercera generación mexicoamericana. Trabaja como empleado en un pequeño negocio de servicios. Alicia, que tiene 24 años, es originaria de la ciudad de Chihuahua y emigró a Estados Unidos en 1989, A pesar del relativamente poco tiempo que tiene de vivir en El Paso, su proceso de norteamericanización es muy profundo y constantemente mezcla palabras en inglés y en español, en parte porque Alex no es muy fluido en su español. Ambos viven en "América", una de las colonias populares más pobres de El Paso, sin agua corriente ni alcantarillado. 81 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 ALEX: [Risas] No, pos sí... no [risas]. ALICIA: Vamos prácticas católicas se estructuran diferencialmente en al cuarto de tu papá... [risas]. El Paso y en Juárez. Así, de acuerdo con Alicia, los ALEX: ¡¡No!! [risas]. mexicanos católicos tratarían más fehacientemente de rechazar PABLO: ¿Cuántos tiene el papá? I Risas]. ALICIA; ¡Todos! ALEX: ¡Todos! ALICIA: Pero adentro del cuarto, no afuera... ALEX: Adentro... a los protestantes que sus colegas mexicoamericanos. En la entrevista que mantuvimos con Elena y su familia también apareció prominentemente el tema de la diferencia en la manera de practicar el catolicismo que separaría a los ciudadanos mexicanos de los La referencia que hicieron Alex y Alicia acerca de los santos que son mostrados públicamente en las casas mexicoamericanos y de los inmigrantes mexicanos con muchos años de residencia en Estados Unidos.9 mexicanas pero que se mantienen ocultos a las miradas ajenas en las casas estadunidenses vuelve a traer a ELENA: Yo pienso que aquí en los Estados Unidos colación el tema de la "vergüenza" a que hiciera alusión todavía está un poquito de las costumbres que Rosalba mas arriba, como así también hace referencia a teníamos nosotros los mexicanos. que el lugar "apropiado'' de los santos en las casas chicanas parecería ser el dormitorio, pero no el porcheo el living. Sin embargo, como veremos en el siguiente testimonio, Alicia sugiere que tal vez los juarenses tengan aún otro motivo para desplegar públicamente los santos en el porche de sus casas: PABLO: Lo curioso en muchas entrevistas es que la gente me dice lo mismo que aquí: el catolicismo ha ido como cambiando... ELENA: Sí, va cambiando. Así, Elena no tiene mayores problemas en reconocer que los mexicoamericanos profesan un tipo PABLO: ¿ Y por qué piensas... que la gente es mas... por ahí mas tímida acá, en El Paso; que no se anima a tener los santos afuera? ¿ Por qué? ¿Cuál sería la respuesta?1 ALICIA: También yo pienso que en Juárez los diferente de catolicismo que los mexicanos. De esta manera, Elena rápidamente puntualiza que los mexicoamericanos sólo siguen "un poquito" las tradiciones religiosas mexicanas. Y tal como aconteció ponen afuera por los... esa gente que... ¿hermanos?... en muchas de las entrevistas que tuvimos en Juárez, que mucha gente no más los pone, ¡porque mi mamá donde alguna gente estableciera una relación entre lo hace! Pone uno afuera a veces cuando vienen los catolicismo tradicional, sureños y gente pobre, Elena y hermanos, pa'que no lleguen, [para demostrar] que sus amigos también parecen creer que la vieja manera son católicos... que las demás religiones no lleguen a de practicar el catolicismo es sólo mantenida en pedir dinero, o algo... México por viejos inmigrantes mexicanos en El Paso. Una vez. más el protestantismo aparece como el fantasma en relación al cual las 9 82 ELENA: Yo creo que porque al irse uno modernizando, estee... va uno primerarnen- Elena, Catalina, Jorgelina, Beatriz y Carlos nacieron en Juárez y migraron a El Paso a comienzos de la década de los setenta. Todos ellos tienen alrededor de 50 años y viven y trabajan en un ambiente de clase media. Adriana es primera generación mexicoamericana, tiene alrededor de 30 años y estudia en la UTEP. te quitando los santos de las paredes y pone uno PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD ELENA: Pues por eso... ¡santos por donde decoraciones. quiera! CATALINA: Pero donde hay una gente grande viviendo en su casa no... ELISA: ¡No, siempre hay...! BEATRIZ: La Virgen de Guadalupe. CATALINA: ¡Mi mamá! ¡Mi mamá, qué es- peranzas que yo le quite sus vírgenes de Guadalupe de este tamaño, su Santo Niño de Atocha y su Martín de Porres! Yo los tengo allí porque ella... PAULO: ¿Podría ver una foto así en El Paso? ELENA: Nunca he visto una. PABLO: ¿Por qué piensa quesería imposible ver una foto así? ELENA: Porque aquí el gobierno ayuda a toda la gente. De acuerdo con la narrativa de Elena, la gente en México sería más religiosa porque sería más pobre que Como podemos observar, en esta entrevista los estadunidenses. Es interesante hacer notar que lo vuelve a aparecer la metáfora de los santos que Elena está haciendo no es otra cosa que mezclar desapareciendo de los lugares mas o menos dos tramas narrativas que son muy (recuentes en la públicos que suelen ocupar en las casas de los zona: por un lado, aquella que plantea (como ya hemos mexicanos (aunque esta vez los santos desaparecen visto) que los mexicanos son más religiosos que los de las paredes y realmente no sabemos a dónde van estadunidenses, y por otro lado, aquella otra trama que a parar...). Una vez más, un cambio de lo público a argumenta que "toda la pobreza es mexicana" y que no lo privado parece marcar la transición que va de la existiría algo que pudiera denominarse "pobreza manera mexicana de practicar el catolicismo a la americana". Por lo tanto, de acuerdo con la narrativa de manera chicana de mostrar su devoción religiosa. Elena, si los mexicoamericanos ya no veneran tanto a Tratando de encontrar una explicación a las los santos como lo hacen los ciudadanos mexicanos, es diferencias que estos entrevistados sienten que porque básicamente ya no son pobres y no necesitarían separan su forma de practicar la religión de la de tal veneración. Y si los mexicoamericanos ya no son forma en que lo hacen los ciudadanos mexicanos, pobres es porque el gobierno norteamericano no Elena y sus amigos creen que tal explicación puede permite que haya pobreza en los estadunidenses, hallarse en la relación que existiría entre catolicis- mientras que el gobierno mexicano, por su parte, no mo y pobreza: haría nada para ayudar a sus ciudadanos. Adriana usa la misma trama descrita más arriba para explicar por qué ELENA: ...y esta otra [fotografía]... me recuerda sus hijos parecen ser menos religiosos que ella y su también mi época cuando yo estaba chica en marido: México... porque ellos no sufrieron la pobreza como ellos la BEATRIZ: ¿Qué es, ropa tendida allí? ELENA: Sí, sufrieron: es un angelito con sus... afuera, y luego en medio están unos santitos. Entonces, la gente, por lo ADRIANA: [A] los hijos de hoy no les ha faltado regular cuando está uno muy pobre se une uno tanto como le faltó a uno. O sea que ellos no tienen más a los santos, a la religión... es como un... si necesidad de tener tal fe, porque, como no les ha pierde la fe en los santos y en Dios, ya perdió faltado, no han sufrido el hambre, el frío; ellos no todo, porque ya está pobre, ya no tiene más... tienen por qué... ADRIANA: Ya no tiene más que perder... 83 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 entrevistados Sonora a El Paso a comienzos de la década de los reconocen las diferencias que separan al catolicismo de De este modo, aunque estos setenta. En la actualidad viven en un barrio de clase los mexicanos de aquel de los mexicoamericanos, aún media creen que ellos son "verdaderamente" católicos, de ahí especializadas del sector servicios. Rick, uno de sus que consideren importante diferenciar su te de aquella hijos, tiene 25 años y estudia ingeniería en la UTEP. que caracterizaría a los anglos. Es interesante observar corno los López creen que baja pueden y trabajan cuantificar muy en ocupaciones precisamente no cuan ELENA: Yo pienso que [entre] los hispanos la tradicional es el catolicismo que se practica en el sur religión lo mantiene a uno más unido. Porque al ser de México comparado con el que se practica en la creyente uno, estee... aparte de creer en el dinero, en frontera. Asi, cuando se refieren a la celebración de el trabajo, si cree uno en Dios o en un santo, pienso la Virgen de Guadalupe, Horacio argumenta que si que eso ayuda a mantener la familia, porque tiene en el sur de México un 60 por ciento de la gente uno de que hablarles. Por ejemplo, de una fe. Yo reverenciaría a la virgen en la forma tradicional, en pienso que a veces uno gana más inculcándoles una la frontera sólo un 20 por ciento seguiría practicando fe, y después lo que va a encontrar afuera, y en el esta manera tradicional de reverencia. trabajo. PAUL: ¿Usted piensa que bu cambiado esa De esta manera, de acuerdo con la narrativa de celebración de Id Virgen? Elena, los hispanos en Estados Unidos son mas HORACIO: ¡Oh, no! Allá [en el sur de creyentes que los anglos, y a través de su le Méxicol no, hijo... aquí tampoco, en la frontera. mantendrían unida a la familia (algo que supuestamente Pero allá lo hace... por ejemplo, si aquí en la los anglos no harían). Adicionalmente, la fe católica frontera, aquí en Juárez, lo hace un 20 por ciento funcionaría como una especie de barrera que los de la población, allá quizá lo haga un 60 por hispanos poseen para rechazar el extremo materialismo ciento. que cartacterizaría a los anglos. Así, Elena aboga por RICK; Quiere decir que... ¿más católica la una combinación de "ambas creencias" como la mejor gente entre más adentro vaya a México y menos opción para los hispanos: conservar las tradiciones católica entre más se acerca a lo americano? católicas para mantener la unidad familiar, al mismo HORACIO: Más conservadoras sus creen- tiempo que adoptar el credo anglo en el dinero y el cias, hijo. PorQue allá, por ejemplo, como trabajo duro: "porque al ser creyente uno, estee... aparte veneran a nuestra madre santísima de Gua- de creer en el dinero, en el trabajo, si cree uno en Dios dalupe, veneran a la virgencita de San Juan de o en un santo, pienso que eso ayuda a mantener la los Lagos, y a muchas imágenes de la virgen en familia". si. La entrevista que tuvimos con la familia López claramente demuestra como muchas personas de En este testimonio Horacio parece querer ascendencia mexicana ven la practica del catolicismo avanzar una idea similar a la que encontramos en en la frontera en términos de rangos o jerarquías de fe. Marta y Humberto más arriba, esto es, que la manera Horacio y Mónica López migraron de sureña de practicar el catolicismo no es la manera "común" o "correcta" de practicarlo como plantean los sureños, sino algo que va esta pasado de moda y que no se corresponde- 84 ría con las actuales directivas de la Iglesia católica. Como ya vimos en la mayoría de las entrevistas que venimos analizando, estos entrevistados también hicieron referencia al proceso de privatización que el culto católico sufriría en su desplazamiento desde el sur al norte de México y desde el lado mexicano al lado estadunidense de la frontera. Pero en lugar de usar la ya mencionada imagen del santo que cambia de lugar dentro de la casa, los López hicieron mención de uno de los rituales católicos que más públicamente demuestra la fe de una persona. Me estoy refiriendo al acto de persignarse cuando se pasa por delante de una iglesia. Así, de acuerdo con los López, este ritual estaría muy difundido en el sur de México, pero ya casi ningún católico lo practicaría en El Paso. En la búsqueda de una explicación que dé cuenta de esta diferencia, los López equiparan lo tradicional con el pasado, en este caso, con su propio pasado de ciudadanos mexicanos. PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD só más arriba) también menciona el tema de la "vergüenza" para dar cuenta de por qué los paseños no mostrarían públicamente su fe a través de este ritual católico: "Es una forma de no apenarte de tu creencia". Así, en la jerarquía de fe que muchas personas de ascendencia mexicana usan repetidamente para establecer sus diferencias con los Otros, los anglos y los afroamericanos parecerían ocupar los lugares más bajos de la escala: RICK: ¿No se le hace raro que...? Es más, yo nunca he visto a un americano güero santiguarse, nunca. MÓNICA: Ni a un negro tampoco. Nomás así somos los mexicanos. RICK: ¿Usted por qué dice que así es el mexicano? MÓNICA: Porque el persignarse es más común en un mexicano que en cualquier otra raza. Como que el mexicano es más católico que todas las razas. El mexicano siempre ha sido el más cercano a Dios. RICK: ¿Se puede decir que desde chicos nos han enseñado a tener mucho respeto a lo que son las cosas de la religión? RICK: ¿Usted se persigna cuando pasa por enfrente de las iglesias? HORACIO: No, no, hijo... antes lo hacía, pero no es, pues... no te conlleva a nada. Yo le preguntaba a un sacerdote, y me decía, pues, que no es más que una forma de saludar a nuestro señor. Es una forma de no apenarte de tu creencia, porque muchas personas pasan y se persignan y sin ton ni son... Rick: Yo creo que eso lo aprendemos de los grandes, porque yo andaba con un amigo cuando estaba en Ysleta High, y cuando pasábamos enfrente de una iglesia se persignaba, y decía que lo hacía porque su abuelita siempre lo hacía y decía que se debía hacer. Adicionalmente, las prácticas religiosas de anglos y afroamericanos muchas veces son el blanco de burlas y comentarios ridiculizadores: RICK: Estas fotos las agarré porque son de religión, y de todos estos entonces tenemos templos, ¿verdad? Entonces me recuerda mucho... cómo se nos facilita a cualquiera poder hacer una religión así, donde sea, ¿verdad? Compran un changarro y ahí, luego, luego, hacen su religión y levantan su limosna, y se me hace como una burla a lo que debe de ser la religión. O sea, esto me enseña que está en los dos lados, que se organizan esos dos grupos o fracciones para Es interesante notar cómo Horacio (de la misma manera en que Rosalba lo expre 85 FRONTERA NORTE, VOL, 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 que dizque hablar de una religión, y para mí que lo Reflexiones finales hacen como para agarrar dinero, que, en realidad, pues la creencia no es tan fuerte. Esto lo agarró de los morrnones, nomás porque ellos hacen sus dos o tres años de andar en bicicleta pues lo requiere su religión. Pero digo yo cómo le harán, si yo apenas me subo y ya voy sudando, y ellos con corbata y catolicismo, por muchos consideradas como una de las marcas comparten culturales más mexicanos y importantes que mexicoamericanos, también pueden ser usadas en la construcción de diferencias en relación con los Otros. Así, citando camisa. HORACIO: Sí, sí los he visto. Los asustan con los contrastes en la manera en que practican su fe católica, carros. RICK: Como hemos visto, ciertas prácticas ligadas al Esto lo agarré también porque quiere decir algo de la religión. Porque se ve que aquí tienen una crucita y una oración a varias cosas, prendas de la religión, y ya se me hace como fanatismo tanta cosa, y está el mueble ya muy volteado... o sea, ya se me hace como un fanatismo... entonces, digo que es fanatismo, que por eso cualquiera ya va y abre un changarro, se me hace que viola mi respeto de la religión católica el que cualquiera pueda abrir su templo, aunque somos libres de hacerlo. Pero viola mi view de lo que debe ser respeto a la religión. algunos de nuestros entrevistados construyeron sus narrativas identitarias de tal forma, que muchas veces las mismas adquirieron tintes claramente derogatorios respecto a los Otros. Estos mecanismos discursivos utilizados en la construcción del Otro en términos de sus prácticas religiosas siguen patrones bien establecidos que también están presentes en formas no religiosas de construir al Otro. Me estoy refiriendo a las lógicas regional y étnica de clasificación, tan prominentes en Juárez y en El Paso, respectivamente. En este sentido, en la frontera no sólo los pares religión/región y religión/et-nicidad son usados en la construcción de los Otros, sino los pares De esta manera, anglos y afroamericanos, quienes género/región y género/etnicidad también. Así, de en su mayoría son protestantes y no católicos (¡no la misma manera en que existe una jerarquía en como la mayoría de los chicanos, que son católicos relación a la práctica del catolicismo que iría de modernos, pero aún católicos!), son denostados a través sur=más a norte=menos, también existe una de una narrativa que los muestra creyendo en el dinero jerarquía en relación con el género, donde los más que en la religión, o, aún peor, haciendo dinero a fronterizos y los mexicoamericanos son percibidos través de la religión. Y Rick va aún más allá en su como más "liberales" que los sureños en términos crítica, ya que plantea que prácticamente se siente de género. violado en su fe religiosa por la manera en que los Es bastante conocida la "obsesión" que los Otros profesan la suya: "se me hace que viola mi estadunidenses tienen respecto de la raza y la respeto de la religión católica el que cualquiera pueda etnicidad como mecanismos "ordenadores" de la abrir su templo". Pareciera que para Rick habría una realidad, obsesión que ha desenfatizado otras única religión "verdadera", el catolicismo. Las otras maneras de entender actitudes y comportamientos. religiones serían meros fanatismos de gente que, en Menos conocida es la misma obsesión que muchos realidad, no busca un encuentro real con Dios. fronterizos tienen con la lógica regional de clasificación. Dicha lógica aparece claramente en la manera en que los juarenses 86 PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD utilizan rótulos identitarios. Así, en lo que hace a la forma en que se refirieron a los Otros, la mayoría de nuestros entrevistados, sin importar a qué clase social pertenecían, prefirieron mucho más la construcción "ellos, los de..." que el uso de gentilicios. Así, fue mucho más común hablar de "ellos, los de Tamaulipas", "de Monterrey", "de Chiapas", que escuchar los gentilicios "tamaulipecos", "regiomontanos" o "chiapanecos". De esta manera, en una entrevista típica se podía observar cómo la gente usaba alternativamente "nosotros, los de Juárez" y "los juarenses", pero siempre se refería a los Otros como "los de..." Pensamos que esta manera de interpelarse a sí mismos y a los Otros es muy importante, y está íntimamente ligada con el fuerte sistema clasificatorio regional que parece ser tan importante en la frontera. Así, desde el punto de vista gramatical, el usar la expresión "de... (Juárez, el sur, Chihuahua, Torreón, el norte, la frontera, etc.) implica algo diferente a decir "juarense", "sureño", "chihuahuense", etc., dado que el peso de la agencia (palabra que usamos aquí en el sentido de quién es el responsable de la acción) es puesto en el lugar de origen y no en las personas mismas. De este modo, si alguien hizo algo porque "¡tenía que ser del sur!" (una expresión bastante común en Juárez), y no porque era un "sureño", significa que la causa profunda de tal tipo de comportamiento es el lugar de origen, no la persona en sí misma. Era como si la responsable real de actitudes y comportamientos fuera la región, debido a cierto tipo de presión social por ella ejercida, de la cual no habría escape posible. Aquí tenemos que recordar que la construcción "de..." en español también denota posesión, como si, de alguna manera, la región poseyera a las personas de una manera irresistible. El hecho de que nuestros entrevistados usaran más los gentilicios en las autorrefe-rencias que cuando nombraban a los Otros refuerza aún más el argumento planteado anteriormente. De esta manera, los juarenses, si bien por un lado consideran que la región "marca" a la gente en general, por el otro piensan que marca mucho más a los Otros que a ellos mismos. Así, los juarenses (en este caso a través del uso simbólico del gentilicio) considerarían que tienen una libertad de acción que niegan a los Otros, ya que "los de..." serían esclavos de lo que la región imprime en sus identidades. La única excepción a la regla que encontramos en los discursos y narrativas de los juarenses fue en las referencias que hicieron acerca de los habitantes de la ciudad de México o del Distrito Federal, ya que la mayoría de nuestros entrevistados se refirieron a los mismos como "chilangos" y no como "los del Distrito Federal" o "los de México". Pero si miramos con atención descubriremos que en realidad esta divergencia no sólo no es una excepción a la regla planteada, sino que, por el contrario, la confirma. Esto es así porque "chilango" en realidad no es el gentilicio que corresponde a los habitantes de la ciudad de México o Distrito Federal (tal gentilicio sería "mexicano", que coincide con el de los habitantes de todo el país, o "defeño"), sino una suerte de apodo insultante que hace alusión a un pez caracterizado por ser muy escurridizo. Así, el usar el rótulo "chilango" para referirse a los habitantes de la ciudad de México no es usar el gentilicio de una región, sino metafóricamente hacer referencia a las supuestas características de los habitantes de la ciudad capital, por ser habitantes del centro político de la nación, centro que a la sazón se halla en la ciudad de México. Y lo que parecen hacer los juarenses es establecer una paralelismo estrecho entre la política centralista del Estado mexicano y las actitudes y conductas 87 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 de los habitantes de la ciudad capital, de manera tal que se da a entender que los chilangos utilizarían para su beneficio personal dicho centralismo estatal, al parecer sin diferencia alguna ligada a la clase social, el género, la edad, la posición de poder, etcétera. Por todo lo expuesto, pienso que no es por casualidad que nuestros entrevistados de ascendencia mexicana en ambos lados de la frontera establecieran tales jerar- 88 quías geográficas entre practicas católicas y mexicanidad del modo que lo hicieron, Esto fue así, por un lado, porque el pensar las identidades en términos geográficos es una manera bastante extendida de entender a los Otros del lado mexicano de la frontera. Por otro lado, el pensar en términos jerarquizados parece ser una premisa básica en cualquier construcción identitaria donde lo moral juega un papel más que importante. PABLO VILA/CATOLICISMO Y MEXICANIDAD REFERENCIAS Bhavnani, Kum-Kum y Ann Phoenix (comps.), Shifting Identities. Shifting Racisms. A Feminism & Psychology Reader, Londres, Sage, 1994. Haven, Yale University Press, 1992, pp. 265-289 . Rosenwald, George y Richard L. Ochberg, "Introduction: Life Stories, Cultural Politics, and SelfUnderstanding", en George C. Rosenwald y Richard L. Ochberg (comps.), Storied Lives. The Cultural Politics of Self-Understanding, New Haven, Yale University Bhavnani, Kum-Kum y Donna Haraway, "Shifting the Subject. A Conversation between Kum-Kum Bhavnani and Donna Haraway on 12 April, 1993, Santa Cruz, California", en Kum-Kum Bhavnani y Ann Phoenix (comps.), Shifting Identities. Shifting Racisms. A Feminism & Psychology Reader, Londres, Sage, 1994, pp. 19-39. Press, 1992, pp. 1-18. Sarbin, Theodore, "Introduction and Overview", en Theodore R. Sarbin (comp.), en Narrative Psychology: The Storied Nature of Human Conduct, Nueva York, Praeger, 1986, pp. IX-XVIII Sewell, William H., "Introduction: Narratives and Social Identities", en Social Science History, 16 (3), Gergen, Kenneth J. y Mary M., "Narratives of the Self", en Theodore R. Sarbin y Karl E. Scheibe (comps.), Studies in Social Identity, Nueva York, Praeger, 1983, pp. 254-273. 1992, pp. 479-488. Shotter, John, 1989 "Social Account-ability and the Social Construction of 'You'", en John Shotter y Kenneth J. Gergen (comps.), Texts of Identity, Londres, Sage Publications Ltd., 1989, pp. 133-151. Novitz, David, "Art, Narrative, and Human Nature", en Philosophy and Literature 13(1), 1989, pp. 57-74. Poikinghorne, Donald E., Narrative Knowing and the Human Sciences, Albany, State University of New York Press, 1988. Narrative Sommers, Margaret R., "Special Section: Analysis in Social Science, Part 2. Narrativity, Narrativo Identity, and Social Action: Rethinking English Working-Class Formation", en Social Science History, vol. 16, núm. 4, invierno do 1992, pp. 591-630. Reagan, Charles E., "The Self as an Other", en Philosophy Today 37 (1), 1993, pp. 3-22. Ricoeur, Paul, Oneself as Another, Chicago, The University of Chicago Press, 1992. Rorty, Richard, "Feminism and Pragmatism", en Michigan Quarterly Review, 30, 1990, pp. 231-258. Rosenwald, George, "Conclusion: Reflections on Narrative Self-Understanding", en George C. Rosenwald y Richard L. Ochberg (comps.), Storied Lives. The Cultural Politics of Self-Understanding, New Taylor, Charles, Sources of the Self. The Making of the Modern Identity, Cambridge, Massachusetts, Harvard University Press, 1989 . Vila, Pablo, "The Construction of Social Identities on the Border. Some Caso Studies in Ciudad Juárez/El Paso", en Howard Daudistel y Cheryl Howard (comps.), Sociological Explorations. Focus on the Southwest, Minneapolis, West Publishing Company, 1994, pp. 51-64. 89 FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM. 15, ENEROJUNIO DE 1996 Iglesia católica, Estado y sociedad en México: tres etapas de estudios e investigación Manuel Ceballos Ramírez* RESUMEN El presente artículo pretende dar razón de las tres etapas que se pueden distinguir en el pasado reciente acerca del desarrollo de los estudios que tienen que ver con la Iglesia católica mexicana. Se considera que la primera de esas etapas terminó en 1968, al coincidir los movimientos sociales y políticos mundiales con la reforma interna de la Iglesia promovida por el Concilio Vaticano II. En esta primera etapa el conflicto añejo entre el Estado y la Iglesia fue el criterio que predominó en los estudios referentes a] tema. Se considera que la segunda etapa fue la comprendida en los dos decenios que van de 1968 a 1988. En estos 20 años los estudios referentes a la Iglesia estuvieron dominados por la apertura a nuevos temas y corrientes sociales. A partir de 1988, la llamada modernización de las relaciones entre el Estado y la Iglesia, promovida por el gobierno de la República, influyó en la reformulación e intensificación de los estudios sobre la Iglesia católica y sobre diversas cuestiones religiosas. El artículo inicia una nueva revisión acerca de los orígenes históricos del conflicto entre el Estado y la Iglesia en México. Concluye con una serie de reflexiones acerca de la importancia y pertinencia de intensificar los estudios, no sólo sobre la Iglesia católica en particular, sino sobre el fenómeno religioso en general. ABSTRACT The present text seeks to clarify three distinct periods in recent history that relate to the research developed to study the Mexican Catholic Church. It is considered that the first period ended in 1968, when world social and political movements coincided with the internal reforms set forth by the Church and fostered by Vatican Council 11. During this first period the ancient conflict between Church and State was the predominant subject of study. The second period is comprised by the years spanning the decades of 1968 to 1988. During this time the studies relating to the Church were characterized by the emergence of new social themes and currents. From 1988 onwards, the so called modernization of State and Church relationships set forth by the federal government, influenced the reformulation and intensification of studies relating to various religious issues of the Catholic Church. This article addresses a new revision of the historical origins of the conflict between Church and State in Mexico. It ends with a series of thoughts on the importance and relevance of intensifying studies that relate not only to the Catholic Church in particular, but to the whole religious issue in general. *Profesor-investigador, Dirección [email protected]. Regional de El Colef en Nuevo Laredo. E-mail: 91 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 La razón no es religiosa, pero lo que impulsa al luego de la prolongada lucha de Independencia (1810científico hacia la verdad son aspiraciones religiosas. 1821). A todo lo largo del siglo XIX el debate tuvo al menos tres vertientes: I) la de los partidarios de la George Boas The Limits of Reason (1961)1 integración de la Iglesia en el nuevo Estado independiente, siguiendo la tradición regalista española de los Habsburgo, cuya forma histórica había sido el Real Patronato, en el cual la Iglesia Desde mediados del siglo XVIII, las reformas borbónicas iniciaron en la Nueva España un conflictivo proceso de reubicación del lugar que debía ocupar la Iglesia católica en el proyecto de Estado propuesto por los reformadores ilustrados. Uno de ellos, Pedro Rodríguez de Campomanes, acuñó la expresión que fue famosa: "La Iglesia debe estar dentro del Estado". Durante la segunda mitad de ese siglo los reyes borbones tornaron una serie de medidas con respecto a la Iglesia que agredieron de modo flagrante a vastos sectores de la población novohispana. Las principales fueron la expulsión de los jesuitas (1767), el control de la participaba más o menos equitativamente del poder distribuyéndose las funciones sobre la sociedad; 2) la de los partidarios de la integración de la Iglesia al Estado y subordinándose a éste, al estilo de los reformadores borbones, y 3) la del primer liberalismo, que establecía la separación entre la Iglesia y el Estado, pero que le daba un amplio margen de libertad. La formulación más clara de esta postura fue acuñada por un católico liberal, Charles de Montalambert, aunque luego se atribuyó a Camile Cavour: administración del diezmo (1786), la supresión del "La Iglesia libre en el Estado libre". A decir verdad, ninguna de las tres opciones tuvo fuero eclesiástico (1795) y la intensificación de la éxito en México. La intransigencia de la Iglesia y de desamortización de las propiedades eclesiásticas (1798). los mexicanos que de ella dependían —o que por De todas ellas, la que tuvo más repercusiones fue la diversas razones se legitimaron o aliaron con ella— "Real cédula sobre enajenación de bienes raíces y cobro fue a tal grado enconada, que exacerbó el proceso de de capitales de capellanías y obras pías" O 804), con la secularización. Como bien lo observó Justo Sierra en cual la corona española consolidaba el pago de los vales 1885, aunque muchos católicos aceptaron contem- reales que había emitido a costa de la Iglesia y de todos porizar con las reformas liberales —incluidos algunos los que dependían de esos capitales, pues estallan eclesiásticos—, la Iglesia nunca aceptó la primacía invertidos en la agricultura, la minería, las manufacturas del poder civil sobre ella. Al comentar Sierra la y el comercio. publicación de la encíclica Immortale Dei (1884), que Todo esto no fue más que el inicio del proceso de secularización que llevó, primero a la sociedad trataba de la "constitución cristiana de los Estados", no pudo menos que escribir: novohispana y luego a la mexicana, a una serie de cruentos enfrentamientos con respecto al lugar que A los hombres de la generación naciente parecerá debía ocupar la Iglesia en los diversos proyectos de un anacronismo lo de las aspiraciones teocráticas nación que se establecieron del clero... La supremacía de la Iglesia sobre el poder civil es una idea 1 2 92 En E. H. Gombrich, Tributos, versión cultural de nuestras tradiciones, México, FCE, 1991, pp. I174-175. Enrique Florescano y Rafael Rojas, El ocaso de Id Nueva España, México, Clio, 1996, pp. 42-45 y 56-57. MANUEL CEBALLOS/IGLESIA CATÓLICA, ESTADO Y SOCIEDAD que yace en el fondo de la lucha entre el clero y el leyes reformistas —promulgadas desde 1859— a la Estado todavía en nuestra época... Hasta en la Constitución (1873), la inexistencia jurídica de la última alocución del venerable León XIII se puede Iglesia (1917), el conflicto religioso de los cristeros observar que libertad de la Iglesia y dominio de la (1926) y el establecimiento del llamado modus vivendi Iglesia sobre la sociedad civil, son sinónimos.3 entre el Estado y la Iglesia (1929). En todo este proceso contencioso entre el Estado y Si acaso, la Iglesia se atuvo a la doctrina de la la Iglesia en México participaron las corrientes sociedad perfecta, en la que conceptualizaba tanto al políticas, sociales e intelectuales características de los Estado como a ella misma como sociedades siglos XVIII, XIX y XX, haciéndolo aún más confuso: perfectas, haciendo referencia, no a la excelencia de Ilustración, la institución, sino a la capacidad de gestionar y servadurismo, legitimar a todos los organismos de la sociedad. clericalismo, Esta la positivismo, marxismo, nacionalismo... Como ha dicho secularización y la subsistencia de la Iglesia. Tal Jean Meyer y antes de él Daniel Rops, no podemos como lo prescribían las ideas de los secularizadores, olvidar que en el principio, en la forma y en el fondo de en la conceptualización de la sociedad perfecta se estos tres últimos siglos estuvieron presentes las implicaba la separación de ambas instituciones; revoluciones.5 Todo ello plantea a finales del siglo xx pero al mismo tiempo, la Iglesia defendía sus una serie de cuestio-namientos por dilucidar acerca no espacios y los legitimaba frente al Estado. La sólo de las relaciones conflictivas de poder político aplicación concreta de estas ideas no fue uniforme entre el Estado y la Iglesia, sino una serie de en todos los países pues dependió de las planteamientos acerca de cuáles fueron realmente las circunstancias de tiempo y lugar. En las naciones implicaciones que tales reformas tuvieron sobre la latinas fue especialmente conflictiva —como en sociedad. Mucha de la historiografía mexicana se ha Francia e Italia—, e incluso cruenta —como en nutrido de las tesis de combate tanto de los partidarios México y España. de la Iglesia como de los del Estado; todo ello dio por fue una solución intermedia entre racionalismo, socialismo, jacobinismo, liberalismo, con- ultramontanismo, catolicismo social, En una serie de eventos que abarcaron una resultado sendas historias oficiales. Y como toda centuria, las relaciones entre el Estado y la Iglesia historia oficial, éstas fueron organizadas en función de en mucha la justificación de un status quono determinado. Por agresividad por la colisión de intereses que otra parte, es menester aclarar que no son suficientes los provocaron: la reforma de Valentín Gómez Farías estudios históricos para lograr comprender todas las (1833), implicaciones presentes del conflicto habido entre la México la tuvieron momentos desamortización de de los bienes eclesiásticos (1856), la nacionalización de los Iglesia católica y el Estado, mismos (1859), la separación jurídica entre la Iglesia y el Estado (1857), la incorporación de otras 3 Justo Sierra, México social y político, México, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 1960, pp. 37, nota 1,41 y 42 (1ª ed., 1885). 4 Para un análisis somero de este concepto, veáse Patrick Grandfield, "Auge y declive de la sociedad perfecta", en Concilium (177). julio-agosto de 1982, pp. 10- 19. 5 Daniel Rops, La Iglesia de las revoluciones, Barcelona, Luis de Caralt, 1962, y Jean Meyer, Cincuenta años de radicalismo: la Iglesia católica, la izquierda y la derecha en América Latina, México, Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, 1985. 93 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 conflicto que parece haber reducido sus dimensiones y resuelto sus dicotomías con las reformas recientes a la Constitución mexicana (1992). Además, es menester tener en cuenta que, desde mediados del siglo XIX, hubo otras Iglesias y grupos religiosos no católicos que se establecieron en diversos lugares del país. Por otra parte, no se puede reducir el conflicto entre la Iglesia y el Estado en México a sólo su aspecto político. Como lo ha estudiado Francois X. Guerra, hay un poder en México que tiene un origen social y no político.6 En este sentido, sobre todo en algunas regiones, hay que tener en cuenta las dos dimensiones del conflicto religioso: la de hecho y la de derecho. Es decir, no toda reforma legal y jurídica supuso un cambio inmediato en las relaciones de la Iglesia con la sociedad. Entre una sociedad tradicional como la mexicana e Iglesia católica existían de facto otros lazos que no eran tan fáciles de romper, aun ante el irreversible proceso de secularización. Estos lazos tenían que ver con vínculos de parentesco, de refaccionamiento económico, de lealtad social y de concepción del mundo y de la vida. Otro de los aspectos importantes fue la construcción del nacionalismo como sustituto de la religión católica. Al estudiar el proceso histórico de construcción del nacionalismo mexicano, se constata el traslape que hubo de hacerse entre el catolicismo y el nacionalismo, teniendo en cuenta que era la religión católica un factor de unidad política muy importante y casi el único en el México independiente de 1821. Esto explica, por ejemplo, que a los angloamericanos se les aceptara formar colonias en Texas a condición de que fueran católicos.8 El problema se complica al constatar también que, si México era más una Nación que un Estado, era el catolicismo novohispano una de las raíces imprescindibles de la Nación.9 Dos problemas hubo entonces. El de separar el nacionalismo del catolicismo; es decir, secularizar el nacionalismo. Y el otro problema fue el de intentar evitar que fuera el nacionalismo sólo un mecanismo de control político que le diera unidad al nuevo Estado, y sin que dejara de ser una fuente de identidad psicosocial. Esto último no era tan fácil de secularizar, y ni siquiera recomendable, pues podía revertirse contra la ansiada unidad política. Hubo, entonces, un doble juego que le dio a la sociedad mexicana una ficción más en su vida política, que retrasó el sano y racional proceso de secularización, y que no fue sino parte inherente de las diversas etapas del autoritarismo mexicano, tanto en el siglo XIX como en el XX. A fines de este último siglo, el estudio sobre el conflicto entre la Iglesia y el Estado en México y sus repercusiones sobre la vida mexicana ha tenido nuevas demandas en amplios sectores de la sociedad. Dos razones de carácter general engloban estas demandas: el desgaste del autoritarismo político y el agotamien- 6 Francois-Xavier Guerra, México: del antiguo régimen a la Revolución, 1 I, México, FCE, 1988, p. 22. 7 Véase el estudio que cuestiona muchas de las tesis de la historia oficial y hace un análisis histórico y antropológico entre el Estado, la Iglesia y la sociedad zamorana y su vasta zona de influencia. El autor explica las dimensiones locales y complejas de problemas nacionales; ademas, muestra que los cambios sociales no fueron ni tan simples, como en ocasiones lo asegura ¡a historia oficial del Estado, ni tan contradictorios para los católicos, como lo establece la historia oficial de la Iglesia. Jesús Tapia, Campo religioso y evolución política en el Bajío zamorano, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1986. 8 Josefina Z. Vázquez, Nacionalismo y educación en México, México, El Colegio de México, 1970, pp. 17 y 33. 9 Para el análisis y diferencias entre Nación y Estado en el siglo XIX mexicano, véase Jesús Velasco Márquez y Thomas Benjamín, "Guerra entre México y Estados Unidos, 1846-1848'', en María Esther Schumacher, Mitos en las relaciones México-Estados Unidos, México, FCE, 1994, p 131 y ss 94 MANUEL CEBALLOS/IGLESIA CATÓLICA, ESTADO Y SOCIEDAD to del racionalismo.10 Teniendo como gran telón de fondo ambos criterios, el presente artículo pretende dar razón de las tres etapas que se pueden distinguir en el pasado reciente acerca del desarrollo de los estudios que tienen que ver con la Iglesia católica mexicana. De la hegemonía al ostracismo Antes de 1968, el estudio de las cuestiones religiosas estuvo condicionado por el conflicto entre la Iglesia y el Estado, por el enfrentamiento de la mutua intransigencia entre los partidarios de una y de otro, y por el ascenso del autoritarismo a partir de 1929, tanto en la gestión del Estado nacional, como dentro del sector directivo del Episcopado Mexicano. Sin duda, fueron las sucesivas y supuestas derrotas de la Iglesia frente a los procesos secularizadores las que alimentaron este enfrentamiento: en 1857 y 1867 frente a los liberales, en 1917 frente a los constitucionalistas y en 1929 frente a los instauradores del nuevo Estado nacional surgido de la Revolución. Ciertamente, hoy se cuestiona por qué una institución que tiene al menos cuatro muertes políticas o jurídicas sigue tan viva y dando muestras de una vitalidad renovada y recurrente. En este sentido, Gabriel Zaid habló, por ejemplo, del "susto político" que causó entre los viejos porfirianos y los nuevos revolucionarios el surgimiento del Partido Católico Nacional en 1911 y su capacidad de convocatoria, en un momento en que se creía que los católicos habían desaparecido para siempre de la escena política nacional." Así lo había constatado Justo Sierra desde 1885, al es cribir que se había realizado la pacificación social de este país católico, en cuyos grupos principales existía gran devoción por las ideas liberales: "el antiguo bando reaccionario ha aceptado el nuevo régimen... ha quedado, pues, extinguido como grupo político".12 Cuando resurgió motivado por el desgaste del porfiriato, e inspirado por nuevas demandas nacidas de la incipiente democracia cristiana, se atribuyó su éxito a la política de conciliación con Porfirio Díaz, y posteriormente a la connivencia y al colaboracionismo con el huertismo. Hoy sabemos que ésas fueron tesis de combate de sus detractores y que las cosas fueron más complejas y diferenciadas, y menos monolíticas y congruentes. Por otra parte, dentro del mundo académico mexicano las cuestiones referentes a la Iglesia católica fueron dejándose de lado desde tiempo atrás. En esto también hubo otro tipo de enfrentamiento ancestral entre razón y fe, entre ciencia y religión. Los procesos de secularización no sólo agredieron la postura política de la Iglesia, sino que desmantelaron, al menos jurídicamente, su función rectora de la vida social y de baluarte de la conducta moral y de las creencias. En un principio fue la Ilustración y sus orígenes racionalistas los que agredieron a la Iglesia; pero ya a fines del siglo XIX fue el positivismo, el desarrollo del conocimiento científico y, poco más tarde, el marxismo los que excluyeron a la Iglesia de los ambientes académicos. Ciertamente, la Iglesia no mostró mayor comprensión en este terreno, a pesar de haber habido una ilustración católica, por ejemplo, y de que muchos de los filósofos y 10 Para el desgaste del autoritarismo mexicano, véase Lorenzo Meyer, Liberalismo autoritario, México, Océano, 1995, y Enrique Krauze, Tiempo contado, México, Océano, 1996. Para el agotamiento del racionalismo y la propuesta de nuevos temas de estudio a la historia y a las ciencias sociales, véase José Andrés-Gallego, Recreación del humanismo, Madrid, Editorial Actas, 1994. 11 Gabriel Zaid, "Muerte y resurrección de la cultura católica", en Vuelta (156), noviembre de 1989, p. 20. 12 Justo Sierra, México social y político, México, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 1960, p. 41. 95 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 algunos de los científicos habían emergido de sus tilas. contenidos. Su base principal fue la renovación La Iglesia se vio envuelta en tal complejidad de del tomismo, y por lo mismo, fue la filosofía el problemas políticos, jurídicos, filosóficos y sociales, punto de partida de esta construcción. Hubo un que la metieron en una gravísima crisis de identidad postulado fundamental: la no contradicción entre sobre su nueva función en el mundo surgido de las filosofa. ciencia, experimentación y religión. Hoy revoluciones. Crisis que abarcó no sólo su presente, este esfuerzo pertenece a la historia y es parte de sino su misma conceptualización del pasado y su la complejidad de los siglos XIX y xx: de sus proyecto de acción en las nuevas sociedades que se límites, de sus propuestas y de sus omisiones. gestaban en el mundo moderno. Aunque desde el siglo En el México del siglo XX, este esfuerzo de XIX hubo fuertes movimientos reformistas dentro de la los católicos por no quedar desplazados de la vida Iglesia —piénsese en Felicite de Lamennais, Antonio pública tuvo un proceso complejo, contradictorio Rosmini, Henry Newman, Marc Sangnier, o les abbés e incluso cruento, al enfrentarse al Estado démocrates—, no se aceptaron las primeras pautas de nacional. Pero refiriéndonos exclusivamente al salida a esa crisis sino hasta bien entrado el siglo XX; ambiente académico, sí hubo un proceso paulatino pautas que dieron lugar a la celebración del Concilio de separación y aislamiento entre el mundo Vaticano II (1962-1965). En el entretanto fue la secular y el católico. Sin embargo, hubo una condena a la llamada modernidad uno de sus más caros notable excepción: los hombres de letras. Fueron y frecuentes recursos, además de que tuvo la intención los filósofos, los historiadores, v sobre todo los de hacer una institucionalización paralela de los literatos y novelistas, los que no dejaron de incluir conocimientos humanos. Con respecto a las condenas, en sus estudios e investigaciones las cuestiones las dos más conocidas fueron las de Pío IX, al religiosas. Sorprende, por ejemplo, que haya sido promulgar el Syllabus y la encíclica Quanta Cura en Alfonso Reyes quien incluyera en una obra 1864; pero sobre todo, la condenación del modernismo fundamental como es El deslinde (1944) un hecha por Pío X en 1907 por medio de los documentos capitulo sobre teología.13 En Al filo del agua Puscendi y lamentabili. Estas últimas condenas propi- (1947), Agustín Yáñez hizo girar su exitosa no- ciaron aún más el intento de instituciona-lización vela sobre un mundo tradicional en el cual la paralela de los conocimientos, haciendo todo un religión tenia un papel preponderante.14 En 1957, esfuerzo por construir lo que en su momento se Moisés Gonzáles Navarro sorprendió a la pretendió llamar "ciencia católica". Se habló así de comunidad académica al rescatar, dentro de la sociología psicología comple]idad de la vida social del porfiriato, los católica, economía católica, política católica y aun elementos de influencia del catolicismo, sin los medicina católica. Obviamente, fue en los seminarios y cuales no se podría explicar ese periodo de vida en las universidades católicas donde se desarrollaron mexicana.15 Como lo ha mostrado Álvaro estos Matute, antes de 1968 fueron los historiadores de católica, filosofía católica, la diplomacia quienes hicieron las incursiones más exi- 13 14 15 96 Alfonso Reyes, El deslinde, México, FCE, 1983, pp 375-405. Agustín Yáñez, Al filo del agua, México, Porrúa, 1984. Moisés González Navarro, El Porfiriato Vida social, México, Hermes, 1957 MANUEL CEBALLOS/IGLESIA CATÓLICA, ESTADO Y SOCIEDAD tosas en temas referentes a la Iglesia.16 Si bien el tema religioso siguió siendo campo de batalla de algunos historiadores, hubo otros con una nueva visión más crítica y menos partidaria, como Alicia Olivera Sedano, Josefina Muriel, Francisco Miranda, Robert Quirk, Paul V. Murray y Martín Quirarte.17 En el terreno de la filosofía, las cuestiones religiosas fueron desarrolladas tanto en la Universidad Nacional como en otras instituciones por Antonio Caso, Oswaldo Robles, Joaquín y Ramón Xirau, Antonio Gómez Robledo, José Manuel Gallegos Rocafull, Bernabé Navarro, Femando Sodi Pallares y Emma Godoy.18 Notable fue el caso del médico y filósofo Demetrio Sodi Pallares.19 Los literatos católicos se reunieron en torno a la revista Ábside, donde publicaron Alfonso Junco, Alfonso y Gabriel Méndez Plancarte y Octaviano Valdés. Entre otras de las revistas que se pueden considerar depositarias de la reflexión católica, se encuentran también Christus, dirigida por los jesuitas, y La Nación, órgano oficial del Partido Acción Nacional donde algunos intelectuales católicos publicaron sus análisis. Entre otros, es necesario nombrar a Efraín González Luna.20 Los jesuitas instauraron la filosofía en el Centro Cultural Universitario, que luego se convirtió en Universidad Iberoamericana. Entre los extranjeros hubo también obras notables, como La conquista espiritual de México (1933), de Robert Ricard, y El poder y la gloria (1938), de Graham Greene.21 Los dos decenios de reformulación La segunda etapa en los estudios sobre la Iglesia católica mexicana comprende las dos décadas de 1968 a 1988. Tres elementos integran, al menos, el gran telón de fondo en este periodo: la reforma interna de la Iglesia promovida por el Concilio Vaticano II; la progresiva profesionalización de las ciencias sociales y de la historia, y las demandas políticas y sociales y los cambios propios que vivió la sociedad mexicana en esa etapa, particularmente a partir del movimiento del 68. La influencia que estos tres elementos tuvieron tanto sobre los creyentes como sobre los que se interesaron en estudiar temas católicos fue decisiva para el desarrollo del conocimiento de la Iglesia mexicana. Entre otras cosas, se promovió también dentro de la Iglesia una postura más abierta hacia las ciencias, reconociendo su autonomía de la fe y de la filosofía; hubo una mayor comprensión de la secularidad y la laicidad, y se valoró la libertad religiosa y la libertad de investigación. Todo ello redundó para los investigadores, creyentes o no, en apertura de archivos y bibliotecas, valoración de sus estudios, interés por colaboraciones interdisciplinarias e interconfesionales, apoyo para eventos académicos o invitación a reuniones dentro de la Iglesia para ofrecer sus puntos de vista. Por otra parte, se tomó en cuenta el desarrollo de las ciencias sociales y de su metodología, y aquí llama la atención que se aceptara el análisis 16 Álvaro Matute et al., Estado, Iglesia y sociedad en México, siglo XIX, México, Miguel Ángel Porrúa, 1995, p. 15. 17 Alicia Olivera Sedano, Aspectos del conflicto religioso de 1926 a 1929, México, INAH, 1966; Robert Quirk, The Mexican Revolution and the Catholic Church, Bloomington, Indiana University Press, 1973 (1955), y Martín Quirarte, El problema religioso en México, México, INAH, 1967. 