Registro fiscal del quinto del oro en la Caja Real de Lima

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REGISTRO FISCAL DEL QUINTO DEL ORO EN LA CAJA REAL DE LIMA:
SIGLOS XVII-XVIII
Juvenal Luque L.
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Doctorado en Ciencias Sociales
[email protected]
Introducción
La ponencia que se presenta tiene dos objetivos: primero quiere mostrar los pormenores que rodearon
el beneficio de los metales preciosos como el oro y la plata, recurriéndose a la técnica de la
amalgamación durante los siglo XVII y XVIII, y segundo explicar cómo el oro obtenido era registrado
en las reales cajas en los libros de Cargo y Data de la Real Hacienda de Lima a lo largo de dos siglos.
A partir de este estudio se propone una metodología para aproximar las unidades de valor (monedas) o
peso (marco o castellano) del oro a su equivalente en unidades modernas de peso como el kilogramo
fino. No se pretende periodizar los registros de los derechos fiscales del quinto del oro en diversas
monedas, tarea muy difícil de cumplir por la inmensa cantidad de partidas insertas en los entresijos de
los libros de cuenta. El propósito es sólo mostrar las diversas modalidades que hemos hallado para
registrar el quinto del oro en moneda producto de la exploración de estas fuentes: en pesos ensayados,
en pesos corrientes o patacones y en especie o con parte del metal. Estos tópicos no suelen presentarse
en los estudios históricos sobre el tema por lo que lo ofrecido aquí pretende ser un aporte para el mejor
conocimiento de los temas fiscales relacionados con el quinto áureo.
Esta ponencia se basa en la compulsa y análisis de la documentación fiscal (libros de contabilidad) de
la Caja Real de Lima. Estas fuentes no son otra cosa que los libros de cargo y data que formaron parte
del engranaje del sistema de la Real Hacienda del virreinato peruano, para los siglos XVII-XVIII. En
estos libros de contabilidad los oficiales reales registraron todos los cargos y datas, siendo uno de ellos
el ramo de los quintos reales del oro que se registraron no siempre de una manera clara para un lector
moderno, los ejemplos de estas partidas de quintos que más adelante se presentan son una muestra de
esta afirmación. Estos documentos fiscales se conservan por centenares en el Archivo General de la
Nación de Lima y en sus folios figuran miles de datos, que hace difícil su consulta para un periodo de
2 siglos. En sus folios están registrados los distintos aspectos de las diversas actividades económicas
del Perú colonial y en esta oportunidad sólo nos ocuparemos de lo relativo al quinto del oro. La
técnica contable y el uso de una diversidad de monedas hicieron difícil la investigación de las otras
cajas, aparte de la falta de fuentes en Lima.
Quien haya trabajado los libros de cuenta habrá notado que están organizados en dos grandes
secciones: el cargo (ingresos) y la data (egresos) y cada sección a su vez está organizado en diferentes
ramos fiscales. En el cargo y data de la Real Hacienda están registrados infinidad de partidas que
ofrece información de diversa naturaleza según del ramo que se trate. En el caso del diezmo o quinto
de los metales nobles están las llamadas manifestaciones de plata o de oro, los nombres de los
mineros, el fino de los minerales llevados a quintar, la fecha del «entero», el peso (marcos o
castellanos), el fino de las barras o barretones de plata u oro (en dineros y quilates), la numeración de
las barras de plata u oro fundidos, los minerales de donde provinieron, el pago del derecho real (en
moneda o pasta), etc.
1. Beneficio de los metales preciosos. La amalgamación y la innovación Born
La economía colonial descansó mucho en llamados metales nobles (oro y argento).1 Estos, sobre todo
la plata, para ser apreciado como tal debía ser tratado previamente con la tecnología apropiada. Como
1
No está de más recordar lo que escribió Assadourian sobre la importancia de la producción de la mercancía dinero en
-2primera operación exigían ser extraídos de los socavones, y segundo beneficiarlos vía la
amalgamación para separarlos de sus llamados acompañantes dañinos o partes viles. El beneficio
universal en la colonia desde fines del siglo XVI fue la amalgamación en buitrones pudiéndose optar
por dos mecanismos: en frio o caliente según la ausencia o presencia del fuego. Al efecto se desarrolló
una metalurgia no siempre con toda la cientificidad del caso, sobre todo por la ausencia de una teoría
que explicase correctamente las diversas composiciones químicas que iban adoptando los minerales
peruanos, que reclamaban beneficios distintos.2
Los beneficiadores, generalmente indígenas, prestaron poca atención a este tópico desarrollando sus
actividades basado en su experiencia y receta personales. Ante infinidad de beneficiadores tantas
técnicas de beneficio: esta fue la realidad dominante. Estas prácticas personales no fueron
sistematizadas por un ente técnico que normara esta actividad. La labor promotora y difusora del
conocimiento científico minero debió ser el eje central de una Escuela de Minería que en el Perú haría
su aparición recién en el siglo XVIII. Pero mentes ilustradas ya en plena colonia advirtieron de esta
necesidad como es el caso de naturalista Eusebio de Llano Zapata. Incluso el mismo Barón de
Nordenflicht participó de esta idea, sumándose a la propuesta de su coetáneo el Ingeniero catalán don
Pedro Subiela, autor de un plano de la mina de Santa Bárbara (Huancavelica).3 El laboratorio que
instaló el comisionado alemán en Lima debió ser la base para un futuro Colegio de Minería. Pero estas
instalaciones una vez abandonadas se convirtieron en casa de baños, fábrica de algodón y pocilga de
cerdos según Vargas Ugarte.4
La tecnología del incorporo no era lo suficientemente conocido en la parte de las reacciones químicas
que ocurrían en el proceso. Los minerales eran pulverizados y luego depositados en unos patios o
buitrones junto al azogue, sal y magistral. Puesta en movimiento esta masa por acción de los indios
repasiris se esperaba que la amalgamación llegase a su punto para dar por finalizada la operación. La
participación de los indios no fue discutida ni siquiera por razones humanitarias (azogamiento).
Propuestas tibias para su relevo sólo datan del siglo XVIII cuando se propuso a los caballos y
artificios mecánicos en su lugar. Una propuesta moderna era el novísimo barril amalgamatorio de
Born5 de procedencia europea pero cuyo antecedente se sabe primero se ideó en el Perú al interior de
la real ceca de Moneda,6 que pretendía lo mismo además de otros ahorros o economías.7
la formación del mercado interno colonial (Sistema, 1982).
Este empirismo o «práctica ciega» de la minería se recordó en México al crearse el Colegio de Minería: «gente de baja
extracción, y vil crianza, las más veces muy viciosos [...] Su pericia sólo consta porque se les vio andar con otros, que
lograban esa reputación, con la misma prueba [...] sus yerros gozan de una absoluta impunidad». (Estudios, p. 25)
3
Minero catalán alumno de la Academia de Minas de Almadén, geómetra subterráneo, pasó a América durante los años
convulsos de 1789 siendo enviado a las minas peruanas de mercurio de Huancavelica con un salario de 1.500 pesos al año
según Real Orden del mismo año. Con este motivo fue promovido al rango de subteniente acompañándole en esta empresa
el Contador José Antonio Becerra. Del material científico que portaba Subiela merece destacarse un libro con las tablas de
logaritmos, los que suponemos fueran desconocidos en el Perú. Llega a Huancavelica en 1792, estudia la mina
proponiendo mejoras. Según Antonio del Valle Pedro Subiela tuvo tratos con la expedición sajona de Nordenflicht
produciéndose un ambiente de relación controversial. Agravados los problemas con la guerra de la independencia el
gobierno español no atendió la solicitud de jubilación de Subiela en 1810, otorgándole sólo la gracia en 1821 (Véase Puche
y Brown, Pedro Subiela, 1992).
4
Vargas, 1986, Nordenflycht, p. 59.
5
Véase las vicisitudes de esta tecnología en Luque, Misión, 2012.
6
Lazo, Régimen, vol. 2, 1992.
7
Un hecho similar ocurrió en la Ceca de Guatemala debido al ingenio del tesorero de la Casa de Moneda de don Juan
Macías Dábalos quien en 1772 publicó un breve tratado sobre la máquina de beneficiar similar a la de Born,
documento que ha sido trabajado por el Mtro. Juan Matamala Vivanco de la Dirección de Estudios Históricos del
INAH de México bajo el título «Noticia sobre una máquina para beneficiar metales en el siglo XVIII» de próxima
publicación (comunicación personal por email, julio 2012).
2
-3Desde el punto de vista técnico-práctico la minería colonial desarrolló un conjunto de tecnicismos
privativos de carácter restrictivo como: cajas, rumbear, catas, poteos o callapos, clavos, caracolear,
canchas, pallar, quinar, romanear, ladroneras, hormiguillar, topear, cuerpos, cargas cerradas, baños
y rebaños, casar cuerpos, lamas, sudar, ácidos, betunes, fondada, lises, argentear, volear, etc.
Muchos de estos tecnicismos proceden del habla quechua. Lo restrictivo de esta terminología terminó
aislando a los actores principales de la producción argentífera: empresario minero del trabajador
indígena. Esta tendencia estaba ya regimentada a principios del siglo XIX con la adopción de una
simbología gráfica que permitía la comunicación entre ambos actores en el acto del beneficio
mediante dibujos (Véase Ilustración 1).
