Para acabar con la tristeza, ¡entrena tu mente

Anuncio
PSICO | ENTREVISTA
Elsa Punset
“Para acabar con
la tristeza, ¡entrena tu
mente en positivo!”
Si te gusta cuidar tu cuerpo, ¿por qué no haces lo mismo con tu
mente? Según Elsa Punset, basta con un sencillo entrenamiento
cada día para modificar tus hábitos mentales y sociales negativos, y
conseguir nuevas competencias para conocerte y relacionarte mejor
L
Por Marta Bellmont. Fotos: Carlota Lobos y P.S.
as personas estamos a medio camino entre seres individuales
y sociales. Desde que nacemos, nos dejamos fascinar por
la cara de todo aquel que nos regale su sonrisa. Sentir que
estamos conectados con nuestros iguales es una necesidad
básica y una cuestión de supervivencia. Esto es lo que sostiene Elsa Punset, que en su último libro, El mundo en tus
manos (Destino), analiza aquellas habilidades sociales que nos permiten mejorar
nuestras relaciones interpersonales así como nuestro autoconocimiento.Y lo
mejor de todo es que, según la mediática divulgadora, puedes entrenarte para
adquirirlas... o potenciarlas si ya las tienes.
PSICOLOGÍA PRÁCTICA: ¿Hasta qué punto necesitamos el amor?
ELSA PUNSET: Venimos de un siglo en el que hemos dado una importancia
tan grande a lo físico que hemos menospreciado lo emocional. Pero la gasolina
de nuestras emociones, lo que más nos motiva y nos pone en marcha es el amor
-o la falta de él- de las personas que nos rodean. Necesitamos la aceptación
y el afecto. ¿Tengo suficiente amor en mi vida? es una pregunta esencial y se
merece que organicemos nuestras prioridades diarias en torno a ella.
Y si la respuesta a esa pregunta es “no”, ¿qué se puede hacer?
El amor, la capacidad y necesidad que tenemos de sentirnos conectados con
los demás, no solo mejora la salud física y el bienestar mental, sino que también
dispara la propia capacidad para superar obstáculos. Así que sin amor estarás
menos sano, te sentirás menos protegido y te volverás menos creativo. Para
mejorar esta situación puedes hacer mucho. Aunque hasta ahora no hayas sido
consciente de ello, estás dotado para relacionarte con los demás. ¡Saca partido
a tu talento! ¡Entrena tus habilidades sociales y afectivas!
26 ■ Psicología
+ Info
EL MUNDO
EN TUS MANOS
Elsa Punset.
Editorial: Destino.
Páginas: 248.
Precio: 18,90 e.
Psicología ■ 27
PSICO | ENTREVISTA
Elsa
Punset
Es licenciada en Filosofía y Letras, máster en Humanidades y en Periodismo, escritora, divulgadora
y una de las principales referencias de habla hispana en la aplicación de la inteligencia emocional
como herramienta para el cambio positivo. Actualmente dirige el Laboratorio de Aprendizaje Social
y Emocional y también colabora en diferentes medios de comunicación e imparte talleres y conferencias. Suyo es el gran bestseller Una mochila para el universo. www.elsapunset.com
Precisamente en su libro, El mundo en tus
manos, ofrece consejos sobre la adquisición de habilidades sociales. ¿Es posible
alcanzar la maestría en ello?
Todos estamos programados con las habilidades sociales básicas que nos permiten
convivir con los demás. ¡Y todos podemos
entrenarlas como un músculo más de nuestro cuerpo! Es cuestión de ponerse manos
a la obra. Me divierte imaginar la cara de
asombro que debieron poner los vecinos
del primer valiente que, en la década de los
cincuenta del siglo pasado, se calzó unos
pantalones cómodos y salió a correr. Fue
entonces cuando se publicaron los primeros estudios sobre la mejora de la salud con
el ejercicio físico. ¡Eran valientes! Espero
que los lectores sean también pioneros y
disfruten entrenando la mente e inspiren
a muchas personas a su alrededor.
¿De qué es cuestión mejorar en nuestras
relaciones?
De nuestra capacidad para ponernos en la
piel de los demás, para sentir físicamente la
alegría, el dolor, el asco, la tristeza y otras
emociones básicas que son nuestro único
lenguaje universal. La empatía nos permite
compartir estas emociones y es la piedra de
toque de nuestra inteligencia social. En mi
libro hay muchos ejercicios para reforzarla,
para aprender a escuchar y para expresar
nuestras necesidades con firmeza pero sin
agresividad. Si la entrenamos, observaremos
que el mundo nos escuchará mejor.