18 José Rubén Sanabria et al., Historia de la filosofía cristiana en México, México, Universidad Iberoamericana, p. 151 y ss. 19 Carlos Véjar Lacave et al., El pensamiento contemporáneo en México, México, Porrúa, 1974, pp. 209-231. 20 Efraín González Luna, Los católicos y la política en México, México, Jus, 1988. 21 Robert Ricard, La conquista espiritual de México, México, Jus, Polis, 1947; Graharn Greene, El poder y la gloria, México, Promexa, 1979. 97 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 marxista como parte previa a la reflexión teológica. Surgieron estudios que no excluían la religión del marxismo. Sólo por citar algunos, debemos hablar de Analyse marxiste et foi chrétienne, de René Coste; Marxismo y religión y La cuestión religiosa en el Engels premarxista, ambos de Otto Maduro, y en México, el libro de José Porfirio Miranda: El cristianismo de Marx.22 Otros autores reivindicados por los católicos fueron también José Carlos Mariátegui y Antonio Gramsci. La corriente que genéricamente se conoce como teología de la liberación ha sido acusada de extralimitarse en el uso del análisis marxista. Sin embargo, otras teologías surgieron durante estos años pretendiendo la renovación y actualización de los conocimientos, como la teología de la negritud o la teología de la materia.23 Está por demás decir que este intento provocó fuertes reacciones adversas dentro de los ambientes católicos más tradicionalistas, e incluso motivó la intervención de las autoridades romanas en el asunto, especialmente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por el cardenal Josef Ratzinger.24 Si bien en México hubo estudios importantes derivados de las ciencias sociales, al parecer, fueron los historiadores los que avanzaron más en temas religiosos. Aun así, es necesario destacar algunos de los estudios sociales que se hicieron sobre la Iglesia mexicana o sobre los católicos durante estas dos décadas. Entre otros, podemos destacar las obras de Jesús Tapia sobre cuestiones políticas y antropológicas del Bajío zamorano, Otto Granados acerca de la Iglesia como grupo de presión, Guillermo Margadant sobre cuestiones jurídicas, y Donald J. Mabry, quien encontró en el Partido Acción Nacional la antigua corriente contrarrevolucionaria de los católicos25 Entre los autores de obras colectivas destacan Patricia Arias, Alfonso Castillo y Cecilia López, quienes hicieron un primer análisis sociológico de la Iglesia, y Miguel Concha Malo, Óscar González Gari, Lino Salas y Jean Pierre Bastian, quienes destacaron la participación de los cristianos en los procesos populares.26 A mediados de 1984 la Universidad Autónoma Metropolitana organizó un simposio que tituló "Hacia el Nuevo Milenio", recopilando una serie de ponencias que tuvieron que ver con estudios de mesianismo, identidad nacional, cristianismo y socialismo. Un evento semejante fue objeto de una publicación coordinada por Martín de la Rosa y Charles A. Reilly.28 Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano realizó una serie de estudios que publicó con el 22 René Coste, Analyse marxiste et foi chrétienne, París, Les Editions Ouvrieres, 1976; Otto Maduro, Marxismo y religión, 2a ed., Caracas, Monte Ávila, 1981, y La cuestión religiosa en el Engels premarxista, Caracas, Monte Ávila, 1981, y José Porfirio Miranda, El cristianismo de Marx, México, s.e., 1978. A ellos es necesario añadir el libro preparado por Hugo Assmann y Reyes Mate, sobre textos de Karl Marx y Friedrich Engels, titulado Sobre la religión, Salamanca, Sígueme, 1974. 23 Véase, por ejemplo, M. D. Chenu, Théologie de la matiere, París, Les Editions du Cerf, 1968. 24 Véanse los textos Libertatis Nuntium (1984), Libertatis Conscientia (1986) e "Instrucción sobre la vocación eclesial del teólogo" (1990), en los que se ofrecen precisiones y advertencias sobre la teología de la liberación. Véase también Josef Ratzinger, Informe sobre la fe, Madrid, BAC, 1985. 25 Jesús Tapia, Campo religioso y evolución política en el Bajío zamorano, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1986; Guillermo F. Margadant, La Iglesia mexicana y el derecho, México, Porrúa, 1984; Otto Granados, La Iglesia católica mexicana como grupo depresión, México, UNAM, 1981, y Donald J. Mabry, Mexico's Accion Nacional, a Catholic Alternative lo Revolution, Syracuse, Syracuse University Press, 1973. 26 Patricia Arias et al., Radiografía de la Iglesia católica en México, México, UNAM, 1981, y Miguel Concha Malo et al., La participación de los cristianos en el proceso popular de liberación en México, México, Siglo XXI, 1986. 27 Hacia el nuevo milenio, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 1986. 28 Martín de la Rosa et al., Religión y política en México, México, Siglo XXI, 1985. 98 MANUEL CEBALLOS/IGLESIA CATÓLICA, ESTADO Y SOCIEDAD título de Sociedad civil y sociedad religiosa, en el que participaron no sólo los eclesiásticos sino también algunos laicos, como Ignacio Burgoa y Jean Meyer.29 Sin embargo, como afirmábamos más arriba, fueron los historiadores quienes en estos 20 años parecieron abarcar de modo más amplio los estudios sobre la religión y en particular sobre el catolicismo. Los temas fueron abundantes: instituciones coloniales, guadalupanismo, órdenes y congregaciones religiosas, arte sacro, bienes eclesiásticos, problemas entre la Iglesia y el Estado, catolicismo social, cristiada, mentalidades... Más que de los autores y de sus obras —de quienes nos hemos ocupado en otro lugar—w es necesario hablar de las instituciones que han abierto sus espacios para que el asunto de la religión dejara de ser un tema tabú entre los investigadores mexicanos, como en su oportunidad lo señaló Andrés Lira. Con mayor o menor intensidad, la historia de la Iglesia católica mexicana se estudió, investigó o publicó al amparo y presupuesto de algunas instituciones. Académicas unas, confesionales, interconfesionales o de divulgación otras. En la Universidad Nacional Autónoma de México se desarrollaron investigaciones en el Colegio de Historia, donde se instauró el Seminario de Iglesia, Estado y Sociedad en el Siglo XIX, que recientemente publicó sus resultados; en el Instituto de Investigaciones Sociales se desarrolló el proyecto de historia y sociología religiosa de consuno con el Comité Mexicano de Ciencias Sociales y con la Societé Internationale de Sociologie des Religions, y en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas se ordenaron algunos archivos referentes a la his toria eclesiástica. Entre los proyectos del Archivo General de la Nación, se creó un programa especial de rescate de los archivos parroquiales. En el Instituto Nacional de Antropología e Historia el Seminario de Historia de las Mentalidades y Religión aportó novedosos análisis sobre el tema. El Instituto de Estudios Sociales de la Universidad de Guadalajara inició el estudio de cuestiones religiosas en el estado de Jalisco. En la Universidad Pontificia de México, instaurada en 1982, se creó también un Instituto de Investigación Histórica. En la Universidad Iberoamericana, tanto el Departamento de Historia como el de Ciencias Religiosas llevaron a cabo reuniones, congresos y cursos. En El Colegio de Michoacán la instauración del Centro de Estudios Históricos y del Centro de Estudios sobre las Tradiciones dio un lugar importante a las cuestiones religiosas. En El Colegio de México se desarrollaron investigaciones de tema religioso en los Centros de Estudios Históricos, Estudios Sociológicos y Estudios Internacionales. En El Colegio de la Frontera Norte se inició una investigación sobre las organizaciones religiosas en las principales ciudades fronterizas. Otras instituciones de carácter confesional o menos formal, que nacieron durante este periodo o que se activaron aún más, continuaron sus estudios del fenómeno religioso bajo diversos puntos de vista. Ellas fueron: el Secretariado Social Mexicano (SSM), el Centro Antonio de Montesinos (CAM), el Centro de Reflexión Teológica (CRT), la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina (CEHILA), el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), el Centro de Estudios Tata 29 Conferencia del Episcopado Mexicano, Sociedad dril y sociedad religiosa, México, Clavería, 1985. 30 Véase Manuel Ceballos Ramírez, "La historiografía mexicanista y la Iglesia católica, 1968-1988", en Memorias del Simposio de Histortografía Mexicanista, México, Comité Mexicano de Ciencias Históricas, 1990, pp.416-425. 99 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Vasco, el Centro de Estudios Guadalupanos y la Sociedad de Historia Eclesiástica Mexicana. A principios de los años ochenta se publicaron también los primeros textos de la Enciclopedia de la Iglesia Católica en México, que no ha llegado a concluirse. Se puede decir que estos 20 años fueron decisivos en el replanteamiento de las cuestiones religiosas para los académicos mexicanos. Si muy novedosa había sido la inclusión de los católicos en la síntesis que había hecho Moisés González Navarro al recobrar la historia del porfiriato, no lo fue menos cuando Jean Meyer volvió sobre el tema en 1969, al decir en la Tercera Reunión de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos en Oaxtepec que "nuestro mundo moderno, nuestra historia no será inteligible hasta que no se haya definido claramente la parte de la religión en la vida de las masas".31 Poco después, él mismo contribuyó a replantear el problema al publicar primero La Cristiada y poco después La Revolution mexicaine.32 En 1971, Francisco Miranda, en Historia Mexicana, escribió acerca del conjunto de problemas que implicaba la revisión de la historia eclesiástica, y preveía el advenimiento de una nueva etapa de investigación de las cuestiones religiosas como parte integrante de la realidad cultural mexicana.33 Tanto las propuestas de Meyer como las de Miranda se empezaron a cumplir en forma más manifiesta 20 años después, pero no sólo mediante la revisión de cuestiones culturales, históricas o sociológicas, sino conducidas a través del lábil mundo de la política. La cuestión política: el nuevo detonador No se puede negar que fue un evento político el que reorientó las perspectivas tanto de los intelectuales como de la población en general en torno al asunto de la Iglesia y la religión. Sin duda, el evento que reabrió el fuego fue la inopinada e inesperada presencia de algunos integrantes del Episcopado Mexicano en la toma de posesión del presidente Carlos Salinas de Gortari, atendiendo a una invitación expresa, el 1 de diciembre de 1988. Las palabras del Presidente explicaron la presencia de los clérigos: la necesidad de modernizar las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Así se dijo en un primer momento, para luego hablar de las Iglesias. Sin embargo, a lo largo del sexenio se aclararían otras cuestiones no dichas: la necesidad de legitimación del presidente Salinas y la convocatoria de la oposición política —particularmente del Partido de la Revolución Democrática— a los militantes cristianos a unirse a sus filas, en tanto que cristianos; es decir, llamando a las cosas por su nombre, y no con eufemismos y ficciones. A estos elementos se añadieron los debates nacionales a que dieron lugar las reformas constitucionales de 1991-1992 que tuvieron que ver con los artículos que trataban cuestiones religiosas, como los referentes a la educación, los votos religiosos, las propiedades eclesiásticas, las publicaciones católicas, y la misma existencia jurídica de las Iglesias.34 A esto es menester 31 Jean Meyer, "Historia de la vida social", en Investigaciones contemporáneas sobre historia de México, México, UNAM,1971, p.391. 32 Jean Meyer, La Revolution Mexicaine, París, Calman-Lévy, 1977, y La Cristiada, México, Siglo XXI, 1973. 33 Francisco Miranda, "Problemática de una historia eclesiástica", en Historia Mexicana, v. 21:2 (82), octubre-diciembre de 1971, p. 269. 34 Diario Oficial de la Federación, 15 de julio de 1992. En esa fecha se publicó la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que reglamentaba las reformas constitucionales que habían entrado en vigor el 29 de enero de ese mismo año. 100 MANUEL CEBALLOS/IGLESIA CATÓLICA, ESTADO Y SOCIEDAD incorporar la polémica nacional que se suscitó al nombrar, tanto el Papa como el presidente de la República, sendos representantes personales, que no fueron sino el preámbulo del restablecimiento de relaciones diplomáticas en septiembre de 1992. Ya para entonces la segunda visita del papa Juan Pablo II a México, en mayo de 1990, y la del presidente Salinas al Vaticano en julio del año siguiente habían, sin duda, allanado el camino de las reformas.35 A ello se asociaron controversias un tanto marginales, como la de la celebración del quinto centenario del hasta entonces llamado Descubrimiento de América. Debate que implicó a amplios sectores de la Iglesia católica y de la sociedad en general. Empero, otros dos eventos fueron también muy determinantes de la presencia y persistencia de la religión en México, ambos de carácter diferente pero igualmente inesperados: el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas en la tradicional ciudad católica de Guadalajara, por un lado, y por el otro, la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el 1 de enero de 1994, en el estado de Chiapas. La presencia de antiguos catequistas en el EZLN, el discurso mismo lleno de referencias bíblicas, las reuniones efectuadas en la catedral de San Cristóbal de Las Casas, la misma función desempeñada por algunos clérigos como el obispo Samuel Ruiz, le dieron al una indudable imagen de alianza o al menos de inspiración cristiana. Inspiración que para propios y extraños, para detractores o partidarios, tuvo que ver con la presencia de la Iglesia en un espacio relegado por el Estado nacional. De 1988 a la fecha, si bien ha habido investigaciones históricas y sociales sobre la Iglesia católica en México, los dos asuntos más socorridos han sido, sin duda, los que se suscitaron con las reformas constitucionales — particularmente del artículo 130— y el posterior restablecimiento de relaciones entre México y el Vaticano. El otro tema es el de la cuestión de Chiapas, cuyas negociaciones aún no concluyen. Este tema ha sido destacado por los medios de comunicación, y en particular por la prensa escrita y en algunos libros.36 A la fecha, a dos años y medio de su inicio, ha recibido un amplio tratamiento, tanto en México como en el extranjero.37 Después de 1988, han continuado las publicaciones sobre la Iglesia católica. En cuestiones históricas y sociales han salido a la luz pública, entre otros, los libros de Jean Meyer, David A. Brading, Patricia Galeana, José Miguel Romero, Roberto Blancarte, Pablo Serrano, Víctor Muro, Manuel Ceballos Ramírez, y el libro colectivo coordinado por Álvaro Matute, Evelia Trejo y Brian Connaughton.38 Por otra parte, destaca la importancia institucional que ha EZLN 35 Para una apreciación más crítica de la visita del Papa a México, véase Bernardo Barranco el al., Más allá del carisma, análisis de la visita de Juan Pablo II, México, Jus, 1990. En este libro participan Roberto Blancarte, Rodolfo Casillas, Carlos Castillo Peraza, Manuel Ceballos Ramírez, Jean Meyer, Manuel Olimón, y otros más. 36 En relación con las cuestiones religiosas que inspiran al EZLN, véase, por ejemplo, Chiapas: el evangelio de los pobres. Iglesia, justicia y verdad, México, Ediciones Tiempo de Hoy, 1994. 37 Por ejemplo, la novela del italiano Mario Balsamo Que viva Marcos! Storie del Chiapas in rivolta. En ella destaca de modo manifiesto la inspiración cristiana de los integrantes del EZLN: "Es un hecho incontrovertible que el mensaje evangélico del catolicismo es de tipo revolucionario. Cualquiera que lea el Nuevo Testamento lo puede comprobar. Es un mensaje de redención. Por otra parte, mis fuentes me contaron cuál ha sido el papel de los catequistas en la gestación de la rebelión". Mario Balsamo a Óscar E, Ornelas, El Financiero, 19 de enero de 1996. 38 Jean Meyer, Historia de los cristianos en América Latina, siglos XIX y XX, México, Vuelta, 1989; David A. Brading, Orbe indiano. De la monarquía católica a la república criolla, México, FCE, 1991; Patricia Galeana, Las relaciones Iglesia-Estado durante el segundo Imperio, México, UNAM, 1991; José Miguel Romero, El 101 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM, 15, ENERO-JUNIO DE 1996 adquirido el tema, no sólo porque las instituciones apoyen a sus investigadores, sino porque han propiciado la creación de programas o centros y han organizado reuniones de todo tipo. Así, El Colegio de Michoacán dedicó en 1995 su XVII Coloquio de Antropología e Historia Regionales al tema "La Iglesia Católica en México: Evangelización, Política y Religiosidad". Del mismo modo, la Societé Internationale de Sociologie des Religions celebró la primera Conferencia Regional para América Latina, con el título de "Religión y Desarrollo", a fines de 1990. Los resultados de este último evento los publicó la Universidad Iberoamericana dentro de su Programa Institucional de Investigación de Cultura y Religión.39 Dentro del proyecto de Lecturas de Historia Mexicana que Alicia Hernández Chávez promovió en el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México se dedicó un volumen al tema "Iglesia y religiosidad", que fue coordinado por Pilar Gonzalbo Aizpuru.40 Recientemente, la Subsecretaría de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación ha lanzado el proyecto de editar una revista que difunda cuestiones referentes a su competencia. Aumentándose a la lista de instituciones, ha nacido también el Centro 39 40 41 42 43 102 de Estudios de las Religiones en México (1990). Al menos tres universidades ofrecen la carrera de ciencias religiosas en el país: la Universidad Iberoamericana y la Universidad La Salle, en la capital, y la Universidad Cervantina en Monterrey. Sin embargo, el asunto más novedoso que también promovió reuniones, estudios y publicaciones fue el de la reforma constitucional con respecto a la situación jurídica de las Iglesias y a la cuestión del establecimiento de relaciones diplomáticas entre el Vaticano y el Estado mexicano. Independientemente de la mucha tinta que corrió en la prensa, se publicaron algunos libros sobre el tema, como el de Roberto Blancarte, Pedro López Gallo y Marta Eugenia García Ugarte;41 además, hubo otros escritos donde participaron varios autores.42 Pero lo que se puede considerar más indicativo y sugerente fue el interés de algunas instituciones representativas sobre el tema. La Conferencia del Episcopado Mexicano estudió el asunto en su 52ª Asamblea y publicó los resultados en "La Iglesia católica en el nuevo marco jurídico de México".43 Dentro de una serie de textos promovidos por la Presidencia de la República, José Luis Lamadrid coordinó el libro aguijón del espíritu. Historia contemporánea de la Iglesia en México, México, Imdosoc, 1994; Roberto Blancarte, I Historia de la Iglesia católica en México, México, FCE, 1992; Pablo Serrano, La batalla (Id espíritu, México, CNCA, 1992; Víctor Muro, Iglesia y movimientos sociales, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1994; Manuel Ceballos Ramírez, El catolicismo social: un tercero en discordia, México, El Colegio de México, 1991, y Álvaro Matute et al., Iglesia, Estado y sociedad en México, siglo XIX, México, Miguel Ángel Porrúa/ UNAM, 1995. Carlos Martínez Assad (coord.), Religiosidad y política en México, México, Universidad Iberoamericana, 1992. Iglesia y religiosidad. Lecturas de Historia Mexicana, v. 5, introducción y selección de Pilar Gonzalbo Aizpuru, México, El Colegio de México, 1992. Roberto Blancarte, El poder: salinismo e Iglesia católica, México, Grijalbo, 1991; Pedro López Gallo, Relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede, México, El Caballito, 1990, y Marta E, García Ugarte, La nueva relación Iglesia-Estado en México, México, Nueva Imagen, 1993 Ramón Sánchez Medal, Héctor Moreno Valencia, Eduardo Garzón Valdez, Gerardo López Becerra, Federico Muggenburg y Luis Reynoso Cervantes, La presencia en México de Juan Pablo II y la relación IglesiaEstado, México, Grupo Promoval, 1992, y Mario Abad Shoster, Alfonso Fernández de Córdova, Octavio Medal e Ignacio Sachman Torres, 130 años después: el gran final, México, Litho Ediciones, 1993 "La Iglesia católica en el nuevo marco jurídico de México", México, Conferencia del Episcopado Mexicano [1992]. MANUEL CEBALLOS/IGLESIA CATÓLICA, ESTADO Y SOCIEDAD La larga marcha a la modernidad en materia religiosa44 La Fundación Mexicana Cambio XXI, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), publicó en 1992 Una ley para la libertad religiosa.45 El presidente del PRI en ese entonces, José Francisco Ruiz Massieu, fue también el principal promotor de un encuentro de especialistas coordinado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y la Universidad Americana de Acapulco. De ese evento salió el libro Relaciones del Estado con las Iglesias46 Por su parte, la Universidad Pontificia de México (UPM) organizó un simposio cuyas ponencias fueron publicadas con el título de Libertad religiosa y autoridad civil en México. A este escrito es menester añadir unas "sugerencias y aportaciones" que la propia UPM hizo públicas en el libro Relaciones Iglesia-Estado en México47 Por su parte, el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), en su colección "Diálogo y Autocrítica", publicó una serie de opúsculos, dando cuenta de la diversidad de opiniones y opciones de un tema tan complejo en la historia y en la legislación mexicanas. Los autores son, entre otros, Soledad Loaeza, Raúl González Schmal, Jorge Adame, Manuel Olimón, Luis Reynoso, Ramón Sánchez Medal, Roberto Blancarte y Manuel Ceballos Ramírez.48 Sin embargo, es necesario destacar que el debate nacional a que dio origen la reforma constitucional ha puesto de mani fiesto otro aspecto de la antigua "polémica feroz" entre los partidarios de la Iglesia y los del Estado, como en alguna ocasión la caracterizó Peter L. Reich.49 Nos referimos al resurgimiento de un cierto jacobinismo en unos y del "radicalismo blanco" en otros. Si ambos parecían haber desaparecido del mundo académico después de 1968 —y particularmente durante los 20 años que terminaron en 1988—, la escurridiza conducción política del asunto desfiguró muchos de los criterios aducidos por los académicos. Dicho en otras palabras, si en los ambientes académicos se asistía a la agonía de la apologética, la entrada del mundo del poder al asunto de la religión reabrió viejos agravios y levantó polvos de aquellos lodos. Así se explican, por ejemplo, cierto triunfalismo con que se tomaron las reformas de los artículos constitucionales en algunos ambientes católicos y la confusión de expectativas que las mismas reformas provocaron en algunos clérigos, quienes pensaron que se encontraban en recuperación del tiempo perdido. Así se explica también, por ejemplo, la reaparición extemporánea de un texto —ilegible para el académico de hoy— del padre Ángel María Garibay K., distinguido hebraísta, indigenista y nahuatlato, a quien se le recuerda y admira no ciertamente por ese escrito.50 La reedición de los cinco tomos de la Historia de la Iglesia en México, del padre Mariano Cuevas, en 1992, podría 44 José Luis Lamadrid, La larga marcha a la modernidad en materia religiosa, México, FCE, 1994. 45 Armando Méndez (coord.), Una ley para la libertad religiosa, México, Diana, 1992. 46 Relación del Estado con las Iglesias, México, Porrúa/UNAM, 1992. 47 Raúl Duarte et al., Libertad religiosa y autoridad civil en México, México, Universidad Pontificia de México, 1989, y José T. González (comp.), Relaciones Iglesia-Estado en México, México, Clavería, s.f. 48 Véanse, por ejemplo, Soledad Loaeza, El fin de la ambigüedad. Las relaciones entre la Iglesia y el Estado en México, 1982-1989, México, Imdosoc, 1990; Luis Reynoso, Las relaciones entre el Estado y la Iglesia católica, México, Imdosoc, 1992, y Jorge Adame, Las reformas constitucionales en materia de libertad religiosa, México, Imdosoc, 1992. 49 Peter L. Reich, "Algunos archivos para el estudio de la historia eclesiástica mexicana en el siglo xx", en Historia Mexicana (117), v. 30:1, julio-septiembre de 1980, p. 126. 50 El texto del padre Garibay es de 1955 y fue reimpreso en la Colección V Centenario, Presencia de la Iglesia en México, México, Fundice, 1992. 103 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 interpretarse dentro de esta corriente de triunfalismo católico; empero, aun cuando hay en esta obra un manifiesto afán de defensa de la Iglesia frente al Estado —particularmente en el último volumen—, tiene un indudable valor historiográfico, tanto por su contenido como por ser la síntesis más acabada de una generación.51 En sentido inverso, había habido ya reapariciones de textos anticlericales, como el de Emilio Portes Gil, La lucha entre el poder civil y el clero, o el de Abraham García Ibarra, Apogeo y crisis de la derecha en México, cuya sola portada es la síntesis de la organización de sus tesis de combate. George Boas había ya intentado hacer en 1965 la síntesis de las nuevas aspiraciones científicas en The Challenge of Science: No pretendo ser dirigente religioso, mucho menos profeta; pero puedo aventurar la opinión de que, si alguna vez la civilización llega al punto de que haya paz en la tierra, será por inspiración de nuestra tradición religiosa, [yl elaborada dentro de los principios filosóficos y probada por los métodos de los científicos. Por otra parte, las cuestiones religiosas parecen ser tan importantes para la vida social que no pueden quedar sólo en manos de los eclesiásticos o Conclusión del hombre religioso. Ya Thomas Merton escribió hace 50 años acerca de "las perversiones extra ñas Independientemente de los juicios que se pueden hacer acerca de la sobrecarga ideológica del tema religioso o eclesiástico, una cosa es indudable: el retorno y la inclusión de los análisis del fenómeno religioso en los ambientes académicos mexicanos. En algunos casos, porque va indisolublemente unido a cuestiones históricas, étnicas y culturales que parecen definir muchas perspectivas en el futuro. Pero también porque son las ciencias naturales y físicas las que han empezado a hablar del problema, ya sea a través del replanteamiento de cuestiones éticas dentro de los ambientes científicos —de los cuales la bioética es uno de los tópicos más innovadores—, o a través del replanteamiento de las cuestiones sobre lo fundamental de las leyes de la naturaleza.53 del instinto religioso".55 Dejar la religión sólo en manos de los religiosos es exponerse a los abusos que ya se han visto —piénsese en Waco, Texas—, puesto que el sentimiento religioso está muy expuesto al fanatismo, a la confusión y a la manipulación de la ignorancia. Contra lo que antes se decía, el Estado nacional y las instituciones de la sociedad deben intervenir para garantizar la formación intelectual de los dirigentes religiosos; o incluso para promover la cultura religiosa general de su población, en el mismo rango en que se promueve, por ejemplo, el conocimiento de la geografía, la información de las advertencias sanitarias o la actualización de cualquier otro resultado de la investigación científica. No quiere esto decir que el 51 Mariano Cuevas, S.J., Historia de la Iglesia en México, cinco tomos, México, Porrúa, 1992, 6ª edición preparada por José Gutiérrez Casillas, S. J. Otro escrito más actual, que al parecer fue una tesis de grado, no logró evadir el afán apologético. Véase Evaristo Olmos Velázquez, El conflicto religioso en México, México, Editorial Don Bosco, 1991. 52 Emilio Portes Gil, La lucha entre el poder civil y el clero, México, El Día, 1983 (1ª ed., 1934), y Abraham García Ibarra, Apogeo y crisis de la derecha en México, México, El Día, 1985. 53 Véase el capítulo "What about God?" en el libro del nobel Steven Weinberg, Dreams of a Final Theory, (he Scientist´s Search for the Ultimate Laws of Nature, Nueva York, Vintage Books, 1994, pp. 241-261. 54 En E. H. Gombrich, Tributos, versión cultural de nuestras tradiciones, México, FCE, 1991, p. 175. 55 Thomas Merton, La montaña de los siete círculos, México, Promexa, 1992, p. 285. 104 MANUEL CEBALLOS/IGLESIA CATÓLICA, ESTADO Y SOCIEDAD Estado obligue a la práctica religiosa o a que se catequice a los estudiantes o a la población en tal o cual creencia, pues eso pertenece al fuero interno de las personas y a la propia elección personal o familiar. Pero el conocimiento crítico de la cultura religiosa es fundamental para la convivencia social, porque al fin la cultura —incluidos los elementos religiosos en cuanto que culturales— puede convertirse en fuente de comprensión, tolerancia y racionalidad. Cuando a fines de 1989 la revista Vuelta intentó recoger las inquietudes sobre lo que llamó "erupciones de fervor religioso", se refirió al retorno de lo sagrado, a la posibilidad de que comprendiéndolo pudiera haber mayor humanismo y humildad. Fue entonces cuando recordó el presagio de André Malraux: "El siglo XXI será religioso, o no será".56 En el mismo sentido, Nicolás Berdiaev, desde la década de los veinte, constataba la inmensa nostalgia que invadía a la mejor parte de la humanidad, asegurando que era "el signo del advenimiento de una nueva época religiosa". Ciertamente, no sabemos si el presagio de Malraux y el augurio de Berdiaev se cumplan; pero lo que sí conocemos es la persistencia del hombre religioso y el regreso de la religiosidad a pesar de los embates de la secularización.58 Hoy se habla, incluso, de la reversibilidad de la secularización y de la imperiosa necesidad de salir de la "crisis del espíritu", de la que hace tiempo habló KarI Jaspers, y de la vacuidad, orfandad y sin sentido que le había dejado al mundo la muerte de Dios, tal como lo describió Albert Camus.59 En el mismo sentido, Joseph Huizinga habló acerca de la locura y frenesí de nuestro mundo provocada por la huida del espíritu; y Miguel F. Sciacca constató el tremendo costo que dejó a la humanidad la pérdida de los valores provocada por lo que llamó "el oscurecimiento de la inteligencia".60 Entre nosotros, Ramón Xirau y Antonio Gómez Robledo han escrito acerca de "las crisis y quiebras de nuestro tiempo" y de la "hora sombría de postración de la inteligencia" en que vivimos. Crisis, huida, oscurecimiento, quiebras y postración que para muchos no podrán replantearse y resolverse sin atender las cuestiones religiosas.61 También ha sido Gabriel Zaid quien ha destacado con especial sensibilidad la realidad de que en México, a falta de demandas culturales en el mundo religioso, ha habido una serie de demandas religiosas en el mundo cultural.62 No se piense sólo en la práctica o en la creencia, sino en el conocimiento crítico y científico de los procesos a que da lugar la fe religiosa, el análisis de las diversas teologías con las que se racionaliza esa fe, 56 Enrique Krauze, "Presentación", en Vuelta (156), noviembre de 1989, p. 8. 57 Nicolás Berdiaev, Una nueva Edad Media, Buenos Aires, Carlos Lohlé, 1979, p. 46. 58 Hace ya tiempo que se viene estudiando la persistencia del hombre religioso mas allá de los límites impuestos por el positivismo o el marxismo. Véase Gilles Kepel, The Revenge of God. The Resurgence of Islam, Christianity and Judaism in the Modern World, University Park, The Pennsylvania State University Press, 1994. Dos obras anteriores son: Andrew M. Greeley, El hombre no secular, Madrid, Cristiandad, 1974, y Al-fred Muller-Armack, El siglo sin Dios, México, FCE, 1968. 59 Véase en especial la obra de Camus L'homme revolté, en Charles Moeller. Literatura del siglo XX y cristianismo, Madrid, Gredos, v. 1, 1970. 60 Joseph Huizinga, cit. por Jean Meyer, en La ¡ornada, 29 de abril de 1994, y Miguel F. Sciacca, El oscurecimiento de la inteligencia, Madrid, Gredos, 1973, p. 9. 61 Ramón Xirau, Antología, México, Diana, 1989, p. 19, y Antonio Gómez Robledo, Estudios pascalianos, México, El Colegio Nacional/FCE, 1992, p. 15. Véase también Hans Kuns, Teología para la postmodernidad, Madrid, Alianza Editorial, 1989. 62 Gabriel Zaid, "Muerte y resurrección de la cultura católica", en Vuelta ( 156), noviembre de 1989. 105 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15. ENERO-JUNIO DE 19% el estudio de la praxis de los creyentes, y en general, la investigación de la historia y del comportamiento social de las Iglesias y de las muy diversas organizaciones religiosas. Todo ello es un reto para el histo- 106 riador, el sociólogo, el politólogo, el antropólogo, el psicólogo social, quienes encuentran en la religión nuevas formas de comprensión y de explicación de la sociedad que pretenden conocer. FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Sociedades religiosas protestantes en la frontera norte: estudio sociográfíco en tres localidades urbanas Alberto Hernández Hernández* RESUMEN La creciente expansión de una multiplicidad de sociedades religiosas no católicas y el inusitado incremento de su membresía en México son, sin lugar a dudas, un tema de gran actualidad y controversia. En algunos de los barrios marginales de Monterrey, Matamoros, Torreón, Nogales y Tijuana, antes que agencias de gobierno, delegaciones de policía y escuelas, se han establecido Iglesias evangélicas, grandes o pequeñas, flanqueadas por asociaciones caritativas, que de alguna forma encauzan la vida comunitaria. Sociedades de reciente creación y antiguas Iglesias, nacionales y de origen extranjero, grandes y pequeñas, con estrategias de penetración diversas y recursos económicos desiguales, son sólo parte de este nuevo espectro religioso. Sin embargo, la ausencia de información sobre el origen, procedencia, actividades y membresía de estas sociedades sigue provocando las más diversas reacciones. En este trabajo se pretende realizar un análisis sociográfíco del protestantismo en la frontera norte. En particular, interesa resaltar las características e importancia que mantienen las sociedades religiosas no católicas en los espacios urbanos. ABSTRACT The increased expansion of multiple non- catholic religious societies and their unusual membership growth in Mexico is undoubtedly a current and controversial issue. In some of the marginal neighborhoods of Monterrey, Matamoros, Torreon, Nogales, and Tijuana even before government agencies, police departments, and schools are established, the presence of evangelical] churches, big or small, flanked by charitable organizations directs community life. The new religious spectrum is made up of recently created societies and old national and foreign churches, big and little churches, that utilize diverse penetration strategies and unequal economic resources. However, the absence of information about the origins, sources, activities and memebership of these societies continues to cause the most varied reactions. This paper aims to analyze sociographically the issue of protestantism in the northern borden Its main interest is to emphasize the characteristics and importance that noncatholic religious organizations maintain in urban spaces. *Profesor-investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública de El Colegio de la Frontera Norte. E-mail: [email protected]. 107 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 1. Introducción Hoy en día, los movimientos religiosos en México poseen una gran capacidad de adaptación que les permite penetrar en los escenarios sociales más diversos. En este proceso se ha observado que las sociedades pentecostales han sido las primeras en adoptar nuevas formas de organización y que su poder de movilización y fuerza numérica son sorprendentes. En las últimas dos décadas la oferta religiosa en el país no sólo se ha diversificado, como lo demuestra la presencia de más de un centenar de sociedades protestantes, sino que se ha ido extendiendo hacia otras confesiones religiosas ajenas a la cristiandad. Asimismo, la presencia de otros movimientos sincréticos hace que el estudio del campo religioso se vuelva cada vez más complejo. Existe un consenso en cuanto a que la distribución regional del protestantismo tiene características que lo hacen un fenómeno con mayor fuerza en las fronteras norte y sur del país, tendencia más evidente desde los años sesenta. Autores como Giménez (1987), Bastían (1990), Casillas y Hernández (1990) y Molina (1993) coinciden en señalar que este proceso demuestra una distribución regional asimétrica. Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo conformarían el núcleo duro del protestantismo, mientras que Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato y Querétaro son estados en donde el catolicismo sigue manteniendo gran fuerza. Aunque no es nueva la presencia de las sociedades religiosas protestantes en la frontera norte, ya que en varias de sus poblaciones data del siglo pasado, su importancia y diversificación en los últimos 30 años ha ido en aumento. El mercado fronterizo de la predicación se ha abierto a multitud de agrupaciones 1 108 que compiten unas con otras en el marco de una incesante lucha por conseguir adeptos. Sociedades de reciente creación y antiguas Iglesias, nacionales y de origen extranjero, grandes y pequeñas, con estrategias de penetración diversas y recursos económicos desiguales, son sólo parte de este nuevo espectro religioso. Sin embargo, la ausencia de información sobre el origen, procedencia, actividades y membresía de estas sociedades sigue provocando las más diversas reacciones. El registro de las asociaciones religiosas en México fue, hasta mediados de 1992, una práctica poco común, a excepción de las llamadas Iglesias protestantes históricas, las cuales mantuvieron un registro actualizado de sus templos, mientras otras, por el contrario, prefirieron mantenerse en el anonimato y otras más optaron por registrarse como asociaciones civiles. Con la publicación de la Ley de Asociaciones Religiosas (Diario Oficial de la Federación, 15 de julio de 1992) esta situación tendió a cambiar. En este trabajo se pretende realizar un análisis sociográfico del protestantismo en la frontera norte. En particular, interesa resaltar las características e importancia que mantienen las sociedades religiosas no católicas en los espacios urbanos. La información utilizada en este artículo se deriva de un estudio realizado en el verano de 1987, mismo que tomó la forma de un censo. La cobertura de este estudio es particularmente adecuada, puesto que abarcó las tres mayores ciudades de la frontera; esto es, Tijuana, Baja California, Ciudad Juárez, Chihuahua, y Matamoros, Tamaulipas. Una réplica de este estudio fue llevada a cabo en el año de 1989, en las ciudades de Nogales, Sonora, y Nuevo Laredo, Tamaulipas. La realización del proyecto estuvo a cargo de un grupo de investigadores de El Colegio de la Frontera Norte.1 La coordinación general estuvo a cargo de Alberto I Hernández. El reporte de investigación correspondiente a 1987 fue preparado por Tonatiuh Guillén López y Alberto Hernández, recibimos la colaboración de la doctora ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES Los resultados y hallazgos de investigación derivados de los estudios antes citados constituyen hasta el momento un material valioso. La cobertura geográfica del estudio, la metodología utilizada y la coyuntura política en que éstos fueron realizados son, por decirlo de alguna forma, únicos. Sin embargo, la circulación limitada de ambos reportes impidió que un público amplio tuviera acceso a dichos resultados. Nuestra intención en esta ocasión es la de presentar en forma breve una parte de los hallazgos obtenidos, primordialmente aquellos que se refieren al primer estudio. Con el propósito de auxiliar al lector no especializado, preparamos una nota introductoria que intenta servir de base para que el lector se familiarice con las diversas tradiciones afines al protestantismo, así como las diferencias y similitudes que existen entre ellas. Queremos aclarar que hemos preferido utilizar el término de "sociedades religiosas" como sinónimo de denominaciones e Iglesias; en cambio, hemos tratado de omitir el término "sectas", porque éste se aplica generalmente de manera indiscriminada a todos los organizaciones religiosas no católicas. Por último, queremos mencionar que se elaboró un pequeño apartado sobre las sociedades religiosas protestantes y su membresía. La pregunta referida a cómo estimara la población protestante sigue siendo una de las cuestiones más debatidas. logía que nos permitiera estudiar las grandes corrientes 2. El protestantismo en México: algunos elementos para su lectura Martín Lutero y Calvino en el siglo XVI y comprenden, del protestantismo y sus líneas disidentes. Contrario a lo que es conocido, se trata de un fenómeno altamente atomizado, heterogéneo y disperso, sobre el cual aún existen grandes controversias. Si bien todas las tradiciones religiosas están sembradas de movimientos disidentes que en ocasiones desembocan en cismas o rupturas, la fragmentación y formas que dichos movimientos adquieren se han hecho cada vez más complejas. Esto ha requerido de instrumentos analíticos cada vez más precisos, que permitan entender las diferencias, pero también las semejanzas, de un fenómeno en constante expansión y cambio. El trabajo desarrollado por Christian Lalive en Chile y Argentina ha sido una herramienta muy útil para el estudio del protestantismo en América Latina. Sin entrar por ahora en detalles, la tipología presentada por Lalive resulta de enorme utilidad, ya que nos ayuda a entender el complejo mundo de las sociedades religiosas, oculto a veces bajo centenares de nombres diversos, formas de organización distintas, así como en discursos y prácticas en ocasiones contradictorias entre sí. La tipología desarrollada por Lalive fue utilizada por Jean Pierre Bastian y José Valderrey en un estudio sobre las sociedades religiosas protestantes en Centroamérica (1985). Más tarde sirvió de base para un estudio de Abelino Martínez en Nicaragua (1989). Según estos autores, el protestantismo en América Latina está conformado por tres grupos principales. En primer término encontramos al llamado protestantismo histórico. Este incluye a las sociedades religiosas muy cercanas a la Reforma emprendida por 2.1 Del protestantismo histórico al pentecostalismo Una de las tareas más difíciles al analizar el fenómeno de las sociedades religiosas protestantes fue la búsqueda de una tipo Guillermina Valdés-Villalva, especialmente para la investigación sobre Ciudad Juárez, Chihuahua. Asimismo, se contó con lai asesoría del maestro Rodolfo Casillas. 109 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 entre otras, a las Iglesias luterana, presbiteriana, metodista, anglicana o episcopal y a los llamados "cuerpos reformados". Este grupo de sociedades religiosas —como lo señala A. Martínez— se caracteriza por un estilo relativamente institucionalizado de prácticas litúrgicas, y tienen un alto grado de burocratización y división interna de trabajo religioso. Otro de sus rasgos es que su trabajo de evangelización no asume la forma de prácticas proselitistas. La presencia en México de este tipo de sociedades religiosas data del siglo pasado. Dentro de las sociedades pioneras tenemos a las bautistas, presbiterianas y metodistas. El amplio trabajo de evangelización realizado por misioneros estadunidenses a finales del siglo pasado cubrió una amplia extensión del territorio nacional, pero sobre todo cubrió localidades urbanas, centros mineros y aquellos sitios en donde ya había llegado el ferrocarril. No debemos olvidar que fue precisamente durante el porfiriato cuando las Iglesias históricas llegaron a tener un gran impulso, debido a la labor desarrollada por 12 sociedades misioneras estadunidenses, las cuales además, entre 1872 y 1911, impulsaron proyectos en materia de educación y salud." El segundo grupo es el de las "misiones de fe". Incluye a aquellas sociedades religiosas que se derivan del trabajo de misioneros norteamericanos ligados al "Movimiento de Santidad". Este último —como lo anota A. Martínez— designa a una corriente religiosa que surge en Estados Unidos a fines del siglo XIX y que afirma la tradición pietista de la santidad personal. Se trata de un movimiento que penetró en México en los años treinta y cuyas carac 2 110 terísticas principales son sus manifestaciones religiosas de tipo fundamentalista, definidas en primer lugar por la fe en la veracidad de la Biblia, así como por el seguimiento de imperativos ético-morales estrictos. Se añade también un proselitismo vigoroso contra todos quienes aún no hayan abrazado ese credo. Un ejemplo de estas sociedades lo constituyen la Iglesia del Nazareno, Alianza Cristiana y Misionera y la Iglesia Internacional de los Soldados de Cristo, entre otras. El tercer grupo lo constituyen las sociedades religiosas pentecostales, cuya expansión más importante tuvo lugar en la década de los cincuenta en toda América Latina. Sus rasgos generales son la posibilidad de renovar las prácticas religiosas tradicionales, enriquecerlas y formular alternativas espirituales más vivas y partici-pativas. Se trata de un movimiento diverso y dividido desde sus inicios, pero con un alcance social de enormes magnitudes. Dentro de este grupo se encuentran los neopentecostales, quienes anteriormente pertenecían a la tradición protestante histórica, incorporando a sus prácticas los métodos pentecostalistas. Aunque el pen-tecostalismo es el grupo que ha experimentado el más importante crecimiento, también es cierto que está conformado por los grupos más dispersos, por lo que la vida de muchos de ellos es muy efímera. La explosión del pentecostalismo, como lo han señalado diversos autores (Lalive, Bastian, Martínez, Meyer y Stoll), se ha convertido en toda América Latina en una respuesta religiosa comunitaria que ha llegado a los sectores más sensibles de la población. En espacios donde la marginación y la desesperanza eran acentuadas, Véase Jean Pierre-Bastian, Los disidentes. Sociedades religiosas protestantes en México, 1872-1911, México, Colmex-FCE, 1989, y Alberto Hernández, "Transformaciones sociales y pluralismo religioso en cinco ciudades fronterizas", en memorias de COLEF I, Política y poder en la frontera norte, vol. iv, pp. 87-109, El ColefUACJ, 1991. ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES los pentecostales actuaron creando microsociedades que tomaron la forma de un grupo organizado y protector. El fortalecimiento de diversos mecanismos de ayuda mutua (que contribuyen a resolver los problemas de la vida diaria), la creación de nuevos espacios de identidad social, así como la renovación de prácticas religiosas tradicionales formulando alternativas espirituales muy vivas y participativas, han sido acciones que han favorecido el éxito de esta forma de religiosidad popular. La historia de las sociedades pentecos-tales en México data de la década de los veinte; sin embargo, su crecimiento e importancia tuvo lugar a partir de los años setenta. El trabajo desarrollado por las sociedades pentecostales en los estados de Tamaulipas, Chihuahua y Sonora es un hecho que vale la pena resaltar, pues la creación y consolidación de varias de estas Iglesias fue apoyada por emigrantes mexicanos, y la mayor parte de ellas creció aislada de la labor misionera extranjera y de sus recursos. Entre ellas podemos mencionar a la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, considerada como la organización pentecostal más antigua de México, y la Iglesia de Dios del Evangelio Completo, surgida en Ciudad Obregón, Sonora, en el año de 1933. 2.2 Las sociedades paraprotestantes: un cajón de sastre A las diversas formas de renovación religiosa dentro del protestantismo se les han sumado otros movimientos religiosos. Entre 1830 y 1880 tuvo lugar en Estados Unidos un amplio movimiento de restauración dentro de las Iglesias protestantes de ese país, que dio lugar a la aparición de tres grandes sociedades: Testigos de Jehová, mormones y adventistas. Hoy en día estas organizaciones religiosas conforman una gran fuerza numérica dentro y fuera de Estados Unidos. Un aspecto importante que hay que resaltar es que dichos movimientos no se relacionan de manera directa con la tradición protestante; es decir, que están fuera de la norma que define a la práctica protestante (o sea, la que considera a la Biblia como la única referencia o código normativo). Debido a que se trata de mutaciones ocurridas dentro del universo protestante, su clasificación resulta generalmente difícil, lo cual tiende a provocar confusiones. Para referirse a ellas, Jean Pierre Bastian utiliza el nombre de sociedades sincréticas, mientras que otros autores prefieren denominarlas paracristianas o se refieren a ellas como instituciones religiosas independientes. Nosotros nos inclinamos por utilizar el término de sociedades paraprotestantes, en la misma acepción que le da Carlos Monsiváis. En México, estos movimientos, diversos por naturaleza, empezaron a cobrar notoriedad a mediados de la década de los setenta. Aunque la mayor parte de ellos se había establecido con anterioridad, hasta esa época ninguno había tenido resonancia significativa. La insistente visita de casa en casa de los Testigos de Jehová, acompañada de la distribución de revistas y otros impresos, seguida de un discurso sobre el "método de salvación", se convirtieron en un hecho cotidiano para buena parte de los habitantes de las localidades urbanas del país. La construcción de una gran cantidad de templos, ubicados en zonas residenciales de clase media (siguiendo un patrón arquitectónico común), así como la presencia cada vez más constante de jóvenes pulcros, bien peinados, con camisa blanca y corbata, que recorrían las calles y zonas aledañas a escuelas y centros comerciales, se constituyeron en parte de la imagen corporativa que distingue a los mormones. 111 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Testigos de Jehová y mormones muestran hasta ahora una clara predilección por penetrar en espacios urbanos. Ambas sociedades se caracterizan por construir una identidad estrictamente cerrada de fronteras explícitas y un proselitismo claramente asumido. 