Estos signos, rotulados como recetas para el buitrón, tenían su equivalencia en frases quechuas y
castellanas. Expresaron un conjunto de acciones medulares del beneficio como: agregar azogue,
repasar, descansar, beneficio concluido, etc. Esta realidad aislante se consolidó sobre todo porque el
beneficiador sólo hablaba el quechua, y hasta creemos que era analfabeto, dibujándose los símbolos
respectivos sobre los cuerpos del beneficio.
ILUSTRACIÓN 1
RECETAS PARA EL BENEFICIO
Fuente: Villegas, Juanquín de, Curso completo de mineralogía… AGNP, Mss.
Sobre la paternidad del invento de la amalgamación de la plata con azogue se ha discutido mucho,
dividiéndose los pareceres entre Alemania y Nueva España como la cuna del invento. En
Centroamérica, al que se había trasladado el sevillano Bartolomé de Medina, fue presentado el primer
proyecto para amalgamar argento con azogue en 1554 ante el Virrey Luis de Velasco.8 El proyectista
obtuvo un privilegio por su invento. Medina establecido en Pachuca (México) pretendió con su
método aminorar los costos de fundición. Lo revolucionario de su invento radicaba en descartar el uso
del fuego, remplazándolo por el azogue y sal (beneficio en frío). Aunque no es conocida la
8
Sánchez, Historia, 1980.
-4descripción del proceso de su puño y letra podemos recurrir a la crónica del jesuita José de Acosta9
que lo registra aunque algo modificado.
CUADRO 1
INGENIOS HIDRÁULICOS EN LA RIBERA DE LA VERA CRUZ
Fuente: Castillo Martos, Manuel, «Plata y revolución tecnológica en la América virreinal», Actas VIII Congreso
de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, Logroño, SEHCYT-Universidad de la
Rioja, 2004, vol. 1, p. 93.
Autores modernos y especialistas como Beckmann y Wagner atribuyen este invento a un alemán
mientras que otros niegan con énfasis que este invento se haya ideado en Nueva España (Hoover,
Sisko, Smith), mientras que el viajero Ulloa -1748- niega que lo haya inventado Medina atribuyéndole
a Pedro Fernández de Velasco.10 Sólo algunos estudiosos y conocedores de la materia como el
mejicano Ramón Sánchez Flores11 le dan plena autoridad a Medina como el primer inventor de la
amalgamación de menas de argento con el concurso del azogue.
La amalgamación practicada como en América colonial no fue conocida en la antigüedad ni en la edad
media. Los alquimistas árabes aunque describen las grandes propiedades del azogue, no consignan
pruebas fehacientes de su verificación práctica con fines amalgamatorios. Los romanos lo conocieron
pero probablemente sólo lo usaron para amalgamar el oro; pero su aplicación como amalgamador de
la plata y oro sólo data del siglo XVI. Los griegos también conocieron el azogue pero se ignora si lo
usaron con fines amalgamatorios de menas de oro y plata. Emplearon más bien con fines terapéuticos.
En el tratado universal sobre mineralogía del siglo XVI De Re Metallica de Jorge Agrícola (1556) las
referencias sobre la amalgamación con azogue son casi nulas para el oro e inexistentes para la plata.
Este tratado técnico publicado con 294 láminas en 12 libros describe con ojos de observador la
9
Acosta, Historia, 1950.
En Hoover y Hoover, 1950.
11
Sánchez, Historia, 1980. Su trabajo tiene el mérito de ser una síntesis de la historia de la ciencia y técnica mexicanas
del periodo colonial y parte de la república. Para el Perú falta una obra similar. Para el caso específico de la actividad
minera existe el importante trabajo Modesto Bargalló (La minería y la metalurgia en la América española durante la
época colonial, México, Fondo de Cultura Económica, 1955, 442 pp.)
10
-5práctica mineralógica de su época, deteniéndose en describir con minuciosidad las operaciones
relacionadas con la fundición de metales y técnicas de ensaye de los mismos, sin duda este último
tópico del tratado fue de amplio uso en América colonial. Esta suma del conocimiento minero tuvo
vigencia sin parangón durante los tres siglos siguientes, traduciéndose al inglés por primera vez en
1912 por Clark H. Hoover12 (Ingeniero de Minas y Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica)
y al castellano en 1972 por vez primera por la compañía española Unión Explosivos Río Tinto S.A. La
edición de Hoover es ampliamente crítica y documentada, llena de notas históricas aclaratorias que
completan la historia minera mundial hasta 1912. Contiene además una serie de apéndices
aclaratorios, adiciones del que carece totalmente la edición castellana.
ILUSTRACIÓN 2
INGENIO DE 1 CABEZA Y 6 MORTEROS
Fuente: Elaboración propia.
Uno de los grandes problemas que no pudieron solucionar los mineralogistas coloniales fue la
imperfección del procedimiento de amalgamación y el alto consumo del azogue en los beneficios.
Clasificaron en tres grupos los elementos perturbadores del beneficio (medios, cuerpos y espíritus
minerales) como factores alterantes del correcto beneficio, destrucción de la plata o ser enemigos
jurados del azogue. La tecnología traída por la misión Nordenflicht pretendía no sólo superar estos
inconvenientes sino muchos otros de cuño secular. Es bastante conocido el fracaso de esta misión en
el Perú que no pudo hacer frente a los mineros peruanos y su inmemorial método de patio.13
A estos comisionados la corona les confió la introducción del método de barriles de Born, con los que
se subsanaría de raíz el insoluto problema del alto consumo del azogue y poco rendimiento de los
minerales. Fueron más de 20 los contratados para difundir esta tecnología en América, llamada a
reemplazar a los indios repasiris.14 A pesar de su probable invención en Europa este procedimiento
primero se ideó en Lima en las oficinas de su ceca, en el beneficio de las tierras de fundición y
fielatura, techos y azoteas con mucha inventiva de los empleados de estas oficinas, lo que les
permitiría acrecer los beneficios con la mejora del instrumental existente. En 1775 empezó la empresa
con un molino hidráulico y que culminaría en 1781 en los barriles giratorios de incorporo, operado
12
Hoover y Hoover, Metallica, 1950.
De su paso por nuestra patria sólo nos quedan algunos informes formados por él como el que redactó el 29 de
noviembre de 1791 bajo el título de Tratado del arreglo y reforma que conviene introducir en la minería del Perú
para su prosperidad, conforme al sistema y práctica de las naciones de Europa más versadas en este ramo..., un
voluminoso informe vivencial.
14
No habría sido novedoso el procedimiento Born en el Perú. Según el historiador Carlos Lazo una máquina similar ya
estaba en funciones en la ceca de Lima desde 1775, un año antes de que se empezara a usarse en Europa según Born.
13
-6con energía humana a una velocidad de 40 vueltas por minuto. Nueve años más tarde el molino
hidráulico original, previamente adaptado, hacia girar 4 barriles de beneficio que prestó servicios
ininterrumpidos hasta 1802. Por defecto del anterior luego se construyó uno nuevo el que funcionó
hasta 1816, año en que José de Arismendi lo unió al mecanismo del molino de laminar importado por
él desde Inglaterra.15
El barril de amalgamación fue inventado y difundido por el Barón Iñigo von Born a fines del siglo
XVIII en Europa. El sustento de su método lo extrajo de los escritos que pudo consultar sobre la
amalgamación en América. Ideado su método obtuvo rápido eco en ese continente sobre todo en
España, donde los primeros informes sobre la máquina de Born llegaron a Madrid hacia fines de 1785,
lo que explica el interés mostrado por la corona. Una conclusión de este proyecto es el
desconocimiento de la amalgamación en Europa usándose sólo de la fundición a costa de muchos
bosques. Muchos creen ver en la máquina de Born una variante del método de cazo y cocimiento del
padre Barba, cuyo Arte de los metales leyó con interés Born. Así sería el barril sólo una versión
moderna y sofisticada del citado método de Barba que permitía la técnica minera europea.
La introducción de la amalgamación en Europa ocurrió 200 años después luego de su adopción en el
Perú y México. Ignaz Elder v. Born fue el primero en establecer el proceso en Europa cuando en 1784
erigió un quick mill (ingenio vivo o de amalgamación) en la cercanías de Schemnitz. Publicó un libro
en la que describía el proceso reclamando la paternidad bajo el título de Ueber das Anquicken der
Gold und Silberhalt igen Erze en Viena 1786.16 A partir de este trabajo lo único nuevo parece haber
sido la agitación mecánica. De su máquina Born decía con orgullo que era el primer molino europeo
para la amalgamación del mineral.17
Faltan noticias sobre los usos aunque experimentales del barril de Born en el Perú colonial. Como
muestras solitarias sólo pueden mencionarse los esfuerzos de los mineros potosinos Luis de Orueta y
su socio Juan Bautista Jáuregui, los trabajos de Helms en los minerales de Chancay (Cajatambo) y
Pasco,18 junto al mencionado uso en la moneda de Lima; además de las prácticas hechas en los
barriles de Born fabricados por Weber en Potosí para los mineros Coronel Urzainqui, gremio de
azogueros, la lava (una explotación minera en la ruta a La Plata), y otra para Oruro.19
Para dar continuidad al funcionamiento del barril en Potosí los socios Jáuregui y Orueta pidieron la
provisión de mita, pedido que diera origen al problema conocido como nuevas mitas que provendrían
de la provincia de Chayanta. La petición y posterior asignación despertó el celo y animadversión de
los otros mineros, sobre todo de los curas de esta provincia quienes serían privados de unos 184
mitayos que ahora marcharían a Potosí a las instalaciones de Orueta y Jáuregui. Sus esfuerzos
modernizantes contaron con el apoyo del intendente de Potosí Paula Sanz y su colaborador Pedro
Vicente Cañete, autor del Código Carolino, además del Arzobispo Juan Domingo González de la
Reguera en Lima, el Fiel de Moneda potosino Hilario Malaver y el Subdelegado de Chayanta Pedro F.
