Breve historia del Museo Histórico de Buenos Aires “Cornelio De

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Breve historia del Museo Histórico de Buenos Aires “Cornelio De Saavedra”
El 5 de septiembre de 1921, el intendente municipal doctor José Luis Cantilo, firma el
decreto que crea el Museo Municipal de Buenos Aires, aduciendo que con ello se
“permitirá cumplir la voluntad expresa de los donantes de los acervos de gran valor
históricos (...) los cuales se hallan depositados desde largo tiempo en el Banco
Municipal de Préstamos”. Es llamativo que el decreto hable de los donantes cuando el
patrimonio es exclusivamente el del legado Zemborain.
El Museo se inaugura el 6 de octubre de 1921. Así se concreta el deseo de Ricardo
Zemborain (1872-1912), quien por voluntad testamentaria había legado sus colecciones
artísticas e históricas a la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. La
primera sede del museo funciona en la planta alta de Corrientes 939. En 1936, debido al
ensanche de la calle Corrientes, se traslada a Cerrito 281, y en mayo de 1937, a
Quintana 84-88.
El 12 de diciembre de 1941, la Comisión Interventora de Vecinos del Concejo
Deliberante sanciona la Resolución 13.003, por la cual se destina "el edificio existente
en la ex- estancia Saavedra para sede del museo municipal que funciona en el inmueble
sito en la avenida Quintana 88". Días después, el 30 de diciembre, la señalada comisión
sanciona la Ordenanza 13.069 por la que se denomina “Museo Municipal General Don
Cornelio de Saavedra" al museo que “funcionará en la ex estancia Saavedra”.
La chacra donde se establece el Museo había pertenecido al sobrino de Cornelio de
Saavedra, Luis María Saavedra. Contaba con una casa principal, cuya construcción se
concretó entre 1870 y 1880. El arquitecto Manuel Domínguez acondiciona el edificio
existente y modifica su arquitectura para adaptarla al estilo de las quintas aledañas a
Buenos Aires en el período correspondiente a la primera mitad del siglo XIX. La obra
significa la mutilación de la hermosa casona de Luis María Saavedra, típico exponente
de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XIX. La nueva museografía no estuvo
exenta de polémicas, ya que implicaba que todas las colecciones giraran en torno a la
personalidad de don Cornelio de Saavedra.
En 1947, al decidirse la fusión del Museo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires que
funcionaba en Fray Cayetano 65, en el barrio de Flores, el Museo recupera gran parte de
su misión original: la historia de la Ciudad desde su fundación hasta el presente.
A partir del incremento del patrimonio museológico, se incorporaron dos nuevos
pabellones con lo que queda conformada la estructura edilicia que aún se mantiene y
que resulta insuficiente.
Atribuciones, normas y funciones
Coleccionar, conservar, investigar y exponer el patrimonio histórico de la ciudad de
Buenos Aires, son las atribuciones del Museo las que se llevan a cabo proponiendo
diversas reflexiones sobre la historia, la política, la economía y la sociedad a partir de
sus colecciones de platería urbana (Colección Zemborain), mobiliario y objetos de arte
y decorativos (en dos ambientaciones de un salón porteño de la primera y de la segunda
mitad del siglo XIX), peinetones y alhajas femeninas (colecciones Miguel Gambín y
Zemborain), vestimenta y elementos de las modas y las costumbres masculinas y
femeninas de siglo XIX, y platería rural (Colección Alfredo y Sara Davis de Keen).
Un amplio panorama del pasado que conforman los testimonios del proceso
emancipador de Sudamérica (desde las invasiones inglesas hasta la Independencia); el
complejo proceso de la Confederación Argentina (colecciones Andrés Lamas y Ricardo
Zemborain); la siempre agitada historia monetaria argentina (una de las más importantes
colecciones de numismática); la evolución edilicia de la Plaza de Mayo a través del
pincel de Leonie Matthis (1883-1952) y la sala de armas donde se exhiben valiosas
piezas de uso civil y militar.
El acervo patrimonial se complementa con valiosas colecciones, entre las que se
destacan la correspondiente a Leandro Alem, que testimonia la vida y la época del
político argentino; la de acuarelas de José Ignacio Garmendia sobre la Guerra del
Paraguay; la de iconografía de Buenos Aires de Guillermo H. Moores, la de medallística
y la de iconografía.
La variedad de colecciones permite obtener una amplia visión de la historia de Buenos
Aires, una ciudad que fue capital de un virreinato, de una provincia y de la Nación, en
los aspectos políticos, sociales y económicos. En este sentido, el Museo intenta
reflexionar mediante su patrimonio, sobre lo que muestran y lo que ocultan sus
colecciones, en las distintas miradas que cada objeto, y la relación entre ellos, puede
provocar.
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