2.3 La casa dividida: fragmentación y ruptura dentro de las sociedades religiosas protestantes La división interna entre las sociedades religiosas protestantes aparece como un elemento constante en la vida de muchas de ellas. Entre las principales causas que genera esta separación se encuentran: u) diferencias internas, de carácter personal o doctrinal, entre pastores y líderes religiosos; b) divergencia sobre los métodos de evangelización; c) intentos de nacionalización de una Iglesia; d) rompimiento de los vínculos económicos entre Iglesia madre y una Iglesia local; e) búsqueda de una mayor autonomía, sea por parte de alguna Iglesia o por parte de una congregación, y f) inclusión de mujeres en cargos de dirección o su ordenación como pastores. Es importante anotar que no todas las sociedades religiosas ligadas al protestantismo son igual de susceptibles a los procesos de ruptura. Las Iglesias pentecostales, pero sobre todo la llamada "periferia pentecostal", son las que más comúnmente tienden a separarse; mientras que el cisma es un proceso que tiende a ser poco frecuente en las sociedades paraprotestantes (Testigos de Jehová, mormones y adventistas). El mérito principal de las sociedades pentecostales no es sólo el de su proclivi 3 dad a la división interna de sus Iglesias, sino la gran facilidad que éstas tienen para organizarse y presentar un frente común. La alianza entre los pentecostales y su vínculo con otras Iglesias evangélicas ha sido utilizado como un mecanismo para hacer frente a actos de represión política, o bien para presionar al gobierno a atender cierto tipo de demandas. Existen varios ejemplos de ello en todo el país. En fecha reciente, un grupo de organizaciones religiosas de los Altos de Chiapas se unieron para defender a los indígenas evangélicos desplazados de sus comunidades. La Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas y la Alianza de Pastores de los Altos de Chiapas lograron un acuerdo con la Secretaría de Gobernación y el gobierno de ese estado para reincorporar a sus comunidades a los indígenas desplazados, reinstalar en sus escuelas a los niños expulsados y autorizar la construcción de un templo evangélico en el municipio de Chamula. En Ciudad Juárez, Chihuahua, Iglesias de diversas denominaciones se unieron para demandar que el gobierno local autorizara la utilización de un estadio público, en donde se pretendía realizar una cruzada de evangelización.3 3. La población protestante: estimaciones y dimensiones de su crecimiento Uno de los aspectos más discutidos cuando se habla de los grupos confesionales de origen protestante es el referido a su membresía. Las asociaciones religiosas no suelen llevar un registro sistemático de sus miembros, y cuando lo hacen, sus estimaciones se basan en conceptos muy diferentes entre sí.4 El número de adeptos puede Esta demanda dio origen a la creación del Comité de Avivamiento 90, conformado por representantes de 152 templos y congregaciones evangélicas, principalmente pentecostales. 4 Es importante anotar (que los Testigos de Jehová, adventistas y mormones son organizaciones religiosas 112 ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES ser usado, y de hecho es usado, como propaganda, y en esa medida ciertas sociedades tienen mucho interés en presentarse como un producto comercial exitoso. En el mejor de los casos, cuando se llega a superar este problema y se obtienen cifras confiables de cada organización religiosa, las estadísticas recopiladas no son estrictamente comparables, porque cada una de las diversas asociaciones religiosas tienen criterios diferentes para definir como miembro a una persona. Algunas Iglesias, como los bautistas, no consideran miembros a los menores de edad ni a aquellas personas que no hubieran sido bautizadas, como sí lo hacen otras Iglesias. A otras, como a las sociedades pentecostales, les resulta más conveniente incluir como miembros a los catecúmenos y simpatizantes de todas las edades. Aun en el caso de que se lograran salvar estas dificultades (esto es, de que fuera posible obtener cifras confiables y comparables), queda el problema de la sobrerrepresentación, es decir, existe también un fuerte riesgo de contar dos o más veces a una misma persona, porque muchos de los integrantes de estas Iglesias, en especial los pentecostales, pasan de un grupo a otro, como quien asiste a espectáculos diferentes buscando satisfacer una necesidad sin realmente involucrarse en una determinada organización. 3.1 La población protestante en los Censos de Población y Vivienda Hasta ahora, la única fuente relativamente confiable que registra el número de protestantes en nuestro país es el Censo de Población y Vivienda. Por su cobertura nacional y periodicidad decenal, el censo permite conocer la importancia relativa de los protestantes y su eventual crecimiento. Desgraciadamente, el censo adolece de fallas. Durante la entrevista es el jefe del hogar el que responde al cuestionario, y no cada uno de los miembros de la vivienda, lo que puede llevar a declaraciones erróneas sobre la religión de cada miembro, y en esa medida, el número de protestantes recogido por los censos puede estar sobreestimado. El censo tampoco hace distinción entre las diferentes denominaciones de los protestantes y agrupa a todas éstas en un solo grupo genérico, lo cual impide conocerla importancia relativa de las diferentes Iglesias. Así, por ejemplo, no es posible obtener del censo una idea, así sea aproximada, de la magnitud del supuesto crecimiento explosivo de las nuevas sociedades religiosas y de la complementaria caída en el número de adeptos de las Iglesias históricas, como los bautistas o los metodistas. A pesar de estas fallas y debido a la dificultad de acceder a otras fuentes de información más precisas, el censo se convierte en una fuente inapreciable y de fácil disposición imposible de ignorar. 3.2 Importancia de la población protestante en la frontera norte Según el último censo oficial de población, en 1990 existían 211 463 protestantes en los 37 municipios mexicanos que colindan con Estados Unidos, equivalentes al 6.3 por ciento del total de población (los datos excluyen a los menores de cinco años). Esta cifra es superior al promedio nacional, que es de 4.8 por ciento. Prácticamente toda la región fronteriza tiene una proporción relativamente alta de protestantes. En el cuadro 1 se puede que llevan un registro sistemático y confidencial de sus miembros. Los mormones, por ejemplo, mantienen un sofisticado banco de datos, manejado desde su sede central en Salt Lake City, Utah, el cual concentra información de todos los miembros que forman parte de esa Iglesia en el mundo. 113 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15), ENERO-JUNIO DE 1996 apreciar que 27 municipios fronterizos, de un total de 37, tienen un promedio superior al nacional. Entre estos municipios destacan los seis más grandes, lo cual vendría a demostrar el carácter eminentemente urbano del protestantismo fronterizo: Tijuana, Baja California (4.95%); Ciudad Juárez, Chihuahua (5.89%); Piedras Negras, Coahuila (8.55%); Matamoros, Tamaulipas (9.50%); Nuevo Laredo, Tamaulipas (6.79%), y Reynosa, Tamaulipas (9.04%). 4. La oferta religiosa en la frontera norte: un escenario en movimiento La libertad de mercado ha llegado también — como diría Jean-Paul Williaime— a las confesiones religiosas. Sociedades de reciente creación y antiguas Iglesias, nacionales y de origen extranjero, grandes y pequeñas, con estrategias de penetración diversas y recursos económicos desiguales, son sólo parte de este nuevo espectro religioso que vive la frontera norte. Sin embargo, la ausencia de información sobre el origen, procedencia, actividades y membresía de estas sociedades sigue provocando las más diversas reacciones. Para decirlo de una vez: no se conocen estadísticas oficiales de las sociedades protestantes que operan en la frontera norte de México. Los datos censales presentados en el apartado 2.3 se refieren a la población que profesa algún credo protestante, no a las sociedades como tales. Es cierto que las asociaciones religiosas están obligadas a registrarse ante la Secretaría de Gobernación, pero se trata de registros que por diversas razones no son de libre acceso al público interesado. El registro oficial de las asociaciones religiosas en México fue, hasta 1991, una práctica poco común, a excepción de las Iglesias históricas, quienes mantuvieron un registro actualizado de sus templos. El 15 114 de julio de 1992 el Diario Oficial de la Federación publicó la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que entró en vigor al día siguiente de su publicación y es la ley reglamentaria de los artículos constitucionales que se refieren a la libertad religiosa (artículos 3, 5 y 24) y a las relaciones entre el Estado y las Iglesias (artículos 27 y 130). Con la publicación de esta ley y debido a los beneficios que podían recibir las asociaciones religiosas que obtuvieran su registro, el número de asociaciones que lograron obtener reconocimiento y personalidad jurídica fue en aumento. Algunas asociaciones, sobre todo las muy pequeñas, tuvieron que agruparse con otras Iglesias o bien afiliarse a una organización de mayor tamaño. El proceso de fusión de algunas de estas Iglesias tiene características interesantes, ya que aunque algunas cambiaron formalmente de nombre para obtener su registro, esto no les impidió mantener su independencia. Antes de la publicación de la Ley de Asociaciones Religiosas se carecía de información sobre las sociedades religiosas no católicas que operaban en el norte de México; sin embargo, los comentarios sobre sus nexos con el extranjero, principalmente con Estados Unidos, eran extensos. Los únicos datos que se conocen al respecto son los resultados de un censo levantado por El Colegio de la Frontera Norte. Es claro que antes de la realización de esta investigación no se tenía una idea precisa de las sociedades do origen protestante que operaban en la frontera norte de México, ni de su numero. Tampoco se conocía en detalle el peso de estos grupos, ni los espacios urbanos socioeconómicos en que actuaban preferentemente. Esta investigación realizada por El Colef puede considerarse exhaustiva puesto que tomó la forma de un censo y en ella se ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES CUADRO 1. Población protestante en los municipios fronterizoz, 1990. Protestantes Población* % Mexicali 22 524 518 648 4,34 Tecate Tijuana Subtotal frontera de Baja California Agua Prieta Altar Caborca Cananea Naco Nogales Puerto Peñasco San Luis Río Colorado Santa Cruz Saric Subtotal frontera de Sonora Ascención Guadalupe Janos Juárez Manuel Benavides Ojinaga Praxedis G. Guerrero Subtotal frontera de Chihuahua Acuña Guerrero Hidalgo 4 059 31 653 58236 2 242 118 1 859 632 228 4 248 1 215 4 488 15 68 15113 717 909 2931 40 028 81 1 169 609 46444 4 628 109 138 44 449 639 451 1 202 548 33 512 5 530 51 400 23 542 3 986 92 262 22 946 94 666 1 309 1 819 330972 14 139 7 904 9 187 680 028 2 475 21 358 7 375 742466 48 581 2 115 1 070 9.13 4.95 4.84 6.69 2.13 3.62 2.68 5.72 4.60 530 4.74 1.15 3.74 4.57 5.07 11.50 31.90 5.89 3.27 5.47 8.26 6.26 9.53 5.15 12.90 Jiménez Ocampo Piedras Negras Subtotal frontera Coahuila Anáhuac Subtotal frontera de Nuevo León Camargo Guerrero Gustavo Díaz Ordaz Matamoros Mier Miguel Alemán Nuevo Laredo Reynosa Río Bravo Valle Hermoso Subtotal frontera Tamaulipas TODOS LOS MUNICIPIOS DE LA FRONTERA NORTE TOTAL NACIONAL 749 685 7 326 13 635 1 129 1 129 809 216 1 322 25 126 211 1 112 12 707 22 343 8 697 4 363 76 906 211 463 3 447 507 7 032 6 837 85 726 151 361 15 251 15 251 13 323 3 144 15 437 264 71 1 4 861 17 572 187 737 247 136 82 445 45 063 881 429 3 324 027 70 562 200 10.65 10.02 8.55 9.01 7.40 7.40 6.06.87 8.56 9.49 4.34 6.33 6.77 9.04 10.55 9.68 8.73 6.36 4.89 * Población de 5 años y más. FUENTE: INEGI, "Resultados Definitivos. XI Censo General de Población y Vivienda, 1990", 1991 115 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 incluyeron todas las instalaciones que fueron localizadas cuyo manejo estuviera a cargo de algún grupo religioso no católico. Esto incluía todos aquellos lugares que aun siendo centros de culto estuvieran asociados con grupos confesionales de origen protestante, cualquiera que fuera la actividad que en ella se realizara. Desgraciadamente, estos datos fueron levantados en el verano de 1987, con la desventaja de haber tomado como unidad de análisis a los lugares en donde estas sociedades desarrollaban sus actividades, y no a las propias sociedades protestantes. A pesar de eso, este censo proporciona una imagen lo suficientemente precisa para servir de base al estudio. CUADRO 2. 5. Las sociedades protestantes en tres localidades urbanas fronterizas; una interpretación sociográfica ¿Cuántas y cuáles son? En beneficio de la brevedad, los resultados de este censo pueden ser resumidos en los siguientes seis puntos: A. 1. En el cuadro 2 se han agrupado todos los establecimientos localizados, siguiendo un criterio basado en la afinidad y lejanía de las grandes corrientes del protestantismo. En el grupo 1 se incluyen todas aquellas sociedades pertenecientes al protestantismo histórico; en el grupo 2 están las sociedades que forman parte del Sociedades religiosas según grado de afinidad con las corrientes del protestantismo. Tijuana Frec. Ciudad Juárez % Frec. 10.9 1.2 27 3 Matamoros % Frec. % 1.0 1.0 0.4 04 1 Evangélicas Presbiterianas 35 6.6 4 0.7 Metodistas 5 1.6 9 99 2.0 0.8 Luteranas 1 0.3 2 0.5 1,0 04 1.0 2.0 46.0 0.4 0.8 18.1 Episcopales Cuerpos reformados Bautistas 1 0.3 6,8 3 22 0.7 10.6 43 TOTAL 68 21.1 87 21.3 54.0 21.3 II 1) Pentecostales 110 34.2 174 42.8 103 40.6 2) Neopentecostales TOTAL 14 124 4.3 38.5 27 201 6,6 49.4 45 148 17.7 58.3 III 2) No identificadas 52 16.2 62 15.2 11 4.4 TOTAL 52 16.2 62 15.2 11 4.4 17.4 1.6 37 15 33 5 13.0 2.0 IV 1) Testigos de Jehová 2) Mormones 56 5 9.1 3,7 3) Adventistas 17 5,3 5 1.2 3 1.2 TOTAL 78 24.3 57 14.0 41 16.2 TOTAL 322 100.1 407 99.9 254 100.2 FUENTE: El Colef, Inventario de organizaciones religiosas en las ciudades de Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros julio-agosto de 1987. 116 ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES protestantismo de santidad; en el grupo 3 se encuentran las sociedades religiosas pentecostales y neopentecostales; en el 4 se incluyen a los Testigos de Jehová, mormones y adventistas, y por último, el grupo 5 contiene todas aquellas organizaciones religiosas cristianas que en ese momento no fue posible identificar. Si bien la agrupación propuesta adolece de algunas lagunas, su contenido es una herramienta provisional para adentrarnos al mapa de acción geográfica de una multiplicidad de sociedades y organizaciones religiosas. La competencia entre las sociedades religiosas protestantes en México se ha visto incrementada en los últimos 15 años, como lo demuestran los datos del censo. Las Iglesias históricas o tradicionales no sólo han sufrido una merma en el número de sus adeptos, sino que algunas de ellas se han convertido en Iglesias de viejos o bien mantienen una población con promedios de edad mayores a los 40 años. La estrategia de algunos pastores, principalmente los pertenecientes a Iglesias bautistas y metodistas, ha sido la de introducir en las actividades de culto elementos afines a los pentecostales. Los patrones tradicionales de la vida de algunas Iglesias históricas, que giraban alrededor de la escuela dominical y las clases para mujeres y niños, han sido remplazados por los servicios de alabanza (cambiando incluso el piano por música electrónica y guitarras), ayunos y vigilias, así como por actos de "sanidad divina". No podríamos señalar que esto suceda en todos los casos, pero la pentecostalización de algunas de estas Iglesias ha ido en aumento. B.2. El número de los lugares de actividad protestante es importante. En total se localizaron 992: 410 en Ciudad Juárez (41.3%), 322 en Tijuana (32.5%) y 260 en Matamoros (26.2%). La mayoría son centros de culto (87.1%), pero de ninguna manera son los únicos. C.3. En conjunto, fueron detectadas 99 distintas denominaciones que tuvieron algún tipo de actividad, pero muchas de ellas tienen una presencia marginal. Un reducido número de denominaciones controla la mayoría de los lugares. Las cinco primeras representan el 56 por ciento del total de formas de presencia. La más importante de todas es la Pentecostés,5 seguida de los Testigos de Jehová, asambleas de Dios, Iglesia bautista y las congregaciones (no denominacionales) que se autonombran cristianas. Las denominaciones, a su vez, tienen variaciones en su distribución por ciudades, que indican la desigual importancia, interés o receptividad que cada ciudad tiene de ellas. Así, por ejemplo, mientras los pentecostales se concentran en Matamoros y muy especialmente en Ciudad Juárez, los Testigos de Jehová han preferido como centro de operaciones a Tijuana. Posiblemente las denominaciones protestantes siguen estrategias de localización regional claramente diferenciadas. Esto significa que deliberadamente prefieren concentrar actividades de proselitismo en determinadas ciudades antes que en otras, siguiendo criterios que no conocemos. Otra alternativa de interpretación es que las diferencias en la distribución de las denominaciones se deben a las características socioculturales de las ciudades, que muestran mayor o menor receptividad al contenido de su práctica religiosa. En resumen, tenemos una explicación que otorga mayor peso a las denominaciones y otra a las características cultura- 5 Con la cual se identifica un amplio número de pequeñas Iglesias. 117 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 CUADRO 3. Presencia religiosa protestante por actividad principal en Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros. Actividad principal Número % Culto religioso 864 87.1 Centro de formación religiosa Educación Difusión de impresos Asilos y orfanatorios Centro de donaciones Centro de atención médica Otros TOTAL 76 16 11 10 5 3 7 992 7.7 1.6 1,1 1.0 0.5 0.3 0.7 100 FUENTE: El Colef, Inventario de organizaciones protestantes en las ciudades de Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros, julio-agosto de 1987. les de las ciudades receptoras. Con toda seguridad, éstos muestran que los centros de culto protestantes ambas posiciones tienen combinaciones distintas en se localizan en zonas de bajos recursos, y por otro, cada denominación, por lo que no se puede dar una que los asistentes a esos lugares son también respuesta general al problema. Atendiendo a que la personas de pocos ingresos. No obstante, debemos hipótesis de distribución regional se explica por de anotar también que cada una de las deno- estrategias internas a las denominaciones, es importante minaciones tiene preferencias diversas, Así, por señalar que la localización geográfica de su estructura ejemplo, las asambleas de Dios y otros grupos organizativa en Estados Unidos —en los casos que pentecostales se concentran en zonas de bajos proceda esta conexión— puede ser un elemento de ingresos y no mantienen ninguna presencia en los consideración, sin ser determinante. Si los centros con de más alto ingreso. Por el contrario, los Testigos capacidad de decisión se encuentran en California, por de Jehová y los mormones se concentran en las ejemplo, resulta más accesible Tijuana que Matamoros. zonas de clase media. Para una visión más completa de las Como dato general, ninguna sociedad religiosa denominaciones, años de fundación, número de (protestante o paraprotestante) centra sus establecimientos y número estimado de miembros, actividades en un solo sector económico, si bien véanse los cuadros que se presentan al final de este existen algunas que excluyen tendencialmente al trabajo. sector económico de mayores ingresos. D.4. Las sociedades protestantes se inclinan en su La lectura del cuadro 6 nos permite encontrar gran mayoría por los estratos sociales de menor un dato interesante. Los datos que muestran el nivel ingreso.6 Por un lado, de ingresos promedio de los asistentes a culto contrasta con 6 118 Para apoyar esta conclusión podemos hacer mención a los datos que se presentan en el cuadro 8. ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES CUADRO 4. Presencia religiosa protestante por denominación y distribución por ciudades en Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros. Denominación Pentecostés Testigos de Jehová Asambleas de Dios Iglesia Bautista Cristiana Iglesia Evangelista Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús Iglesia Evangélica Independiente Iglesia de Jesucristo de los Stos. (Mormones) No Denominacional Iglesia Adventista del Séptimo Día Iglesia de Cristo Iglesia Apostólica Iglesia Metodista de México Iglesia de Dios del Evangelio Completo Iglesia Cristiana Indep. Pentecostés Iglesia Evangélica Pentecostés Iglesia Cristiana Evangélica Pentecostés Iglesia de Dios de la Profecía Resto denominaciones TOTAL 322 Tijuana Juárez Matamoros Totales Fre c. 40 55 21 20 29 29 % 23.7 Frec. 54 % 32 Frec. 75 % 44.3 Frec. 169 % 17.1 43.7 23.1 22 37.7 51.8 35 51 32 46 27 27.7 56 35.2 59.7 48.2 36 19 39 2 0 28.6 20.9 42.9 2.6 0 126 91 91 77 56 12.7 9.2 9.2 7.8 5.7 18 40 25 55.6 2 4.4 45 4.5 2 4.5 6 13.6 36 81.8 44 4.4 5 7 20.8 33.3 15 10 62.5 47.6 4 4 16.7 19 24 21 2.4 2.1 8 3 4 47.1 18.8 26.7 5 12 11 29.4 75 73.3 4 1 0 23.5 6.3 0 17 16 15 1.7 1.6 1.5 5 35.7 7 50 2 14.3 14 1.4 8 66.7 2 16.7 2 16.7 12 1.2 0 0 7 63.6 4 36.4 11 1.1 9 81.8 2 18.2 0 0 11 1.1 1 12.5 1 12,5 6 75 8 0.8 3 55 37.5 40.4 32.5 4 58 410 50 42.6 41.3 1 23 260 12.5 16.9 26.2 8 136 992 0.8 13.7 100 FUENTE: El Colef, Inventario de organizaciones protestantes en las ciudades de Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros, julio-agosto de 1987. La relación entre estratos sociales y preferencia los que presenta el cuadro 5. Esto es, disminuye la tendencia hacia los ingresos bajos, que había sugerido la variable sector residencial. De esta forma, aunque los estratos de ingresos menores son los predominantes, los protestantes de clase media son más importantes que lo que se podría concluir del cuadro anterior. religiosa es un problema cuyo trabajo requiere de un análisis riguroso y detallado que, por el momento, está fuera de nuestro alcance. E.5. Las sociedades protestantes utilizan para sus actividades las casas particulares de sus miembros. Aunque la mayoría de 119 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 CUADRO 5. Presencia religiosa protestante por denominación y sector residencial de centros de culto, Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros. Denominación Sector I Sector II Sector III Total Frec % Frec. % Frec. % Pentecostés 3 1.9 48 30.8 105 67.3 156 Testigos de Jehová Asambleas de Dios Iglesia Bautista Cristiana Iglesia Evangelista Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús Iglesia Evangélica Independiente Iglesia de J. de los Stos. (Mormones) No Denominacional Iglesia Adventista del Séptimo Día Iglesia de Cristo Iglesia Apostólica Iglesia Metodista de México Iglesia de Dios del Evangelio Completo Iglesia Cristiana Indep. Pentecostés Iglesia Evangélica Pentecostés Iglesia Cristiana Evangélica Pentecostés Iglesia de Dios de la Profecía 4 0 0 7 2.1 5.6 0 0 2.9 17 34 18 33 19 35.4 47.9 20.5 38.4 27.5 30 33 70 53 48 62.5 46.5 79.5 61.6 69.6 62.5 71 88 86 69 48 1 2.3 33 29.3 30 68.2 44 0 0 20 48.8 21 51.2 41 5 0 22.7 0 8 3 36.4 18.8 9 13 40.9 81.3 22 16 1 1 0 6.3 6.7 0 8 3 0 50 20 0 7 11 14 43.8 73.3 100 16 15 14 0 0 7 63.6 4 36.4 11 0 0 6 54.5 5 45.5 11 0 0 2 18.2 9 81.8 11 0 0 3 30 7 70 10 0 0 1 12.5 7 87.5 8 0 0 4 50 4 50 8 Resto denominaciones 2 1.7 39 .32.8 78 65.5 119 TOTAL 20 2.3 286 33.1 558 64.6 864 FUENTE: El Colef, Inventario de organizaciones protestantes en las ciudades de Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros, julio-agosto de 1987. convertido en el refugio natural de la organización los lugares donde desarrollan sus actividades son públicos, muchos de esos lugares son los domicilios particulares de sus propios miembros. El domicilio particular de los miembros de las congregaciones protestantes se ha religiosa, porque accesibilidad tiene inmediata ventajas de proporciona un ambiente mucho más discreto y personal a sus miembros, fortaleciendo asi sus mecanismos de interacción. Una de las 120 las y ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES CUADRO 6. Presencia religiosa protestante por denominación y perfil económico de asistentes a centros de culto, Tijuana, Cd. Juárez, y Matamoros. Denominación Ingres altos os % Frec. Ingresos Frec. medios % Ingresos Frec. bajos % Total Pentecostés 2 1.3 59 38.3 93 60.4 154 Testigos de Jehová Asambleas de Dios Iglesia Bautista Cristiana Iglesia Evangelista Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús Iglesia Evangélica Independiente Iglesia de Jesucristo de los Stos. (Mormones) No Denominacional Iglesia Adventista del Séptimo Día Iglesia de Cristo Iglesia Apostólica Iglesia Metodista de México Iglesia de Dios del Evangelio Completo Iglesia Cristiana Indep. Pentecostés Iglesia Evangélica Pentecostés Iglesia Cristiana Evangélica Pentecostés Iglesia de Dios de la Profecía Resto denominaciones 0 2 3 2 1 0 2.3 3.5 2.9 2.1 45 23 40 19 18 63.4 26.1 46.5 27.9 37.5 26 63 43 47 29 36.6 71.6 50 69.1 60.4 71 88 86 68 48 0 0 17 39.5 26 60.5 43 0 0 20 48.8 21 51.2 41 1 0 5 0 14 6 70 40 5 9 25 60 20 15 0 0 0 0 0 0 7 6 1 43.8 40 7.1 9 9 13 56.3 60 92.9 16 15 14 0 0 8 72.7 3 27.3 11 0 0 6 54.5 5 45.5 11 0 0 3 30 7 70 10 0 0 3 30 7 70 10 0 0 3 37.5 5 62.5 8 1 1 12.5 0.8 4 47 50 39.8 3 70 37.5 59.3 8 118 SUBTOTAL 13 1.5 349 40.8 493 57.7 855 No especificados TOTAL 9 864 FUENTE: El Colef, Inventario de organizaciones protestantes en las ciudades de Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros, julio-agosto (Je 1987. efectivo y controlado, y en algunos casos con un alto características de las sociedades protestantes es que se desarrollan con base en relaciones personales, inmediatas, y no en contextos impersonales y anónimos, como ocurre en la Iglesia católica. El proceso de expansión resulta ser, de esta manera, más grado de organización y profesionalismo en su dirección. Esto hace comprensible que en un mecanismo de proselitismo de esta naturaleza las viviendas particulares jueguen un papel central. 121 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 CUADRO 7. Presencia religiosa protestante por denominación y característica pública o privada de instalaciones, Tijuana, Juárez y Matamoros. Denominación Casa particular Lugar público Total Frec. % Frec. % Pentecostés 56 33.3 112 66.7 168 Testigos de Jehová Asambleas de Dios Iglesia Bautista Cristiana Iglesia Evangelista Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús Iglesia Evangélica Independiente Iglesia de Jesucristo de los Stos. (Mormones) No Denominacional Iglesia Adventista del Séptimo Día Iglesia de Cristo Iglesia Apostólica Iglesia Metodista de México Iglesia de Dios del Evangelio Completo Iglesia Cristiana Indep. Pentecostés Iglesia Evangélica Pentecostés Iglesia Cristiana Evangélica Pentecostés Iglesia de Dios de la Profecía 84 22 20 31 15 67.7 24.4 22 40.3 26.8 40 68 71 46 41 32.3 75.6 78 59.7 73.2 124 90 91 77 56 10 12 22.2 27.3 35 32 77.8 72.7 45 44 3 7 4 5 6 6 12.5 35 25 31.3 40 42.9 21 13 12 11 9 8 87.5 65 75 68.8 60 57.1 24 20 16 16 15 14 2 16.7 10 83.3 12 2 1 18.2 9.1 9 10 81.8 90.9 11 11 4 3 50 37.5 4 5 50 62.5 8 8 Resto denominaciones 38 28.1 97 71.9 1.35 SUBTOTAL 331 33.6 654 66.4 985 No especificados 7 992 TOTAL F.6. Las sociedades protestantes que operan en la ha nacido de la iniciativa de ciudadanos frontera norte son sociedades con arraigo local y no mexicanos. Esto no quiere decir que se haya roto meras sucursales de grupos de Estados Unidos. En completamente con los lazos internacionales primer término, en cuanto a la nacionalidad de los originales, pero es posible que la prohibición fundadores de los lugares de actividad protestante, los constitucional que impide a los extranjeros ejercer datos del inventario indican que la mayor parte de la el ministerio de cualquier culto haya jugado un presencia religiosa protestante, en todas sus formas, papel importante. Por lo que se refiere a la situación particular de las denominacio- 122 ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES CUADRO 8. Presencia religiosa protestante por denominación y nacionalidad del fundador, Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros. Denominaciones Mexicana Estadounidense Otra Total 1 Frec. % Frec. % Frec. % Pentecostés 157 94.6 8 4.8 1 0.6 166 Testigos de Jehová Asambleas de Dios Iglesia Bautista Cristiana Iglesia Evangelista Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús Iglesia Evangélica Independiente Iglesia de Jesucristo de los Stos. (Mormones) No Denominacional Iglesia Adventista del Séptimo Día Iglesia de Cristo Iglesia Apostólica Iglesia Metodista de México Iglesia de Dios del Evangelio Completo Iglesia Cristiana Indep. Pentecostés Iglesia Evangélica Pentecostés Iglesia Cristiana Evangélica Pentecostés Iglesia de Dios de la Profecía Resto denominaciones 111 83 76 66 49 91 93.3 85.4 91.7 92.4 11 4 11 4 4 9 4.5 12.4 5.6 7.6 0 9 2 2 0 0 2.2 22 2.8 0 122 89 89 72 53 42 95.5 2 4.5 0 0 44 40 90.9 4 9.1 0 0 44 18 17 81.8 89.5 4 1 18.2 5.3 0 1 0 5.3 22 19 14 15 12 82.4 93.8 85.7 3 1 2 17.6 6.3 14.3 0 0 0 0 0 0 17 16 14 14 100 0 0 0 0 14 12 100 0 0 0 0 12 8 80 2 20 0 0 10 8 80 2 20 0 0 10 7 87.5 1 12.5 0 0 8 6 109 75 82.6 2 19 25 14.4 0 4 0 3 8 1.32 89.9 85 8.9 12 1.2 961 SUBTOTAL 864 No especificados TOTAL 31 992 FUENTE: El Colef, Inventario de organizaciones protestantes en las ciudades de Tijuana, Ciudad Juárez y Matamoros, julio-agosto de 1987. nes, los datos proporcionados en el cuadro 8 indican que una buena parte de sus lugares de actividad sí fueron fundados por extranjeros, como sucedió en el caso de mormones, adventistas, bautistas y Testigos de Jehová. En segundo termino, en apoyo de la idea del arraigo local de las sociedades protestantes está la virtual ausencia de donaciones monetarias del extranjero. Estos datos indican que la mayoría de los lugares de actividad protestante no 123 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 reciben donaciones. Aun cuando los lugares llegan a recibir donaciones, casi siempre son en especie y a veces en dinero; son siempre más importantes las aportaciones en alimentos y vestido que las que se hacen en moneda. cas en las comunidades fronterizas del norte de México es un fenómeno que ha despertado gran inquietud entre todos los sectores sociales. Sin lugar a dudas, se trata de un proceso versátil y dinámico, que influye en la vida de los municipios. Mientras que la velocidad e intensidad de este cambio se aprecia de manera muy nítida en los Conclusiones La creciente expansión de una multiplicidad de sociedades religiosas no católicas y el inusitado incremento de su membresía en México son, sin lugar a dudas, un tema de gran actualidad y controversia. Aunque el éxodo de miembros que ha sufrido la Iglesia católica es un hecho constatable, quizá el cambio en el campo religioso más importante para el análisis sea el ocurrido en el ámbito municipal. Tal parece que la heterogeneidad que caracteriza a los municipios mexicanos se expresa de manera más significativa en el terreno religioso. De acuerdo con los datos del Censo de Población de 1990, 1 087 municipios (de los 2 403 que existen en el país) se caracterizan por tener tasas de porcentaje de protestantes superiores al promedio nacional. De esta manera, nos encontramos, por un lado, con municipios en Jalisco (tanto urbanos como rurales) en donde el 99 por ciento de la población se declara católica, y por el otro, con municipios (rurales) en Chiapas y Oaxaca en los que los protestantes representan poco más del 50 por ciento de su población. En algunos de los barrios marginales de Monterrey, Matamoros, Torreón, Nogales y Tijuana, antes que la presencia de agencias de gobierno, de delegaciones de policía y de la creación de escuelas, se han establecido Iglesias pentecostales, grandes o pequeñas, flanqueadas por asociaciones caritativas, que de alguna forma encauzan la vida comunitaria. El posible impacto social que han tenido las sociedades religiosas no católi 124 municipios fronterizos de Tamaulipas y Chihuahua, en los de Sonora apenas comienza a cobrar fuerza. Para el caso de los municipios de Baja California, un aspecto que hay que destacar es el gran avance que han tomado las sociedades protestantes en los más pequeños y en las comunidades rurales. Se trata de un proceso nuevo que está afectando particularmente a los municipios de Tecate y Ensenada. El lenguaje y las técnicas más modernas al servicio de la difusión de un mensaje se han convertido en una práctica común entre algunas denominaciones de origen pentecostal. Tomando la estrategia utilizada por los teleevangelistas estadunidenses, la Iglesia Universal del Reino de Dios ha lanzado al aire un programa de televisión, bajo el sugestivo nombre de "Pare de sufrir". Este programa se transmite todos los días a través de un canal local propiedad de la empresa Televisa; la imagen la reciben, además de los tijuanenses, la comunidad de habla hispana de San Diego, California. Otras Iglesias de la localidad han comenzado a seguir este ejemplo. Para contrarrestar esta influencia, la diócesis de Tijuana obtuvo también un espacio televisivo en el Canal 12 (Televisa). Una vez al mes se transmite una misa dominical, celebrada en la catedral, misma que es oficiada por el obispo de la diócesis. Por mucho que la Iglesia católica ha tratado de utilizar este medio de comunicación, en ningún caso es comparable al éxito logrado por los teleevangelistas. ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES En Tijuana, al igual que en otras ciudades fronterizas, el número de librerías cristianas ha ido en aumento. Además de biblias, en ellas se pueden encontrar un amplio surtido de videos y cassettes con los temas más variados. Existen decenas de libros escritos por predicadores famosos, que van desde testimonios de conversión hasta lo que bien podría llamarse un decálogo de preguntas y respuestas a los problemas de la vida cotidiana. Estos libros, gran parte de ellos traducidos del inglés, han tenido una gran demanda. La compra o alquiler que algunas denominaciones han hecho de viejos cines y teatros es un aspecto interesante, ya que estos espacios se han convertido en lugares de predicación muy concurridos. Otro de los aspectos novedosos es la utilización de los ritmos musicales tradicionales en las actividades de predicación. La especialización en el trabajo con jóvenes drogadictos ha sido un signo distintivo de organizaciones mundiales como Alcance Victoria. Otras más han diversificado sus actividades o ministerios, como ellos los llaman, instrumentando programas diversos y proyectos para jóvenes y adultos de todos los sectores sociales. Un proceso común con el que se han identificado la Iglesia católica, las Igle sias protestantes históricas y las pentecostales es su virtual distanciamiento de los Testigos de Jehová. Todas ellas perciben a esta organización como el enemigo a vencer. Finalmente, cabe señalar que hasta ahora sabemos muy poco sobre quiénes y cuántos son los conversos; es decir, desconocemos su perfil sociodemográfico. No conocemos con precisión cuáles son los sectores sociales más sensibles a este cambio ni tampoco los grupos de edad en los que tiende a concentrarse la población protestante. Es evidente que la adscripción o pertenencia a una Iglesia evangélica tiende a afectar profundamente la vida de las personas. Tal parece que la conversión puede llegar a cambiar de manera significativa la relación de pareja, en lo que podríamos llamar una transformación de relaciones de género; pero también afecta a otras esferas de la vida cotidiana. La relación hacia el trabajo es un aspecto escasamente estudiado; sin embargo, algunos de sus efectos ya comienzan a ser evidentes. Nos referimos a la política de contratación seguida por algunas empresas maquiladoras, las cuales tienden a preferir entre sus trabajadores a personas pertenecientes a una Iglesia evangélica. 125 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 CUADRO ANEXO i. Organizaciones religiosas por denominación en Tijuana, B. C. De nominación Año de fundación Núm. de estab. Miembro s Iglesia Católica Cristiana 1977 1 50 Abba Padre Alcance Victoria Amistad Cristiana Asambleas de Dios Centro Cristiano Centro Cristiano La Puerta Concilio Cuadrangular Pentecostés Cristiana Cristiana Bautista Cruzada Evangelística Mundial 1986 1981 1983 1957 1985 1981 1957 1981 1985 1960 2 206 nd 1240 553 15 57 500 223 55 168 Ejército de Salvación Iglesia Adventista Iglesia Adventista del Séptimo Día Iglesia Aposento Alto Iglesia Apostólica Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús Iglesia Bautista Iglesia Bautista Bethel Iglesia Bautista Conservadora Iglesia Bautista Eben-Ezer Iglesia Bautista El Divino Redentor Iglesia Bautista Embajadores de Cristo Iglesia Bautista Emmanuel Iglesia Bautista Independiente Iglesia Bautista Sinaí Iglesia Bíblica Fundamental Iglesia Cristiana El Refugio Iglesia Cristiana Emmanuel Iglesia Cristiana Evangélica Pentecostés Iglesia Cristiana Genezareth en la República Mexicana Iglesia Cristiana Interdimensional Iglesia Cristiana Príncipe de Paz Iglesia Eben-Ezer (Pentecostés) Iglesia Evangélica Iglesia Evangélica Betania Iglesia Evangélica Bethel Iglesia Evangélica Cristiana Iglesia Evangélica El Buen Pastor Iglesia Evangélica Gentil de Cristo Iglesia Evangélica Independiente Iglesia Evangélica Internacional Soldados de la Cruz de Cristo Iglesia Evangélica Monte Sinaí Iglesia Evangélica Nuevo Renacimiento Iglesia Evangélica Pentecostés Iglesia Evangélica San Pablo Iglesia Gethsemaní Iglesia Jerusalem Iglesia La Hermosa 1957 1920 1947 1978 1974 1901 1931 1972 1965 1980 1983 1983 1956 1983 1983 1985 1976 1987 1987 1987 1984 1978 1979 1901 1960 1977 1975 1978 1985 1977 1986 1985 1982 1965 216 1985 1966 1960 1967 1 126 1 2 14 2 4 1 9 1 2 4 8 1 4 19 7 1 2 3 1 2 1 2 1 1 1 1 1 1 1 1 4 17 1 2 2 1 1 1 1 1 1 8 1 3 2 1 9 113 953 30 143 2003 1025 60 200 69 9 30 8 31 14 30 66 42 40 25 150 15 61 580 60 75 100 40 3 48 nd nd 30 25 80 34 80 ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES Iglesia La Luz Del Mundo Iglesia Luterana Iglesia Metodista de México Iglesia Nacional Presbiteriana Iglesia Pentecostés El Siloé Iglesia Pentecostés Libre Iglesia Presbiteriana Iglesia Presbiteriana Independiente de México Iglesia Reestructurada del Espíritu Santo Pureza y Amor Iglesia Santa Pentecostés del Nuevo Renacimiento Iglesia Universal Cristiana Iglesia Universal de Jesucristo Iglesia de Cristo Iglesia (Je Dios Iglesia de Dios de la Profecía Iglesia de Dios del Evangelio Completo Iglesia de Dios en Cristo Iglesia de Jesucristo Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días Iglesia de Jesucristo en Las Américas Iglesia de Los Hermanos en México Iglesia de la Comunidad Metropolitana Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad Iglesia del Evangelio Cuadrangular Iglesia del Evangelio de Cristo Iglesia del Nazareno en México Iglesia de los Hermanos el Divino Maestro Iglesias Cristianas Evangelistas Interilenominacional Ministerio del Hermano Galván Misión Bautista Internacional Misión Cristiana Filadelfia Misión Evangelística Mexicana No Denominacional Nueva Iglesia Apóstolica 1961 1980 1955 1970 1962 1948 1956 1982 1986 1960 1986 1972 1957 1955 1945 1952 1968 1968 1960 1986 1951 1984 1973 1983 1984 1953 1969 1983 1981 1983 1982 1983 1982 1958 1967 5 1 5 1 1 2 2 1 1 1 1 3 12 5 4 9 3 1 5 1 2 1 1 1 1 2 1 2 1 1 | 1 1 4 1 505 nd 83 50 60 106 40 12 4 60 25 90 394 166 97 250 230 40 537 15 45 10 25 36 30 25 15 51 60 nd 30 40 22 37 50 Nueva Jerusalem Pentecostés Rosa de Sarón Seguidores de Cristo 1960 1969 1963 1982 2 19 3 1 125 935 378 •i 5 Testigos de Jehová 1961 56 1358 FUENTE: El Colef, Inventario de organizaciones protestantes en las ciudades de Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros, julio-agosto de 1987. 127 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM, 15, ENERO-JUNIO DE 1996 CUADRO ANEXO 2. Organizaciones religiosas por denominación en Ciudad Juárez, Chih. Denominación A Año de fundación Núm. de estab. miembros Alcanzando al Mexicano Marginado, A. C. 1986 2 220 Antioquía Asambleas de Dios Centro Cristiano La Puerta Centro Cultural Vida Nueva Centro de Fe y Poder Centro de Regeneración Cristiana Agua de Vida Concilio Latinoamericano de Iglesias Cristianas Cristiana Cristianos Presbiterianos Cristo Viene Ejército de Salvación 1985 1900 1985 1986 1987 1900 1979 1969 1983 1982 1967 1 31 2 2 1 5 1 18 1 6 1 nd 844 30 279 20 106 10 804 30 515 100 Iglesia Evangélica Independiente Pentecostés Evangélicos Espirituales Centro de Fe, Esperanza y Amor Iglesia Hermanos de Jesucristo Iglesia de Jesucristo Iglesia Adventista del Séptimo Día Iglesia Aposento Alto Iglesia Apostólica Iglesia Apostólica Cristiana Iglesia Apostólica Espiritual de Jesucristo Iglesia Apostólica Unida del Nombre de Jesucristo Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús Iglesia Bautista Iglesia Bautista Antioquía Iglesia Bautista Bet-Seal Iglesia Bautista Bethania Iglesia Bautista Bethel Iglesia Bautista Bíblica Iglesia Bautista Eben-Ezer Iglesia Bautista Edén Iglesia Bautista Emaus Iglesia Bautista Emmanuel Iglesia Bautista Gethsemaní Iglesia Bautista Independiente Maranatha Iglesia Bautista Interdependiente Iglesia Bautista Jezreel Iglesia Bautista Maranatha Iglesia Bautista Misionera Iglesia Bautista Panamericana Iglesia Bautista Sinaí Iglesia Bautista del Divino Salvador Iglesia Bautista del Maestro Iglesia Bautista el Calvario Iglesia Bethel Iglesia Cristiana Evangélica Pentecostés Iglesia Cristiana Independiente Iglesia Cristiana Independiente Pentecostés 1945 1977 1987 1987 1952 1967 1980 1972 1964 1984 1970 1938 1960 1977 1981 1967 1967 1967 1976 1975 1981 1962 1977 1977 1967 1978 1900 1959 1985 1986 1901 1977 1974 1901 1987 1985 1901 9 1 1 1 1 5 2 6 3 3 2 27 6 2 1 2 2 1 1 1 1 2 1 1 1 1 3 1 1 1 1 1 1 2 1 1 5 400 12 15 30 nd 115 75 328 40 123 92 1235 1197 60 23 25 130 58 80 80 35 35 30 6 17 52 190 nd 130 20 53 nd 65 55 600 20 84 128 ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES Iglesia Cristiana Juan 3:16 Iglesia Cristiana Pentecostal Iglesia Cuadrangular de México Iglesia Eben-Ezer Iglesia El Buen Pastor Iglesia Evangélica Iglesia Evangélica Cristiana Espiritual Iglesia Evangélica Emmanuel Iglesia Evangélica Gentil en Cristo Iglesia Evangélica Independiente Iglesia Evangélica Luterana Iglesia Evangélica Pentecostal Independiente Iglesia Evangélica Pentecostés Iglesia Evangélica Presbiteriana Iglesia Gethsemaní Iglesia La Luz del Mundo Iglesia Metodista Evangélica Iglesia Metodista de México Iglesia Misionera Mexicana Iglesia Nacional Presbiteriana Iglesia Presbiteriana Iglesia Príncipe de Paz Iglesia Ríos de Agua Viva Iglesia Santa Pentecostés Independiente Iglesia Universal del Nombre de Jesucristo Iglesia de Cristo Iglesia de Dios Iglesia de Dios de la Profecía Iglesia de Dios de la Profecía Nuevo Testamentaria Iglesia de Dios del Evangelio Completo Iglesia de Dios del Séptimo Día Iglesia de Dios en Cristo Iglesia de Israel Iglesia de Jesucristo de los Stos. de los Últimos Días Iglesia de Santidad Pentecostal de México Iglesia del Nazareno en México Iglesia del Rey Iglesia del Séptimo Día Independiente Iglesias Cristianas Evangelistas Interdenominacional Ministerio de Agua Viva Misión Bautista Internacional Misión El Sembrador Misión Evangelística Mexicana No Denominacional Iglesia Nueva Jerusalem Pentecostés Iglesia Bautista de Ciudad Juárez Asamblea Cristiana Rosa de Sarón Sendero de la Cruz Tabernáculo Cristiano Templo Victoria Templo dele la Trinidad 1967 1985 1983 1983 1967 1900 1976 1978 1963 1952 1970 1981 1980 1974 1901 1926 1983 1921 1984 1975 1979 1900 1985 1985 1952 1940 1973 1964 1983 1966 1972 1960 1968 1970 1977 1900 1986 1967 1981 1986 nd 1945 1987 1968 1982 1960 1957 1959 1985 1986 1972 1981 1982 1941 9 1 1 3 1 14 9 3 1 6 2 2 1 1 1 4 1 7 1 2 1 2 1 1 1 17 | 6 1 9 9 9 1 15 1 3 1 1 4 895 278 25 60 168 70 681 150 330 25 111 85 15 60 50 20 185 40 315 150 30 25 95 80 nd 25 719 9 133 50 197 50 212 7 443 nd 78 70 32 2 15 20 292 37 5 130 280 1326 10 30 12 3 10 304 599 1 5 9 1 3 9 38 1 2 1 1 1 3 9 129 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Iglesia del Nazareno a Jehová Testigos de Jehová Vino Nuevo 1978 1900 1979 1 37 3 50 3184 110 FUENTE: El Colef, Inventario de organizaciones protestantes en las ciudades de Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros. julio-agosto de 1987. CUADRO ANEXO 3. Organizaciones religiosas por denominación en Matamoros, Tamps. Denominación Ano (Ir [fundación Núm. de estab. Miembros Alianza Cristiana y Misionera 1968 3 35 Antioquía (Pentecostés) Asambleas de Dios Centro Cristiano La Puerta Centro de Fe, Esperanza y Amor Cristiana Iglesia Evangélica Cristiana Espiritual I. Reorganizada de Jesucristo de los Stos. de los Últimos Días Iglesia Adventista del Séptimo Día Iglesia Apostólica Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús Iglesia Bautista Iglesia Bautista Bethel Iglesia Bautista Eben-Ezer Iglesia Bautista El Sendero de la Fe Iglesia Bautista Emmanuel Iglesia Bautista Horeb Iglesia Bautista Independiente Fundamentalista Iglesia Bautista Maranatha Iglesia Bautista Misionera Iglesia Bautista del Pueblo Iglesia Bautista del Pueblo Fundamentalista Independiente Iglesia Bautista El Calvario Iglesia Cristiana Discípulos Iglesia Cristiana Evangélica Maranatha Iglesia Cristiana Evangélica Pentecostés Iglesia Cristiana Independiente Pentecostés Iglesia Cristiana Verbo Iglesia Eben-Ezer (Pentecostés) Iglesia Episcopal Iglesia Evangélica Bautista Cristo Viene Iglesia Evangélica Emmanuel Iglesia Evangélica Luterana Iglesia Gethsemaní Iglesia Jerusalem Iglesia La Hermosa Iglesia Metodista de México Iglesia Nacional Presbiteriana 1986 1945 1987 1986 1955 1985 1 1 1 1 1 10 880 15 20 100 50 1977 1970 1979 1952 1949 1986 1957 1967 1976 1971 1967 1981 1986 1982 1 3 1 7 18 1 1 1 4i 1 4 r ) 2 2 10 168 10 135 635 35 24 300 140 60 135 62 18 12 1975 1977 1953 1965 1955 1983 1971 1960 1962 1983 1979 1982 1952 1957 1985 1962 1951 1875 1 3 2 1 5 4 1 2 1 1 1 3 1 11 1 2 300 82 188 50 1298 77 30 52 30 30 25 119 15 249 120 100 66 226 130 25 2 1 ALBERTO HERNÁNDEZ/SOCIEDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES Iglesia Nueva Jerusalem Iglesia Pentecostal Unida Iglesia Presbiteriana Príncipe de Paz Iglesia de Cristo Iglesia de Cristo Independiente Iglesia de Dios Iglesia de Dios de la Profecía Iglesia de Dios del Evangelio Completo Iglesia de Jesucristo de los Stos. de los Últimos Días Iglesia de Santidad Pentecostal Iglesia de los Amigos Iglesia del Nazareno Iglesia y Pastores Pentecostales Asociados Iglesia Evangélica Cristiana Espiritual Iglesias Evangélicas Independienles Instituto Bíblico Magdiel Maranatha, A. C. Ministerio de Agua Viva Misión Bautista Victoria Movimiento de Iglesias Evangélicas Pentecostales Independientes No Denominacional Nueva Iglesia Apostólica Pentecostés Rosa de Sarón Santa Iglesia Pentecostés Sendero de la Cruz Testigos de Jehová 1973 1964 1970 1983 1963 1987 1986 1970 1969 1967 1975 1950 1983 1950 1927 1977 1975 1986 1980 4 2 1 4 1 1 1 2 4 3 1 1 1 3 19 1 1 1 9 101 95 500 107 35 28 20 57 270 127 47 20 16 246 839 nd 220 nd 13 1979 1977 1985 1940 1986 1985 1931 1967 1 4 2 36 1 1 3 33 8 48 42 1233 40 20 820 792 FUENTE: El Colef, Inventario de organizaciones protestantes en las ciudades de Tijuana, Cd. Juárez y Matamoros, julio-agosto de 1987. 131 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 BIBLIOGRAFÍA neas, vol. 111, núm. 7, Universidad de Colima, Colima, 1989. Baldwin, Deborah, "Diplomacia cultural: escuelas misionales protestantes en México", en Historia mexicana, vol. XXXVI, núm. 2, México, 1986. Guillén, Tonatiuh y Alberto Hernández, "Grupos religiosos protestantes en la frontera norte", Tijuana, B. C., El Colegio de la Frontera Bastian, Jean-Pierre, Los disidentes. Sociedades Norte, 1987 (manuscrito), protestantes y revolución en México, 1872-1911, México, Fondo de Cultura Económica/El Colegio de México, 1989. Lalive D'Espinay, Christian, El refugio de las masas: estudio sociológico del protestantismo chileno, Santiago de Chile, Ed, Pacífico, 1968. Bastian, Jean-Pierre y José Valderrey, "Expansión y sociedades Meyer, Jean, Historia (le los cristianos en religiosas protestantes en América Central", Centro de América Latina. Siglos XIX y XX, México, Vuelta, Estudios 1989. comportamiento sociopolítico Económicos, de las A. C., México, y Alberto 1985 (manuscrito). Martínez, Abelino, Las sectas en Nicaragua: Casillas, Rodolfo Hernández, "Demografía y religión en México: una relación poco oferta y demanda de salvación, San José de Costa Rica, DEI, 1989. explorada", en Cristianismo y Sociedad, núm. 105, México hoy y mañana. Directorio Evangélico México, 1990. de la Gran Ciudad de México, México, Visión De la Rosa, Martín, El impacto social del protestantismo: metodología para el estudio de las Evangelizadora Latinoamericana (VELA)/Instituto Misionológico de las Américas (IMDELA), 1987. religiones, México, Universidad Autónoma de Baja Molina California, 1985. Hernández, José Luis, naciones urbanas del campo "Determi- religioso: tres estudios perspectivas de análisis", tesis de maestría en antropológicos sobre el protestantismo en México", en desarrollo urbano, Facultad de Arquitectura/ IIS, Cristianismo y Sociedad, núm. 101, México, 1989, pp. UABC, Mexicali, junio de 1993. García Navarro, Carlos, "Los 89-102. Valdés-Villalva, Guillermina, "Perspectiva Giménez, Gilberto, "Nuevas dimensiones de la histórica del protestantismo en la frontera norte", cultura popular: las sectas religiosas en México", en Ciudad Juárez, El Colegio de la Frontera Norte, Culturas Contemporá- 1987 (manuscrito). 