Arismendi. El resto del cuerpo minero y social no le opuso otra cosa que tenaz resistencia.
Los toneles de amalgamar que construyó Juan Daniel Weber en Potosí para el gremio de azogueros
estuvieron ubicados en Villa Paloma. El construido para Orueta y Jáuregui en febrero de 1791, estuvo
en funcionamiento ininterrumpido hasta el 25 de setiembre de 1792 produciendo 5.097 marcos 3
adarmes de plata con el concurso de 8 trabajadores, siendo lo usual en el método tradicional de patio
el empleo de 20 a 24 operarios. El barril en este tiempo llegaba a beneficiar 36 cajones por semana.20
15
Lazo, Régimen, Vol. 2, 1992.
Hoover y Hoover, Metallica, 1950.
17
Citado por Fisher, Minas, 1977, p. 118.
18
Tandeter, Coacción, 1992.
19
Helmer, Mineros, 1995.
20
Martínez, minería, 1970, pp. 399 y ss.
16
-7-
Los "aventureros" Orueta y Jáuregui que habían conseguido la autorización para la marcha de la mita,
vía premio a sus esfuerzos, para la tarea de remisión de mitayos se comisionó al Subdelegado de
Chayanta y éste tuvo muchos problemas para cumplir con la orden. Poco pudo hacer para cumplir con
la orden. En la provincia se generó un estado de rebelión general que paralizó la operación. Estos
acontecimientos obligaron a no innovar nada sobre la cuestión de la nueva mita. Estaba cerca la
rebelión de Túpac Amaru que combatió esta institución.
En un continente que producía azogue (Europa) resulta curioso que no se haya empleado la
amalgamación para el beneficio de la plata. Se tuvo que transplantar de América a fines del siglo
XVIII al continente productor de azogue en localidades como Almadén o Idria gracias a los esfuerzos
de Born. Significó esta innovación la sustitución de calderas por barriles. Esta operación se estaba
realizando todavía en 1789 en Europa.
Cuáles eran las ventajas del método de Born que animaron el real ánimo en España para interesarse en
la nueva técnica. Su principal ventaja significaba la sustitución de los indios «repasiris» por paletas
mecánicas. Otra ventaja tocaba el tiempo de beneficio que de más de 20 días o más en adelante se
haría en 20 horas. Una tercera ventaja del barril amalgamatorio forrado con cobre era el ahorro del
azogue. El consumo promedio de este elemento era de 1 onza de azogue por cada onza de plata
obtenida, mientras que el barril prometía una pérdida de sólo 1,5 onzas de mercurio a cambio de 5 o 6
onzas de plata. La menor pérdida de la plata era otra ventaja que abonaba sus bondades frente al
método colonial. En aquél se perdería una corta cuando es posible.21 Una ventaja final era el
aminoramiento de los costos del beneficio, lo que pretendió probar Nordenflicht en su laboratorio
Químico instalado en Lima hacia 1792.22
2. Registro del oro en Cajamarca
El oro se conoció desde la época preincaica y ha llegado a nosotros en bellas representaciones de
orfebrería. Una evidencia del trabajo de este metal son los ajuares del Señor de Sipán, el Tumi de oro
junto a lo exhibido y fundido en las callanas de Cajamarca y el Cusco en los primeros años de la
conquista. Es casi imposible cuantificar este oro prehispánico por la ausencia de fuentes escritas, sólo se
han hecho arriesgadas aproximaciones acerca de dónde habrían provenido: los lavaderos de Carabaya,
Cusco, Apurímac y Ancash.23 Después de cientos de años de presencia del oro en el Perú su valuación
en moneda ocurre por primera vez en Cajamarca hacia mayo de 1533, cuando se redacta el acta de
reparto ante el notario Pedro de Sancho; sin desconocer que partidas cortas se valuaron y quilataron
antes.
Lo que caracterizó a la conquista fue saqueo y violencia, oro y codicia, explotación y abuso que se
convirtieron en sinónimos en la historia peruana posterior a 1532. El oro comienza registrarse durante
el siglo XVI con la instalación de las primeras callanas o fundiciones de oro y plata (cajas reales
ambulantes como en la Isla Puná, San Miguel, Cajamarca, Cusco). La llegada al Perú de Pizarro ocurre
dentro del marco del ciclo de oro indiano 1520-1530, que según cifras de Hamilton24 este metal
representó el 97% de los metales preciosos producidos, y en los siguientes 30 años bajó a sólo 12,5%,
desapareciendo su participación al mínimo después de 1600 (Véase Gráfico 1).
21
Acerca de la relación entre el consumo del azogue y corrupción véase el trabajo de Héctor Omar Noejovich
(Consumo, 2002).
22
El texto que aquí se ha usado para referir las incidencias del barril en la escena peruana procede de la Sala de
Investigaciones de la Biblioteca Nacional (Lima), y forma parte de un documento oficial copiado por un copista a la que
él u otro adicionó el Tratado de Minas inédito (sobre el barril y su respectivo gráfico a colores). La cualidad del texto no
sólo radica en describir las pautas para usar el barril amalgamatorio; mucho más importante es la enumeración de sus
partes integrantes y la manera de operar todo el artificio mecánico (Véase Luque, misión, 2012.
23
Hohagen, Oro, 1937.
24
Hamilton, Tesoro, 2000.
-8-
Con la llegada de los españoles en Cajamarca se cumple con claridad la sentencia de Juan de Matienzo
cuando dijo donde hay más dinero se encarecen las cosas.25 Cuando se produce el reparto del botín
reunido por Atahualpa se produce la primera inflación peruana y la primera presencia de un hecho
económico llamado «precio monetario». Recurriendo a las cifras de Raúl Porras Barrenechea26 se
puede calcular los kilogramos brutos de oro y plata que le tocó a cada integrante de la hueste perulera,
que de la noche a la mañana se convirtieron en ricos, pasando a poseer decenas o centenas de
kilogramos de oro y plata bajo la forma de moneda mayor. La plata y oro que recibieron algunas personas en Cajamarca fue:
CONQUISTADORES
Kg ORO
Francisco Pizarro
263,26
Hernando Pizarro
142,99
Hernando de Soto
81,62
Juan Pizarro
51,07
Pedro de Candia
45,59
Cronistas soldados:
Cristóbal de Mena, Miguel
de Estete y Francisco de Jerez
40,48
Kg Ag
540,60
291,46
166,55
93,68
93,68
74,99
Fuente: Cook, Noble David, «Los libros de cargo del tesorero Alonso Riquelme con
el rescate de Cajamarca», Humanidades, Revista de la Facultad de Letras de la PUCP, 1968,
No 2, pp. 41-88. Elaboración propia.
Los 48 soldados a caballo recibieron en promedio 39 kg de oro y 83 a 89 kg de plata; los hombres de
infantería, 10 a 20 de oro y 20 a 41 de plata. Estas cifras son las oficiales y tampoco incluye lo que
pudo reunir Hernando Pizarro en su marcha a Pachacámac. La evasión o fraude puede graficarse en la
frase oro de 14 quilates lo ponían a 7 y de los de 20 a 14.27
En el sitio de Cajamarca se repartió un total de 10.938 kilogramos de plata y 5.721 de oro según
cálculos basados en cifras oficiales, y en moneda significó 5.638.868 pesos corrientes, cifra que
rebatido el quinto correspondió, por ejemplo, a lo acuñado en la ceca de Lima en el bienio 1768-1769
(704.000 marcos). Las barras fundidas en Cajamarca en manos de unos 180 hombres, era una riqueza
inmensa que desencadenó una fiebre de pago de deudas entre ellos, produciéndose la primera
hiperinflación en el Perú por la abundancia de moneda. Era una escena común ver a los nuevos ricos
de hoy y pobres de ayer ir en busca de sus deudores para hacer los pagos con trozos de metal sin
detenerse en el peso riguroso, basándose en un simple cálculo subjetivo. Otro espectáculo era ver a los
adinerados de hoy ir acompañados de uno o varios indios cargando sus marcos de oro y plata. El
derroche se hizo presente como una fiebre que no se podía parar, apostándose en los juegos de bolos o
naipes kilogramos del metal noble sin mayor remordimiento.
Como una muestra de los altos niveles de precios que adquirieron muchos bienes después del reparto
de Cajamarca se puede citar el caso de los caballos que llegaron a comprarse con 9 a 13 kg de oro, un
par de borceguíes a 0,184, una capa a 0,460, una mano de papel a 0,046, todo en kilogramos de oro.
Quienes abonan la tesis de que los metales nobles fundidos en Cajamarca no fue todo lo que se reunió
y fundió gustan citar que una vez victimado el inca marchaban a Cajamarca como once mil llamas
cargados con estos metales, riqueza que fue extraviada en las punas o arrojado a los lagos y precipicios al tenerse noticia de la muerte del inca. Esta creencia indicaría la falta de política de Pizarro para
25
Citado por Moreyra, Moneda, 1980, p. 54.
