Autismo - Asociación Autismo Huesca

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Qué es el autismo
El autismo es un trastorno del desarrollo que empieza antes de los 3 años y está
caracterizado por deficiencias importantes en tres áreas:
1- Deficiencias severas en el lenguaje y la comunicación. Estas alteraciones van desde la
ausencia total o casi total de lenguaje y comunicación misma, hasta la existencia de
lenguaje formal adecuado, pero que sirve mal el objetivo de intercambio y comunicación
social. Los reiterados fragmentos de gramática y extrañas “prosodias” y, en los más
hábiles, las disfasias semántico-pragmáticas con preguntas repetidas varias veces o
improperios que no vienen a cuento, demuestran a la vez el deseo de iniciar y mantener
una conversación y las dificultades en hacerlo de algunas de estas personas.
2-
La ausencia o escaso interés en la relación con los demás o, si tal interés existe, la
dificultad de articularlo de manera empática y recíproca. Tanto las inapropiadas muestras
de afecto como los pequeños actos agresivos y destructivos (empujón, plato al suelo…)
son frecuentes en algunas de está personas pero la violencia elaborada o seria es
prácticamente desconocida excepto, en algún caso, como víctimas de ella.
3-
La existencia de intereses, conductas y actividades restrictivas, estereotipadas y
repetitivas, en grave prejuicio de aquellas que se pueden compartir o ser de utilidad
práctica. Las estereotipias, manierismos, fijaciones en rutinas y retales sobre-aprendidos,
y aficiones sensoriales, memorísticas, aritméticas, etc, son expresiones de esto. Las
dificultades de este tipo apuntan, entre otras cosas, a una necesidad “normal” de
actividad física y mental, y malentendidos en este respecto contribuyen a que
equivocadamente se les defina algunas veces como “hiperactivos”.
La combinación de estas deficiencias junto con circunstancias y entornos que actúan como
barreras infranqueables y /o ponen demandas imposibles para ellos, llevan a situaciones de
aislamiento (de allí la palabra “autismo”), la resistencia a los cambios, la irritabilidad y las
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exclusiones. En algunas de estas personas, y particularmente en la niñez, las alteraciones
están asociadas a problemas en sistemas más básicos, como el control de la temperatura, los
esfínteres, el bajo umbral comicial, los problemas en la marcha y el equilibrio y la integración
sensorial.
Alrededor de la mitad de afectados de autismo tendrán una discapacidad psíquica severa,
mientras que una cuarta parte tendrá inteligencia normal o incluso superior. Pero hay que ser
precavidos, esta inteligencia de los autismos de alto rendimiento, es “modular” y de poca
aplicación en áreas de autonomía, relaciones sociales, ocio y trabajo, por lo que hay que
“habilitarla” para estos propósitos, lo que puede no ser fácil.
Asperger, TGDs y TEAs
El Autismo está clasificado como la principal categoría de un grupo de trastornos de
desarrollo, tanto en el CIE 10, el sistema de la OMS, en la que el grupo se llama Trastornos
Generalizados (o mejor traducido quizás, Diseminados) del Desarrollo, como en el sistema
americano DSM IV, en el que al grupo se le llama Trastornos del Espectro Autista. El síndrome
de Asperger y el autismo atípico, son las otras dos importantes categorías de esos grupos. El
“síndrome de Asperger”, tiene en definitiva alteraciones en las tres áreas señaladas para el
autismo, pero hay una mayor cohesión y amplitud de respuestas y por lo tanto las deficiencias
son menores y el grupo mucho más heterogéneo en cuanto a pronóstico. Así más del 90% de
los niños diagnosticados de autismo (clásico o de Kanner) a los 6 años seguirán teniendo ese
diagnóstico a los 20, mientras que los diagnosticados de “asperger” variarán
considerablemente, desde aquellos que a los 20 se les re-diagnosticará de autismo (quizás al
ser el diagnostico inicial paliativo), hasta aquellos que han perdido el diagnóstico y son
“normales”.
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Que causa el autismo.
No hay una causa clara del autismo. Ha habido y hay cuadros de tipo de autismo clásico en la
esclerosis tuberosa, la fenilcetonuria, el síndrome de Down, y en casos de rubeola materna en
el embarazo y prematuridad con uso de oxígeno a presión. Los embarazos dobles y múltiples
tienen una alta incidencia de autismo. El frágil X , quizá el trastorno hereditario más frecuente
hoy día, se manifiesta a veces como autismo. En la mayor parte de los casos, sin embargo, no
se encuentra una causa clara por lo que se les llama “idiopáticos”
Hace 25 años la incidencia del autismo se juzgaba en el 0’4x1.000. Dentro de esa cifra,
estudios en gemelos apuntaban a que un 80% o más de la carga causal del grupo “idiopático”
en conjunto, estaría en factores genéticos, por la interacción de varios genes culpables. A fines
de siglo la incidencia aumentó al 1x1.000. Este aumento se valoró debido a lo que se llama
“substitución diagnóstica”, es decir la incidencia no había aumentado pero el autismo se
detectaba mejor. En los últimos años, sin embargo, ha habido una verdadera “epidemia” de
autismo hasta alcanzar una incidencia de alrededor del 1x40 en Corea, de 1x100 en los
Estados Unidos y de 1x300 en España. Incidencias por encima del 1x1.000 y aumentos tan
rápidos y de esos tamaños son totalmente incompatibles con trastornos de tipo genético que
afecten el desarrollo temprano severamente y hay que suponer que, o bien estos casos no son
clínicamente autismos, o que si lo son se deben a causas medio-ambientales. El aumento de
los partos artificiales, las disfunciones inmunológicas en los primeros meses de la vida, el uso
de substancias psicotrópicas en el embarazo, las vacunas o amalgamas dentales conteniendo
mercurio, etc, están siendo citados como posibles agentes de esta “epidemia”.
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