132 FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM. 15, ENEROJUNIO DE 1996 Más subvierte el diablo por viejo: transgresión simbólica entre los yaquis de Arizona Eduardo Barrera Herrera* RESUMEN Los yaquis han sido considerados gente fronteriza por su ubicación geográfica, así como por el conspicuo sincretismo de sus prácticas religiosas. La nación yaqui ha usado esta esfera como una fuente de resistencia mediante movimientos milenaristas y mesianistas. Entre los elementos que subvierten la religión hegemónica hasta nuestros días, destacan los diablos payasos llamados chapayekas. Estos forman parte de los fariseos, que constituyen una de las cofradías instituidas por los jesuítas en el siglo XIX. Estos payasos adoptan conductas que transgreden los órdenes civil, moral y religioso, los que son examinados en las ceremonias de cuaresma en las comunidades de Pascua y Guadalupe, Arizona. Sus máscaras, vestimenta, parafernalia y lenguaje no verbal tienen las características de lo grotesco descritas por Bakhtin, e incluyen orificios corporales exagerados, barriga, andar pendular e insinuaciones sexuales. El potencial subversivo del chapayeka se debe a la sedimentación de elementos precristianos y al sincretismo milenarista y mesianista. ABSTRACT Yaquis have been considered border people because of their geographic location as well as for the conspicuous synchretism of their religious practices. The Yaqui Nation has used this sphere as a source of resistance through millenarist and messianic movements. Among the elements that subvert the hegemonic religion up to this day the devil clowns called chapayekas stand out. The chapayekas are part of the Fariseos, who constitute one of the sodalities instituted by the Jesuits in the XIX century. These clowns engage in behaviors that transgress the civil, moral and religious orders, which are examined based on some Lent ceremonies in the villages of Pascua and Guadalupe in Arizona. Their masks, clothing, paraphernalia and nonverbal language have the characteristics of the grotesque described by Bakhtin including exaggerated bodily orifices, portruding belly, pendular walk and sexual innuendos. The subversive potential of the Chapayeka is due to the sedimentation of pre-Christian elements and the millenarist and messianic synchretism. *Profesor-investigador, Dirección Regional de EI Colef en Ciudad Juárez y profesor en la University of Texas at El Paso, E-mail: [email protected]. 133 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 En los años noventa, los debates sobre el Quinto Centenario han tendido a ignorar o lamentar la violenta sustitución de religiones, centrándose en la experiencia me-soamericana. El presente trabajo tiene por objetivo analizar el componente de subversión y resistencia en el proceso de negociación simbólica en los pueblos autóctonos de la frontera México-Estados Unidos. La frontera y el Quinto Centenario La conmemoración del arribo europeo a América ha fluctuado entre los eufemismos oficialistas propios de gobiernos temerosos de asumir posturas que reten la globa-lización y los romanticismos enlutados por la destrucción de épocas doradas. Mientras el debate sobre el "encuentro" militar se reduce a la amnesia oficial y a la permanente denuncia del etnocidio, se tiende a celebrar la herencia evangelizante o a lamentar la pérdida del edén simbólico de las sociedades prehispánicas. Estas dos concepciones se basan en la premisa de que la evangelización fue un proceso de imposición, benevolente o perverso, de un discurso religioso, el cual se puede concebir como absoluto o salpicado de elementos sincréticos. Todo este debate en México reproduce los patrones de centralización al reducirlo a las experiencias de las sociedades me-soamericanas. Sin embargo, Oscar Martínez señala que existen dos grupos que han utilizado exitosamente la frontera México-Estados Unidos para resistir la asimilación económica y cultural: los kickapoos y los yaquis.1 Los yaquis de Arizona Los yaquis han utilizado la frontera desde principios de siglo. Cuando Porfirio Díaz decretó la deportación de los yaquis de su territorio sagrado, en Sonora, hacia las haciendas henequeneras de Yucatán y las haciendas tabacaleras de Oaxaca, en 1908. Algunos de ellos evadieron la deportación masiva refugiándose en las montañas de Bacatete o huyendo hacia Arizona. Este hecho marcó un hito en la historia yaqui, único grupo que no fue conquistado por los españoles, a quienes se impusieron militarmente desde 1533, cuando derrotaron al ejército de Diego de Guzmán. Los yaquis de Arizona se concentran actualmente en Guadalupe y Scottsdale, en las afueras de Phoenix, y principalmente en Nuevo Pascua, al sur de Tucson. Hacia 1920 ya había aproximadamente dos mil en el estado de Arizona, lo que constituía cerca del 10 por ciento de la población total. La antigua Pascua fue incorporada a la ciudad de Tucson en 1952 y la comunidad recibió 202 acres en 1964, a los que se agregaron 690 más, adquiridos por las propias autoridades tribales en 1964. En 1990, Pascua contaba con una población de 2 412, es decir, el 6.58 por ciento de la población yaqui en Arizona. La diferencia principal entre los actuales yaquis de Sonora y los de Arizona es que, mientras los primeros mantienen una economía campesina, los segundos están involucrados en relaciones capitalistas, aunque en el caso de Pascua tienen empresas comunitarias como juegos de azar, tiendas de cigarros, viveros y una empacadora de carbón. En el caso de los juegos de azar, el lujoso Casino of the Sun fue inaugurado en 1996, 1 Martínez (1988). 2 Spicer (1980) y Erasmus (1967) han calificado la economía yaqui como campesina. Según los trabajos de Chayanov, Polanyi y Wolf (Peasants, 1966), este grupo tiene una economía familiar, cíclica, donde se redistribuye el excedente. Hewitt de Alcántara (1978) califica a los yaquis como proletariado rural. 134 EDUARDO BARRERA/MÁS SUBVIERTE EL DIABLO junto a su predecesor, el Casino of the Sun Bingo,3 que consistía básicamente en un gigantesco galerón. Pascua también cuenta con la Pascua Yaqui Smoke Shop, que aprovecha la situación especial de los impuestos sobre este tipo de productos en las reservaciones indígenas. Estas operaciones explican en parte la disminución en la tasa de desempleo, la cual era de 78 por ciento en 1980 y de 23.1 por ciento en 1994./1 Otra diferencia fundamental en la vida económica de los yaquis de Arizona consiste en los fondos federales que reciben por parte del Bureau of Indian Affairs y del Indian Health Service Funding, acuerdo que, para el caso de Pascua, fue confirmado el 20 de enero de 1994 en base a la Ley Pública 103357. Pascua cuenta también con la Yoemem Tekia Foundation, una organización no lucrativa dedicada a la "preservación y perpetuación de la cultura india yaqui", que está integrada principalmente por los(as) yoris, blancos(as) y mesti-zos(as) que están casados(as) con yaquis. En el caso de Guadalupe, la población no está constituida solamente por yaquis, ya que es significativa la presencia de mexi-coamericanos. La semana santa es aprovechada en Guadalupe como una fuente de ingresos para la comunidad, y no solamente rentan locales para puestos de comida alrededor de la plaza ceremonial, al igual que en Pascua, sino que al norte de dicha plaza se instalan juegos mecánicos de compañías como Z & Z Enterprises y City of Fun. Esta comunidad organiza también una recolección de donaciones utilizando un sistema de sonido que sirve para explicar a los visitantes lo que pasa en la plaza. Es común escuchar que los yaquis de Arizona han perdido parte de su cultura, Esto los identifica como gente de frontera, no sólo en el sentido geográfico sino en el cultural. Renato Rosaldo ha señalado cómo las zonas de frontera cultural que separan clases, naciones y culturas tienen una invi-sibiiidad debido a su naturaleza híbrida. Esta invisibilidad se debe al error occidental de colapsar cultura y diferencia.5 Religión y yaquis Edward Spicer señala que el sincretismo religioso de los yaquis no cae dentro de los modelos clásicos, como el de los mayas o el de los irlandeses. En el primer caso, los elementos cristianos son apropiados e integrados en un solo sistema, mientras que en el segundo el universo cristiano y el celta coexisten sin que haya una articulación. Los yaquis no tendrían una síntesis como los mayas, ni una compartimentali-zación como los irlandeses. Las raíces del sincretismo yaqui se remontan al establecimiento de los jesui-tas en 1610, por invitación, no por conquista militar. Además, esta orden llega a América... con el plan científico moderno de observar cuidadosamente las conductas de los grupos sociales de América, de elaborar una política prudente y eficaz tendiente a penetrar en lo más profundo de las mentes, las conciencias y los afectos... llega a América con una actitud barroca que le concede supremacía al ethos sobre el logos, a los valores del "mundo como voluntad" sobre los valores 3 El sistema económico de Pascua rebasa por mucho la discusión campesinista del caso mexicano. Esta comunidad parece haber dado un salto de una economía campesina a una articulación con la economía capitalista mediante trabajo improductivo en el que "se intercambia por dinero como dinero" y "no por dinero como capital" (Marx, 1984; 84). 4 Arizona Department of Commerce (sin fecha). 5 Rosaldo (1989), Para una crítica de la esencialización que Rosaldo y otros autores hacen de lo fronterizo, véase Barrera (1995). 135 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 del mundo como representación... el jesuíta se ubica, nica que crea una actitud de resignación, como el criollo, en el borde entre lo místico y lo James Scott argumenta que en las sociedades terrenal. Una de sus máximas es la necesidad de amoldarse a la naturaleza de las personas, de las cosas, de los tiempos, de las regiones, en un acto mimético o de emulación que da por resultado la apropiación de los objetos y su incorporación a una nueva representación.6 Estos primeros misioneros dieron prioridad a una rápida evangelización a través de los temastianes (catequistas), temiendo que los hechiceros interrumpieran dicho proceso. Spicer asegura que las cofradías creadas por los misioneros probablemente fueron una superimposición sobre organizaciones ceremoniales ya existentes. Agrega que la nueva religión fue construida sobre la visión del mundo original. Una modificación fue la introducción de un tercer espacio en el universo: el pweplum, añadido a la división del huya aniya y el yo aniya. La nueva categoría era el espacio donde vivían los yoemem y era distinta a los otros, que significan "mundo-bosque" y "reino antiguo y honorable", respectivamente. Pese a que estas categorías nunca se alinearon con exactitud al cielo e infierno cristianos, los valores cristianos eran ya predominantes a principios de siglo. La nueva categoría sirvió para concentrara los yaquis en los ocho pueblos sagrados identificados con lugares bíblicos. De acuerdo con los yaquis, eventos bíblicos como el diluvio y el nacimiento de Cristo ocurrieron en estos pueblos. Contrariamente a las concepciones de la religión como una institución hegemó- 6 7 8 9 10 11 136 campesinas la religión pasa por un proceso de parroquialización con potencial revolucionario a través de elementos mesiánicos y milenaristas.a Bonfil Batalla identifica tres mecanismos utilizados por los indios contra las acciones de expropiación, imposición y eliminación de los colonizadores: resistencia, innovación y apropiación. Spicer señala que los jesuitas introdujeron, poco después de 1617, tres dramas religiosos: la conquista de los moros por parte de los cristianos, la conversión de la Malinche y la pasión y resurrección de Cristo. Agrega que éstos sufrieron profundos cambios, y evolucionaron con poca o ninguna relación con los dramas originales. En el primer caso, el drama queda reducido a una batalla ritual celebrada el último día de la fiesta del santo patrono del pueblo. El drama de la Malinche fue apropiado y transformado en lo que hoy son las danzas de los matachines, que Spicer describe como "pura devoción danzada". En el caso de la pasión, hubo una inversión en cuanto a los protagonistas que constituyen el foco de la representación, pasando de Cristo a sus perseguidores (ver tabla 1). Son recurrentes en la historia yaqui estas estrategias simbólicas. El milenarismo se ilustra por el poder telúrico del territorio y los pueblos sagrados, que hace que los yaquis los recuperen gradualmente tras la deportación hasta lograr la autonomía mediante un decreto de Lázaro Cárdenas. El mesianismo estaría ejemplificado por la rebelión de Juan Banderas en 1825, Pastor Llaneza (1994: pp. 191-195). Para una descripción de la religión yaqui, véanse Spicer (1980) y Figueroa (1995). Scott(1977). Spicer, op. cit. Estos dramas fueron utilizados, además, por franciscanos y otras órdenes. Spicer, ibid., p. 84. Ésta es una diferencia fundamental en comparación con las representaciones en comunidades de Europa occidental como Cataluña y Oberammergau. Ididem. EDUARDO BARRERA/MÁS SUBVIERTE EL DIARLO TABLA 1. Cambios en loa dramas jesuitas del siglo XVII.* Drama jesuita Ceremonia actual Representatum jesuita/ Representatum yaqui Moros y cristianos, batalla ritual Danza en fiesta del santo patrono Triunfo del cristianismo Conversión de la Malinche Danzas de matachines Extirpar el demonio del alma de la primera indígena convertida en la Nueva España/ Devoción danzada Pasión y resurrección de Cristo Waehma Triunfo de Cristo/ Ascenso y caída de perseguidores de Cristo * Adaptado del texto en Spicer, op. cit. quien al salir de la cárcel proclama ser enviado de la Virgen de Guadalupe para reconquistar la corona de Moctezuma a través de un movimiento pantribal.12 En la actualidad, los elementos de subversión yaqui contra el discurso religioso hegemónico están encarnados en la figura del chapayeka,13 diablo sonriente que es el foco de actividad en las ceremonias de cuaresma, las más importantes del año. La sonrisa del diablo Los chapayekas forman parte de los fariseos, que junto con los caballeros son las cofradías que constituyen los kohtum-bres.14 Los kohtumbres fueron instituidos por los jesuitas y son una de las cinco autoridades tradicionales que datan del siglo XIX.15 La subversión del discurso religioso hegemónico por parte de los chapayekas durante las celebraciones de la cuaresma se registra en siete fenómenos: 1. Sincretismo 2. Autonomía ceremonial 3. Máscara profana y profanadora 4. Eclipsamiento de elementos hegemónicos 5. Transgresión de leyes religiosas y civiles 6. Transgresión moral y sexual 7. Transposición del personaje centra). 1. Sincretismo. Los chapayekas, junto con los otros fariseos, tienen por objetivo 12 Para el texto completo del manifiesto original, véase Spicer (1980). La versión original de las cuatro utilizadas por La Bandera habla de hiaquis, mayos y gente de razón. Otra versión de 1826 incita a "todas las naciones: hiaquis, pimas, mayos, ópatas, euleves, apaches, pápagos y seris". Otra versión añade a los piutos. 13 Spicer (ibidem) sugiere que el término chapayeka puede provenir de alguna expresión yaqui que se podría traducir como nariz larga. 14 Para una descripción de la semana santa yaqui tradicional, véanse Spicer (1980), Gouy-Gilbert (1983), Painter(1990) y Figueroa (1995). Bonfiglioli (1995) hace un análisis semiótico comparativo entre las ceremonias de semana santa de rarámuris (tarahumaras), yaquis, mayos, coras y taos, así como algunas referencias a los zuñis. 15 Las otras autoridades serían el gobierno civil, la sociedad militar, la Iglesia y los fiesteros. 137 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 robar al niño Jesús de manos de los caballeros, y su sonajes y algunos de los hopis, pápagos, líder es Judas. Spicer afirma que estos personajes no tarahumaras y huicholes. Lo más sobresapertenecen al pwe-phim y que esencialmente permanecen separados dentro de su dominio limitadamente comunicable. El habla pantomímica es totalmente entre ellos mismos y su comunicación con otros nunca es satisfactoria, incluyendo a los Soldados Romanos, cuyas órdenes aceptan de una manera no muy consistente. Judas es el líder chapayeka. Figueroa agrega que tienen un sustrato mitológico vinculado con seres ogreseos de la tradición cahita prehispanica y ligados también a ciertos seres rituales y mitológicos de los grupos uto-aztecas del noroeste de México y del suroeste de Estados Unidos. 2. Autonomía ceremonial. Pese a que los sacerdotes católicos en Nuevo Pascua participan en algunas ceremonias propias de los yaquis desde hace cuatro años, las ceremonias católicas que se efectúan alternadamente con actividades de las cofradías tienen una asistencia mínima por parte de los fariseos y de la población yaqui en general. El grueso de los asistentes incluye turistas, etnógrafos y hasta gente con ascendencia yaqui "en busca de sus raíces".18 En el caso de Guadalupe, existen dos templos por separado: el católico y el yaqui. A diferencia de Pascua, el sacerdote no participa en las ceremonias de este grupo. 3. Máscara profana y profanadora. Spicer ve algunas similitudes entre estos per 16 17 18 19 138 liente del chapayeka es la máscara llamada sewa (flor). Painter distingue entre sewas tradicionales y nuevas. Las primeras son máscaras blancas con grandes orejas, cuernos cortos y nariz larga y puntiaguda, que pueden incluir diseños de sol, luna o estrellas con vivos en negro, verde y rojo. La sonrisa grotesca de este personaje puede ser una larga mueca cóncava hacia arriba o abajo, aunque la forma bicóncava es la que predomina en las sewas de Arizona en los años noventa, cuyas orejas asemejan alas de murciélago. Otro tipo de máscara tradicional es la de animales. El nuevo tipo de máscara es la de personajes humanos, entre los que Painter lista soldados mexicanos y estadunidenses, policías, indigentes y apostadores. En la cuaresma de 1992, en Nuevo Pascua había diez chapayekas que usaban máscaras de Judas, coyote, anciano, simio y murciélago. En la celebración de Guadalupe en 1996 había 28 chapayekas ataviados con sewas de animales como perros y osos, así como de personajes como Caballero Aguila, soldado confederado, además de tres tipos de indio norteamericano: jefe indio con tocado de plumas, indio con pelo mohawk e indio narigón con sombrero y trenzas. Para Painter, esta máscara representa simplemente el mal, y por ello los miembros de esta cofradía sostienen en sus labios la cruz del rosario yaqui. Gouy-Gilbert especula acerca del significado de la máscara, sugiriendo que puede representar la esencia del yori represor o la esencia oculta del yaqui.19 Para Bakhtin, la máscara representa lo cómico y carnavalesco, que niega la univocidad de la identidad. Sus funciones son: Spicer, op. cit., p. 110. Figueroa (1994, p. 244). Entrevista personal con Luis Moreno, actor del Teatro Campesino, Nuevo Pascua, Arizona, abril de 1992. Gouy-Gilbert (1983). EDUARDO BARRERA/MÁS SUBVIERTE EL DIABLO encubrimiento, violación y ridiculización de la identidad, pero al mismo tiempo actúa como burlador de las autoridades y revertidor de jerarquías. Agrega que el realismo grotesco esta en oposición con el naturalismo racional, y que mientras el último presenta el cuerpo humano como un todo aislado y acabado, en el primero está abierto y forma parte del mundo.20 En la máscara chapayeka todos los orificios (boca, ojos, nariz, oídos, etc.) están exagerados, contrastando con las mascaras de otros participantes, como los paskolas.21 4. Eclipsamiento de elementos hegemónicos. Los chapayekas constantemente están tratando de interrumpir las ceremonias de los caballeros y el sacerdote. Las interrupciones son con los ruidos de sus sonajas y espadas; también interrumpen arrojando arena a la cabeza del sacerdote cuando éste se encuentra rezando, y simulan aventar alimañas a la Virgen María y mujeres que están presentes. En el mismo siglo XVI se implantan las cofradías entre los yaquis, cuando se celebran las diablerías en Chaumont, en el Hau-teMarne, como parte del misterio de San Juan, donde aquéllos, disfrazados de diablos, practicaban toda clase de desmanes y transgresiones. 5. Transgresión de leyes religiosas y civiles. Estos personajes transgreden las leyes que rigen la propiedad privada invadiendo o amenazando con entrar a las casas y robando diversos artículos a los espectadores, mismos que pueden guardar o regresar por una suma de dinero. Figueroa señala que la mayoría de las veces los chapayekas yaquis pretenden transgredir, a diferencia de los mayos: "Cuando los chapayecas yaquis 'fingen' estar borrachos, los mayos realmente se han embriagado; cuando los yaquis fingen desacatar a la autoridad, los mayos hacen realmente desacatos".22 En la celebración que realizan en la madrugada del sábado de gloria, por haber apresado y crucificado a Cristo, los chapayekas de Guadalupe fingen embriagarse con botellas y latas de cerveza que traen al patio ceremonial en bolsas de supermercado. En Pascua lo hacen con unos modelos a escala de botellas de cerveza de más de un metro de alto. 6. Transgresión moral y sexual. En la celebración por haber apresado y crucificado a Jesús, los chapayekas fingen embriagarse y después empiezan a bailar en parejas. Unas horas después empiezan a hostigar sexualmente a sus parejas pretendiendo ser la parte activa en una copulación anal. Algunos de ellos se prestan a ser molestados con las espadas al subirse a bailar a una silla.23 El humor sexual caracterizado por el falicismo y las obscenidades son un común denominador en los "payasos sagrados" del suroeste de Estados Unidos señalado por Steward24 y generalizado por Bonfi- 20 Bakhtin (1984). 21 Los paskolas son también seres transgresores pero mediante el uso de la palabra, en comparación con las transgresiones corporales del chapayeka. Figueroa, op. cit. 22 Figueroa, ibid., p. 293. 23 la transgresión sexual es más restringida que en ceremonias como las de los rarámuri, en las que los fariseos "alburean" y hacen gesticulaciones sexuales, además de contar con un líder Judas, cuya efigie tiene un pene descomunal (Bonfiglioli, 1995). El falo en el chapayeka es su larga nariz, de la que toma su nombre y que Bakhtin presenta como intercambiable. Contrastando con la homosexualidad, motivo de mofa y escarnio entre estos pueblos, está el papel sagrado que juegan quienes rompen con los roles de género tradicionales entre los yurok, navajos, cheyennes, crows y mohaves. El nombre genérico de este personaje es berdache, término francés para prostituos varones, y winkte entre los lakotas. Los berdache visten atuendos tradicionalmente femeninos y pueden ser curanderos o chamanes. Las mujeres berdache son objeto de respeto y admiración en los pueblos de las planicies (Gill y Sullivan, 1992). 24 Steward (1930), citado en Bonfiglioli, op. cit. 139 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 glioli a los chapayekas yaquis, los chapakobam mayos, Una construcción aún más "delgada", en los fariseos rarámuris, los koyemshis zuñis y los judíos términos coras.25 Bonfiglioli comete el error de utilizar el ter- occidentalista acerca de la figura del diablo en geertzeanos, por su abstracción mino trickster para estos bufones, cuando la bibliografía comunidades autóctonas latinoamericanas, es la de sobre el tema lo reserva para héroes culturales y seres Taussig: mitológicos que engañan y enseñan simultáneamente. Este término fue utilizado originalmente por Daniel ...el diablo es piedra angular de la producción Brinton, en 1896, para referirse al wisakketjak de los ampliada, la cual se cree es destructiva en última crees, nombre del personaje que tradujo como trickster instancia... el imputar una alianza con el diablo, engañador. Dicho término ha sido extendido a figuras se impone un freno a empresarios potenciales.... de los panteones de todas latitudes, como el refleja una adherencia de los trabajadores a los Hermes/Mercurio grecorromano, el loki de los nórdicos, principios que subvacen el modo de producción el kokopelli del suroeste de Estados Unidos y campesino.27 Huehuecóyotl en Mesoamérica. La figura del trickster ha sido explicada en términos funcionalistas como El chapayeka yaqui no es una construcción héroe cultural (Boas), como mediador entre la reli- racional, como lo sugiere Taussig. Bonfiglioli giosidad popular (Radin) y como la preservación de la considera la función mediadora en las oposiciones "sombra" (Jung). También ha sido explicada en significativas, como lo indican Levi-Strauss o la términos freudianos por Michael Carroll, como una redención vicaria de Makarius, pero sintetizadas gratificación expedita de la libido. Este debate sería como una mediación en la ambigüedad semántica irrelevante si el tema se planteara como lo hace en el proceso castigo-redención.28 Estas in- Doueihi, quien lo considera como terpretaciones son altamente funcionalistas y plantean procesos de mediación en un plano un discurso por la cultura occidental acerca de la meramente cognitivo, en el que el chapayeka culturo 0occidental, con el trickster sirviendo purifica vicariamente los pecados y las tentaciones solamente una función nominal para iniciar una de los asistentes. discusión... guiada por una lógica de dominación que La risa del chapayeka puede ser la risa pascual forma parte de un discurso de poder... que distorsiona (risus paschalis) de la que habla Bakhtin, risa que y abusa lo indígena para que encaje en una imagen es la forma más extrema de esta gesticulación y la idealizada que sirve a la nostalgia del hombre (SIC) cual había sido excluida de toda ceremonia por la occidental, como lo es en enfoques que relegan al Iglesia católica primitiva, risa que indígena a un status de salvaje primitivo o hereje decadente. es esencialmente no una forma externa, pero interior de verdad, no puede ser transformada en seriedad sin destruir y distorsionar ios mismos contenidos de verdad que descubre. La risa libera no solo de la censura 25 Bonfiglioli, op. cit. A la lista podría agresarse el hayoka de Mesoamérica, quien hace todo al revés, es decir, en sentido equivocado o con la extremidad opuesta. Al hayoka le atribuye la función de purgar las faltas de quienes participan en 1a ceremonia en cuestión. 26 Ann Doueihi (1984), citada en Gill y Sullivan, op. cit., p. 310. 27 Taussig (1980), pp. 14, 15,y37. 28 Bonfiglioli op. cit. 140 EDUARDO BARRERA/MÁS SUBVIERTE EL DIABLO externa pero antes que nada del gran censor En Guadalupe está claramente aceptado el hecho de interior; libera del miedo a lo sagrado, a las que habrá presencia de yoris, por lo que se prohibiciones, al pasado, al poder.29 implementan diferentes medidas de seguridad como el acordonamiento, se instalan juegos mecánicos, se Más que una mediación, como sugiere Bonfiglioli, recolectan donaciones y se dispone un sistema de sería una liberación de "todo el dogmatismo sonido que interpela al público como yon. El maestro religioso y eclesiástico, de todo misticismo y de ceremonias en el sonido local da la bienvenida al piedad".30 Más que con el ethos yaqui, como lo "turismo `extranjero' y a la raza mexicana a nombre de sugiere Figueroa, está relacionado con un pathos de la nación yaqui". Periódicamente se hacen advertencias relatividad y transposiciones. Después de todo, el y amonestaciones al público para que respeten algunas chapayeka es uno de esos seres grotescos en los que reglas, diciendo que "no es un espectáculo para están caricaturizados los orificios y la abultada visitantes" y haciendo saber cuando "hay mala con- barriga, el estrato bajo del que habla Bakhtin. ducta". Se hacen "recordatorios amistosos" de que se Importante, además de la anatomía del chapayeka, llamará a la grúa para remolcar autos mal estacionados, es sus o que dentro de los nuevos acuerdos de cooperación gesticulaciones, sino su andar pendular en un con la autoridad civil existe la ordenanza número 27, "sistema de ascensos y descensos en los niveles que prohíbe fotografías, grabaciones y dibujos de inferiores".31 eventos religiosos, y que la sanción consiste en mil su manera de moverse; no sólo 7. Transposición del personaje central. El sábado dólares y seis meses de cárcel. de gloria, el Judas es abandonado por los otros En Pascua no existe un reconocimiento formal al chupayekas y por los soldados romanos. Las hecho de que habrá visitantes, pero observan una máscaras son arrojadas a los pies del antiguo líder, actitud más hostil hacia aquellos que violan las normas personificado por la indumentaria puesta en una de conducta, y se suscitan altercados y forcejeos con cruz de madera, misma que es quemada. El quienes portan cámaras fotográficas. También existe chapayeka no solamente es crucificado, sino que una relación informal con algunos yoris que mantienen reencarna al año siguiente, ya que dos máscaras son vínculos con diversos grupos indígenas estadunidenses, salvadas de la quema. Estas sewas se convierten en quienes auxilian en algunas labores a miembros de la semillas que germinan; son degradadas "no sólo en Yoemem un retroalimentación entre los participantes, como sujetos sentido destructivo y negativo, sino regenerativo".32 Tekia Foundation.33 Existe una de mvesti- Yo subvierto, tú subviertes... La relación entre los participantes y el público varía entre Pascua y Guadalupe. 29 30 31 32 33 Bakhtin, op. cit., p. 94. Ibidem. p. 7. Ibid., p. 353. Ibid.,p.21. Algunos visitantes distinguidos han pasado desapercibidos para la mayoría de 1a población, como fue el caso de Alfonso Pérez Espíndola y Michael Brown en 1996. El primero fue liberado recientemente de una prisión mexicana por ejercer algunas prácticas religiosas reservadas a la población indígena, y su caso fue llevado ante diversos foros internacionales por algunos movimientos de derechos humanos en general y derechos indígenas en particular, El segundo? es un médico (quiropráctico de Nuevo México que atiende informalmente a algunos yaquis el domingo de pascua, con una combinación de quiropractica y chamanismo. 141 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 TABLA 2. Diferencias entre la cuaresma de Pascua y Guadalupe. Participación/ exclusión de público Participación/ exclusión de curia Población en la comunidad Representación Pascua Guadalupe Indefinida Reglamentada Integración Separación Yaqui Yaqui y Mexicoestadunidense Ritual para la Ritual para la comunidad comunidad y "performance" para yoris gación, y los etnógrafos que los estudian, como en el caso de algunos miembros de cofradías que consultan textos como los de Spicer para aclarar dudas sobre diversos aspectos de las ceremonias.34 Una perturbadora interacción con nuevos grupos la constituye el hostigamiento del que son víctimas los miembros de las cofradías en Guadalupe por parte de grupos fundamentalistas con características militares en su organización, como los Soldados de Cristo, quienes en los últimos años han llegado hasta el mismo patio ritual parodiando algunas de las ceremonias y danzas tradicionales. La transgresión y la profanación no son exclusivas de los chapayekas, como lo demuestran los siguientes hechos: 1. Complicidad. Durante la cuaresma la población muestra actitudes de complicidad con el chapayeka. Yaquis de todas edades ríen de las acciones de los chapayekas, y más aún cuando se encuentran con la mirada de estos. Aunque el grueso de la población condena explícitamente las transgresiones del chapayeka, es ella misma la que las celebra. No se trata de un caso de mediación o conciliación, sino que, en palabras de Bakhtin, "los dos aspectos del mundo, el serio y el de la risa, coexisten en sus conciencias". 2. Desacralización del templo. Las ceremonias católicas no solamente son desairadas por la mayor parte de la población, sino que en el templo de Pascua permiten que los perros entren y salgan sin tratar de detenerlos o ahuyentarlos. 3. La crucifixión del yori. La leyenda INRI en la parte superior de la cruz está escrita de tal manera que puede leerse como IORI o YORY, término con el que designan al hombre blanco. 4. Los yaquis cholos. La indumentaria de los soldados de Roma en Pascua asemeja el atuendo típico de los cholos (o viceversa): piocha, lentes oscuros, arete, ropa oscura, camisa por fuera del pantalón y abotonada hasta arriba, y sombrero negro de ala angosta. 34 Entrevista con la familia Alvarez, Guadalupe, Arizona, abril de 1996. 35 Bakhtin, op. cit., p. 96. El comentario es en referencia al supuesto valor didáctico de la parodia y lo grotesco según los grobianistas. 142 EDUARDO BARRERA/MÁS SUBVIERTE EL DIABLO Consideración final La subversión en esta cultura de frontera se da mediante la combinación de elementos tradicionales de resistencia y la apropiación de elementos católicos y de contracultura occidental. El chapayeka es un elemento orgánico pero residual de la sociedad yaqui precapitalista. El potencial subversivo del chapayeka se debe en buena medida a la sedimentación de rasgos precristianos y al sincretismo milenarista y mesiánico. El chapayeka subvierte más por ser viejo que por ser diablo. 143 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 BIBLIOGRAFÍA Arizona Department of Commerce, Community Profile. Pascua Yaqui Indian Reservation, Arizona Department of Commerce, sin fecha (mimeo). Bakhtin, Mikhail, Rabelais and his World, Indiana, Indiana University Press, 1984. Barrera, Eduardo, "Discursos emergentes de (desde/sobre) la frontera norte", en Entorno, diciembre de 1995. Gill, Sam D. e Irene F. Sullivan, Dictionary of Native American Mythology, Nueva York, Oxford University Press, 1992. Gouy-Gilbert, Cécile, Una resistencia india: los yaquis de Sonora, México, INI, 1983. Hewitt de Alcántara, Cynthia, La modernización de la agricultura mexicana, 1940-1970, México, Siglo XXI, 1978. Martínez, Oscar, Troublesome Border, Tucson, University of Arizona Press, 1988. Bonfiglioli, Carlo, Fariseos y matachines en la Sierra Tarahumara. Entre la pasión de Cristo, la transgresión cómico-sexual y las danzas de conquista, México, Instituto Nacional Indigenista, 1995. Marx, Karl, El capital, libro I, capítulo VI México, Siglo XXI, 1984. Bonfil Batalla, Guillermo, México Profundo. Una civilización negada, México, CIESA, 1987. Palerm, Angel, Modos de producción, México, Ediciones Gernika, 1986. Bonfiglioli, Carlo, "Lo propio y lo ajeno", en Rodolfo Stavenhagen et al., La cultura popular, México, Premia Editora, 1984. Pastor Llaneza, María Alba, "Criollismo, religiosidad y barroco", en Bolívar Echeverría, op. cit., 1994, pp. 171-198. Doueihi, Ann, "Trickster: On Inhabiting the Space between Discourse and Story", en Soundings: An Interdisciplinary Journal, vol. 67, núm. 3, 1984, pp. 283-311. Rosaldo, Renato, Culture and Truth: The Remaking of Social Analysis, Boston, Beacon Press, 1989. Echeverría, Bolívar (comp.), Modernidad, mestizaje cultural, ethos barroco, México, UNAM, 1994. Erasmus, Charles J., Upper Limits of Peasantry and Agrarian Reform: Bolivia, Venezuela, and México Compared, Land Tenure Center, 1967. Figueroa, Alejandro, Por la tierra y por los santos. Identidad y persistencia cultural entre yaquis y mayos, México, Conaculta, 1994. Thayer Painter, Muriel, A Yaqui Easter, Tucson, University of Arizona Press, 1990. Scott, James, "Hegemony and the Peasantry", en Politics & Society, vol. 7, núm. 3, 1977. Spicer, Edward H., The Yaquis: A Cultural History, Tucson, University of Arizona Press, 1980. Taussig, Michael T., The Devil and Commodity Fetichism in South America, Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 1980. Wolf, Eric R., Peasants, Englewood Cliffs, Prentice-Hall, 1966. 144 EDUARDO BARRERA/MAS SUBVIERTE EL DIABLO The Yoemem Tekia Foundation, Easter (tríptico), Pascua, The Yoemem Tekia Foundation, 1992. The Yoemem Tekia Foundation, The Yoemem Tekia Foundation (tríptico), Pascua (sin fecha). 145 FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM. 15, ENEROJUNIO DE 1996 Acción eclesiástica y conflicto político en Ciudad Juárez, Chin., 1972-1987 Víctor Gabriel Muro* RESUMEN En el artículo se analiza el proceso social de Ciudad Juárez durante el periodo 1972 a 1987, en el que la vida política y la Iglesia católica locales experimentaron cambios significativos. La propuesta central es que la intensa secularización a que estaba sujeta la ciudad a principios de la década de los setenta obligó a la diócesis, gobernada por el obispo Manuel Talamas, a cambiar de estrategias pastorales para recuperar la influencia social de la Iglesia, con el apoyo de las posturas derechistas de los sectores medios y altos; sin embargo, frente a una fuerte agitación política de izquierda, la diócesis fracasó, y el obispo juarense, conjuntamente con el arzobispo de Chihuahua, Adalberto Almeida, diseñó una nueva estrategia, mediante la cual aprovecharon la rápida expansión del Movimiento Carismático católico para penetrar en los sectores medios y altos. Un elemento muy importante en esta pastoral fue la participación cívica, la cual articuló a muchos de los grupos más activos ante la crisis económica de 1982 y las elecciones de 1983 y 1986, donde el PAN se convirtió en una fuerza hegemónica, y la Iglesia local quedó socialmente legitimada. ABSTRACT This article addresses the social process of Ciudad Juarez during the period between 1972 and 1987, in which local political life and the catholic church experienced significant changes. The main proposal is that the intense secularization to which the city was subject at the beginning of the 70's forced the diocese, headed by bishop Manuel Talamas, to change pastoral strategies to recover the social influence of the church, aided by the rightwing posture of the middle and high class sectors; however, confronted with a strong leftist agitation, the diocese failed and the bishop from Juarez, in conjunction with the archbishop of Chihuahua, Alberto Almeida, designed a new strategy in which they took advantage of the rapid expansion of the charismatic catholic movement to penetrate middle and high class sectors. An important element in this issue was civic participation, which united many of the most active groups during the economic crisis of 1982 and the elections of 1983 and 1986, when the PAN became an hegemonic force and the local Church was socially legitimized. *Investigador de El Colegio de Michoacán, con estancia sabática en la Facultad de Sociología de la Universidad Autónoma de Querétaro. E-mail: [email protected]. El presente articulo es la síntesis de una parte de una investigación más extensa (Muro, 1994). Para los lectores interesados en profundizar en el tema, en la bibliografía se citan todas las referencias utilizadas en el análisis de la región, aunque no aparezcan en el desarrollo del texto, 147 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 En las décadas de los setenta y ochenta, la vida política y social de Ciudad Juárez ha tenido entre sus determinantes principales la acción de la Iglesia católica y la movilización de vastos sectores de la sociedad. Este escrito pretende mostrar ese proceso y sustentar la idea central de que, en su afán de extender su presencia social en una sociedad considerablemente secularizada, la Iglesia juarense se convirtió en el principal agente de cambio político en su zona de influencia. Hay que señalar que existe una notable correspondencia entre los hechos ocurridos en Ciudad Juárez y los ocurridos en todo el estado de Chihuahua. Por tal razón se mencionan, entrelazadas, las acciones de los principales personajes eclesiásticos de la entidad. El trabajo está dividido en tres apartados: en el primero, se observan las condiciones propias de la Iglesia católica para transformarse en actor social en situaciones particulares; en el segundo, son considerados los procesos de configuración regional y los cambios recientes en el plano social, con el fin de contextualizar los intereses de los actores sociales, y en el tercero, se describen y analizan sus acciones políticas como resultado de intenciones y prácticas. I. La Iglesia3 como actor social Un fenómeno importante en la realidad política mexicana, desde principios de la 1 2 3 148 década de los setenta, ha sido la aparición de la Iglesia católica como un actor social relevante. Este papel ha sido desempeñado en tres planos. En el primero, como institución que reclama abiertamente sus espacios perdidos (baste recordar que en su lucha contra el Estado la Iglesia perdió formalmente —con la Constitución de 1917— sus derechos a la propiedad, ala educación y a la intervención en política); en el segundo, con abiertos pronunciamientos críticos sobre la vida política nacional, y en el tercero, como agente que forma parte en la constitución de movimientos sociales. En México, la intervención eclesiástica, aunque ideológicamente heterogénea, respondía a dos factores confluyentes de igual relevancia. Uno de ellos fue la renovación de la Iglesia propugnada por el Concilio Vaticano II (1963-1965), que alentaba la acción de clérigos y seglares para transformar las situaciones de miseria e injusticia, reforzada por los pronunciamientos de los obispos latinoamericanos, expresados principalmente en los Documentos de Medellín, de 1968; todo lo cual conducía a los diversos sectores eclesiales a una confrontación con el Estado. El otro factor es que en la segunda mitad de los años sesenta comenzaban a sentirse los primeros desajustes sociales, producto del agotamiento del "milagro mexicano", que había prodigado un extendido bien- Aquí debe entenderse este termino como la aceptación generalizada de los principios doctrinales y morales, y por tanto de la legitimidad, de una institución en su proceder sociopolítico. En este texto, la frecuente referencia a la secularización amerita aclararse. Blancarte (1991: 295-297) señala que tal termino implica la marginación de la religión a la esfera de lo privado, pero también la baja normatividad eclesial entre los fieles de una determinada Iglesia y, en un plano social amplio, la predominan-cia de valores no religiosos. En este tenor (Stark y Sims, 1985: 429-430) añaden que la secularización significa la erosión de la creencia en lo sobrenatural y el colapso de las organizaciones religiosas, pero también el surgimiento y la diversificación de nuevos movimientos religiosos; sin embargo, para estos autores, la esencia de la secularización es la imposición de una era de racionalidad en una sociedad dada, en la cual el misticismo no puede encontrar un lugar significativo. Como puede apreciarse, ambas posturas tienen el mismo sentido, y por tanto se aplican en nuestro caso de estudio, Por simple comodidad, siempre que se mencione aquí a la Iglesia, sin especificar el tipo de confesionalidad que profesa, debe entenderse que se trata de la Iglesia católica, dado que a lo largo de todo el texto aparece abundantemente citada. VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO estar social y una notable estabilidad política. Ambos factores denotaban la preocupación de la Iglesia por el peligro de perder su influencia. La voz de alerta, expresada en el Concilio y en Medellín, cobra vigencia en México cuando los conflictos sociales se hacen evidentes. La institución se ve impelida a actuar en un ámbito sociopolítico al que se había desacostumbrado, no sólo porque dentro de sus filas penetró una concientización social, sino también por la pérdida de terreno ante la creciente secularización. Su capacidad de adaptación a circunstancias difíciles y de desenvolvimiento en los diferentes ámbitos sociales condujo a varios de sus miembros a insertarse en grupos contestatarios y a encabezar corrientes críticas del orden social. En varios planos regionales del país puede apreciarse esta situación, cuando han existido tres elementos: una conflictividad social manifiesta, una autopercepción de la Iglesia de pérdida de su presencia social y una mentalidad renovadora de sus dirigentes. En este sentido, el caso de la diócesis de Ciudad Juárez es paradigmático: reaccionó frente a un amplio proceso de secularización, ligándose a las condiciones sociopolíticas que encontró, para revertir la tendencia de erosión de su presencia en la sociedad local. La instrumentación de sus líneas pastorales, después de unos años, dio buenos resultados: además de fortalecer su prestigio, constituyó un factor nodal en la movilización desplegada en los años ochenta. II. El proceso de cambio Los cambios recientes en Ciudad Juárez han tenido como sustrato dos elementos centrales: la identidad regional y el constante desequilibrio de la economía local. El primero, producto del enfrentamiento de un grupo a una situación difícil y con- flictiva, se muestra como la reafirmación constante de valores propios frente a los externos (lo indígena, lo sureño), desde el inicio de su asentamiento, y el predominio de una orientación política (consensual) opuesta a un centro de poder externo dominante. El segundo, la constante fluctuación económica, debido a su carácter fronterizo, por el cual Ciudad Juárez queda atrapada entre dos dinámicas frecuentemente en contradicción: por un lado, supeditada a las condiciones económicas del vecino país del norte y, por otro, sujeta a las decisiones del centro político nacional. En su origen, en 1535, El Paso del Norte, hoy Ciudad Juárez, fue el punto de descanso en el camino a las tierras fronterizas de la Nueva España, y poco más de un siglo después fue fundada ahí la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe. Desde entonces, y hasta mediados del siglo XIX, la zona vivió una guerra permanente contra los indomables indios del norte. La forma de fundación y el carácter bélico de la lucha por consolidar el asentamiento fueron elementos determinantes en la constitución de la ideología de los juarenses, antiguos y contemporáneos. Enrique Krauze (1986) y Ernesto Azuela (1990) hallan en estos elementos la clave que guía el desarrollo político de los chihuahuenses. El necesario vínculo entre el carácter político de la acción colonizadora, sus condiciones económicas y el medio geográfico y ecológico es un rasgo de la cultura que allí se forma. La guerra resultaba un aspecto fundamental en las exploraciones del norte, pues era necesario asegurar la tranquilidad de las regiones mineras septentrionales, donde la colonización, la exploración y el establecimiento de los presidios eran parte de una misma estrategia (Azuela, 1990: 32-34). La condición de frontera y lugar de tránsito del asentamiento es la base de la organización del sentido que da coheren- 149 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15. ENERO-JUNIO DE 1996 cia a ese mundo inhóspito: el ambiente ecológico semidesértico, con suelos áridos y clima extremoso, y la guerra conformaban un reto de supervivencia a los colonizadores, que marcaba el proceso de apropiación del espacio, no sólo en un plano material sino además ideológico (Ibidem: 39 y ss),4 expresado durante la guerra de Independencia, cuando los chihuahuenses se opusieron a los insurgentes porque se sentían ajenos a la estructura novohispana. Surge desde entonces el sentimiento de oposición al poder central, pues los intereses locales no sólo han sido diferentes sino, en ocasiones, encontrados a los nacionales (Krauze, 1986: 116). Cuando termina la guerra de invasión estadunidense se creó un nuevo tipo de frontera, en la que los fenómenos políticos nacionales repercutían de manera especial en El Paso del Norte y lo hacían más vulnerable en su economía (Azuela, 1990: 47 y ss).5 Sin embargo, la sinuosa trayectoria económica que seguiría la ciudad no fue óbice para consolidarse, no sólo como un centro poblacional de primera importancia nacional, sino además como un lugar de una fuerte proyección política. La identidad regional tuvo sus efectos cuando un sector social dominante, consolidado y compuesto por grupos representativos de la "sociedad moderna" (educados, con ingresos altos e insertos en una activa economía de mercado), enfrenta una fuerte crisis económica y política. Este sector social ha sido el más susceptible a las consecuencias 4 5 6 de la crisis, y ha fungido como el más activo catalizador de la identidad regional. Hay varios periodos en la historia de la ciudad en los que se combina de manera acentuada el binomio auge-crisis.6 Tal vez los años en los cuales se han sentido con mayor intensidad las situaciones críticas, precedidas por épocas de auge, hayan sido 1848, cuando se definió la frontera internacional luego de la guerra de invasión estadunidense; 1905, con la derogación de la ley de zona libre de la frontera mexicana; 1930, tiempo de fuerte depresión en Estados Unidos, y 1982, año de impactantes devaluación y crisis económicopolítica nacionales. Dada su situación de frontera, Ciudad Juárez ha sido un centro turístico e industrial de gran importancia. Ya en 1930, la actividad comercial empleaba a 1 800 personas y la industria a un número similar de obreros, y la ciudad se había convertido en el mayor centro urbano de la frontera y ocupaba el decimosexto lugar en población en el país. Sin embargo, las consecuencias de la gran depresión de 1929 (el súbito decremento del turismo, la devaluación del peso en 38 por ciento y la llegada entre 1930 y 1934 de medio millón de mexicanos desde Estados Unidos) arruinaron su economía. Su situación crítica permaneció durante el régimen del presidente Cárdenas, agudizada por la prohibición legal a la operación de centros de juego y de placer en la nación (Castellanos, 1981: 104, y Martínez, 1982: 111). Con el tiempo, gracias a la cercanía con el Río Bravo, la población transformó la zona en un valle fértil, con abundante agua, donde se producía maíz, frijol y uvas. Al definirse como nueva frontera el Río Grande, por el tratado Guadalupe-Hidalgo de 1848, El Paso del Norte queda en territorio mexicano, y del otro lado del río, las pequeñas comunidades que formaron El Paso, Texas. Esta posición geográfica será determinante en el desarrollo económico de Ciudad Juárez. Sobre este peculiar desarrollo, los trabajos de Alicia Castellanos (1981) y Óscar Martínez (1982) han coincidido en lo condicionante de la economía estadunidense sobre Ciudad Juárez. Además, una conclusión común de estos autores es que los cambios políticos y económicos en cualquiera de los dos países repercuten significativamente en la dinámica social de la población juarense (de ahí el término de situación fluctuante). 