Porras, Oro, 1959.
27
Llano, Memorias, 1904, p. 76). Aquí había un «fraude» de 50% y 30% respectivamente.
26
-9usar al inca como imán para atraer más oro y plata. Más pesó en su accionar razones de orden militar y
político y no económico.
Así comenzó la fiebre de oro del conquistador. Consumado los actos de Cajamarca la siguiente
estación saqueada fue el Cusco, especialmente el Coricancha (recinto de oro). La imagen que se tiene
de este sagrado recinto de oro es la de un «jardín de oro» donde los insectos, plantas, rebaños, pájaros,
llamas con sus pastores, pastos, mazorcas de maíz, etc. eran de oro, y son una muestra de la metalurgia
y minería incaicas. Hay noticias sobre mariposas de oro que al ser lanzadas al aire «revoloteaban» un
momento antes de posarse en el suelo. El suelo era igual de oro.
Sobre la cantidad de oro acopiado y fundido en Cajamarca hay muchos cálculos antiguos y modernos.
Uno de ellos fue publicado por Raúl Porras Barrenechea28 basado en las actas oficiales del reparto:
1.326.539 pesos de buen oro como el total fundido (6.102 kg) y valorado cada uno de estos pesos en
450 maravedís, correspondió a la corona 264.859 pesos de buen oro por sus derechos.29 Hoy se cuenta
con cifras más exactas.
Las cifras del reparto de Cajamarca han sido estudiadas con más exactitud y detalle por el historiador
Carlos Lazo García, basado en su amplio conocimiento especializado de la moneda colonial. En el
documento del reparto de Cajamarca que fue alcanzado al Rey de España para la ver la correcta
deducción del quinto, según él, el oro recaudado ascendió en cifras oficiales a 1320539 pesos de buen
oro de cuenta -pesos de oro de 22.5 quilates y 450 maravedís de valor-. Pesos de 937.5 milésimos.
Por su lado el rescate en plata alcanzó los 51,119 marcos de plata blanca de ley -marcos de 11
dineros 4 granos y 2210 maravedís de valor-. Marcos de 930.5 milésimos.30 Con los valores
anteriores se puede ensayar otros cálculos confiables como:






Marcos de plata y oro finos.
Kilogramos finos de oro y plata.
Onzas Troy finas de oro.
Su equivalencia en dólares actuales.
Su equivalente en nuevos soles actuales.
Capitalización del rescate, etc.
Cuando por primera vez se cobra el quinto del oro a gran escala en el reparto de Cajamarca (14-V1533), lo que es factible seguir gracias al acta de reparto, también es posible saber qué porcentaje se
cobró por el quinto para la escarcela real. Además del quinto está presente el sobreimpuesto o derecho
de Cobos bajo la denominación de «derechos del fundidor» (1%) y «quilatador» (0,88%, variable)
desempeñando ambos destinos don Pedro Díaz. La técnica usada para valorar el fino del oro fundido
fue el llamado toque de puntas. Previa a la fundición el oro era tocado, una vez fundido y convertido
en barras áureas se procedía primero a separar el derecho del fundidor y ensayador, luego el quinto.
Esta práctica se puede apreciar en el siguiente asiento:
Y en los dichos catorce días del dicho mes y del dicho año en presencia de los dichos oficiales de S.M. y ante el
dicho veedor y escribano de minas metió a fundir Sebastián de la Gama para hoy 462 pesos del que salieron
fundidos cuatrocientos cincuenta y siete (457) pesos, en una barra de nueve quilates que reducidos a maravedís a
razón de ciento ochenta maravedís (180) cada peso montan ochenta y dos mil doscientos sesenta (82260)
maravedís que sacados para los derechos del fundidor 822 maravedís cupo al quinto de SM dieciséis mil
doscientos ochenta y ocho (16288) maravedís los cuales recibí yo el dicho tesorero y de los que se me hizo
cargo". Alonso Riquelme (firmado).31
28
Porras, Oro, 1959.
Porras tiene el mérito de haber hecho correctamente las conversiones a kg de oro.
30
En Roel et. al., Deuda, 1992, p. 15.
31
Cook, Libros, 1968, p. 63.
29
-10El texto presenta un conjunto de conceptos de los que merecen decirse algo. Cuando se habla de pesos
no se trata sino del peso de oro o castellanos de oro,32 quilate es una unidad usada para medir la fineza
del oro o porcentaje de oro fino presente en una barra, tejo, etc.33 y maravedí es una unidad de valor
dado a cada peso de oro, y en la época cada peso de buen oro estuvo valorado en 450 maravedís. Estas
categorías son las que permiten hacer las reducciones de las barras de oro, conocido su ley y peso a
maravedís para el reparto y reserva de los derechos reales. Finalmente el maravedí es una especie de
llave maestra que permite reconvertir a una nueva barra áurea de fino deseable o que resulte de la
fundición. Para este último propósito es útil construir un cuadro del valor en maravedís de cada quilate
(Véase Cuadro 2). Con los valores del Cuadro 2 se pueden verificar las reducciones y conversiones
que figuran en el texto transcrito como la reducción del oro a maravedís, derechos del fundidor y
calcular los derechos reales.
2.1 Reducción del oro a maravedís
En el texto citado la barra que se reduce es de fineza 9 quilates y tiene peso de 457 castellanos
(2.102,62501 gr); por el Cuadro 2, 9 quilates equivalen a 180 maravedís, los que multiplicados por el
peso resultan 82.260 maravedís (457*180) como figura en el texto.
Cuadro 2
VALOR EN MARAVEDÍS DE LOS QUILATES
Quilates Maravedís
Quilates
Maravedís
9
180
18
360
10
200
19
380
11
220
20
400
12
240
21
420
13
260
22
440
14
280
22,5
450
15
300
23
460
16
320
24
480
17
340
Fuente: Elaboración propia.
2.2 Derechos del fundidor y quinto real
En el texto la base a partir del cual se calcula este derecho es 82.260 maravedís y por el 1%
correspondió al fundidor 822 maravedís, y rebatidos éstos de la base imponible, del remanente se
separó el quinto real (20%) que llegó a montar 16.288 maravedís ((82.260-822)*0,2). En oro físico
estos derechos pesaron 8,40 gramos (fundidor) y 166,53 gramos (quinto del rey), los dos en gramos de
buen oro. Las fundiciones que se realizaron en Cajamarca se hicieron ante la presencia de los
principales de la empresa conquistadora como Francisco Pizarro, el contador Antonio Navarro, el
tesorero Alonso Riquelme además del cura dominico Vicente Valverde; acto que previamente fue
pregonado por el pregonero Juan García para convocar a los interesados.34
3. Registro contable de los quintos del oro
Los derechos del oro cobrados y registrados en la Caja Real de Lima fueron recopilados a partir de los
libros mayores donde los cargos y datas están separados lo que facilita el trabajo de cualquiera de
estos rubros. Cosa contraria ocurre con los libros manuales donde en los asientos diarios se
32
En gramos equivalen a 4,60093.
24 quilates = 100% u oro puro y un grano = 1,041666% de fino; un quilate contenía 4 granos de fino).
34
El derecho real del quinto del oro que empezó a cobrarse en Cajamarca fue junto al sobreimpuesto llamado derechos
de Cobos inicialmente de 1% y luego de 1,5% haciendo que en total ambos derechos sumaran en conjunto 20,80 y
21,20% respectivamente. Más tarde el quinto real del oro se redujo al veinteavo y Cobos de 1,5% (1680); luego a
partir de 1776 quedó establecido en 5% y finalmente a partir de 1778 sólo llegó a cobrarse el 3%, el último caso sin el
derecho adicional del derecho de Cobos. Estos porcentajes corresponden a lo verificado en la Caja Real de Lima.
33
-11entremezclan los cargos y datas. En los primeros además hay balances anuales por cada cargo y data
lo que fue aprovechado por J. TePaske, y en el caso de falta de los libros mayores sólo quedaba sumar
manualmente estos cargos y datos.
CUADRO 3
DIVERSAS DENOMINACIONES DEL QUINTO DEL ORO: LIMA 1580-1820
MONEDAS
AÑOS
EXTREMOS
1580-1584
1585-1612 /2
1614-1735 /3
1736-1765 /1
1766-1768
1776-1777 /5
1778-1820 /4
AÑOS35
APROX
.
5
27
88
29
3
12
39
DENOMINACIÓN
Pesos de 8
0
15.915
915.676
2.298.719
981
341.106
377.782
P. Ensayado
9.005
635
423.011
0
0
0
0
Oro
5.534
8.218
17.683
0
0
0
0
Quintos del oro
1.5% y quinto del oro
1.5% y quintos de plata y oro
1.5% y diezmos de plata y oro
Quinto al veintavo oro labrado
Quintos al veintavo del oro
3% del oro
/1 Antes de manera extraordinaria aparece entre 1629-1630.
/2 De manera extraordinaria aparece entre 1705, 1708-1710.
/3 Con unos cuantos vacios en el periodo.
/4 Sin el sobreimpuesto del derecho de Cobos.
/5 Antes de manera extraordinaria aparece entre 1685-1690. Sin el derecho de Cobos.
Fuente: TePaske, John y Klein, Herbert S., The royal treasuries of the Spanish American Empire in America,
Durham, N. C., Duke University Press, Vol. 1, 1982. Vol. 1, Perú, Caja de Lima. Elaboración propia.