Dice que, para ser más empáticos, nos
ayuda el escuchar de manera activa...
Podemos entrenar todas nuestras habilidades emocionales y sociales, entre ellas
la capacidad de escuchar a los demás, evitando así prejuicios y actitudes defensivas
que nos separan del mundo y dificultan
nuestra vida y la de los demás. Un entrenamiento sencillo es, primero, pensar si hay
alguien con quien quieras mejorar tu relación. Después, durante una semana, busca
cada día un momento y lugar tranquilo
para los dos. Siéntate frente a esa persona
con un temporizador y, por turnos, habláis
cada uno diez minutos. ¿Te toca escuchar?
Hazlo con atención, centrándote en los
sentimientos e ideas de quien habla. No
juzgues ni interrumpas. Funciona porque
le brindas una oportunidad de atención
sin juicio, y eso le invita a hablar con sinceridad y mejora la comunicación.
Sin embargo, son muchas las personas que
fallan en algún momento de su comunicación con otras. Por ejemplo, las que, por
timidez, no se muestran como son y ello
les acarrea frustración, baja autoestima o
problemas para progresar o alcanzar metas.
¿Cómo evitarlo?
La timidez es un síntoma del miedo a que
los demás nos rechacen. Es muy común
y uno de los miedos más dañinos, porque
estamos programados para formar parte de
una manada y conformarnos a su criterio.
Fisiológicamente, incluso sentimos que
nos estamos equivocando cuando disentimos de los demás. Así que, si la opinión
ajena te impide dar lo mejor de ti mismo,
desmitifícala. ¡Puede que todos tengan
buena intención pero estén equivocados!
Escucha tu intuición y potencia tu inteligencia: haz esquemas de lo que quieres
conseguir, ponte metas claras, comprende
y asume las dificultades.
¿Cómo afecta a nuestra vida ese miedo
a ser rechazado?
28 ■ Psicología
¡Enormemente! Un ejemplo: en Estados
Unidos, en los años 80, durante el estallido
de la epidemia de sida, se comprobó que
los homosexuales infectados que tenían
más miedo al rechazo morían entre dos y
tres años antes que el resto de enfermos de
sida. El estrés que provoca sentirse solo y
rechazado es un indicador de que afecta no
solo a nuestra salud mental, sino también
física. Es un reto que afrontar entre todos,
porque depende de nuestra actitud hacia
los demás. Cada persona puede hacer mucho bien o mucho mal en este sentido.
¿Y cómo llegar a ese término medio en
que los demás te importen lo justo como
para no tener que imponerte una identidad falsa ni “pasar” de su criterio?
Es una gran pregunta... porque pone el
dedo en la llaga de algo que nos hace luchar a todos: aprender a insertar nuestra
individualidad en el mundo, lograr un
equilibrio fluido y cambiante entre el
héroe individualista que uno lleva dentro,
y el ser social que sabe que los demás le
necesitan y que tiene que sacrificar algunos
deseos y metas para pertenecer y ayudar a
la comunidad. Una sugerencia que haría
es tratar de comprenderte, de saber quién
eres. ¿Qué te hace único? Evitaríamos muchos problemas si ayudásemos a nuestros
adolescentes a contestar esta pregunta. Si
ya no eres adolescente, pero todavía no
estás seguro de quién eres y de lo que te
importa de verdad, tienes un reto magnífico por delante.
¿Por qué es tan difícil la comunicación a
través de las redes sociales o del email?
Porque, al no poder mirarnos a los ojos o
tocarnos, rompemos el vínculo físico de la
empatía, que nos une a los demás, y nuestro principal cauce de comunicación.
¿Y eso hace que necesitemos aprender
a expresemos de forma diferente a la
comunicación cara a cara?
vez más difícil de lograr hoy con tantas
distracciones, pero es un elemento esencial
para conectar con los demás.
Respecto a ese riesgo de apartarnos
de los demás, dice en su libro que dos
epidemias de nuestro siglo como son
la soledad y la depresión nos alertan
de la necesidad de comunicarnos más.
¿Puede explicarlo?
Lo principal durante el siglo XX ha sido
nuestra supervivencia física: vivir más años
y combatir más enfermedades. Hemos logrado grandísimos avances en este sentido:
nos hemos sobreprotegido en lo físico,
pero abandonado en lo emocional. Hemos
trivializado el dolor individual y social. Es
lógico, hasta hace muy pocos años no se
entendían bien las emociones, porque no
se podían medir. Así que la tentación ha
sido reprimirlas o disimularlas con fármacos.