150 VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO Empero, gracias a la coyuntura internacional, en 1940 se recuperó la economía de la región. A raíz de la Segunda Guerra Mundial, se multiplicó el número de soldados del otro lado de la frontera, quienes constantemente cruzaban el río en busca de los centros de diversión. Al mismo tiempo, aumentó el turismo de civiles, muchos de los cuales llegaron ahí para conseguir un "divorcio rápido" (uno de los más grandes atractivos para los extranjeros, provisto por la ley mexicana). La bonanza aumentó con la devaluación del peso en 1948, pues permitió la adquisición de mayores cantidades de mercancías a los visitantes estadunidenses, y la tendencia de crecimiento continuó con la siguiente devaluación, en 1954. Por otro lado, el Programa de Braceros, convenido en 1942 entre los gobiernos mexicano y estadunidense para paliar la falta de mano de obra en Estados Unidos, también favoreció la actividad económica en Ciudad Juárez, a tal grado que la ciudad tuvo un avance sin precedentes en el periodo de posguerra. En un plano nacional, en 1960 se convirtió en el principal polo de desarrollo de la zona norte, la cuarta ciudad más grande y el lugar de mayor tránsito fronterizo hacia Estados Unidos (Castellanos, 1981: 111, y Martínez, 1982: 157-158). Al percibir la creciente importancia económica de la frontera, en 1961 el gobierno federal instrumentó el Programa Nacional Fronterizo (Pronaf) en esa zona, cuyos propósitos principales eran: dotarla de más empleos, mejorar el nivel de vida de sus habitantes e integrarlos culturalmente a la nación. Aunque el programa logró el mejoramiento urbano, estuvo lejos de alcanzar sus objetivos: después de una década de vigencia, las transacciones comerciales con los extranjeros se deterioraron; es decir, los mexicanos fronterizos gastaron más en mercancías de Estados Unidos que los estadunidenses en mercancías nacionales (Martínez, 1981: 160-161). Con el Programa Industrial Fronterizo, de 1965, el gobierno federal reforzó el proyecto de formar polos de desarrollo para contrabalancear el déficit económico con el vecino país. El incremento de la industria, sobre todo de las maquiladoras, tuvo un fuerte impacto en la estructura socioeconómica de Ciudad Juárez, a la vez que impulso más su trayectoria modernizante, lo cual fue un factor para la constitución de nuevos grupos sociales identificados con la identidad regional. Así, la situación fluctuante se convertía en elemento potencial de conflicto. A) La sociedad civil Como sitio fronterizo y de intensa migración, Ciudad Juárez quedó expuesta a cambios rápidos y profundos. El arribo de capitales y de fuerza de trabajo propició una inusitada transformación económica y social. El desmesurado crecimiento poblacional y la orientación económica seguida desde la década de los setenta imposibilitaron el crecimiento de una tendencia de oposición política de izquierda, pero también afectaron la estructura política del Estado. La modernización se manifestó de manera especial no sólo en la ampliación de la estructura productiva industrial y de servicios, sino también en el cambio de actitudes religiosas que afectaron a la Iglesia. De inmediato, ésta tomo conciencia del problema y utilizó todos sus mecanismos institucionales para adaptarse a las nuevas condiciones. Ciudad Juárez ha tenido un crecimiento de población sumamente dinámico. Su condición de frontera y sus patrones de intenso intercambio de mercancías y servicios han hecho del lugar un gran centro urbano moderno. La magnitud del cambio demográfico puede apreciarse en el trabajo de Schmidt y Lloyd (1986: 38). 151 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 La tasa de crecimiento se ha elevado notablemente en los periodos de mayor demanda de mano de obra barata de la economía estadunidense. Desde la década de los cuarenta, con el establecimiento del Programa de Braceros, hay un ininterrumpido flujo migratorio, en ocasiones desbordante. La puesta en marcha de los programas Nacional Fronterizo e Industrial Fronterizo, en 1961 y 1965, respectivamente, constituyeron el principal estímulo de atracción de migrantes, pero también una nueva forma de articulación de la industria estadunidense con el Estado mexicano y los grupos empresariales locales. Además de ofrecer servicios a los extranjeros, la frontera empezó a disponer de abundante mano de obra barata para la industria maquiladora, la cual inicia una gran expansión a principios de los años ochenta. La migración ha sido un factor importante en el crecimiento de la ciudad. Según datos del municipio, en 1983 la población se calculaba en alrededor de un millón de habitantes y la tasa de crecimiento anual se proyectaba entre 5.5 y 5.74 por ciento en los siguientes dos años, La estructura urbana en el municipio se ha caracterizado por su intensa actividad industrial. Si bien el sector de servicios era el mayoritario en 1980, con 34 por ciento de la población económicamente activa, el secundario no era sustancialmente inferior, pues representaba el 29 por ciento de los ocupados (sin contar aquellos que no tenían una actividad especificada), en contraste con el sector primario, que sólo agrupaba al 3.1 por ciento de esa población (Carrillo y Hernández, 1985: 80). Tal transformación económica Ira afectado la forma de vida de la población, dadas las situaciones en que se realizó. Guillermina 7 Valdés-Villalva apuntó los factores del proceso por el cual Ciudad Juárez se convirtió de una zona predominantemente turística, agrícola y rural en una zona urbana e industrial: el crecimiento acelerado, la migración interna e internacional, la maquila de exportación y la venta de la fuerza de trabajo en el mercado internacional, a través de la incorporación a la línea de ensamble o a través de la migración no documentada. El cambio económico supuso una transformación, de capital agrícola y ganadero a financiero e industrial, lo cual produjo una recomposición de las fuerzas dominantes en el estado (1986: 1). El desarrollo económico alcanzado por Ciudad Juárez, por ese concepto, ha logrado un alto nivel de vida (de los más elevados en el país). Sin embargo, la relación dependiente de la economía mexicana con respecto a la estadunidense se ha convertido en el principal factor de su inestabilidad y de las poblaciones fronterizas en general. La industria maquiladora, la actividad de mayor peso económico en la zona, conlleva el riesgo de una alteración súbita cuando las condiciones del mercado internacional cambian. Además del impacto económico de las maquiladoras en la zona, hay un impacto cultural: se han modificado ciertos patrones de empleo y de consumo. Por una parte, la incorporación masiva de mano de obra femenina ha favorecido el incremento sustancial de los ingresos familiares y ha dado mayores posibilidades de participación política a las mujeres. Por otra, el mejoramiento económico ha ido acompañado de una valoración privilegiada de la capacidad de consumo.7 La instalación de maquiladoras ha sido de tal magnitud que ha bajado sustancial- Margarita Urías (1990) muestra la gran valoración que tiene la acción de consumir entre los juarenses, no sólo como medio de satisfacción de necesidades (creadas), sino como elemento de prestigio. Asimismo, la autora señala a esta acción como parte constitutiva de la identidad regional. 152 VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO mente el desempleo en la frontera: en 1970, Ciudad Juárez, Tijuana y Mexicali acaparaban el 53.6 por ciento de los desempleados y el 34.3 por ciento de los subempleados, y una década después los índices de desempleo llegaban a su mínima expresión. Simplemente, desde 1977 hubo un promedio de crecimiento de 13.4 por ciento anual en la industria maquiladora, a pesar de la recesión estadunidense, en buena medida por la constante devaluación del peso (Carrillo y Hernández, 1985: 83 y 101). El crecimiento económico venía influyendo en la situación política de Ciudad Juárez: por un lado, la posibilidad de acceso a productos y servicios de un conglomerado humano, que en la mayoría de los casos estaba impedido para hacerlo, alejaba "el peligro" de una reacción contestataria de los sectores populares. Por otro, la expansión de los grupos económicos dominantes y su área de influencia permitía trazar una orientación política de acuerdo a los intereses de estos grupos. Pero fue en la década de los sesenta cuando ocurrieron los hechos que provocaron una agitación fuera de lo común en la entidad. El asalto de guerrilleros al cuartel de Ciudad Madera, el 23 de septiembre de 1965, fue el inicio de la formación de una corriente izquierdista que tuvo influencia en medios universitarios y laborales, sobre todo en la capital del estado.8 A partir de entonces se formó el grupo "Ignacio Ramírez" (mejor conocido como "Los Nachos"), instalado en las escuelas normales y, posteriormente, en la universidad. Dada su radicalidad (alentaba a sus miembros a incorporarse a la lucha armada contra el gobierno), la represión estatal en 8 su contra adquirió rasgos inusualmente violentos. Como núcleo organizativo del movimiento estudiantil de 1968 y de varias colonias populares —entre las cuales la más conocida fue la Francisco Villa—, el grupo era constantemente perseguido por los cuerpos policiacos. Gracias a la fuerza que adquirió la izquierda en la universidad, el movimiento estudiantil no fue inmediatamente desmantelado. En gran medida, por esa razón, a principios de los años setenta había una intensa actividad política en la entidad: con el intento frustrado de un triple asalto bancario simultáneo, en enero de 1972, por un grupo guerrillero, se formaba la principal organización política de esa tendencia hasta el día de hoy: el Comité de Defensa Popular (CDP). Sin embargo, el auge duró poco: las diferencias ideológicas entre los líderes de las organizaciones integrantes del Comité, en 1974, ocasionaron su ruptura. Quedaron escindidos la colonia Francisco Villa, el Movimiento Sindical Ferrocarrileros y los grupos universitarios. Además de las pugnas entre grupos de izquierda, la debacle comenzó con su expulsión de la universidad. El gobierno estatal y las agrupaciones empresariales tomaron cartas en el asunto para disolver los focos izquierdistas, mediante campañas y el apoyo a sectores estudiantiles oponentes. Desde 1976, por las continuas fricciones entre sus sectores, el CDP quedó integrado sólo por colonias populares. Se alejó de los partidos y continuó creciendo exclusivamente en esos ámbitos. Pero en la década de los ochenta, mientras que el PAN se convertía en una fuerza política dominan- Rubén Lau (1986), Víctor Orozco (1986), Javier Contreras (1987) y Jorge Fuentes Morúa (1989) describen este proceso. Coinciden en que fue la época de mayor expansión de la izquierda en Chihuahua en tiempos posrevolucionarios, pero dadas las condiciones en que se desenvolvió no fue capaz de incrementar su considerable fuerza política. Orozco considera que la izquierda tuvo la posibilidad de ganarle la hegemonía al PRI, mas su obcecado rechazo a participar en las elecciones y sus pugnas internas le hicieron perder la oportunidad de lograrlo (1986: 108). 153 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 te, el Comité se transformaba prácticamente en un décima parte de las 300 maquiladoras existentes tenía, a grupo de interés, a tal grado, que llegó a ligarse o a fines de los años ochenta, un sindicato (Azuela, 1990: apoyar al PRI en los procesos electorales con el fin de 126). obtener prebendas económicas. Con este panorama, el afianzamiento de los grandes Ciudad Juárez sigue un proceso similar al de la grupos económicos no sólo dio como resultado un capital del estado, pero no tan intenso. El CDP llegó a incremento en su participación en las decisiones establecerse públicas, sino también su hegemonía política en la ahí en las mismas circunstancias anteriores: a través de la formación de colonias y de sociedad juarense. contactos entre estudiantes y maestros. Como lugar Los grupos empresariales contaban ya desde los absorbente de migrantes, Ciudad Juárez fue terreno años cuarenta con una red de relaciones sociales, propicio para el establecimiento del CDP por medio de formada la invasión y la fundación de colonias populares, y para económicas de la ciudad, y su influencia ha variado de establecer una relación clientelar con el gobierno acuerdo con la importancia coyuntural que han tenido. municipal y así obtener concesiones para sus miembros, Aunque en sí mismos constituyen importantes grupos como regularización de predios, placas para taxis y de presión, han tenido un notable impacto cultural, pues permisos para vendedores ambulantes (Lau, 1986: 38 y son vistos como los impulsores directos del triunfo ss). En 1985 llegó a agrupar unas 19 colonias, con una económico de la ciudad (Azuela, 1990: 1 16 y ss). población de entre 30 y 40 mil habitantes. alrededor de las distintas actividades El hecho social más significativo del crecimiento de Sin embargo, con el proceso de modernización estos grupos es su impacto en la sociedad civil juarense. económica, el desarrollo político en Ciudad Juárez No solamente es su poderío económico lo que los hace empezó a caracterizarse por la dispersión de las fuerzas influyentes en sí, sino su penetración ideológica: e! izquierdistas, por la pérdida de poder político del PRI y conjunto de organismos sociales que se generan se por el ascenso de los grupos empresariales. transforma en el mejor medio para legitimarse. Con ello Una explicación elemental del fenómeno es que la se ha transmitido a otros sectores sociales la modernización, por una parte, disolvió al grupo asociatividad, de tal forma que se ha hecho más eficaz corporativizado más confiable para el PRI: el la red de poder. campesino tradicional. En un centro tan urbanizado, la Lo múltiple y numeroso de las asociaciones agricultura se convirtió en una actividad con [poco voluntarias, y su desligamiento del Estado, se ha empleo de mano de obra, debido al alto grado de vinculado al disfrute del tiempo libre. Tal vez por lo mecanización, y el componente campesino se diluyó mismo se ha incrementado la capacidad para generar prácticamente nuevas prácticas v formas de vida social (Ibidem: 142 y en una ciudad de tan grandes dimensiones. Y a pesar de la presencia de tres organizaciones laborales priístas, la Confederación de Trabajadores de ss). Prácticamente, las asociaciones voluntarias actúan en todos los ámbitos de la sociedad civil y agrupan a los diversos sectores sociales de la localidad. México (CTM), la Confederación Revolucionaria de Obreros Mexicanos (CROM) y la Confederación Revolucionaria de Trabajadores (CRT), solo la 154 B) El proceso social de la Iglesia La diócesis de Ciudad Juárez fue eligida por Pío XII el 10 de abril de 1957. La nueva VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO jurisdicción quedó como sufragánea de la arquidiócesis de Chihuahua. Monseñor Manuel Talamás Camandari fue su obispo desde esa fecha hasta 1993, cuando se jubiló. Como escritor de un gran número de libros y constante articulista en periódicos de corte nacional y regional, y como participante en el Concilio Vaticano II, el obispo imprimió un profundo sentido de renovación. Los cambios litúrgicos, la apertura al diálogo con el laicado y la búsqueda de un orden social (cristiano) justo, como puntos centrales del Concilio, fueron asumidos por él en una sociedad con un intenso crecimiento, un agudo padecimiento de todo tipo de problemas urbanos y un alto grado de secularización. En 1971, influido por la corriente de renovación eclesiástica en América Latina, Talamás reordenó su diócesis de acuerdo con los planteamientos de la Teología de la Liberación. Si bien en el transcurso de esa década modificó su postura pastoral inicial, conservó un aspecto primordial de ese discurso: la denuncia de lo injusto, de lo contraevangélico (en el contexto social). La mezcla de un discurso radical y de una ortodoxia inobjetable, en la segunda mitad de los años setenta, fue tal vez la clave de la eficacia de su pastoral. Desde luego, el desenvolvimiento de la diócesis debe verse también en el contexto religioso de la región. El catolicismo en el estado de Chihuahua, desde su fundación, ha tenido una escasa relación con la estructura eclesiástica del centro del país, es decir, la influencia de los cleros de las principales diócesis (en especial de Jalisco y Michoacán), a través del envío de obispos y sacerdotes, no llegó a aquella zona. A la vez que quedó indemne de tradicionalismos típicos, hubo allí la formación de un clero sustancialmente local (Krauze, 1986: 124). Ambos aspectos se entrecruzaban con una estructura gubernamental (en la entidad) exenta de jacobinismo, pero secularizante.9 Todo esto, en su conjunto, dio como resultado la formación de un catolicismo más abierto y susceptible de ser renovado. El obispo comenzó a impulsar las Comunidades Eclesiales de Base (CEB's) y a adoptar los postulados de la Teología de la Liberación: se volvía así un crítico de la situación social imperante. Es precisamente en el trazo de esa línea pastoral cuando se publica el comunicado del obispo y los sacerdotes de Ciudad Juárez sobre los hechos violentos que ocurrían en el país y en la entidad, al mismo tiempo que el arzobispo de Chihuahua y su presbiterio hacían público un documento similar. El escrito tuvo una resonancia nacional inusitada, por los motivos señalados y por lo directo y radical de su lenguaje. El hecho resultaba extraordinario porque, fuera del obispo Sergio Méndez Arceo, ninguno de los prelados mexicanos había hablado públicamente como lo hicieron Talamás y Almeida: resultaba, a los ojos del Estado, una irritante crítica. El documento de Talamás y sus sacerdotes apareció, en varios diarios locales y nacionales, el 9 de febrero de 1972. Se refería a los asaltos y secuestros ocurridos en ese tiempo —en particular, al triple asalto de Chihuahua, donde fueron muertos guerrilleros y estudiantes que pretendían robar bancos, como parte de una táctica revolucionaria— y a la situación política prevaleciente en el país.10 Ahí los clérigos juarenses señalaban, de entrada, su deber de ejercer una misión profética de denuncia de la situación de pecado que vivía el país a partir del movimiento estudiantil de 1968, pues la versión 9 Comunicación personal de Zacarías Márquez, cronista de la ciudad de Chihuahua. 10 La revista Christus, núm. 437, de abril de 1972, publicó los dos documentos y varios comentarios al respecto. 155 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 oficial y de los medios de comunicación sobre los hechos era falsa, ya que los asaltos y secuestros no obedecían a simples acciones delictivas sino, más bien, a una desesperada aspiración por la justicia y la libertad que el sistema negaba sistemáticamente. Denunciaban, en consecuencia, la explotación y manipulación política del pueblo, así como la falta de oportunidades de las masas para educarse, y exhortaban a todos los sectores sociales a ejercer la autocrítica y a comprometerse a cambiar la realidad social. La postura del clero juarense ocasionó desavenencias entre los sectores conservadores locales: el obispo empezó a ser calificado de comunista, se hicieron pintas en varias partes de la ciudad y como represalia fue separado de "Signo de los tiempos", el programa televisivo a su cargo. Por otra parte, el clero empezó a penetrar en los sectores populares de acuerdo a la nueva línea pastoral, con la cual pretendía crear una conciencia crítica y de participación política. Sin embargo, había un obstáculo que la Iglesia no podía salvar para conseguir una proyección social amplia: los sectores medios." Probablemente, éste fue el elemento central de un progresivo cambio de la línea pastoral a finales de la década de los setenta: el escandaloso alejamiento de los sectores medios (sobre todo jóvenes) de la Iglesia obligó a reconsiderar la línea pastoral adoptada por la diócesis. Los sectores medios constituían los cuadros en los que se apoyaba la institución. La intensa secularización —por el impactante cambio demográfico y económico y por su cercanía a Estados Unidos— y la falta de un discurso clerical atractivo para ellos los hacían indiferentes o los motivaban a adoptar otra religión. 11 156 La diócesis se quedaba a medio camino: aunque se establecieron muchas CEB's y se eliminó el estipendio (cobro por los servicios del clero en la administración de los sacramentos) a partir de 1974, el plan quedó inconcluso porque no pudo instrumentarse una línea pastoral que englobara una reflexión y acción coordinadas desde el clero, tal vez debido a la indefinición que provocaba la falta de apoyo de los cuadros eclesiales. No obstante el debilitamiento de esa línea pastoral, mas no su anulación, el obispo conservó la idea de promover, en las tareas de evangelización, el compromiso social. Al abandonar el marco de la Teología de la Liberación, la diócesis fue modificando su propósito de dotar de conciencia crítica a sus feligreses, con la intención de fomentar la concientización cívica. Éste fue el sentido del desarrollo posterior que atraería con mucho más fuerza a los diferentes sectores de la localidad. Este cambio tiene lugar a mediados de la década de los setenta, tanto en Chihuahua como en Ciudad Juárez. Entre las múltiples declaraciones que hacían notar la situación crítica de la Iglesia, la Primera Carta Pastoral del arzobispo Almeida señalaba: (...) ante tantos cambios en nuestro mundo actual, el cristiano con una fe inmadura o hasta infantil vive desconcertado, desorientado, y aun llega a perder la fe o está en peligro próximo de perderla. Los jóvenes, mayoría en nuestro país y en nuestra diócesis (...), están ausentes prácticamente de la Iglesia y por su inestabilidad e inmadurez son mas afectados negativamente por esta situación. Hemos constatado, además, la ausencia casi total del laicado en la Pastoral Una buena parte de la información y algunas ideas sobre el desarrollo de la Iglesia juarense se las debo a la doctora Guillermina Valdés-Villalva, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte, lamentablemente fallecida en 1992. VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO Diocesana. Esto es consecuencia de lo anterior [1975: 1]. Por consiguiente, el clero chihuahuense se proponía emprender una nueva evangelización que tomara integralmente al hombre, donde participaran todos los miembros de la Iglesia, obispos, presbíteros y laicos, con una programación bien diseñada en un periodo de tres años. Entre los objetivos planteados, resaltaban: hacer que los católicos conocieran y supieran manejar la Biblia, formar en cada parroquia núcleos laicos que planificaran las actividades de evangelización y lograr que las comunidades cristianas maduraran en su conciencia de Iglesia y se reprodujeran (Ibidem: 11-12). Esto significaba introducir cuadros eclesiales en todos los ámbitos sociales e incorporar masivamente a los laicos con capacidad de tomar decisiones en las tareas de la institución (hecho inusual en el medio eclesiástico mexicano). Ésta fue la estrategia seguida, en la medida en que se definía la intervención de la Iglesia en el desarrollo sociopolítico. Tres años después, en su Segunda Carta Pastoral, Almeida observaba que se habían conseguido resultados alentadores, pero los creía insuficientes. Para lograr "una evangelización integral y encarnada" se requería de la formación de cuadros con una amplia capacidad para analizar la realidad social, a través del manejo de técnicas y de elementos de las ciencias sociales. Esto llevaría a fundamentar la exigencia de la conversión y reconciliación con Dios, así como la solidaridad y esfuerzo para cam biar estructuras económicas, políticas, sociales, religiosas y culturales, opresoras y destructoras de la persona humana (1978: 7 y 15). El reforzamiento de la penetración eclesiástica en la sociedad chihuahuense vino a darse con la acelerada y extensa difusión del Movimiento de la Renovación en el Espíritu Santo, constituido por los llamados "grupos carismáticos", cuyo florecimiento en las dos diócesis permitió establecer un contacto estrecho entre organizaciones eclesiales y la sociedad civil. En esta zona, el afianzamiento de estos grupos, en 1974, coincidió con la gran preocupación del clero por el avance de grupos no católicos. Por sus prácticas, muy semejantes a las de los grupos pentecostales protestantes, el Movimiento Carismático empezó a ser visto con malos ojos dentro de la Iglesia, que entonces realizaba una pastoral de compromiso social; además, era criticado, precisamente, por su despreocupación social. El rechazo de la institución al movimiento se fundaba en su sensacionalismo y en su autonomía: sus sesiones de oración (donde supuestamente, a través del Espíritu Santo, se realizaban todo tipo de curaciones y se otorgaban diversos dones, como el de glosolalia —de lenguas—) y su organización, independiente del clero, lo hacían sospechoso de atentar contra la ortodoxia católica.]Sin embargo, el gran crecimiento del grupo en los sectores medios y altos motivó a la jerarquía de ambas diócesis a establecer un control en su desempeño, aceptándolo como parte de la estructura eclesiástica. Una vez autorizado por la 12 La Renovación en el Espíritu Santo aparecía en la Iglesia católica en el verano-otoño de 1966, durante el Congreso Nacional de Cursillos de Cristiandad en la Universidad de Duquesne del Espíritu Santo, en Pittsburgh. En 1967 empezó su extensión a otros países, de tal manera que actualmente existe en casi todos los países católicos (Carrillo Alday, 1985: 16-18). En México se estableció en 1970, en la capital de la República, donde se formó el principal centro difusor del movimiento en el país, aunque probablemente a Chihuahua llegó directamente de Estados Unidos. 13 Notidiócesis, 9 de enero de 1977. 157 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 institución, el movimiento carismático devino instrumento eficaz para formar vínculos orgánicos entre la Iglesia y muchos grupos sociales, y a la vez le dio un impulso adicional para su extensión. En cierto modo, la creación del movimiento carismático era una respuesta de la Iglesia católica a la extensión del pentecostalismo protestante en el mundo. El alto contenido de catarsis de las prácticas pentecostales era el elemento de atracción de sus miembros. Sin embargo, aquí el movimiento entró en una dinámica de "nueva evangelización", la cual insistía en incluir una concientización cívica, cuyo instrumento era el Sistema Integral de Evangelización (SINE), que se hacía extensivo a todos los ámbitos eclesiásticos. Así, la participación de amplios grupos de los sectores sociales medios y altos, permeados por una "conciencia evangélica", en ambas diócesis, los animó a una participación política, cuando la crisis económica los afectaba. Por consiguiente, las diócesis de Chihuahua y Ciudad Juárez se caracterizaron por la singularidad de combinar dos tendencias pastorales que parecían contrapuestas, la de la Renovación en el Espíritu Santo y la de la Teología de la Liberación, con el doble propósito de hacer eficaz su presencia social en la sociedad local y de desintegrar, como tales, a dichas tendencias. Es decir, con el SINE se tomaron aspectos centrales de ambas (p.e., la intensidad y la expresividad en la oración comunitaria de los carismáticos y el énfasis en la concientización y acción sociopolítica de los liberacionistas), pero también se eliminaron los riesgos que contenían, como el de la insistencia en los actos sobrenaturales de los "renovados" y la 14 158 radicalidad social de los liberacionistas. La creatividad que con esto se realizó condujo al fortalecimiento interno de la Iglesia local y a su amplia proyección social en la década de los ochenta. III. Movimiento social y acción eclesiástica Una vez que la crisis económica afectó de manera particular al conjunto de la población juarense, la articulación de valores ideológicos reafirmó la identidad regional. El alto grado de asociatividad, encabezado por los grupos empresariales, fue fundamental en el encauzamiento del malestar social. La Iglesia, por su parte, también como centro de asociatividad, impulsó la participación política de oposición suministrando una valoración ética a las acciones ciudadanas. Como antes se señaló, las asociaciones voluntarias han invadido todos los espacios de la vida social de la ciudad. Importa destacar que la asociatividad ha sido el medio privilegiado para tejerse una nueva red de poder y para cohesionar una oposición política de grandes proporciones. Quizás el efecto más relevante de la amplia ocupación por la sociedad civil de espacios tan significativos como el de la atención a grupos desvalidos y la organización de amplios conglomerados con fines comunitarios haya sido el gran debilitamiento de la normatividad de las instituciones estatales en la región, en especial del PRI. Por otro lado, la crisis en Chihuahua impactó más por la interpretación que de ella hicieron los grupos empresariales que por la afectación de la economía familiar María Cristina Díaz de la Serna (1985) establece una correlación entre la crisis del catolicismo y el surgimiento del pentecostalismo católico en la década de los sesenta. En México, según la autora, ha sido un medio muy eficaz para atraer a sectores medios y altos hacia la estructura eclesiástica. VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO de la población. Dicha interpretación señala, llanamente, que la crisis es producto de la corrupción gubernamental y del dominio político del PRI (Aziz, 1987b). La lucha electoral se vuelve, entonces, un receptáculo privilegiado del descontento, donde se aglutinan dos elementos centrales en la promoción de un movimiento social: el propósito de democratización efectiva y el consenso alrededor de ese propósito. En estas circunstancias emerge una identidad regional que impugna agresivamente los mecanismos políticos surgidos del centro. A) La proyección de la Iglesia La decada de los ochenta es de fortalecimiento de la Iglesia juarense, aunque, paradójicamente, esto ocurre con dos fenómenos paralelos que han sido preocupación y motivo para actuar cada vez con mayor dinamismo: el avance de la secularización y la penetración de las llamadas "sectas protestantes" en la sociedad local. Lo anterior quedó de manifiesto con los continuos pronunciamientos del clero, particularmente del obispo, en los cuales reprobó la exclusión de la religión (católica) en la vida de individuos y grupos y la proliferación de confesiones diferentes. En estos pronunciamientos yacía el interés de la institución en tener una mejor posición política para atacar las tendencias anticatólicas: de ahí su constante exigencia de modificar la Constitución. En este sentido, la actividad denunciante de la Iglesia deviene mediación para ser parte principal del proceso social. El discurso contra el divorcio de la fe y la vida pública viene a ser el enlace con el discurso en favor de la justicia y la democracia. En el aspecto secularizante, el avallasamiento de la industria maquiladora en la 15 vida de la región ha sido visto por la Iglesia local como su mayor peligro: las posibilidades de un ingreso seguro de las trabajadoras, a veces mayor que el de los varones, ha vuelto más frágil la consistencia de la familia y ha motivado un comportamiento sexual relajado en las mujeres; también el trabajo enajenante propio de ese tipo de actividad ha absorbido una gran parte del tiempo que podría ser dedicado a las actividades religiosas.15 En cuanto a las "sectas", se ha desplegado no sólo un intenso trabajo pastoral, sino también una constante denuncia de su carácter alienante y extranjerizante para combatirlas. En este contexto, el clero ha desarrollado una intensa actividad para recomponer la estructura eclesiástica y, así, tener una mejor posición para realizar su labor apostólica. La incorporación de los grupos carismáticos en la estructura eclesiástica ha sido, quizás, el aspecto más relevante para llevar a cabo el plan de recuperación de la influencia social y de eliminación de las tendencias secularizantes. Precisamente, el SINE. apartó la tendencia política popular de algunos grupos carismáticos (y opacó el trabajo de las CEB's), pero a la vez instauró el mejor instrumento para una mayor proyección social de la Iglesia, al generar un vínculo con el proceso social de la región. Un aspecto central del SINE ha sido la "pequeña comunidad", en la que sus integrantes incorporan a su vivencia religiosa todas sus actividades cotidianas, y se vuelve el centro de acción, en el que se realizan asambleas y reuniones semanales "para reunirse en casa, en grupos más pequeños y homogéneos para orar y edificarse mutuamente"; así, poco a poco, el grupo se formará en una comu- Tal idea ha sido manifestada constantemente por los clérigos juarenses. 159 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 nidad pequeña o Iglesia doméstica (Carrillo Alday, 1985: 89-90). Por eso, activados en pequeñas comunidades, numerosos grupos de sectores medios y altos fueron parte importante de las bases de las organizaciones promotoras de la movilización social, con una orientación política diferente. En efecto, el empeño de la evangelización integral en mantener unidas la emotividad religiosa y la actividad cívica, así como la dinámica de organización centrada en el liderazgo, fueron ingredientes mediante los cuales se hicieron presentes los grupos contestatarios. Una vez reubicados los grupos carismáticos en la estructura eclesiástica, en 1983, el SINE los integró de lleno a las actividades pastorales de la diócesis. Uno de los principales organizadores locales en ese tiempo, el párroco del templo de la Sagrada Familia, fue quien hizo más dinámica la acción cívica de esos grupos. En una colonia habitada por alrededor de 60 o 70 mil personas, pertenecientes a sectores empresariales y de clase media, su parroquia se volvió el centro cohesionador multitudinario, al agruparlas en pequeñas comunidades. Siguiendo los cursos de evangelización impartidos en la parroquia, muchos de los líderes de las pequeñas comunidades se proyectaron a la vida política local. Sujetos más bien a una relación de clase social, los lazos religiosos se entrecruzaron con los de amistad y los económicos, y posibilitaron la expansión del movimiento. Con una generación de personas de entre 30 y 40 años, en estos grupos surge el liderazgo laico de la diócesis y el liderazgo de las organizaciones cívicas. 16 17 18 19 160 Con este fondo, las declaraciones del obispo se sustentaban en una amplia base y tenían una mejor aceptación en una época crítica, donde el descontento social se volvía agresivo. Monseñor Talamás abordaba públicamente asuntos donde la Iglesia "tenía obligación" de incidir, como en el caso de la educación, el proselitismo entre políticos y militares!1 y la solución de los problemas sociales (como parte de los objetivos del plan pastoral del Episcopado Mexicano); denunciaba el gran descontento, la decepción, la rebeldía y la falta de confianza, en la frontera, por la grave escasez de satisfactores;17 exigía restablecer los derechos políticos a los sacerdotes, la realización de elecciones limpias, el combate efectivo de la corrupción en México, la perfección de la democracia...18 Al mismo tiempo, el clero juarense seguía los lineamientos del prelado en la coyuntura electoral. Algunos sacerdotes expresaban claramente la posición de la Iglesia local ante los problemas políticos: exhortar al pueblo a recapacitar sobre sus obligaciones cívicas, denunciar la corrupción y el abuso de poder, hacer conciencia de los derechos cívicos y actuar conforme al mensaje de Cristo para construir la justicia a través de actos pacíficos.19 En este contexto, la exhortación pastoral del arzobispo Adalberto Almeida, "Votar con responsabilidad. Una orientación cristiana", del 15 de mayo de 1983, tuvo una gran aceptación entre los feligreses. El documento establecía que la Iglesia tiene la obligación de orientar a sus seguidores sobre los criterios para actuar políticamente; por tanto, era un deber votar. Pero el sufragar no era suficiente: los electores tenían la obligación de hacer respetar su Diario de Juárez, 19 de abril de 1983, y Excélsior, 16 de abril de 1983. Diario de Juárez, 14 de abril de 1983. Diario de Juárez, 18 de junio de 1983. Excélsior, 4 de julio de 1983. VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO voto contra posibles fraudes, orientando y, si el caso lo ameritaba, denunciando y destituyendo, mediante procedimientos legales, a los funcionarios que traicionaran las expectativas de los ciudadanos. En estas circunstancias, el cristiano debía preferir aquellos partidos que buscaran, no un simple reformismo, sino cambios profundos en las estructuras, y que respondieran a legítimas aspiraciones del pueblo para lograr una verdadera justicia social (Almeida, 1983). B) Crisis económica y rebelión electoral La expropiación de la banca en 1982, no la crisis, había causado estupefacción en el grupo hegemónico del empresariado nacional. Pero la crisis constituyó una condición por la cual los sectores empresariales cobraron relevancia como actores políticos. Las devaluaciones implicaron serios trastornos en la economía de los sectores más amplios de la población fronteriza. Acostumbrados a las cuentas bancarias y a realizar sus transacciones en dólares, los sectores medios de esta zona recibieron el más fuerte impacto del decreto oficial de transformación de las cuentas bancarias en dólares a pesos devaluados. El PAN se había distinguido por su acción a favor del orden legal y la defensa de los derechos ciudadanos. Tenía en Ciudad Juárez una larga trayectoria de lucha: había sido capaz de asociarse y participar en organizaciones de sectores populares, había desarrollado una estrategia exitosa de apertura a nuevos liderazgos locales y había innovado su acción en las campañas políticas, siempre centrándose en la oferta de un orden cuyos valores fundamentales han sido la religión y la familia (Azuela, 1990: 223 y ss). Como hecho inaudito en la historia política del país, el PAN triunfó rotundamente en las elecciones municipales de Chihuahua en 1983. Ganó los principales municipios del estado: Ciudad Juárez, Chihuahua, Delicias, Camargo, Meoqui, Parral y Casas Grandes. A la derrota del PRI se sumaron la victoria del PSUM en Zaragoza, la del PST en Cuauhtémoc y la del PPS en Coronado. El antecedente del proceso electoral donde se disputaban las presidencias municipales y las diputaciones locales era la formación del Frente Cívico para la Participación Ciudadana (FCPC), a raíz de la nacionalización de la banca, compuesto por un activo núcleo empresarial, cuyos principales animadores fueron Francisco Villarreal (afectado por la expropiación de una mueblería de su propiedad por estar ligada al banco Comermex), José Cuarón Vejar (propietario de ferreterías y madererías), Federico Barrio Terrazas (ejecutivo del grupo Bermúdez) y Alfonso Murguía Valdez (propietario de la cadena de Casa de Música y concesionario de gas licuado). La acción de los ciudadanos no menguaba después de la instalación del ayuntamiento panista, que se veía como el producto de una efectiva democratización. En 1983 había una gran confluencia de jóvenes de clase media en el PAN, pues eran motivados por el amplio margen de participación en la toma de decisiones y por la posibilidad de ocupar puestos directivos a través de procedimientos democráticos en ese organismo. Muchos de esos dirigentes panistas provenían de diferentes asociaciones voluntarias, lo cual favorecía la actividad partidista. Así, la idea del Frente Cívico de postular a Francisco Barrio como candidato del PAN a la presidencia municipal fue un elemento muy importante de atracción de muchos grupos de jóvenes, dada la extensa red en la que ese candidato se movía, sobre todo como miembro del Movimiento Carismático. 161 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Junto con él, los candidatos a diputados del mismo partido triunfaron en los dos distritos electorales de la localidad, el IV y el XIV. Pero el PRI, aduciendo irregularidades, impugnó el distrito IV, y la Comisión Estatal Electoral lo "congeló", lo cual significaba que esa curul quedaba vacante. Esto se explicaba en función de que el PRI necesitaba mantener por lo menos las dos terceras partes del Congreso local para tomar decisiones importantes, y con e! congelamiento evitaba que el PAN (al obtener cinco curules de 14) pudiera anular las iniciativas del PRI. Una vez congelada dicha curul, el PRI tenía las manos libres en el Congreso. Como se verá, esto ocurrió con la reforma de la ley electoral estatal. Este acontecimiento forma parte importante del proceso de movilización social posterior, pues una vez que se decidió la nulidad de las elecciones en el mencionado distrito, el 6 de diciembre de 1984, el alcalde Barrio estimuló la participación ciudadana al realizar una breve huelga de hambre, con el fin de reunir las 44 mil firmas (el número de votos obtenidos por el PAN en el distrito) que evidenciarían la acción fraudulenta de la Comisión. La huelga tuvo éxito: reunió 46 mil firmas.20 El indicador de que realmente se había desencadenado un proceso social era la presencia de fuerzas sociales decididas al cambio, pues, no obstante que en el origen del Frente Cívico existía la idea de un instrumento del empresariado para presionar al gobierno, se desenvolvió como organización de defensa ciudadana. Efectivamente, el conjunto de empresarios fundadores reaccionaba contra la medida gubernamental de la nacionalización de la banca y no por su afectación de la crisis, ya que los grandes comerciantes y los asociados de las maquiladoras se beneficiaban con la devaluación del peso. Muy pronto empezó a verse que la mayor parte de los empresarios, particularmente los más prósperos, se desligaban de la acción ciudadana y volvían a vincularse al PRI, cuando el gobierno intentaba por todos los medios reconciliarse con el sector empresarial. En gran medida, los comprometidos en la acción ciudadana eran los pequeños y medianos empresarios agrupados en la Coparmex,21 junto con numerosos grupos de profesionales. No obstante las dificultades a las que se enfrentó el ayuntamiento panista, conseguía mantener un creciente consenso entre la población: el respaldo de las asociaciones constituyó un ingrediente fundamental en la movilización de 1986. Respecto a la acción eclesiástica en favor del PAN, las denuncias del PRI tenían un efecto contrario al que pretendía lograr: los argumentos de la Iglesia, con una gran cobertura en los medios locales de información, aparecían como más aceptables frente a la posición priísta. Desde un principio, después del proceso electoral, el PRI municipal pidió a la Secretaría de Gobernación sanciones legales para la Iglesia, porque su intervención había sido la causa del triunfo panista. Se esgrimía el argumento de que las homilías y los mensajes eclesiásticos eran políticamente manipuladores, y que el clero estalla incitando a la violencia social. En la misma dirección se expresaban el PPS, el PST y el PSUM, los cuales también acusaban 20 Sobre los acontecimientos, Alberto Aziz (1987c: 45-56) presenta una cronología basada en datos de Información Procesada de Chihuahua. Salvo indicación contraria, los hechos aquí referidos son los consignados en esta fuente. 21 Según información de un empresario de la Coparmex, entre 300 y 400 empresarios estaban afiliados a esta organización. 162 VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO a los empresarios de haber incitado a sus trabajadores, dándoles un día de descanso, a votar por el PAN. El prelado de Ciudad Juárez, por su parte, insistía en que la Iglesia no apoyaba al PAN, sino que sólo exhortaba a la población a hacer uso del voto, y la institución apoyaba la lucha contra la corrupción hasta sus últimas consecuencias, pues eran muy pocos los casos de corruptos enjuiciados. Al mismo tiempo observaba que, cuando los medios de difusión estaban en manos de grupos oligárquicos, era lógico que todos sus mensajes respondían a los intereses ideológicos y económicos de esos grupos.22 C) La coyuntura electoral de 1985 El ayuntamiento panista había logrado obtener una buena aceptación en amplios sectores populares de la ciudad, en parte, por la política de formar una organización reconocida por el ayuntamiento en los barrios y de reclutar a los "cholos" (bandas) para el cuerpo de la policía municipal y como grupos de apoyo. La popularidad del alcalde crecía por sus novedosos procedimientos. Su huelga de hambre (para reunir firmas con el fin de demostrar que la decisión oficial de anular las elecciones de 1983 en el distrito IV fue arbitraria), su constante invocación a Dios y su pública filiación a la Iglesia, a través de su "militancia carismática", eran elementos de atracción para el conjunto de la feligresía de la ciudad. En este sentido fue muy celebrado "el grito" del 15 de septiembre, cuando en los vivas a los héroes de la Independencia Barrio incluyó uno a la Virgen de Guadalupe. En consecuencia, los ataques a la política del ayuntamiento y a la utilización de los valores religiosos contribuían a definir y contraponer las posturas políticas en el 22 municipio. Desde una posición mayoritaria, se veía a los grupos ligados al panismo como emprendedores, honestos, místicos, democráticos, etcétera, y a los opositores como lo contrario. Las elecciones para diputados locales de 1985 constituyeron también otro elemento para dinamizar aún más la acción ciudadana. En primer término, porque los comicios estuvieron plagados de anomalías, y en segundo, porque la lucha para evitar el fraude condujo al surgimiento de más organizaciones cívicas. Los resultados oficiales no coincidían con los consignados en las actas del PAN. Aunque el PRI obtuvo nueve de las 14 diputaciones del estado, en Ciudad Juárez nuevamente el PAN ganó en los dos distritos electorales, pero la historia se repitió en el distrito IV, que fue "congelado" por supuestas anomalías en la votación. Esta maniobra también escondía el propósito del PRI de conservar las dos terceras partes en el Congreso local, con el fin de decidir cualquier disposición legal importante. En este caso, funcionó, en septiembre de 1985, para otorgar licencia al gobernador Óscar Ornelas, quien se abstuvo de contrariar los resultados de las elecciones de 1983. De otra manera, el PAN habría bloqueado la petición del gobernador para ausentarse de su puesto. También aparecía una correlación entre el proceso de la ciudadanía chihuahuense y la actividad de las diócesis de Ciudad Juárez y de Chihuahua. En ambos casos, muy relacionados, hubo un despliegue fuera de lo común en la dinámica de acción de los laicos (véase Guzmán, 1986). La Iglesia cobraba importancia por su discurso, que insistía en la participación civil y en el reclamo de los derechos. Con esto, era un hecho que la Iglesia impulsaba la Diario de Juárez, 1 de octubre de 1983. 