Para tener una idea acerca de la cobranza del quinto del oro en la Caja Real de Lima se usó como
fuente los libros de contabilidad, en ellos figuran las modalidades de registro y las monedas en que se
satisfacían. Incluir casos reales de registro del quinto áureo es necesario porque en la mayor parte del
periodo colonial los quintos del oro eran satisfechos en diversas monedas por sus propietarios
(mineros, azogueros o comerciantes). Estas monedas fueron los siguientes: peso de 8 reales, pesos de
oro y peso ensayado. Estas monedas, en las que están expresados los quintos del oro, a su vez pueden
aproximarse a su equivalente en el moderno kilogramo fino de oro. En los asientos que se vayan
citando como ejemplo aparecerán estas unidades monetarias y conceptos afines como: maravedís,
pesos corrientes, precio del castellano, tomines, granos, etc.
CUADRO 4
1.5% Y QUINTOS DE PLATA Y ORO: CAJA REAL DE LIMA36
AÑOS
OCHO
ENSAYADO
ORO
9/1632-7/1633
24.345
1.405
362
8/1633-7/1634
139
3.005
83
8/1634-7/1635
539
1.789
1.363
8/1635-7/1636
1.329
3.780
1.883
8/1636-8/1637
2.534
3.251
141
9/1637-8/1638
65
1.034
141
9/1638-9/1639
346
10/1639-8/1640
421
9/1640-8/1641
415
10.340
9/1641-9/1642
101
3.191
10/1642-9/1643
1.375
19.014
2.705
35
36
Los años indican sólo los años de los periodos indicados.
Las fechas elegidas en los 5 Cuadros que siguen incluyendo ésta, no indican necesariamente que esas modalidades se
hayan dado entre ese periodo sino solo es el periodo de mayor ocurrencia. Es sólo una muestra representativa.
-1210/1643-10/1644
10/1645-11/1646
12/1646-11/1647
12/1647-7/1648
1/1649-10/1649
11/1649-4/1650
5/1650-9/1650
10/1650-3/1651
10/1651-12/1651
1/1652-8/1652
9/1652-8/1653
9/1653-9/1654
10/1654-9/1656
10/1656-9/1657
10/1657-10/1658
11/1659-8/1660
9/1660-1/1662
2/1662-12/1662
1/1663-4/1663
1/1665-11/1666
12/1666-3/1669
4/1669-5/1672
Total parcial
3.371
479
328
173
7
425
97
15
8.201
236
95
12
48
1.056
45.385
7.399
35.201
2.916
1.311
30.034
1.091
6.655
117
28.448
33.400
4.926
1.424
399
557
3.526
1.042
338
1.460
3.937
211.757
232
8.627
15.537
Fuente: TePaske, John y Klein, Herbert S., The royal treasuries of the Spanish American Empire
in America, Durham, N. C., Duke University Press, Vol. 1, 1982, Vol. 1, Perú, Caja de Lima.
Elaboración propia.
Durante los siglos XVII y XVIII el cobro del quinto del oro pasó por 4 grandes periodos según las
denominaciones más comunes y el marco temporal que comprendió: 1.5% y quintos de plata y oro
(Cuadro 4), 1.5% diezmos de plata y oro (Cuadro 4.1), 1.5% y quinto del oro (Cuadro 5) y 3% del
oro (Cuadro 5.1) ya sin el derecho de Cobos desde 1776 hacia adelante, hasta el ocaso del periodo
colonial (Cuadro 6).
CUADRO 4.1
1.5% Y DIEZMOS DE PLATA Y ORO37
AÑOS
PESOS
AÑOS PESOS
1736
55.681
1751
97.737
1737
62.455
1752
105.105
1/1738-6/1739 132.766
1753
63.212
7/173920.183
1754
85.173
12/1739
1740
42.870
1755
69.308
1741
39.609
1756
82.958
1742
35.128
1757
80.497
1743
34.172
1758
64.475
1744
35.424
1759
92.476
1745
25.892
1760
92.625
1746
43.358
1761
97.204
37
Es la lista completa de todos los años de su registro, no se incluye el del bienio 8/1629-7/1630. En el periodo
seleccionado sólo se cobraron en pesos de 8 reales.
-131747
1748
1749
1750
345.912
73.001
62.974
66.595
1762
1763
1764
1765
59.200
61.824
82.930
87.975
Fuente: TePaske, John y Klein, Herbert S., The royal treasuries of the Spanish American
Empire in America, Durham, N. C., Duke University Press, Vol. 1, 1982, Vol. 1, Perú,
Caja de Lima. Elaboración propia.
Durante el periodo elegido en los Cuadros 4 y 5 el quinto del oro se registró conjuntamente con el de
la plata no separándose ambos derechos en los sumarios anuales como sí ocurre en los casos del
Cuadro 5.1 y 6 donde contablemente sólo se registra el quinto del oro separado de la plata. Esta forma
de registro crea un problema al investigador que quiera calcular el quinto de la plata y el oro por
separado. No necesariamente los derechos áureos cobrados en pesos de a 8 y en ensayados
corresponde al quinto de la plata o la del oro, porque a veces el derecho del oro podría haberse pagado
en reales o quizás también en ensayado (pesos ensayados). Esto sólo se puede solucionar revisando
todas las partidas de todos los años en que esto ocurre, tarea gigantesca para una sola persona. En el
caso del cobro del quinto del oro en un sola moneda si hay certeza de que corresponde al oro
(Cuadros 5.1 y 6). Que el quinto del oro se haya pagado en reales, en pesos ensayados y en oro debe
asociarse a la provisión o no de un tipo de moneda en la Caja Real o la economía colonial en general,
fenómeno que ocurrió sobre todo durante los siglos XVI y XVII y primer tercio del siglo XVIII.38
CUADRO 5
1.5% Y QUINTO DEL ORO: CAJA DE LIMA39
AÑOS
OCHO
ENSAYADO ORO
FUENTE
1585
184
3.267
1586
1.721
378
1587
1.528
1588
4.712
1589
1.045
1.036
1590
1.225
1.186
1591
612
125
1592
420
227
1593
111
846
1594
198
125
1595
59
88
504
1596
727
100
1597
469
1598
107
1599
256
25
1600
30
321
1601
743
1602
375
1603
168
78
1604
422
1606
268
547
S 1704 /1
1/1607-4/1608
81
38
Durante el siglo XVI, desde 1568, la acuñación de reales era simbólica, durante el XVII y hasta mediados del XVIII
aumenta en algo; solo desde mediados de este último siglo la provisión de reales se da en abundancia gracias a la
inauguración de la «nueva planta» para acuñar moneda tanto en Lima como en Potosí lo que ya permitió el pago del
quinto del oro en una sola moneda (reales).
39
Lista completa de todos los años de esta modalidad de registro.
-145/1608-4/1609
5/1609-4/1610
5/1610-5/1611
6/1611-5/1612
1705
1708
1709
Total parcial
6
215
224
9
7.972
14.194
10.697
48.778
99
474
118
1.406 3.267
2.515 11.702
S 1762
S 1762
/1 La letra S significa que el legajo consultado se halla en Sevilla
.
Fuente: TePaske, John y Klein, Herbert S., The royal treasuries of the Spanish American Empire in
America, Durham, N. C., Duke University Press, Vol. 1, 1982, Vol. 1, Perú, Caja de Lima. Elaboración
propia.
CUADRO 5.1
3% DEL ORO: CAJA DE LIMA40
AÑOS
PESOS
AÑOS PESOS
1778
23.687 1798
7.818
1779
21.365 1799
654
1780
13.691 1800
6.574
1781
10.793 1801
5.204
1782
12.837 1802
6.058
1783
12.006 1803
5.429
1784
9.534 1806
514
1785
8.940 1807
6.016
1786
11.948 1808
6.386
1787
13.867 1809
6.050
1788
15.273 1810
6.866
1789
13.886 1812
9.641
1790
8.571 1813
10.729
1791
12.652 1814
7.674
1792
12.650 1815
7.352
1793
9.618 1816
8.412
1794
11.832 1818
7.398
1795
10.751 1819
8.739
1796
10.754 1820
5.481
1797
10.132
Fuente: TePaske, John y Klein, Herbert S., The royal treasuries of the Spanish
American Empire in America, Durham, N. C., Duke University Press, Vol. 1, 1982, Vol.
1, Perú, Caja de Lima.
En la etapa final del periodo colonial el quinto del oro se registra por separado como se puede apreciar
en los Cuadros 5.1 y 6, en ambos casos sin el sobreimpuesto del derecho de Cobos. Además el
derecho fiscal se cobra en una sola moneda que es el real. Se registra en los libros este derecho
primero bajo la denominación de «quintos al veintavo del oro» (Cuadro 6)41 luego «3% del oro»
(Cuadro 5.1). Como se lleva a quintar a la Caja Real de Lima oro, el derecho del quinto se paga en su
equivalente en reales haciéndose la reducción recurriéndose al llamado «precio tributario» del oro que
fue variando a lo largo del periodo colonial y estuvo relacionado con la variación del coeficiente
bimetálico del caso y la variación del precio del oro en el mercado.
40
41
Lista completa de todos los años de esta modalidad de registro. Se cobra exclusivamente en pesos de 8 reales.
De manera extraña y por única vez se cobra este del oro bajo la misma denominación (quinto del veintavo del oro)
durante el periodo 5/1685-11/1690, pagándose el derecho en reales y en oro.
