sir Basil Zaharoff espera la muerte sin más compam

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En 1873, Basil Zaharoff declara ante un Tribuna] de
Londres haber nacido en Tatavla, eí barrio griego de
<Jonstantinopla, el año 1851. Cuando, en 19Ó8, le concede el Gobierno francés la Legión de Honor, Zaharoff
presenta un documento, en el cual tres testigos afirman que el interesado nació el día 6 de Octubre de 1849
en Moujhla, pequeña ciudad situada en el extremo
sudeste del Asia Menor. En 1921 aparece en el periódico inglés Sketch la fotografía de «miss Yvonne Zaharoff», nieta del célebre financiero. Pero el financiero
envía enseguida una rectificación a la citada revista
y da una nueva versión de su origen. «He nacido en el
Phanar», dice. El Phanar es el barrio elegante de
Constantinopia, mientras Tatavla es algo así como el
Barrio Chino de Barcelona.
Este deseo de rodear de misterio y obscuridad a todo
cuanto se refiere a su persona es tan imperioso en sir
Basil Zaharoff, que cuando éste adquirió en Francia el
castillo de Balincourt y estableció en él su residencia,
ordenó a sus secretarios que adquiriesen en todas las
ciudades de Francia las fotografías, tarjetas postales o
dibujos en los que figuraba exterior o interiormente
la histórica mansión.
P r o f e s i o n e s t a r l ñ a s y l í o s con. l a J u s t i c i a
Sir Basil Zaharoff, el hombre más rico del mundo, cuya
patria y orígenes no han podido ser, hasta ahora, descubiertos.
¿Quiénes fueron los padres de sir Basil? Dicen que
se establecieron en el barrio de Tatavla, después de un
éxodo de treinta años en Rusia. La infancia del traficante de armas no ha podido ser reconstituida; pero
su juventud parece haber dejado alguna historia.
Dicen que sus oficios no fueron todos muy confesables.
Y el periodista francés Armand Pierhol escribe en
Lea Annaies que antes de comerciar con ametralladoras y tanques, sir Basil Zaharoff vivió de ima mercancía infinitamente más galante. De la exactitud
de estos detalles no respondo, porque no conozco a
sir Basil ni poseo documentos relativos a sus diversas
profesiones. Me limito a recoger datos de publicaciones
que, por su seriedad, merecen un gran crédito.
En el periódico inglés The Times de los días 14 y 17
de Enero de 1873 se publica, en la sección de Tribunales, el extracto de un proceso intentado por el negociante de Constantinopla Manuel Hiphentides contra
Zacharia-Basilius Zaharoff. El acusado reconoce su
falta, promete reembolsar el dinero en litigio, y es
puesto en libertad mediante una fianza de 100 libras.
Los primeros submarinos.
¿Cómo logra Zaharoff meter la cabeza en los negocios de armas? Un griego influyente, el señor Skonloudis, que más tarde será ministro, se interesa por él
y lo recomienda a un tal Nordenfeldt, de quien obtiene
una representación. Este Nordenfeldt es un sueco,
inventor del primer submarino, cuya eficacia parece
indiscutible; pero ningún país quiere interesarse por
este nuevo aparato de guerra., que destruye la eficacia
de los acorazados, en cuya construcción se han invertido sumas fabulosas.
Zaharoff se siente griego. jPor qué no obraría en
buen patriota? Hábilmente convence al Gobierno de
este país de la enorme superioridad que daría a la
Marina griega el poseer el primer submarino de guerra.
Así logra su primera venta.
Unos meses más tarde, Zaharoff descubre; sin duda,
que un poco de sangre turca corre por sus venas.
Turquía le compra dos submarinos. Las demás potencias, inquietas, pasan también pedidos. El camino de
la fortuna está ya trazado para el futuro rey de los
armamentos.
Durante dos años, Nordenfeldt va a sostener una
lucha feroz con Hiriam Maxim, el inventor de la ametralladora. Zaharoff desbarata, comprando a los obreros de Maxim, todas las pruebas que éste realiza ante
los ministros de la Guerra de diversas potencias.
Maxim se da por vencido y tiene que asociarse a
Nordenfeldt, para no ser destruido.
La duquesa de Villafranca.
Zaharoff se convierte en el más poderoso financiero
vendedor de armas del mundo. En 1888 se apodera del
mercado ruso, provee de municiones a los ejércitos de
la guerra ruso-japonesa, y más tarde a los de la guerra
europea.
En 1923 compra a Ta familia Blanco el Banco de
Montecarlo, por un millón de libras esterlinas, y lo
revende, en 1927, por tres millones.
Sir Basil Zaharoff no ha amado más que a \m& mujer, a ima española: la duquesa de Villafranca. Desde
que ella murió, el hombre más rico del mundo espera
a su vez la muerte, escondido en un castillo francés,
rodeado de tierras inmensas y al cual nadie puede
aproximarse.
J. B.
£1 kombre ntlsteñoso ^«le vende material de ¿uenra
a todos los ejércitos del mundo.
Después de a c u m u l a r l a foirtuua
ii&ás enorme J.e cuautais se couoceu»
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s i n más c o m p a m a 4[ue el recuerdo
de l a úuica mujer a iluieu amos l a
duquesa de Villafrauca.
4Vivo o muerto?
e
N estos momentos, cuando la guerra vuelve a ser \ma amenaza para las
principales naciones del planeta, todas las curiosidades convergen en el
castillo de Balincourt, magnífica mansión escondida en uno de los más
amables rincones de Francia, donde vive, rodeado de un impenetrable misterio el
hombre más rico y poderoso del mundo.
Sir Basil Zaharoff vende municiones y armas de guerra a todos los países
beligerantes. Para poder comerciar así es preciso, naturalmente, no sentir simpatía por tal o cual pueblo, ni tampoco el sentimiento del jwitriotismo. Nadie ha
podido, hasta ahora, averiguar con certeza el XM^T de nacimiento del famoso
fabricante de armas. jEs griego? jEs turco? Lo mismo vende ametralladoras a los
turcos para que acaben con los griegos, que bombas a éstos para que aniquilen a
los turcos. La patria de sir Basil Zaharoff debe estar en otro planeta...
jPero vive aún este hombre prodigioso?
El 16 de Septiembre de 1933 los periódicos publicaron una noticia de Londres, en la cual se afirmaba que sir Basil acababa de morir. Al día siguiente, una
agencia de París desmentía la noticia: el enfermo, aunque muy grave, respiraba aún. Otro telegrama de Londres amplió esta información, diciendo que Zaharoff, ligeramente mejorado, había paseado en su sillón con ruedas por el parque de su castillo de Balincourt.
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Tanta muerte y resurrección intrigó a la Prensa norteamericana. Y el enviado especial del más importante diario de Nueva York afirmó que después
de una minuciosa encuesta había logrado averiguar que Basil Zaharoff se halla,ba bien muerto y enterrado desde hacía mucho tiempo, y que otro personaje jgualmente misterioso proseguía las diabólicas intrigas del célebre vendedor de cañones.
Pero de esta noticia, muy del gusto norteamericano, nadie en Europa hizo caso.
El misterio de s«
ottien.
Un periodista, el señor Neumann, ha buscado durante varios años, sin gran
éxito, los documentos que hubieran podido poner en claro la juventud de sin
Basil Zaharoff.
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