163 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 acción del PAN (Aziz, 1987a) y se convertía en la Aceros principal promotora de la movilización social. Movimiento Democrático Campesino (generado en gran Chihuahua (entonces en huelga) y al Con la Tercera Carta Pastoral del arzobispo medida por las CEB's de Cuauhtémoc, Chihuahua, Almeida, de 1985, la pastoral social quedaba donde el sacerdote Camilo Daniel encabezaba las ma- organizada en comisiones, y se formaron equipos para nifestaciones de los campesinos). Los prelados se asesorar acciones, investigar la realidad social, pronunciaban en contra de la desigualdad social, del promover entre los cristianos las diversas formas de deslizamiento del peso y de la violencia contra el participación o comunicación de bienes, etcétera oprimido; (Ibidem: 99). se mostraban preocupados porque el pecado social Se trataba, entonces, de incorporar masivamente a seguía haciéndose más pronunciado, y alentaban a los los laicos a las tareas de la Iglesia. Las ofertas y la asistentes a seguir trabajando en la línea del compro- propaganda de los cursos bíblicos a distancia, los miso cristiano con los oprimidos (Guzmán, 1985: 3). cursillos de Cristiandad, los Caballeros de Colón, los En este orden de cosas, en marzo de 1986 fue Encuentros de Novios, los Encuentros Matrimoniales, redactado el documento "Coherencia cristiana en la el Grupo de Madres Solas Católicas, los grupos de política", de los obispos de Chihuahua, Juárez, Nuevo catequistas, el Movimiento de la Renovación en el Casas Grandes, la Tarahumara y Torreón, que Espíritu Santo, las Comunidades de Base, etcétera, continuaba la línea de la "Exhortación pastoral" del llenan los espacios sociales de esa zona.23 arzobispo Almeida, de 1983. El énfasis del documento Toda esta actividad se orientó, por un lado, a seguía siendo la crítica a la corrupción y a la combatir el proselitismo protestante y, por otro, a antidemocracia, pero además subrayaba el aspecto sobre reforzar la presencia eclesiástica en la vida pública. Por el cual se venía insistiendo para conseguir la mayor medio de esta organización también se creó una gran influencia social de la Iglesia en la sociedad moderna: la infraestructura para atender debidamente todas las lucha contra el laicismo. Basándose en los documentos actividades del Vaticano II, el escrito de los prelados aducía: pastorales; se formaron centros de evangelización y de capacitación, y se crearon cuadros El divorcio entre la fe y la vida diaria de muchos ligados al clero, a través de los laicos consagrados. Con esta proyección en la sociedad de Iglesia (cristianos) debe ser considerado como uno de los juarense, el obispo Talamás emitía críticas más severas más graves errores de nuestra época (...) Se al sistema político mexicano. Asimismo, en junio de equivocan los católicos que, influidos por una 1985, en un plano más amplio de la Iglesia ideología extraña a nuestra fe, piensan que pueden chihuahuense, los cinco obispos de la región norte, en entregarse totalmente a los asuntos temporales, por el se ejemplo los negocios y la política, como si estos no comprometieron a hacer explícita su fe apoyando a los tuvieran nada que ver con la autenticidad de su vida obreros de cristiana, o como si esta 23 164 encuentro de las CEB´s en Cárdenas, Véase el semanario Notidiócesis, a partir de 1983, en relación con la creciente actividad de los diferentes grupos eclesiales. Sobre la importancia de este semanario, cabe señalar que entre 1985 y 1987 tenía un tiraje de cerca de 30 mil ejemplares. VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO se redujera sólo a ciertos actos de culto, o al triunfo en esta ocasión hacía al proceso electoral cumplimiento de ciertas obligaciones morales en el sumamente competido y discutido. Aunque también ámbito individual. Es sumamente importante que los participaban otros partidos (PSUM, PMT, PST, PRT, PPS y católicos que militan en un partido político asuman PARM), todo se centraba en los dos principales. su identidad de miembros laicos del Pueblo de Dios, Pero, por otro lado, el centro político no estaba que es la Iglesia. Por eso, cumpliendo con un gozoso dispuesto a perder el control de la entidad. Las acciones deber pastoral, queremos ayudarles a recordar la que tomó para impedir la victoria panista eran maravillosa riqueza de esa realidad (Ibidem: 11-12). excepcionales: postulaba a un candidato conciliador (Fernando Baeza), En este contexto social, donde las fuerzas de la con un programa similar al de la oposición; realizaba sociedad civil juarense se habían adueñado de un una campaña con presupuesto ilimitado; ejercía un es- amplio espacio, la posición del Estado se complicaba. tricto control de la radio, la televisión y la mayoría de Las elecciones para gobernador en 1986 amenazaban los diarios estatales y nacionales; escogía mediante con ser otro impulso más determinante de la oposición elecciones a los candidatos a presidentes municipales para establecer un poder, si no opuesto, al menos (con la excepción de Jaime Bermúdez en Ciudad diferente al del Estado. Juárez); activaba a 36 mil promotores del voto para Para asegurar el triunfo electoral del PRI, las conseguir entre 360 y 540 mil sufragios seguros; autoridades federales tomaron dos medidas: el relevo desconocía a los representantes de casilla del PSUM; en del gobernador en funciones y la modificación de la ley fin, se preparaba un fraude a gran escala (Aziz, 1987c: electoral estatal. El gobernador en ese tiempo, Óscar 103). Ornelas, se vio obligado a pedir licencia para dejar el Era evidente que el PAN atraía más partidarios. No cargo, pues existía una clara presión desde el centro sólo en los mítines se percibía un mayor número de político del país. La reforma del código electoral estatal asistentes,25 sino en las manifestaciones cotidianas de simplemente ampliaba las funciones de la comisión ese tiempo. Aunque la infraestructura y organización electoral y restringía los derechos de los partidos en los del PAN eran insuficientes e incapaces de lograr la procesos electorales.-1 movilización, gracias a la intervención de organismos Tal vez en la historia política del país ninguna cívicos pudo desarrollarse como nunca una campaña elección para gobernador y presidentes municipales exitosa. Los jóvenes y las mujeres desempeñaron el había causado tanto interés en la nación como la de papel principal, pues formaron los componentes más Chihuahua en 1986. Dado que la oposición nunca había numerosos en las manifestaciones y en los actos ganado una elección gubernamental en el actual sistema cívicos.26 político, el hecho de que el PAN tuviera tantas expectativas de Debido a lo previsible que era el fraude electoral, las organizaciones de la sociedad civil configuraron una singular estructura 24 Sobre una crítica detallada a la reforma electoral, véase el texto de Vicente Jaime (1985). 25 Armando Revueltas apunta, por ejemplo, que en los cierres de campaña el candidato priísta reunió a 30 mil personas y, en cambio, el panista aglutinó a 80 mil (1986: 7). 26 Sobre este punto, véanse Acosta, 1986; Colude, 1986, y Revueltas, 1986. 165 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 organizativa que facilitó las protestas masivas posteriores. El Frente Cívico para la Participación Democrática, la Asociación Nacional Cívica Femenina, la Coalición de Comités de Vecinos, el DIHAC (Desarrollo Integral Humano A. C.) y el Colude (Comité de Lucha por la Democracia) lograron una gran motivación, en todos los ámbitos sociales, para actuar políticamente. Un hecho que favorecía más a la oposición fue el descubrimiento de la adulteración del padrón: había cerca de 150 mil domicilios de empadronados inexistentes. Aunque se cambió el padrón, la credibilidad en los resultados se hizo cada vez más tenue. Con esto, tres connotados panistas, Luis H. Álvarez, Víctor Manuel Oropeza y Francisco Villarreal, iniciaron una huelga de hambre, días antes de las elecciones, para protestar contra el posible fraude. Por otra parte, la huelga en la empresa Aceros de Chihuahua, en ese tiempo, era un foco de agitación (los trabajadores, en demanda de solución a sus peticiones, se desnudaban para ejercer más presión) y la acción del Movimiento Democrático Campesino, en el noroeste del estado, hacía ver mal al gobierno federal. Con todo esto, el movimiento electoral se fortalecía. D) El despliegue del movimiento Las elecciones de 1986 resultaron como se esperaban: llenas de irregularidades. Las cifras oficiales contradecían flagrantemente la tendencia que habían mostrado las elecciones anteriores, pues de 67 municipios el PRI ganó 65 (sólo en Nuevo Casas Grandes ganó el PAN y en Gómez Farías el PPS) y, desde luego, obtuvo la gubernatura y las 14 diputaciones federales. Con la recolección de firmas en la huelga de hambre de los panistas, los mítines de protesta por los resultados y la publicación de un desplegado casilla por casilla, comenzó la movilización. Los partidos opositores realizaron varios "enjuiciamien 166 tos" contra priístas y funcionarios fraudulentos. Se organizó una comisión popular para dictaminar las elecciones, integrada por profesionales, empleados y trabajadores con prestigio moral, como táctica de presión civil (Aziz, 1987c: 77-78). El Movimiento Democrático Campesino se convirtió en el organismo más activo contra el fraude electoral: impulsó el Movimiento Democrático Electoral (MDE), el cual fue el centro aglutinador de las organizaciones cívicas, y logró una proyección nacional. Los mítines multitudinarios se volvieron frecuentes y se crearon otros organismos de ciudadanos. En el MDE convergió prácticamente la sociedad civil organizada, conjuntamente con los partidos de oposición: muchos intelectuales, el Movimiento Democrático Campesino, el Frente Cívico para la Participación Ciudadana, muchos empresarios... y la Iglesia. El 10 de agosto, los panistas en huelga de hambre pusieron fin a su ayuno debido a las insistentes peticiones de personas y organismos movilizados. En un mitin multitudinario, Francisco Barrio, candidato panista, leyó un documento firmado por casi todos los partidos opositores en el que repudiaban a Fernando Baeza como gobernador. En estas circunstancias, el MDE se proyectaba como organismo nacional, al exhortar al pueblo de México a luchar organizadamente en todo el país por la instauración de una democracia pluripartidista, y convocaba a un foro nacional por la democracia (Guzmán, 1986: 86). La expresión más notable de la movilización fue la desobediencia civil: no pagar servicio de agua, sellar billetes con leyendas sobre el fraude, no consumir en negocios de involucrados en el fraude o que se anunciaran en radiodifusoras de la cadena Radiorama, paros empresariales, bloqueo a carreteras, bloqueo a puentes internacionales, cadenas humanas, retiros de fondos VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO bancarios, claxon de protesta, huelga de hambre, no pagar impuestos, bloqueo a oficinas públicas de recaudación de rentas y de Hacienda, y huelga de cultos.27 No obstante que Ciudad Juárez vivió en virtual estado de sitio desde fines de junio, las acciones ciudadanas no menguaron. En especial, la toma de puentes internacionales fue realizada por miles de ciudadanos, y sólo declinó cuando los dirigentes panistas suspendieron la movilización y los empresarios empezaron a presionar por las fuertes pérdidas económicas que tenían al impedirse el comercio con El Paso. E) La Iglesia en movimiento La convocatoria de la Iglesia a participar cívicamente trajo como consecuencia que también en el campo religioso se dirimiera el conflicto. La constante prédica del clero chihuahuense, de condenar al sistema por contraponerse a los valores cristianos, motivó la reacción de los partidarios del PRI para remarcar su confesionalidad católica. Por eso aparecieron eslogans y desplegados apócrifos, donde los priístas confesaban ser católicos practicantes. Incluso, el mismo candidato a la gubernatura lo hacía públicamente, hecho inaudito en la historia política del país. La Iglesia movilizó a todos sus cuadros en la protesta pública. Desde que se hizo el llamamiento de los obispos, en la reunión regional de las CEB'S, se logró cohesionar a todos los organismos eclesiales en una marcha por la paz y para demandar elecciones limpias.28 El 13 de julio el arzobispo Almeida, de acuerdo con los otros obispos chihuahuenses, hizo leer en todos los templos una homilía común donde se hablaba de vejaciones, maltrato, burlas y desprecio al pue blo de Chihuahua, y se denunciaba enérgicamente los hechos vergonzosos, la mentira, el fraude, el tortuguismo, la prepotencia de la fuerza pública, la suplantación de personas, el chantaje, las amenazas, y toda suerte de arbitrariedades en el proceso electoral. Al mismo tiempo, anunciaba el cierre de los templos al culto para el domingo siguiente (Guzmán, 1986: 76-77). Esta medida fue la más radical y la que ocasionó más convulsión en los medios oficiales. El gobierno federal desató una campaña en contra de la Iglesia y, por todos los medios posibles, intentó persuadir al clero chihuahuense de desistir de realizar el paro. Durante varios días, las estaciones de radio y televisión difundieron imágenes y mensajes del Papa relacionados con la prohibición expresa a los sacerdotes de intervenir en política, se realizaron marchas de católicos priístas para rechazar esa medida y se esbozaron amenazas gubernamentales. La única forma de detener la huelga de cultos fue la intervención del Vaticano, a instancias del secretario de Gobernación. El delegado apostólico recurrió a las más altas instancias vaticanas para que ordenaran a los clérigos chihuahuenses dar marcha atrás. El 19 de julio se anunció que se abrirían los templos al culto, pero Almeida señalaba, contrariado: "Nuestra denuncia, con respecto al fraude electoral, queda íntegra y avalada también por el Santo Padre, porque se trata de una gravísima violación de los derechos humanos que él constantemente ha denunciado, y con gran energía" (Guzmán, 1986: 79). Posteriormente, el 7 de agosto, los obispos Talamás y Llaguno (de la Tarahumara) 27 Sobre el desarrollo del movimiento, véanse, entre otros textos, Acosta, 1986; Colude, 1986; Moreno, 1986a y 1986b; Revueltas, 1986, y Contreras, 1987. 28 Notidiócesis, 6 de julio de 1986. 167 FRONTERA NORTE, VOL, 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 emitieron públicamente un juicio moral sobre el proceso electoral, donde condenaron las prácticas fraudulentas realizadas. Con esta medida se hizo manifiesto el apoyo de una gran parte de la estructura eclesiástica del país a los clérigos chihuahuenses: cerca de 20 obispos y sus presbiterios, el Secretariado Social Mexicano, los jesuítas, un sinnúmero de laicos y religiosas... La Comisión Diocesana de Laicos (que congrega a más de 10 agrupaciones) recabó más de 26 mil firmas para apoyar a sus pastores... La dirigencia del Episcopado Mexicano también manifestó su solidaridad en su impactante "Declaración de Guadalajara", donde se exhortaba a los católicos a defender sus derechos cívicos sin violencia.w Ya en un plano mucho menos agitado, el 4 de octubre los obispos Almeida, Talamás y Llaguno emitieron un documento, "Camino a la paz", a propósito del Día Mundial de la Oración, donde instaban a la ciudadanía a sumarse a la jornada de ayuno y oración por la paz, y donde se comprometían a trabajar por una evangelización integral para promover la dignidad del hombre y su realización como hijo de Dios, liberado de todas las servidumbres e idolatrías. Pero insistieron en que se continuaría en la construcción de la democracia.30 Con este razonamiento, en enero de 1987 se anunció la realización de los "talleres para la democracia" auspiciados por la Iglesia. Se llevarían a cabo en todas las parroquias de ambas diócesis, con el fin de seguir en la búsqueda de una democracia más perfecta para México. A pesar de los constantes ataques desde medios gubernamentales y priístas, dichos talleres se efectuaron con una buena audiencia. Sin embargo, con el paso del tiempo, la dinámica política de la Iglesia siguió los pasos de la sociedad civil. Ya atemperados los ánimos, las declaraciones de los eclesiásticos chihuahuenses bajaron de tono, pero no dejaron de insistir en sus posiciones contrarias al sistema político del país. Un aspecto significativo de todo este proceso fue la efervescencia de las actividades eclesiásticas en la región. Así, el arzobispo Almeida declaraba gustosamente que el Seminario había superado la crisis, pues muchos seminaristas se ordenaban sacerdotes y llegaba una buena cantidad de aspirantes; se realizaba el III Congreso Internacional de Evangelización (de los grupos carismáticos) en Ciudad Juárez, donde se lograron "curaciones" multitudinarias; se efectuaban reuniones nacionales y regionales de diversos grupos eclesiales, donde participaban miles de sus miembros; se emprendían campañas contra las sectas protestantes, de lectura de la Biblia, de promoción de la catequesis; se construían edificios que harían más eficiente la evangelización, etcétera. En Ciudad Juárez, la transformación de la Iglesia fue cualitativa más que cuantitativa.31 Su organización interna, el diseño de planes, la formación de grandes centros y su desplazamiento social la han hecho una institución con un gran poder de convocatoria. Movimiento Familiar Cristiano, Encuentros Matrimoniales, Cursillos de Cristian- 29 Sobre la movilización eclesiástica, véanse los números de Notidiócesis de julio, agosto y septiembre. 30 Notidiócesis, 18 de octubre de 1986. 31 Si relacionamos la infraestructura eclesiástica con el número de habitantes, no se aprecia la magnitud de su penetración en todos los grupos y ambientes sociales. Sus 64 sacerdotes, 169 religiosas y nueve religiosos, sus 34 parroquias, 14 capellanías, 59 capillas y 41 capillas foráneas (datos de 1988) son pocos elementos. Más bien, la multitud de organizaciones formadas entre 1976 y 1986 le han dado una tuerza y penetración social sin precedentes en su desarrollo. 168 VÍCTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO dad, Comité Diocesano de la Unión Femenina Católica Mexicana, Misioneros Populares, Hijas Católicas de América, Movimiento de Renovación en el Espíritu Santo, Adoración Nocturna, Obreros Guadalupanos, Damas Vicentinas y Comunidades Eclesiales de Base, entre otros, son los cuadros articulados por el SINE para desplegar una singular actividad en todos los órdenes de la vida social y política de la ciudad, con el fin de restablecer su influencia social. El movimiento en Ciudad Juárez tuvo, sobre todo, un carácter político. Sin embargo, la gran articulación y el despliegue de la gran fuerza social que logró se diluyeron sin cumplir con sus objetivos explícitos, aunque consiguieron modificar muchas de las condiciones indeseables que padecía la población y prepararon el terreno para el triunfo en 1992 de la candidatura panista de Francisco Barrio a la gubernatura. 169 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 BIBLIOGRAFÍA Acosta, Jaime, "Chihuahua: la guerra de las mujeres", en Contenido, México, octubre de 1986. Almeida, Adalberto, Evangelización. Carta Pastoral, Chihuahua, 1975 [s.p.i.]. ————, Formación de evangelizadores. Segunda Carta Pastoral, Chihuahua, 1978 [s.p.i.]. Azuela, Ernesto, "Orden y conflicto en una ciudad mítica. Aproximación a1 estudio de la cultura política", México, tesis de maestría en sociología política, Instituto José María Mora, 1990. Bernal, Marco A., "Ciudad Juárez, 1983 y 1985: las dificultades de la democracia", en Soledad Loaeza y Rafael Segovia, La vida política mexicana en la crisis, México, El Colegio de México, 1987. ————, Votar con responsabilidad. Una orientación cristiana, Chihuahua, Camino, 1983. Blancarte, Roberto, El poder. Salinismo e Iglesia Católica. ¿Una nueva convivencia?, México, Grijalbo, 1991. ————, El proceso evangelizador y su organización. Tercera Carta Pastoral, Chihuahua, Camino, 1985. Carrillo, Jorge y Alberto Hernández, Mujeres fronterizas en la industria maquiladora, México, SEP/Cefnomex, 1985. ————, y otros, Coherencia cristiana en la política. A los católicos que militan en los partidos políticos, Chihuahua, 1986 [s.p.i.] Carrillo Alday, Salvador, La renovación en el Espíritu Santo. Teología y pastoral, 3a ed., México, Instituto de Sagrada Escritura, 1985. Aziz, Alberto, "La coyuntura de las elecciones en Chihuahua", en Carlos Martínez Assad (coord.), Municipios en conflicto, México, GV Editores/Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, 1985. Castellanos, Alicia, Ciudad Juárez. La vida fronteriza, México, Nuestro Tiempo, 1981. ————, Iglesia y elecciones en Chihuahua, 1987a (inédito). ————, "Electoral Practics and Democracy in Chihuahua", en Arturo Alvarado (comp.), Electoral Patterns and Perspectives in Mexico, San Diego, Center for US/Mexican Studies, University of California at San Diego, 1987b. ————, Prácticas electorales y democracia en Chihuahua, México, CIESAS, 1987c (Cuadernos de la Casa Chata 151). 170 Comité de Lucha por la Democracia (Colude), Chihuahua 86: ¿Vencedores del desierto o asesinos de la democracia?, 1986 [s.p.i.]. Contreras, Javier, Chihuahua. Trampas del sistema, México, Edamex, 1987. Díaz de la Serna, María Cristina, El movimiento de la Renovación Carismática como un proceso de socialización adulta, México, UAMIztapalapa, 1985 (Cuadernos Universitarios 22). El Colegio de la Frontera Norte/Universidad Autónoma de Baja California, "Grupos religiosos protestantes en Ciudad Juá- VICTOR MURO/ACCIÓN ECLESIÁSTICA Y CONFLICTO POLÍTICO rez. Reporte de investigación", 1988 (mirneo). Estudios Sociales A. C. e Instituto Regional A. C., "Julio 6 de 1986: las elecciones en Chihuahua", 1987a (mimeo). ————, "La Iglesia y lo político: hacia una caracterización de la jerarquía mexicana", 1987b (mimeo). Fuentes Morúa, Jorge, "Perspectiva regional del proceso electoral: Ciudad Juárez", en Ciudades, núm. 2, México, Red de Investigación Urbana, abril-junio de 1989. Guillen, Tonatiuh, Partidos y votantes en Chihuahua, México, UNAM/Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, 1987 (Aportes de Investigación 17). Guzmán, Luis, "La Iglesia desde junio "84 ...y en la coyuntura que abre el sismo", en Análisis Políticos, núm. 28, México, Centro Antonio de Montesinos, 1985. ————, "Iglesia y política, julio 1985agosto 1986, Chihuahua y Oaxaca", en Análisis Políticos, núms. 34-35, México, Centro Antonio de Montesinos, 1987. Krauze, Enrique, Por una democracia sin adjetivos, México, Joaquín Mortiz/Planeta, 1986. Lau, Rubén, "Ciudad Juárez: grupos de presión y fuerzas políticas", en Sistema político v democracia en (Chihuahua, Ciudad Juárez, IISUNAM/UACJ, 1986 (Estudios Regionales 1). Martínez, Óscar, Ciudad Juárez: el auge de una ciudad fronteriza a partir de 1848, México, FCE, 1982. Molinar, Juan, "The 1985 Federal Elections in Mexico: The Product of a System", en Arturo Alvarado (comp.), Electoral Patterns and Perspectives in Mexico, Center for US-Mexican Studies, University of California at San Diego, 1987. ————, "Regreso a Chihuahua", en Nexos, núm. Ill, México, marzo de 1987a. Moreno, Olga Leticia, ¿Qué pasa en Chihuahua? La crisis política y las elecciones en un estado clave de la República Mexicana, México, Edamex, 1986a. ————, ¿Qué paso en Chihuahua?, 2ª ed., México, Edamex, 1986b. Herrera, José de Jesús, "Cambio político y proceso electoral en México: Chihuahua, 19831986", proyecto de tesis doctoral, Centro de Estudios Sociológicos, El Colegio de México, 1987. Muro, Víctor Gabriel, Iglesia y movimientos sociales en México, 1972-1987. Los casos de Ciudad Juárez y el Istmo de Tehuantepec, México, Red Nacional de Investigación Urbana/El Colegio de Michoacán, 1994. Iglesias, Norma, La flor más bella de la maquiladora, México, SEP/Cefnomex, 1985. Navarro Castellanos, Alfonso, Evangelizacíón. Primer anuncio, México, Signo Vital, 1976. Jaime, Vicente, "El marco legal de la democracia en el estado de Chihuahua", en Sistema político y democracia en Chihuahua, Ciudad Juárez, IISUNAM-UACJ, 1986. Nolasco, Margarita y Mª Luisa Acevedo, Los niños de la frontera. ¿Espejismo de una 171 nueva generación'', Mexico, Océano/Centro de Ecodesarrollo, 1985. Urías, Margarita, "Regionalismo cultural en Juárez", en Ciudades, núm. 7, México, Red Nacional de Investigación Urbana, julio-septiembre de 1990. Orozco, Victor, "Las perspectivas del sistema político y la democracia en Chihuahua", en Sistema Valdés-Villalva, Guillermina, "Perspectivas políticas político y democracia en Chihuahua, Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua", ponencia del simposio "La IISUNAM-UACJ, 1986. Situación Política en México; Perspectivas en Chihuahua", El Colegio de la Frontera Norte, 1986. Quintana, Víctor, "Chihuahua 1983-1986: desarrollo capitalista, crisis política y acción colectiva. Algunas Young, Gay, "The Development of Ciudad Juárez: propuestas de interpretación", en Cuadernos del Norte, Urbanization, Migration, Industrialization", en Gay núm. 1, Chihuahua, julio-agosto de 1988. Young (comp.), The Social Ecology and Economic Development of Ciudad Juárez, Boulder, Westview Revueltas, Armando, Así fue Ciudad Juárez, Press, 1986. (Chihuahua, 1986: una historia digna de contarse, Ciudad Juárez, 1986, s/e. Publicaciones periódicas consultadas Schmidt, Robert y J. Lloyd William, "Patterns of Urban Growth in Ciudad Juárez", en Gay Young Correo (diario de Ciudad Juárez). Christus (revista (comp.), The Social Ecology and Economic nacional mensual). Directorio de Información Católica, Development of Ciudad Juárez, Boulder, Westview DIC (semanario nacional). Press, 1986. Diario de Juárez (diario de Ciudad Juárez). El Fronterizo (diario de Ciudad Juárez). El Universal de Stark, Rodney y William Sims Bainbridge, The Future of Religion. Secularization, Revival and Cult Formation, Estados Unidos, University of California Press, 1985. 772 Juárez (diario de Ciudad Juárez). Notidiócesis (semanario regional). FRONTERA NORTE, VOL. 8. NÚM. 15, ENEROJUNIO DE 1996 NOTA CRITICA "Movimiento Carismático". El caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, 1971-1986. Apuntes para el estudio de los movimientos religiosos en la frontera norte de México Guillermina Valdés-Villalva NOTA ACLARATORIA El presente trabajo fue escrito por Guillermina Valdés-Villalva (1939-1991) en septiembre de 1986, como parte de un trabajo de investigación mas amplio titulado "La diócesis de Ciudad Juárez. en los procesos políticos del estado de Chihuahua, 1960-1990", cuyos primeros hallazgos fueron presentados en F.I Colef en octubre de 1990. El título tenía el añadido de "Apuntes sobre la creación de una subcultura religiosa-opositora". En este documento la autora esboza algunos aspectos sobre el movimiento de la Renovación Carismática, fundamentalmente en lo relacionado con su inserción en el campo político durante las contiendas electorales de 1983 y 1986 en Ciudad Juárez. Estos apuntes son una especie de fotografía que aporta nuevos elementos para la reflexión sobre el Movimiento Carismático en Ciudad Juárez. durante 1971-1986. En ellos se observa una fuerte dosis empírica, dado que la autora fue una pieza muy importante del mismo movimiento, ya que fue nombrada por el obispo de la diócesis de Juárez. para documentar los hechos. Asimismo, el esfuerzo de la doctora Valdés-Villalva por abstraerse de esta experiencia e iniciar el análisis crítico es notorio, no solamente desde una perspectiva teológica sino desde otros enfoques, para la comprensión de la complejidad del fenómeno. Desgraciadamente, su repentino fallecimiento en septiembre de 1991 nos privó de los análisis a mayor profundidad que haría de los diferentes fenómenos religiosos en las ciudades fronterizas del norte de México, y en este caso particular, de la investigación del movimiento religioso en Ciudad Juárez., que por sus peculiares características impacto a la diócesis y causó cierta inquietud y rechazo, tanto de parle de los movimientos y asociaciones religiosas ya reconocidos dentro de la localidad como del clero diocesano. En términos generales, el documento fue respetado tal y como la autora lo escribió. Los cambios que se hicieron fueron propiamente correcciones de estilo, reacomodo de apartados para hacer más fluida su lectura y algunas contextualizaciones, sobre todo en la sección sobre los actores principales del movimiento. Dichos cambios de ninguna forma alteraron las ideas de la autora. 173 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Introducción La división mundial entre católicos conservadores y progresistas se empezó a sentir como resultado de los esfuerzos para poner en práctica las directrices del Concilio Vaticano II en Europa y Estados Unidos para 1966. La crítica a los obispos, las protestas por el celibato obligatorio, el sistema de seminarios y el papel de la mujer en la Iglesia se habían generalizado. Sin embargo, desde 1964 se habían empezado a escuchar las primeras críticas de los laicos a la jerarquía eclesial. En Europa y Estados Unidos sacerdotes de gran prestigio comenzaron a abandonar la estructura jerárquica, cuya rigidez muchos encontraban intolerable. En América Latina, por ejemplo, la Segunda Conferencia de Medellín legitimó la presencia de los cristianos en la lucha por una sociedad más justa. En México, 1968 abrió una nueva dinámica en la vida social y política del país, y algunos grupos cristianos progresistas comenzaron a participar en las luchas populares. En este contexto surge también, a nivel mundial, una crisis de autoridad en la Iglesia católica, tanto en su intento de apertura o aggiornamiento como en su intención por seguir manteniendo, en un solo organismo, el liderazgo moral y la autoridad institucional.3 El año de 1966 marca, a su vez, la división entre las corrientes que veían a la autoridad moral de la Iglesia exclusivamente en el marco de la moral individual y aquellas que la veían en el marco de la moral social. Ese año también fue el del inicio de la Renovación Carismática Católica en la Universidad de Duquesne y se reportan manifestaciones de una nueva presencia del Espíritu Santo en la Universidad de Notre Dame.4 Todos los que vivieron lo que se llegó a denominar en las universidades de Estados Unidos como el "Bautizo en el Espíritu Santo" se inclinaban a ubicar su experiencia en el contexto del crecimiento de facciones a1 interior de la Iglesia católica y a considerarla como la respuesta de Dios en la construcción de una nueva unidad; pero también hubo otras interpretaciones, como la de algunos estudiantes de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, quienes antes de su "Bautizo en el Espíritu Santo" se consideraban progresistas, pero posteriormente encontraron que los términos "progresistas" y "conservadores" dejaron de tener significado.5 Inicialmente la jerarquía investigó el fenómeno, y a principios de la década de los setenta, con reservas y extraoficialmente, los obispos declararon a1 nuevo movimiento dogmáticamente sólido, por lo menos en Estados Unidos. El fenómeno entre católicos que empezaba a surgir en Estados Unidos, en México y en el resto de América Latina se vio con gran sospecha. En el mejor de los casos, se percibió como una penetración protestante o un nuevo tipo de imperialismo estadunidense, y en otros se observó con desagrado, por los casos en que se aducía que había "oración en lenguas" y "profecía", y muchos cuestionaban, como lo menciona John Locke, si los carismas no eran impulsos que algunos hombres recibían de sí mismos.6 Dicha sospecha se fundamenta en 1 3 4 5 6 Donald L. Gelpi, Pentecostalism. A 'Theological View Point, Nueva York, Paulist Press, 1971. 2 Martín de la Rosa, "Iglesia y sociedad", en Religión y política cu México, México, Siglo XX], 1985. Claude Pomerleau, "Cambios en el liderazgo y en la crisis de autoridad en el catolicismo mexicano", en Religión y polílica en México, México, Siglo XXI, 1985. Kevin y Dorothy Ranaghan, Catholic Pentecostals, Nueva York, Paulist Press, 1969, Gelpi, op. cit. Locke, John, A Way Concerning Human Understanding, vol. II, Nueva York, Dover, 1959. 774 VALDÉS-VlLLALVA/MOVIMIENTO CARISMÁTICO experiencias históricas tan viejas como el propio cristianismo y que los teólogos católicos han llamado "entusiasmo divisivo". De hecho, desde su inicio los movimientos de "entusiasmo divisivo" han creado gran inquietud en la comunidad cristiana. Como lo señala Knox (1961), estos movimientos han seguido un patrón histórico que se tipifica con la formación de una élite espiritual cuya intolerancia de la imperfección religiosa de cristianos considerados menos perfectos, o sin un contacto personal con una trascendencia divina, inevitablemente se revierte produciendo una fragmentación de la propia élite.7 Esta élite vive una dicotomía interna, en una rigurosa imposición de estándares de conducta moral absoluta y en un rechazo a las imposiciones morales externas a su propia conciencia e impuestas por la autoridad. Históricamente, los entusiastas divisivos tienden a sospechar de la "materia" y de la "naturaleza". Exigen la transformación total de la "corrupta naturaleza material del hombre" por una vida divina trascendente y no por el perfeccionamiento del hombre a través de la gracia. La reflexión racional debe ser totalmente remplazada por la iluminación de la "fe", y la activa búsqueda del bien es sustituida por una aceptación total de la actividad de Dios. La propia intolerancia de estos grupos hacia la perfección humana los lleva a ser antiinstitucionales. De ahí que frecuentemente culminen en un intento por crear una sociedad teocrática ideal, en la cual Dios rige las conciencias directamente, sin requerir la mediación falible de los hombres ni la de las instituciones corruptas. 8 El entusiasta divisivo, envuelto en el trascendente campo del espíritu, se goza en predecirla destrucción inminente del presente orden y la inmediatez del milenio y de la segunda venida de Cristo. No está por demás decir que, para la Iglesia católica, a lo largo de la historia la experiencia del entusiasmo divisivo ha sido traumática. Entre los movimientos que han tenido este tipo de características, encontramos los siguientes: 1) El montanismo (s. ll), el cual negaba a los que pecaban mortalmente el reingreso a la Iglesia, rechazaba las segundas nupcias y exageraba los ayunos. 2) El donatismo, que surge en los años 303-305 D.C. Rechazaba toda autoridad que viniera de un hombre débil y pecador, y sus seguidores se guiaban por su propia iluminación moral. 3) El jansenismo, caracterizado por una inflexibilidad y un ascetismo rigorístico, exigía una reforma inmediata a las estructuras eclesiásticas e insistía en que era el único movimiento con la autoridad moral de encarnar el verdadero espíritu de Cristo ante los avances hostiles de la autoridad eclesiástica. 4) El quietismo consideraba toda reflexión intelectual activa en la oración como una negativa a adorar a Dios "en espíritu y en verdad", pues consideraba que la oración es la obra de Dios en el alma, nunca la obra de la propia alma, y menos aun de la mente. El afán de perfección llevaba a sus seguidores a insistir en estar tan perfectamente ante Dios como para no buscar ni su propia salvación; simplemente dejaban que Dios actuara. 5) El anabaptismo fue una secta política y religiosa del siglo XVI. Sus miembros rechazaban el bautismo de los niños y sometían a un segundo bautismo a los que abrazaban sus ideas. Fue la izquierda entusiasta de la reforma protestante. 7 Ronald Knox, Enthusiasm, Nueva York, Galaxy. 1961. 8 Churches of America, Nueva York, Image Hooks, 1969. John A. Hardon, The Protestant 175 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 6) Los comisards, organizados a fines del siglo XVII en un movimiento altamente político, militante y fanático. Llevaron a cabo una guerra santa en contra de la corona francesa, dirigidos por "profetas" en éxtasis que surgieron de las grandes masas populares. Los "profetas" del movimiento no dirigían tropas, pero decretaban las acciones y decidían la vida o la muerte de los prisioneros. 7) Los convulsionarios surgieron después de unas curaciones sensacionales en París, pero cuya piedad se caracterizaba por movimientos físicos violentos, saltos, gritos, "profecías" y declamación. 8) En el siglo XVIII John Wesley vivió su famosa conversión, que lo llevó a creer en la justificación de la fe personal y en la eficacia de la iluminación. Wesley, cuya intención original era revitalizar las comunidades anglicanas, se apartó de esta idea, y luchó contra la estructura parroquial, ordenó ministros y, finalmente, fundó la Iglesia metodista. Ya en nuestro siglo, el pentecostalismo sigue el mismo patrón histórico que los otros movimientos entusiastas divisivos. En la actualidad conforma una de las tres corrientes principales del cristianismo. Esta corriente es la que, después de la declaración de algunos teólogos de la muerte de Dios, ha crecido con mayor rapidez a partir de 1950. El movimiento pentecostal reconoce más de 200 grupos religiosos distintos que podrían ser llamados pentecostales, y con la aparición de la Renovación Carismática o el pentecostalismo católico en la Iglesia católica, este movimiento parece haber logrado un éxito poco común. John Hardon11 ha indicado que, según varios estudiosos de los movimientos religiosos, la razón de la gran atracción popular por el pentecostalismo es que éste ofrece a la gente lo que las Iglesias más serenas han dejado de ofrecer: un sentido de lo más sagrado y una convicción de que la Gracia de Dios salva a aquellos que creen. Asimismo, que en la medida en que el cristianismo se sobreintelectualiza y pierde su preocupación por los asuntos y necesidades humanas básicas, el pentecostalismo moderno crea nuevas formas que prometen una experiencia personal a los creyentes y el beneficio de la asistencia divina con signos visibles. Antecedentes del Movimiento Carismático Kevin Ranaghan (1969) comenta que durante el otoño de 1966 varios profesores de la Universidad de Duquesne se reunieron para discutir problemas relacionados con la revivificación de la Iglesia. Durante los años anteriores se habían estudiado movimientos litúrgicos y ecuménicos, derechos civiles y asuntos que incidían en la paz mundial. Todos ellos, a su vez, estaban involucrados en actividades de apostolado dentro de la Iglesia. A pesar de lo anterior, estos hombres católicos sentían que algo faltaba en su vida cristiana personal. Reconocían que había cierto vacío, una falta de dinamismo, una debilidad espiritual, como si su vida cristiana dependiera demasiado de sus propios esfuerzos. Esto los llevó a comenzar a reunirse para orar juntos y para pedir que el Espíritu Santo les concediera una renovación. Simultáneamente, algunos se fueron familiarizando con 9 Gelpi, op. cit. 10 Hardon, op. cit. 11 Ibidem. 176 VALDÉS-VILLALVA/MOVIMIENTO CARISMÁTICO ciertos libros sobre el pentecostalismo protestante, como La cruz y el puñal, de David Wilkerson, y Hablan en otras lenguas, de John Sherril. Lo anterior los hizo buscar experiencias similares a las descritas en los libros de las Iglesias protestantes históricas y en las denominaciones pentecostales. En enero de 1967 varios miembros del grupo de profesores informaron que en reuniones con personas de otras denominaciones habían vivido la experiencia del "Bautismo en el Espíritu Santo".12 Las redes de profesores pronto llevaron la noticia a las universidades de Notre Dame, de Michigan en Ann Arbor y de Michigan State. En mayo de 1967, The National Catholic Reporter13 subrayaba el fenómeno en Notre Dame (la traducción es mía): Se ha intentado explicar el movimiento pentecostal en Notre Dame como un regreso a la vida devota. Algunos dicen que el movimiento atrae a los que tienen problemas emocionales; otros, que produce una sociedad falsa que necesita ser reforzada continuamente. Y claro que hay los que explican el fenómeno entero en términos tales como "fanático", "variado", "extremista" o "locura". Pero el asunto no es tan sencillo. Sería conveniente poder decir que estos pentecostales católicos eran unos mal comidos, hipernerviosos y ofuscados intelectuales mal adaptados; conveniente pero enteramente falso. Para esa fecha, el movimiento ya se asomaba en las universidades de St. Mary's, Holly Cross, Iowa Slate y Mary Mount. Además se empezaron a realizar conferencias de varios días y de una semana para estudiantes y profesores de las varias universidades católicas y estatales. Entre ellas estaban la de Colorado y Vancouver, así como la de Notre Dame, la cual posteriormente convirtió esas reuniones en una conferencia anual.14 Edward O'Connor comenta que para 1970 asistieron a la Conferencia Nacional de la Renovación Católica 1 279 personas y que un directorio de todos los grupos católicos arrojó 203 grupos en Estados Unidos, con aproximadamente 50 asistentes cada uno.15 También se tuvieron noticias de que ya existían grupos en Inglaterra, en varios países de Latinoamérica, en Australia y en Nueva Zelandia, y además, que había indicios de este movimiento en Europa y África.16 En un principio los obispos vieron a1 movimiento con recelo, pero la actitud variaba de una diócesis a otra. En noviembre de 1968, la Conferencia Episcopal Norteamericana recomendó una cuidadosa investigación del movimiento, y nombró como responsable de ésta a la Comisión sobre Doctrina. Para el 14 de noviembre de 1969, el informe sobre la Conferencia17 encontró que: ...los participantes tenían una mayor comprensión del papel que juega el cristiano en la Iglesia... muchos habían notado y experimentado progreso en su vida espiritual, se encontraban atraídos por la lectura de la Sagrada Escritura y hacia una más profunda comprensión de su fe, crecían en su atracción hacia ciertas devociones tradicionales como la presencia real (la eucaristía) y el rosario. 12 13 14 15 16 17 Ranaghan, op. cit. The National Catholic Reporter, 17 de mayo de 1967. Ranaghan, op. cit. Edward O'Connor, The Pentecostal Movement, Notre Dame, Ave María Press, 1971. Ibidem. Ibid. 177 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 El movimiento pentecostal entre los católicos es únicamente un breve capítulo en la historia del movimiento, que ha tocado a todas las Iglesias cristianas en todas partes del mundo. Fenómenos característicos del Movimiento de Renovación Cristiana en el Espíritu Santo18 En 1973 el papa Pablo VI,19 a1 dirigirse a participantes del Movimiento de la Renovación Carismática, notó ciertos rasgos que se presentaban en aquellos que pertenecían a1 movimiento. Entre ellos estaban: a) El gusto por una oración profunda, personal y comunitaria. b) Un retorno a la contemplación y un énfasis puesto en la alabanza de Dios. c) El deseo de entregarse totalmente a Cristo. d) Una gran disponibilidad a las inspiraciones del Espíritu Santo. e) Una lectura más asidua de la Sagrada Escritura. f) Una amplia abnegación fraterna. g) La voluntad de prestar una colaboración a los servicios de la Iglesia. A las características anteriores se podrían agregar las siguientes: 1. La experiencia divina. Es una peculiar experiencia de Dios que tiene el carismático después de su "Bautizo en el Espíritu Santo", que consiste en descubrir que Dios es un Ser personal. 2. El redescubrimiento del Espíritu. Se manifiesta a la conciencia del creyente como un sentimiento de presencia concreta, que va acompañado muchas veces de una experiencia de poder, identificado como el poder del Espíritu Santo, y conlleva una intensificación de la vida de oración y una fuerte inclinación a1 Episcopado. 3. El enriquecimiento carismático. Es una manifestación exterior de los carismas, tanto los ordinarios como los extraordinarios. Entre estos últimos están el don de lenguas, el de curación, e! de conocimiento, el de profecía y el de discernimiento de espíritus. Dichos carismas se relacionan con la experiencia de las comunidades cristianas primitivas. 4. El espíritu de oración. Se entiende por una gran capacidad de orar tanto individual como comunitariamente. Esta capacidad de orar se da a un nivel más profundo cuya característica es la oración de alabanza. 5. El hambre de la palabra de Dios. Se da en un amor profundo a la Sagrada Escritura, en una mayor comprensión de ésta. 6. Hay una asidua presencia en la eucaristía y un amor especial por todos los sacramentos. 18 El Movimiento Carismático en México al interior de la Iglesia católica en general es denominado Movimiento de Renovación Cristiana en el Espíritu Santo, pero popularmente es reconocido como Renovación Carismática o Movimiento Carismático (este últirno es su nombre oficial en Estados Unidos). Para otros es sólo Movimiento de Renovación. 19 Pablo VI. "Primer Congreso Internacional de la Renovación Carismática", en Osservatore Romano, 12 de octubre de 1973. 178 VALDÉS-VILLALVA/MOVIMIENTO CARISMÁTICO 7. La conciencia viva de Iglesia. Hay una conciencia de Iglesia que no es meramente institucional, aunque no excluye a la institución, sino que se manifiesta en la consideración de la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo y en la expresión de una profunda docilidad ante el obispo y los dirigentes que consideran escogidos especialmente por Dios para servirlos. 8. La urgencia de apostolado. Existe un dinamismo que sobreviene a1 individuo después de su "Bautismo en el Espíritu Santo" y que concluye que es un dinamismo y un poder relacionados directamente con una misión. Se manifiesta como una fe valerosa animada por una caridad capaz de hacer emprender y llevar a cabo grandes cosas por el Reino de Dios. Las características anteriores se manifiestan en las personas a1 presentar una asidua y gozosa asistencia a las asambleas generales o a los grupos de oración, dejando a un lado tanto los compromisos sociales como el abanico de pasatiempos que antes solían tomar horas de su jornada diaria. Asimismo, se palpa el sacrificio de todos los tiempos libres de sus dirigentes para hacer partícipes a los demás de su propia experiencia.20 Así como estas características que se pueden considerar positivas, existe un igual número de características peligrosas y negativas: - El fanatismo. Se manifiesta en una obcecada actitud de las personas por recibir iluminación y guía directa del Espíritu Santo. Se proyecta un exclusivismo en torno a la nueva experiencia religiosa y una pretensión de estar en contacto directo con Dios que las lleva a conocer su voluntad. - El emocionalismo. Es una sensación peligrosa de la afectividad con la que se pretende "sentir" la experiencia de Dios. Estos sentimientos se identifican como la forma normal de comunicación con Dios, sacrificando y dudando de la razón y el pensamiento estructurado. - El carismatismo. Se reconoce midiendo la santidad y el adelanto espiritual por medio del número y calidad de los carismas recibidos. Se pretende también que todos los detalles de la vida, pero especialmente las decisiones importantes, sean dirigidas siempre a través de los carismas: revelaciones, visiones, profecías y curaciones, y no contar primero con los recursos naturales que Dios pone a nuestro alcance. - El subjetivismo. Es una variante del fanatismo con dos vertientes importantes: el maximalismo y el minimalismo. El primero se manifiesta en una avidez por conocer todo lo referente a1 movimiento, pero sin ningún sentido crítico y aceptando, sin cuestionar, incluso principios contradictorios entre sí. El minimalismo se manifiesta desatendiendo por completo el uso de la razón, el orden, la fe y el estudio, considerando que son suficientes la Biblia y sus propias inspiraciones, que cree directas del Espíritu. - El escapismo. Es una dedicación entusiasta a las cosas de Dios en detrimento de los deberes y obligaciones personales y de la propia salud, que se manifiesta en la capacidad de poder orar de cuatro a cinco horas, y si es necesario acortar las horas de sueño y no leer más libro que la Sagrada Escritura, o en una entrega a1 ejercicio del apostolado más allá de lo que dicta el sentido común. 21) Vicente M. y María Blatt, La Renovación Carismática, Puerto Rico, Publicaciones Nueva Vida, s/f. 179 FRONTERA NORTH, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996) - El angelismo. Subraya retomar una dicotomía falsa entre alma y cuerpo, mundo y vida consagrada, ascética y mística, acción y contemplación, y vida interior y vida humana integral. Asume la supremacía del alma sobre el cuerpo, de la contemplación sobre la acción y de la vida interior sobre la vida humana integral, con una despreocupación y un desprecio hacia el hombre y el mundo, a1 que considera malo e imperfecto. - El engolosinamiento. Fundamenta la vida espiritual exclusivamente sobre la nueva experiencia y los gustos, sabores y consuelos espirituales, Las personas que practican el engolosinamiento, si no se sienten asqueadas, por lo menos rechazan amistades, diversiones y pasatiempos anteriores." Desde sus inicios y en su etapa de mayor expansión, el Movimiento Carismático, a1 igual que la jerarquía eclesiástica en todos sus niveles, hacía hincapié en estas características tanto negativas como positivas, pero sobre todo prevenían del riesgo de caer en las negativas y que éstas fueran las que imprimieran su sello a1 movimiento. La presencia del movimiento en México Monseñor Carlos Talayera, director del Secretariado Social de la Arquidiócesis de México, fue uno de los invitados a la reunión de Notre Dame en 1970. Después de esta reunión, se hicieron planes para que el 20 de diciembre de ese mismo año se celebrara en dicho Secretariado el primer retiro de la Renovación Cristiana en el Espíritu Santo, dirigido por el padre Harold Cohen, S.J., quien pertenecía a1 equipo pastoral de la diócesis de Nueva Orleáns. En dicho retiro se contó con una asistencia de aproximadamente 30 personas.22 Esa reunión dio origen a un grupo de oración carismática que se reunía en el Secretariado Social una vez. a la semana. Para terminar el ano de 1971, se celebró en México el Primer Congreso de Renovación Cristiana en el Espíritu Santo, organizado por el Centro Pastoral de los Misioneros del Espíritu Santo del 1 a1 3 de diciembre en el Altillo. Todas las personas que participaron en ese congreso y posteriormente vivieron nuevas experiencias espirituales, aceptando como un hecho que reproducían la efusión del Espíritu Santo, igual que sucedió el día de Pentecostés en la Iglesia primitiva, pues los efectos eran: 1) Una renovación interior muy profunda, una verdadera y real conversion a Dios y un cambio espiritual auténtico. 2) Un espíritu apostólico decidido y un deseo ardiente de ser testigo de Cristo. 3) Una toma de conciencia de lo que debe ser la comunidad cristiana, y 4) ademas de estas gracias interiores, la aparición de carismas espirituales como el don de lenguas, la profecía, el discernimiento de espíritus, el poder de curaciones y otros más...24 21 Ibidem. 22 Salvador Carrillo Alday, Renovación Cristiana en el Espíritu Santo. México, Instituto Sagrada Escritura, 1973. 23 Ibidem. 24 Ibid. 180 VALDÉS-VILLALVA/MOVIMIENTO CARISMÁTICO Simultáneamente, en Ciudad Juárez, y sin ninguna relación con el movimiento de la ciudad de México, surge un grupo de oración promovido por el padre Richard Thomas, S.J., en una casa particular. Este grupo de oración se reunió semanalmente desde 1971 hasta el verano de 1972, cuando es cancelado por el obispo Manuel Talamás Camandari. En este grupo de oración se suscitó una serie de fenómenos característicos de estos grupos, como las curaciones de distintos tipos de padecimientos. En octubre de 1972 se vuelve a abrir otro grupo de oración, ahora con la presencia de la doctora Guillermina Valdés-Villalva, a quien el obispo pide observar el movimiento y documentar los hechos como fueran sucediendo. La dirección seguía a cargo del padre Thomas, quien contaba con un equipo de personas residentes en la ciudad de El Paso, Texas. Este equipo estaba formado principalmente por personas de origen mexicano, que se reunían en las instalaciones del Centro de Nuestra Señora, ubicado en uno de los barrios más marginados de esa ciudad. En contraposición con el desarrollo del movimiento en la ciudad de México, promovido por intelectuales religiosos, en Ciudad Juárez la promoción la hicieron personas que en su gran mayoría tenían niveles muy bajos de educación formal y escasa formación religiosa. Paralelamente, jóvenes juarenses de clase media de entre 15 y 25 años, muchos de ellos dependientes de las drogas, estuvieron en contacto con grupos estadunidenses de origen protestante que empleaban la oración para romper su dependencia, y a1 regresar a Ciudad Juárez llenos de entusiasmo formaron un grupo de oración. Estos jóvenes se acercaron inicialmente a la Iglesia católica a través de la parroquia la Sagrada Familia, cuyo párroco era Gustavo Fong. Muy pronto formaron un grupo de música y un coro, y gradualmente comenzaron a tomar posesión de la parroquia. Los cantos, oración en lenguas e imposición de manos, característicos de todo movimiento pentecostal, escandalizaran a los dirigentes de otros movimientos parroquiales y a la comunidad parroquial en general. Esta situación orilló a1 padre Fong, en el verano de 1972, a pedirles que no se reunieran más en la iglesia, provocando así un rompimiento que llevó a los jóvenes a buscar dirección entre ministros estadunidenses no católicos, entre los que estaban Andrés Pascal y Víctor Richard. Mientras que el movimiento dentro de la Iglesia católica se extendía a grupos más populares, el movimiento de jóvenes, ya con dirección protestante, se dispersaba entre la clase media. La tendencia del movimiento a enriquecerse a través de experiencias ecuménicas hizo que para 1973 se diera un sincretismo teológico que llevó a muchas personas, no sólo a confundirse, sino a confundir a otros. A partir de esta fecha, el movimiento comienza a extenderse a todas las diócesis de México, ya fuera clandestinamente, a través de algunos religiosos y sacerdotes, o a través de los grupos protestantes que iniciaron en todo el país fuertes campañas de evangelización en radio y televisión. En la mayoría de las diócesis los obispos vigilaron cuidadosamente el movimiento, aunque fueron pocos los que se opusieron rotundamente a éste; entre ellos, monseñor Méndez Arceo. La posición de Méndez Arceo reflejó, a nivel episcopal, el rechazo que la corriente de la Teología de la Liberación sentía hacia el movimiento y que se manifestaba en la diócesis gracias a una gran mayoría de sacerdotes, que permitían que los grupos existieran pero que los atacaban duramente. 