-15-
CUADRO 6
QUINTOS AL VEINTAVO DEL ORO: CAJA DE LIMA42
AÑOS /1
OCHO
ENSAYADOS ORO
1766
32.311
1767
23.823
1768
41.362
1769
33.990
1770
34.806
1771
38.825
1772
33.205
1773
35.347
1774
24.062
1775
12.517
1776
9.364
1777
21.494
Total parcial
341.106
Fuente: TePaske, John y Klein, Herbert S., The royal treasuries of the Spanish American Empire
in America, Durham, N. C., Duke University Press, Vol. 1, 1982, Vol. 1, Perú, Caja de Lima.
Elaboración propia.
GRÁFICO 1
ESTIMADO DE LA PRODUCCIÓN DEL ORO: PERÚ43
16
14
Lima
Total
Miles de kilogramos finos
12
10
8
6
4
2
1801–10
1791–00
1781–90
1771–80
1761–70
1751–60
1741–50
1731–40
1721–30
1711–20
1701–10
1691–00
1681–90
1671–80
1661–70
1651–60
1641–50
1631–40
1621–30
1611–20
1601–10
1591–00
1581–90
1571–80
1561–70
1551–60
1541–50
1531–40
0
Fuente: TePaske, John y Kendall von Brown, A New World of Gold and Silver,
Elaboración propia.
Leiden, 2010.
3.1) Quinto del oro en pesos de 8 reales
Contablemente hablando el quinto del oro se registró comúnmente en pesos corrientes44 en gran parte
del siglo XVII, este quinto era expresado en una moneda ajena al oro y para aproximarlo al 100%
42
Lista completa de todos los años de esta modalidad de registro, a excepción del periodo 5/1685-11/1690 que no se
incluye. Incluye el oro labrado.
43
El total comprende cajas del Alto y Bajo Perú.
44
También conocido como pesos de 8 reales, esté último es el más referido en la historiografía especializada.
-16llevado a quintar debe conocerse la aritmética que estaba presente. A partir del porcentaje que pagó el
oro por derechos del quinto se debe recurrir a uno de los cinco precios del oro fiscales expresados en
castellanos de 93.75% de fino.45 Estos precios a partir de 1531 fueron, en maravedís:
CUADRO 7
PRECIOS DEL PESO DE ORO CON
FINES FISCALES: CAJA DE LIMA
Años
Precios46
1531-1579
450
1580-1630
556
1631-1680
589
1681-1777
669
1778-1820
712,8
Fuente: Luque L., Juvenal, «Precios fiscales de los quintos del oro. Lima, siglos XVI-XVIII»,
Investigaciones Sociales, Revista del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Facultad de
Ciencias Sociales de la UNMSM, Vol. 13, N° 23, 2009, p. 84.
En las partidas respectivas de los diversos asientos del quinto áureo en pesos de a 8 reales los únicos
datos que proporcionan las fuentes son: los pesos corrientes del impuesto satisfecho, el porcentaje del
derecho real y el precio del oro. Esta información está, por ejemplo, presente en la partida siguiente:
En 9 de noviembre de 1748 se hace cargo de: 36.551 pesos 6,5 reales que entró en esta caja don Julián de
Aramburú por el valor de 14.861 castellanos 1 tomín 3 granos de oro reducido a la ley de 22,5 quilates a razón de
47
669 maravedís cada uno que pertenecieron a S.M. por su real quinto al veinteavo de 297.226 castellanos 2
tomines 6 granos del dicho oro que quintó en esta real caja con fe del ensayador mayor de este reino para hacer
48
doblones en la casa de moneda.
En partidas como la anterior es bastante complicado intentar reconstruir el total del oro llevado a
quintar si fue satisfecho en pesos corrientes de a 8 reales. Si se intenta calcular de golpe el total
llevado a quintar pero en su equivalente en kg finos un recurso interesante y útil es construir una
fórmula general aplicable a todos los casos similares como el caso citado.49 Con esta herramienta se
puede calcular aproximadamente su equivalente en una unidad de peso moderno como el kilogramo
fino. Esta fórmula general es la siguiente:
M * 5176,04625
KFO = -------------------D * P * 1200000
Donde:
KFO = Kilogramos finos de oro
M
= Pesos de a 8 reales en maravedís según el precio del oro.50
45
Para identificar estos precios a partir de 1600 fue necesario recurrir a los centenares de libros de cuenta de la caja
limeña hasta 1820, tarea ardua para un solo investigador pero que acabó con éxito.
46
En maravedís y en todos los casos por cada castellano de 22,5 quilates o pesos de buen oro.
47
Es decir 5%.
48
Archivo General de la Nación del Perú (en adelante AGNP) Sección Libros de Cuenta, H-3, 1748.
49
En los sumarios publicados por TePaske y Klein correspondiente al año 1748 el dato de la partida 36.551 pesos 6,5
reales como derechos satisfechos por el 5% no figura, en su lugar sólo se halla el monto anual satisfecho por este
derecho en pesos de 8 reales: 73.001 bajo el rubro de «1.5% y diezmos de plata y oro quintos del oro».
50
Para los fines del proceso se convierte en pesos y fracciones del mismo usando la fórmula que sigue: (Pesos +
Reales/8) + (Maravedís/272) y este resultado reducirlo a maravedís multiplicando por 272.
-17D
P
= Porcentaje de derechos involucrados en el cálculo, expresado en formato decimal moderno.
= Precio del castellano de oro de 22,5 quilates.51
Aplicando o sometiendo a prueba la fórmula general anterior al caso citado se tiene:
M
D
P
= 9942093 (36551*272+6,5*34)
= Veinteavo o 5% (0.05)
= 669 maravedís (precio del peso de oro de 22,5 quilates)
De esta manera se llega a la siguiente conclusión: el 9 de noviembre de 1748 se llevó a quintar un total
de 1.282 kg finos de oro (el 100% llevado a quintar):
9942093*5176,04625
KFO = -------------------------------= 1.282,03122
0,05*669*1200000
Si no se prefiere trabajar con el total pagado por el veinteavo del oro (36.551,8125 pesos corrientes) y
en su lugar se opta por otro dato que figura en el asiento citado (el total llevado a quintar: 297.226
pesos de buen oro), a partir de este total también se puede calcular el total llevado a quintar en
kilogramos finos manejando otra metodología pero que coincidirá con lo obtenido por la fórmula
general anterior. Como paso primero se debe eliminar la liga (6,25%) para trabajar con castellanos
finos. Hecha las operaciones aritméticas del caso estos llegan a 278.649,375 (297226*22,5/24). Al
disminuirse el fino los castellanos los castellanos originales disminuyen de peso por la «extracción de
la liga o cobre». El siguiente paso es transformar estos castellanos finos a marcos, éstos finalmente a
gramos y kilogramos finos teniendo en cuenta sus equivalencias generales:
1 marco
1 marco
1 kilogramo
= 50 castellanos
= 230,0465 gramos
= 1.000 gramos.
Hecho los cálculos del caso se llegará al conocimiento de que los kilogramos finos calculados son
idénticos con lo obtenido con la primera fórmula general, con la sola diferencia de centésimos
(1.282,046269), lo que valida totalmente la fórmula general primera.52
En otro asiento donde se cobra los derechos del oro en reales es algo curioso porque se habla de
«maravedís oro».53 De los pocos casos que se pueden hallar con esta característica da la impresión de
hablarse de maravedís distintos. Debe entenderse que son loa maravedís comunes y al hablarse de
maravedís oro sólo hace referencia que se está aplicando al oro. La sospecha tenía fundamento en
casos de cuentas hechas en pesos de oro de 450 maravedís oro que fue usual hasta mediados del siglo
XVII y que figuran en los asientos contables como pesos ensayados de buen oro a semejanza de su
homólogo de la plata. Su uso como pesos ensayados de buen oro hacía aparecer en escena
forzosamente a los maravedís de oro para distinguirlos de los de la plata que pudo haberse llamado
también pesos ensayados de buena plata. Cuando el cargo del oro se cobró en reales aplicando el
51
Expresado normalmente en maravedís.
278649,375/50*230,0465/1000=1.282,046269
53
Cuando lo corriente es que se hable sólo de maravedís que era la bisagra que permitía relacionar las diversas
monedas coloniales sea de oro o plata por ser la unidad mínima de valor y que todas las monedas podían expresarse
también en maravedís,
52
-18precio tributario del oro de 556 maravedís por cada peso de buen oro, 1 maravedí oro equivalía
1,2355555 maravedís plata para los efectos del quinto.54 Aquel tenía un peso de 9,58E-3 gramos finos
(1/480/50*230,0465) y el maravedí de plata 9,682E-2 gramos finos (1/2376*230,0465).
Después de la aclaración anterior sólo resta mencionar la técnica de su intervención en el cobro del
quinto del oro. Para esta operación debe tenerse presente que 1 peso de buen oro contenía 450
maravedís de oro y a partir de esta base se puede inferir el valor en maravedís oro de cada quilate y
grano para los efectos de las reducciones y conversiones. Considerando esta advertencia y sabiendo
que cada quilate contenía 20 maravedís oro y cada grano de ley 5 maravedís de oro, los quilates
siguientes equivaldrán a en maravedís oro como siguen:
CUADRO 8
EQUIVALENCIA DE LOS QUILATES EN MARAVEDÍS ORO
Q
G
M
Q
G
M55
15
0
300
20
0
400
1
305
1
405
2
310
2
410
3
315
3
415
16
0
320
21
0
420
1
325
1
425
2
330
2
430
3
335
3
435
17
0
340
22
0
440
1
345
1
445
2
350 22,5
2
450
3
355
3
455
18
0
360
23
0
460
1
365
1
465
2
370
2
470
3
375
3
475
19
0
380
24
0
480
1
385
2
390
3
395
Fuente: Elaboración propia.