“La gasolina
de nuestras
emociones,
lo que más
nos motiva y
nos pone en
marcha es el
amor”
Cuando documentaba el libro, me preguntaba, por ejemplo, por qué hay personas
que dicen cosas tan agresivas en las redes
sociales, cosas injustificadas, crueles, y que
probablemente nunca dirían a la cara a los
demás. ¿Por qué lo hacen por la red? Una
de las razones principales es que cuando
miras a alguien a la cara y le dices algo
desagradable, te contagias físicamente de
su reacción: enfado, tristeza, desconcierto,
y eso te frena. Ahí funciona nuestro mecanismo de empatía. Pero si lo que tienes
delante es una pantalla de ordenador, no te
contagias de las emociones del otro y no
le tratas como a una persona, sino como
a una cosa. Es fácil cosificar a los demás
en la red, porque rompemos nuestra comunicación empática.
¿Qué podemos hacer entonces?
Entrenar otras formas de empatía más
avanzadas, que no dependen del contacto
físico.Y acostumbrarnos a reflexionar sobre
el alcance de nuestras palabras, que pueden
herir tanto como puñetazos.
¿En qué momento estamos ahora?
¿Es cierto que ahora nos miramos menos
a los ojos?
Sí, es algo que está bien documentado,
incluso entre padres e hijos. La televisión y
las pantallas absorben cada vez más nuestro
tiempo, consultamos de media nuestros
teléfonos unas 150 veces al día, etcétera.
Hay que vigilar esa tendencia, ya que la
conexión emocional que logras cuando
conversas con alguien depende en buena
medida de cuántas veces le miras a los ojos.
Es la forma más intensa de comunicación
no verbal.
¿Cómo nos influye este nuevo entorno?
Es algo nuevo para lo que no estamos
programados.Tiene ventajas, porque nos
conecta y pone a nuestro alcance conocimientos como nunca antes, pero también presenta retos, como aislarnos de los
demás. Una recomendación sería hacer
pausas intencionadas, lo que llamamos “el
momento humano”: apartarte de la pantalla y prestar plena atención a las personas
que te rodean. La atención plena es cada
En un momento apasionante en que empezamos a comprender que lo mental y lo
físico están interconectados. Nos estamos
tomando en serio la salud mental y la tendencia es que empezamos a reclamar, aunque sea tímidamente, entornos y formas
de vida respetuosas con nuestras mentes,
tan vulnerables, complejas y emocionales.
Somos los ciudadanos los que vamos a
reclamar y exigir una forma sostenible
de vivir; sería una buena señal que algún
ministro anuncie un paquete de medidas para tener horarios que nos permitan
de verdad compatibilizar la vida laboral
y familiar, dedicar más tiempo a nuestra
comunidad, desarrollar nuevas aficiones o
pasar más tiempo con los hijos. ¡Medidas
que potencien la salud mental!
¿Qué consecuencias tiene la soledad
cuando no es bien aceptada?
Sentirte solo indica que necesitas recuperar
conexiones e intimidad con el resto de
personas. No es lo mismo que estar solo;
esto último puede ser una experiencia que
disfrutes, que necesites a ratos para recuperar fuerzas o hacer algo creativo que
requiere concentración. Pero sentirte solo
y aislado es dañino: te vuelves menos creativo, menos inteligente y padece tu salud.
Las investigaciones revelan que millones de
personas se sienten solas a diario, aunque
Psicología ■ 29
PSICO | ENTREVISTA
no estén físicamente solas.Y las encuestas
desvelan, además, que tenemos cada vez
menos amigos íntimos.
¿Quiere decir que la soledad tiene más
que ver con cómo son las relaciones que
nos rodean que con cuántas son?
¡Efectivamente! Puedes sentirte solo aunque estés rodeado de personas.
Pero en el hecho de sentirnos solos también la genética nos condiciona ¿no? Y
aún así, ¿podemos cambiar el chip para
que la soledad no nos cause mal?
La genética nos predispone a sentirnos
solos. Un estudio realizado con más de
ocho mil gemelos holandeses reveló que
los genes nos predisponen hasta en un 48
por ciento a sentirnos solos, pero ¿y el 52
por ciento restante? Cuando notes que
la tristeza se instala en tu vida, enfréntate
a ella con decisión, generando y potenciando emociones del signo contrario.