181 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 El Movimiento de Renovación Cristiana en el Espíritu Santo, que popularmente era reconocido como Renovación Carismática o Movimiento Carismático, para 1973 existía en todas las diócesis de México. En algunas de ellas era representado exclusivamente por pequeños grupos casi familiares que se reunían en casas; en otras, existía más estructurado con asambleas de oración dentro de recintos plenamente identificados como católicos. Los grupos protestantes seguían el mismo patrón, aunque pocos utilizaron los edificios de las iglesias protestantes históricas y más bien construyeron o compraron edificios para estos fines. En 1974 había dos puntos en la República Mexicana donde el movimiento había crecido a mayores niveles: Ciudad Juárez y la ciudad de México. En ambas ciudades se pudo observar que la falta de dirección sacerdotal, aunada a la tendencia ecuménica y a la escasa preparación religiosa formal de la gran mayoría de los mexicanos, llevaba rápidamente a que personas que experimentaban el fenómeno conocido como "Bautizo en el Espíritu Santo" comenzaran a manifestar cierto distanciamiento de principios doctrinales de la Iglesia católica, a1 grado de que se llegó a pensar que podría estar en formación una Iglesia paralela. En ese mismo año, el obispo de Ciudad Juárez, Manuel Talamás Camandari, dirigió una carta pastoral a las personas católicas que participaban en los grupos de reflexión en el Espíritu Santo, en donde subrayaba los siguientes riesgos: El peligro del subjetivismo: 1) Caer en la convicción de que el Espíritu Santo siempre y en todo revela en lo particular el sentido de la palabra de Dios, sin que se necesite ni tenga que tomar en cuenta las orientaciones del magisterio que ejercen en la Iglesia el Papa y los obispos. 2) Interpretación de los hechos o las experiencias afectivas sensibles o no, un poco según las conveniencias personales. 3) Entablar relación con Cristo independientemente de la Iglesia, llegando a pensar que ésta no es capaz de ayudar a establecer o intensificar esta relación. 4) Caer en un cristianismo abstracto más bien emocional, sujeto a los vaivenes y a las alteraciones afectivas que provoca la vida; un cristianismo individualista independiente de todo servicio orientador y conductor de la autoridad eclesial para el bien común del pueblo de Dios, independiente de normas, ritos sagrados y quizá hasta de algunos sacramentos. 5) Exclusivismo. La errónea convicción de que el Espíritu Santo se comunica sólo en la forma que se da en estos grupos de reflexión. El documento, a su vez, exhorta a reconocer a1 Papa como principio visible de unidad en la Iglesia y a tener una mayor conciencia de Iglesia. Lo anterior provocó una fuerte crisis en los grupos de clase media, que vieron amenazada su libertad de reunirse a orar y ser dirigidos espiritualmente por ministros protestantes, a pesar de que el documento no prohibió explícitamente esta asociación. Sin embargo, el hecho de dedicar en su documento varios párrafos a1 riesgo que significaba para los católicos entrar en contacto con grupos ecuménicos y con hermanos 25 182 Manuel Talamás Camandari, "A los católicos que participan en los grupos de reflexión en el Espíritu Santo", Ciudad Juárez, 1974. VALDÉS-VILLALVA/ MOVIMIENTO CARISMÁTICO cristianos no católicos parecía indicarles que, de hecho, era una prohibición tacita. Esto trajo como consecuencia que el liderazgo de jóvenes y mujeres de clase media, principalmente, rechazara el documento y continuara reuniéndose independientemente, sin filiación religiosa, y que se identificaran a sí mismos exclusivamente como "cristianos". En la ciudad de México, donde participaba un mayor número de sacerdotes, especialmente Misioneros del Espíritu Santo, el rompimiento se dio exclusivamente con cierto liderazgo muy influido también por ministros protestantes. El caso mas grande se registró en Lomas de Padierna, colonia atendida por la comunidad de San Juan Bautista, la cual se reunía en Coyoacán. Asimismo, se comenzó a tener información de que el fenómeno de Ciudad Juárez, generalizado entre la clase media y aislado del Distrito Federal, se repetía en todas las ciudades del país. Entonces, los obispos comenzaron a observar que un creciente número de católicos, después de vivir la experiencia, abandonaban la Iglesia para independizarse o para adherirse a alguna secta protestante. Para tratar de impedir que esta corriente creciera, se determinó formar un equipo nacional que pudiera prestar servicios de orientación a los obispos y sacerdotes de las diócesis de México y estructurara manuales y metodologías de enseñanza que pudieran ser comunes a toda la República Mexicana. Los obispos, a su vez, determinaron mantener personalmente un contacto mas íntimo con estos grupos y asignar sacerdotes para que los orientaran y vigilaran. Uno de los criterios para la formación del equipo nacional fue que los obispos de las diócesis que aceptaran participar estuvieran representados por un sacerdote o laico que ellos nombraran, y que estas personas hubieran vivido la experiencia del "Bautizo en el Espíritu Santo". Asimismo, que los representantes tuvieran reconocida solvencia moral, madurez espiritual y un nivel académico profesional, aunque en esto último se hicieron excepciones con la mayoría de las mujeres que participaron. El primer equipo nacional estuvo formado por monseñor Carlos Talayera, el padre Salvador Carrillo Alday, Ms. P.S., el padre Alfonso Navarro, Ms., la señora Margarita Kelly de Ortiz Tirado, la hermana Patricia Henry Ford, el doctor Manuel Herrera, la doctora Guillermina Valdés-Villalva y el joven Alberto Athié. A pesar de lo anterior, la falta de participación de los sacerdotes en la mayoría de las diócesis hizo que casi en todo el país la dirección del movimiento estuviera totalmente en manos de laicos, por lo que en 1975 de nuevo el obispo de Ciudad Juárez se vio obligado a publicar otra carta pastoral, mucho mas amplia que la anterior, que intitula "Católico no te confundas".26 En su carta trata de evitar que grupos en particular se vieran ofendidos, como había sucedido con el documento anterior, y enmarca sus comentarios acerca de la Renovación en el Espíritu Santo dentro de un gran tema: "Fuentes de confusión en nuestro tiempo", pero hace especial hincapié en lo que en este documento ya llama "Movimiento Carismático", enumerando los riesgos en la siguiente forma: 1) Ilusiones, una facilidad de persuadirse de haber recibido comunicaciones divinas que en realidad no se han dado. 2) Atribuir a la inspiración del Espíritu Santo interpretaciones personales y erróneas de textos de la Sagrada Escritura. 26 Manuel Talamás Camandari, "Católico no te confundas", Ciudad Juárez CEDEC, 1975. 183 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 3) Tener la convicción de haber recibido una Gracia de Dios (carisma) sin que ésta sea real. 4) Pensar que solamente orando con ellos y como ellos se puede obtener esta mayor conciencia de la presencia de la acción del Espíritu Santo en un creyente, lo que puede llevar a algunos, como de hecho los ha llevado, a apreciar en menos a los creyentes que no se incorporan a sus grupos. 5) Afirmar haber obtenido la salud perdida sin haberla recibido; o si se recibió, pues frecuentemente Dios nos la concede, afirmar que fue por un verdadero milagro, cuando en realidad fue efecto de causas naturales que son los instrumentos ordinarios de la Providencia Divina. Sólo queremos recalcar que no es prudente afirmar como milagroso un hecho que no esta plenamente comprobado como tal, en vista de que esto hace a la fe cristiana sospechosa de credibilidad, lo que es grave daño y un antitestimonio para los incrédulos. 6) Apartarse de la comunidad parroquial o diocesana a la que cada uno pertenece por efecto de cierto elitismo, aislamiento o selección donde se cree no es necesaria la convivencia con los demás creyentes de la iglesia, ni siquiera para participar juntamente con ellos en la penitencia y en la santa misa, así como en las actividades del apostolado cristiano. 7) Despreciar, y por tanto no tomar en cuenta, ni las enseñanzas del Papa ni las orientaciones de su obispo, como consecuencia lógica de esa falsa convicción de que el Espíritu Santo enseña todo a cada uno en particular. 8) Apartarse de la fe y de la Iglesia católica, como consecuencia última de los riesgos anteriores. Asimismo señala, ahora sí explícitamente, las desviaciones que presentan los católicos que se incorporan a grupos dirigidos por hermanos separados, y enumera las siguientes: 1) Insistencia en la interpretación privada de la Sagrada Escritura. 2) El infundir poco a poco en los participantes la idea de una fe en Cristo desligada de la única Iglesia que El fundó, afirmando que la institución nada cuenta. 3) Rechazo de los católicos que participan en grupos dirigidos por hermanos separados, a1 Papa como principio visible de unidad y como maestro de la fe por voluntad de Cristo. 4) Inducción a los católicos a ignorar el papel de la Virgen María en el plan de redención divina, con miras a privarla de la especial veneración que ella merece y que los católicos le tributamos justamente.27 A partir de esta fecha, nacional y mundialmente, la Renovación Cristiana en el Espíritu Santo se multiplica, y los grupos que se habían mantenido con aproximadamente 100 participantes rebasan en muchas ocasiones los 500. Esta multiplicación se debe principalmente a que cada uno de los individuos que participan en el movimiento dedican un porcentaje considerable de su tiempo, llenos de 27 Ibidem. 184 VALDÉS-VILLALVA/MOVIMIENTO CARISMÁTICO entusiasmo, a acciones de evangelización y proselitismo sin limitar sus actividades a tiempos específicos ni a lugares determinados. Utilizan todo contacto con terceros para comunicar su propia experiencia e invitar con una insistencia poco común a las reuniones de oración, así como a una serie de actividades relacionadas con la atención de los enfermos, que incluyen visitas a hospitales y amistades con algún padecimiento, en las que la oración carismática por los enfermos produce resultados observables de mejoría de salud, disminución del dolor o una gran tranquilidad, tanto del enfermo como de su familia. La Renovación Cristiana en el Espíritu Santo comenzó a afianzarse en México en 1975, ahora sí dentro de la Iglesia católica, en parroquias incrustadas en fraccionamientos donde vivía la élite económica y política del país. Sobresalen los grupos del Pedregal y Lomas de Chapultepec, en el Distrito Federal; los asistentes a1 Altillo, así como los grupos de Guadalajara, Monterrey, Torreón, Culiacán y Mexicali. La misma capacidad económica de estas personas hizo posible que de inmediato crearan redes con el movimiento en Estados Unidos y Europa, ademas de las que ya se tenían desde 1973 con América Latina. Estas redes se caracterizaron por intercambios de conferencistas y por vinculaciones de intercambio, experiencias y visitas anuales a los centros más importantes de la Renovación en el mundo. En Ciudad Juárez no se siguió este patrón y desde esa fecha la Renovación Cristiana en el Espíritu Santo tomó, a través de su liderazgo, posiciones concretas y públicas de denuncia, en especial contra el sistema de explotación económica, como fue el caso de los "pepenadores" del basurero municipal. En 1980, monseñor Carlos Talavera es nombrado obispo auxiliar de la ciudad de México, pero aún permanece dentro de la Renovación. Simultáneamente, el padre Alfonso Navarro, Ms. P.S., decide estructurar un curso de "evangelización fundamental" que elimine muchas de las objeciones que los sacerdotes habían manifestado y en las que basaban su oposición a1 propio movimiento. Estratégicamente, el padre Navarro determina desvincularse formalmente del Equipo Nacional e inicia en las diócesis de México un trabajo dirigido a consolidar los logros de la Renovación en la clase media alta. En ese mismo año visita Ciudad Juárez, invitado por el padre Jorge Gustavo Fong, de la parroquia de la Sagrada Familia, para impartir su curso de evangelización fundamental e iniciar en esa parroquia la formación de pequeñas comunidades de matrimonios, siguiendo el modelo y metodología probada en el Altillo y en el Ajusco. También en ese mismo año, el padre Navarro, en un retiro del presbiterio local, presenta la metodología de restructuración parroquial e inicia una serie de actividades que requieren de su presencia y la de su equipo cada tres meses, por los dos años siguientes. Para los católicos que habían participado en el Movimiento Carismático, la presencia del padre Alfonso Navarro, a quien asociaban como teórico de la Renovación, fue muy importante para consolidar sus conocimientos. De 1980 a 1986, año en que se concluyó este trabajo, el crecimiento de la Renovación se hizo mucho más lento. Algunos grupos se desintegraron, otros redujeron su asistencia, mientras que algunos más fueron creciendo alrededor de la sesión de oración, de las clases de Biblia en los hogares y de pequeñas comunidades conformadas por matrimonios, especialmente dentro de las clases media y media alta. 185 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO OF. 1996) Actores principales en Ciudad Juárez Desde los inicios del Movimiento Carismático en Ciudad Juárez, a las figuras reconocidas a nivel nacional e internacional se agregaron muchas que gozaban de amplia credibilidad en el ámbito local. Entre éstas se encuentra el padre Richard Thomas, jesuita de la provincia de Nueva Orleáns, director de Our Lady's Youth Center de El Paso, Texas, el cual muestra una preocupación apostólica por los pobres dentro de su visión asistencia-lista estadunidense. Además, tiene propensión a rebelarse a la autoridad episcopal y una tendencia a la utopía en la creación de sociedades cerradas y perfectas. El padre Thomas fundó el Banco de Comida de Dios en una colonia marginada de Ciudad Juárez para la distribución de despensas alimenticias, principalmente entre los participantes en la reunión de oración. Establece también el "Lord's Ranch" (Rancho del Señor) en Vado, Nuevo México, para la producción agrícola de alimentos. Estas dos acciones tuvieron un fuerte impacto en la sociedad estadunidense, ya que se difundieron a través de canales de televisión cristianos. Tiempo después funda los ranchos "Jardines del Señor" y "Divina Providencia" en el área de Palomas, Chihuahua. Otra de las figuras importantes del movimiento fue monseñor Carlos Talavera, doctor en sociología, quien se caracteriza por una constante trayectoria de trabajo social, reconocida a nivel nacional y por las autoridades pontificias. Se le reconoce, además, por su participación en comisiones como la de Justicia y Paz para México y Centroamérica. Fue director del Secretariado Social de la Arquidiócesis de México hasta 1980, cuando es nombrado obispo auxiliar de la ciudad de México. En Ciudad Juárez mantiene una imagen de credibilidad y respeto entre el clero diocesano. Monseñor Salvador Carrillo Alday, Ms. P.S., doctor y maestro en Sagrada Escritura y misionero del Espíritu Santo, es otro de los actores importantes. Es considerado el teólogo de la Renovación Cristiana en el Espíritu Santo y sus publicaciones tienen una gran aceptación entre los participantes en el Movimiento de Renovación. Otro de los personajes centrales dentro de la Renovación es la doctora Guillermina Valdés-Villalva, doctora en psicología social, a quien se le conoce por su simpatía hacia la izquierda y su preocupación por la justicia social, sobre todo en lo que se refiere a la distribución del ingreso. En Ciudad Juárez funda el centro de Orientación de la Mujer Obrera y, junto con el licenciado Francisco Villarreal Torres, organiza y crea la Sociedad Cooperativa de Seleccionadores de Materiales, S.C.L. (Socosema), del basurero municipal; ambas organizaciones logran el reconocimiento de la academia internacional y de organismos no gubernamentales nacionales e internacionales. La doctora Valdés-Villalva también se desempeñó como directora de Asuntos Externos de El Colegio de la Frontera Norte, institución académica con reconocido prestigio a nivel internacional. F.I padre Alfonso Navarro, Ms. P.S., maestro en liturgia, misionero del Espíritu Santo y pedagogo de la Renovación en los cursos de iniciación y de evangelización fundamental, es uno más de los protagonistas del movimiento. El padre Navarro es una persona de pensamiento extraordinariamente estructurado y de gran rigidez metodológica, cuyas publicaciones tienen gran aceptación entre los militantes de la Renovación Cristiana en el Espíritu Santo. Otro de los personajes importantes es el padre Jorge Gustavo Fong, párroco de la Iglesia de la Sagrada Familia. Se le reconoce por ser conservador teológica y políticamente 186 y por tener una gran influencia sobre el obispo y liderazgo en el presbiterio local. La mayor parte de su vida pastoral ha estado dedicada a las clases media y media alta. Sergio Conde Varela, licenciado en derecho con especialización en derecho fiscal, es otro de los actores del movimiento. Es conocido en la comunidad juarense por su participación como oficial mayor en el Ayuntamiento de Juárez durante el periodo 1971-1974 y como secretario del Ayuntamiento de 1983 a 1986. Ademas, ha sido político y maestro del Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez. Dentro de la Renovación, es dirigente de la asamblea de oración en catedral y mantiene tuertes vínculos con el padre Richard Thomas desde 1976. La gran presencia de estos actores en el Movimiento Carismático de Ciudad Juárez hizo posible que a esta ciudad fronteriza llegaran desde distintos puntos del planeta, sobre todo de Estados Unidos y de Europa, personas interesadas en conocer y documentar en forma directa las experiencias del movimiento. Las acciones que mas llamaban la atención eran aquellas que tenían una marcada tendencia autogestiva, y en las cuales los marginados, como los "pepenadores" y las mujeres obreras de la industria maquiladora de exportación, jugaban un papel importante. Para algunos, dichas acciones tenían el sello de "acción social cristiana", para otros eran movimientos de vanguardia y para unos cuantos eran "sólo acciones reformistas". Este tipo de acciones, consideradas como intentos de resolver problemas estructurales de injusticia, fueron emprendidas, por un lado, por la doctora Valdés-Villalva y, por el otro, por el padre Richard Thomas, con su muy marcada visión asistencialista pero con una fuerte ascendencia sobre la sociedad estadunidense. Corrientes ideológicas a1 interior de la Renovación Carismática La Renovación Cristiana en el Espíritu Santo no vino a romper con las posiciones entre católicos conservadores y progresistas. De hecho, inicialmente, y por lo fuerte de la experiencia vivida, pareció disminuir la tensión entre las corrientes que se habían suscitado después del Vaticano II y en México, particularmente después de Medellín; pero ciertamente el liderazgo imprimió un sello que definía claramente la tendencia ideológica en las acciones que realizaron en nombre del movimiento. La corriente progresista dejó su huella en la Renovación en México, especialmente en el plano de lo social. La representaron principalmente monseñor Carlos Talayera y la doctora Guillermina Valdés-Villalva, ya que ambos habían tenido contacto con la Teología de la Liberación y pudieron encauzar de manera organizada a los grupos de los que fueron responsables. Ellos intentaron resolver problemas estructurales de injusticia, por lo que se concentraron en hechos conducentes a la organización civil, dentro de un marco económico de cooperativismo. En lo político, se movieron en la corriente principal en México y tuvieron tuertes vínculos con funcionarios de alto nivel involucrados en la toma de decisiones tanto en el ámbito local y regional como en el nacional. Aunque progresivamente se alejaron de los puntos mas conflictivos de la Teología de la Liberación, incorporaron sus principios fundamentales a sus tareas dentro de la Renovación. Esta corriente no fue mayoritaria ni en México ni en el mundo, principalmente por la gran influencia de los grupos estadunidenses en el movimiento a nivel internacional. Sin embargo, las acciones llevadas a cabo bajo la dirección de monseñor Talavera en el Distrito Federal y de la doctora Valdés-Villalva en Ciudad Juárez causaron 187 FRONTERA NORTH, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 tal impacto, que se volvieron ejemplo de la preocupación por la justicia social para la Renovación a nivel mundial. Sin embargo, a pesar de las acciones que llevaron a cabo y de las continuas exhortaciones de los obispos de no olvidar el compromiso social, no hubo gran respuesta para que las comunidades carismáticas se comprometieran a ejercer acciones tendientes a alcanzar un mundo más justo, más humano y más verdadero. La corriente conservadora en la ciudad de México la incorporó en mayor medida el padre Alfonso Navarro, y en Ciudad Juárez el padre Jorge Gustavo Fong, quienes, a pesar de no ser conservadores litúrgicamente, en lo ideológico representaron a una organización rígida y muy compacta, a través de los cursos obligatorios, concentrando su atención principal en grupos económicamente poderosos. Por su propia convicción y por la convicción de la feligresía que atraían, sus posiciones, desde un inicio, eliminaban metodológicamente toda preocupación social. Centraban su evangelización en la moral individual y familiar, para posteriormente involucrar a las comunidades en compromisos sociales de tipo asistencial. Esta corriente se vio fortalecida por las posiciones que tomaban los ministros protestantes que atendían a las clases media y media alta que habían abandonado la Iglesia católica conservando la hegemonía de clase aun dentro de la experiencia religiosa. La corriente norteamericazia, llevada a su máxima expresión por el padre Richard Thomas, inicia la búsqueda de organizaciones sociales alternativas formadas por hombres y mujeres con una fuerte experiencia de fe y con un rechazo casi maniqueo a "las cosas del mundo", definidas éstas como las estructuras económicas, políticas y sociales. Esta corriente influyó en el Movimiento de Renovación de todo el mundo. El padre Richard Thomas funda comunidades y organismos que se indisciplinan a la autoridad eclesiástica y civil y que son paralelas a las Iglesias diocesanas en donde trabaja, aunque nunca en abierto rompimiento. Mantiene, a la vez, una autoridad absoluta a través de su enseñanza y la palabra profética utilizada como máxima fuente de conocimiento, la cual se manifiesta por medio de personas incondicionales a él. Asimismo, apela a la convicción de que, en la gran confrontación apocalíptica entre el bien y el mal, la salvación viene a través de Estados Unidos: el mal está representado por la Unión Soviética y todas las culturas antiguas, consideradas idólatras. Esta convicción es tan fuerte en los grupos estadunidenses, que no sorprende que Reagan, influido por éstos, llame a la Unión Soviética "el imperio del mal", y que las culturas indígenas mexicanas y sus manifestaciones sean vistas como representaciones del demonio. Dicha corriente propone una vida austera, un desprendimiento efectivo de bienes materiales y una integración total con grupos marginados. Esta integración no es real, sino más bien los pobres se convierten en víctimas y beneficiarios del grupo dirigente. Lo anterior se enmarca dentro de una corriente asistencialista a través de la cual se ofrecen beneficios de alimentación y atención médica, principalmente a aquellos que aceptan la disciplina y el marco conceptual de los dirigentes. A la vez, esta corriente tiene una fuerte presencia en las cárceles, hospitales y tribunales para menores. El padre Thomas se convirtió en la salida misional de fondos provenientes de Estados Unidos, a1 recibir fuertes cantidades de dinero para sus obras. A partir de 1976, estas tres corrientes comenzaron a tener confrontaciones serias en relación con la dirección que debía tener el movimiento en México. La corriente progresista impulsó una sene de acciones tendientes a romper toda dependencia con Estados Unidos e integrar a ios miembros de la Renovación a la corriente de la Iglesia católica mexicana. 188 VALDÉS-VILLALVA/MOVIMIENTO CARISMÁTICO Lo anterior dio como resultado que en Ciudad Juárez se presentara una fuerte confrontación entre el padre Richard Thomas y el obispo Manuel Talamás Camandari, llegando la crisis a tal grado que el obispo nombró a la doctora Valdés-Villalva como autoridad diocesana sobre el padre Thomas para su actuación en la diócesis. Tal circunstancia provocó gran molestia en el padre Thomas por el hecho de estar sujeto a un laico que además era mujer. Lo anterior originó que para 1977 el padre Thomas y algunos de sus seguidores más fieles se retiraran de toda actividad diocesana, exceptuando actividades en la colonia 16 de Septiembre. Dichas actividades eran especialmente la razón de existir de los ranchos fundados para la producción de alimentos. De forma simultánea, se produjo un distanciamiento entre monseñor Carlos Talavera y el padre Navarro, que fue destruyendo la homogeneidad de enseñanza que se había buscado en el equipo nacional. Estas confrontaciones produjeron un sinnúmero de alianzas con los grupos organizados en el Distrito Federal. Los progresistas fueron apoyados por los grupos europeos de la Renovación, los cuales también empezaban a sentir el dominio de los criterios asistencialistas estadunidenses. La corriente norteamericana siguió apoyando a1 padre Thomas, a pesar de que también empezaba a haber cierto rechazo hacia él por su indisciplina y por algunas actitudes cerradas. La corriente conservadora mexicana se mantuvo apoyada principalmente por los grupos económicos fuertes que atendía, y con la consagración de Juan Pablo II esta tendencia conservadora se vio confirmada a nivel eclesial. El Movimiento Carismático en el clima político A partir del último informe del licenciado José López Portillo como presidente de la República, surge en México un clima de incertidumbre y angustia entre las clases media y media alta, así como en las grandes élites económicas. Dentro de la Iglesia esta angustia llevó a una nueva alianza, en donde las corrientes ideológicas que habían separado a participantes en distintos momentos religiosos se desvanecieron temporalmente y comenzaron a surgir una serie de reuniones, cuyo objetivo declarado era orar por México. Dentro de ese ambiente se interpretó la crisis mexicana como un castigo de Dios. Para la gran mayoría, especialmente para los que habían participado en la Renovación, era el cumplimiento de profecías que habían oído con anterioridad y que hablaban de la destrucción de las estructuras. Especialmente dramático para muchos de estos creyentes fue el recordar una profecía de 1975 que exhortaba a los cristianos a no poner su confianza en el dinero, dado que llegaría el día en que serían cerrados los bancos y todas las instituciones en las que hubieran puesto su confianza.28 Durante esos meses también fue dada a conocer por la Iglesia, aunque no oficialmente, la última profecía de Fátima, y comenzaron a llegar noticias de una nueva aparición de la Virgen en Yugoslavia. La ciudad de México se convirtió en el centro de una serie de reuniones en donde de la oración se pasé) a buscar formas de organización a través de las cuales los cristianos preocupados por México podrían actuar. Inclusive, se llego a la constitución de varios grupos con el objetivo "sagrado de salvar 28 Ralph Martin, Profecia Congreso de la Renovación Carismática, Roma, 1975. 189 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 a México". Las relaciones económicas y políticas de muchos de los participantes hicieron que la información privilegiada en los centros de toma de decisiones, así como la conducta moral, individual y familiar de las figuras más importantes de México, fueran analizadas como síntomas de un deterioro general nacional, con la conclusión de que el país requería de una renovación moral profunda que debía iniciarse en cada una de las familias de los participantes. Durante esta época, estuvieron ausentes el análisis estructural y las preocupaciones por los efectos de la crisis en los pobres de la nación. Posteriormente comenzaron a participar analistas invitados ex profeso para que los grupos conocieran la realidad nacional. Todos los que aceptaron estas invitaciones tenían una marcada tendencia conservadora y muchos eran simpatizantes o militantes del Partido Acción Nacional. En la ciudad de México estos ponentes no tuvieron mayor impacto, dado que un buen número de familiares y amigos de algunos de los dirigentes de los grupos en formación entró a tormar parte en los distintos niveles de la administración del gobierno del licenciado Miguel de la Madrid. En contraposición, en Ciudad Juárez, los grupos que se empezaron a reunir surgieron de las comunidades del padre Jorge Gustavo Fong, formados por el padre Alfonso Navarro. En estos grupos ya participaba para 1982 el contador público Francisco Barrio. A1 formarse el Frente Cívico de Participación Ciudadana en esta ciudad, no era discernible que el organismo estuviera formado mayoritariamenle por individuos identificados con algún movimiento o corriente ideológica de la Renovación, la evangelización fundamental o grupos religiosos dentro de la Iglesia Católica. Su organización parecía tratar de repetir la experiencia que había vivido Ciudad Juárez durante la época de los años cincuenta, cuando surgió un fuerte grupo cívico en el cual participaba un gran número de empresarios, comerciantes y profesionistas. Al ser nombrado candidato a la presidencia municipal Francisco Barrio, bajo las siglas del PAN, los grupos religiosos católicos en general vieron con simpatía el hecho de que un candidato se declarara creyente, y se comenzó a escuchar en algunas asambleas de oración la oración de intercesión a su favor. Sólo los grupos más progresistas dudaron de lo efectivo que pudiera ser un candidato y una administración con fuerte influencia conservadora y dentro de los postulados de Acción Nacional. Durante la campana, las comunidades matrimoniales de la parroquia de la Sagrada Familia comenzaron a actuar electoralmente como cuadros de Acción Nacional. El padre Jorge Gustavo Fong empezó a declararse simpatizante de Francisco Barrio. Asimismo, personas fuertemente identificadas con la Renovación y con la Sagrada Familia comenzaron a formar el liderazgo de los grupos paralelos y de apoyo electoral de Acción Nacional; entre ellos, especialmente fuerte por su capacidad de contactar a un grupo muy grande de mujeres, estuvo el Ancifem. Durante la campaña, además, se empezaron a observar predicaciones de la gran mayoría del clero que eran francamente pro Acción Nacional y la candidatura de Francisco Barrio. Asimismo, el obispo de Ciudad Juárez comenzó a hacer declaraciones en favor de una apertura democrática, pero manifestando una clara simpatía por los candidatos de Acción Nacional. A la elección de Francisco Barrio, y después de ciertas dificultades iniciales para la formación de su equipo, aparece el licenciado Sergio Conde Varela como secretario del ayuntamiento. Hasta esa fecha no se tenia conocimiento de que hubiera una relación a través del vínculo religioso entre Francisco Barrio y Sergio Conde Varela; incluso, este 190 VALDÉS-VILLALVA/MOVIMIENTO CARISMÁTICO último niega que hubiera entre ellos alguna relación o amistad. Conde Varela, fuertemente identificado con el grupo del padre Richard Thomas y dirigente de la reunión de oración en la catedral, comienza poco a poco a tener una influencia sobre Francisco Barrio. La experiencia inicial de Barrio dentro del curso de evangelización fundamental en la Sagrada Familia, con la metodología del padre Alfonso Navarro, viene a vincularse con la posición del padre Richard Thomas. Lo anterior explica la necesidad de Francisco Barrio de irse a vivir a una colonia proletaria, así como su aceptación de una serie de estrategias, como los ayunos (sin llegar a huelgas de hambre) y, posteriormente, el comenzar a identificarse a sí mismo como profeta con una misión divina. La evolución en la vida religiosa de Francisco Barrio empieza a ser dirigida por el licenciado Conde Varela y el padre Richard Thomas, para después encontrar un clima general en donde varias personas de la Renovación comienzan a recibir la "iluminación" de que, en efecto, era un "profeta" y que, ya en su segunda huelga de hambre, de su carpa salía una gran luz. Esta aceptación de la Renovación Carismática por parte de Francisco Barrio, a1 principio muy personal, fue posteriormente el gancho para que muchos de sus simpatizantes aceptaran un movimiento que hasta esa fecha no estaba del todo identificado con la corriente principal de la Iglesia católica. De hecho, fuera de esos dos casos, la administración panista no tiene elementos reconocidos como miembros del Movimiento de Renovación, y aunque todos los funcionarios son creyentes y militantes católicos, muchos de ellos se volvieron más creyentes o más militantes después de su incorporación a1 ayuntamiento panista. Si en la dirección de la administración no hubo una fuerte presencia del Movimiento de Renovación, sí la hubo en la dirección de los movimientos paralelos y de los comités de vecinos, así como en los grandes grupos de apoyo que se formaron durante las huelgas de hambre y, más tarde, durante la contienda electoral. Tampoco se conoce que entre los ideólogos de Acción Nacional de Ciudad Juárez estén presentes renovados o carismáticos, y sí se tiene conocimiento de que Francisco Villarreal Torres sistemáticamente ha rechazado este movimiento. Por lo tanto, podríamos concluir que la Renovación Cristiana en el Espíritu Santo en Chihuahua, dentro del clima político, le ha proporcionado a1 Partido Acción Nacional, y concretamente a Francisco Barrio, una base de apoyo intersectorial francamente militante, con gran experiencia en movilización y con una dedicación a una idea que él cree inspirada por Dios. También lo ha provisto de la utilización de una metodología de la propia Renovación y su dinámica para la movilización política. Al término de este trabajo se considera que existen en Ciudad Juárez entre 15 mil y 20 mil personas que se identifican a sí mismos como carismáticos. La gran mayoría de ellos puede considerarse simpatizante de Acción Nacional. Reflexiones finales En el momento en que fue realizado este trabajo, todos los grupos de Renovación Cristiana en el Espíritu Santo que componen el movimiento en México poseían igual número de características positivas y negativas. Aun para la Iglesia ha sido difícil aceptar incondicionalmente este movimiento y los obispos tratan de mantenerlo controlado y altamente vigilado. 191 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 A pesar de que en Estados Unidos y en Europa el movimiento ha madurado considerablemente y sigue dentro de sus características nacionales, en el umbral del siglo XXI no deja de ser difícil de comprender, para los cuadros que se dedican a estudiarlo y fundamentarlo lógica y formalmente, un fenómeno tan complejo, cuya consolidación está basada en el reclutamiento de personas con características muy parecidas a las de los iniciadores de este movimiento (es decir, de aquellos que le imprimieron a1 movimiento su sello ideológico), así como por las experiencias históricas de los movimientos entusiastas divisivos a1 intentar enmarcarlo dentro de esta corriente por las características de alguna de sus corrientes internas. En México, pero especialmente en Ciudad Juárez, el movimiento sigue extendiéndose entre personas con poca educación formal y religiosa que se adscriben a él en momentos de crisis personal, y ya dentro de él reciben poca información y escasa formación sobre la experiencia que viven. La casi nula participación del presbiterio y de el pequeño grupo de sacerdotes que existe en la diócesis limita a la Iglesia diocesana en su capacidad para atender adecuadamente ese fenómeno. Para suplir esta falta de atención y formación de parte del presbiterio y para protegerse de las posibles desviaciones que reconoce como un peligro real, el movimiento en Ciudad Juárez ha inculcado una obediencia y sumisión a la Iglesia, a la autoridad del obispo, a los sacerdotes y a los dirigentes laicos. La mencionada actitud de la mayoría de los participantes en este movimiento, con la marcada excepción de aquellos que le tienen una especial lealtad a la corriente norteamericana, permite que la Iglesia mantenga a1 movimiento dentro de los límites permisibles. En lo referente a la participación de los militantes del Movimiento Carismático en los procesos políticos del estado de Chihuahua, y principalmente en Ciudad Juárez, se podría concluir que en el movimiento de resistencia pacífica postelectoral la clave de la actuación de las personas participantes está en que interpreten la voluntad del señor obispo y de sus párrocos, y en menor grado, en la identificación y proyección de sí mismos y de la voluntad de Dios en la persona de Francisco Barrio. En el caso de Francisco Barrio, en la medida en que él siga contando con el apoyo de alguna pequeña comunidad que continúe reafirmándolo en la convicción de que tiene una misión divina, se podrá sostener y establecer relaciones con grupos y personas con influencia en comunidades y ciudades a través de la red nacional e internacional con que cuenta la Renovación; y en el caso de Estados Unidos, con grupos que no sólo le ofrecerán una tribuna abierta sino un apoyo económico considerable. 192 FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM, 15, ENERO-JUNIO DE 1996 NOTA CRITICA Carisma y educación cívica en Ciudad Juárez: comentarios a1 escrito de Guillermina ValdésVillalva, "Movimiento carismático" Víctor Gabriel Muro Desde luego, dedicado a la memoria de Guillermina Valdés-Villalva Este escrito pretende ser un complemento del artículo de la doctora Valdés-Villalva. Me he atrevido a emprenderlo porque tuve la feliz oportunidad de conocerla y de aprender mucho de sus ideas sobre el tema que ahí aborda, y porque, por lo tanto, soy deudor de ella en mi estudio sobre la Iglesia juarense. En efecto, Guillermina Valdés-Villalva, en una entrevista y en un breve escrito suyo, me sumergió en la realidad sociorreligiosa de Ciudad Juárez de tal manera, que su interpretación fue una guía con la cual pude conocer el desempeño de la Iglesia católica local en el proceso social que va de 1972 a 1987. Con su amplísimo conocimiento de primera mano, con claridad teórica y con capacidad sintética, Valdés-Villalva me dio las claves necesarias para situar las orientaciones, periodos, tendencias, causas y consecuencias de la interacción Iglesia-sociedad civil juarenses. En cuanto a su escrito, considero que es sólo un esbozo, un esquema, que seguramente hubiera desarrollado con toda la amplitud y riqueza de las que era capaz, y que no lo hizo por su prematura muerte. Sin embargo, aun así, este esquema es invaluable por el hecho de que la autora se sitúa como parte involucrada en las acciones que analiza. Nadie mejor que ella, como investigadora, pudo haber reflexionado sobre el grupo a1 que perteneció y en el cual fue protagonista principal del proceso que nos ocupamos. El escrito, eon un estilo sencillo, define términos, propone ideas y saca conclusiones claras. Tiene la principal virtud de conducir a1 lector desde el punto más general a1 mas particular y desde lo mas elemental hasta lo mas complejo, de tal forma que su comprensión es muy accesible y nítida. Valdés-Villalva no deja de lado algo imprescindible en la labor científica del analista social: confiesa su subjetividad y su participación en el fenómeno que examina, para después tomar distancia y abordarlo con objetividad. Es una premisa de honestidad intelectual que esta bien marcada en su trabajo. 193 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Los siete apartados del escrito están debidamente articulados en cuanto a la coherencia y estructura interna de cada uno de ellos: parte de lo general a lo particular, describe y analiza. En la introducción establece una problematización, las premisas teóricas y la definición conceptual. Con esto puede entonces explicar el proceso a nivel mundial, nacional y local, siempre apoyándose en material bibliográfico y en datos de primera mano. En la introducción también sitúa en una panorámica histórica el fenómeno de los grupos entusiastas divisivos, entre los que se encuentran los pentecostales contemporáneos, como aquellos que, desde el origen del cristianismo, han surgido como una reacción a1 relajamiento de la vida espiritual de las Iglesias. Como tales, han criticado severamente jerarquías y estructuras, lo que los hace contestatarios y conflictivos, pero también reformistas, lo cual redunda en beneficio de las mismas instituciones, pues las refuncionalizan. Desde esta perspectiva debe entenderse la actuación de estos movimientos, como pasó con el jansenismo, el anabaptismo, etcétera. Los grupos pentecostales católicos actuales fueron producto del Concilio Vaticano II, de fines de la década de los sesenta, que se realizó justamente cuando la Iglesia estaba en medio de una severa crisis de autoridad y crecimiento. El Movimiento Carismático, que nació en las universidades de Duquesne y Notre Dame, en Estados Unidos, se extendió rápidamente, pero junto con él, en Latinoamérica, creció una corriente con muy diferente orientación, la Teología de la Liberación. Valdés-Villalva se cuida de verlos corno opuestos. En ambos casos se trata de respuestas renovadoras dentro de la Iglesia que pueden complementarse. En este sentido, puede observarse la trayectoria que sigue la autora: no todos los grupos carismáticos tienen las mismas expresiones sociales. Entre ellos hay grupos indiferentes ante la realidad social o que sirven como instrumentos del imperialismo, pero también los hay que combinan su carácter entusiasta con una protunda preocupación social (derivada en buena medida de la Teología de la Liberación). El examen de los grupos carismáticos se traza, pues, a partir de una matriz, es decir, de grupos que reclaman la pureza en la costumbre, la vuelta a lo sagrado dentro del cristianismo, y por ello se vuelven disidentes, pero con una gran diversidad en su actuar social y, por ende, político. Esto elimina la imagen, de sentido común dentro del catolicismo, que los ubica necesariamente ligados a1 statu quo. Cuando Valdés-Villalva habla de los antecedentes del movimiento, intenta mostrar que éste es genuino. Desde sus orígenes, en 1967, quienes lo iniciaron (universitarios) satisficieron plenamente sus necesidades espirituales a1 realizar el "Bautizo en el Espíritu Santo", de tal manera que rápidamente se extendió en todo el mundo. Esto suscitó tal inquietud y desconfianza de la jerarquía católica, que desde entonces vigilé) el desarrollo del movimiento. Es en este aspecto en el que se muestra el patrón de comportamiento; divide v causa conflictos dentro de la institución. En seguida Valdés-Villalva señala los fenómenos característicos relacionados con e! movimiento, tal vez con el fin de evitar la parcialidad en su análisis. Si bien el movimiento ocasionó una mayor entrega a la oración, un enriquecimiento de los clones otorgados por el Espíritu Santo y un aumento del apostolado, entre otras cosas, también se volvió muy susceptible de caer en el fanatismo, el escapismo, el engolosinamiento, que ha llevado a posturas sectarias y exclusivistas dentro de la Iglesia. 194 MURO/CARISMA Y EDUCACIÓN CÍVICA EN CD. JUÁREZ Desde este punto de vista pueden verse más objetivamente los comportamientos sociales del movimiento. Ya en este marco, Valdés-Villalva comienza su examen concreto del desarrollo del movimiento en México, en el cual ella interviene como participante directa. Sin calificar de algún modo a1 movimiento, ella se remite a los hechos. Desde 1970 comienza a establecerse el movimiento en dos centros principales: el Distrito Federal y Ciudad Juárez. En el primero resulta fundamental la actividad de la jerarquía eclesiástica, es decir, es el episcopado el que toma la iniciativa para introducirlo; mientras que en el segundo es importado de Estados Unidos, y surge y crece entre grupos de laicos. Esto es importante anotarlo, porque en el primer caso el control eclesiástico se da de antemano; como los grupos entusiastas tienden a trazar caminos heterodoxos, el control se da por anticipado, y pierden pronto su carácter disruptivo. En cambio, en Ciudad Juárez el movimiento (muy ligado a una vertiente protestante) se conserva en el ámbito del catolicismo por la habilidad de un jesuita, pero contiene fuertes rasgos autonomistas. El impulso que lleva lo hace chocar de inmediato con la autoridad diocesana, Mons. Manuel Talamás Camandari, un obispo que ya desde entonces se caracterizaba por sus posiciones renovadoras, aunque más cercanas a la Teología de la Liberación. Valdés-Villalva no revela los hechos que en este sentido ella conocía muy bien. Por ejemplo, no informa que en 1970, con el auspicio de la diócesis, se había celebrado una reunión de teólogos latinoamericanos y estadunidenses partidarios de la Teología de la Liberación, que tuvo repercusión internacional; y que en ese tiempo ya la estructura diocesana funcionaba de acuerdo con las líneas pastorales de la Teología de la Liberación. Esto se puso en evidencia cuando, el 9 de febrero de 1972, Mons. Talamás y los sacerdotes de la diócesis publicaron un documento en varios diarios locales y nacionales donde hacían referencia a los asaltos y secuestros ocurridos en ese tiempo y a la situación política prevaleciente en el país. Ahí los clérigos juarenses señalaban su deber de ejercer una misión profética de denuncia de la situación de pecado que vivía el país desde el movimiento estudiantil de 1968, pues la versión oficial y de los medios de comunicación sobre los hechos era falsa, ya que los asaltos y secuestros no obedecían a simples acciones delictivas sino, más bien, a una desesperada aspiración por la justicia y la libertad que el gobierno negaba sistemáticamente. Resultaba obvio, en consecuencia, que la Renovación Carismática, como una expresión centrada en la búsqueda de dones sobrenaturales, chocara con una visión eclesiástica preocupada por una racionalidad científica y una aguda conciencia social. Sin embargo, el obispo Talamás se preparaba para enfrentar un reto en particular: en su diócesis existía un claro proceso de secularización que ya erosionaba notoriamente a la Iglesia. Por su carácter de ciudad fronteriza, la migración, la invasión de confesiones no católicas y la diversificación económica contribuían a que Ciudad Juárez se estuviera convirtiendo en un lugar desacralizado. Y más aún, los sectores sociales medios y altos se oponían a la pastoral liberadora del prelado, quien era pública y duramente atacado por ellos. Estos factores fueron decisivos para atenuar el conflicto entre Talamás y los grupos carismáticos. Muy probablemente éstos motivaron una seria reflexión del obispo que lo situaba ante una alternativa: continuar con su pastoral liberadora, y entonces desarrollar 195 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 un trabajo predominantemente popular, con resultados inciertos y contraponiéndose a la gran mayoría de los obispos mexicanos, o tomar distancia de la Teología de la Liberación y "pactar" con los grupos carismáticos para ganar terreno entre los estratos medios (donde el movimiento había adquirido una singular fuerza), y desde ahí proyectarse a todos los ámbitos y estratos sociales, sin abandonar del todo la idea de introducir en la pastoral una concientización social, más en función de la crítica a la corrupción y antidemocracia del sistema político que de la justicia social. Si fue así, es claro que optó por la segunda opción. Todo esto nos da la posibilidad de entender con mayor profundidad el proceso apenas esbozado por ValdésVillalva. Por eso puede percibirse, después de 1972, un prudente acercamiento del obispo a1 movimiento, a pesar de la contraposición existente. Así, Talamás y el arzobispo de Chihuahua, Adalberto Almeida, aceptaron paulatinamente a1 movimiento. A partir de 1975 se da una amplia difusión a la Renovación Carismática en ambas diócesis, pero ejerciendo un control sutil y la preocupación por la participación cívica. Estos aspectos neutralizaron la tendencia autonomista del movimiento, pero también lo dividieron. De cualquier manera, de aquí parte el gran impulso para recuperar el terreno perdido por la Iglesia en la zona. Esto coincide con la información que menciona Valdés-Villalva de que en 1972 el conocido sacerdote Gustavo Fong convocó a los grupos carismáticos a incorporarse a su parroquia, la de la Sagrada Familia, pero pronto rompe con ellos, lo cual tuvo su costo: el grupo se vinculó a sectores protestantes, aunque creció mucho en los sectores medios juarenses. Talamás, en consecuencia, obró con más cuidado y publicó dos documentos. F.I primero, de 1974, advertía los riesgos de desvío que corrían los grupos carismáticos trente a la ortodoxia católica, pero no prohibía la dirección protestante que tenían. Posteriormente, ya dentro de una estrategia del Episcopado Mexicano, Talamás se acercaría más a estos grupos e instrumentaría acciones para ganar espacios entre ellos. Valdés-Villalva formaba parte del equipo que tenía tal consigna. EI segundo documento episcopal, de 1975, fue mucho más conciliador, aunque también alertaba sobre peligros (especialmente el de las desviaciones que podría tener el Movimiento Carismático a1 estar vinculado a Iglesias protestantes), y es el punto de arranque del cambio de orientación de la diócesis. Ya no hubo objeción de fondo para que el movimiento fuera aceptado en la nueva estrategia de evangelización. Es en este ano cuando la Renovación Cristiana en el Espíritu Santo llega a tener alrededor de 500 grupos. Resulta, entonces, significativo que la característica particular del Movimiento Carismático diocesano de Ciudad Juárez, en relación con el comportamiento que tenía a nivel nacional, era que "...tomó, a través de su liderazgo, posiciones concretas y públicas de denuncia, en especial contra el sistema de explotación económica, como fue el caso de los 'pepenadores' del basurero municipal", como lo consigna Valdés-Villalva. El sacerdote Gustavo Fong retoma la idea de agrupar a los carismáticos de clase media y alta en su parroquia, pero ya dentro de un nuevo sistema que hace mucho más controlable a1 movimiento dentro de la línea pastoral diocesana, lo que después se llamaría SINE (Sistema Integral de Nueva Evangelización). Este hecho tuvo una repercusión central en la participación política de los cuadros eclesiales de laicos que tendría lugar durante la década de los ochenta, no como grupos carismáticos, sino como organizaciones integradas a través de una base religiosa. 