El caso siguiente, tomado de uno de los cientos de libros de cuenta del Archivo Histórico del
Ministerio de Hacienda y Comercio del AGNP, aparecen los maravedís oro y como se verá a partir de
estos se deduce el derecho real o quinto de este metal con la intervención del «precio tributario» del
oro (Cuadro 7) para hacer las reducciones respectivas:
En cuatro de junio de este dicho año pagó Juan López de Altoxica 20.800 y 79 maravedís de oro por el quinto y
derecho de un tejo de 16 quilates 3 granos que pesó 294 pesos y valió 98.490 (maravedís oro) del que
pertenecieron a los derechos de 1,5%, 477 (maravedís oro) y al quinto 19.402 maravedís (de oro) que se metieron
56
en la real caja en 758 reales.
54
Luque, Precios, 2009, p. 85.
Q =Quilates, G =Granos finos y M =Maravedís oro.
56
AGNP, Sección Libros de Cuenta, Caja de Lima, asiento del 4 de junio de 1602. Aquí no figura como «Pesos
Ensayados» de oro, cuando en otros asientos suelen aparecer como x pesos, x tomines y x granos ensayados. El precio
fiscal usado para reducir los pesos de buen oro a reales es 556 maravedís (véase cuadro 7).
55
-19-
Tal como está registrado parece casi ininteligible pero si acudimos a la Cuadro 7 será simple la
solución de la información glífica. La práctica era cobrar primero el derecho de Cobos, del remanente
el quinto, razón por la cual no era precisamente el 20% el quinto sino sólo 19,70% del valor inicial.
Sumados ambos derechos reales montaban en total sólo el 21,20% y no 21,5%.
Tomando este porcentaje que involucra ambos derechos se puede deducir de golpe ambos derechos
sacando el 21,20% de 98.490 maravedís oro, cifra que coincide con el del asiento citado (20.879
maravedís oro). Queda por preguntarnos ¿cómo llegar a los 758 reales? Como está implícito el precio
del peso de buen oro (556 maravedís plata) debe convertirse los 20.879 maravedís oro a castellanos de
22,5 quilates dividiendo entre 450, valor del buen oro en maravedís oro y multiplicar el cociente por
556; el producto se vuelve a dividir entre 34 (los maravedís de un real) para arribar a los 758 reales
largos (20879/450*556/34) lo que fue registrado en los libros como pagado en reales como
equivalente del oro llevado a quintar.
Como estas unidades de peso y valor coloniales son ininteligibles para un lector moderno y
transformar estas unidades del quinto en una unidad de peso como el kilogramo fino puede ser
complicado, pero para conocedores como TePaske y Brown no es un problema.57 Aunque no es tarea
fácil es necesario para fines de comparación: intervienen en su reducción factores como precio del
peso de buen oro, peso del oro puro, etc. Esta conversión a kilogramos finos se puede realizar de la
siguiente manera para el caso arriba citado:
1. Conversión de los reales a maravedís oro calculado en la caja como correspondiente al quinto: en
otras palabras queremos calcular la equivalencia de los reales en maravedís oro. Los pasos
comprenden las siguientes operaciones sucesivas: 758*34/556*450. Como resultado de la
operación anterior obtendremos 20.879 maravedís oro.
2. Aproximar estos maravedís al 100% llevado a quintar: para lograr el cometido basta con dividir
entre 0,2120 la cifra anterior (20879/0,212 =98.485,8489). Este oro es la que queremos reducir a
oro puro, la operación se consigue dividiendo entre 480 (maravedís oro del oro de 24 quilates).
3. Aproximar a kilogramos finos: como ya se ha calculado el 100% del oro llevado a quintar en grado
de pureza, éste debe convertirse a marcos,58 los marcos a gramos y éstos a kilogramos usando los
valores conocidos. Como resultado final se obtendrá los kilogramos finos, que es el oro fino
llevado a quintar a la caja de Lima el 4 de junio de 1602.
3.2) Quinto áureo en pesos ensayados
Esta modalidad de registro del quinto del oro no se ha podido aclarar del todo por varias razones. La
principal es que las fuentes que consultaron TePaske y Klein59 se hallan en Sevilla; el segundo, los
casos de esta modalidad de registro contable son tan raros que sólo ocurrieron en 4 años (Cuadro 9).
En los Cuadros 4 y 5 si bien hay quintos en pesos ensayados pero como están involucrados con el de
la plata es casi imposible hallar el que corresponde al oro sino es revisando los asientos partida por
partida. Una última razón importante es que en los libros de cuenta de la Caja de Lima existentes en el
Archivo General de la Nación de Lima para los años 1708 y 170960 no se pudo hallar un solo caso del
57
TePaske y Brown, New, 2010. Ambos autores han convertido las unidades coloniales como marcos y pesos en
kilogramos; igual se puede hacer con los maravedís.
58
Un marco, unidad de peso, equivalía a 230,06 gramos.
59
TePaske y Klein, Royal, 1982, Vol. 1, Perú, Caja de Lima. En adelante cuando se mencione estos autores se refiere a
esta obra.
60
No existen libros de cuenta de los años 1595 y 1606 en Lima. Se ha revisado los siguientes libros sin éxito: AGNP,
Sección H-3, Libros Nº 384-386, que corresponden a un libro manual, mayor y de factoría; AGNP, sección H-3, Libro
Nº 382, 1708 que corresponde a un libro primero de la Real Hacienda y factoría.
-20quinto del oro en pesos ensayados a pesar de una revisión cuidadosa. También se puede considerar
como razón que explique el no hallazgo de un asiento del quinto del oro en pesos ensayados es el
escaso registro del oro en la Caja de Lima durante el siglo XVII (Véase Gráfico 1). Se puede
considerar a esta modalidad de registro como muy curiosa y nos resistimos a creer que pueda tratarse
de un error cometido por TePaske y Klein.
Cuadro 9
QUINTOS DEL ORO EN PESOS ENSAYADOS: CAJA DE LIMA
Años
Pesos Ensayados
Oro Fuentes /1
1595
59
88
504
S 1700
1606
268
547
S 1704
1708
14.194
474
118
S 1762
1709
10.697
1.406 3.267
S 1762
/1 Los legajos se encuentran en Sevilla
Fuente: Cuadro 5
CUADRO 10
ESTIMADO DE LA PRODUCCIÓN DEL ORO DE LAS CAJAS PERUANAS: 1531–1810
Cajas
Kg /1
%
%/Lima
Lima61
38.160 54,620
Cusco
1.159 1,659
3,04
Huancavelica
65 0,093
0,17
La Paz
13.031 18,652
34,15
Potosí
11.533 16,508
30,22
Trujillo
3.500 5,010
9,17
Oruro
26 0,037
0,07
Carabaya
1.698 2,430
4,45
Chucuito
32 0,046
0,08
Arequipa
391 0,560
1,02
Arica
100 0,143
0,26
Puno
169 0,242
0,44
Total
69.864
100
/1 Kilogramos finos de oro.
Fuente: TePaske, John y Kendall von Brown, A New World of Gold and Silver, Leiden, 2010.
Elaboración propia.
3.3) Quinto áureo en especie o en oro
Esta tercera modalidad del registro contable del oro es poco frecuente como se puede observar en los
Cuadros 4 y 5. Aunque no es muy abundante su ocurrencia para todo el periodo colonial es común
hallar en casos de comisos del oro que son obligados a pagar el quinto, que satisfacían el derecho real
en masa u oro físico. Ante la imposibilidad de extraer información a partir de los sumarios de TePaske
y Klein se tuvo que acudir a los libros contables de la Caja de Lima para identificar las partidas donde
figuran los quintos del oro en especie. El asiento que sigue cumple con estas características:
… se hace cargo de 146 pesos 7 tomines y 6 granos de buen oro de 22,5 quilates de ley por concepto de quinto y
62
1,5% de Cobos; procedentes de 678 pesos (de oro) de 23 quilates y que reducidos a 22,5 valieron 693 pesos de
63
oro de 22,5 quilates; que se hace cargo en la misma especie (entiéndase oro físico o en masa).
61
«The decades 1531–1580 for Lima include gold registered at Cuzco (1531–1580) and Huancavelica (1577–1580)»
(Nota de TePaske y Brown, New, 2010)
62
Convertidos a la ley de 22,5 quilates.
-21-
Para uno interesado en verificar los datos de la partida citada debe entenderse que era lo mismo peso
de oro que castellano de oro que podía tener cualquier fino sino si no se indicaba expresamente, con
excepción del peso de buen oro que tenía la característica inherente de tener siempre una fineza de
22,5 quilates aunque no se indique este fino expresamente. Por eso los 146,93 pesos de buen oro
citado arriba no es otra cosa que castellanos de 22,5 quilates (con liga de 6,25%). Como cada uno de
ellos pesaba en gramos 4,60093, los 146,9375 castellanos equivalen a 676,049 gr de fino 22,5 quilates
de los que si escalfamos la proporción de liga (6,25%) nos quedaremos con 633,796 gramos finos de
oro que fueron retenidos en la caja por concepto de quinto y Cobos (21,2%).