¡Entrena tu mente en positivo! Recuerda
que la infelicidad es más fácil que la felicidad, porque el cerebro está programado
para sobrevivir.
¿Qué implica eso?
Que nos fijamos, sobre todo, en lo que
podría suponer una amenaza o un peligro
para nuestra supervivencia física, y dejamos
escapar las cosas “normales” que nos hacen
sentir bien.Y así sobrevivimos, pero nos
perdemos lo mejor de la vida.
“Sobrevivimos en lo físico, pero nos
abandonamos en lo emocional”. Es una
frase suya extraída de su libro. Y puede
que en esta carencia tengamos mucha
responsabilidad los padres, que priorizamos otras facetas de la enseñanza
en nuestros hijos, como son las competencias y los conocimientos. ¿Cómo se
30 ■ Psicología
podrían mejorar las cosas en educación
emocional?
Yo diría que hemos trivializado o ignorado durante demasiado tiempo el dolor
social, el impacto de los demás en nuestras
vidas. ¡No somos islas, necesitamos afecto!
Y necesitamos que se plasme en políticas
preventivas y en realidades sociales nuestra
necesidad de estar conectados, de dar y
recibir afecto. En las escuelas podríamos
inculcar hábitos y crear entornos más inteligentes emocionalmente y socialmente.
En la adquisición de nuevos hábitos
mentales ¿es imprescindible la meditación mindfulness o atención plena?
Tienes un cerebro plástico, flexible y adaptable, capaz de aprender y desaprender,
como si fuese un músculo. Pero, para ello,
tienes que entrenarlo, y el entrenamiento
del cerebro pasa por filtrar y gestionar
pensamientos y comportamientos. Eso
cambia la estructura física del cerebro.Y
eso es atención plena o mindfulness: lograr
ejercitar tus pensamientos y comportamientos. ¡Es muy potente!
¿Realmente todos somos héroes en
potencia?
En potencia, sí. Pero de múltiples episodios históricos como el nazismo hemos
aprendido que cualquiera que cae en
la tendencia innata a la obediencia y la
conformidad con el grupo, combinado
con nuestra capacidad inconsciente para
ignorar nuestras propias faltas y agrandar
las de nuestros contrincantes, nos coloca
en un lugar moralmente muy vulnerable
y peligroso para los demás. Por ello quería en El mundo en tus manos recordar las
claves de la cooperación y la pacificación
social, para que nos entrenemos para la
banalidad del bien y sepamos evitar la banalidad del mal.
La tristeza puede verse como un toque
de atención a que algo en nosotros a
nivel mental o emocional no está bien y
debe revisarse. ¿Por dónde empezar?
Haciendo lo mismo que ya hayas aprendido a hacer con tu cuerpo. Comprendes
y reconoces sus necesidades y señales, ¿verdad? Sabes cuándo estás cansado y necesitas descansar, o cuándo tienes hambre
y necesitas comer, y sabes cuándo estás
saliendo de tu zona de confort porque
estás haciendo un esfuerzo físico extra,
como cuando coges la bici y subes una
pendiente particularmente empinada, pero
te empeñas en hacerlo porque te conoces
y sabes que lo puedes lograr. Pues con
las emociones es igual; primero necesitas
comprender el lenguaje de tus emociones
y tus ideas, saber de dónde vienen y hacia
dónde te están llevando. ¿Qué te dice la
tristeza? ¿Y la alegría? ¿Y el desprecio?
Cuando comprendas su mensaje, podrás
gestionar y transformar estos sentimientos
y estas ideas y lograr que no te hagan hacer
siempre lo mismo.
Resumiendo mucho, ¿cuáles serían las
claves más importantes para entrenarse
en habilidades sociales?
Las mismas que nos llevan a estar sanos
físicamente nos ayudan a estarlo mentalmente, esto es, entrenarte de forma constante y cuidar los pensamientos y emociones que te habitan.También aprender a
recuperar fuerzas mentales, a no quemarte,
a potenciar tu energía vital. Cuando tienes
sueño, duermes, y cuando tienes hambre,
comes. ¿Qué haces cuando estás estresado,
cansado, triste o desmotivado? Tienes muchos recursos en ti que, probablemente,
no utilizas de forma consciente, porque
la tendencia ha sido creer que la mente
no necesita mantenimiento o cuidados
específicos. ¡Descúbrelos!
Descargar
Colecciones de estudio