196 MURO/CARISMA Y EDUCACIÓN CÍVICA EN CD. JUÁREZ En el apartado sobre los actores principales en Ciudad Juárez, Valdés-Villalva menciona a quienes, de manera sustancial, imprimían el carácter social de la Renovación Carismática en Ciudad Juárez: el jesuita norteamericano Richard Thomas, por su gran obra asistencial; el obispo Carlos Tala vera, encargado de los movimientos carismáticos, por su trayectoria de trabajo social; los misioneros del Espíritu Santo Salvador Carrillo Alday y Alfonso Navarro, quienes han sido los más notables teóricos difusores del movimiento a nivel nacional; el ya mencionado clérigo Gustavo Fong; el juarense Sergio Conde Varela, y la misma Guillermina Valdés-Villalva, quien, como fundadora de organizaciones sociales y como académica, se hacía partícipe de la dirección del movimiento. Después (a clara orientación asistencialista-autogestiva del movimiento entre ios sectores populares se fractura. Por desgracia, Valdés-Villalva da una explicación muy breve, y por tanto insuficiente, de ello. No es creíble que ella no pudiera extenderse más a1 respecto. Quizá su misma condición de participante la obligaba a no hacer públicos y más explícitos los conflictos internos. Nos queda la tarea de tratar de profundizar en ese aspecto a la luz del contexto de las actividades eclesiásticas en la zona. Al mencionar Valdés-Villalva las corrientes ideológicas de la Renovación Carismática, señala las tres vertientes que se dieron tanto a nivel nacional como local: la progresista, la conservadora y la norteamericana. Las tres tienen conflictos entre sí desde 1976. La primera, a la que pertenecía la autora, simpatizaba con la Teología de la Liberación y pugnaba por una acción práctica del movimiento; la segunda, encabezada por los clérigos Alfonso Navarro y Gustavo Fong, eliminó toda preocupación social y, en cambio, se centró en contrarrestar la influencia protestante; la tercera, la menos importante, era lidereada por el jesuita Richard Thomas, quien, aunque privilegiaba un compromiso social radical con los pobres, expresaba el maniqueísmo propio de la guerra fría, en el que Estados Unidos era considerado la tabla de salvación, y la Unión Soviética y las culturas antiguas, las fuentes del mal. En realidad, la pugna ideológica se protagonizó entre las dos primeras. Valdés-Villalva apunta que la correlación de fuerzas a nivel mundial, con la llegada de Juan Pablo II, favoreció el triunfo de la orientación conservadora, pero sin aludir a1 proceso interno de la diócesis, que me parece mucho más definitorio. En efecto, como ya quedó señalado, la diócesis enfrentaba tres serios problemas para realizar eficazmente su prédica: el proceso de secularización, la invasión masiva de confesiones no católicas y la animadversión de los sectores sociales dominantes hacia su pastoral popular. Era lógico que tenía que reconsiderar sus posiciones, y el movimiento carismático se presentaba como un instrumento idóneo para revertir la tendencia erosiva. La forma de hacerlo era controlándolo institucionalmente y renunciando a posiciones radicales. Si bien esta postura favoreció a la corriente conservadora, le añadió el ingrediente de la educación cívica, la cual dinamizó notablemente una participación masiva de estos grupos en todos los niveles sociales en contra del sistema político, característica única del proceso social chihuahuense. El siguiente apartado, que trata el Movimiento Carismático en el clima político, contiene una referencia mucho más amplia sobre el proceso social, pero también insuficiente. Valdés-Villalva observa que el factor externo, es decir, la crisis económica y política del país, desencadenó la politización de los grupos carismáticos. Indica que tal tactor atemperó las diferencias entre las corrientes del movimiento y generé) una oposición 197 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM, 15, ENERO-JUNIO DE 1996 común a1 gobierno, de tal manera que el PAN logró aliarse con ésta. Pero la autora advierte que antes el movimiento no tenía filiación política, y que fue tal coyuntura la que motivó a muchos de sus miembros a participar con el PAN, como fue el caso de Francisco Barrio, un miembro muy activo del movimiento, que fue presidente municipal de Ciudad Juárez de 1983 a 1986, candidato a la gubernatura de Chihuahua en 1986 y, finalmente, ahora es gobernador para el periodo 1992-1998. Valdés-Villalva nos informa que los miembros del movimiento que conformaban los bloques políticos opositores ligados a1 PAN provenían de la corriente conservadora, la dirigida por el padre Fong, pero que también arrastró a los miembros de las otras dos corrientes. Con esto se afirma, por un lado, la no pertenencia del movimiento a ningún partido en especial y, por otro, que se mantenían las diferencias entre las corrientes, aunque apoyaran a Barrio. Nuevamente, aquí falta profundidad en el análisis. El Movimiento Carismático, como mencionamos, quedó enmarcado en el proceso que seguían las diócesis de Chihuahua y Ciudad Juárez. Desde 1975, sus obispos dedicaron especial atención a la educación cívica de los feligreses (como consta en los documentos oficiales que publicaron), mediante las "pequeñas comunidades", que eran grupos reducidos de oración, típicos del Movimiento Carismático, donde reflexionaban, a través de escritos, cursos y reuniones, sobre la relación entre acción política y fe. Este fenómeno se desarrolló con mucha fuerza entre los sectores medios y altos, debido a su mayor nivel educativo y a las grandes redes de interrelación que existen en Ciudad Juárez entre esos sectores, pero adquirió aún más fuerza cuando dichos sectores fueron los más afectados por la devaluación y la estatización de los bancos en 1982. Posteriormente, en la coyuntura de 1983, cuando el PAN ganó las elecciones de los municipios más importantes del estado, y en la de 1986, cuando se suscitó el gran conflicto político por el fraude electoral sufrido por el PAN a1 disputar la gubernatura, la actividad opositora estuvo también sostenida principalmente por diferentes grupos eclesiásticos, y no sólo los carismáticos, aunque éstos eran hegemónicos en Ciudad Juárez. La razón era la misma: el proceso seguido desde la segunda mitad de los años setenta se había articulado con las pastorales de Chihuahua y Ciudad Juárez, que proponían un compromiso cristiano de acción contra la corrupción y la antidemocracia del sistema político mexicano. Con ello, la Iglesia no sólo educaba cívicamente, sino también se legitimaba y se hacía presente en todos los ámbitos sociales. Si bien las diferencias entre los miembros de la renovación carismática persistían, éstas quedaron minimizadas o quizá desaparecieron en los últimos años. El resultado fehaciente de su actividad fue un cambio político trascendente, a1 ganar la gubernatura del estado uno de sus miembros, pero igualmente importante fue que se convirtieron en los actores principales de un cambio religioso en la región. Esta es la consecuencia que Valdés-Villalva trata de resaltar en su análisis de los grupos carismáticos. Y creo con seguridad que también hubiera sido mucho más amplio y agudo si hubiera tenido la oportunidad de concluirlo. Pero, vale la pena insistir, aun así, tal y como quedó, el escrito es un aporte importante para el estudio de los grupos carismáticos y el proceso social de Ciudad Juárez. 198 FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 RESENA BIBLIOGRÁFICA Jorge Durand Más allá de la línea. Patrones migratorios entre México y Estados Unidos México, Conaculta, 1994, Col. Regiones Alejandro Canales Cerón*1 La tradición antropológica es de vieja data en el estudio de la migración de mexicanos a Estados Unidos. Sin embargo, sólo en los últimos lustros ha vuelto a adquirir relevancia este tipo de enfoques. Después de los trabajos de Manuel Gamio y Paul Taylor en los años veinte y treinta, esta línea de investigación sólo se recuperó hacia mediados de los años setenta. A partir de entonces se han sucedido diversos estudios de caso y comparativos, principalmente de comunidades rurales de la región occidente de México. En este tipo de investigaciones el énfasis se ha puesto en los factores microsociales y culturales que condicionan la dinámica y estructuración del proceso social de la migración. En particular, el análisis se orienta a identificar y reconstruir las formas y mecanismos en que se desenvuelve el proceso migratorio, y los agentes sociales y las instituciones culturales que se ponen en movimiento con la migración, los que, paralelamente, devienen factores de perpetuación y reproducción cotidiana en el tiempo del proceso migratorio. Más allá de la línea. Patrones migratorios entre México y Estados Unidos se inscribe en esta tradición de estudios etnográficos, con una importante reconstrucción histórica del proceso migratorio, apoyada en información cualitativa. Aunque Durand acepta que los enfoques estructurales y cuantitativos permiten una adecuada reconstrucción de las tendencias migratorias, así como una caracterización económica y sociodemográfica de los patrones migratorios, su perspectiva de análisis le da prioridad a los métodos de corte histórico-antropológico, lo mismo que a técnicas cualitativas de aproximación a1 objeto de estudio. Con base en estas técnicas (historias de vida, entrevistas a profundidad, análisis de discurso, entre otras), Jorge Durand propone una reconstrucción de la morfología del proceso migratorio, de su evolución a través de las historias individuales, así como de la identificación de sus puntos críticos. La decisión de emigrar, la selectividad, el viaje y el cruce, los mecanismos de inserción laboral, la decisión de] retorno, el regreso y la reinserción en la comunidad, son aspectos de la migración que sólo pueden aprehenderse con un minucioso análisis de las historias individuales, en las que la reconstrucción de los "eventos" descritos pasa por la construcción simbólica que los individuos hacen de tales aspectos. * Profesor-investigador, Departamento de Estudios de Población, El Colef. E-mail: [email protected] 199 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 En su investigación, Durand hace un estudio comparativo de 11 comunidades de la región occidente de México, que pertenecen a tres contextos socioeconómicos diferentes. Cuatro comunidades de zonas urbano-industriales: San Marcos (Guadalajara) y Santiago, en Jalisco, y León y San Francisco del Rincón, en Guanajuato; tres comunidades enclavadas en zonas de agricultura moderna y productiva: Ario de Rayón y Chamitlán, en Michoacán, y Romita, en Guanajuato, y cuatro comunidades rurales de zonas de agricultura tradicional: Unión de San Antonio, San Diego de Alejandría y Altamira, en Jalisco, y Mineral de Pozos, en Guanajuato. En estas 11 comunidades se da una importante presencia de la emigración internacional. A través de técnicas cuantitativas (encuestas), Durand reconstruye las tendencias de la emigración en cada comunidad, confirmando la emergencia de nuevos sujetos y actores en el flujo migratorio: la salida de emigrantes desde localidades rurales sin tradición migratoria, la creciente participación de pobladores urbanos de barrios populares y, finalmente, la migración de mujeres solas a Estados Unidos. Al analizar los perfiles sociodemográficos y ocupacionales de los emigrantes de cada comunidad, encuentra que se trata de población joven en edad de trabajar, alta proporción de casados, en particular hombres, aunque progresivamente más mujeres se incorporan a1 flujo. En general, Durand confirma los hallazgos de otras investigaciones realizadas desde fines de los años setenta. El autor pone énfasis en factores económico-estructurales en la explicación de estas nuevas tendencias de la emigración internacional, y encuentra que el factor desencadenante es la crisis económica, que se expresa tanto en la crisis de la sociedad rural como en el deterioro de las condiciones de vida y en la caída del empleo urbano. Comunidades rurales que tradicionalmente aportaron migrantes hacia las grandes urbes del país, a partir de los años setenta no encontraron en ellas ni el mercado de trabajo ni las condiciones de vida de épocas anteriores. Esto dio origen a una restructuración de los patrones geográficos de la migración mexicana, tanto interna como internacional. Asimismo, la incorporación de las mujeres a1 mercado laboral parece expresarse también en un incremento de la emigración femenina a Estados Unidos, la que constituiría una opción leal para aquellas mujeres que buscan empleo pero que no logran insertarse adecuadamente en sectores urbanos, ni en zonas rurales tradicionales, ni en zonas rurales de reciente expansión. El estudio comparativo de las 11 localidades le permite a1 autor dar cuenta de la magnitud y difusión del proceso migratorio, así como de su creciente heterogeneidad, especialmente en términos del origen laboral y geográfico de los migrantes. Mientras en los sectores urbanos emigran los trabajadores con ciertos niveles de especialización, en los sectores rurales siguen emigrando los jornaleros agrícolas, quienes se ubican en los estratos más bajos de la escala ocupacional. Asimismo, la emigración se genera por igual aun en contextos socioespaciales muy diferentes. Tanto en zonas rurales tradicionales como en zonas urbanas industriales y en zonas agrícolas modernas, la emigración a Estados Unidos es progresivamente un fenómeno recurrente. Con la reconstrucción histórica del proceso migratorio en estas 11 comunidades, Durand concluye que la emigración internacional es un fenómeno complejo y heterogéneo que se ha dado en muy diferentes contextos macroestructurales de la economía mexicana, lo que dificulta la generalización de los patrones migratorios, así como su conceptualización mediante explicaciones e interpretaciones de corte histórico-estructu- 200 RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS ral, en la medida en que ellas han surgido del análisis de situaciones determinadas y específicas. Por un lado, el argumento de que la falta de tierras era el factor de expulsión de los campesinos se ve opacado por la presencia de la Reforma Agraria aun en aquellas regiones de fuerte tradición migratoria. Por otro lado, la teoría del atraso agrícola como factor de emigración no parece operar en comunidades rurales insertas en procesos de modernización agrícola. Asimismo, las explicaciones construidas a partir de la carencia de alternativas laborales en los lugares de origen parecen ser refutadas por la alta emigración aun en aquellas comunidades rurales y rur-urbanas en las que se han incrementado las opciones de empleo industrial, con el establecimiento de pequeñas y medianas industrias que requieren, precisamente, de espacios "no urbanos" para desarrollarse. Finalmente, los argumentos que señalan a la crisis económica, que afecta con mayor intensidad a los mercados de trabajo urbanos, parecen no operar en ciudades donde la emigración internacional se ha mantenido a pesar de que la oferta de puestos de trabajo haya crecido y se haya diversificado. Con base en lo anterior, Durand sostiene que ...la explicación que dé cuenta del proceso, en múltiples localidades y en muy variadas situaciones, tiene que ver principalmente con el carácter mismo del fenómeno migratorio, que tiende a perpetuarse y acrecentarse a medida que gana experiencia. Se trata de una cultura del trabajo que asume la alternativa migratoria como una opción privilegiada, con relativa independencia de la situación económica nacional y regional y los recursos a los que tiene acceso (p. 183). En el caso de la región occidental, por ejemplo, la migración parece adaptarse y sobrevivir con soltura en diversos contextos socioeconómicos, en localidades completamente diferentes, en una gama bastante amplia de estratos sociales y en situaciones históricas muy variadas. Esto lleva a1 autor a centrarse en factores culturales y microsociales; en particular, en el papel de las redes sociales y familiares en la reproducción cotidiana y en la perpetuación en el tiempo del proceso migratorio, lo que a su vez lo lleva a establecer otros análisis con técnicas cualitativas, de ciertos eventos y aspectos de significativa importancia en la conformación y reproducción social de estas redes familiares, tanto a uno como a otro lado de la frontera. Desde esta perspectiva analítica, Durand retoma su investigación centrando su análisis en la localidad de San Francisco del Rincón, en Guanajuato. A través de este estudio de caso, el autor profundiza en diversos aspectos y momentos del proceso migratorio, poniendo énfasis en tres elementos: la reconstrucción de historias migratorias, las pautas de inserción laboral en Estados Unidos y los impactos culturales de la migración en las comunidades de origen. Con la aplicación de historias de vida, Jorge Durand recupera la historia migratoria de tres individuos, quienes emigraron en distintos momentos y con trayectorias diferentes. No obstante, se trata de "tres historias en una", pues en cada una de ellas se detecta la presencia de diversos aspectos comunes, a pesar de las múltiples diferencias de cada historia individual: por un lado, la presencia de factores económicos y sociales concretos vinculados con el contexto estructural de la emigración; por otro, un ambiente cultural que apoya y sustenta la migración, y también una causa precipitante relacionada con una 207 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 situación personal o de crisis. Finalmente, la posibilidad de apoyarse en una red de relaciones familiares y comunitarias, que empieza en el momento de tomar la decisión y termina en el momento del retorno y reinserción del migrante en la comunidad de origen. Para Durand, el eje articulador de estas tres historias es la activa presencia de la red familiar, la que resulta trascendental, pues, aun cuando la modalidad migratoria puede haber variado sustancialmente, "es a1 interior de la familia y en la localidad donde se comparte la información necesaria para poder viajar, pasar la frontera y conseguir trabajo en Estados Unidos" (p. 210). Esto se acentúa en el caso de la migración indocumentada, dada la mayor necesidad de apoyarse en redes familiares y comunitarias desde el inicio mismo de la experiencia migratoria. Durand ilustra más detalladamente este papel de las redes sociales y familiares, a1 analizar la migración de una persona de la comunidad rinconense hacia la ciudad de Reno, Nevada. Allí, la presencia de una red familiar y comunitaria permite el acceso a trabajo, vivienda, solidaridad, vida cotidiana, etcétera, todo lo cual facilita y reduce los costos económicos, sociales y simbólicos de la migración. Un caso ilustrativo es el acceso a puestos de trabajo a través de redes familiares, lo que posibilita cierta segmentación del mercado laboral. En este esquema parecen operar dos lógicas complementarias. Por un lado, esta segmentación le permite a1 empresario la diferenciación de salarios, a la vez que la presencia de trabajadores familiares permite disminuir las tensiones y solventar ciertos costos (cubrir las horas extras o suplir a un familiar enfermo, por ejemplo). Por otro lado, el uso de la red familiar le asegura a1 migrante un puesto de trabajo en Estados Unidos. Tal es el caso, por ejemplo, de las recamareras y trabajadores de mantenimiento y limpieza en los casinos de Reno. En cuanto a los aspectos culturales de la migración, el autor señala que es poco lo que se ha avanzado en el estudio del impacto cultural de la migración a1 interior de México, en las comunidades de origen y en los trabajadores migrantes. Las investigaciones se han centrado en otras líneas: el Movimiento Chicano, la realidad fronteriza, y en expresiones culturales como el lenguaje, la música, el cine y el teatro, entre otras. No obstante, el autor indica que en las comunidades analizadas parece existir una profunda imbricación de la migración en su cultura cotidiana: los sistemas de normas, sanciones y valores, la expresión y vivencia religiosas, las costumbres acuñadas o modificadas a partir del contacto, entre otros aspectos, son expresiones culturales de la experiencia de los migrantes del occidente de México, que ilustran, no tanto una dinámica de aculturación propiamente tal, como "un proceso de asimilación cultural del fenómeno, conformando una manera de vivir, concebir y asumir las consecuencias y compromisos de la migración internacional" (p. 291). Durand nos ofrece distintos ejemplos sobre esta temática. Comienza señalando que el punto nodal parece radicar en la distinción entre trabajar o vivir en Estados Unidos. En general, el trabajador mexicano no siente la necesidad de integrarse a la sociedad estadunidense; no así el emigrante, para quien la integración económica, social y cultural resulta de trascendental importancia. Esto hace que los migrantes laborales mexicanos sean poco permeables a la influencia cultural estadunidense, situación que se ve fortalecida por la vecindad geográfica que facilita el retorno, la presencia y magnitud de la comunidad mexicana en Estados Unidos, así como por el papel de la red social y familiar como mecanismo de comunicación e integración permanente entre el migrante y su comunidad de origen. Esta situación cambia radicalmente cuando el migrante laboral 202 ha optado por quedarse a vivir definitivamente en Estados Unidos. En este caso, afloran rápidamente las diferencias culturales entre los trabajadores emigrantes y la población de origen mexicano, especialmente de segunda generación. Entre padres mexicanos e hijos estadunidenses, los choques culturales parecen abismales. Las estructuras de valores, prejuicios, sistema de normas, entre otras, son prácticamente opuestas. Así, por ejemplo, si para el emigrante el manejo del ingles puede constituir el punto culminante de su proceso de integración, para sus hijos, en cambio, tiene un valor y significado muy diferentes, en la medida en que la soltura en el idioma no logra ocultar su origen racial y cultural. Por otro lado, los compromisos de los migrantes para con su familia en México son asumidos e incorporados culturalmente en la comunidad tanto en el lugar de origen como en el de destino. En concreto, la comunidad y la familia establecen un mecanismo de control y sanción moral y práctica sobre quienes se "desvían" de la norma, llegando incluso a marginar a los "desobligados'', quitándoles su apoyo solidario y desprestigiándolos ante su comunidad de origen. Por el contrario, el cumplimiento de sus "obligaciones" es recompensado social y culturalmente a1 interior de la familia y la comunidad, lo que le permite a1 migrante gozar de ciertos privilegios, especialmente en el momento del retorno. Finalmente, el autor retoma la experiencia religiosa y su práctica por parte de los migrantes. Para ello, su ejemplificación a través de un estudio de los retablos y exvotos resulta realmente novedosa, pues aporta nuevos elementos para comprender la dinámica de la migración, así como el papel de los factores culturales y simbólicos en la conformación, reproducción y perpetuación de las redes sociales y familiares. Los aspectos señalados sirven a1 autor para dar cuenta de los diversos modos y mecanismos de funcionamiento de las redes sociales en la perpetuación del proceso migratorio, los que permiten que la emigración se mantenga en contextos económicos y sociales marcadamente heterogéneos, tanto en el espacio como a lo largo de la ya larga historia de la migración de mexicanos a Estados Unidos. 203 FRONTERA NORTE VOL. 8, NÚM. 15, ENEROJUNIO DE 1996 RESEÑA BIBLIOGRÁFICA Elizabeth E. Brusco The Reformation of Machismo. Evangelican Conversion and Gender in Colombia University of Texas Press, Austin Silvia López Estrada* Como perspectiva de análisis, el género permite ver no sólo las desigualdades entre hombres y mujeres, o a1 interior de los géneros, sino que también permite problematizar otro tipo de desigualdades sociales basadas en las diferencias de clase, edad, raza y religión. El tema del libro que se reseña es precisamente la relación entre religión y género. Puesto que en los estudios sobre conversión religiosa pocas veces está presente la perspectiva de género, en este libro se pone especial atención a la interrelación entre el género y la conversión religiosa en el seno de los hogares. Además, a diferencia de la mayoría de los estudios sobre género llevados a cabo en América Latina, el libro destaca no solo los roles y las relaciones génericas de las mujeres, sino que analiza de manera particular los cambios en los roles masculinos a partir de los roles tradicionales femeninos como el punto de partida para su transformación, o como lo señala el título de la obra, para la "reformación del machismo". De esta manera, Elizabeth Brusco examina la importancia del rol de las mujeres como líderes en la expansión de la religión evangélica en Colombia, y enfatiza el amplio espectro de formas en que la experiencia genérica de los conversos influye y es influida por esta forma de cristianismo. El libro está organizado por capítulos, siendo la introducción el primero de ellos, y en el cual la autora establece los principales argumentos que guían la obra. En primer lugar, se plantea el pentecostalismo como una acción colectiva de las mujeres. En este sentido, se argumenta que esta religión no cambia los roles femeninos, sino que las mujeres en sus roles tradicionales son agentes de cambio para reformar a sus maridos. En segundo lugar, la autora sugiere que el estatus de la domesticidad se eleva a través de la transformación del género, reintegrando a los hombres a la esfera doméstica. Por otra parte, aunque el hogar se define como la estera de estudie de los roles femeninos, se enfatiza la importancia de la realidad de las mujeres más allá de les confines de sus hogares. * Profesora-investigadora, Departamento de Estudios de Población, El Colef. E-mail: [email protected] 205 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NUM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 Por último, la autora también propone aceptar la posibilidad de que los conversos utilicen la religión para su propio beneficio. Esto implica que la conversión religiosa se lleva a cabo como una estrategia con fines deliberados; en este caso se trata de incrementar el bienestar de los hogares a través de un cambio en las aspiraciones de los hombres que tiene lugar con su conversión a1 evangelismo. VA estudio que se presenta en este libro se distingue por el enfoque comparativo urbano-rural de la experiencia privada de los evangélicos en un contexto social más amplio. Asimismo, se resaltan los efectos de la conversión en la vida doméstica de los conversos y el entendimiento del cambio religioso a través de los procesos sociales en el hogar. En los dos siguientes capítulos la autora discute lo que significa ser evangélico en el contexto de un país con raíces profundas en el catolicismo. En Colombia, el poder de la Iglesia católica ha sido determinante en la vida de los colombianos, a1 regular casi todos los eventos ligados a la familia, como el matrimonio, el divorcio, el aborto, etc. De esta forma se define a1 evangelismo en contraposición a1 catolicismo (por ejemplo, ser evangélico significa leer la Biblia; orar, no rezar, etc. En suma, apunta la autora, para los evangélicos ser cristiano no es simplemente cambiar de religión sino cambiar la vida entera. El movimiento evangélico es estudiado en el contexto de la Violencia, guerra civil que tuvo lugar en Colombia entre 1946 y 1966. Aunque la historia de esta guerra es compleja, comúnmente se atribuye a1 conflicto entre los liberales y los conservadores, estableciéndose una fuerte relación entre afiliación política y religión. Así, mientras en su mayoría los evangélicos son liberales, los católicos son conservadores. Los tiempos de la Violencia fueron los más cruentos para los evangélicos por la persecución de que fueron objeto, pero a1 mismo tiempo fueron los mejores, ya que las circunstancias los obligaron a practicar su religión en el ámbito de los hogares, además de que los roles tradicionales femeninos actuaron como un recurso para la expansión del evangelismo, el cual se manifestó como un culto a domicilio, en la comunidad. Su carácter personal, íntimo y privado resultó ser una ventaja en contraposición a1 catolicismo, mismo que es definido como impersonal y masivo. Es en este contexto que se examina la conversión religiosa, destacándose el caso del evangelismo a1 nivel de la comunidad. Para ello, la autora se basa en el estudio empírico de una comunidad rural llamada El Cocuy, en la cual surgió la primera Iglesia luterana en Colombia y ha sido una de las principales fuentes de evangelistas radicados en Bogotá. Se hace particular énfasis en los tiempos de la Violencia, ya que fue durante esos años cuando el número de evangélicos se incrementó, y muchos migraron a la ciudad, con lo que se expandió el culto. Más adelante, en el capítulo 5, Elizabeth Brusco discute lo que ella denomina "la renuncia masculina a1 hogar", el individualismo y el machismo. Para Brusco el machismo es un rol público que se caracteriza por una disminución de los roles conyugales y por una disparidad en los valores y las aspiraciones de hombres y mujeres, que se reflejan en patrones de consumo diferentes. El machismo, insiste la autora, define la alienación de los hombres del mundo doméstico como padres y maridos como una característica del sistema género/sexo. Mientras el macho se identifica con roles externos, la mujer se identifica con los roles domésticos, y existe una definición de atributos complementaria entre el machismo y el marianismo. Esta desarticulación de roles se expresa en la falta de comprensión de los maridos hacia sus esposas y en el miedo de los hombres a la traición femenina. 206 RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS Elizabeth Brusco establece que el machismo no es lo mismo que patriarcado o dominación masculina, y por lo tanto, para explicar la subordinación femenina hay que entender los diferentes tipos de supremacía masculina. Se propone el machismo como una compensación entre las identidades de género. Así, existe una diferencia entre el padre autoritario que toma las decisiones en su casa (dominación masculina) y aquel que las toma fuera del hogar (machismo). No obstante la diferencia conceptual entre patriarcado y machismo, en la realidad es posible que ambos puedan coexistir, pues mientras que en algunas sociedades los roles de genero son complementarios en la arena doméstica, otras divisiones están basadas en la división del trabajo más que en la autoridad, y otras más pueden combinar ambos aspectos. En este sentido, más allá de la rígida concepción del rol masculino tal como lo presenta Brusco, se requiere de un patrón más fluido que permita conceptualizar la masculinidad en toda su diversidad considerando las responsabilidades, los derechos, las esferas de autoridad, la personalidad y el comportamiento. Por último, se señala que debido a que los patrones de adquisición del estatus están asociados a la modernización, dadas sus características, el machismo es un impedimento para el progreso; su base económica explica cómo los procesos de proletarización y modernización afectan a hombres y mujeres de manera distinta, resultando en la noción femenina de colectivo versus la noción masculina de individualismo. En el capítulo 6 se detallan los impactos de la evangelización en los hogares y en las vidas de las mujeres, enfatizando la necesidad de analizar los hogares no sólo numérica sino culturalmente. De acuerdo con Brusco, la conversión evangélica es un factor de restructuración de la segregación sexual y de divergencia de objetivos por género en los hogares colombianos, así como de los significados del hogar para sus miembros. Entre los cambios se mencionan la redefinición de la vida conyugal, así como la articulación de los roles de género con diferentes patrones de producción y consumo. Puesto que, a diferencia de otros factores (tales como la clase, el sexo, la división del trabajo y el parentesco), la falta de conyugalidad ha sido poco considerada en los estudios sobre separación de roles, la autora enfatiza este aspecto, y señala que mientras que el machismo es un rol que no define cómo un hombre actúa como padre y esposo, el rol conyugal de la mujer es sufrir el abuso masculino cuando el hombre está presente, así como sufrir su abandono. Brusco insiste en que el machismo es un rol no patriarcal, no familiar, que pretende cubrir la falta de seguridad del marido con autoritarismo, ya que, si bien el marido puede tener un rol autoritario en el hogar y su esposa lo declara como el "jefe", éste no tiene real injerencia en el hogar. No obstante, a diferencia de este estudio, algunas investigaciones han documentado la influencia del varón en decisiones familiares tales como la distribución del gasto doméstico y la educación de los hijos (Benería y Roldán, 1987, y González de la Rocha, 1986). Además, habría que ver cuál es la definición que los propios machos y sus familias hacen de sus roles como padres y esposos. ¿Carecen realmente de contenido? ¿Cómo elaboran ellos estos roles? Ser macho no significa necesariamente dejar de ser padre y esposo; en todo caso, hay que preguntar qué clase de padre y esposo es un macho. Se plantea además que, aun cuando las mujeres contribuyen a recrear el machismo, lo que ellas quieren es el "macho verdadero". Aunque no se define este concepto, el macho verdadero puede conceptualizarse como la antítesis del macho. Si el machismo es un comportamiento que causa problemas y sufrimiento a las mujeres, entonces, lo 207 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 que ellas quieren de sus esposos es que cumplan con los roles que socialmente les han sido asignados. Esto es, ser proveedores de los recursos económicos para sus familias y, además, reconocer y respetar los roles de las mujeres como esposas, madres y trabajadoras. Asimismo, el machismo actúa también como un sistema de opresión para los propios hombres, ya que la mujer aparece como moralmente superior en un sistema de género que les favorece a ellos. Esta moral restringe lo que pueden o no hacer y desempeña un rol activo en la conversión evangélica. De acuerdo con la autora, en un sistema de sexo/género dominado por el machismo el rol de la mujer como defensora de la moral estándar incluye la responsabilidad de reformar a los hombres. Este impulso reformista femenino varía a través del ciclo de vida de la relación de pareja; se inicia con el noviazgo hasta lograr o no la conversión, y se caracteriza por una censura del comportamiento público masculino: beber, jugar, pelear, etcétera. Mientras que el machismo requiere de separación de esferas, dependencia femenina y valores y aspiraciones diferentes, se establece que la conversión evangélica deteriora la separación esencial entre hombres y mujeres. Por ejemplo, el estudio propone que las mujeres desempeñan un rol primario en la conversión religiosa masculina. Los hallazgos sugieren que el rol de las mujeres como reformistas de sus maridos toma lugar a partir de problemas de salud, lo cual ellas aprovechan para convertirlos. De esta forma, si el esposo está enfermo se queda en casa y depende de sus familiares, agradece a Dios y piensa que la enfermedad es resultado de sus vicios, pues usualmente hay detrás una historia de alcoholismo. De manera importante, la conversión funciona a través de redes de enfermedad de los pentecostales. Brusco concluye que la espiritualidad permite a algunos hombres alejarse del machismo afectando las relaciones conyugales en términos de la sexualidad y el matrimonio. Por ejemplo, aunque para los evangélicos es más deseable ser célibe, admiten que el sexo es un placer de naturaleza humana, y si no se puede controlar hay que casarse. Por otra parte, en el evangelismo la reproducción no está ligada a1 sexo, y en general hay un énfasis positivo en la sexualidad. Sin embargo, la sexualidad masculina es expresada en términos del rol de esposo, es decir, se restringe a la esfera del matrimonio. Un aspecto fundamental de la separación de roles es la divergencia de aspiraciones, que deriva en patrones distintos de consumo por género. Brusco encuentra que, como consecuencia de la conversión evangélica, el rol masculino se ha acercado a los ideales y aspiraciones de las mujeres, orientándose a la familia y el hogar, transformando con ello sus patrones de consumo y elevando su nivel de bienestar. De esta manera, se sostiene que la creencia evangélica actúa como determinante de las relaciones conyugales y los patrones de consumo de las familias, redefiniendo las fronteras entre lo público y lo privado. Se propone, además, que existen relaciones más igualitarias en los hogares evangélicos, pues se reordena la participación de hombres y mujeres en el hogar y realza el valor de la familia y el hogar como el centro de vida tanto para los hombres como para las mujeres. Todo ello gracias a que los hombres conversos entran en un mundo de normas y valores consistentes con los de sus esposas. ¿Significa lo anterior que el rol masculino se redefine con atributos femeninos? ¿Debemos pensar en el nuevo contenido del rol masculino como no-machismo, como el 208 macho verdadero, o como un rol masculino con tintes femeninos? Lo que Brusco parece plantear es que los hombres a1 evangelizarse realmente toman la responsabilidad que socialmente les ha sido asignada de proveer de recursos materiales a sus hogares, en lugar de invertir su dinero en alcohol y tabaco. El evangelismo cambia sus prioridades en términos de consumo, y es esto lo que las mujeres esperan de ellos. Por tanto, se podría decir que el no-machismo no significa que los hombres piensan y actúan como mujeres, sino que toman la responsabilidad de sus propias vidas y las de sus familias. Sin embargo, lo anterior resulta problemático, ya que si bien los hombres conversos tienen aspiraciones más domésticas que les permiten reorientar sus patrones de consumo, y el evangelismo es una religión más permisiva referente a la sexualidad, las evidencias empíricas no son suficientes para argumentar que existen relaciones de género más igualitarias a1 interior de los hogares evangélicos. Se documenta el cambio en el rol masculino redefiniendo el contenido del machismo, y aunque tal vez este nuevo machismo es el que quieren las mujeres, ello no implica igualdad en las relaciones de pareja y entre los diversos miembros del hogar. Por otra parte, aunque se sugiere que la separación de roles se disuelve, esta disolución se lleva a cabo en la esfera del hogar, reificando así el carácter doméstico de los roles femeninos. Asimismo, uno de los principales argumentos de este libro es que las prácticas de los evangélicos no se remiten a un ascetismo monástico sino a uno que ubica a la familia como el centro de la vida. En este sentido, las fronteras entre lo público y lo privado son claramente diferenciadas, ya que lo mundano es lo que está fuera de la familia. Esta frontera religiosa entre lo público y lo privado permite y fomenta que las mujeres transiten por la esfera pública con sus roles domésticos y que los hombres transiten por este ámbito con roles masculinos que les otorga la religión que practican. En otras palabras, mientras que en el hogar puede haber más semejanza entre los roles genéricos, no pasa lo mismo a1 interior del evangelismo. Prueba de lo anterior es que, siendo los hogares el punto de partida para el desarrollo del evangelismo, Brusco declara a las mujeres como reproductoras de la cultura. Se trata de una cultura que a través del evangelismo moviliza colectivamente a las mujeres más allá de la esfera doméstica, pero que preserva la separación de roles genéricos en la vida religiosa de la comunidad. Así, las mujeres desempeñan actividades muy femeninas: convierten sus hogares en congregaciones, decoran y mantienen la iglesia, y reúnen fondos para la misma, pero no pueden ser pastores ni tener puestos de representación dentro de sus iglesias. Los evangelistas hacen énfasis en la educación como una manera de ascender en la escala social. En este contexto, la participación de las mujeres en la estrategia educativa es muy importante. El ethos femenino, definido como sistema cultural de organización de instintos y emociones conectado a1 espacio del hogar, inicia y fomenta la educación en torno a la lectura de la Biblia. Así, en contraste con el catolicismo, el evangelismo se caracteriza por una ética de lectura, contemplación y análisis como orientación hacia la educación superior. Por otra parte, como consecuencia del ascetismo religioso, el hogar es reinstalado como el locus de consumo. Aquí la vida ascética actúa de manera diferente de como ha sido definida teóricamente, ya que se refiere a patrones de consumo en lugar de a patrones de inversión y acumulación. No se trata de crear nuevas oportunidades 209 FRONTERA NORTE, VOL. 8, NÚM. 15, ENERO-JUNIO DE 1996 económicas, sino de mejorar el bienestar familiar a través del consumo. Ademas, los patrones de consumo resultantes del ascetismo evangélico implican movilidad social para las familias de los conversos. Sin embargo, no se discute cómo estos patrones de consumo se reflejan en los diferentes miembros de la familia y si los recursos se distribuyen de manera igual entre los mismos. Aunque éstos son aspectos que han sido detallados en otros estudios, en este caso no se muestra cuáles son las implicaciones del evangelismo en términos de la distribución de recursos entre los géneros y las generaciones a1 interior de las familias. Un aspecto importante que se debe destacar es que, si bien se habla de una ética de consumo, no se discute la ética del trabajo como uno de los principales elementos que definen a1 protestantismo. Por otra parte, el trabajo también forma parte importante de la definición del rol masculino: el mundo del trabajo es el mundo de los hombres. ¿Cuáles son las actividades económicas de los hombres? ¿Cuál es el significado del trabajo para ellos? ¿En qué medida estas actividades y su significado se ven modificadas por la conversión religiosa? Brusco no hace referencia a este elemento, aunque enfatiza el sentido del progreso en relación con el bienestar de la familia, y no con propósitos de acumulación de riqueza, como señala la ética protestante de Weber. Asume, pues, que la conversión religiosa no modifica el ethos del trabajo masculino, reificando la separación del hogar y el trabajo, aunque los hombres se acerquen más a la esfera familiar en términos de aspiraciones. Éste es un aspecto que requiere ser analizado con mayor profundidad. Asimismo, las diferencias de clase no son consideradas en el análisis; únicamente se menciona que el culto evangélico surgió en las comunidades rurales y después se extendió a las ciudades con la migración. En conjunto, se considera que los roles femeninos tradicionales son un recurso para la transformación de los roles masculinos a través de la conversión evangélica, cuya consecuencia son aspiraciones y valores compartidos por ambos sexos, que se reflejan en un mejoramiento en el bienestar familiar, la revaloración de la esfera privada y el ascenso en la escala social en cuanto a los patrones de consumo y educación. La literatura feminista ha mostrado las formas en que diversas culturas utilizan el hogar y los roles femeninos como un recurso (Bell Hooks, 1984, entre otros). En esta misma línea de análisis, Brusco señala la conversión evangélica en combinación con los roles femeninos como un mecanismo a través del cual las mujeres se mueven en los intersticios de la dominación masculina. El tono reivindicativo del espacio doméstico y las resistencias femeninas contrasta con aquellos análisis que perfilan a las mujeres como víctimas. Sin embargo, considerando que el género es transicional, es necesario documentar también los conflictos, las desventajas y las nuevas formas de opresión que se generan con la conversión a1 evangelismo y con su práctica. Y aunque se argumenta que, a diferencia de otros movimientos, el evangelismo está cambiando los roles de género, es necesario hacer precisiones a1 respecto. En todo caso, están cambiando los roles masculinos, ya que los roles femeninos persisten en sus formas tradicionales, aun cuando son el punto de partida para el cambio. Sin embargo, más allá de documentar los cambios en los roles de género, se requiere enfocar con mayor profundidad los procesos y relaciones a través de los cuales hombres y mujeres conducen sus vidas genéricas en el contexto de la conversión religiosa. 210 Normas de presentación de colaboraciones a la revista Frontera Norte Frontera Norte es una publicación bilingüe, editada semestralmente por El Colegio de la Frontera Norte, con el fin de ditundir trabajos de investigación que aborden la problemática fronteriza, los cuales deben reunir alta calidad académica y originalidad en su análisis. Para tal efecto, deben cumplir los siguientes requisitos: 1. Los trabajos que se entreguen a Frontera Norte para su publicación deberán ser inéditos. Estos pueden ser escritos en inglés o en español y serán sometidos a dictamen ante especialistas en el tema. 2. Los trabajos deberán ser presentados en diskette, en WordPerfect o Word, acompañados por una copia impresa. Las cuartillas deberán venir numeradas y engrapadas. 3. Se admitirá una extensión máxima de 40 cuartillas. 4. Los trabajos deberán contener los siguientes datos: título, nombre completo del autor (o de los autores) y departamento o centro a1 que se encuentra(n) adscrito(s), principales estudios y cargo que desempeña actualmente, número telefónico y dirección donde pueda localizársele(s). 5. Con el fin de dar claridad a la exposición y para situar a1 lector, la redacción del artículo deberá incluir una pequeña síntesis o abstract del tema o problema que se está tratando, 15 líneas como máximo. Deberá responder a las siguientes preguntas: ¿cuál es su importancia, cuáles son sus aportaciones y cuáles sus aspectos particulares? 6. Si es imprescindible incluir notas explicativas y bibliografía, éstas serán las estrictamente necesarias. Las citas o notas que por lo general se escriben a1 pie de página deberán ir debidamente numeradas. Deben incluir el nombre del autor, el título de la obra, editorial, año y lugar de impresión y el número de página(s). Cuando se incluya una bibliografía, ésta debe presentarse en orden alfabético de autores. Cada referencia bibliográfica deberá incluir, en este orden: apellido y nombre del autor (o de los autores), título (en cursivas), traductor, número de edición (a partir de la segunda), ciudad, editorial y año. Ejemplo: Valenzuela Arce, José Manuel (coord.), Decadencia y auge de las identidades, Tijuana, El Colegio de la Frontera Norte, 1992. En caso de citarse un artículo de revista, deberá incluir apellido y nombre del autor (o de los autores), título del articulo (entrecomillado), nombre de la revista (en cursivas), número, volumen, fecha y páginas. Ejemplo: Zenteno, René, "El uso del concepto de informalidad en el estudio de las condiciones del empleo urbano. Un ejercicio para la frontera norte y principales áreas metropolitanas de México", en Frontera Norte, núm. 9, vol. 5, ene.-jun. de 1993, pp. 68-80. 7. Los gráficos (mapas, ilustraciones, figuras) deberán ser enviados, de preferencia, en diskette, como parte integral del texto; si son impresos, deberán ser en sistema láser. 8. Las colaboraciones deberán ser enviadas a José Manuel Valenzuela Arce, revista Frontera Norte, El Colegio de la Frontera Norte, Blvd. Abelardo L. Rodríguez 2925, Zona del Rio, Tijuana, Baja California, 22320, México. Para correspondencia del extranjero, a1 P.O. Box L, Chula Vista, CA 91912, USA. E-mail: [email protected].