Aquí no cabe confundir los pesos de oro con los pesos corrientes o de 8 reales, confusión que indicaría
que el cobro de los derechos reales fue efectuado en su equivalente en reales teniendo en cuenta el
precio de cada peso de buen oro expresado en maravedís lo que no ocurrió en este caso. Los cálculos y
reducciones que figuran en el texto citado se han hallado sin el menor error, tanto los correspondientes
al quinto y Cobos del oro (21,2%) como las otras conversiones.64
Otra partida de las mismas características (pero quinto rebajado al 5% o veinteavo más el derecho de
Cobos) en el que se demuestra lo correcto de lo afirmado acerca de la suma de ambos derechos es la
que sigue. En la primera fundición del oro hecha en la Caja Real de Lima el 20 de enero de 1680, los
oficiales reales escribieron:
… se hicieron cargo y sentaron en sus libros manuales primero corrientes a fojas (...) de 159 pesos 4 tomines y 8
granos que pertenecieron a S.M. por el quinto al veinteavo y 1,5%65 de 2376 pesos castellanos de 23 quilates 1
grano… que les dio don Miguel de Rojas Páramo uno de los ensayadores mayores (el otro era Juan de Villegas)
66
de este reino del que procedieron 10 barretones; cuyo número, peso y ley es el siguiente:
N°
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Total
63
PESOS67
236
239
238
237
224
236
241
227
233
262
2376
TOMINES
2
4
4
4
0
0
0
0
6
4
QUILATES
23
23
23
23
23
23
23
23
23
23
GRANOS
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
LEY68
244-0-11
247-3-10
246-3-6
245-3-3
231-3-8
243-6-11
249-0-3
234-4-6
241-4-4
271-1-11
2455-1-1
AGNP, sección libros de cuenta H-3, Libro Número 2, año 1602.
Tomando como válido la suma de ambos derechos como 21,50% los derechos reales habrían ascendido a 149 pesos
de buen oro. El porcentaje 21,20% procede de hacer la siguiente operación: ((100-1,5)*20/100+1,5) que no es otra
cosa que los pasos sucesivos establecidos por la ley para cobrar estos derechos: primero el Cobos y del remanente, el
quinto. De aquí resulta que el quinto no fue precisamente del 20% sino sólo de 19,70% como hemos reiterado muchas
veces en otros foros.
65
Ambos derechos suman en total 6,425% (0,06425) y no 6.5%.
66
Fuente: AGNP, Libros de Cuenta, 20 de enero de 1680.
67
En la metrología monetaria colonial era lo mismo decir «pesos», «pesos castellanos» o «pesos de oro». En este
asiento aparece en escena los tejos de oro fundido y numerado, costumbre que parece datar de principios del siglo
XVII. Los tejos y barras de oro y plata respectivamente se numeraban del 1 hasta el último que se fundiese en
diciembre y en enero de cada año se volvía a hacer la misma operación. En este ejemplo hasta el 20 de enero de 1680
se fundieron 10 barras de oro.
68
Expresados en castellanos, tomines y granos reducidos al fino de uno de buen oro.
64
-22Los 10 barretones69 pesaron una vez reducidos 2.455 pesos castellanos de 22,5 quilates que era el fino
de uno de buen oro,70 y los pesos castellanos «brutos» hacen 2.376 pesos de fino 23 quilates y 1 grano.
Pero en esta oportunidad los derechos que le correspondían a Su Majestad por el veinteavo y 1,5% del
derecho de Cobos71 se cobraron con parte de los barretones de oro fundidos porque los 159 pesos 4
tomines y 8 granos que se enteraron en la caja (en oro físico) son del fino común de los pesos de buen
oro.
En los sumarios publicados por TePaske y Klein correspondientes a la Caja Real de Lima sólo se
dispone como único dato el quinto total de un periodo fiscal como 1 año y a partir de esta información
se puede calcular la producción del oro expresado en kilogramos finos correspondiente a ese año
siempre conociendo el total de los derechos fiscales involucrados –que varió mucho a lo largo del
periodo colonial–, procedimiento que es válido para toda conversión de los derechos de los sumarios a
kilogramos expresados en pesos de buen oro. La fórmula siguiente también es aplicable a las partidas
individuales de los libros de contabilidad siempre y cuando los pesos de oro sean de 22,5 quilates y los
derechos sean el veinteavo y el 1,5% del derecho de Cobos. La fórmula que sirve a este propósito es:
4,3133E-03 * A
KFO = --------------------72
D
Donde:
KFO = Kilogramos finos de oro.
A
= quinto del oro, único dato disponible en los sumarios, expresado en pesos de oro de 22,5
quilates de fineza.73
D
= porcentaje de los derechos (veinteavo más Cobos de 1,5%) involucrados en el cálculo,
expresado en formato decimal.
A manera de conclusión
Por la importancia que tuvo la Caja de Lima durante los siglos XVII y XVIII como caja matriz, el
quinto del oro registrado en sus libros resulta interesante sobre todo si entre 1531 y 1810 registró más
de la mitad del oro peruano (Cuadro 10). Los derechos fiscales que afectaron al oro fueron variando
demasiado –respecto de la plata– a lo largo del periodo colonial, sea en la modalidad de registro, en
las monedas registradas y el porcentaje de los derechos fiscales. Las monedas usadas en el cobro de
los derechos fiscales del oro fueron 3: el peso de a 8 reales, el peso ensayado y el peso de oro.
De estas monedas en las 7 últimas décadas del siglo XVII predominó el ensayado, en cambio en las
últimas décadas del siglo XVI predomina el peso corriente, y en los últimos 3 tercios del siglo XVIII
la única moneda del quinto áureo fue el peso de 8 reales.
69
Los barretones eran barras de peso inferior, muy inferior al peso promedio de las barras de plata (200 a 300 marcos
en promedio).
70
A lo largo del periodo colonial se mantuvo sin alteración el fino del peso de buen oro de 22,5 quilates y se toleró la
existencia de esta moneda hasta en las primeras décadas del siglo XIX republicano. El único esfuerzo innovador se
dio en 1748 cuando se pretendió infructuosamente alterar esta fineza para adaptarse a lo dispuesto por la ordenanza
de la casa de moneda de Lima, que contempló como nuevo precio para el marco del oro de ley 22 quilates 128 pesos
32 maravedís la de 22,5 quilates 712,80 maravedís (696,96/22*22,5), innovación que se puede encontrar en algunos
asientos de quintos del oro después de 1748. Este intento no pretendía alterar el valor del peso de buen oro que
seguiría costando 669 maravedís. Lo que se pretendía era obligar el uso de la nueva fineza del buen oro de 22 quilates
para 2 fines: quinto y rescate. Como en la práctica esto suponía pensionar al vasallo en más de 2 reales por cada 100
castellanos de buen oro, fue unánime el rechazo volviéndose a la antigua costumbre en este tópico.
71
El monto total de ambos derechos suman 6,425% ((100-1,5)*0,05+1,5).
72
Cuando varíen los derechos esta fórmula general debe modificarse como corresponda.
73
Proporcionalmente el castellano de 22 quilates venía a costar 696.96 maravedís a mediados del siglo XVIII
((128*272+32)/50).
-23Desde el punto de vista de las modalidades de registro contable de los derechos reales existieron 7:
«quintos del oro», «1.5% y quinto del oro», «1.5% y quintos de plata y oro», «1.5% y diezmos de
plata y oro», «quinto al veintavo oro labrado», «quintos al veintavo del oro» y «3% del oro», los 2
últimos sin el sobre impuesto del derecho de Cobos. Los 4 últimos casos se tratan de «quintos puros»
porque no está mezclado con el quinto de la plata como ocurre en los 3 primeros casos.
Sobre las tasas que afecto al quinto del oro varió mucho respecto de la plata: 20,80% (quinto y
fundidor), 21,20% (quinto y Cobos 1,5%), 5% o veinteavo más el derecho de Cobos de 1,5% durante
el siglo XVII; luego entre 1776 y 1777 quedó establecido en sólo 5% sin el derecho de Cobos y desde
1778 hacia adelante quedó establecido en sólo el 3% tampoco sin el derecho de Cobos.
A mediados del siglo XVIII se presenta una curiosidad en el cobro del quinto del oro: el quinto
riguroso y el quinto escaso,74 que en cifras absolutas representó aproximadamente una diferencia de
98,38 centavos hasta 1 real por cada peso de buen oro, que en cifras relativas significó una diferencia
de 1,62% en promedio. El segundo método fue aceptado, probablemente, por los comerciantes o
mineros porque aligeraba el cobro del quinto al simplificar al mínimo las operaciones matemáticas
que suponía realizar en la caja. En el quinto escaso la operación aritmética se redujo a una simple
regla de tres conocido también como regla de oro: si por 1 castellano de buen oro de 22,5 quilates
debo pagar un real por concepto del veinteavo, ¿cuántos pagaré por x castellanos de la misma ley?, los
pesos de oro resultantes eran escasos. Esta regla de 3 simple también era aplicable para el quinto
riguroso pero por las operaciones aritméticas complicadas se encontró como solución última la
construcción de una serie de tablas de donde se tomaba los datos necesarios: cuánto de derechos debía
pagar una determinada cantidad de castellanos.
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
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